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“Dios es un Círculo que tiene su centro en todas partes, y cuya circunferencia no está en
ninguna” Hermes Trismegisto
El primer trabajo que se realiza una vez Elevada al Sublime Grado de Maestra, es trazar un
círculo usando un compás. El círculo es una figura geométrica que como el infinito no tiene
principio ni fin, circula en ambos sentidos, termina donde comienza y comienza donde
termina “Así se ha trazado el Cirulo Eterno, cuyo centro está en todas partes, y la
circunferencia en ninguna…” (Ritual de Elevación); se desarrolla como la vida misma en
la continuidad del tiempo, nacer, crecer, morir y nuevamente esta trinidad que se repetirá en
otro plano existencial, cada vez en un nivel superior. Simboliza La Divinidad manifiesta: El
Universo, TODO lo contiene y contiene TODO, de ahí que sea la UNIDAD misma, lo
absoluto y la perfección, su línea continua da forma al tiempo y a la eternidad. Su centro es
el punto, la primera manifestación, el inicio de la creación.
Es la vida: una y eterna, invisible, Omnipresente, sin principio ni fin, aunque periódica. La
vida donde se manifiesta la dualidad, es inconsciente y conciencia absoluta; irreal, y
realidad existente por sí misma. Su mayor atributo único y absoluto, es el Movimiento
eterno e incesante, llamado esotéricamente el “Gran Aliento”, movimiento perpetuo del
Universo, en el sentido de espacio sin límites y siempre presente. Aquello que permanece
inmóvil no puede ser Divino. Pero de hecho y en realidad nada existe absolutamente
inmóvil dentro del Alma Universal. "Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra".
(principio Hermético) El pensamiento, las palabras nuestra propia existencia es vibración;
el Movimiento Universal, la vibración del Aliento creador.
Vivimos dentro del círculo, movernos dentro de él nos lleva a actuar de acuerdo a las
virtudes, combatiendo los vicios, el centro nos inspira a vivir ajustado en el perfecto
equilibrio espiritual, firmes, teniendo como norte un compromiso de vida… un punto de
apoyo. Navegamos en él, es la vida misma profana y masónica ambas en comunión,
ninguno de los dos ámbitos está por encima del otro; al contrario, se complementan. Las
diferencias individuales no importan, aquí prevalece el principio de igualdad y la tolerancia,
siempre que seamos conscientes de ello, desde el punto de vista de la ética; mi vida es la
que yo elijo vivir, honesta y valiosa. Todo el círculo es variedad y complejidad, puede ser
fácil o difícil, amor y odio, dualidades que conviven con un centro, sin el cual no existiría el
círculo, es invisible, es la causa y la razón, el origen de la vida y de nuestro microcosmos
interior
He dicho