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Océanos vistos desde el

espacio
Las cuencas oceánicas contienen más del 90% de toda el
agua que existe en la Tierra y representan cerca del 70%
de la superficie terrestre. Pero, a pesar de su ubicuidad e
importancia, a veces no les prestamos la suficiente
atención. Las imágenes obtenidas desde el espacio nos
ayudan a ponderar mejor la importancia de los océanos y a
tomar conciencia sobre la importancia de su preservación.
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OCÉANOS
 
AGUA

S.A. Acosta
08 de junio de 2020, 16:29

Los océanos regulan la temperatura de todo el planeta, nos proveen


de una parte importante del oxígeno que respiramos, actúan como
sumidero de carbono y contienen más del 90% de toda el agua
del planeta. Toda forma de vida de la Tierra, incluida la nuestra,
depende de estas enormes masas de agua a las que no siempre
dedicamos la atención merecida, y cuya protección es vital para
nuestra supervivencia. 
El agua del océano no es estática, sino que está en continuo
movimiento debido a la la acción combinada del viento y  las mareas
provocadas por la conjugación de la acción gravitatoria de la Tierra, el
Sol y la Luna. Por otro lado, las corrientes actúan como una 'cinta
transportadora' mundial que conduce energía (calor), materia
orgánica y organismos de una parte a otra de las cuencas, como
la sangre que corre por nuestras venas. Cualquier cambio el
movimiento de esas grandes masas de agua tieneun impacto directo
en el clima y consecuencias sobre los ecosistemas marinos. Las
imágenes captadas por los satélites ayudan a la comunidad científica
a conocer mejor esas dinámicas oceánicas en aras de su
preservación. Aquí te dejamos algunas de ellas:

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La gran canica azul


El astronauta de la ESA Thomas Pesquet describió con estas palabras
la impresión que tuvo al ver la Tierra desde el espacio. "Nuestro
planeta es principalmente azul y blanco, pero nunca te cansas de ver
el paso de las nubes desde el espacio". Pesquet tomó esta
instantánea desde la Estación Espacial Internacional hacia donde
partió el 17 de noviembre de 2016 para realizar investigaciones
científicas. La imagen fue captada y publicada el día 1 de diciembre de
2016 desde uno de los habitáculos de la ISS. 
 
Foto: ESA
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Corrientes de aguas heladas


Los investigadores del proyecto Estimación de la Distribución y el
Clima del Océano de la NASA (ECCO por sus siglas en
inglés) obtuvieron esta imagen que simula la distribución del agua en
estado líquido y sólido cerca de la Antártida . La instantánea,
desarrollada por el Centro Espacial Goddard de la agencia
espacial, captura el movimiento de decenas de miles de corrientes
oceánicas, lo que permite a los científicos visualizar de una forma
clara y precisa cómo se mueven las grandes masas de agua del
océano. En esta instantánea se muestra la velocidad de las corrientes
superficiales en la Corriente Circumpolar Antártica, al sur del océano
Índico. Los datos obtenidos por este proyecto se emplean para
estudiar el papel de los océanos en el ciclo del carbono y ahondar
sobre los las consecuencias que el cambio climático tiene en la salud
de sus ecosistemas. 
Foto: NASA
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Olas en aguas del estrecho de Lombok, Indonesia


El 1 de noviembre de 2016 el satélite Aqua de la NASA sobrevolaba
las aguas de Indonesia, donde captó imágenes espectaculares de los
los paisajes oceánicos del archipiélago. El Espectrorradiómetro de
imágenes de media resolución (MODIS,por sus siglas en inglés),
ottuvo esta fotografía en color real en la que se aprecian las olas en el
estrecho de  Lombok. En la imagen puede apreciarse cómo un banco
de nubes cubre parte de la provincia de Java Oriental, en la parte
izquierda de la composición, con un sol brillante que proyecta las
sombras de las nubes en el mar. 
La superficie del océano aparece de un color plateado debido al efecto
óptico causado por el reflejo de la luz solar en el sensor del satélite.
Aun así, las imágenes del MODIS permiten apreciar algunos detalles
normalmente ocultos a la vista, como las olas creadas por las
corrientes mrinas. Se trata de olas internas, formadas por el
movimiento de las masas de agua bajo las distintas capas oceánicas,
un acontecimiento que sucede, por ejemplo, cuando el flujo de una
marea discurre por una zona irregular del lecho marino o se topa con
crestas u otros obstáculos.  El estrecho de Lombok, un paso angosto
situado entre las islas de Bali, al oeste y de Lombok, al este, permite la
entrada de corrientes oceánicas desde el océano Pacífico hasta el
Índico. Allí, el fondo marino es irregular, y consta de dos canales
principales de distinta profundidad. Debido a la acción de las
corrientes y al intercambio de agua entre las distintas capas
oceánicas, la zona es muy susceptible a la formación de mareas
intensas, que a su vez dan lugar a olas como las que aparecen en la
imagen.
Foto: NASA

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Golfo de California
El destello de la luz del sol se refleja en las aguas del Pacífico en esta
imagen del Golfo de California tomada desde la Estación Espacial
Internacional. La península homónima, situada en el nordeste de
México, penetra en el océano Pacífico, formando una territorio de unos
1.259 kilómetros de longitud. Las aguas del Golfo, también llamado
mar de Cortés o mar Bermejo, provocan algunas de las mayores
mareas del mundo, aunque atesoran al mismo tiempo una elevada
concentración de microorganismos que convierten a sus ecosistemas
en un dechado de biodiversidad. 
Foto: NASA
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Iceberg en la plataforma de hielo Pine Island


En septiembre de 2017 un iceberg de 300 kilómetros cuadrados se
desprendió en la plataforma de hielo Pine Island, situado en la
Antártida Occidental. Solo unas semanas después, aquel bloque de
hielo, bautizado con el nombre de  B-44 se desintegró en unos 20
fragmentos. El satélite Landsat 8 Earth-orbiting de la NASA tomó esta
imagen de una de una región relativamente cálida frente al glaciar que
podría haber causado la ruptura de aquel fragmento. Las mediciones
estimaron que el iceberg se elevaba unos 49 metros sobre la línea de
flotación. A aquél siguieron muchos otros icebergs, y es que el glaciar
de Pine Island tiene el triste título de ser el que más rápido retrocede
de toda la Antártida. Este timeplapse de la NASA permite ver a simple
vista las dimensiones de esta tragedia ecológica. 
Foto: NASA

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Deshielo del Ártico


La capa de hielo marino en el Océano Ártico se enfrenta a un
adelgazamiento nunca antes documentado. En 2019, alcanzó
su extensión máxima en 14,78 millones de kilómetros cuadrados, la
séptima más reducida desde 1981. El año 2020  la situación es
todavía peor, pues las temperaturas elevadas registradas esta
primavera han acelerado todavía más el deshielo, reduciendo la
capa de hielo a niveles mínimos en los últimos 40 años. La
iniciativa IceBridge de la NASA ayuda a los científicos a documentar la
evolución de la banquisa a partir de imágenes obtenidas vía satélite.
Este gran charco de agua derretida sobre el hielo marino fue
capturado por las cámaras de la NASA en un sobrevuelo sobre el Mar
de Beaufort el 14 de julio de 2016. A partir de estas imágenes los
científicos elaboraron un mapa con  extensión, frecuencia y
profundidad de charcas de fusión como estas con el fin de  estos para
ayudar a calcular las extensiones máxima y mínima de la banquisa. 
 
NASA/Operation IceBridge
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Un mar de nutrientes
Dos fuertes corrientes oceánicas desatadas cerca de la costa
argentina desataron una colorida mezcla de nutrientes y algas
microscópicas flotando en aguas del océano Atlántico. Se debía a una
floración masiva de fitoplancton que tuvo l ugar el 21 de diciembre de
2010. Los científicos usaron siete bandas espectrales distintas para
resaltar las diferencias entre las distintas comunidades de plancton
que habitaban en esta franja del océano. 
Foto: NASA
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Archipiélago de Vanuatu
El satélite Sentilen-2A de la ESA  captó en 2016 esta imagen de las
islas Ambrym, en primer término, y Pentecostés, en la parte superior,
del archipiélago de Vanuatu, situado en el Pacífico Sur, a unos 1.700
kilómetros al este de Australia. Si observamos la imagen de cerca
podremos apreciar las olas rompiendo en la costa de la isla, un
acontecimiento más apreciable en las costas orientales. Esta
característica es común en aquellas islas azotadas por los vientos
alisios, que en el hemisferio sur soplan desde el sudeste hacia el
noroeste. Los colores rojizos y pardos que destacan en la parte central
de la isla corresponden a lagos de lava que se cuelan entre las nubes.
El humo procedente de los dos conos activos se dispersa hacia el
oeste en dirección al océano. 
Foto: ESA
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Corriente del Golfo


La Corriente del Golfo se emplaza en el denominado giro del Atlántico
Norte, un sistema de distintas corrientes que desplaza ingentes
cantidades de agua en el sentido de las agujas del reloj. Durante su
recorrido, su temperatura desciende gradualmente a medida que
libera calor a la atmósfera, elevando un aire cálido responsable del
clima templado de muchos de los países por los que discurre. La
observación de la Tierra desde el espacio nos ayuda a entender en
mayor medida las características de este fenómeno.
En esta imagen tomada por Radiometro de Luz Infrarroja del satélite
Suomi de la NASA, las aguas circulan en capas paralelas que cortan
las turbulentas aguas de la parte occidental del Atlántico Norte. La
corriente, distinguible aquí por el fitoplancton pigmentado que arrastra
a su paso, pasa por toda la cuenca de esta parte del océano, desde la
Patagonia Argentina hasta Cabo Cod, en el norte de Estados Unidos. 
 
Foto: NASA
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Floración de fitoplancton en el mar de Bering


El generador de imágenes Operational Land Imager (OLI, por sus
siglas en inglés), captó esta vista de una floración de fitoplancton
cerca de als islas Pribilof. 
La zona de color azul claro y verde lechoso la presencia de vastas
poblaciones de fitoplancton microscópico, alimento para
nutridas poblaciones de peces y aves de la región. Las floraciones en
el Mar de Bering aumentan significativamente en primavera, a medida
que la fusión del hielo arrastra nutrientes hasta la capa superficial de
lo céano, pero decae drásticamente en verano, como consencuencia
del aumento de las temperaturas. En otoño, las tormentas pueden
devolver nutrientes a la superficie y las aguas más frías favorecen de
nuevo la floración. 
 

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