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LA MOTIVACIÓN DE INFRACCIONES LEVES EN LA LEY N° 30714 LEY DE

RÉGIMEN DISCIPLINARIO DE LA PNP.


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Para nadie es extraño ver que las órdenes de sanción por infracción
leve no revisten el mínimo de motivación. La motivación de los actos
administrativos no es ajena a nuestra institución, ello se ha visto reflejado
en sendas sentencias emitidas por el Tribunal Constitucional y la CIDH. La
CIDH destaca que la motivación es la “exteriorización de la justificación
razonada que nos permite llegar a una conclusión”. Motivar implica dar
suficientes razones de legitimidad al acto administrativo; como muestra
de transparencia y objetividad.

El art. 62 de la Ley N°30714 establece que los formatos del


procedimiento para infracciones leves serán aprobados por la
Inspectoría General de la Policía Nacional del Perú, empero, a la fecha
dichos formatos aún no se han aprobado ni publicado. Esto motivo que
se utilice formatos convencionales del anterior régimen, claro está, con
ciertas modificaciones nada sustanciales.

El problema no está en formato utilizado, sino en cómo se motiva el


acto administrativo. La praxis demuestra que gran parte de las órdenes
de sanción emitidas dentro de un procedimiento administrativo
únicamente postulan fundamentos jurídicos —suelen citarse artículos de
la Ley 30714— sin el más mínimo ejercicio de motivación. Entiéndase
que, “motivar una decisión no sólo significa expresar únicamente bajo
qué norma legal se expide el acto administrativo, sino,
fundamentalmente, exponer en forma sucinta —pero suficiente— las
razones de hecho y el sustento jurídico que justifican la decisión
tomada”1.

La exigencia de motivar es trascendental, pues implica reconocer las


garantías que el ordenamiento jurídico ha dotado a los administrados.
Motivar no implica necesariamente dar argumentos extensos o breves,
sino que estos deban ser concretos, precisos y sustancialmente
suficientes. Los formatos que actualmente se usan son necesarios, pues
sirven como directriz para la imposición de sanciones, no obstante; estos
no necesariamente deben ser asimilados como un formato único (una
solo folio), dado que pueden ser modificados según demande nuestra
necesidad de motivar.

Otro aspecto recurrente es la mala praxis de consignar clichés como:


“luego de haber valorado los descargos escritos presentados por el
presunto infractor y al no aportar elementos de juicio que varíen o
justifiquen el hecho tipificado como infracción leve, se RESUELVE:”, esto

1
STC 8495-2006-PA/TC
es muy usual e innegable, siendo una clara muestra de ausencia de
motivación. Lo que llama abiertamente la atención es que, las oficinas
de disciplina en apelación, validen el acto administrativo en estas
condiciones.
Queda como reflexión y recomendación variar la forma en que se
emiten las órdenes de sanción. Es válido citar las normas legales que
fundamentan nuestra decisión, pero también es necesario e imperante
que nos pronunciemos respecto a cada uno de los argumentos de
descargo que presenten los administrados, las razones que nos permitan
graduar la sanción —principio de proporcionalidad y razonabilidad—,
criterios para la imposición de sanciones, concurrencia de eximentes y
agravantes.
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Por Yonatan Candía Valer.

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