Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ensayo Diplomado Mujer en La Vida Publica
Ensayo Diplomado Mujer en La Vida Publica
ENSAYO
MATRICULA 375
1
Pérez Aguirre Luis, “La Iglesia interpelada desde las mujeres”, Ed. Chistus 672(1991) pp.35-39.
buena parte de los intelectuales y científicos en el S.VIII y en el S.XIX a los
obreros y en XX a las mujeres. La mujer no solo la “mayoría silenciosa en la
Iglesia sino lo peor silenciada”. Aun cuando todavía se sustentan, en la autoridad
del Apóstol Pablo, no ha sido determinante en que la mujer pierda el lugar que le
había asignado Jesús ( 1 Co.14,34) , se contradice el magisterio actual entre
predicaciones de justicia, la igualdad y la actual discriminación y subordinación de
la mujer en estructuras machistas eclesiales, habría de suponer que la posiciones
aristotélicas de inferioridad de la mujer, ya han sido superadas, tan promocionadas
por Sn. Agustín y Sto. Tomás de Aquino, hijos de su tiempo y de sus
circunstancias. Por una teología y catequesis inspirada, que el pecado entró por la
mujer y que la superioridad del hombre la quiere Dios Padre, superado por una
visión del Papa Pablo VI, “Dios es Padre y Madre”. Una formación de la
sexualidad, llena de prohibiciones e inhibiciones, que reafirmaba la inferioridad y
sumisión juntamente con lo invisible en la Iglesia, con un lenguaje e ideología de
androcentrismo, que reforzaban la explotación de las mujeres en Latinoamérica
(tercer mundo). Es por eso que la Iglesia se tiene que interpelar y hacer un
examen contra esa serie de abusos. Con lo cual Sn. Juan Pablo II, da una
contrapropuesta con la “Digítateme Murieras” y “Humane Vitae” 2. Ha sido una
lucha contra el cuerpo de la mujer, con ideologías machistas alimentada por
clérigos. La Iglesia se ha declarado, que tiene miedo al cuerpo de la mujer, a la
que Jesús ha redimido en su totalidad y al crearla Dios la ve profundamente
buena. Somos seres sexuados y no podemos rebajar la sexualidad solo aún
órgano del cuerpo. Por tanto porque se tiene miedo de la mujer, no solo de su
cuerpo sino de su visión, de su pensamiento crítico, de su mirada sobre la
realidad? ( Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II) 3. Si tanto se sirve al
hombre y a la mujer de forma igualitaria en la comunidad cristiana, en búsqueda
de reciprocidad y complementariedad, en búsqueda del Reino de Dios y es lo que
hemos de buscar en la comunidad de Jesús (Mt. 10,25), de superar el machismo y
el clericalismo eclesial para ser Pueblo de Dios en marcha.
2
San Juan Pablo II, “ La dignidad y la vocación de la mujer”, en Murieras Dignítatem,(1988)
3
San Juan Pablo II, “ Teología del Cuerpo”, ( 2000 )
Lo que hemos visto de la Mujer en la Historia de la Iglesia: Ha sido que las
mujeres se quejan de no ser escuchadas, ni participar en las decisiones que les
atañen y orientan su futuro y misión (LG8). Siempre gobernada, como miembro sin
derecho. Jesús siempre actúo rompiendo los condicionamientos de su tiempo,
para el trato que tuvo con ellas, sin embargo no las llamó para formar parte de los
doce, que de ahí se agarran algunos autores sagrados y eclesiales para
invisibilizar a la mujer. Jesús se muestra superando todos los textos
veterotestamentarios que hablan sobre la mujer. Jesús enseña con su vida y su
palabra por encima de la ley mosaica y establece el estadio de la creación (“He
aquí que hago nuevas todas las cosas “) 4, restablece el designio inicial del Dios y
lo restaura.5 Jesús presento actitudes y posiciones renovadas y liberadoras para
su tiempo en relación a la mujer. Lo vemos como un revolucionario pero fue una
revolución ignorada, Jesús habla en su enseñanza para ambos, para iniciarse en
la iglesia, en el bautismo era igual para ambos, y desde aquí queda superada toda
desventaja al extender el sacerdocio real a la mujeres por el bautismo (1 Pe.2, 9),
aún en el Pentecostés, reciben el bautismo del Espíritu ambos sin ninguna
distinción. Pablo empieza a otorgar capacidad de profetizar cuando menciona que
en Cristo “ya no hay ni hombre ni mujer “(Ga.3, 28). La actitud de Jesús adopto
ante ella una actitud nueva que sorprendió a sus mismos discípulos, sirvieron en
su misión, beneficiarias de sus milagros. La mujer en N.T. denota valor y coraje,
ante incredulidad de los apóstoles, las primeras en sostenerse bajo la Fe, desde el
calvario hasta la Resurrección (lo confirma Pc., Mc. y Jon.). Prototipo lo tenemos
en María desde la anunciación hasta el Pentecostés una actitud activa, que lo
proclama en el Magníficat un canto de liberación en boca de mujer. Jesús por el
transitar de esta vida llevó consigo un sequito femenino (Pc. 8,1-3) y su promoción
fue sin duda la promover al pobre, al discriminado al marginado. En Pentecostés
mismo se habla en el Hch.1, 4, que en presencia de algunas mujeres, recibían la
fuerza de lo alto. Desde aquí están las condiciones para tenerla en cuenta y
visualizamos permanente interpelación a la Iglesia. No creen que tomando otra
actitud frente a ella, estaríamos cayendo en los legalismos, que tanto libero Jesús
4
Ap. 21,5; Is.43,19; Mt.9,14-17
5
M. de Merodee de Coy, “Papel de la Mujer según el A.T., en Concilian 154 (1980) pop 86-92.
y crítico en su tiempo? , que entre los débiles fueron muchas mujeres donde
aplicaron su peso ortodoxo. Por tanto el comportamiento de Jesús con la mujer,
fue de escucha, de visibilizarla y darle un sitio en la comunidad; aun en contra el
imperativo cultural y religioso del judaísmo, de escuelas rabínicas( los teólogos de
su tiempo ) en contra de la mujer ( vacía de ideas, donde el hablar con cualquier
mujer era estupidez, frente a su modelo de sensatez), Jesús se fue a la acción,
actos concretos.( Lc.8,1-3), lo vemos en la pecadora que a sus pies, expresa
gratitud y también le pide comprensión ( una forma de romper su marginación,
Mt.21,31). Todo esto con el afán de decir que la Mujer, ha interpelado a la Iglesia
desde su parte primitiva y que aquí se visualiza lo insostenible para tener miedo y
temor a lo que la Mujer pueda aportar desde su visión a la Iglesia, donde Jesús
quiere darle un sitio, hacerse oír pues también en ella ha sido derramado el
ESPIRITU SANTO, y también por medio de ella “habla” y casi estaríamos
hablando que es aquí donde radica el por qué muchas mujeres en este siglo,
todavía sigue recibiendo las secuelas de visiones ortodoxas, al ser teólogas o
aportar una visión crítica sobre la Iglesia misma en los planos pastorales o
académicos , desde el interior o exterior, se es vetada, rechaza, devaluando con
comentarios “ que eso no es teología” ( por tanto no tiene el mismo valor que la
teología clerical o no es posible adentrarla en la formación de los nuevos
sacerdotes o religiosos ), se tiene miedo a la visión y aceptar a la mirada que
como mujer tenemos sobre la realidad, que en muchos momentos humaniza
mucho más que el varón, pasa de lo meramente objetivo y el discurso o la predica,
sino que va a la concreción y específico, que está impregnado de entrañas
maternas y espíritu genuino femenino que ve la realidad en amplitud para hablar
de un todo y ser concreta; donde volteara a ver al débil, marginado, descartado y
al enfermo; al que hay que incorporar, unificar, integrar, subsanar, liberar; cuando
solo nos podemos quedar en la aplicación de legalismos, moralismos y estructuras
eclesiales, y argumentos pastorales, que no tocan la realidad y lo profundo del ser
humano, y es aquí donde estamos las Mujeres y donde podemos aportar con
MIRADA DE MUJER.
Conclusiones: La Iglesia está siendo profundamente cuestionada por la Mujer,
con sus propuestas de complementariedad y reciprocidad, de la cual va
mostrando su potencial genio femenino vigente a su interior, y que requiere
acciones concretas, para ser insertadas, tomadas en cuenta, escuchadas como
protagonistas con capacidad de decisión, capaz de hacer teología y moral en la
universidad y centro teológicos, de formar y orientador moralmente en las
parroquias, orientar las conciencias y pensamiento teológicos, en espacios de
formación de los futuros sacerdotes y obispos, como en el Pueblo de Dios. Es uno
de los desafíos más fuertes a superar en México y en nuestra Diócesis de
Guadalajara, por lo cual es con humildad mi propuesta, mientras no quitemos los
miedos y se cambien las ópticas en relación a la mujer en la Iglesia y la mujer
presentemos un feminismo más crítico, humanista e integrador o incluyente del
varón, con relaciones reciprocas y nos veamos más sinodales menos como una
amenaza, podremos formar vínculos fraternos y de corresponsabilidad como una
Iglesia Nueva ambos por el Reino de Dios.
Bibliografía:
Antonio Salas OSA/ Epifanio Gallego, “Jesús y las mujeres”, Méx., Ed.Herder,
1992, pp39-45.
R. Laurentin, “Jesús una revolución ignorada” en Concilium 154(1980), pp94-103.
Gómez Pina Eva, “La mujer en la Iglesia, no quiere ser cenicienta”, Vida Nueva
1609(1990) pp.25-32.
García Leticia, “El papel de la mujer católica, en los signos de los tiempos”41
(1991) pp33-35.
Pérez Aguirre Luis, “La Iglesia interpelada desde las mujeres”, Ed. Christus
672(1991) pp.35-39.
S.Marisol, “Necesitamos mujeres teólogas”, Vida Nueva 1609 (1987)pp 29-31
Boff Leonardo, “Lo femenino y teología”, En Rostro Materno de Dios, Ed. Paulinas,
( 1979), 9-11.
San Juan Pablo II, “ La dignidad y la vocación de la mujer”, en Mulieris Dignitatem,
(1988) y “ Respeto a la Vida, en Humane Vitae ( 1987).