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2030
Recibir una educación de calidad es un derecho que tienen todos los niños, niñas
y jóvenes colombianos, independientemente de su condición social, económica,
geográfica o étnica. Sin embargo, este derecho consagrado en la Constitución
Nacional de 1991 (Artículos 44 y 67) y reivindicado por la Ley General de
Educación de 1994, sigue siendo sólo cubierto parcialmente en Colombia. Es
preocupante que haya todavía 2 millones de adultos analfabetas en el país, la
mayoría de los cuales viven en las zonas rurales de Chocó, Sucre, Córdoba y
Magdalena.
Se podría decir que la educación en Colombia se perfila como un agravante de las
inequidades sociales, caso que resulta contrario a lo que sucede en las
democracias consolidadas en el mundo en las que una educación pública gratuita
como la que se brinda en los países nórdicos de Europa como Finlandia o
Noruega, con muy amplia cobertura y calidad, asegura la movilidad social y el
ejercicio pleno de los derechos políticos y sociales para todos los ciudadanos.
Es importante impedir que los niños se queden por fuera del sistema educativo por
ello se creó “La estrategia De Cero a Siempre”, establecida por la Ley 1804 de
2016 como política de Estado, contempla tres modalidades de educación inicial,
en el marco de la atención integral (modalidades institucional, familiar y
comunitaria). Estas fueron pensadas diferenciando zonas urbanas y rurales, y
modalidades de estimulación temprana. En su mayoría, se atienden niños y niñas
desde los seis meses
hasta los cinco años, en
jornadas de ocho horas
diarias durante cinco días
a la semana, cuyas
familias no pueden
asumir su cuidado
durante el día.
La incorporación de la
educación inicial como primer nivel de la estructura educativa puede superar las
desventajas de nacimiento si se inicia desde la primera infancia (Heckman, Cunha
y Schennach, 2010).
Igualmente se ha incorporado en el país “El Programa Todos a Aprender
(PTA)”, que desde 2012 viene implementando el gobierno nacional y que atiende
actualmente a 2,4 millones de estudiantes. El programa brinda apoyo especial en
primaria mediante un proceso de formación y acompañamiento en el aula a las
escuelas oficiales rurales que obtuvieron el peor balance en las pruebas SABER.
Una gran ventaja de este programa es que enfatiza en lectura y matemáticas, dos
competencias esenciales incorporadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El agua libre de impurezas y accesible para todos es parte esencial del mundo en
que queremos vivir. Hay suficiente agua dulce en el planeta para lograr este
sueño. Sin embargo, actualmente el reparto del agua no es el adecuado y para el
año 2050 se espera que al menos un 25% de la población mundial viva en un país
afectado por escasez crónica y reiterada de agua dulce. La sequía afecta a
algunos de los países más pobres del mundo, recrudece el hambre y la
desnutrición.
Esa escasez de recursos hídricos, junto con la mala calidad del agua y el
saneamiento inadecuado repercuten en la seguridad alimentaria, los medios de
subsistencia y la oportunidad de educación para las familias pobres en todo el
mundo. Algunos de los programas en pro del presente objetivo son:
Uno de los problemas más críticos de La Mojana es el acceso por parte de las
comunidades (principalmente rurales) al agua potable, de hecho, el 49% de la
población no tiene acceso. En un escenario sin intervención, se prevé una
situación agravada en términos de disponibilidad de agua por la reducción de
precipitaciones proyectada para la región, exacerbada por fenómenos extremos
(inundaciones y sequias) más intensos y frecuentes que no solo afectarían el
abastecimiento en términos de cantidad sino en calidad, ya que en periodos de
inundación extrema las aguas se infiltran a los pozos subterráneos contaminando
el agua que consume la población. Esta situación tiene impactos directos sobre la
vida de las personas, su salud, su economía y su forma de desarrollo.
Adicionalmente, las actividades productivas que sustentan la economía de la
región terminan haciendo a sus habitantes más vulnerables ante los efectos del
cambio y variabilidad climática.
Se busca 430 Has de bosques del Chocó biogeográfico aprovechado bajo manejo
sostenible, Beneficios Monetarios recibidos por la comunidad afrodescendientes
en el Medio Atrato , Definición e implementación de Acuerdos No monetarios con
las comunidades Afrodescendientes del Medio Atrato, Fortalecimiento de la
capacidad Nacional y Regional mediante la elaboración del Manual de Acceso a
Recursos Genéticos, el diseño de un curso e-learning para capacitar a 100
funcionarios del SINA y el diseño de la propuesta de resolución para la regulación
de la distribución de beneficios a partir del uso sostenible de la biodiversidad en
Colombia, entre otros.
1. Identificación
2. monitoreo de la pobreza y seguimiento en medición exacta
3. Política y buenas prácticas
4. Participación social y alianzas público-privadas
5. Problemas de pobreza con enfoque regional y de grupos.
En Colombia, los territorios más golpeados por el conflicto son altamente diversos
en términos biológicos y culturales, y presentan menos grado de transformación
en sus paisajes. Paradójicamente, son también los que tienen los índices de
Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) más altos. Mientras las NBI en la región
Andina son del 25%, otras como la Amazonía y el Pacífico, con grandes
potenciales ambientales, presentan unas NBI hasta del 60%. Construir un país en
paz, incluyente y equitativo requiere cerrar estas brechas sociales entre las
regiones más y menos desarrolladas. Para lograrlo es indispensable tener en
cuenta las inmensas oportunidades que ofrecen las condiciones ambientales que
tiene Colombia, así como el alto riesgo que podría implicar elegir una ruta de
desarrollo que no contemple al medio ambiente, dada la inmensa biodiversidad del
país, los compromisos frente al cambio climático (acordados ante la Convención
Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático), y el alto grado de ruralidad
del territorio colombiano reportado por el Departamento Nacional de Planeación en
el documento de la Misión para la transformación del campo colombiano en 2015.
Actualmente, los más pobres son los que más sufren las consecuencias de los
daños al ambiente y por eso, la crisis ecológica y la destrucción de la biodiversidad
deben abordarse con acciones que generen dinamismos nuevos y permitan un
acceso efectivo, práctico, inmediato y sostenible a las condiciones básicas del
bienestar humano. Posteriormente, alrededor de 200 personas intervinieron en la
sesión alto nivel en plenaria en la Cumbre, la cual se dividió en seis temáticas de
diálogos interactivos: Erradicar la pobreza y el hambre, Enfrentar las
desigualdades, empoderar a las mujeres y niñas, y no dejar a nadie atrás, acoger
un crecimiento económico sostenible, transformar y promover el consumo y
producción sostenible, proteger nuestro planeta y combatir el cambio climático,
construir instituciones efectivas, confiables e inclusivas, una alianza global
fortalecida para realizar la Agenda. En su intervención mencionó que “La Agenda
2030 es de todos y nos pertenece a todos. No podemos garantizar prosperidad sin
asegurar nuestro futuro.
La gobernación de Nariño le
apuesta al desarrollo sostenible con el
programa “Nariño Por Los ODS”, es
este se busca hacer partícipe a la
comunidad civil con proyectos que estén
enfocados en los objetivos de la agenda
2030; con relación al objetivo 12 los proyectos elegidos son:
Los datos del Departamento del Chocó indican que 16 de los 30 municipios tienes
actividades mineras, muchas ilegales. Sólo tres de los 117 campamentos mineros
reportados por Codechocó, la autoridad ambiental de la zona, tienen licencias
ambientales para su operación. Los 4 parques nacionales considerados en el
proyecto están afectados por actividades o intereses mineros dentro o fuera de
sus límites en un radio de 5 Kms. Adicionalmente las actividades mineras se están
desarrollando sin los requerimientos técnicos necesarios y sin esquemas de
responsabilidad social o ambiental. Esto causa degradación del suelo,
contaminación del agua, pérdida de biodiversidad y desplazamiento de las
comunidades asentadas en el territorio.
Este bosque solía ser uno de las coberturas vegetales más extensas en nuestro
país. Se encontraba regado por la Costa Caribe, los Llanos orientales y entre los
valles geográficos de los ríos Cauca y Magdalena. Sin embargo, hoy en día cerca
del 90% han desaparecido (García, et al, 2014) y el que queda está en una
situación crítica de fragmentación y deterioro y por ende su diversidad y sus
servicios ecosistémicos corren el peligro de desaparecer e incrementar las
condiciones de pobreza en la que viven sus comunidades locales.
Encontrar a las personas dadas por desaparecidas con ocasión del conflicto, no es
solo uno de los objetivos del Acuerdo de paz, es también una obligación del
Estado, un derecho inalienable y una de las necesidades más urgentes de las
víctimas. En cumplimiento de este deber, en el contexto del Acuerdo de la
Habana, el Estado se comprometió a adelantar una serie de medidas urgentes
para la búsqueda de las personas dadas por desaparecidas con ocasión del
conflicto, para brindar una respuesta humanitaria inmediata que permitiera
avanzar en la satisfacción de los derechos a la verdad y reparación de las
víctimas, en el marco de lo cual se adelantaron algunas acciones.
Colombia es uno de los países con mayor riqueza en biodiversidad, pero tiene el
gran desafío de poder aprovechar este capital natural como una fuente de
desarrollo económico sostenible, y de mejoramiento de las condiciones de vida,
especialmente de la población rural. El PPD está inmerso en este reto, al cual
busca aportar desde el apoyo a los grupos y organizaciones locales para construir
y desarrollar propuestas propias de desarrollo, aprovechando el entorno en el que
viven.
Una de las principales dificultades del trabajo a nivel rural es la baja capacidad
local, institucional y principalmente de las organizaciones sociales con las que se
trabaja. Sumado a esto, el asistencialismo y la disparidad en las visiones y
enfoques de desarrollo dificultan consolidar modelos de desarrollo comunitario
basados en el uso sostenible del capital natural y social.