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algo como el museo Guggenheim de Frank Gehry en Bilbao ayuda a situar esa ciu- desarrollo capitalista apareció una

ta apareció una multiplicidad de nexos Estado-finanzas y Estado-


dad en el mapa de atractores de capital móviL Sí no existieran diferencias geográfi- corporaciones, entre los que se generalizó, en todo el sistema estatal surgido entonces,
c~s entre terntonos y países, las crearían las diferentes estrategias de inversión y la una feroz competencia, con frecuencia militar. Los poderes estatales y las formas territo-
busqueda de un poder monopolista espacial dado por la unicidad del emplazamien- riales de organización también han evolucionado con el tiempo. Esa evolución, aunque
to Y de las cualidades ambientales y culturales. La idea de que el capitalismo pro- autónoma, está inserta en los procesos de evolución conjunta que detalié antes.
mue:e una ho~ogeneídad geográfica es totalmente equivocada. Fomenta la hetero- Surge así una distinción entre una lógica del poder impulsada por imperativos
geneidad y la diferencia, a~nque siempre dentro de ciertos límites, por supuesto (no territoriales e intereses políticos, que incorpora todas las complejidades anejas a la
puede tolerar C~ba, el Chile de Allende o la perspectiva de un gobierno comunista construcción de espacios y a la evolución de diversas expresiones de la voluntad
en Itaha en la decada de los setenta).
popular (como el nacionalismo) en la esfera pública y una lógica capitalista del po-
Pe:·o los d~spositívos institucionales y administrativos dentro de un territorio están der más vinculada a la acumulación de dinero y otros medios fiduciarios en manos
someti~os, teon~amente al menos, a la voluntad soberana del pueblo, lo que significa privadas y empresariales que pretenden un crecimiento sin fin mediante la obten-
que estan sometidos a los resultados de la lucha política. Esto introduce un n ción de beneficios.
d. " 1 f a ueva
-~enswn a_ a orma en la que la organización geográfica se relaciona con la reproduc- Cuando hablo de lógica territorial, me refiero a las estrategias políticas, diplomá-
cwn del capttaltsmo. En_su ~:no puede desarrollarse también fácilmente la oposición ticas, económicas y militares desplegadas por el aparato estatal en su propio interés.
a ~n_a excesiva comerctalizacwn y pueden surgir movimientos sociales contra el predo- El primer objetivo de tales estrategias es controlar y gestionar las actividades de la
mmto del mercado, tanto desde la izquierda (insurgencia dirigida por los comunistas) población dentro de un territorio y acumular poder y riqueza dentro de las fronteras
como desde la derecha (f~ndamentalísmo religioso 0 fascismo). Sea quien sea quien del Estado, que se pueden utilizar internamente en beneficio del pueblo (o simple-
controle los medtos de violencia -tradicionalmente ha podido ser el Estado p mente para crear un ambiente propicio para los negocios de la clase capitalista local)
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a _ora tam ten tsponen de ellos diversas organizaciones terroristas y de tipo mafioso, 0 externamente para ejercer influencia sobre otros Estados. Se pueden extraer tri-
mientras que por otra parte se han concentrado a un nivel más alto en organizaciones butos, por ejemplo, de las posesiones coloniales o de Estados más débiles que caen
com~ la ?TAN-, generalmente tiene ventaja en esas luchas, tanto más dada la actual dentro de la esfera de influencia de un Estado dominante o, cuando menos, asegurar
sofisttcacton de las técnicas de vigilancia y tecnologías militares. el acceso a los recursos, mercados, fuerza de trabajo y capacidad productiva existen-
te en otros países de forma que el capital excedente tenga algún lugar adonde ir
cuando las condiciones locales sean desfavorables para una nueva acumulación. Esa
dominación puede suponer violentas conquistas y ocupaciones coloniales (del tipo
. Lo~ _imperialismos, las conquistas coloniales, las guerras íntercapitalistas y la discri- de la que los británicos emprendieron en la India desde el siglo XVIII); pero también
mrr:act~n racial ~an desempeñado un papel dramático en la geografía histórica del puede lograrse más padficamente mediante un acceso negociado, acuerdos e inte-
capitalismo; m~gu:' estudio de sus orígenes podría eludir la importancia de tales fenó- graciones comerciales del tipo de los que Gran Bretaña estableció con Estados Uni-
menos_. Pero ¿s.Igmfic~ eso que sean necesarios para la supervivencia del capitalismo? dos, su antigua colonia, después de la independencia y la guerra de 1812.
¿Podna evolucw_nar stguien,do nuevas líneas no racistas, no militaristas, no imperialis- La lógica capitalista, en cambio, se concentra en los flujos de poder económico
tas Y no colomalístas? ¿Que_ sucede cuando, como s¡¿giere Giovanni Arrighí en The atravesando el espacio y por encima de las fronteras en busca de una acumulación sin
Long Twentzeth Cent~ry'': sttuam~s la noción de hegemonía en lugar de las teorías fin. Esta lógica es más sistemática y molecular que la territorial. Ninguna de las dos
tr~dtcwnal':s del domtruo tmpenaltsta y colonial considerándola como una estructura- lógicas se puede subsumir en la otra, pero están estrechamente entrelazadas. También
cton muy dtferente de las relaciones de poder globales? hay, como he argumentado antes, un punto de fusión en el que se unen para formar el
El ascens_o del capitalismo est~vo asociado con el de una fonna de poder estatal cla- nexo Estado-finanzas (ahora representado por los bancos centrales del mundo). Pero
ramente capitalista: el «Estado militar-fiscal>> tal como prefieren llam 1 ah 1 h' las motivaciones de sus protagonistas -hombres de negocios frente a polfticos- son
·d ,. ' aro oraos ls-
tona ores economicos de los siglos XVli y XVIIJ. Con la expansión a escala global del bastante diferentes y a veces profundamente contrapuestas, por inextricablemente
entrelazadas que estén. El capitalista que dispone de dinero desea situarlo allf donde
'' Ed. cast.: El largo .riglo XX, Madrid, Akal, 1999 [N. del IJ. pueda obtener beneficios y eso es todo. Necesita por tanto espacios abiertos en los que

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las luchas políticas contra la privatización; los movimientos que reivindican dere- que se construyó históricamente en torno al movimiento obrero; los dos tipos de
chos laborales o para las mujeres en los países en vías de desarrollo; las campañas desposesión dan lugar a aspiraciones y formas organizativas en conflicto. Lo que el
para proteger la biodiversidad y evitar la destrucción del hábitat; cientos de protes- movimiento amplio que atraviesa la sociedad civil pierde en concentración lo gana
tas contra los programas de austeridad impuestos por el FMI y largas campañas en términos de relevancia, precisamente porque en determinados contextos geográ-
contra la construcción de presas respaldada por el Banco Mundial en la India y en ficos conecta muy directamente con la política de la vida cotidiana.
Latinoamérica; etc. Todas esas movilizaciones han formado parte de una combina- En la izquierda hay diversas corrientes de pensamiento enfrentadas sobre cómo
ción mudable y heterogénea de protestas en todo el mundo que se han ganado cada organizar una acción política eficaz. Algunas divergencias vienen de antiguo y si-
vez más titulares desde la década de los ochenta. Esos movimientos y revueltas que guen marcando hasta hoy el terreno en el que se mueve la izquierda tanto teórica
desafiaban la acumulación por desposesión han sido frecuentemente aplastados sin como prácticamente. Curiosamente, es en la propia izquierda donde menos ha pe-
piedad, en nombre <<del orden y la estabilidad», por los poderes estatales subalter- netrado la amnesia que prevalece en otros ámbitos y que incluso llega a hacerse dec
nos con el apoyo militar de los principales ejércitos (en particular el estadounidense, sear observando el encarnizamiento con que se mantienen discrepancias derivadas
con el británico y el francés como socios menores), o en otros casos mediante fuer- de las escisiones entre anarquistas y marxistas de la década de 1870, entre trotskis-
zas especiales entrenadas por ellos. tas, maoístas y comunistas ortodoxos casi un siglo después, entre los centralizadores
que quieren apoderarse del Estado y los anarquistas y autogestionarios antiestatis-
tas. Pero, más allá de esas facciones políticas y sectas revolucionarias tradicionales,
todo el campo de la acción política ha experimentado una transformación radíc.al
Los movimientos contra la desposesión de uno u otro tipo son no sólo variados desde mediados de la década de los setenta. El terreno de la acción y las posibilida-
sino inconexos, tanto geográficamente como en sus principios organizativos y obje- des políticas ha cambiado, tanto geográfica como organizativamente.
tivos políticos. A menudo muestran contradicciones internas o se enfrentan entre sí, Existen ahora gran número de organizaciones no gubernamentales que desem-
como cuando poblaciones indígenas reclaman la devolución de ciertas zonas que los peñan un papel político apenas concebible hasta mediados de la década de los se-
grupos ecologistas consideran en cambio decisivas para proteger la biodiversidad; tenta. Esas ONG, financiadas tanto por el Estado como por grupos de interés pri-
su orientación política y forma de organización también es notablemente diversa, vados, en las que suelen participar pensadores y organizadores idealistas (constituyen
debido en parte a las distintas condiciones geográficas en las que nacen tales movi- un vasto programa de empleo) y dedicadas en su mayor parte a una sola cuestión
mientos. Los insurgentes zapatistas chiapanecos, por ejemplo, indignados por la (medio ambiente, pobreza, derechos de las mujeres, campañas contra la esclavitud
pérdida de control sobre su propia tierra y los recursos locales, así como por la falta y el tráfico de seres humanos, etc.), se abstienen en general de planteamientos direc-
de respeto hacia su historia cultural, no pretendían tomar el poder del Estado ni tamente anticapitalistas aunque impulsen ideas y causas progresistas. En algunos
llevar a cabo una revolución política, sino impulsar a toda la sociedad civil de Chia- casos, no obstante, son declaradamente neoliberales, defendiendo la privatización
pas a una búsqueda más abierta y fluida de alternativas, coherentes con sus necesi- de funciones del estado del bienestar o promoviendo reformas institucionales para
dades específicas como formación cultural diferenciada y que les permitieran recu- facilitar la integración en el mercado de poblaciones marginadas (un ejemplo clásico
perar su dignidad y respeto por sí mismos. El EZLN evitaba el vanguardismo y se son las microfinanzas para gente con bajos ingresos y los microcréditos para traba-
negaba a asumir el papel de un partido político, prefiriendo buscar la formación de jadores autónomos y microempresas).
un bloque de poder en el que la cultura indígena fuera central y no periférica para Aunque en ese mundo de las ONG hay muchas personas con ideas avanzadas y
las instituciones políticas y tratando de realizar algo así como una revolución pasiva una gran dedicación, sus resultados no suelen ir más allá de un alivio transitorio,
en la lógica territorial de poder ejercida por el Estado mexicano. aunque en ciertas áreas como los derechos de la mujer, la asistencia sanitaria y la pre-
El efecto genérico de tales movimientos ha sido situar el terreno de la organiza- servación del medio ambiente hayan realizado importantes contribuciones a la me-
ción política en un plano relativamente alejado de los partidos políticos y sindicatos jora de las condiciones de vida. Pero lo que las ONG no pueden obtener es un
tradicionales (aunque éstos no desaparezcan, por supuesto), tendente en conjunto a cambio revolucionario; están demasiado constreñidas por los condicionantes políti-
una dinámica política de acción social menos concentrada, repartida por todo el cos derivados de su dependencia financiera y, aunque su apoyo al empoderamiento
espectro de la sociedad civil. Surge así un modelo organizativo muy diferente del local facilite la experimentación de alternativas anticapitalistas, hacen bien poco por

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