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Universidad Autónoma de Querétaro

Derecho Penal
Morales Martínez Daniel
La Culpa y la Preterintención

La culpa

Éste es uno de los factores importantes para que la culpabilidad se configure


como tal, sin embargo en la ausencia del dolo o culpa no se puede hablar de la
existencia de un delito pues sin éstos no se integra una conducta precisa.

Respecto de la noción de la culpa: esta nos menciona que existe culpa cuando se
obra sin intención y sin la diligencia debida, causando un resultado dañoso,
previsible y penado por la ley. Es decir, actúa culposamente quien omite una
acción de cuidado que en lo personal le compete y cuyo resultado puede ser
previsible.

Existen diferentes teorías que sirven para determinar la naturaleza de la culpa; la


previsibilidad, de la previsibilidad y evitabilidad.

La primera (previsibilidad), sostenida principalmente por Carrara, que consiste en


la previsibilidad del resultado no querido. Esta afirma que: “la culpa consiste en la
voluntaria omisión de diligencia en calcular las consecuencias posibles y
previsibles del propio hecho” lo cual quiere decir que es un vicio en la voluntad de
hacer las cosas para prevenir eventos que puedan concretarse en una conducta.

La segunda acepta a la previsibilidad del evento pero añade el carácter de evitable


o prevenible para integrar la culpa, lo cual quiere decir que no queda lugar para el
reproche cuando el resultado resulta inevitable, ya que pudo haber sido previsible.

Por último, la teoría del defecto de la atención, hace descansar la esencia de la


culpa en la violación, por parte del sujeto a un deber impuesto previamente por la
ley. Una acción es culposa cuando existe una violación a determinadas normas
establecidas por la ley, por algún reglamento, por alguna autoridad o por el uso o
la costumbre. De este modo, el mecanismo de la culpa se desarrolla reprochando
al autor del acto el no haber acatado las disposiciones establecidas. Esto quiere
decir que el sujeto no tomó las precauciones decidas al realizar una acción y el
resultado de su actuar genera un desastre mayor.

La culpa existe cuando se produce una acción sin la intención de generar un daño
pero éste surge a pesar de haber sido previsible y evitable, por no tomarse las
precauciones legalmente exigidas.

Existen cuatro elemento de la culpa; Para que exista la culpa es necesario el


actuar humano en la existencia de un delito, por eso el primer elemento es: el
actuar voluntario, este puede ser positivo o negativo. En segundo término, se
necesita que esa conducta voluntaria se realice sin las cautelas o precauciones
exigidas por el Estado. En tercero, los resultados de dichos actos deben ser
previsibles y evitables y tipificables plenamente. Po último, se debe precisar una
relación de causalidad entre iniciales y el resultado no querido.

Existen dos clases de culpa: consciente e inconsciente:

La culpa consciente con previsión o representación, existe cuando el agente ha


previsto el resultado típico como posible, pero no solamente no lo quiere, sino
abriga la esperanza de que no ocurra. Esto quiere decir que a sabiendas de que
un evento pueda realizarse llevamos a cabo una acción representándola y
esperando que no suceda nada.

La culpa inconsciente, sin previsión o sin representación, cuando no se prevé un


resultado previsible. Existe voluntariedad de la conducta causal, pero no hay
representación del resultado de naturaleza previsible. Es decir, se lleva a cabo una
acción que se puede prevenir pero el actuar del sujeto fue torpe l no prever todas
las posibilidades que pueden darse para configurar un evento.

La preterintención.
La preterintención es una figura jurídica de carácter penal que consiste en la
actuación de una persona que busca un resultado antijurídico, pero el cual termina
excediéndose y por consiguiente causando una mayor gravedad.

“En la preterintención, el resultado típico sobrepasa a la intención del sujeto”.

Con las reformas de 1993 al Código Penal para el Distrito Federal en materia de
Fuero Común y para toda la República en materia del Fuero Federal, se creó una
tercera forma de la culpabilidad en la fracción III de artículo octavo: la
“preterintención”, y se definió en el tercer párrafo del noveno: Obra
preterintencionalmente el que cause un resultado típico mayor al querido o
aceptado, si aquél se produce por imprudencia”, reconociéndose así que la
preterinteción no es sólo solo, ni únicamente culpa, sino una suma de ambas
especies, que se inicia en forma dolosa y termina culposamente en su adecuación
típica, atribuyéndole autonomía y una especial sanción en la fracción VI del
artículo 60.

Según Porte Petit, con la preterintención se evita sancionar como intencionales


conductas que no lo son, ya que esto ocurre cuando el responsable de un acto
ilícito quiere causar un delito menor y ocasiona imprudencialmente uno más grave.

No se puede hablar de culpabilidad como forma autónoma participante al


momento de cometer un acto ilícito tomando en cuenta solo la culpa y el dolo
porque ambas formas se pueden excluir si se tratase de preterintencionalidad.
Para actuar de manera dolosa se necesita que la voluntad consciente se dirija a
un evento o hecho típico, ya sea de manera directa o indirecta, indeterminada o
eventualmente, mientras que para la culpa, ésta se configura cuando se obra sin
la voluntad de producir un resultado pero éste surge por la falta de responsabilidad
y previsión de una conducta imprudente a causa de un sujeto.

El delito se comete mediante el dolo o culpa, pero tratándose del primero puede
haber un resultado más allá de lo propuesto por el sujeto y menor de los que
racionalmente puede preverse o evitarse. Esto nos habla de delitos con resultado
preterintencional por sobrepasar su efecto el límite propuesto por el agente, ya
que si bien se tenía la intención de realizar una conducta o causar un daño, el
agente se excede en el resultado, pudiendo haberlo previsto.

La preterintención tiene como elementos; Actuar dolosamente, Previsibilidad de un


resultado posterior más grave, Que el resultado buscado se exceda.

Actuar dolosamente: refiere al actuar de la persona, la cual debe tener una


conducta dolosa, pues busca un resultado que sobrepasa lo planeado.

Previsibilidad de un resultado posterior más grave: esto radica en el hecho de que


la persona realiza una conducta con culpabilidad, pudiendo haber previsto un
resultado que materialmente es más grave y punible.

Que el resultado buscado se exceda: cuando una persona quiere cometer una
conducta punible pero el resultado es mayor a lo previsto o a lo planeado.

Como ejemplo podemos tomar una situación donde un sujeto tenía como intención
golpear y crear lesiones a otro en una riña, el sujeto activo comienza a golpear al
otro sabiendo que está incurriendo en el delito de lesiones, pero éste no prevé que
un golpe en la cabeza puede ocasionar la muerte del otro, sin embargo continúa
golpeando hasta que la otra persona queda en estado inconsciente, después de
varios golpes la persona lesionada fallece, cuando el sujeto activo de da cuenta ya
es tarde para reanimarlo y ya no queda nada por hacer, entonces éste alega que
no era su intención matarlo pues solo quería crearle lesiones. Entonces el sujeto
activo cumple con lo determinado por la figura de la preterintencionalidad, pues
existe el actuar de manera dolosa, la previsibilidad de un resultado posterior más
grave y el resultado buscado excede lo planeado.

BIBLIOGRAFÍA:

Lineamientos Elementales de Derecho Penal (FERNANDO CASTELLANOS)

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