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ae smpos de paz, Ademés;esta chr ue afecta al extranjero, eons- feanstanci tnyezesolde Ios principales efectos juridi- fcos inmedjatos del estado de guerra nas auch situaciones que surgen & rale fs internacional (8), que com= Jrenden tito a tas hostiidadés 0 hechos Telie6s €F'sf como & Ia situacion de Ia. pon GONE, de las personas privadas ene 3s, etestora, son reguladas por el "De- recho ée guerra” (Jus f bello) cuyas nor mss constituyen el, Derecho internacional piblieo en tempos de guerre Reside por los principios del Derecho de Te giecra, aparece en consecuencie, Ia nueva Hinaclon gue el estado de guerra determine con respesto al sibdite o extraniero con yelaclén al Estado de residencia y al Ese tado de origen. De alli que, por su intima inculacidn con et estado de'guerra, la doce trina se ha inelinad por inantener el estu- Io de 12 nueva situaciéa. det extranyero, dentro de los efectos juridioas de le guerea internacional, y por 19 tanto excluyendo si aio del “derecho Internacional de. ex- tranjevia”, sobreantendiendo que se rotlore a bo tlenapos Ge pez La denciainacton de “derecho bético de extrenjeria", 0 otm, “derecho tnternecional de exivanjetia en ‘tiempos do guerra”, s¢ ulilla on In tormalnologia pero geacralmeute Geniro de tos alcances previstas precedane Por witimo, cabe consignar que le. norma general que rige Ja situacién del extranjero bajo ci estado de guerra, depends de la calidad de enemigo que la ley del Estado de resideucid imponga para la persone y 10s, bienes del extranjero. Bn prinelpio, es legi- tina ta suspension del status jaridico del extranjero-enemigo por el Estado de resi- @encie; pero predomina le opinién de qu Jas nommas de extranjeria en tiempos de Daz, deben ser sustituidas por otras que contemplen necesariamente el respeto de 54 persona, sw honor, sus derechos familia~ tes y su religién, mereciendo en todo mo- mento un trato humano y digno. Bsta doc- trine fué proclamads en el srticulo 27 del Convenio de Ginebra sobre la proteccién de las personas civules en tiempos de guerra, aprobado el 12 de agosto de 1949,.(V. i= Szcl0s eruataNos [OECIARACION UNIVERSAL, DE Los], Esucsactn, Exemanierdy, GusQRa I~ TERNACIOWAL, GUERRAS CIVILES ANTE El DIRE (CHO tTERRacrONAL. INMGRACIBN, INTERKACION Miworias [an Dasecno mvteaxactoxaL PO- Suivo]. OouPactox [EN DeRecko TTSRNAGIO- NAL PGptt0]. Oroi6x [DzEscao pe). Pasa- ‘POKES, PERSONAS Bt, DERECHO INTERNACIONAL vos Guexea mecrasiacronan, 709 PUBLICO. POBLACION. PROTECCIOM CONSULAR Phorscctén uretomsice, Protecipos 0 SUn- DITOS DE macro, Rervcbes, ResmeNeta, RES~ PONSASILIDAD DEL Eszano, SUspiTOs, "TRASTADD Fonz080, Visact6y. Emuioonerti.— Acvioly, H, tretedo de Derecho internactonat publteo, Rio 4@ datoire, 1085, bee adore Pallled, G. Trettaro et Dirtio tnternaccn fale, Padlve, 1895. — Diena, G. Derecho taerne. nucions! pubjico, Baresiona, 1941, — Faucnille, Proite de. Drote teternationai publi, Pars, 1300. 1820, — ershey, A. The freentials 9f Tnternatios al Public caw end Organisation, ‘Maeve, ovis 829, — ie Pur, L., Fvdcte de. Drotk international public, Pati, 1659. ~ Lise, B. won, Derecho tater. ‘nscional publica, Bavesiona, 1661, —~ reno Quine sna y Boiliaa shaw, Derecho inéernectonae public 9, Bs, aires, 1950." Oppenieitn, Ly International 0s, 1948. — ‘rodestd Costa, Le, Manel Nudernustonad publico, He Aires, {o4e ~ Sinohes de Bustamante, A. 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Xil, ba aplicacion ael Derecho fen al regimen det Codigo iwi a r rerés Denominase, en general, extraterritoria~ tided de une norma juridica ala valldez que se cont sa norma dentro de un orda~ namlento Juridico-estatal distinto al que ella integra, Pas 9 que todo orden juri etGrise en modo sfectivo 0b! de un territerie determiado, Is x -estatal Is. base que pei 1 de validez de ¢ sa. en el Lenguaje tradicio- TE La aeticaciés net, Dsaxcuo exraanseKo masta a Epap Mania EL régimen politico-te r Jas clvilizaciones det antiguo or! exeluyo, como regla general, el reco: nto del Derecho extranjero. Es como excencién, junto con el trato rencial que se acordaba 2 clsrtos ros, admitiase en algunos pueblos aue 2q) Hos actuasen ent uusos y costumbres. ‘Asi, por ejemplo, a pe: Rgiplo, los hebreos concedieren en ciertos easts determinadas funciones publicas a ex- tranjeros, permitiéndoles, paralelamente, Aesposarse segiin sus propies rituales. Por su parte, los egipeios 24: mismo —en mode excepeian: de necesidades historicas—, w ro de normas consuetadina: "Tales, por ejemplo, !as que rigieron las re- Iaciones de los integrantes del mismo pue~ blo hebreo durante la proiongada radica~ clén de éste en Egipto y 12s que reguleson log actos comerciales en 12 colonia griega de Naueratis, Otro tanto cabe decir, aunue en menor extensién, de la legistacién ha- bilénica que permitia » algunos extranje- ros privilegiades pactar en comercio de acuerdo con sus propias eostumbres. La admisién de normes juridicas extren- jeras en ia antigua Grecia consiituyé un problema resuelto de manera diversa por los distintos pueblos que ejercieron su hege- monia en cada regién. Asi, por ejemplo, asi- y en virtud deen mime extranjeras. malentras lz legislacién espartana reehazaba no sélo Ja invocacida de normas extralocales sing, incluso. todo trato juridico con ex trarjeras, 12 atentenses, en cambio, inspiradas ex distintas tradiciones, regia. mentaran de tl modo les reieciones clviles en que los extranjeres even parte, que ile- garon 2 instituir juoces e: los pole- imareas, tesmotetas ¥ nautodicos— para di- lusidar os litigios suseitacos entre aquellos, jueces decidian deter 2 wplivaclén de ios lusos y costumbres del pais de origen de los iranjer Los romanos, por su parte, no admitian a principio si jencidn de nermas faridicgs estri te provias, Pero fren- a. 1m necesidad —derivada de la of ta— de cener que dirmir sus Jueves, con- Luoversins entre extranjeros o entre ésios cludadanes romnanos, fué inlegrandose en ma, paralelamente al jus cizils, un siste~ de normas juriticas —el jus gen- (2), en cuya formacién se advierte In grofanda influencia ejercids por el De~ reeho entonces vigente en los pueblos tir de la desmembracién del Tmpe~ mano y hasta ta consotidaciém del mm fendel de la Hdad Media, suced! 2, con relecién 2 le aplicacién del De- extranjero, dos distintas sistemas, a saber a) Sistema de la personalidad de !as wzado como consecuencia de Ja invasion y ocupacioa de Huropa por tos pueblos “bérbares advenimiento de la Edad Media, este sistema se caracteriz5 por la falta de subordinacién de les nor mas juridicas a un ambit territorial de 7a Ides determinado, Cada individu estaba, en esa épona, sometido exclasivamente a 12 ley de su tribu o ernpo dondequiera se en= eontrase, Tas normas juridiess adquirian,; asi, una ilimitada extraterritorialidad, con os inconvenientes derivados de 1a coexbs tencia, en um mismo lugar, de varias ley€si y de Ja fatic de unidad pare orgenizar up régimen punitive y un sistema de propiedad privada estables, Sistema We la territorialidad absolt- ta de ins leyes. Una de las consecuencias mds notables de! feudalismo fué Ia de ba ber introducido en el ambit de las rele~ ciones juridicas un stricto concepto de territorialidad. En efecto: Ja extraordina” ria proliferacion de seficrios, principados:- feudos, barges, eteétera,produjeron_ Une: correlativa, multiplicidad de distintes orde: 21, phe Off leyes. Gener: (a), ¥. la vo Dansono ve onivEss, ae. esta tolsma Bacielopedts, namientos juridieos eon contentdes nérma~ tivos propios. En Francia, por ejemplo, ain hasta ma- cho después de Ie consolidacién del poder real de los Capetos, una buena parte del femiterio encontrabase en manos de ex- tranjeros, Debido a ello el relno gran variedad legislativa, La Normandia te hia sus leyes propias; Brelatia, obras: por completo Giferentes; Anjou, » su vez, otras cistintss y erry, nor su parte, otras suyas, se profundo arraigo. ‘Otro tanto ocurtia co: stalianas. Florencia, que habi ¥, deta misma manera, gens, tenia! uno, mneng advertiase —so- waeblas germanos—, or de mayor proyecciga: el de 1a diferencia cidn eregiente de las leglslaciones locales con el Derecho romano que se habia g valizado por casi toda Buropa a la época de la desmembracién del Imperio. ‘Asi, por clemplo, el.jus gentium, adop- tedo por muchos pueblos —0 impuesio & ellos par Rema— como Derecho privado co- Iniin, fanddbese en el reconocimiento de una Iguaidad absoluta de las persones, en tsnto ete el Derecho german clasiticaba a éstas en orden a imoortaneias y privilegios Gistintos. AdemAs, mientras el Derecho ro mano permitia la libre enajenacioa de 1a Uerra y admitia 1s propiedad individual, ef Derecho germane restringia al maximo 1a enajenacian inmoblliaris. y sostenia ta idea fe ls propiedad fsmiliar. ¥, finalmente, mientras et Derecho penal romano tenia up marcado cardcter publico predominando en 41 un criterio cefialadamente subjetivista a tai punto que a un hecho doloso s¢ san- Gionabe con la poenitio y a uno culpaso se aplicaba la castigatio—, el Derecho penal germano conservaba, ain en su, periodo ‘volueionado, notaries elem-ntos del Dere~ ‘cho primitive y se cazacterizaba por el erl~ terio objetivista. con que se aplicaba la san~ cig, En efecto: tanta en los primitives sis~ temas de la venganea y de la faida, como on los regimenes composicionales del wer- geld o del jriedensgald, Jo que importaba era €l daiio causado y no el estado subjetivo in- tencional de quien lo causaba, No es de extraflar que en aquella multi- plleldad de ordenamicntos, jurfdicos —in- Gapendientes unos de otros— que sélo cun~ fempleban intereses y ttadiclones locales, om = se careciese de un eriterio general coneilia~ torio en las distintas solnciones y sélo se aceptase, como un principio de orden inter~ Tocal, el axioma leges non valent extra te- rritortum, TEL, Evoucc1Sn pe smstema pe 2A contests x a vrizmen kecienocs. (“Commras Gewtia”) on el desarrollo de los nexus econdinicos derivados de) surgimlento de grandes esta~ leeimientos urbanos en el Mar Baltico ha ia los sigios xm y x1¥; con la importancia ente de los centros comerciales italis- hos que rradighan su actividad por el Mar rraneo: y, sobre todo, como cons = 198 estudlos realizados por los ce, comenzé 2 advertinse le necesidad de_flexibili na territorialiste implant ar el ado por entonces que si bien Ie ley extranjera, invorarse con fuerz® compulsoria en el territoria de un Estado, convenie a écte admitir su aplicacién a tin fe mantener una relacion de cortesia. con Jes otros iistados y obtener en ellos igual tratemiento, ‘La creciente intensidad de las relaciones intechumanas Umpoaian, por ejemplo, 1a necesidad de seaptar clerias normas extran- jeras vigentes relatives a la capacidad y al estado de las personas, ‘Si bien en un prineip!o —y, sobre todo, Spastos y burgos no dependien- tes del Sacro Tmperio Romano Germéni~ co~, la préctica de aplicar la Tey exbran- Sera fné intensamente resistida por 10s g0- }ernantes en razin de que ella parecia. vul- nerar la integridad de su poder, los resulta~ dos gue se consiguieron fueron tan satis factorios que esa pr&ctica generalizése en Buropa con el advenimiento de la Edad Moderna, A ello contribayé también, en no despreciable medida, el fortalecimiento de Je sutoridad de los monarcas y el propésito de éstos de consolidar un régimen de segu~ ridad juridieo-estatel, Une elemental razon Ge cortesia exigia al monarca admlilr en el territorio de st Estado Ja validez de una ley extranjera pera lener, en esa forma, 1a fuerza moral de reclamat a otro soberano un idéntico comportamiento, ‘BI sistema de le comitas gontium surge doctrinariamente con los trabajos de 1. Bs~ cuela estatutaria holandesa integrada en el ‘igo xmt por Paulo Voet, Uirico Huber, Juan Viel, Nicolas de Bourgoigne y Ro- ‘demburgo. De Ja misma manera —decian los Véet— que un individuo no esta obligado = ser cortés, pero le conviene serio, un Estado no esté obligado 2 aplicar, dentro de ma terri- Sa ei =XIR m2 torio, normas extranjeras pero le es atil y politicamente conveniente hacerlo, Tal tem- peramento contribulrd en gran medida, a permitir Ia aplicacién de sus propias leves més alld de sus froateras. En sus Comentarios sobre el conjlisto de las Leyes de los diversas Imperios, es Huber ouien sistematiza, por vez primera, una se. Hie de retlexiones en apoyo de la doctrina de la comifas gentivm Comlenza Huber sostentendo que las leyes Gictodas en cada reino o imperio Henen fuersa obligatorla solamente dentro de los Hmites de su territorio nero no fuera de él 451, pues, todos los individuos que se en- cuentren transiteria 0 permanentameate on uA pais, deben considerarse sithditos del gobiemo de éste, No obstante —afi cabe a los reyes y emperadaves admitir, por ragones de cortesie, que las leyes vigentes otros paises teugan ia misma vigencia en'el territorts stubordinado s. cus gobiernos, siempre que no atenten contra sus poderes ni ofecten a los inlereses de sus sibdi La doctrina de 1a comitas gentiwm ha ido geueralizandose a través del curso de le Edad Moderns cumo un fundamente po Uitico de ta extraterritorialided de las nor- mas Juridices, Asi, por ejemplo, Bouhier, 21 adherirse a esa doctrina, expresa que ‘no solo razones de cortesia y utilidad, sino tam. digén de necesidad priblica exigen le admi- sida, en un Estado, ce algunas ieyes extran Jeras, Esta costumbre no es desde Iuezo es irietamente obligat et Ja admite en modo general “como luna especie de Derecho de gentes” en vi tud de las ventajas y conveniencias que te- porta a los dizereates pueblos, Con mis amplia fundamentacién, el sist ma de la, comitas gentium lambién ha tenido acogida durante el siglo sax en el Derecho anglosajén a través do las trabajos de Story. Sostiene, en efecto, esta autor, que el fu damento iltimo de 12 aplicacién, de la ley extranjera descansa, por un lado,“en la uli lidgd y en el interés mutuo de las naclones Y, Dor otro, en los insalvables inconvenien- tes que surgirian de ta adopeidn de un tem~ peramento contrarlo, Subyace en este pos tuiado, segiin Story, una especie de necesi- dad juridica: la necesidad de hacer justi- cia para adquirir el derecho de que se nos haga justicta, Empero, el reconocimiento y admistbilided ce las leyes extranjeras tene tambien, para Story, un limite: es el Iimite impuesto por el interés publico que ha de prevalecer cuando aquellas leyes sean contrarias a &5- te, La reciproca utilidad de las naciones, que fundamenta a la tesis de Story, difiere de la tnvocada en la antigua teoria de la co- ctttidiiin dation zNo1etoes mitas gentium en Jo siguiente: la aplica- cin de Ja ley extranjera ha_de consultar, paca este autor, no solamente el inter? Gel Estado que le aplica, sino o] interés de todos los Estados. Semin Story, cuando on ta legislactén po sidiva de un Estado feltare una norma que exptesamente admita o prohiba la splica clon de leyes extranjerzs, los jueces han de rpretar esta laguna en sentido positive, es decir, como el consentimiento taeito de Ja legislacidn en admitic [a extraterritoria. Head de Iss normas exiranjeras mientras stag no sean violatorias de su sistema po. i nerales inte. reses de los Otzo autor que en la époea contempor nea ba apoyado el fundarmento de Ia cor tesia reciptoca es Feelix, para quien Ia necesidad éel bien pablico y gene~ de las naclones demuestra, en cada Ba tada, te conventencia de conceder @ led yes’ extranjeras efectos més o menos ex- 805 ¥ verdurebles, Las miilliples relacio- ss que los siibdites de los diferentes Es- tades mantienen entre si; Ta intensidad de los negocios que celebran y ta importancla econdmica de tos bienes que sdquieren e: gen el reconocimiento reciproco de Ia cou dicién Juridica de las personas exiranjeras ¥ de ta valides de los actos celabrados en otros paises Ahora bien: Si es tnneguble que 1a doc trina de ta cortesia y la utllidad reciproca hha constituido, durante largo tiempo, el ar~ gumento fundamental para la posibilidad de invocacién y aplicacion de leyes extrai- jeras, es del todo evidente que ella es insu- ficiente para conferir una base firme a la exiratertitorialidad do les normas juridices. ‘Toda aplicacién ce leyes extranjeras queda subordinada, en este sistema, al arbitria politics del pais que ha de aplicarlas y a la unilateral yaloracién de la conveniencla, y oportunidad de su aplicactén. Bien dice sobro ol particular Romero del Prado: “Hl juez, en definitiva, seria quien Juzgaria de 1a portesia o convenietela, por- que ante él se plantearia el caso en el que se invoca une ley extranjera, Siendo asi, como no esté abligado @ apllear a ésta,. pom dria seguir la soya propia, mas facil de conocer, desechando ese exiraniera que se via le normaimente competente para decidir Ja cuestién, Serie, Hevado, entonces, » apll- car Ja lex fort siempre, y asi legariaiaos @ la ternitortalidad absolute, nuevamente al aislamiento, en pugna con él estado de eon viyencla internacional. ‘bor otra parte, a daa 0 més leyes con~ curren a regir la misma relactén Juridica, éébese por igual a tedas Ja cortesia, pero wuanica ns. como no puede aplicarse mas que uita, se legaria a esta situacisn: se seria cortés eon una y descoriés con las demés, necesaria~ mente nits, hoy puede apliear el juez la ley extzanjera por cor’ @ relacion juridica no ie dos casos idéntizos que deben ser solu. clonados gor una misma ley extvaniera, 2 uno oplicar esa extranjera com normal mente competente y al otro Ia lez jori, por capricho, exbitrariamente, o ventil dos jucces de! misme pais y uno seguir le extranjera y el otra le lez for?” @), IV, Tis escumuas srarwsanuas Segiin hemos dicho, wna de Ins co. clas juridicas mas notables de aber-Intraduciéo an el aranito a Hones interlocai stricto concepto de teritorialidad. Durante el pe- rivdo ea qué les pueblos eae sislados; ef regimen de Is absolute de Jas leyes no predujé mayores onsecuenclas. Mas en 1a medida en que les ynes comerciales se intensificaron, las nvenientes practicos fueron multipli- candose, Con ello fxé haciéndose patente la necesidad de hallar una colueién interme~ dia entre el sistema de la territorialidad y el de la personalidad estrieta, Hs asi como a partir del siglo xix surge en Italia unz cerriente doctrinaria dedica- da especialmente a resolver los trécuentes conilictos sustitados entre las leyes, usos ¥ costumbres (estadutos) de les diversas clu dades italianas, La tare de estos juris —estatutarios— consistid, en principio, en estudiar, interpretar y comentar los textos del Derecho romano (especialmente Jos que integraban el Corpus Turis de Justiniano) con el fin de encontrar la unidad cel sen io de cada instituetén juridiea y propor- cionar un eriterio coherente pera su regu lacién prictica, sla tendencia genoralisése en Europa surgiendo, asi, en Francia y en Holanda otras escuelas estatuarlas que ejereieron notable influencia en Ie integrecién de las modernas teorias, Sogin Machado Villela pueden distin gutzse, en este proceso de difusién doctri- naria, ‘cuatro periodes que corresponden @ las cuatro prineipales escuelas estatutarias, @ saber: a) un period de origen 0 forma eiér que comienza en el sigio xu y finaliaa en el siglo xvx Es la Gpoce. do la aparicién ¥ elduge de la escuela estatutaria italiana (2) Romero get Prado, ¥, Manuel de Derecho internacional privade, t. 1, pag. 296, BA. In Ley, Be. Alves, 1948 EEIR b) un verfodo de organizacicn representa do por la aparicién y desarrollo de la es- cuela francesa del siglo xvi. ©) un perfoda de critica en el cual la escuela, holandesa cetermina los fundamentos doctrinatios de la extraterritorieticad (siglo xv); y 4) un periodo de transicién entre las teorias es- tatutarias y Ios modernas teorfas de la co- munidad juridica, Este periodo esta repre- sentado por Ia. aparicion de Ia escuele esta tataria francesa del siglo xvne, 1 Escuela estatuaria idatiana. En las Dissensionis Dominorum, complladas en el siglo xx, el comentarista Aldricus plantes tematicamente la cuestion sobre qué cos: tumbre correspondia apliear en el caso de gue dos o mas s pertenecientes a dis Unbas regione: ‘ante un mismo jueg, sentando la siguiente premisa: “fudex de~ det sequi consuetudinem qune potior et tt Hor videtur”. (El juex debe seguir ta cos: tumbre que considere mas poderosa y itil) Achuallasba asi en el campo dat Dereeno interregional, con nuevas preyecciones, un antiguo fundamento del Derecho romano: el de Ja actio utilis pretoriane, que daba preferencia a la aplieacién de ‘un eriterio de equidad sili donde 1 Derecho escrite no Jabs. determinado caso. misina. cuestion es replenteeda y re- suelta en el siglo xmr desde un punto de vista distinte por el glosador Acursio, quien al comentar 1a Ley I del titulo I dol libro T Gel Cédigo de Justiniano, encuentra que di- cha norma fendamente la extraterritorial dad del Derecho de lo misma manera que postula para todos les pueblos del Imperio sometidos a la jurisdiccidn de éste, una mis- ma religion: la predieada por el apdstol Pedro (9). Sostonia asi Acursio que si un individuo natural de Bolonia eontrata eon otro originario de Médena y es domandado en ests ciudad, no debe ser juzeado segan el estatuto de ‘Médena. por a0’ ser sibaito de ella. Siéntase, con esto, el principio per- sonalista de que la autoridad sélo es impe- rativa para el stbdlto, de lo cual se infiere que los mandstos emanados de aquélla de- ben extraterritorializarse cuando se refie~ ren a materias propias del Derecho privado, Hste eriterio fué sin embargo revisto y controvertide en el siglo xtv por el profesor de Pisa, Bartolo de Saxoferrato quien al retomar el provlema tratado por Acurs! procure resolver prdcticamente Jus conic (8) Prescribia dichs ley: “Cunctos populos quoe clementiae nosttae regit Imperiten in tell veluans Teligione veresr! quam aivinum Petsum apostolurs tradisse romanis rellgio..."" (Mendamoy. que. los pueblos que rige ef imperio de nuestra clemancio, adopten Ia religiin que ensend a 100 romance el @iving apdstol Pedro, sen Io preseribe la misma rel tos de estatutos mediante un principto. de Justicia. Bartolo adopta como criterio fundamen- tal de clasificacién el que divide al Derecho romano privado segin los objetos de In re~ gulaclén: Ja persona y Ia res. Dicti 3 en la teoria de Jas reglas Juridicas (estatu- tos), entre tos que ae refieren a cosas (es tatutos reales) y los que se zefleren @ pe sonas (estatutos perscnales) Ahora bien: Dentro de cade cluded, tos estatutos reales son imperatives para todo el que se encuentre accidental o permanen- temente en ella; ios personales, en cambio, son imperatives Gnicamente para los sib- ditos. Fuera de cada ciudad, tos estatutos yeales no tienen efecto extraterritorial, En Jo que respecta a los estatutos personales, Bartolo postula alstinguir entre estatutes ersonales prohibitivos —que establecen in capacidades o prescriben nulidades— yes tatutos personales permistvos —que con- fieren faoultades—. Los primeros son extra- territeriales cuando son favorabtes, es decir, cuando [as rrohibiciones que establ tienden 9 proteger a las personas y,, por:el contrario, son territoriales ewando son des- favorables w ediosos, esto os, cuando res tringen determinadas facultades, Los alti mos s6lo soa territoriales y rigen par tanta, Wmicamente deatro de Ja Ciudad, cuando licnn una derogacion especitica. del De~ romana, las diferentes re- lies —a las que distingue en testamentos y sctos que no son i testamentsc—, adoptando ias Contratcs realizados enti vanjeras: Las exestion a las formas del contrato se declden por la ley o costumbre dei lugar de su celebracion y las relativas a las formas del proceso en que sen discutidas los contratos, se dirimen sogin-la lex fori. Bn cuanto al fondo o con- tenldo de los contratos, las consesuencias previstas en olfos se rigen y resuelven por fa ley del lugar de su celebracisn; y las ac- cldentales © Imprevistas, por la ley del lu gar ce su efecucién —cuando ese lugar es conocido— 9 por la lex fer —cuando es des- conocido. Testamenios: Respecto 2 su forma y a la interpretacién de sus disposi clones, aclicase el estatuto del lugar de su otorgemiento. Tocante a la capacidad pare testar, es aplicable ej estatuto de la ciudad a que el testador partenece."Hechos detic- tucscs: En lo relativo a delites previstos For el Derecho romano, aplicase, en modo exclusive, la ley del tertitorio donde el he- cho fué cometido, in lo atinente a delitos sélo previstos por leyes iecales, la escuela bartolista distingne das casos: Si el hecho, contrates siguientes soluciones: cteristicas, puede ser conocido eral, como delito, debe se gido por la ley local; si, por ef e ese heche cued dar lugar a ign, acerca de sus caracteres dellctuosos, e= ion ces c9 aceptads Je ley personal del sajeto agente, Las eoluciones propuestas nor le es: italiana ejercieron notable Influencia en. a, sobre todo a través de les trabajos de Baldo de Ubaldis, Saliceto y Caras Du- maui. 2, Bscusta estatutaria francesa det st gio x71, Los comentarics hechas por Car los Dumoutin al tilalo “De Summa Trinita. te et de fide catnoliza” del Cédigo de Jus tiniano, constituven el primey antecedente ucla estatutaria. irancesa, ela sslo xen, orlalists. Impuesto y di ucalisms, , al conferir una Juridica a ta eutenomia de ta Ia solucién de determined fase sin dud2 camo el paso 12 1a atenuacisa de aquel esteicta ‘oulin comiensa dividienda a os @5- ratatos en dos grandes grupos a saber: 1) tos que rigen a ta forma de les actos juios que Tigen a ta sustancia 0 contenido de tos actos. Respecto de tos pri- meroa considera dos situaciones: Si se tra ta de Is forma de los actos juridicos en ge- al, ella es sometida a la regulaciin de: ley del h 5 far de celebracién de éstos, aplleando ast este autor, el principio lacus git cctum reconocids por ia egzuela ita Vana, Si se trata de las formas del proceso, of generaliza- se adblere 2 la preval Jos estatutos que rigen a le ntenldo de Ios actos, Dumoulin introduce una innovacién doctrinarie al distingut ests gruso: 1) Estatutos supletorios, que comprenden Ia regulacién de actos juridicos de realizecién facultativa: En estos casos, Ie eleceién de la ley que ha de regir Ia rela clén Juridica queda subordinada a la ¥O- Tuntad expresa o técita ce las partes. Bt principio de la autonomla de la voluntad em lo relative a la eleceién de una ley eparece asi, por vaz primera, consagrado. 15) Esta tutes imperatives, que comprenden la rego~ lacién ¢e actos obligatoriamente impuestos por Ja ley: at son reales, es decir, si se r-~3 fieren dircota o pricipalmente a los bienes: son territoriales. Si, an camblo, son perso-, ales, esto es, si regulan Ja sitnacién jut dica Ge las personas, tienen alcance extra: territorial, pomipz0a ni Otro notable representante de Ia esduela francesa del siglo xvz fué Bertrand D'Ar- gentré euya doctrina, si bien earecié da in fuencla en Francta per metives politicos, adquirié extraordinarias proyecciones en 10s paises Bajos, en Plandes, en Inglaterra @ incluso en los Bstados alemanes, sste autor se pronumcia en favor de la territorialidad estricta de todos les estatu- los; ¥ aun cuando acepta la divisién de éstos en reales y personales, subordina los segundos a los primeros considerando 2 10s anales como una aplicaciéa excepeia~ Ral del principio bésico integrado por los estatutos reales. cer te 83 contra el pod en la calidad juridiea de las co- en general y de los inmuebles en espe- clal; los que regulan e] régimen de las he- enciss, donaciones, eteétera; y los que se refleren, a Ja ves, a personas y a cosas (es- ‘tatutos miztos), a saber: leyes que esta- blecen, modifican 0 restringen capacidades ® incapaciiades para adquitir © enajenar bienes; leyes impositivas y leyes que, de un modo general, relacionan a la persona con un bien, Sélo son personales y tienen, por tanto, ‘ajeance extraterritorial, los esiatutes que establecen caracidades 0 incapacidedes ge- rales; pero ‘no Io son los que las cet minan en modo especial, es decir, reforidas ‘a.ciertos actos juridicos, 3) Escuela holandesa, Profundamente wenciados por Ia doctrina de D’Argea- tr8, Jos juristas de los Paises Bajos adki- rigtoase al principio territorialista tunda~ dos en que las normas juridicas sélo tienen validez en el territorio en que fueron dic- tadas La escuela holandesa, constitaida por Pan- Jo y Juan Véet, Ulrieo Haber, Nicolés de Bourgolgne y Rodemburgo, acepta la divi- slo ya tradicional de los estatutos, on rea~ les y personales, al tempo que desarrolla a doctrina de los denominados “estatutos mixtos” en los gue inciuye prineipalmente los relativos a la forma de los actos y los Drecesos. Pero, en todo caso, como regla general, 10s suberdina al prineipto territo- Halista, Apremlados sin embargo por la necesidad Ge conferic seguridad los negocios juri- Gleos —que en no despreciable medida eran reaiizados con extranjeros—, los estatuta- rios holandeses admitieron Ia extraterrito- Tialidad de ciertas leyes (en especial, las relatives a Ia condicln juridice de las per sonas), con el fundamento de la cortesia y utilidad resiproca.al que nos hemos re~ ferido en el capitulo TIt de esta n.isma vow a adopeign de I doctrina de a comita gentium por parte de la escuela holandese, signified solucionar, mediante un métede critieo comyarativo, los graves. probiemas jaridizos suscitados, de una perte, por las Giferencias de legislaciin de los distintos Estados, y de otra, por la nevesidad politica de mantener el principio de Ia terzitoriali- Gad en funcidn del sentinniento de indepen dencla que pravalecia en los Paises Bajos 4) Escuela francesa del siglo xvez, Esta ela estatutaria tiene su pelmera ment tacisn en tos trabajos del jurista Poulle- ois (1880-1672), caya doctrins representa un notable avanee sobre el rigido concepte tertitoziatista prevalente hasta el siglo xvn Sostiene Boullencis que todos los estatatos xr Igual, personales 9 resies, No pede a los de uns especie, wee preeminen. cin genética y permanente sobre los de otra parque ello signiticarfa forzar Ia. natu fa de {x propia regulacion juridiea, Bl caricter personel o real que puede te ner una ley est determinads, en primer lugar, por @l mismo objeto que ella regula y. en segundo lugar, por Ja inteneién ma~ Rifiesta del legislador. Si ninguno de estos os elementos nermitiese In. determinseic de aquel cardcter, debe entonces consids rarse que la ley es real, ‘Por rogla general son personales, segin Boullenois, tas leyes que establecen el estado y la condicton Juridies de las personas, Pero estes leyes pueden ser: 1). Universales, cuando prescriben capacidades generales sin referencia a blenes, como las gue del minan lag condiciones de 1a mayoridad 0 Ya emanclpacién, Bn este caso, son siempre extraterritoriales. 2) Particulares, cnando determinan capecidades o incapacidades eciflcas, como las que se refleren a las facultades que tienen las personas para re allzar clertos actos, Estas leyes tienen ¢! to extraterritorial sélo cuando afectan @ les personas y no 2 los bienes, ‘Tienen, en cambio, cardcter real y son por ello, puramente territoriales, las leyes ‘que regulan la condicién juridiea de los bie- ns. Jos cuales estan subordinados en modo exclusiva al estatuto del Iugar de su situa~ elén. Con resnecto a los muebles que cars cen de asiento permanente, Boullenols cun- sidera que del hecho de que el lugar de situacién de los mismos coincide con el do- micilio de su propletario no puede con- elyizse que el estaimta que ios rige tenga earicter personel sino que este estatuto es siempre real. Tocante a tes convenciones pn general, este autor subordina su validez"a un triple régimen: Con relacién a la capacidad de Jos contratantes, rige la ley del domietiio. de éstos; con referencia a la naturaleza, formacién y formalidades extrinsecas del contreto, rige la ley del lugar de celebre- clén; y en punto a los efectos del contrato en relecion a los bienes, rige la ley de! ugar de la situacion de éstos, Otro integrante de esta escuela es Bou-~ hicr quien, como Boullenols sostiene que los estatutos som reales 9 personales segin el cardcter del objeto que regulan y la inten- clén clerta del [egislador, Pero Boukier am- plia mAs ain el ambito de Ia extraterrito- Tiaitded normativa en cuanto sostiene que en caso de duda sobre el cerdcter real 0 personal de un ectatuto, debe prevalecer este dltimo. Afirma en punto a esto que el principio territorialista cays difusién con- duce a dar prevalencia a 1a realidad de los estatutos, no hace sino fraccioner el régi- ‘en legal de un mismo patrimonio multi- pilcando los inconvenientes para su admi- nistracién y transmiston, Por su parte, Froland, otro representante de esta escuela, confiere ain mayor ambit de valides 21 estatuto persona apliesndolo incluso ai regimen de ios bienes. Basta que una ley legisle sobre Ia situaciin juridica de una persona pera que sea considerada como estatuto personal aun exendo sus Breseripciones se refieran también a bienes Para Froland, la persona adquiere siem. pre primacia juridica frente a los blenes y ® la organizacin de Ins riquezas. Rs la nueva concepelén humanista que aflora en la doctrina con el advenimiento de la Re~ volueiin Francesa. Ts la culminacién de un largo proceso histérico y el comienzo de una nueva etapa que ha de dar nuevo sen- fido a las instituciones juridieas y nuevos fundamentos @ Is legislacion, V. Caimrca 4 La poctaa estaronanca Un anillisis de la labor desarrollada por los estatutarios pone de relieve una serie de errores y contradicciones en su dactrina pero taimbién demuestra ia existencia de un saldo positivo, Bl primer ingonvenlente que plantea Ia doctrina estatuiaria sarge, por un lado, de Ja diversidad de eriterios aplicados por sus representantes para. clasiticar a los estatu- tos y, por otro, de ia falta de unidad para determinar cuales elementos debian consi- derarse 2 objeto de establecer la territoria- Had o la extraterritorialidad de los mismos, Con el fin de sentar una regia general ‘ane permitiese resolver la cusstiga de si una ley debia tener o no consecuencias extrate- 16 zuotetorennd rrilortates, log. estatutarios clasifiearon a Jag normas juridleas en dos principales grat os, 2 saber Teyes 0 extatatts zeales 9 Ieney b estatutos personales, Eo estos cas foe Incluyéronse toda canjunto, todo ster normative postivo, haste que D'Arc la ecousla holandesa crearon une meen categoria: la de Tos estatalos mixtos, are ra bien: 1a mayor dificultad consistid, como queda dicho, en la falta de un estes uniforme para Iogear una elasiticeeign at? iva; pues mientras tna escula come deraba @ determinacas instituciones sept ladas pot el etatato real as, en carctie, Ja concebia regtides por el estatuto porns, ; nal (8) (3) Desde ot punto ee ceran “eapresn Warten Gtganen Sible distingair sepia se sencn Y regis que se veeros Brlieras. deste heyy, ne Sen nk 8 Berecho silo se ocupa we tas ceeee garnets isles entre pesones. La quiets dorcas wea a distingo oe puso de rtleve con cease aes arear ol ecintnto inglés: "Bt peaasgenle bees tod es bienes del csusante” Buidcnteneute oe tstatuo se refiece tanto cosa (los hens aa ne faite) como a personas (el prisoginite torsceas Yes hecmnanos pospucsio): pare cons in aioe Siparcita, evel otto teono ae, Srecustor cae’ Jog autores a acluir et eatuta en une do laa 7 categoris, Bartolo {adica coma tiara deste te Fedaeel6n Yézica del siamo’ extatuto ey persot dal, tesa" sPromogenitny sustedat i oan Tonite: yeu cea, af dion one docedanttean venlaae tin peimogenituian. Argontee ey tanpoctvnente on esta ovtsidn bute per the wat oe fos docsron La caste ectogoria del asco ton demunstra ta tempostulidad dela vision, prem ctidlenda da Ia embigieded de ios teeainon 7a ~ ie algtnos.estetutarios entemisn por iss toe {Statitonsetarente a tos aston ng obese, Ik Aiterencis entre westataion ealom sentauton fete fcatiese sp mantuvo durant ence sigs © mele five cesucd en obras necarenesciaa cenpats at Strigny habia. dado muerte al dcegon, in cause cozeise en quo en aque! ating ae mulogue ete brepticiemente ota divatsn bipactta Mgleusente ca onan in ete estos con efeioeitaar foniales'y estarutes on efectos tase y extate forinls, St arzuaire los pariarios de la ewes Holandosa.devlaran que todes 10s cstatutos 208 @ Fetes, no-gulsren deci que tas ins veins Jarl ‘tions co telievan s coma ano que ea i sl Sondicts poooee valiges silo ex el torino oa {fae fuerohomitdas, Ea otras pales, oe eee ticios mescian tine aiision a8 atsveon at cb con oa en atenotcn 4 los actos ua ast fatuc fos estates segan que sean meramente Fatenrtoiates ot ves exuraceritriles @ dtdahlemente *tacameatal 9 iogieueente Ib8 be oto sla clatncn sostene toe ro sratice del Dereeno internacional privn cs 2 bio, no implica su solucidn. Por el otro lado, Me Tusign anise ambos gro de aivisones bi S Infuneseatosrerentan = eat Ser exteatersttoriaes (eB. ehs o retires © 2 Tita, cede ta Stacléa de jurado 2 Epltabic, sasshigo ate reicrea'» ine sltves ctataton referestes & peTsonns POR ge fesulter igcroraments biratritriies (et. ioe ontadutoe perisinor 7 Tox protibiivoa yURIDICA Por Io demas, cuando se observé que al- ganas leyes —por ejemplo, las que deter- minaban Ia relaciéa juridiea entre una per- gona y URS cosa, o las que reguleban la forma de los actos, la ajecuctén de Jas sen= iencias 0 los efectos de las obligaciones mprendidas ni en los esta~ en los personales y se las agrupé, Dor ello, en la especie de “estatutos mistcs", el problema de si correspendia 0 no concederies extraterritorialidad, subsis- tid, Jo cual trajo apareiada, durante iergo tiempo, una izremediable inseguridad en las, Gecisiones judiciates. A pesar, emipero, ce estos inconvenientes, ing escuelas éstatutarias tuvieron el gran mérito de introducir en las legislaciones d= occldente ui inayor movilidad, una mejor adaptacién alas necesidades ambiente: No debe desatenderse, por otra parle, Ie poderosa influencia ejercita, por las teorias de los estatutarios ex ta moderna doctri juridica. Tan nolable ha sido esa fnfluencta ‘gue muchos autores modernes como Lat je5-Sommitres, Von Bar y Ca~ teran cue Incluso los redac~ tores del Cédigo civil franeés siguieron en muchos aspectos, los lineamientos tradicio najes de las escuelas estatutarias aunque sensiblomente modificados on faneidn de les eyolucionadas conrepelones juridicas. VE. ba ‘Varcilles-Sommiéres ha tratedo de actua- Sriswen dudas eccrea del particular. Asi por slem= plo opina Bartolo que €) estatuto que prohibe Is orencia de las tujerce, 22 odioso, sasutrae Que Baldo crea que es tavornble por no haberse aio con el anime. de perjdleartas” (Werner Golde schmidt, Stetema y aaco/la det Derecho interna Clonal privet, & 1, pigs. 160» 171, Bulelones Jue eas Europe-América, Bs. Alres, 1962) ur =xTR En lo que respect a la condicién juridica de los bienes muebles em relacién a Jos de- rechos de sucesién y preferencta, Vareilles- Sommiéres [os considera regidos por 1a ley del domiciifo del propietario. ¥ tocante a tas formaltdades extrinseeas de los actos, si yegulacion depende de la ley del lugar de celebracion, Finalmente Vareilles-Sommie- res acepta en su sistema territorialista un principio de exeepeliin relative a las leyes supletorlas ¢ interpretativas: éstes no se apliean en caso de que Jas partes muni- fiesten, de un modo expreso o técito, su voluntad de hacer regir una Gonvencién por las leyes de otro Estado. Actualizace aqui el principio de la autonomia de Ja voluntad ex materia de eleccién de leyes, pastulado por Damoulin. riticando 1a posicién de Vareilles-Som- ‘migres, Romero Gel Prado se adhiere a une oportana observacion de Piet: “La. I para Vereilles —comenta Pillet— es terri- torial; pero este territorialidad, ea cuanto constituye up principio Internacional, 2 impone no s6lo al Estado de euya ley se trata sino a cualquier otro. Tiene lugar un eto juridico en un pais determinado; s2 le somete (exceptuando la capacidad de Tas partes) a la ley de ese pais; y si mas tarde la vatlder de ese acto se discute ante Jos jueces de otro Estado, Ia ley de origen de ese acto es a la que los jueces deben referirse en virtud del principio mismo de la territoriatidad, No era éste el sentido que Gaban los antiguos a Ia palabra territoriali- dad y jamig entendieron por tal sino 1a facultad que pertenecia a los jueces de apli car su propia ley en Jas relaciones de De- recho planteadas ante su tribunal. Pero hay. ademas una contradiceién. Esta misma te- jorialidad que somete a la ley de un pais el acto reallzade por un extranjero en ese pafs, impide a esta ley proyectar sa efecto fuera del territorio en que ha sido promul- gada por el soberano y autoriza al juez ex- fcanjoro @ aplicar Ia ley extranjera on dos los procesos que esta amado a juagar. Admitido el principio, results. forzosamente que no es posible aplicar en el Bstado s su ley propia; podra torturarse todo to que se quiera la palabra territorialided, pero jamés se podré hacer surgir de ella. un prin~ cipfo de extraterritorialidad” (3) VIL Ei sistema 05 ta excrpocwpap partir del preceso de consolidactén de la politica de equilibrio interestatal, que se inicia en 1648 con la Paz de Westfalia, fue tomando enerpo en Europa, para Ja aplica~ (8) Romero del Prado, V., ob, ot, t 1, Pag. dea, ciér, extraterritorial de las Jayes, el sistema de la reciprocidad, 10d0 que la comitas gentium, acidad un fundamento utili- Sbutlvo cuyo rigido ex pediente impide, las mas de las voces, arri- bar 2 Ia solucién de casos concretos con am eriterio equitativo, ‘Tres son las formas que ha adoptade la reciprocidad: iu leyisleiwe, la diplomdtica y 1s consueiudinaria, Le primera de ellas subordina la aplicacién de las leyes de un Estado en ef territorio da otro, a Ja sancién, por parte del primero, do leyes que admiten en su territoria, la aplicacion de normas det segunda. Esta forma presenta el inconve- te, @ veces iMsalvable, de tas fluctua- ciones leaislativas consecuentes de los cam- bies prlitices. La seguada, en cambio, mas flesivle y adaptable a las contingencias bistérieas internacionales, toma como tun omento de una extraterritorislidad exigi. bble para tos Bstados, la existencis entre ellos ce traiados. Esta forma sapera 2 ta prime- ra, al establecer un régimen de seguridad derivado de In norma de Derecho interns- clonal pacta sunt se) distintos Estados a cumplir malizades entre ellos. ¥, por cera, 05 Ia fundamantada en. situaecl hecho. esto es, en la costuaabre seguida por os Ustados de reconocerse reciprocamente Ia extraterritorialidad de determinadas le- vyes, Bs, mas bien. una medalidad de la co- La forma mAs difundids Ja reciprecidad es Ja diplo- matica, ¥en punto a su aceotacién por las vzislaciones Internas ese forma ha sido ra. vex sistematicamente consa. orticulo 11 del Cédigo civil fran- que establece: “EI extraniero gozara en Brancia de los mismos derechos elvil rdados a los franceses por los tratados con I necién a Ia cual ese extranjero pe tenezea” (0), Aun cuando en modo extrasistemético, ta reciprocidad ha legado 2 ser admitida en ja legislacién argentina, Asi, por ejemplo, en materia de ejecuctéa de sentencias ex- tranjeras, el artieulo 588 del CAdizo de pro- cedimientos eivil y comercial de la Capital Federal y cl articulo 569 del de Ia provin- cla de Buenos Aires eubordinan aicha eje- cucion @ le convenido en los tratados cele- bredos con otros paises, ¥ el mismo fun- damento Henen Ia. ley nacional 1612 sobre (5) 51 primitizo prosecto ae aste article pos ulaba Ia feciprosiaad iesitiativa, Pero, diaeutlas fl mismo, adoptice la torma dplomatica por son- Siderdresla mis Independiente de los cambios pol ‘Heo legislative, sNetcLopsDi4 extradicléa y Ia 8867 (modifieat art. 287 del Cédigo de comersio) que el funcionamiento en’ el pais, de sociedades anénimas extranjeras (7) Criticando el sistema de la reciprocidad, dice Romero del Prado: “No es posible ne~ gar la aplicacién de la ley extraniera en an Estado por el hecho de que la ley ce este no sea admitida en el primero o en aquél cuya ley se invooa, en el segundo. No es posible argumentar que la reciprocidad fa cilita Ia represalia y que es asi un medio de obtener are lo vropio Io que se niega en el exterfor, negendo a su ver al extrazio hasta tanto se conceda lo misme a lo de eno. El lalida no fas nunca una regia de lereelis, porque 12 conduct de uno no se regula por ia condusta del otro, sino en tan- lisne prinetplo elguno de jus. ‘Si un Estado no debe adzitir en su te- rritorio las layes de atro, si-éste a su ver no admite las suyas de Ie misma naturale za, giratiamos en un circulo vieieso: Yo no concedo si no se me concede, y gquién eon. 1280? Si egpero que el otro lo haga cerlo yo, et otro esperara que yo 10 haga, para hacerlo él. Mutuamente espera remos y en esta forma, en definitive, nin- guno lo hard. Resultado: volveriamos a ta Spora del descanocimiento absoluto “te Ia aplicacién del derecho extranjero, al alsla- mlento feudal” (8) VIII. La wactowaummsn conto FoNnaMENrO DE lia idea de que el principio de 1a nactona- lidad debia presidir a ta organizacién po- Litica del Estado, fué difundiéndose, sobre todo en Francia, después que Bodin preten- dié fundamentar el concepto de scberania en la autoridad absoluta del monarca. Y esa idea se hizo patente en las generaciones posterfores proyectindose a través del idea~ rio que informé a les acontecimientos de la Revolucién Francesa, Pero Ie. idea de le nacionalldad no quedé circunscripta en esta época al Derecho pi- dlico sino sue también se extendié a mu- chas concepciones del Derecho privado. Asi. el arbiculo 8 del Cédigo civil francés comié el principto para fundamentar 1a extraterritorialidad de las normas deter minantes de la condicién juridiea de los franceses. Establece éste precepto; “Las le yes relatives al estado y capacidad de las (7) Bl art, 2 de Is tey 8007 determina In vigen- ela de) ort, Te: “para lag sosiedades cuyo pale de Srigen admita le reciprocidnd™. Pare am modo al _ uno se rerlere 4 Ia preexiatencia de trateaos s0Dr2 @1 particular (3) Romero cet Prado, V., ob. ot. t 2, pag. 302. personas rigen ’s los iranceses aun cilsndo residan en pais extranjera” Se advierte, sin mayores.explicitaciones, que este articulo results eriticable desde el punto de vista del Derecho internacional pivads, ya cue lejos de dar une solucién genérica 2 los problemas de estado y ean: cidad de 12s personas en general, se cit cunscribe a determiner unilateralmente un criterio de regulacién. para los propies na~ olonales. Alguos autores sostienen que en el Codigo civil fra identifican las mociones de Gomicilio y Aacionalidad, Asi, por Foelix, al comentar el referido cuerpo legal sestiene que das expresiones de nacional ¥ comlellio del individua y de terzitorio de au o'ratria, pueden ser empleadas entre nacionalic sgaca de la sancién de por a tipica signifi 6 a cada uno de esos concen~ uiterlores interpretaciones, tener exe ol p 0s. codificadores franceses fificado nociones tan diversas. Bs més aceptable la tesis gue sostiene que, la san- a del Cédigo civil francés representaba, su momento histérico, una tendencia diversas, para norecién ne se halld mejer soluston la diversifad de cri- imperontes on las distintas legisla ‘ciones locales de Francia, un tnico criterio: al de la nacionalided francesa La doctrina de ia nacionalidad como fun- eamento dele extraterritorialidad de les normas juridicas. Na sido desarrollada y ex- puesta por el jurisconsulto italiano Pascual Estenislao Mancini, Surgida su labor a me- Glados del siglo pasado. en consonaneia eon el propésito d3 unificar politicamente a Italia, Mancini atrajo en torno suyo 1a atencién de numerosos juristas de su epoca siendo uno ce los fundadores de ta Escliela, Taliana de Estudios Juridieas, Frente al presupuesto Moséticn de ta comitas gentium que cubordina la extrate- rritorlalidad de Jas normas juridicas a la voluntad de los Hstados, Mancint propug: tun prinetnto por él denominade de ta jus: tieia internacional fundamentado en el De- recho de gentes y derivado de Ia constante vineulacién de log pueblos en una nica comunidad juridica. La teoria de Mancini, impregnads de pro- fundo matiz politico, se manifiesta, como un intento de sistematizar en una sola con cepelén dos ambitos juridicas en ese mo- mento inconciliables: el del Derecho inter tos a través ns sere no y el del Derecho internacional, Para este autor, todo ordenamiento Juridica estatal se integr= mediante el equillorio entra el po- cer del Estasio y los derechos subjativos de os individuos. Por su parte, el orden juri- co internacional surge del equilibria entre Jn comunidad universal y la scberania de cada Estado, Toda Instituelén, toda sttuecién de hecho: © relacién Juridica que de alguna manera afecte o se vincule con la saberanta de un ado, os regida por leyes de estricto ca ricter territorial, Ahora bien: la Independencia politiva de cada Estado presupone necesariemente a. 9 5, 1a capacidad de dictarse 1S Ieyes, capacidad qua no puede ingide, ni coartada. La indepen- ia. mubua de ls Estados tlene asi et isma cardeter mvisleble de Is libertad mutua de Ios individuos, Cada Estado Wen: el deber de reconocer y respetar Is sobers- nia de otro Estado. De esta premisa inflere Mancini que la eplicacioa de normes juridicas extraneras, subordinads a Is cortesia de cada Estado, constituye un -deber juridica internacional cuyo cumplimiento resulta, ineludible. Surge asi, como una ostricta obli- gacion de los Estados, el reconoeimiento det Gerecho que tienen Tos extranjeros de in- yorar las normas juridicss de sus respecti- vos paises en lo aue concierne a Ia regula cién de sus situaciones y condiciones juri- divas fundamentates (2). Poxd. Zcu8l es el eriterio de distinciin de estas situaciones y condiciones? Qué nor ma Juridica corrssponde apliear ante el caso concrato en gue rm extraniero inveca su propia ley y su colitivante la rechaza? ‘Bl mismo Manein} nostula Ja solusién soste niendo Ja necesidad de distinewir en el De recho nrivade del individua extraniero dos partes fundamentoles; una necesaria y otra voluntaria, La parte necesaria es Ia consti- tuida vor leyes que rie: do nersonai, el orden y las releciones.de familia, Tales situaciones Juridieas- no dependen de ta voluntad de los individuos. Nadie puede renunciar al estado y a las relaciones fa~ (9) Sostiene Manctni, emoeto, aue de In mio koa manera que um extronjero puede revlazan eb nombre del brincinic de nacionadad. el retovoe! Intento © resneio de cu Derecho crivade. ¢! Solace Buede, en aombre te su indspeadencia palsies Impedir la aplieactén dentro. de au teitorio de tod Bormaa contraris atu Derecho publics a orden publico en él constituido, Bs de noter. por Yo demés, que Mencia! se refiere a ins personas en general 7 no sélo log coun: fon el a8. 3° del Coa. civil frances, Bo esto, Te teorla del profesor italiano supera con amplited, su antecotente doctnnaro, millares que le son atribuidas por lacley de su patria, La extraterritorialidad: de estas leyes es, nor tanto, evidente, Le parte vo- Tantaria es la gue concierne a los bienes y au goce, a la formacién de tos contratos y, en modo general, a toda obligaciéa de fuen- te convencional. En estos supuestes Mancini admite la opeiéa entre a ley nacional co min, de ias partes y Ia del lugar de cele bracién det acto con excepeién de Ios eas: en que el Estado, por razones de orden pi blica 9 en resguardo de su soberania, im- pida Ja aplicacién de nocmas extranjeras. La Influencia det sistema de la naclona- lidad propugnado por Mancini manitestése en 6l Cédigo civil italiano de 1883, en el es- pafiol de 1038, en el japonés de 1898, en el alemin de 1900 y en el brasileno de 1911, mo, Holand 2 y Portugal ea come Brasil, Chile y Pert en Am: riea siguieron esta misma orieatacion~ EL capital reproche que se formula en doetrisa at sistema de la nacionalidad es el] de postular, con trascéndencia universal, nes particulares, .Ya Savigny, antici- pindose al desarrollo teorético de esta doc- trina expresaba que st Ia comunidad juridica, internacional da por sentado y constituido versal vigoncie, resulie. imposible armoni: zar soluciones internacionales —aue deben contemplar,a Ios Intereses generales de los tados—, con un eriterio nacionalista, Por lo demas, cabe sefialar que, en la ica, la doctring de 12 nacionatidad wr ofrece notables inconvenientes, 1 primero de ellos resulta de Ia necesidad de estable- r en cada caso, como euestién prejudicial, cual gs la nacionalidad de la persona cuys jen patrias ha de apliearse; cuestion esta que resulta particulermente dificultosa en el caso de que una legislacién atribuya al hijo de un extranjero la nacionalidad del padre y otra legisiacion desconozea tal atel- buetén. Otro inconveniente notable surge en al caso de una relacién juridice constituida entre dos o ids individuos de naclonalidad diferente que invocen, cada uno, su propia ley, Habria que admitir, en este supuesto, la posibilidad de dos o mis soluciones even- tualmente dispares o negar toda eflcacta al ‘incipio, Es interesante destacar, por lo demas, ‘oue el mismo Cédigo civil italiano de 1865 —entre cuyos redactores contése el mismo Mancini, no ha seguido, desde el punto de vista del Derecho internacional privado, una sistemética estrictamente fundada en la nacionalidad. Asi, en lo relative a bienes inmuebles dicho Gédigo se aparta totalmen- fe del principio y, en lo atinente a blenes ENCIGLOPEDIA muebles, sélo Io acepta en tanto no exista disposicién en contrario establecida por le ley del lugar do su situacién, 4 pesar de que la doctrina de 1s, naciona- lidad ba sido sostenica, entre otros, por Fiori, Catellani y Fedozzi, en Italia; Audi nat, Durant y Welss en Franclay Laurent en Bélgica; Zitelmann en Alemania y Bevila- qua en Brasil, adviértesc en Jos ‘ltimas afios una general tendencia » abandonarla para ser Sustituida por Ia del domicilio. Ello ha oeurrido ya en Brasil, pais que en 1942 ha adoptado —en sustitueién del sistema de la nacionalidad— Ie ley del domicilio para determinar las normss sobre 1 comienzo y el fin de la personalidad juridiea; ol nom: bre, 1a eapacidad y los derechos de familia, Asimismo, en Alemania, Von Simons se ha pronunciado en igual sentido; y oto tanto ha ocurrido en la sesién realizada por el Instituto de Derecho internacional en Cam. bridge en 1931, donde se sugieieron y adop taron regias de solucidn fundades en la doctrina del domicilio, 1X, 8 SISTEMA DE La coMNmaD suREDICA En su Sistema de Derecho Romano Actual, Federico Carlos de Savigny sostiene que el fuadamento esencial de la extraterritoria- Ndad de las normas juridicas teside en Ia comunidad de Derecho existente entie loa diversos Estados cuyos pueblos, dentro de un misao grado de eivilizacién, encuéntranse en contacto frocuonte, ‘Tal comunidad torna posible, segdn este autor, que tos Estados puedan admitic —y admitan efectivamente— Ios mismos prin~ cipios juridices y organizer, en hase a ellos, instituciones andlogas y concordantes, Afirma. asimismo Savigny que esa comu- nidad no €s, empero, del todo completa sino que tiene Gus limites, ¥ estos limites se Deebeplaal umn as tailacionss a s han sido organizadas bajo diferentes Principios fundamentates, Tal el caso de Un pueblo que admite la poligariao le escla- vitud, frente a otro que las desecha. Por consigulente, cuando en determinado as- pecto no existe comunidad de Derecho, no puede tampoco existir fundamentas para Ta extraterritorialidad normativa (9 bis) (@ bis) Lae excepelones que scopte Sevigny el principio de le comubidad furidion, son ce dos ‘laces 2) Leyes de naturatess position riguresamente obligatorias eeutro del territario de un Estado, euyo covtenido exctuye Lmperstivamente la spi= ‘caclon de otras Teyes, 'b) Ingtituetonce de un Estado extronjero, cus exiteavia no se anewentra, en general, resonocid® Gm al ovo, bata excepolsn reflércee a toda aispost= ‘lm legal extranjera cuyo contenido results ID- competibie’ con al “espiritu de la legislacion post~ Hive" de un Batado, tal D104 Con el fin de establecer un eriterio 1ggico pare la solucion de los conflictas de leyes, Savigny Invierte el método seguido por los estatutarios 09). Mientras étos partian del estudio y clasiticacién de Iss leyes 0 es- tatutos pare determinar eu campo de apli- caci6n, Savigny analiza primeramente, me- diante’ un examen comparativo, las instiiu- ciones afines existentes en los distintos or- denamientos juridicos, para establecer, en un segundo momento matédico, la ley spli- je a elas, a Considerands eisladamente, em su univer salidad, 2 las distintas relaciones juridicas con abstracelin de las reglas de Derecho que las estatilecen concreta y positivamen- te, Savigny pestula un principio fundamen- Para enile relacién dz Derecho debe determinarse y aplicarse 1 dominio juridico esté mas. conjerme con la natural propia y esencial de esa relacién indepe Gientemente de que la norma. aplicable sea nacional o extranjera, ahora bien: como toda relaclén juridica 2a ésta de cardcter personal, real, con- tractual o prodesal— iene por condicion necssarla © un determinado ambito espa~ cial, la propia naturaleza de la relacién exi- ge, segiin Savigny, que se atrbuya a ésta un asiendo legal, una. radteacion en el os- pavio (esieges). Hste asiento permitira de- terminar, por un lado, 12 ley aplicable 3, por otro, 2a jurisdicciéa pertinente. Pero, para poder establecer con riger me- tédico, dénde una relaclén juridlea tene (20) “tas estatutarios “alee view vivieron elaborarou su doctrine en wha époce en due el tonsapte del Bstedo ra distinto sf que impersba ta te époce da Savignr. Batonces ara una entlasd oniotaria del hombre + ave eerechor. et Ie Had IMed'a habia siorvos, ttolerancia rellgioss, alta Ae Iivertedee polities: todo een destaareeis con el mmovtmlento de fines eel Siglo RVI, 7 Seeley, qe esetTbid oval n medisdos ae sizio XIX. 53 encontre on ess transformacion profunde: el hombre es el propleterio de est entidag que se ams Estado: Dor eousiguieat, oo al sujeto de tae teleciones Fldieas y Iz lev gue ea resula también e prople- ‘ad lel Rombee, Tal concencién importa una te versidn sheoluie aat soncento antiguo. 7 de ahi que Saulzny estutie Is aaturaleza ce cada enapO releelones furfdlees, pora deteripinar el douit- io del Derecho que Ie deve ser aplicable, a alte is do Tos ectabutarion que extudiaben y last ‘Tleaben tas lever pars cubesdinar 2 ollas lag rola nurlaieas, ‘Comin el Notabre es et suleto de las relaciones Juridieas, Is doctrine de Salone viene a concer ar con al concent nuevo del Zetedo. creado. por la Revohuclon Prancesa’ ef Estsdo es para el hora bre, go of hombre para ol Estado. Hl stado no ee cum fetioe que tenga In propiedad det hombre, sino que es una creacian esha por el Romnre, que es eL soherano, para manejerse on la vida de relacicn Social” (Vito, C. M. Derecho iaternacionat privaaa, £1, pd, 149, sa. Bibllotecs Juridica anrentina, Bs, ‘ales, 198%). onepa - x1- 48 on BEES su asiento, Savigny recurre a an nuevo con- cepto fundamental: el de la sumisién 00- luntaria de la persona a una ley. Sostiens, en punto 2 este, que el Derecho aplicable a cada relacién juridiea encuentrase bajo el influjo —por cierto Timitado— de le libre voluntad de las personas interesadas qule- pes, al acinar juridicaiente, ce someten por su propio arbitrio al imperio de una ley y una jurisdicciin determinadas, Beta su~ mision voluntaria “se presenta bajo formas y en grados diversos: Unas veces la yersona se subordina a un Derecho local pudiendo elegir otro. Bs lo que ocurte goneralmente en materia de obligaciones contractuales, en las que ef Derecho local Ubremente ele gido debe ser considerado como parte inte grante del contrato. Otras veces la persona. fe somete a un determinado ordenamiento juridico como conseeuencia de Ia propia ad. quisicién de un derecho: Tal el caso de quien adquiere un Inmueble situado en te- miitorio extranjero y, por virtud de dicha adquisicida, acepta el Derecho local que rige al inmueble. ‘Diversas situaciones de hecho pueden ser- vir, segin este autor, para establecer esa swnisign voluntaria y, consecuentemente, el asiento de.una relacton juridica, Asi, el, domicitio de las persones puntualiza’ el asiegto de las relaciones en que ellas sean partes; el lugar de ubleacién de un bien permite establecer el asiento de la relaciéa en Ja cusl ese bien sea objeto; el lugar de ce racién de wn acto conduce a la localiza clén del asiento de Ia relacién que ese acto implica; y, andlogamente, la. sede det Tri- dunal dotermina el dmbito espacial de su jurisdiceisn, Con estos fundamentos Savigny postales el sometimiento de cada grupo de reiacio- nes juridicas. a una ley determinada en la siguiente forma: 2) Estado y capacidad de tas perconas. Se regula seein el Derecho local del lugar de su domicitio. ») Cosas, La adoulsién, éjercicio, mo- Gificaclén 0 extincién de ‘derechos reales estin recidas por Ia lex ret silae, es decir, por cl Derscho vigente en el asiento lecal de los bienes que son objeto de la relacisn. Quien acquiera y ejerza un derecho sobre una cosa —dice Savigny— se transporte con Ia intencién al Iugar ocupado por la misma sujeténdose esi voluntariamente a] Derecho imperante en ese Iugar. ©) Obligaciones, Para esta categoria de relaciones juridicas que, en s{ mismas con- sideradas, no ocupan un lugar en el espacio, Savigny postula elegir —a los fines de 1o- calizar su aslento— entre el Ingar de sa celebracién y ol de su ejecucién. El primero sera sastiene— es indefinido, accidental y ex- ‘trafo a la esencia misma’ée la relaeién. BI segundo, en cambio, es clerto y seguro. ¥ pnesto que Ie obligecién silo tlene valor Juridico en tanto es 0 puede ser ejecutada, e) lugar de su ejecueién surge como el criterio nacesario pare. la determinacién de su sede, Estas relaciones son, por tanta, regidas por Ta ley de su ejecucién (1) @) Sucesiones, Puesto que Ias relaciones juridicas pertinentes estin por completo sujetss a ia persona del extinto, Savigny ostula que el derecho de sucesién debs ser regido por la ley del domicilio det causante 8 la época de su muerte, ©) Familia. Tocante a las relaciones co- rrespondientes al Derecho de familia, Sa vigny las subordina a la ley del domicilio Ge la persona. principal de Is vineulactén familiar, eriterio que exige una investic cidn previa:a efectos de establecer quién es, n eada relacién, esa persona principal Para las-relaclones matritaoniales, este autor considera que deben ser Tegidas por Ja ley del Gomicitio conyugal o sea, la del Somicilio del marido, La patria potesiad esta subordinada al Derecho jocai det domicitio del padre a la Spoca del nacimiento del hijo. Hn cambio. las relaciones patrimaniates entre padre ¢ hilo quedan sujetas a te ley del domicilio actual’ del padre. De esta manera, cada cambio de domicilio impltea una muta ci6u en el régimen legal de dichas relaciones La legitimaciéa nar subsiguiente matri- monto es regida nor la ley dei domicilio del padre en el momento de celebracién del matrimonio, En punto a Ia tutela, ella es considerada por Savleny con un 'triole eriterio: Sa constitucién ex subordinada a la lev del do- micilio del puvilo: su administracién queda suieta @ ley del Tribunal en cuya furisdic. eign se ejerce; y los derechos y deberes det futor son reeidos por ia ley del domicilio de éste cuando se tratan de la aceptacién © excusactén del discernimiento y.por la ley del luzar de 1a gestién, cuando se rafie- Fen @ actos furidicos de ejercicio alsiado, Sobre este par regla locus regit 1) Forma de ios actos, ticular Savigny acepia Ia actu, loves convenctonales Bes arpila eiectividad del prineioio ela ano: noma de Ie voluntad. Dichas obligacloces: debce, e808, pur consiguiente, suborainedat a la ley acep- ‘ada por Iss pariss al sonstivulrias, Respecto de las obligaciones sinalagmaticas cx~ yoo lugares de ejecueisn son disttiton, elas prea Senian, como atirona Alois Dring, el grave incosvec niente de no permitir sm sabordiuacisn a un resi ‘men Tegal determinado, 2a. aun cuando criticable en ‘os, la doctrina de Savigny ‘poderosa influencia en las concepeiones con. temporineas. ¥ tal influencia se explica y fustifica toda vez que su sistemativa ha contribuido en forma ponderable 2 am~ pliar el campo de investigacion del feng. meno juridico en’ general y de la extrate. rritorialidad normative en particular, des. muchos aspee- hha ejercido una de un punto de partida universalists sin perder de vista el cardcter eminente mente axiclégico de toca regulaciéa ju. ridica (22) X. Las concezciom: pe It ¥ Pusey Criticando la teoria de Savigny, J. Titta sostiens que ta doctrina de ta comunidad Juridica formulada ‘por dicho autoc, al to mar sdlo en consideracién la concordencia de instituetonss entre Estados integracos por pueblos do wa misma clvilizacion, deja Hotante, indecise, la situscién de indivi: duos pertanecientes a grupos sociales que earecen del reconacimiento de una perso. (22) Bn cast toses tas doctrines y legistactones contemporines que Se fundan an el sete set mani ela peoomupacien de encontian, Jurlaica que pueda estar ces! por tesa diferentes, Ia norma més edtecisad Ua tnflusne'a de Savigny. en punto a materias propias del Derecho internacional privador ce aay fifiesta on fos sizulentes actioules de! Codie cl UAtts. 6» ¢ 7, que adoptan ta tex domioiti segulor Ia capecidad 0 (ncapacidad eles. pease fart 10, que regula cf ségtmen legal de fos bienta ralots situacios en ts Reoublien. Para fundementae ose résimen, Vélez Sarctield trangeribe ea Is aoe Poctinente, la sieulente atsrmacion ds Sovigay: t qua quters adqulrls 0 ejezcer tn derecho sobre tuna Sona ce transport, Col ata Meenas gar que clla coupa: y por esta relocion de! derecho cspec'el se somele voluntariaicente al Dereend de: I Yocal'dad. Asi pues. cusndo se dice que ios de- echos reales se jurgan serun el Derecto del 1agar donde Ta cose se encuentra, lez rot sitae. ve paste et mimo principio que cuando se aplice ado de las personas ta Tex domieiltt ste prine! pene 5 Ta sumision soltarta Arh 11, quo determine el régimen de tos Benes ‘Art. 14. oon. 67, que consrera la doctrine det f0- ven relacién al limite ge gplieacion de canjeras ¥ en los casos en que las Ere" Gédigo, en cotision com elles, seam Bs favorebles a la talider de tos scien Art, 33, que considera. a1 pstrimonio det al- funto come una univarsaiidad, Ge contenido Inde ‘erminado, a! tiempo que subordina el derecho de sucesiéa a Ix ley Iaeal del uititno aomicillo del causamis, ast, 9084, que determina Ia jurtddioelén en me teria do sucesiones. Art. 2290, que legisla sobre Ia capacidad pars suceder. AT. 9611, que subordiua ts copecidad pare tes: tar a ia tey et domicitio dat testador ene] testam ce otoryar ef tescimenta, eta nalidad Internacional en viriud de sit infe- rior grado de eivilizacion, A partir de esta critica, Jitta postula ta ampliaciéa del concesto de comunidad Ju- ridica de los Bstados al de comunidad ju- ridica del género humsno, La aplicactén del principio de 1a comunt- dad juridics. debe eomprender, en concepto ue este autor, tanto 2 las normas juridicas de los modernos paises ctvilizados como a ‘as costumbres de los pue- los que no lo son, Ei Derecho intarnscio- nal privado —agrega— se funda en la aso- ciaclén juridica del género humans la cual deriva, a su.vez, de la naturaleza social del nombre, Dos métdiios postula wita ea punto a la solucisn. de,conflictos de leyes: El primero, que denomina métado individual det Dere- cho internacional privado, se coloca en 2 punto de vista de un Estado determinado y tiene por finalidad. el cumplimiento ¢: ber que tlene exe Estado para con todos los individuas que integran la comunidad Juri diea. universal, Este deber es cumplido a través de la apileacién del siguiente prin- cipio: “El legislador de enda Estado debe aplicar a toda relacién juridica, coastdera~ da bajo todas Tas tases que pueda prosen- tar en el estado actual de la humanidad, tho aue conviene a su naturaleza, es al objeto o fin gue aquélla cumple en la sociedad universal de los indivicuos”. La ley dictada. por los drganos competentes de cada Estado, 1a furteprudencia de sus tribuneles y la doctrine son las formas po- sitivas del métedo individual. E] segundo método. owe Jitta designa con el nombra ds método universal del Derecho interna~ clonal privado entoca y remelve los proble- mes de colisiin de leyes en general y las cuestiones de extraterritorialidad en yarti- cular, desde el punto de vista de la colec- tividad que los Estados forman, La avlica cin de.este método presuoone también la aplicacién de un principio fundamental: Bl conjumto de los Hstadas, inspirandose en an dever comin. “tiende a asesurar el mante- nimlento del Derecho privade mediante re- ples juridicas dectinadas 1 ebtener su an’ cuckin en toda I humanidad”. La ley intor- nacional ia levislacién uniforme y los tra tados internacionoles son. segin Jitta, 19s formas positivas del método universal, Por su parte. el jurista Antonio Piflet, formula, en punta al problema de Ja extra~ territorialidad de les leves. sx teoria del mayor interés compromstido. Bl efecto extraterritorial de una ley —afir- ma Pillet— debe responder a dos conceptos fundamentales: ol respeto de la soberania del Estado que la ha dictado y el mante~ nimiento det fin social que Ie. ley persigue. Estos conceptos orientan la siguiente inves- tigacién metodica’ i) En un primer analisis, cuando exist un confiteto de leyes —que, como tales, son expresiin de la soberania de los respec tives Estados que las dictaron— debe inves- tigarse, con el objeto de dar preferenela a. Ja aplicaaion de una de ellas, cual es el ma- yor interés estatal que esas leyes represen tan, Debe preferirse, consigwentemente, Ia. gue represente el interés mas ponderable, criterio este que imaplica un méximo res- o hacia las soberanlas puestas en con- sideracién, 2") Ea un segundo momento metédico, n analizarse los caracteres de las Ie; icto con reiacidn al fin social que pers Segin el cardcter que prevalez~ Ia ley tendr& o no ofecios extraterrito- riales. Les caracteres que desde este punto de viste. puede presentar una ley son: a) La permanencia, derivada de la netesidad que implican cierias normas juriéieas de ser aplicadas a los individuos ¢e un modo per- manente y constante. Tal cardcter revisten leyes que regulan el estado y ta capa~ cidad de las personas, normas que, referidas" a plano internacional, tienen efecto extra territorial b) La genératidad 0 sea Ja ca tea que tienen clertas leyes de po- der ser aplicadss a todos los individues 0 situaciones juridicas dentro de un territorio, determinado y sélo an él. Estas leyes —cuyo tipico ejemplo es 1a norma penal— Hlenen, con relacién al plano Internacional, un es tricto cardeter territorial. En resumen. cuando Ins normes juridicas persiguen, co- ro fin social, 1a protecciéa del individuo, deben seguir a dsto mas allé de los Iimites de] Estado que las dicts; son, por lo tanto, extraterritoriales, Cuando, en cambio, tie- nen por finalidad asegurar el orden social, son territoriales y se aplican a todas 10s ‘habitantes de un territorio. sean naciona~ Jes 0 extranjeros, domicilizdos o transedin- tes. SL. La pocrema avezomemrcana ‘Todo problema de extraterritorialidad de Jas normas, juridicas es enfocado, por 1a doetrina angloamericana, desde el punto de vista de las teoris de ia txcorporacién, las cuales, al negar validez a les leyes extran- Jeras en tanto no sean incorporadas 0 ad- mitidas como Derecho interno, reconocen un fundamento esenclalmente territorialista, ‘En Inglaterra la cuestién ha sido abor- Gada en el terreno de la jurisprudencia y resuelta en modo mas o menos general nor In teoria. de los derechos adquiridos (Vested zxre Rights) Ta que postula*no Je aplicacién propiamente dicha de normas juridicas ex- tranjeras, sino (iniearmente el reconocimien- to de derechos subjetives adquirides en otro pais on virtud del Derecho positive de éste El expositor mAs notable de esta teoria es Dicey para quien, el reconocimiento de clertos derechos adquiridos por extranjeros al amparo de rormas vigentes en sus res- pectivos paises, no procede del deseo del soberano de Inglaterra de testimeniar cor tesia a los demas Estedos, sino de ta impo- sipilidad de resolver de olro modo los pro- lemmas juridiecs sometides a 1a decisi €e los tribunals ingteses, ‘en les Estados Unidas de Nortesmérica Ja solusién del problema se diversifiea @ través de dos grandes tendencias dectrin: rias: le de la escuela de Harvard y la de escuela de Yate, La primera de ellas, deserrollada por Beale, constituye una ampliacién de ta teo~ nia de los derechos adquirides aun evando supera a ésta por fundarse en Ia idea de la incerparasion material del derecho subje- tivo del extrantero, Para el profesor de Harvard, todo dere~ cho subjetivo acordado a unvexiranjero po ‘su propia ley, constitaye un hecho. Pero este Thecho, en tanto mera realidad, carece de fuerza. legel, pues s6lo puede hablarse de fuerza legal en oxso de que exista. una ley. Bse hecho podré no obstante transformars=, en un auténtico derecho cubjetivo dentro del Estado en que el extranjero se encuentra, ‘cuando el legisiador de este Estado le acuer- Ge plonos efectos incorporandolo al orden Juridico mediante una ley. Por su paris, la escuela de Yale, cuyo re- tante mas notable es Lorenzen. tam~ al formular su local laze theory, Ja incorporseién del dereeno subjetivo ex- tranjoro, poro costiane que esa ineorperacion S610 puede ser realizada por via judicial toda, vez que el Derecho es creado por el jues. Pundamentandose en el principio judge made law, 1a escuela de Yale lea asi, a sostener que Ia competencia judicial tiene Ta, misma extension que la competencia le gislativa. Cuando un tribunal debe juszar ‘an casa que contiene elementos extranjeros, ese tribunal aplica clempre su propia ley. Pero adonte. como su propia ley una norma juridica idéntiea o muy semeiante a la que ries el mismo caso en el Estado o en los ados extranieros a que pertenecen los elementos implicados en Ia situacién juz~ gada. “sta ley, asi clegida —expresa Cook, otro Integrante de esta escuela— es nor malmente, salvo excepetones, aquélia que en. el pais extranjero se aplicaria, no precisa~ mente a Ia especie considerada; sino a una. situaelén juridiee puramente intevna, no conteniendo ningin elemento .extranjero desde el punto de vista de este tribunal extranjero” Subyace, pues, en este sistema cde crea cia de una norma general por parte det gano judicial, « la Ja escuela de Yale, no s6lo la incerporacién por analogia de clertas normas juridicas extranjeras cue regulan determinado hecho, sino asi mismo, la adopcion de los propids criterios y métodos con gue interpretan a estas nor~ mes los tribunales del lugar de su origen, AIL. La arurcaciém vee Z EN Ex REomEEN DEL COICO CITE Estrechamente vinculado con el problema ge la extraterritorialidad eneuéntrase eel procedimiento de aplicacién, dentro de un ordeaamiento juridico positive, de leyes Este problema gira en torno a Ja cuestion central ce si el Derecho extranjero debe ser aplizado de oficio o a petictén de parte interesada, Mientras que Savigny, Audinet, Aster, Pillet, Rolin, Weiss, Laurent, Von Bar, steétera, se han proaunciado vor Ia primera solucién, Story, Foelix, Westlake, Freitas y Vélez Sérsfield se han decidido por la. segunda, El articulo 13 del Cédigo civil argentino preseribe, em punto a esto, 10 siguiente: “La aplieacioa de las leyes extranjeras, en los casas en que este OSdigo la autoriza, nunca tendré ugar sino a solleitud de parte inte- revada, 2 cuyo cargo serd la prueba de In existencia de dichas leyes, Excepbianse as leyes extranjeras que se hicieren obligato rias en la Repiiblica por convenciones di- plomaticas, 9 en virtud de ley especiai”. ste texto est tomado literalmente del proyecto de Freitas que. a su vez, esta fun- Gado en la doctrina de Story. La ley extran- jera es un hecho que debe probarse como tal. La lex fori, en cambio, corstitnye un derecho no subordinado a prueba alguna, ‘Se sostiene. en apoyo de esta doctrina, que resulta practieamente imposible para. un juez conocer lag méltiples leyes de los dis tintes paises © interpretarias en modo ¢o- rreeto, Pero se observa, en contra de la mis~ ma, que la @ifasién ‘bibliogratiea conse- fuente del intense intercambio cultural que s¢ mantiene en la actualidad entre tos di ‘versos paises, alana. esa dificultad. Por otra parte —se crifica— aim en cl orden inter~ ho, fos {ueces de un mismo pais interpretan de’ distinto modo una misma iey, sin que por elo ésta plerda fuerza compulsoria 0 fundamente ua motivo para su no apli- cacién, Hu ‘Es concepto generalizade en nusstro pais, SuRIDICA 125 que la prusba de it ley extraajera gue se inyoea debe versar sobre su texto, su vigen~ ia y su interpretactin. La peactica he se= aledo, como medics sdeeuades pars ptO- bar tales extremos, a los informes consula~ res, a Ja opuaion de fusisconsaitos to nota fn ol pais de la Jey tivocada ¢ al cictamen Ge jurstas axgentinos vorsadgs eo Derecha {nlernaclona! privads (3) ‘ia segunda parte del referido articulo 18 exceptie de tode protba a las Ieyes extran- Jeres incarporadas at Derecho positive n= temo on vistud de tratados o leyes expecie~ les Zs niles ta solerciin det Deceeko extranjero frmainados por el er Neato 14 del Gbdigo cir, gue ‘preserbe: “las leyes extranjeras no sera aplicables: 1) Cuandg su aplicssiin se openga al De- echo puibliso (4) o criminal de la Repabl 2.68); 2 |p religiin dal Estado G6): a 1a Uoteranela de euites (1) 0 a Ia moral y buenas cesturnbres, 2) Cuando su apes cién fuere incompatible con e) espiritu de ve leglslacion de sete Codigo (5); 39) Cuan Go fueren de mero privilegio; 4 Quan do las leyes de este Cadigo, on eolision com tes leyes extramjeras, tuesen mas Tavorases aa valldea de los actos" (2) 1 caterlo enumerativo adoptado por este artionio s, como io sefiala Vieo () imcome pleto 7 dofectvoca, En primer lugar cebe (13) | Expresan, al respecto, los ots. 117 y 128 Codigo ste procedimaientes eivit 7 comercial de la provincia de Buenos Alres: art. 117: "El Dete= eho iinicazranto esterd eufeto a prucha en los t= sos o2 que so maniticsta on loves, dooreton, cx Renzas 9 dispariciones da paises exizanjeros 0 de otras provinesse” Art, 118: "a prueba, en los cero de: articulo anterior, consisting en las public ‘aciones oflcisies vespectivas o coplas aurenttoasas en debida forme”, (1a) Alara Ia ieepectiva note al artiento: "Co- mo 12k loyeo da Prancia 7 de otros Eetadoe de Euro PA que consideran ios derechos civites como len ‘mente propivs a la ealldad de nacional”. (29) “Como tas ieyos ae los paises en que ia Ddigamia es permitida, cuando en la Republica = un risen” (nota nepectiva). (16) "“Lases, por ojotepta, an odla al culto ea- tolieo, 0 que parmitea soatrimonior que la Iglesia eatolica conaers” (a0!a respectiva) (07) “Como tantas Teves que fulmtnan incapa- eldaites de Derecho a lor netajes, apéstalas, ee, Yoque alin las decieroa a los que ao profesan 1a Teigién dominante, 9 como I loy francesa, quo Pemnite af tenor {hijo de familia) anendonar le asa pateraa pare tomar servieo. militar” (nota Tespectiva). (18) "Como Je inatitueién de Ia muerte. cia que Ba regio on Pramcia Baste el Ot de mayo Ge 1858..." (nota reapectiva). (19) “Aproveche al ‘nastonal o el extranjero, como en general ia declata a! Codigo de Brivie Esta misma idea aparece en los everitores Trance ex. pero sla como un favor pare los nacionales: legislaclén vlclosa ingregaaaa del fus Quiicum, como dice Freitas” (nota reapectiva). (20) Vioo, ©. Mt, ob. cits b 2, PAE. 120, Ex observarse que no es correcta la distincién entre Derecho piblico y Derecho criminal —siendo, como es, el Derecho penal, una. rama del Derecho piblico—. ‘Tampoco es adecuatia, [a expresion “religion cel Rsta~ do” ya que nuestra organizacién juridico- politica no adopta religion oficiel alguna, De Ia misma manera, resulta defectuosa 1a referencia a una “tolerancia de eultos” que no existe en un régimen de libertad de cul 40s como el consegrado por la Coustitusion argentina Finalmente, si se analiza el artieulo 14 @ través de los estudios reelizados por Ios ju- vistes argentinos, se destaca cuanto disie~ ren entre si las interpretaciones que se dan a cada uno de Jos incisos del mismo. Brsuiocsasts.— Goldschmiat, W., Sistenee y filo- sofia det Derecho internacionct privada, Bieienes Suridieas Buropa-Amiriea, Be, Alves, 3062, —~ Vico, Goat, Derecno fnternaetonal prises, Bd. 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Generalidades, Entre las Inmunidaces diplomaticas se destaca la de escapar, los agentes de un gobierno extranjero, a la ju- risdiccion de los drganos del Estado ante el cual estan acraditades, Para fandamento de tal exencién se ha Invocado, desde tlem- po inmemorial, Ia ficcién de la extraterr!- torialidad, que campea atin en las decisiones de nuestra Corte Suprema (Cfr. Romero del Prado, Derecho Internacional Privado, . TE, pg, 756; citando Palos t, 43, pég. 321, t. 107, Escapan asi a la jurisdicciém local Ios Bor el De, Hosseze Ui, Eas

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