Este 28 de septiembre, Día por Legalización del Aborto en América Latina y el Caribe, desde la
Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito exigimos a las y los decisores
políticos que este 2020 se apruebe nuestro proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Llevamos 15 años de lucha por una ley que es una cuestión de salud pública. De haber sido aprobada
en 2018, Liliana de Santiago del Estero, B. de la Matanza, Ivana de Formosa, y tantas otras más no
hubieran muerto, obligadas a buscar métodos inseguros para interrumpir un embarazo.
En Argentina las niñas abusadas son forzadas a gestar y a parir, hecho que califica como tortura. Se les
niega su derecho a la interrupción legal del embarazo -contemplado en el Código Penal desde 1921-, a
la salud integral, a la educación sexual integral y a vivir una vida libre de violencias. Las
obstaculizaciones y discriminaciones se recrudecen aún más en los casos de mujeres y niñas de los
pueblos originarios.
Las presas por abortar sufren la estigmatización y las rejas que disciplinan su decisión. Sin contar con la
atención adecuada, son sometidas a maltratos por profesionales de la salud que actúan en complicidad
con agentes de la Justicia, la policía y los medios de comunicación.
En este contexto de emergencia sanitaria se profundizan los obstáculos en el acceso a la salud sexual y
(no) reproductiva. Los equipos sanitarios que hoy atienden las interrupciones legales del embarazo
redoblan sus esfuerzos para garantizar este derecho, pero no alcanza.
La penalización del aborto contempla una sanción discriminatoria hacia quienes podemos quedar
embarazadas sin desearlo, lo cual contradice los tratados contra la discriminación por género a los que
Argentina suscribe.
La negativa a sancionar la ley que reclamamos, y la insistencia en sostener un marco jurídico que
cotidianamente muestra sus limitaciones, pone en riesgo nuestra salud y nuestras vidas. Las
internaciones por complicaciones de abortos inseguros suman más de 49 mil anualmente, lo cual
presiona aún más al sistema de salud. En la pandemia los abortos son una urgencia real que debe
atenderse.
Nuestro proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, impulsado por más de 700
organizaciones de diversa índole, debe aprobarse de manera urgente. Apelamos a los poderes públicos a
que esta necesidad sea una realidad y un derecho efectivo. No queremos más muertes ni cárcel por
abortar, niñas torturadas ni abortos inseguros. Exigimos el reconocimiento de nuestro derecho a
decidir.
Este 2020, Sr. Presidente, Senadoras, Senadores, Diputadas y Diputados: ¡EXIGIMOS ABORTO
LEGAL, SEGURO Y GRATUITO YA!