A lo largo de los años se ha presentado un determinado índice de violencia
intrafamiliar como consecuencia a celos, infidelidades, prepotencia, machismo y feminismo a su vez; pero este 2020 tras propagarse la pandemia global COVID- 19, los gobernantes literalmente obligaron a los ciudadanos a refugiarse en sus casas, a fin de prevenir en un número considerable el porcentaje de contagios a nivel mundial, pero esta decisión trajo consigo una ola de problemas sociales, desde personas que perdieron su empleo hasta personas que se estresaron tanto de estar mucho tiempo encerrados, condicionados a movilizarse en un horario en específico hasta ser sancionados de no cumplir con esta normativa; sin embargo cabe mencionar que, debido a la pérdida de empleos de estas personas, el sustento diario de sus hogares fueron vilmente condicionados, y que por tal razón el estrés y la tensión eran inevitables en muchos de los hogares de los guatemaltecos, generando consigo discusiones en los hogares, determinación de diferencias entre parejas, peleas y violencia intrafamiliar. A raíz de estos problemas el número de demandas por violencia intrafamiliar se elevó en el primer semestre del 2020, según un estudio proporcionado por el Ministerio Público, en el que se detalla el aumento de casos por violencia intrafamiliar, mismo caso que perjudica y afecta la integridad de muchos de los guatemaltecos, sin exclusión alguna, todos y cada uno de los guatemaltecos sufren de este acto, puesto que al día de hoy aun se conservan dichas normativas a nivel nacional.
Justificación del problema.
Considerando que, debido a los números elevados de casos reportados de
violencia intrafamiliar entre los guatemaltecos como consecuencia al encierro obligatorio establecido por el gobierno de Guatemala a fin de controlar y erradicar la propagación del virus, creemos que debe haber otras medidas que restrinjan y que reduzcan estos número de casos para el bien común de los guatemaltecos, por lo que se propone desarrollar un plan de acciones con los que se debe de controlar el comportamiento de los guatemaltecos, ya que como trabajadores sociales es nuestra responsabilidad velar por el bienestar social.