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Introducción
No hay duda que el yacón, ha pasado de ser una planta de jardín o de pequeños
huertos familiares, a una planta con posibilidades de desarrollo, como alimento
nutracéutico, gracias a los nuevos descubrimientos sobre los contenidos de
metabolitos primarios y secundarios, que no se conocían y que en cierto modo,
confirman las bondades que el conocimiento tradicional le atribuía.
Dos fuentes de información jugaron rol importante para que esta planta, en otro
momento, en riesgo de perderse, volviera a formar parte de la canasta de
consumo. Por un lado, los estudios etnobotánicos sobre la planta, cuyas primeras
anotaciones aparecen en las crónicas del Perú antiguo y se refuerzan en las últimas
décadas del milenio anterior, con los trabajos de Jorge León y Martín Cárdenas,
principalmente. Por otro lado, fueron decisivos los estudios científicos realizados
en diversos países, especialmente sobre sus componentes de las raíces y hojas, y
sus efectos en animales y humanos.
Fuente: Seminario (2003) con base en Hawkes (1989), Ochoa (1984; 1999) y otros autores
Dioscorea bulbifera (papa grande). Origen: Hay dos grupos de poblaciones de esta especie.
Uno en Asia, de India a Nueva Guinea y otro en Africa occidental
Dioscorea nummularia. Origen: Silvestre en Malasia, cultivada desde Sureste de Asia hasta
Polinesia
En los Andes, existen además otras especies tuberosas que no son cultivadas pero son
aprovechadas desde su estado silvestre, ya sea como alimento o medicina. Entre estas
podemos mencionar:
El chicuru [Stangea rhizantha (A. Gray) Killip]. Valerianaceae
Las informaciones permiten concluir que el yacón siempre fue más importante en el
Perú que en otros países del área andina. Safford (1917) relata que en el Museo
Nacional de Estados Unidos (Washington), existe un especimen real de raíz de yacón,
correspondiente al Perú prehispánico (sin precisar la cultura). Además, señala que
existe un vaso de terracota (arcilla modelada y quemada) que muestra tres raíces
terminales en una tallo recto, en el cual, se muestra la cabeza de un monstruo con
grandes colmillos. Asimismo, O’Neal y Whitaker (citados por Zardini, 1991) habrían
identificado racimos de raíces de yacón en bordados de la cultura Nazca. También
existen evidencias de su uso en las culturas Paracas (1500 500 a.C.) y Mochica (500
a.C. – 700 d.C.). Y en el Museo Nacional de Arqueología y Antropología, Lima, existe
una ceramio de la cultura Nazca que ha sido catalogado como una representación de la
raíz de yacón.
Se ha cultivado en diversas regiones del Perú, una prueba de esto son los diferentes
nombres vernaculares, con los que se conoce. Asi por ejemplo, en el norte del Perú es
llacón, yacón y llakwash. En el sur se conoce como aricoma, aricuma (Aymara), llaqón,
llacún, llacuma (Quechua). En el centro-norte del Perú se le conoce como yacumi y
racón.
En la Paz, Bolivia, se conoce como “aricoma” (Ayamara), era traído desde Illimani.
También se cultiva en Cochabamba y en el área de Los Yungas (Cárdenas, 1989). En
Ecuador, su cultivo al parecer es menos antiguo. Aquí su nombre es jícama y algunas
derivaciones, como chicama, shicama, jíquima o jiquimilla (Tittel, citado por Grau y
Rea, 1997; Seminario et al. 2003)
Durante la mayor parte de la época republicana el yacón fue una planta relegada a los
pequeños agricultores, como una planta de huerto o jardín. Su cultivo y uso iban en
disminución, hasta que a finales de los 90, retorna al mercado, impulsado por nuevas
informaciones, provenientes principalmente de Japón, acerca de sus bondades como
fuente de oligofructanos que lo hacían particularmente importante para la
alimentación y la salud humanas.
En el resto del mundo los hitos más relevantes son: Antes de la Segunda Guerra
Mundial, el agrónomo Mario Calvino introdujo el yacón, desde República Dominicana,
al norte de Italia (NRC, 1989). En 1948, se da cuenta que se cultivaba en Hamburgo,
norte de Alemania (Bredemann citado por León, 1964). A inicios de los años 80’ se
introduce Nueva Zelandia (Douglas et al. 2005). En 1985 se introduce desde Nueva
Zelandia hacia Japón. En 1997, en este último país ya se cultivaban alrededor de 10 ha.
Desde Japón se introduce hacia Corea y Brasil. Se conoce que desde hace varias
décadas, que se cultiva en varios estados de Estados Unidos. También se cultiva en
Rusia y Taiwan. A finales del siglo anterior e inicios del presente, se introduce a
República Checa, en donde se realizan una serie de investigaciones e Inglaterra (Grau y
Rea, 1997; Douglas et al. 2005).
1.3. Los usos tradicionales y nuevos del yacón
1.3.1. Usos tradicionales. La etnobotánica de esta planta publicada hasta hoy
(Rea, 2000; Grau y Rea, 1997; Valderrama y Seminario, 2003),
reconoce que desde tiempos muy antiguos se usaron las raíces como
fruta fresca y deshidratada en diversos grados. En la estación de verano,
en la costa peruana, se consumía especialmente en las ex haciendas
cañeras. Los niños de las escuelas rurales lo consumían con apego, al
estado fresco. El testimonio de un campesino de Contumazá dice: “en
tiempo de verano yo vendía yacón, por unidades en las haciendas de
Roma, Casagrande, Laredo. Y en tiempo es escuela vendía por rodajitas
en la puerta de las escuelas”. En el norte, se prepara en forma de jugo,
chicha (rallado, se filtra el jugo a través de una tela y se deja fermentar),
como miel, jalea y “chancaca”.
La raíz del yacón contiene poca materia seca (10 a 17 %) el resto es agua. Sin
embargo, sus efectos pueden ser mejor explicados en función los contenidos de
metabolitos primarios (Tabla 1) y secundarios hasta ahora descubiertos. A estos,
nos referimos a continuación, basados en las fuentes más confiables (Oyama et al.
1990; Grau y Rea, 1997; Asami et al. 1999¸ Lachman et al. 2003; Seminario et al.
2003; Lock y Rojas, 2005; Hermann, 1999; entre otras):
Componente Entradas
SAL136 AKW5075 ARB5073
Materia seca (g) 136 98 115
Carbohidratos totales (g) 127 89 105
FOS (g) 89 31 61
Glucosa libre (g) 2.8 2.3 4.5
Fructosa libre (g) 4.6 21.1 7.5
Sacarosa libre (g) 12 19 14
Proteínas (g) 3.3 3.5 4.9
Lípidos (mg) 191 289 311
Fibra (g) 3.6 3.5 3.7
Potasio (mg) 2859 1969 1999
Fuente: Hermann (1999) citado por Manrique (2005)
La mayor parte de la materia seca de la raíz, está formada por carbohidratos (90
%), no contiene almidón. Dentro de los carbohidratos (disacáridos a trisacáridos),
entre el 40 a 70 % son oligofructanos, tipo inulina, llamados también,
fructooligosacáridos (FOS) y 15 a 40 % corresponde a sacarosa, fructosa y glucosa.
Los FOS son polímeros de fructosa con uniones ß(1--2), con una sacarosa terminal.
La unión ß(1--2) es muy resistente y el organismo humano no posee las enzimas
para romperlas, por lo tanto, los FOS pasan por el tracto digestivo sin
metabolizarse. Si bien, otras plantas también contienen fructanos (achicoria, dalia,
ajo, plátano, cebolla, trigo, plátano), el yacón los posee en la forma de FOS, en alta
proporción (Seminario et al. 2003).
El poder edulcorante del yacón se debe a los FOS, que están compuestos de
fructosa, con un terminal de glucosa (la fructosa es 70 % más dulce que la
sacarosa). Pero debido a que no son metabolizados en el tracto digestivo humano,
no producen calorías. Las calorías que produce el yacón se deberían a la sacarosa,
fructosa y glucosa libres y presentes en el jugo. Pero éstas son pocas, en
comparación con otros edulcorantes y alimentos (Tablas 2 y 3). Por ello, es un buen
edulcorante para diabéticos y para personas con tendencia a la obesidad.
Alimento Kcal/100 g
Yacón 15 – 20
Piña 40
Naranja 50
Manzana 60
Plátano 80
Papa 120
Carne de pollo 120
Arroz cocido 135
Carne de res 160
Pan 250
Helado 400
Chocolate 500
Los FOS, al no ser digeridos por el organismo humano se comportan como fibra
dietética, con efectos benéficos directos e indirectos. Por ejemplo, evitan el
estreñimiento (incrementan la frecuencia de las deposiciones y el volumen de
masa fecal). Pasan al colon, en donde son fermentados por bacterias benéficas. Es
decir, son buenos prebióticos. Estas bacterias, especialmente de los géneros
Lactobacillus y Bifidus aumentan su población y, a la vez, disminuye la población
de bacterias dañinas. Los probióticos están relacionados con una serie de efectos
benéficos: mejoran la absorción del calcio y otros minerales, mejoran la síntesis de
vitaminas del complejo B, fortalecen el sistema inmunológico, previenen
infecciones gastrointestinales, reducen riesgo de cáncer al colon, previenen la cires
dental, ayudan a controlar el sobrepeso (Seminario et al. 2000; Semiario et al.
2003; Manrique y Hermann, 2003).
Las pruebas en ratas, con una ingesta diaria de 340 mg/kg de peso corporal (= 200
g de raíz fresca = 30 a 40 g de chips de yacón) y 6 800 mg de FOS/ kg de peso
corporal (20 veces que la anterior), durante cuatro meses, demostraron que los
FOS son bien tolerados, no produjeron toxicidad, ni efecto nutricional adverso
(Genta et al. 2005).
Por otro lado, los extractos de hojas de yacón son fuente rica de de ácido fenólicos
(clrogénico, cafeico, ferúlico) (Simonovska et al. 2003). Además, En las hojas, se
encontró un compuesto que se ha denominado sonchifolína, un sesquiterpeno tipo
melampólido. También se han aislado otros melampólidos ya conocidos como
polimatina, uvedalina, enhidrina, fluctuanina. Estos compuestos tienen varios
efectos importantes. Por ejemplo, son antifúngicos (Lock y Rojas, 2005). Schorr y
Da Costa (2005) demostraron que el principal compuesto en las hojas es la
enhidrina (0.97 % en base seca). Este compuesto ha mostrado actividad
antiinflamatoria y antimicrobiana, es un agente antidiabético y un importante
componente de formulaciones farmacéuticas.
Los diversos testimonios sobre los efectos del yacón en personas diabéticas,
condujeron a estudios científicos para su confirmación, primeramente en animales.
Asi por ejemplo, se estudió el efecto hipoglicemiante del extracto acuoso de las
hojas (decocción al 10 %) suministrada por vía oral (8 mL/kg) o intraperitoneal (4
mL/kg), en ratas normales, ratas con hipoglicemia transitoria y ratas con diabetes
inducida. Se encontró una disminución significativa de los niveles de glucosa en la
sangre, de ratas normales.
Los estudios con animales mostraron alta evidencia de que los FOS reducen los
niveles de lípidos en la sangre. Sin embargo, los estudios sobre este efecto en
humanos, son todavía contradictorios
Es notable la sanidad de las hojas del yacón en campo. Pocas veces se han
reportado ataques de hongos o bacterias. Este comportamiento se explicaría
principalmente, por la presencia de los melampólidos sonchifolina, polimatina,
uvedalina y enhidrina. Su acción fue demostrada contra el hongo Pyricularia oryzae
(Lock y Rojas, 2003). También, se estudió el efecto de estos compuestos contra la
bacteria Bacillus subtilis y se demostró que el melampólido más efectivo es la
fluctuanina, seguido de la uvedalina y la enhidrina (Lachman et al. 2003; Lock y
Rojas, 2005).
2005-2006 2006-2007
Superficie sembrada (ha) 365 365
Superficie cosechada (ha) 289 300
Producción (t) 4 819 5 256
Rendimiento (t/ha) 16.7 17.5
Fuente: Ministerio de Agricultura (2007)
Rendimiento de raíces
(t/ha) (t/ha)
Capao Bonito, Sao Paulo, Brazil 100 Nd Kakihara et al.(1996, cit. Grau &
Rea 1997)
Waikato, Rukuhia, Nueva Zelandia 57.6 26.6 – 79.8 Douglas et al. 2005
Con datos de Romero (2005: Apéndice) Promedio de tres cosechas y de 39
(1994), 70 (1995) y 70 (1995) entradas y, de 5, 5 y 6 plantas/entrada,
respectivamente.
Rendimiento de hojas
Un estudio sobre producción de hojas con los tres morfotipos más conocidos en el
norte peruano, con siembra a distanciamientos de 0.90 m x 0.60 m, produjo los
resultados que se detallan en la Tabla 6. Lo más resaltante es que cada planta produce
en 8 a 11 tallos. Cada tallo produce entre 13 a 16 tallos; es decir, se puede producir
entre 200 a 350 hojas/planta. Cada planta produce de 1 642 a 2 153 g de hoja fresca
que significa 164 a 215 g hoja seca al ambiente. Por lo tanto, se puede producir entre
3 a 4 t de hoja seca/ha. Son necesarios más estudios sobre la producción de hoja,
tomando en cuenta otros morfotipos y otros factores como densidad de plantación,
abonamiento, época de siembra, intervalo de cosecha, entre otros.
El mercado nacional es pequeño, pero está creciendo. Una evidencia es que hasta
antes del año 2000 el yacón era un producto relegado a algunos pequeños productores
y comunidades con vieja tradición en su cultivo, con fines de autoconsumo, para el
trueque con otros productos y, ocasionalmente para venta en los mercados
semanales. Sin embargo, desde inicios de esta década el yacón fue paulatinamente
posicionándose en los mercados de las ciudades, debido a las nuevas informaciones
sobre sus probables efectos en la salud humana. Es decir, su demanda creció como
producto nutracéutico. Hoy, se vende durante todo el año, en mercados populares y
supermercados de casi todas las ciudades del país. Las formas de presentación varían
desde raíces frescas, hasta, jugo, miel, jarabe, pasas, mermelada, hojuelas, licor y
filtrante de hojas. Sin embargo, las presentaciones más comercializadas en el Perú, son
miel, extracto y hojuelas (Rojas, 2007).
Las exportaciones de yacón hacia otros países se inician el 2001. Desde ese año,
aunque su evolución ha sido irregular, en general, tiene una tendencia al crecimiento.
(Tabla 7). Se espera que cuando se levantes las restricciones del mercado europeo, el
crecimiento de las exportaciones sea más sostenido.
Los productos que más se exportaron en el 2006 fueron: miel (27 %) , extracto (21 %),
hojuelas (10 %). En menor proporción se exportaron harina de raíz (4 %) y filtrante de
hoja (0.59 %). El resto se embarcó como productos mixtos y como otras
presentaciones o presentaciones no especificadas (38 %). El valor de las exportaciones
para ese año fue de 248 976 dólares americanos (Superintendencia Nacional de
Administración Tributaria, 2006).
En yacón es una planta herbácea, perenne que puede llegar a medir más de 2.5 m
de alto. Si la planta proviene de semilla tiene un solo tallo principal, por lo general
ramificado. Si la planta proviene de propágulo o semilla vegetativa, tiene varios
tallos. El tallo es cilíndrico, piloso y hueco, verde a púrpura. En promedio cada
planta tiene cinco tallos. Consta de dos tipos de raíces. Las reservantes que son
engrosadas, fusiformes o ovadas, de apariencia semejante al camote. Una planta
puede tener en promedio 17 raíces reservantes, de las cuales, por lo menos, 6 son
comerciales. Las raíces fibrosas son pocas y tiene función de fijación y absorción.
Subhastada
Fig.7. Forma de la base de la lámina de la hoja
Cultivares de yacón
Douglas, JA; Follett JM; Waller, JE. 2005. Effect of propagule weight on production
of yacon (Smallanthus sonchifolius). New Zeland Jouranl of Crop an Horticultural
Science 33: 143-148.
Douglas, JA; Douglas, MH; Deo, B; Follet, J.M; Scheffer, JJC.; Sims, IM; Welch, RAS.
2005. Research and development of yacon (smallanthus sonchifolius) production in
New Zeland. Proc. 1st IS on Root and Tuber Crops, Act. Hort.670: 79-85.
Jones, SA. Jr. 1987. Sistemática vegetal. Segunda edición. Traducción de M.L.
Huescas (UNAM). McGraw Hill.
Grau, A; Rea, J. 1997. Yacón. En: Hermann, M. and J. Heller. 1997. Andean roots
and tubers: ahipa, arracacha, maca and yacon. International Plant Genetic
Resourses Institute, IPGRI. Rome,Italy. 256 p.
Pulgar Vidal, J. 1981. Geografía del Perú. Las ocho regiones naturales del Perú.
Editorial Universo S.A. Lima. 313 p.
Safford, WE. 1917. Food Plants and Textiles of Ancient America. Proceedings
Second Pan American Scientific Congress. Vol.I: 146-159.
Rodríguez, JC; Soplopuco, CI. 2004. Efecto del smallanthus sonchifolius sobre los
niveles de glucosa e insulina plasmática en Oryctalagus cuniculus con diabetes
inducida con alloxano. Tesis Médico Cirujano, Facultad de Medicina Humana,
Universidad Nacional Pedro Ruíz Gallo, Lambayeque, Perú. 45 p.