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San Agustín de En el verano de 386, y después haber

Hipona
atravesado una profunda crisis
Agustín de Hipona, originalmente llamado Aurelius
personal, detallada en su famosa En el
Augustinus Hipponensis, nació el 13 de noviembre verano de 386, y después haber
del año 354 en una provincia romana al norte de atravesado una profunda crisis
África, llamada Tagaste (actualmente Algeria). Era personal, detallada en su famosa
hijo de Mónica, de origen bereber y devota de la
iglesia católica; y Patricio, descendiente de
creencias paganas. Ambos una pareja respetable de
la sociedad romana.

A los 11 años, Agustín fue enviado a un colegio al


sur de Tagaste, donde permaneció hasta los 17 años,
cuando comenzó su formación en retórica. Después
de esto, y a pesar de haberse criado como católico,
Agustín dejó la iglesia para seguir el maniqueísmo,
religión formada por el profeta persa Mani, de quien
se decepcionó años más tarde. Poco después formó
una familia con la mujer que fue su compañera
durante 15 años. Con ella tuvo su único hijo, de
nombre Adeodato, quien moriría a temprana edad.

En el año de 383, Agustín se mudó a Roma, donde


siguió estudiando retórica, filosofía, persuasión y
habilidades para hablar en público. Pronto se
convirtió en uno de los intelectuales más
representativos del mundo latino, lo que le permitió
también realizar actividades políticas.
En el verano de 386, y después
haber atravesado una profunda
crisis personal, detallada en su famosa obra Confesiones; Agustín de Hipona se convierte
finalmente al cristianismo. Abandona la retórica y la academia, renuncia a su compromiso
marital, y así dedicarse a practicar el sacerdocio.
Más tarde se mudó a Milán, donde terminó de desprenderse del maniqueismo y concluyó
que era una forma de herejía a combatir. En cuestiones filosóficas se interesó por el
escepticismo y el neoplatonismo.
En el verano de 386, y después haber atravesado una profunda crisis personal, detallada en
su famosa obra Confesiones; Agustín de Hipona se convierte finalmente al cristianismo.
Abandona la retórica y la academia, renuncia a su compromiso marital, y así dedicarse a
practicar el sacerdocio.
Después de esto regresa al norte de África y funda un monasterio. En el año 391 recibió la
ordenación sacerdotal en la ciudad de Hipona, que ahora es Annaba, Argelia. A partir de
ahí fue conocido como Agustín de Hipona, y pronto le reconocieron como un gran
predicador.
Agustín de Hipona murió en el año 430, probablemente el día 28 de agosto, a la edad de 75
años; luego de haber sido nombrado obispo y “patrón de clero regular”. Aunque no se
saben las causas exactas de su muerte, se sabe que fue en el contexto de la invasión de la
provincia romana de África de parte de los vándalos de Genserico.
Tres principales obras
Agustín de Hipona fue reconocido no sólo en Italia y África, sino en España y en Medio
Oriente. Especialmente son conocidas sus obras Confesiones, Ciudad de Dios y
Reconsideraciones, aunque hay muchas otras. Veremos a continuación una breve
descripción de sus ideas principales.
1. Confesiones
Esta obra está compuesta por 13 libros, y la mayoría de ellos son relatos autobiográficos.
San Agustín decidió nombrar a su obra Confesiones no solo por eso, sino por el significado
religioso del acto de confesarse. La obra se compone de reflexiones de San Agustín sobre
su propia vida, tomando como referencia el libro bíblico del génesis.

Aborda temas como las contradicciones entre su pasado y las posiciones de autoridad
posteriores como obispo. También habla sobre la naturaleza del pecado y la redención, lo
que dejan ver la influencia del obispo San Ambrosio en el pensamiento de Agustín, así
como las doctrinas de Platón. Discute también la renuncia de la sexualidad luego de la
ordenación sacerdotal, la búsqueda de la sabiduría divina, y la experiencia mística que le
ocurrió en Milán y que lo llevó a decidirse finalmente por la vida católica.
2. Ciudad de Dios
En el contexto de los conflictos bélicos y políticos entre África e Italia, así como en un
entorno religioso que constantemente se enfrentaba al paganismo, San Agustín pasó 15
años trabajando en una nueva forma de comprender la sociedad humana.

Para el filósofo, era necesario establecer una Ciudad de Dios capaz de oponerse a la Ciudad
del Hombre. Esta última estaba condenada al desorden, con lo cual era importante que los
hombres sabios abogaron por una ciudad basada en la divinidad.

La obra está dividida en 22 libros, que van desde el cuestionamiento de las comunidades
paganas que reclamaban distintas formas de poder divino; hasta la historia bíblica de la
humanidad (del Génesis al Juicio final). Así pues, buscaba presentar una “historia
verdadera” de la Ciudad de Dios. Esta es considerada como una de las obras fundamentales
para comprender el orden político que caracterizaba la Edad Media.
3. Reconsideraciones
Reconsideraciones fue escrita en sus últimos años de vida, y ofrece una visión retrospectiva
sobre la carrera de San Agustín. Se compone de varios de sus escritos anteriores e incluye
comentarios sobre las circunstancias en las que fueron escritos, así como rectificaciones o
ratificaciones de lo dicho.
Se trata de una obra que expresa de manera profunda el pensamiento y la vida de este
filósofo. Debe su título precisamente al ejercicio de autoanálisis que San Agustín realiza.
Otras obras destacadas
Además de las anteriores, otras obras que son representativas del pensamiento y la vida de
San Agustín son Doctrina Cristiana (escrita entre los años 396 y 397), La Trinidad (escrita
entre los años 399/400-416/421), Comentarios literales del Génesis (de los años 401/414) y
Sermones, de la misma época.

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