Está en la página 1de 1

“Aveces para encontrarce con uno mismo, es necesario perderse en los demás”

San Francisco de Azis.

 DESCRIPCIÓN

Este caso relata la vida de Luis Iberri, un hombre el cual entro al mundo de las drogas
desde los 13 años, probando todo tipo de estupefacientes como marihuana,
metanfetaminas, cocaina, etc… hasta tal punto que su cuerpo se descontrolo y empezo a
ser espendedor de ella para poder pagar su consumo diario, llegando a vender droga a
otro país y debido a esto, estuvo en la cárcel.

Todo esto empezó desde la separación de sus padres y la ausencia de su madre que se fue
al extranjero, Luis Iberri se descrive como una persona que era muy aplicada en el colegio
pero con mala disciplina, vivio una infancia llena de amor y cariño por sus familirares,
cuando ingreso a la preparatoria empezó consumiendo solo marihuana pero al ingresar a
la universidad descubrío nuevas drogas, pasando por diferentes centros de rehabilitación
pero no duraba más de tres meses limpio, después de convertirse en espendedor e ir a la
carcel, seguía en las mimas, incluso al salir de ella, hasta que finalmente en un centro de
rehabiliatación se topo con dos personas las cuales fueron su centro de espiritualidad. Hoy
en día Luis Iberri es trabajador de ese centro de rehabilitación dando charlas sobre la vida
de drogadicción que tuvo y así poder dar conciencia a todos los demás.

 PROPÓSITO DE LA INTERVENCIÓN ESPIRITUAL

El proposito de Luis para un cambio en su vida fue cuando al escaparse de un centro de


rehabilitación quería consumir drogas de nuevo pero no era capaz de hacerlo, en ese
momento decidio cambiar y se hizo la pregunta de: ¿Yo que estoy haciendo con mi vida?
¿Quiero seguir así?

Desde ahí empezó a vivir su espiritualidad, él explica que la espiritualidad no siempre es


estar con Dios, sino con uno mismo, de aceptarse, de ver lo que uno es y puede dar y de
hacer un cambio significativo y de dejarse ayudar.

También podría gustarte