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Fundamentos de investigación

Unidad 1. Aproximación a la construcción del conocimiento científico


1.4. Elementos para la investigación científica

Un hecho científico que no se debe confundir


con la teoría
Autor: Ernesto Carmena

Sigue Darwin vigente hoy, tras siglo y medio de la publicación de su obra principal. El simple hecho de que nos
lo preguntemos ya resulta interesante. No nos planteamos, por ejemplo, si están vigentes Galileo o Marie Curie.

Consideramos cierto y sólido que la Luna tiene relieve o que ciertas sustancias son radiactivas. Entendemos
que estas cosas son descubrimientos, fenómenos naturales desvelados y explicados por científicos. ¿Por qué
a Darwin se le asocia más con la idea, con la elucubración, que con el descubrimiento? Darwin descubrió que
los seres vivos de la Tierra estamos emparentados, que procedemos de ancestros muy sencillos, y que durante
miles de millones de años hemos ido modificándonos, divergiendo unas especies de otras, y produciendo
nuevas adaptaciones. Esto es considerado científicamente un hecho. Un hecho como la radiactividad o los
cráteres de la Luna. Un hecho que ya sólo niegan los fanáticos. La «descendencia con modificación», como lo
llamó Darwin, es un conjunto de fenómenos que deben explicarse. Y esto nos lleva a la otra gran contribución
suya: la teoría. Porque no hay que confundir el hecho con la teoría que se propone para explicarlo.

Darwin propuso que el principal mecanismo de la evolución es la selección natural. Terriblemente mal entendida,
aún hoy muchas personas cultas la identifican con la justificación de la desigualdad y la injusticia. La selección
natural, o la diferente reproducción de unas variantes genéticas respecto a otras, produce comprobadamente
cambios adaptativos que se acumulan con el tiempo. La teoría de la evolución por selección natural salió
reforzada después de revoluciones científicas posteriores: las leyes de la herencia, las mutaciones, la genética
de poblaciones, el ADN. Ahora hablamos de Teoría Sintética de la evolución.

Hoy, en la era genómica, se están empezando a detectar huellas de la selección natural reciente en nuestra
historia, así como de otros mecanismos evolutivos. El mejor homenaje que podemos hacer a Darwin es conocer
el fascinante progreso científico que tiene lugar ahora mismo gracias a la brecha que él abrió.

Recuperado el 26 de abril de 2010: http://www.lavozdegalicia.com/sociedad/2009/02/12/0003_7523751.htm

Educación Superior Abierta y a Distancia • Primer Cuatrimestre 1

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