La reforma constitucional, antes proyecto, de los fondos de pensiones en Chile es una
reforma planteada para resolver los obstáculos legales que presentaba esta como proyecto y que consiste en nacionalizar los fondos de pensiones, delegando las funciones de las AFP y la superintendencia de pensiones a un nuevo organismo nacional, el Instituto de Seguridad Social de Chile. El fin de esta reforma es garantizar que todos los chilenos tengan una pensión superior a la línea de pobreza actual en el país sureño y garantizar una pensión mayor al sueldo mínimo a los aportantes de periodos mayores a 30 años. Para lograrlo, la reforma plantea un incremento gradual del porcentaje de los sueldos destinado al fondo de pensiones en un 6% al actual 10%, repartiendo este 16% en tu cuenta de ahorro previsional y un nuevo fondo de Pensiones Solidarias, el cual es parte del Sistema de Pensiones Solidarias, que la reforma plantea, y que contemplará la Pensión Básica Universal, Pensión de Vejez, Pensión de Invalidez y Pensión de Sobrevivencia. Si bien esta reforma en un inicio se ve como una opción muy factible y la solución a los problemas presentes en Chile con las AFP, como las múltiples protestas del año pasado, su análisis no es tan simple; esta reforma lava las manos al estado del apoyo económico en las crisis que se presenten pues el fondo que se brindara en estas es uno generado con el dinero de los aportantes, así mismo al estar el dinero en manos del gobierno este se vuelve mas susceptible a factores externos, además de verse reducido los ingresos de la población al haberse incrementado el porcentaje a aportar.