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La comida mexicana se transmite de generación a generación por lo que las recetas más típicas
y sabrosas lejos de olvidarse se han ido enriqueciendo con el paso del tiempo, hasta el punto
que la cultura culinaria a dado lugar a una nueva cocina mexicana caracterizada por
sofisticados platos presentados con un mínimo exquisito.
Podemos decir que la comida mexicana no puede estar completa sin ese detalle especial que
se ha ido colando a lo largo de los años y que, por su calidez y esplendor, ha sorprendido y
encantado a los paladares mas exigentes. Sin duda detalles como el molcajete, el metate, la
cazuela o el molino serán siempre recurridos por aquellas personas que gusten de los buenos
sabores y sentimientos de la tierra mexicana. Porque “barriga llena, corazón contento”
Luego, durante el Porfiriato, se estableció un gusto general por la comida francesa en las clases
altas de la sociedad. Se empezaron a imitar recetas francesas y a producir postres refinados.
Extranjeros especializados en alta cocina francesa llegaron a México con recetarios y nuevas
técnicas de cocina. La característica principal de la comida de una clase social alta era la
abundancia.
Pero la comida no era la misma para todos. Los indígenas seguían consumiendo frijoles, chile,
calabazas y tortillas y una vez por semana consumían algún guisado con carne. En las zonas
rurales fue en donde surgió la verdadera comida tradicional mexicana debido a que las
posibilidades para conseguir productos fuera de su lugar de origen era casi imposible.
Uno de los productos más populares entre la aristocracia, la clase media e incluso los más
pobres era el chocolate. Una taza de chocolate por la mañana daba energía para iniciar la
jornada laboral. El chocolate también se bebía en el almuerzo y por la noche acompañado de
algún bizcocho o pan dulce.
Los postres también destacaron en esta época. La mayoría se preparaba con harina, manteca
y huevos. Algunos ejemplos son las cocadas, las frutas cubiertas, el zapote con canela y vino y
xoconostles rellenos de coco.
En el extranjero, la comida mexicana se vuelve popular pero a menudo los platos tradicionales
mexicanos sufren modificaciones para ser mostrados agradablemente a los gustos de turistas
extranjeros. Este nuevo fenómeno hizo que se asociará la cocina mexicana a ciertos platos que
alcanzaron fama internacional, ejemplo de ello son los tacos
Como cualquier otro rol dentro de la cocina debo cumplir con mi parte y estas son:
Asegurarse de tener los alimentos más frescos y de la mejor calidad posible. Esto muchas
veces involucra madrugar para ser el primero en obtener los mejores ingredientes.
Ser original en la preparación de los alimentos sin perder la esencia de los sabores típicos de
las recetas mexicanas.
Contar con las ollas, estufas, palas y enseres necesarios para limpiar, preparar, cocinar y
decorar los platillos disponibles en el menú.
Contar con el personal necesario y capacitarlo de tal modo que se pueda ofrecer un excelente
servicio. Cabe destacar que en muchas ocasiones, en lugares de bajo presupuesto es común
que el cocinero absorba varios roles.
Supervisar que todos los alimentos se entreguen en la forma, tiempo, cantidad y con la cocción
planeada.
Definir el menú de acuerdo al estilo personal de cada cocinero y de acuerdo al tipo de cocina
del restaurante. Deberá evaluar si es necesario hacer modificaciones tomando en cuenta la
respuesta de los comensales.
Revisar las condiciones de los insumos que se tienen disponibles para asegurar la frescura y
buena calidad de los platillos.
Tener una muy buena organización para atender todas las órdenes de la manera más rápida
posible, sin poner en riesgo la calidad de los alimentos.
No queremos que nuestra cocina sea parte de un museo, necesitamos mantenerla viva y
seguir experimentando.
Para promover la comida mexicana en el mundo es importante sentir un orgullo por la cocina,
hacerlo valer, fomentar nuestras propias raíces y después saberla comunicar.
Yo como cocinera me gustaría tener un restaurante del que nos podamos sentir orgullosos,
que pueda competir con restaurantes en Londres y París, y que siga manteniendo esta
identidad mexicana.
Mencionó además que la comida mexicana requiere de mucho trabajo y de largas horas de
preparación, moles que tardan siete días en hacerse, y por lo tanto nuestra cocina es más
difícil de ejercer en otras partes del mundo. Es sólo cuestión de tiempo explotar aún más el
potencial de la cocina mexicana en el extranjero