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Participante

Maria E. Rodriguez Q.

Matricula

15-1066

Facilitador

Richard Ulloa M.A.

Asignatura

Terapia conductual

Tema

La evaluación psicológica en la terapia de la conducta

Fecha

31-5-2020

Santiago de los caballeros


Introducción

En esta unidad estares elaborando un ensayo académico acerca de la


importancia del proseso de evaluación para la terapia conductual está puede
tener varias finalidades importantes en el cual se puede describir la siguientes:
identificar los problemas y las metas del tratamiento del paciente/cliente,
determinar si los problemas del paciente son clasificables en eso o más
trastornos, averiguar las variables que afectan dichos problemas y metas,
establecer las posibilidad de que el paciente pueda hacerse daño asi mismo o
a otros y por ultimo obtener datos que permitan valorar el proceso de
intervención y los resultados obtenidos.

El objetivo de la evaluación de terapia conductual es el recabar información que


permita elegir o diseñar, implementar y evaluar el tratamiento que más va
ayudar al paciente a solucionar sus problemas psicológicos y a conseguir sus
metas de tratamiento.
1. Elabora un ensayo académico acerca de la importancia del proceso de
evaluación para la Terapia Conductual.

La evaluación para la terapia conductual desde sus inicios se enfatizaba más


bien por la conducta manifiesta por el individuo, y también reconocías las
variables encubiertas, no se consideraban relevantes para el comportamiento y
no se evaluaban, puesto que las interpretación que deseaba medir no era muy
confiable, y mucho menos probabilidad de explicar en la práctica lo que
buscaba.

En la década de los 70 inicio un abordaje más profundo y real acerca de la


evaluación, ya no solo tomando en cuenta los casos individuales sino, más bien
en un ambiente mucha más abarcador, pues fue desde este momento cuando
se empezaron a elaborar los primeros instrumentos de medidas indirectas,
como también los auto-informes, en otro caso fue la época en donde se
publicaron las primeras publicaciones de gran relevancia.

En el siglo 90 es donde se inicio a incorporar los enfoques contextuales del


conductismo radical, también se redujeron las publicaciones de evaluación
conductual.

La evaluación conductual ha cambiado así desde la sustentación en las teorías


del aprendizaje y la marcada oposición a los sistemas de evaluación y
clasificación imperantes en los años 50, hasta la incorporación progresiva de
eventos internos y variables personales u organísmicas.

La psiquiatría empezó también muy pronto a desarrollar estrategias de


evaluación similares a la evaluación conductual. El llamado Registro Orientado
a los Problemas fue introducido en muchos contextos de atención psiquiátrica
para mejorar el diagnostico.

Como ejemplo de cambios producidos en la evaluación conductual,


actualmente se acepta el juicio clínico en el contexto de la entrevista
conductual, la consideración de las clasificaciones diagnósticas como
instrumentos útiles, o el reconocimientos de que la confianza excesiva en la
observación conductual puede ser inapropiada en determinados contextos
(descenso de su uso).

La consideración más importante de la evaluación conductual es como una


epistemología de la ciencia conductual. La evaluación conductual no es un
conjunto de instrumentos, sino un paradigma de evaluación psicológica (influye
en el foco, contexto, individuos, forma y herramientas de evaluación, así como
en la integración de datos, elaboración de juicios clínicos y decisiones).

Se puede definir la evaluación conductual como un enfoque científico de


evaluación psicológica que enfatiza el uso de medidas mínimamente inferencia
les o interpretativas, la utilización de medidas sujetas a un proceso previo de
validación, la identificación de relaciones funcionales, y el establecimiento te
conclusiones a partir de los datos obtenidos en distintas situaciones. Los tres
principales elementos de interés en la evaluación conductual son: a) la medida
del cambio, b) la identificación y medida de las relaciones funcionales, y c) la
medida de estos dos aspectos en individuos y grupos concretos.

A medida que se introdujeron las variables cognitiva, la observación conductual


se ha relegado a favor de entrevistas, auto-observaciones, cuestionarios,
evaluación psicofisiológica, etc... El foco de la evaluación conductual se ha
ampliado para dar cabida a las llamadas conductas encubiertas (pensamientos,
creencias, expectativas, emociones,…), siendo el uso del auto-informe la
principal estrategia de evaluación. Pero con el uso de auto-informes no se
infiere estructuras internas responsables del comportamiento, sino que se usa
como muestras de conductas e informes de ocurrencia de determinados
aspectos comportamentales (no se hacen hipótesis sobre constructos
subyacentes).

Estrategias de evaluación conductual

La evaluación conductual usa múltiples fuentes de información e instrumentos


de evaluación (entrevistas, auto-registros, cuestionarios, etc…).
Entrevistas conductuales

Esta tiene como objetivo desde la identificación de las conductas objetivo, a la


selección de los métodos de evaluación más adecuados. Debe cubrir los
siguientes objetivos: 1) Explicación al cliente del objetivo de la entrevista, 2)
identificar conductas problemas y definirlas, 3) identificar los parámetros de la
conducta problema, 4) identificar los antecedentes de la ocurrencia, 5)
identificar consecuencias de la conducta problema, 6) identificar recursos y
fortalezas del paciente, 7) establecer la medida de las conductas relevantes, y
8 al finalizar, resumir y valorar si el entrevistado ha entendido todo y está de
acuerdo. Al finalizar la entrevista se le debe proveer al paciente de una
conceptualización inicial del problema, estrategias de intervención (con su
eficacia) y estimación de la duración de la intervención.

Observación conductual

Generalmente la entrevista conductual se complementa con algún tipo de


observación (se decide en la entrevista). La observación puede realizar por
evaluadores entrenados, personas del entorno o por el propio paciente (auto-
observación). La observación en entorno natural es más aconsejable con
conductas de alta frecuencia (niño hiperactivo). En conductas de baja
frecuencia no resulta tan adecuada (agresiones, encender fuego,..). En este
último caso es aconsejable los contextos controlados creados ad-hoc, pero se
reduce la validez ecológica.

Evaluación cognitiva conductual

En las áreas de evaluación cognitivas se encuentran las auto-verbalizaciones


asociadas a distorsiones cognitiva, actitudes, supuestos básicos, respuestas
emocionales, estilos atribucionales, etc… Los procedimientos utilizados con
mayor frecuencia para la evaluación de contenidos cognitivos son los auto-
registros y los inventarios cognitivos auto-informados.

Evaluación psicofisiológica

La evaluación del componente psicofisiológico tiene un papel central en los


siguientes ámbitos: 1) el proceso de evaluación y tratamiento de los trastornos
psicofisológicos, 2) en la evaluación y tratamiento de psicopatologías
frecuentes que cursan con síntomas somáticos (estrés post-traumático,
angustia, ansiedad), y 3) en la identificación de sujetos vulnerables a
determinados trastornos, o en individuos simuladores. No está muy
implantada, y se suele hacer con pseudoevaluaciones por auto-informe.
Pretender sustituir la evaluación psicofisiológica por la evaluación subjetiva ,
como si fueran intercambiables, supone un desconocimiento del fenómeno de
fraccionamiento entre los niveles de respuesta e inadecuación de los datos
subjetivos.

Aplicabilidad diferencial de los métodos de la evaluación conductual

Personas diferentes, diferentes contextos o culturas y diferentes objetivos y


problemas requieren diferentes métodos de evaluación. La aplicabilidad y
utilidad de los distintos métodos de evaluación individual está afectada por as
siguientes variables:

Nivel de desarrollo intelectual del cliente

Grado de afectación del funcionamiento cognitivo

Reactividad al método de evaluación

Posibilidad e cooperación de las personas del entorno

Coste de los métodos de evaluación

Restricciones y contingencias del propio evaluador

El análisis funcional en la evaluación conductual

El análisis funcional (Skinner) proporciona un modelo de formulación de casos


clínicos que puede definirse como una síntesis de los problemas del paciente y
de las variables que correlacionan con el problema. El proceso del análisis
funcional tiene implicaciones sobre cualquier elemento de la evolución
conductual. El término funcional puedes usarse para referirse al efecto que una
conducta tiene sobre el medio, o puede referirse a la relación de contingencia
que se establece entre dos variables.
El análisis funcional consiste en llevar a cabo un análisis individualizado de las
conductas específicas del paciente, en el que se establezcan las variables que
determinan la conducta problema y que se pueden controlar para el cambio. La
evaluación funcional se refiere al proceso de recogida de información para la
formulación de hipótesis, y el término análisis funcional al proceso de
contrastación de hipótesis. La evaluación funcional se divide en tres fases: a)
fase descriptiva: identificación de datos sobre variables relevantes, b) fase
interpretativa: formulación de hipótesis, y c) fase de verificación: se ponen a
prueba las hipótesis. La última se considera como análisis funcional
(manipulación sistemática de factores causales).

Procedimiento y proceso de la evaluación conductual

La evaluación conductual es el proceso que articula la intervención terapéutica


que se lleva a cabo en terapia cognitivo-conductual. Evaluación y tratamiento
son procesos interdependientes. Las tareas del proceso inductivo-hipotético-
deductivo de la evaluación conductual son las siguientes:

Definición y delimitación del problema: la tarea del terapeuta es formular en


términos precisos los problemas del paciente y establecer cuales serán objeto
de intervención (¿Cuáles son las quejas del paciente?). Dos metas; recoger
datos (entrevista conductual) para el análisis del problema, y establecer
relación terapéutica que motive al paciente a acudir a las sesiones y colaborar
en el proceso.

Formulación funcional del caso elaborando hipótesis contrastables y deducción


de predicciones verificables a partir de dichas hipótesis (propio de la TCC):
identificación de estímulos antecedentes y consecuentes que controlan cada
respuesta (variables sobre las que actuará la intervención). La información
recogida permite poder plantear modelos explicativos acerca de los problemas
del paciente. Para fijar los objetivos de la intervención resultan más relevantes
las hipótesis relativas al mantenimiento de los problemas, que las hipótesis
acerca del origen del trastorno (no contrastables).

Selección de conductas clave y variables relevantes y establecimiento de


metas terapéuticas: Dos tipos de objetivos terapéuticos, 1) Objetivos finales o
metas últimas son aquellas que una vez conseguidas darán por finalizada la
intervención, y 2) Objetivos intermedios, cuya consecución permite el
acercamiento progresivo a la meta final. En la actualidad, y al contrario de
cómo se venía haciendo hasta ahora, el objetivo de la aceptación del malestar
que está afectando al individuo es un elemento fundamental que guía toda
intervención. Esta aceptación diluye estrategias de evitación experiencial y
permite una calidad de vida mayor que con otras terapias. En general, y de
cara a la modificación conductual, es aconsejable comenzar por algún
problema que permita obtener resultados lo suficientemente gratificantes como
para motivar al paciente a abordar otros problemas.

Aplicación del tratamiento: La evaluación de los avances terapéuticos es


conveniente hacerla sesión a sesión de forma paralela al tratamiento. El
individuo debe saber que es esperable que su ritmo de mejoría no sea regular y
que encuentre escollos en su recuperación (oportunidad de aprendizaje y no de
fracaso).

Evaluación del cambio (si no, vuelta a la fase 1, 2, o 3): El criterio para
determinar el éxito de una intervención varía si se adopta un criterio clínico
(significación clínica) basado en el funcionamiento adecuado del paciente, o
experimental (significación estadística) medido a través de criterios
estadísticos. Es aconsejable su utilización conjunta.

Cuestiones sobre fiabilidad y validez en la evaluación conductua

La validez de un instrumento puede variar a través de poblaciones, entornos y


objetivos de la evaluación y no es un atributo que sea susceptible de fácil
generalización. La mayoría de los instrumentos de evaluación conductual no ha
seguido un proceso riguroso de validación, aun así, la validez del tratamiento
de la evaluación llevada a cabo si resulta atractiva para clínicos. Incluso
técnicas emblemáticas como la observación conductual en el ámbito natural
tienen todavía problemas de sesgos, efecto halo, bajo acuerdo inter-
observadores, sesgos confirmatorio, etc.. El uso de sistemas multimétodo de
evaluación debe contar con datos sobre la validez incremental que supone
utilizar una serie de pruebas.
Con respecto a los criterios psicométricos, hay dos posturas opuestas:

 los más ortodoxos defienden que la integración de criterios


psicométricos en la evaluación conductual no resulta posible dadas las
profundas divergencias entre sus modelos de referencia, y rechazan las
interpretaciones nomotéticas o normativas, así como los criterios
psicométricos de fiabilidad, validez y utilidad, especialmente en lo que
respecta a:
o la estabilidad y consistencia del comportamiento,
o el nivel de análisis grupal, y
o el modelo de causalidad (estructural intra-sujeto en el caso del modelo
psicométrico, y funcional ambiente-sujeto para el conductual).

Direcciones futuras: evaluación basada en la evidencia

Comienza a ser un foco de interés para los investigadores. La evaluación


basada en la evidencia incluye conceptos como la utilidad diagnostica (grado
en que los datos de una evaluación ayudan a formular un diagnostico) y la
utilidad de tratamiento (grado en que una evaluación contribuye a conseguir un
resultado terapéutico exitoso). La investigación de ambos conceptos es muy
limitada. La APA concluyó lo siguiente en relación a la evaluación: a) la validez
psicológica de los test es fuerte y convincente, b) la validez psicológica de los
test es comparable a la validez de las pruebas médicas, c) diferentes métodos
de evaluación proporcionan información única, y d) los clínicos que confían
únicamente en la entrevista probablemente obtendrán una comprensión
limitada y/o inadecuada. La evaluación basada en la evidencia debe considerar
la validez científica de todo el proceso de evaluación y no sólo de una medida
en particular.
Conclución

La evaluación es el inicio de toda intervención conductual, su función es


cuantificar y analizar la conducta. A través de ésta, se determina el diagnóstico,
que es, a final de cuentas, lo que va a dirigir el diseño y realización del
tratamiento dentro de la psicología clínica. Una de las bases de la evaluación
conductual, es que se eliminan las etiquetas y se dirige más bien hacia la
determinación de los excesos y déficits conductuales, así como de los
estímulos ambientales. Se hace una descripción de los métodos directos e
indirectos. Palabras Clave. Evaluación Conductual, Psicología Clínica,
Diagnóstico. Con el fin de identificar y buscar soluciones a los problemas.

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