Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ARTÍCULO 4o.- Para los efectos de esta Ley, se considera servicio público
de transporte la actividad mediante la cual, con apego a los principios
señalados en el artículo precedente, el Ejecutivo del Estado con la
participación de los Municipios en sus respectivas competencias y ámbitos
territoriales, satisface por sí o a través de concesionarios, las necesidades
de movilización o traslado de personas y cosas por las calles, caminos y
carreteras municipales y estatales en el territorio del Estado, que se ofrece
al público en general, mediante el pago de una retribución en numerario
(Congreso del Estado de Sonora 2013).
Antecedentes
Las últimas modificaciones a la Ley 149 fueron en 2010, 2011 y 2013, es decir,
en fecha posterior al periodo de estudio de García Román, por lo que precisamos
completar su recapitulación de leyes. La modificación del 8 de julio de 2010 a la
fracción XI BIS del artículo 102, estableció que habría unidades que prestarían su
servicio con los equipos de aire acondicionado encendidos y en correcto
funcionamiento, en el periodo comprendido del 1 de mayo al 30 de septiembre de
cada año.
Las personas día a día viven la movilidad urbana y, de acuerdo a las entrevistas
realizadas, en ocasiones la sufren. Un viaje más rápido, seguro y confiable tiene
un impacto directo en la mejora de la calidad de vida de todos. Esto representa
más horas con la familia, más tiempo para el estudio, el esparcimiento y/o la
productividad.
Esta investigación confirmó lo que los teóricos nos dicen, que es necesario
que todos, pero principalmente el gobierno, que en tiempos de la gobernanza tiene
a cargo gestionar la participación de los diferentes actores para la mejor la
conducción de la sociedad, entendamos la función social de la ciudad y el aporte
que la gestión de una buena gobernanza del transporte público urbano puede
hacer para cambiar el servicio y el comportamiento de los usuarios. Esto permitiría
a su vez el uso racional de los recursos públicos, avanzar en el cuidado del medio
ambiente y abonar al acceso equitativo de las personas a las oportunidades y al
espacio público.
En la medida que el transporte público urbano, con un enfoque de movilidad
urbana sostenible, sea visto a partir de su poder democratizador, medioambiental ,
redistributivo, y que la participación incluya una visión amplia de los ciudadanos,
no sólo como usuarios (como posibles clientes, contribuyentes, electores,
proveedores de servicios, evaluadores y, sobre todo, como sujetos con capacidad
de agencia, capaces de deliberar por ejemplo sobre qué tarifa/frecuencia de paso
estarían dispuestos a pagar), la gobernanza de este servicio público y las políticas
públicas en la materia reflejarían un gobierno sensible, efectivo, capaz de
sostenerse y adaptarse positivamente al medio ambiente, es decir, un buen
gobierno.