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El Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés)
creado por iniciativa de la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente, presentó en 1990 un Primer informe de
evaluación en el que se reflejaban las investigaciones de 400 científicos alrededor del
mundo afirmando que el calentamiento atmosférico de la Tierra era real, y se pedía a la
comunidad internacional que tomara cartas en el asunto para evitarlo. Las conclusiones
del Informe alentaron a los gobiernos a aprobar la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Desde su entrada en vigor en 1994 la
convención ha contribuido de forma decisiva a abordar el cambio climático y la necesidad
de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
En el año 2012 el IPCC publicó un informe especial sobre la gestión de los riesgos de
fenómenos meteorológicos extremos y desastres para mejorar la adaptación al cambio
climático. Dicho informe contribuyó a definir el desafío para hacer frente a estos
fenómenos como una cuestión para la toma de decisiones en un marco de
incertidumbres, al ofrecer un análisis de la respuesta en el contexto de la gestión de
riesgos.
Las necesidades de adaptación abarcan un rango amplio de opciones que contemplan las
necesidades físicas y ambientales, sociales, institucionales, de información y capacitación
de recursos humanos, y de inclusión del sector privado en el proceso de adaptación. En
México es frecuente que al momento de planificar las intervenciones para disminuir la
vulnerabilidad ante el cambio climático, se piense en opciones dirigidas a reducir los
impactos de eventos climáticos adversos como medidas tecnológicas (genotipos
adaptados, tipos de labranza, conservación del agua, aumento en la eficiencia del uso de
agua y fertilizantes, sistemas de riego más eficientes), de cambios de hábito (cambio en el
calendario de siembra, uso de cultivos alternativos), de infraestructura (construcción de
represas y defensas), y de transferencia del riesgo (seguros tradicionales, seguros
indexados). Pero, generalmente, se ignoran las medidas que aumentan la capacidad
adaptativa y reducen la vulnerabilidad subyacente relacionada con factores
socioeconómicos (acceso a los recursos, disponibilidad de información y conocimientos),
e institucionales.