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CÓDIGO FE

La convicción de lo invisible

Hugo Díaz Díaz


Código Fe
Por Hugo Díaz Díaz

1a Edición abril 2020.

Derechos reservados a nombre del Autor.


Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier
medio, ya sea electrónico, escrito o hablado, sin el
permiso por escrito del autor. Salvo en el uso de citas
con reconocimiento al pie de grabado.

Las citas bíblicas fueron tomadas de la Santa Biblia,


versión Reina Valera 1960, a menos que se indique
lo contrario.

Edición y corrección: Margarita Chinchillas


& Elioenai Pérez.
Diseño de portada: Pilar Palacios
Diseño interior & maquetación: Pilar Palacios

© Hugo Díaz Díaz


327 Avocado Ave
El Cajón
92020 Ca
Estados Unidos

www.movilizacion.com.ve
ministeriomovilizacion@gmail.com
CONTENIDO

Dedicatoria • 5
Agradecimiento • 6
Prólogo • 7
Introducción • 9

1.Conociendo a mi amado • 13


2. La irresistible invitación de la Cruz • 19
3. Comisionados por Jesús • 23
4. Pagado en la Cruz • 27
5. El amor de la prostituta • 33
6. Tener todo y no tener nada • 39
7. El precio de tu pecado • 43
8. Amor incondicional • 49
9. ¿Patito feo u oveja negra? • 53
10. Mucho amor, mucho perdón • 59
11. Luz en medio de la oscuridad • 65
12. Segundas oportunidades • 69
13. Rescatados para ser reyes y sacerdotes • 75
14. Jesucristo, reyes y sacerdotes • 81
15. El poder del rey • 87
16. Las marcas del llamado • 93
17. Para esto apareció el hijo de Dios • 99
18. No solo de pan vivirá el hombre • 103
19. Inconformes con la Cruz • 109
20. Vocación, pasión y compromiso • 113
21. Infelices por decisión • 119
22. Esperanza contra esperanza • 123
D E D ICATO R IA

A mi amado Señor Jesucristo por su obra redentora en la


Cruz y en mi vida; a mi Padre Eterno por su amor, cuidado
y protección; al maravilloso Espíritu Santo por ser mi guía, mi sustento,
por darme dirección a cada paso en el ministerio.
AG R A D EC IMIE NTO

P rimeramente, a mi amado Espíritu Santo todo el agradeci-


miento por su guía en cada capítulo, en cada párrafo, en cada
texto, gracias amado de mi alma por ser mi guía y sustento.
A mi querida familia por acompañarme en este sueño de ver una
generación avivada por y para Dios; a mi hermosa, dulce, inteligente y
esforzada esposa, la pastora Mariela Cartulano de Diaz por su paciencia,
colaboración y apoyo en la elaboración de este libro; a mis hijos Daniela,
José y Marielita por su amor y ternura; a mis padres José y Carmen Díaz
por su formación, oración, amor incondicional y genuino; a mis herma-
nos, cuñados y a mi suegra Rita, gracias por ayudarme a ser un mejor
hombre de Dios cada día.
A mis hijos espirituales del Centro Cristiano Levántate y Resplande-
ce, a nuestro equipo aguerrido de oficina pastoral, por su amor, entrega y
compromiso. A mi pastor y padre espiritual, el Apóstol José Félix Coronel,
por haberme impulsado para alcanzar los sueños de Dios, por la unción
y gracia de Dios que hemos recibido a través de su vida; al Profeta Cliff
Bell por su amistad, tutoría e influencia sobre nuestro ministerio. A los
pastores Juan y Yoa de Maraver, su amor ha sido un refugio en los días
de tormenta.
A mi hija Grecia Mejía y mi hermana Karelem Diaz. Gracias por su
colaboración en la recopilación y transcripción de este manuscrito, han
hecho un excelente trabajo, les agradezco por compartir el don que Dios
les ha dado. A mis buenos amigos los pastores Elioenai Pérez y Margarita
Chinchillas por el esfuerzo y excelente trabajo en la edición de este libro,
me honra y bendice su amistad. A todos los que de alguna manera han
colaborado conmigo en este proyecto, son muchos y los amo, agradezco
toda su contribución.

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PRÓ LO G O

L a mayoría de nosotros en algún momento de nuestra vida nos


hacemos muchas preguntas con respecto a lo que estamos
viviendo, lo que desde nuestro punto de vista Dios está permitiendo,
llegando a pensar que es injusto, saltan en nuestra mente muchos ¿por
qué?, creyendo que somos los únicos que pasamos por ciertas situaciones
difíciles.
Nos causa cierta molestia cuando tratan de darnos una explicación
“lógica” de lo que está sucediendo y en medio de esos momentos nos
dicen lo que la Biblia habla respecto a nuestra situación, pero para aquel
que está sumergido en tantos ¿por qué?, no le encuentra sentido a lo que
Dios está permitiendo.
La primera vez que vi escrita la frase: “Cuando lo que Dios hace no
tiene sentido”, cabe aclarar que en ese momento no sabía que era un li-
bro, me sentí identificada, pensé hasta que encontré a alguien que piensa
igual que yo, creyendo que esta iba dirigida a darme la razón, pero ´¡Oh,
sorpresa!´ era todo lo contrario.
Cuando tuve la oportunidad de analizarla me di cuenta de que,
cuando Dios permite cosas que para nosotros no tienen lógica o no en-
tendemos, no es porque Él este siendo malo, sino está forjando una FE
inquebrantable en cada uno de nosotros. Una fe basada en la certeza de
que Dios que es el objeto de nuestra fe, hará lo que esperamos, pero a su
manera y en su tiempo no en el nuestro. Debemos saber pedir no como
niños malcriados o antojados, sino de acuerdo con su voluntad.
La realidad es que sin Fe es imposible agradar a Dios, así lo dice su
Palabra, es por eso por lo que su objetivo es que le conozcamos, que crea-
mos que Él está ahí que es real y nos va a recompensar con sus promesas
conforme lo hacemos el sustento de nuestra FE.

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Código Fe, es un libro donde el autor nos lleva a conocer el corazón
de Dios y cómo es que actúa a favor de nosotros aun en medio de circuns-
tancias tan adversas a nuestro parecer, pero Él siendo tan real en nuestra
vida, teniendo el poder para concedernos todo lo que anhelamos, se revela
de diversas formas de tal manera que no nos quede la menor duda de lo
que quiere para su pueblo, pero para lo cual se requiere un nivel de Fe
para el cumplimiento del propósito de cada uno.
Código Fe, no solo te llevará a que aumentes tu Fe, sino también
a ser una persona humilde, a verte tal cual eres, vulnerable, humano y
finito porqué no decirlo, pero a medida que tu Fe sea en ese Dios que lo
llena todo en todas las áreas de tu vida, serás transformado a su imagen
y entonces sera más sencillo entender esos ¿por qué yo?, y recibirás todo
aquello que tiene para ti y experimentarás ese amor incondicional de
Dios para su pueblo.

Margarita Chinchillas
Pastora

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I NT RO DU CC IÓN

“MI VIDA ES FE”

“A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid,
comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche”
Isaías 55:1.

E ste libro está basado en el cómo debemos experimentar una


vida de fe.
Ya que muchas veces, tenemos un alto concepto de la fe. Creemos
que Dios me dará algo simplemente porque tengo fe, aun lo que el otro
tiene, y otros caprichos, en esto debes entender que la vida cristiana no
es para satisfacción de caprichos, sino para cumplir el propósito de Dios.
Cuando yo creo que Dios me dará algo simplemente con pedírselo,
nacen las decepciones espirituales.
Es un tiempo para vivir en fe. Construir sin ver. No es solamente lo
que yo quiero construir, debo tener una visión macro de las cosas. Acá
nos damos cuenta de que nuestra fe no es objetiva, y debe serlo.

El verdadero significado de la fe

La fe está alineada a tu labor, tu misión en la Tierra. Si esta se rigiera


por lo que quieres, sería una locura. Hay cosas que Dios te dará como
resultado de un esfuerzo natural. La fe no es una chequera en blanco para
lo que quieras. Eso es Egocentrismo.
No puedes creerte espiritual si sólo oras por lo que quieres o nece-
sitas; estás buscando el bienestar propio, y eso no es el objetivo de la fe.
¿Cuál es la fe genuina? Aquella que está alineada a lo que Dios quiere
para mi vida.

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La fe es accionar sin ver, según lo que Dios colocó en tu corazón.
Uno pide confirmación para aquello que no nos gusta. Ten pre-
sente esto, el Dios que tenemos es un Dios de medidas justas, Él sabe lo
que debes tener, aunque te parezca injusto. Y con dicha porción, puede
notarse lo que hay en tu corazón; si con algo simple te sientes grande, no
estabas del todo bien.
Los que viven por fe entienden que la lógica tiene poco peso en los
asuntos espirituales. Importante es lo que Dios dicta para hacer.
La fe real está ligada a la obediencia, la convicción de lo invisible.
La fe genera una acción.
La fe con desobediencia sólo activa maldiciones sobre tu vida, pero
estando en legalidad, te da derechos espirituales.
El hambre no es algo que sólo se vive hoy en día, sino también en
los tiempos bíblicos sufrieron de esto. En Samaria y en Gilgal, buscaron
consejo del profeta para tener una dirección. No busques consejo si no lo
vas a obedecer.

“Eliseo volvió a Gilgal cuando había una grande hambre en la tierra. Y los
hijos de los profetas estaban con él, por lo que dijo a su criado: Pon una
olla grande, y haz potaje para los hijos de los profetas” 2Reyes 4:38.

Parece algo sencillo, y así es Dios. Hay momentos que las órdenes
sencillas van a desatar milagros sobrenaturales en nuestra vida. Las cosas
que requieren obediencia son aquellos que abren puertas de bendición
para tu vida.
Hay niveles de vida: Misericordia – Bendición – Sobreabundancia.
Para subir entre cada uno es necesario la obediencia. Las cosas naturales
tienen la dirección de hacer conocer el corazón del hombre.

Entendimiento embrutecido

Muchos viven con el entendimiento entenebrecido, engañados.


Falsos conceptos de lo que hacen o lo que son. Así creen que tienen el
derecho de obtener lo que quieren de Dios.
Dios responde las oraciones, allí obtenemos una victoria. Pero, hay
un momento donde Él detiene dichas victorias para conocer lo que hay
en el corazón.

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Lo peor que te puede pasar es: Hacer lo malo creyendo que estás
haciendo lo bueno.
Dios puede darte la llave, pero después quitártela. Allí te sientes
ultrajado o decepcionado. Pero el error está en sentirte más especial de
lo que realmente eres; Dios lo hace con el fin de revelar tu corazón, tanto
para Él como para ti mismo. Luego de todo esto, viene el quebrantamiento
con el fin de potenciar mi vida, pero este proceso no es nada fácil.
Quería ser la respuesta, y ahora soy el problema.

“Y salió uno al campo a recoger hierbas, y halló una como parra montés,
y de ella llenó su falda de calabazas silvestres; y volvió, y las cortó en la
olla del potaje, pues no sabía lo que era. 40 Después sirvió para que co-
mieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de aquel guisado,
gritaron diciendo: !!Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no lo pudie-
ron comer” 2Reyes 4:39-40.

Cuando tú quieres ser la respuesta de Dios y te conviertes en el


problema de Dios. Quieres ayudar, pero lo terminas haciendo mal. Dios
confronta, para así exponer la fe que profesabas, creando así los cuestio-
namientos de la fe hacia Dios. En estos casos es importante la cobertura
porque esta nos da dirección.
¿Qué pasa cuando Dios responde, pero no como queremos? Den-
tro de nosotros puede existir un pequeño detalle, el cual es para nuestro
crecimiento o bendición. Puede ser algo muy sencillo, pero en sí, esto
refleja tu orgullo y soberbia. ¿Por qué? Porque todo lo grande se mueve
con pequeñas cosas. Algunos están en la sala de operaciones de Dios,
pero no logran entenderlo y siguen pataleando (“Fans del sufrimiento”).
Lo que sucedía en Gilgal con el hambre, y la comida (Resumen).
Ahora, Eliseo sólo pide: Harina; ¿qué está queriendo decir? En lo sencillo,
la obediencia, el rompimiento de la lógica, está el milagro. Dios es Dios,
y no debe haber cuestionamiento contra Él. “Estoy probando tu nivel de
obediencia”.

Cree a pesar de la derrota

“El entonces dijo: Traed harina. Y la esparció en la olla, y dijo: Da de


­comer a la gente. Y no hubo más mal en la olla” 2Reyes 4:41.

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Sé obediente donde al principio obtuviste una aparente derrota.
El que no obedece no está preparado para recibir. Obedece, no a
tu alma, sino a tu Dios. Vive bajo autoridad para que las bendiciones se
desaten sobre tu vida.
Gloria desata gloria. Obediencia sencilla. Si tú crees en la Palabra
vas a crecer; la fe no cuestiona, simplemente obedece. La fe real crea
obediencia, la fe fingida crea desobediencia.

“Vino entonces un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al varón de Dios


panes de primicias, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga. Y
él dijo: Da a la gente para que coma. 43 Y respondió su sirviente: ¿Cómo
pondré esto delante de cien hombres? Pero él volvió a decir: Da a la
gente para que coma, porque así ha dicho Jehová: Comerán, y sobrará”
2Reyes 4:42-43.

Basta de cuestionamientos. La incredulidad no respeta rango mi-


nisterial; Eliseo calló su boca, porque la orden venía de Dios.
Debes creer que Dios está contigo. No hay prueba humana que no
tenga un contraataque espiritual.

“Entonces lo puso delante de ellos, y comieron, y les sobró, conforme a la


palabra de Jehová” 2Reyes 4:44.

Lo que Dios hará contigo, alimentará tu casa y sobrará para ali-


mentar a otros. Pero, si cierras las puertas de tu casa se cerrarán las de tu
despensa, pero si las abres, Dios desatará abundancia para tu casa.

“Porque por fe andamos, no por vista” 2 Corinntios 5:7.

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CAPÍTULO 1

CO N O C IE N DO A MI A MA DO

“Jesucristo es “la piedra que desecharon ustedes los constructores, y


que ha llegado a ser la piedra angular”. De hecho, en ningún otro hay
salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres
mediante el cual podamos ser salvos” Hechos 4:11-12 NVI.

L a Iglesia ha experimentado un crecimiento espectacular y


explosivo en Asia, África y América del Sur. En los últimos
15 años, la Iglesia en África ha tenido un aumento del 51 por ciento, lo
que da un promedio de alrededor de 33.000 personas, ya sea convertidas
en cristianos o que nacen en familias cristianas cada día solo en África
(referencia de la cifra).
Es un hecho, la humanidad avanza y con ella avanzan los poderes
mundiales, uno de ellos es la religión. Los últimos quince años el mundo
ha experimentado el incremento del evangelio en países de África y Amé-
rica del Sur, aunque con menos fuerza en Europa y América del Norte,
una buena noticia es que las Iglesias en estos continentes continúen de
pie. Es bueno saber de cifras en aumento cuando se refiere a la Palabra
del Señor predicada alrededor del mundo. Sin embargo, entendemos que
no solo significa añadir cifras a una estadística; puede que la religión se
extienda, pero nunca debemos olvidar el propósito por la cual se predica.
Jesús nos dejó una gran comisión: hacer discípulos a las naciones y
afirmar su camino. La Iglesia cristiana post moderna en su predicación ha
perdido la esencia, se ha concentrado en multitudes y en pulir la fachada,
olvidando el sentido de la predicación y la particularidad del evangelio:
una relación con Cristo. El sermón se ha enfocado en la forma y no en el
fondo.
Con esto no quiero decir que los principios cristianos o una manera
de vivir correcta no sean importantes, al contrario; todos sabemos que
lo que se impone no es bien recibido, muchas veces no es ni aceptado,
por eso la base de nuestra predicación debe ser llevar al pueblo a Cristo
y que el Señor, solo Él haga la obra. Este tipo de predicación para los que
ya tienen años en la Iglesia puede parecer básico y poco relevante, pues
es mejor escuchar “Los diez pasos para prosperar” que unos temas más
profundos y de intención teológica como “Los jinetes del Apocalipsis”. A
pesar de eso Dios nos traslada al ABC de la vida cristiana, este tema que
todos suponemos “debería manejarse a la perfección” en todo creyente,
pero, a decir verdad, cuando indagamos sobre el asunto, son pocos los
que pueden, con razones, defender su fe. Esto pasó con grandes hombres
de la Biblia, su fe estuvo en juicio y sus creencias fueron cuestionadas.
Pedro y Juan en el capítulo 4 de Hechos, son sorprendidos por los go-
bernadores de la época predicando de Jesús, el evangelio en esta zona tuvo
un buen asentamiento y la Iglesia creció, tema que a los sumos sacerdotes
no agradó mucho y en un intento de callar a los Apóstoles los prendieron.
Al día siguiente se reunieron todos los gobernantes, sacerdotes y maestros
de Ley en un juicio y seguidamente comenzaron a interrogarlos: ¿Con qué
poder, o en nombre de quién, hicieron ustedes esto? (Hechos 4:7 NVI). ¿Ya
te han sorprendido con esta pregunta? “¿Cuál es el significado de tu fe?”
“¿Por qué sigues a Jesús y no a otra religión?” Si te hicieran esta pregunta
¿Tendrías alguna respuesta aceptable que dar? Este es el propósito de esta
serie, conocer a tu Señor, el valor y la profundidad que tiene el título de
“cristiano” no es solo una denominación, significa mucho más que eso.
Siempre he compartido la importancia de evangelizar con muestras
del poder de Dios, a mi parecer, este es el evangelismo que lleva más fruto.
Sin embargo, trasladándonos al “día a día” somos propensos a sentirnos
con esta duda ¿Por qué estoy siguiendo a este hombre que murió por
mí? Creemos en un Dios milagroso, pero cuando dejamos de ver por un
momento los milagros nuestra fe entra en dudas. Debemos ser cristianos
totales, no significa solo sentirse atraído por una palabra, es sentir segu-
ridad que donde estas parado es el lugar correcto, Cristo significa más

14 Código Fe
que dos o tres milagros, Jesús es Salvación y vida eterna, la puerta para el
Padre y el único camino para llegar al Cielo. La pregunta del concilio fue
precisa “¿Quién te ha dado poder para hacer tal cosa?” esto representa la
incapacidad que tiene el ser humano de hacer cierto tipo de cosas por sí
mismo; los apóstoles representaban a su Dios. Tú debes conocer al Dios
que representas.
No existe algo más emocionante para estudiar que la vida del hom-
bre con mayor influencia a nivel mundial, que aún luego de su muerte,
debido a su inigualable resurrección, sigue ganando seguidores en todo el
globo terráqueo. Este es nuestro Jesús, el hombre que marcó la humanidad
en dos y separó nuestras vidas en un antes y después de Cristo. No es un
hombre común, aunque cuenta con un excelente dialecto, incomparable
sabiduría e inteligencia (característica que todo humano puede poseer)
Jesucristo tiene poder. La deidad de Cristo significa 100% hombre y 100%
Dios. Estamos llamados a ser como Cristo en cuanto a milagros, pues Él
ha prometido que haríamos obras mayores de las que Él hizo. También
estamos llamados a crecer en sabiduría y en estatura, y en gracia para
con Dios y los hombres (Lucas 2:52). Jesús es Dios (Juan 1:1), porque es
Eterno (Colosenses 1:17). Es Todopoderoso (Mateo 28:18). Es Omnis-
ciente (Juan 2:23-25) e Inmutable (Hebreos 13:8). Creemos que Jesús es el
Mesías (Miqueas 5:2) nuestro Padre Consolador y Príncipe de Paz (Isaías
9:6) Jesucristo es nuestro Salvador (Hebreos 5.9).
El Apóstol Judas en el capítulo uno de su carta en el versículo tres
nos insta a “contender ardientemente por la fe”. Esta frase puede verse
inapropiada si se saca de contexto, no se refiere a la contienda entre her-
manos, contiendas que han separado a las corrientes cristianas; Judas se
refiere a la necesidad de defender la fe a causa de la gente que se levanta
para dañar la imagen de Cristo, dejando atrás el tema de doctrinas, Jesús
no vino a establecer una religión, Él vino por UNA Iglesia.

Cristianos Evangélicos Pentecostales

Este nombre tan largo y visto con mucho prejuicio tiene un signifi-
cado, más allá de separarnos de una u otra corriente. Somos “cristianos”
por el hecho de que seguimos y creemos en Cristo, el término evangé-
lico no significa “Biblia como desodorante”, somos evangélicos porque
creemos en la doctrina que se plasma en los cuatro evangelios de Cristo

CAPÍTULO 1 ̶ Conociendo a mi amado 15


(Mateo, Marcos, Lucas y Juan). Pentecostal viene del término “pentecos-
tés” (primeros frutos), la fiesta judía donde se derramó el Espíritu Santo
a la Iglesia primitiva, es decir, creemos en el mover activo del Espíritu
Santo. En resumen, somos creyentes de Cristo y seguimos sus enseñanzas
de la mano del poderoso Espíritu Santo que nos enseña y da poder. El
centro de todo, por su puesto, nuestro Padre Celestial y Creador que en
amor nos dio a su único Hijo en propiciación por nuestros pecados. Las
personas que se confunden son las que no manejan los términos, sino
que simplemente entienden de patrones que han visto.
Una vez que comprendes en quien crees, debes responder: ¿Qué es
ser cristiano?
La Biblia nos habla de ser cristiano cuando aceptamos a Cristo como
nuestro Señor (Romanos 10:9). Vivir en Cristo es vivir sin condenación
(Romanos 8:1) esto también sería motivo de debates y críticas, pues la
mayoría de los hombres piensan que todo aquel que se llama cristiano
ha sido delincuente, prostituta, drogadicto. Si bien es cierto que la obra
de la Cruz es para todo ser humano, en Cristo hay muchas personas que
nunca han pisado ni por casualidad una prisión o un burdel. Simplemente
son jóvenes, niños y ancianos que han entendido el verdadero significado
de la vida en la Tierra y se esfuerzan por sacarle provecho a su tiempo.
Ser cristiano es seguir a Jesús, tornarse su discípulo, una vez que eres
atraído por su presencia y te decides a seguirlo, el cambio a una vida como
la suya se dará a medida que lo conozcas más. Los cristianos creemos en
la justicia divina y que solo la justicia de Dios es verdaderamente justa
(Romanos 5:1) (Romanos 13:23) (Isaías6:4). Dios es el único que juzga
con justicia, con Él no existen grados de impunidad (números 14:18).
Creemos fielmente que Cristo es nuestro abogado y el Espíritu Santo
nuestro paracleto (Juan 14:6) (1Juan 2:1).
Los valores que todo cristiano debería tener, entre muchos, son
la solidaridad, el amor, el respeto, la lealtad y la negación. Todos estos
valores los tuvo Jesús a través de su ministerio y lo sigue mostrando hoy
en día a toda la humanidad. Hizo milagros porque era solidario, murió
por amor y nos enseñó el verdadero significado del mismo “Dar su vida
por los otros”. La negación es un valor tan importante y destacado de
nuestro Señor. Se plasmó en la última vigilia del Señor cuando pidió al
Padre que hiciera su voluntad a pesar de su deseo, ser cristiano se trata de
aceptar la voluntad del Padre de la mejor manera, muchas veces nuestras

16 Código Fe
oraciones están repletas de orgullo y altivez, muchas veces reclamamos
a Dios como si fuera su obligación darnos o quitarnos cierto tipo de co-
sas o situaciones. Pocos son los que en medio de la crisis oran al Señor
pidiéndole que le dé la capacidad de afrontarla, la mayoría ora para que
todo acabe de inmediato, pero ¿qué pasa con el “contentarnos en todo”?
Por encima puede parecer que hago alusión a la idea que ser cristiano es
sinónimo de una vida perfecta y sin errores, pero no es así. Aunque tomo
con mucha responsabilidad el título de cristiano, acepto mi incapacidad
de dirigirme sin la presencia de Dios en mi vida.
De esta enseñanza debemos aprender y grabar en nuestro corazón
la importancia de entender quiénes somos y a quien representamos, si
pensabas que ser cristiano significa ir a la Iglesia todos los domingos y
salir a las calles de falda a predicar.

CAPÍTULO 1 ̶ Conociendo a mi amado 17


CAPÍTULO 2

L A I R R E SISTIBL E INVITACIÓN
DE LA CRUZ

“Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me
venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí”
Jeremías 20:7.

T odos en algún momento nos hemos sentido cansados, frus-


trados y abatidos. Hemos sentido que nuestro camino en
el Señor ha sido suficientemente agotador, ya no sentimos voluntad de
orar por otras personas y de extenderle la mano al necesitado. El profeta
Jeremías también se sintió de esta manera y en repetidas oportunidades
objetó la obra de Dios en su vida, de manera poética y transparente le
declaró su frustración y agonía al Señor. Finalmente, Jeremías llegó a la
conclusión de que no podía resistir el poderoso llamado que el Señor
había puesto dentro de él.
Te has preguntado “¿Por qué estoy haciendo esto?” o “¿Para qué sigo
haciendo esto?” Estas son preguntas que frecuentemente pasan por nuestra
cabeza. Cuando llevamos algún tiempo haciendo cualquier cosa, entran
en nuestra rutina y tengo la seguridad que en Cristo estas preguntas
también han pasado por tu cabeza. Yo me lo he preguntado, ¿Por qué
sigo montándome en un púlpito domingo tras domingo? ¿Por qué no puedo
parar de hacerlo? Cuando pasen estas preguntas en tu cabeza te invito a
que te detengas en la vida de tus líderes y pastores que culto tras culto se
preparan para llevar un mensaje de Dios a sus ovejas, que muchas veces
se devuelve con críticas e insatisfacción, sin embargo, continúan esfor-
zándose. He llegado a la conclusión que lo que hacemos, lo hacemos por
Jesús. Esta es la respuesta a la incógnita “No entiendo por qué lo hago,
pero lo hago y punto”.

Hemos sido invitados por Jesús

Toda historia de amor empieza con una invitación al cine o a comer


un helado. Si alguna vez te has sentido muy atraído por alguien sabes de
lo que hablo, la invitación nace por la iniciativa de conocerla. Tu relación
con Dios comenzó con una invitación y la iniciativa la tuvo Jesús en la
Cruz. Jesús lo declaró:

“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros”


Juan 15:16a.

La invitación de Jesús es una invitación irresistible porque está


basada en un amor cien por ciento puro, un amor abnegado, sincero y
entregado. Nadie tiene mayor amor que el de Jesús, esta verdad hace im-
posible la plenitud a menos que venga de Dios, es decir, realmente nunca
nos sentiremos verdaderamente plenos si falta Jesús en nuestra vida, Él
es la fuente pura, real y perfecta de amor inagotable. Muchos de nuestros
problemas es que buscamos el amor y la plenitud en fuentes equivocadas.
Hemos sido invitados por amor y misericordia. Si yo intentara darle
un sentido a el amor de Dios perdería mi tiempo, pues llegar a una con-
clusión de por qué o cómo nos amó es imposible, su amor es inentendible
a la mente humana. 1Corintios 13:4-8 describe un amor que es diferente
a lo que nosotros conocemos:

“El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactan-


cioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja
fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino
que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espe-
ra, todo lo soporta. El amor jamás se extingue”.

¿Qué amor es este? Mayor que el amor de padre, más fuerte que el
amor de un hombre, más profundo que el de un amigo, este es el amor

20 Código Fe
de Jesús, un amor que no podemos entender pero que nos llena comple-
tamente. Este amor es por misericordia y gracia “Jehová se manifestó a
mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por
tanto, te prolongué mi misericordia” Jeremías 31:3
Después de la invitación a Salvación y vida eterna, existe una invi-
tación mayor, la de servirle a Él para siempre. Ambas invitaciones son
por misericordia, Jeremías la expresa de esta manera: “como un fuego
ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude” Jeremías
20:9. El servicio a Dios se explica con este versículo, no recibimos nada a
cambio, humanamente hablando, y a pesar de eso no podemos dejar de
hacerlo, Jesús es ese fuego, todo lo que hacemos es por Él, y para Él. Por
esto, servirle a Dios se debe disfrutar y nunca debemos olvidar porqué
hacemos lo que hacemos. Realmente Dios no necesita nuestro servicio,
más bien servirle viene como resultado de conocerle. Solo aquellos que le
han conocido entienden la plenitud de servirle al que ama nuestra alma.
Este versículo nunca tuvo más sentido: “Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” Juan 3:16. Porque tan
grande iniciativa y decisión tuvo Jesús en la Cruz que no escatimó su vida
por amor a nosotros. Esto me llena de pasión y deseo de devolverle todo
el amor al doble a mi Señor. El amor de Jesús no se puede comparar con
el amor humano que es por interés. Muchas personas pueden creer que el
amor humano o de pareja es sin segundas intenciones, pero la realidad es
que para que el amor se mantenga depende de otros valores vigentes en
la relación, es decir, si no hay respeto o tolerancia en una pareja el amor
terminará por acabarse. Con Jesús esto no pasa, es el único amor donde
tú no tienes que expresar nada, sino solamente gratitud, Él lo expresa
todo. “De tal manera”, esta frase expresa la magnitud tan grande con la
que Dios nos amó, este amor no podía quedarse en palabras, Él debía
expresarlo en una acción: ¡envió a Jesús! En esto entendemos que Dios
no tiene amor, sino que Él mismo es amor.

El amor del fabricante.

Aquello que a nuestros ojos parece insignificante, a los ojos de Jesús


tiene mucho potencial. La Biblia dice:

CAPÍTULO 2 ̶ La irresistible invitación de la cruz 21


“Dios ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y
Dios ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte”
1Corintios 1:27.

Este versículo toma forma en nuestra vida, no hemos merecido su


misericordia, pero Él no la dio por voluntad propia, también fuiste lo vil
y menospreciado del mundo, que este hecho te llene de motivación, Dios
ha avergonzado a aquellos que se sienten superiores y autosuficientes.
También aconteció con la vida de un hombre que no tenía un buen tes-
timonio a los ojos del pueblo entero, le conocían como el avaro y ladrón,
recaudador de impuestos. Un día Jesús pasó por su cuidad y mientras
todos estaban detrás de Él, abrumándole y siguiéndole, este hombre ob-
servaba a Jesús desde lo alto de un árbol, quizás se sentía muy culpable y
con vergüenza para acercase al Maestro. Sin embargo, Jesús le conocía y
le hizo una invitación “Jesús miró hacia arriba y le dijo: —Zaqueo, baja
en seguida. Tengo que quedarme hoy en tu casa” Lucas 19:5.
El nombre Zaqueo significaba puro y justo, pero sus acciones
negaban el significado de su nombre. Definitivamente Zaqueo tuvo un
cúmulo de sentimientos encontrados dentro de sí, Jesús el Nazareno que-
ría quedarse en su casa, otros seguramente se preguntarían con prejuicio
“¿Por qué Jesús querría quedarse con una persona tan malvada?” Así son
los ojos del fabricante. Jesús sabía que detrás de esa coraza de maldad se
encontraba un hombre pobre de espíritu al cual le sería entregado el Cielo.
Jesús no se concentró en darle un sermón a Zaqueo, él fue irresis-
tiblemente movido por el amor de Jesús a entregarlo todo “Entonces Za-
queo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes
doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo
cuadruplicado” Lucas 19:8.
Esto es lo que pasa cuando Jesús hace el llamado al corazón, aunque
Él nunca pondrá presión, nuestro corazón no se sentirá pleno hasta que
atendamos al irresistible llamado de la Cruz.

22 Código Fe
CAPÍTULO 3

CO MI S I ON A DOS P OR JE SÚS

“Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos
también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”
Romanos 8:30.

F uimos invitados por amor a Salvación, por su misericordia


Jesús nos regaló la vida eterna. Ese fuego que arde dentro de tu
corazón una vez que conociste al Señor está ligado a tu propósito, cuando
aceptaste a Jesús como tu Salvador también se te encomendó una tarea,
un propósito, una comisión. Pero ¿De qué trata esta comisión?
Cada uno tiene una función en el cuerpo de Cristo. Comisión sig-
nifica encargo o misión encomendada.
Simón y Andrés fueron dos pescadores que se encontraban muy
ocupados en sus redes antes de aceptar el llamado de Jesús, en esta historia
vemos claramente lo que significa ser llamado y además de eso encomen-
dado. “Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres”
(Mateo 4:19). Así fue como Jesús llamó a sus dos primeros discípulos.
¿Cómo fue ese llamado en tu vida? ¿Lo recuerdas?
En los tiempos de Jesús la pesca era un trabajo bien pagado que re-
presentaba un estatus social alto, a pesar de esto, Simón y su hermano no
se aferraron a la pesca o a su estatus social y le siguieron sin pensarlo dos
veces, de esto se trata la invitación de Jesús, es simplemente irresistible.
Ya Jesús había establecido el propósito de Simón que luego se llamaría
Pedro y también el de Andrés, ellos no solo serían seguidores del Señor,
como muchos, tampoco permanecerían en el estado de discípulos, ape-
nas en el principio de su llamado ya había sido establecido por Jesús, que
ellos serían los apóstoles que llevarían este Evangelio a todas las partes
del mundo y que alcanzaría a la mitad de la población de aquel entonces.
Como Simón y Andrés nosotros también tenemos una comisión.

En primer lugar, hemos sido llamados a dar frutos:

“Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os escogí a vosotros, y os de-


signé (Elegí, escogí, destiné) para que vayáis y deis fruto, y que vuestro
fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre
os lo conceda.” Juan 15:16.

El Espíritu Santo que habita en nosotros nos lleva a dar buenos


frutos. “Por tanto, den frutos dignos de arrepentimiento” Mateo 3:8. No
es una tarea fácil, pues dice la Biblia que existen dos tipos de árbol, aquel
que es bueno y da buenos frutos, y el árbol malo que da malos frutos
(Mateo 7: 17).
Los frutos son las obras, otra versión de Mateo 3:8 dice “Demues-
tren con su forma de vivir que se han arrepentido de sus pecados y han
vuelto a Dios”. Con nuestra forma de vivir demostramos lo que somos,
Dios nos ha llamado a mostrarle al mundo una manera diferente de vi-
vir. Para que la obra se convierta en un fruto debe estar respaldada por
buenas intenciones. Las malas intenciones distorsionan la obra, por lo
tanto, el fruto será malo. De qué sirve un “buen resultado” si su proceso
estuvo corrompido. Una mala actitud invalida la buena obra. Los frutos
que demos hablan de nuestra naturaleza. La crisis está hecha para hacer
florecer frutos, ya sean buenos o malos.
Si conoces a Dios debes dar buenos frutos. Frutos que puedan darle
la gloria:

“Cuando producen mucho fruto, demuestran que son mis verdaderos


discípulos. Eso le da mucha gloria a mi Padre” Juan 15:8.

¿Has cambiado tu forma de pensar? ¿Tu vocabulario es diferente


desde que conociste a Cristo? ¿Ahora amas a tus hermanos con un amor

24 Código Fe
profundo? Estos son los frutos del Espíritu en tu vida, continúa mostrando
una buena actitud en las adversidades, porque la flor más bella es aquella
que florece en medio de la guerra. Recuerda que el árbol más frondoso
del bosque, es al que más le tiran piedras para obtener su fruto.

En segundo lugar, hemos sido escogidos para ser la sal de la Tierra


(Mateo 5:13).
La sal preserva y conserva, detiene el avance de la putrefacción en
los alimentos. Si somos sal debemos vivir apartados del mal. La sal hace
que la manifestación del pecado se corte. Lamentablemente hoy en día
se ha desvirtuado el “ser sal”, la sal de ahora está siendo insípida y se está
diluyendo con el mundo. Dios quiere que vivamos de manera diferente,
el Señor sabe que este mundo está perdido y le hace falta sazón, el mundo
sigue un mismo patrón que consiste en no detener las pasiones y las obras
de la carne dominan la voluntad de cada uno, nosotros como sal estamos
llamados a romper estos esquemas de una forma diferente de vida. Dios
espera que seamos diferentes hasta en la manera de hablar: “Sea vuestra
palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo
debéis responder a cada uno” Colosenses 4:6.
Otra particularidad de la sal es que no pasa desapercibida y da un
buen gusto. Los no creyentes deben sentirse diferentes cuando están en
presencia de un hijo de Dios, de hecho, muchas veces dejan de decir ma-
las palabras solo por respeto al “hermanito” aunque ellos lo vean como
moralismo, nosotros entendemos que es la manifestación de la sal en el
mundo que corta el pecado. Jesús lo señaló de esta forma:

“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿Con qué


será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y
­hollada por los hombres” Mateo 5:13.

Jesús, nos advierte que la sal puede perder el sabor y una vez insípida
no sirve para nada y debe ser desechada y “pisada por los hombres”.

Por último, estamos llamados a ser la luz del mundo (Mateo 5:15)
esta es una característica sumamente evidente. Es imposible esconder la
luz. Además de eso la luz llama la atención y atrae al perdido en la oscu-
ridad. ¿Estas llevando una vida llena de luz?

CAPÍTULO 3 ̶ Comisionados por Jesús 25


Lo interesante de todo esto es que Jesús tiene una gran estima en
sus hijos, como pensó de Job, así piensa de ti.

"Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no
hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y
apartado del mal?” Job 1:8.

“¿Te has fijado en mi siervo/a? Es el mejor hombre/mujer en toda


la Tierra; intachable y de absoluta integridad. Tiene temor de Dios y se
mantiene apartado del mal”. Los ojos de Jesús están puestos en aquellos
que reciben su llamado, Él está dispuesto a ayudarte en las debilidades,
pues no es un secreto para el Señor que nos cuesta muchísimo dar fruto.
¡Provoquémosle una sonrisa al Señor! que se sienta contento con tus
obras, no por muchas que sean, sino por tus buenas intenciones. Que
marques la diferencia donde estés y sazones la vida insípida del incrédulo.
Movilízate y cumple tu misión.
¡Jesús cree en ti!

26 Código Fe
CAPÍTULO 4

PAG A D O E N L A C R U Z

“Él dio su vida para comprarles la libertad a todos (as)” 1Timoteo 2:6.

C on su sacrificio en la Cruz Jesús nos hizo un llamado irresisti-


ble, su profundo amor y entrega nos lleva a amarlo y seguirle.
Nos llama a expandir su obra, ser sal y luz en el mundo, Él nos llama a
hacer la diferencia, eso es lo que el Señor espera de nosotros. Hemos sido
llamados a ser parte del equipo ganador, sin importar las circunstancias,
estas no determinan lo que Dios hará.
La vida cristiana comienza y termina en Jesús, quien es el autor y
consumador de la fe (Hebreos 12:2). Conocemos “La Pasión de Cristo”
por la película de 2004 donde podemos ver muy explícitamente el sufri-
miento del hombre más importante del mundo. Pero también vemos el
cumplimiento de las Escrituras, las profecías que hablaban de ese Dios
hecho carne que vendría a entregarse por nosotros sin siquiera abrir su
boca. ¿Qué fue lo que sucedió en esa Cruz? ¿Qué fue lo que movió a Jesús
a sufrir de tal manera? Presta atención pues esta es la base, el principio
y el fin del Evangelio: El amor de Dios a su creación “que envió a su hijo
único para que todo aquel que en el cree no se pierda, más tenga vida
eterna” (Juan3:16).
Hay temas vergonzosos de los cuales es mejor ni hablar, uno de estos
temas son las deudas, pero, a decir verdad, ¿Quién no tiene deudas en este
tiempo? Las deudas nos consumen, en ocasiones no hemos terminado
de pagar una cosa cuando ya otro cobrador está tocando a la puerta ¡Es
desesperante! Pero qué pasaría si uno de los cobradores se acerca a tu
puerta para darte la noticia de que alguien más pagó tu deuda total. Defi-
nitivamente sería magnífico, sin lugar a dudas, buscaríamos a este hombre
o mujer que nos hizo semejante favor y nos causó la más grande alegría.
Eso ya lo hizo Jesús y su forma de pago fue la Cruz. Entonces ¿Qué está
pasando? Si bien Jesús pagó la más terrible deuda por toda la humanidad,
por qué las Iglesias no están repletas de personas agradecidas. La verdad es
que no todos entienden el profundo favor que Jesús nos hizo en la Cruz.

"Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios"


­Romanos 3:23.

Antes de Jesús, todo ser humano que pecaba debía “pagar” su falta
por medio de la muerte de un animal que debía ser perfecto, pues la paga
del pecado es la muerte (Romanos 6:23). Esto era para los que andaban
en la ley, pero a la otra parte de la humanidad que se negaba a ser parte de
los mandamientos de Dios les esperaba la muerte eterna, separación total
y perpetua de la presencia de Dios. “Y él os dio vida a vosotros, cuando es-
tabais muertos en vuestros delitos y pecados” (Efesios 2:1). El pecado en el
hombre hace mucho daño. Un famoso predicador usa el término “zombis
espirituales” para referirse al estado del hombre que no conoce a Dios.
Una de las características de un zombi es que carecen de voluntad propia
y es así como nos ve Dios cuando estamos sin Cristo, no nos movemos
según nuestra voluntad, sino que nos dejamos llevar por nuestros deseos
y poco a poco vamos acabando con nuestro propio cuerpo sin descubrir
el daño que nos causamos (Muertos en vuestros delitos y pecados).
Una vez que recibimos a Cristo, recibimos vida y entonces entende-
mos todo lo que habíamos hecho, empezamos a vivir según la voluntad
del Padre bueno y nos conocemos a nosotros mismos, explotamos nues-
tras capacidades y entendemos la vida y su real significado. Sin embargo,
David en el Salmo 51:8 declara “Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán
los huesos que has abatido”. David había caído en pecado a pesar de ser
un hombre íntegro a los ojos de Dios. Estas cosas también pueden pasar
y no existe un estado más miserable que este, el haber decepcionado al
Dios que recreó su cuerpo muerto y sopló aliento de vida a sus huesos.
El pecado te abate y destruye, siembra culpa y vergüenza.

28 Código Fe
“Sabroso es al hombre el pan de mentira; Pero después su boca será
llena de cascajo” Proverbios 20:17.

Significa que mientras cometemos el pecado nos sentimos bien y


por un momento lo disfrutamos, pero luego llega el verdugo de nuestra
alma (Consciencia) con la culpa y el sentimiento de que le fallamos a Dios
y que esta vez definitivamente no nos perdonará.
El pecado nos separa de Dios y rompe la comunicación con el Pa-
dre, Jesús vino a restaurar ese canal que se había roto y rasgó el velo que
separaba al hombre de Dios (el pecado).
Muchas veces el propio conocimiento de Jesús y su Palabra nos
condena más y más cuando pecamos, pues tenemos mucho conocimiento
de lo que Dios ha dicho, pero no hemos experimentado vivir cerca de ese
Dios amoroso que nos amó sin esperar nada a cambio.

“El corazón prudente adquiere conocimiento; los oídos de los sabios


­procuran hallarlo” Proverbios 18:15.

El conocimiento de la Palabra de Dios debe ir de la mano de la sabi-


duría, pues con ella podemos aplicar lo que conocemos. Dobla tus rodillas
porque es en la intimidad que la conseguimos. Oro para que se revele a tu
vida el significado real de la gracia de Dios. Si has pecado corre a la Cruz
y arrepiéntete de todo tu corazón, confesar el pecado es el primer paso.
El confesar te dará tranquilidad y experimentarás mucha paz, junto con
el abrazo del Padre. Él no estableció una cantidad de veces para perdonar
a sus hijos, con esto no quiero incitarte a entrar a las olimpiadas del pe-
cado, Dios perdona y te manda a abandonarlo le dijo a la mujer que iban
apedrear. “ve y no peques más” Si sientes que no puedes controlar tus
deseos de pecar, entonces es momento de entrar un proceso de liberación
espiritual. Tus líderes espirituales han sido puestos por Dios para llevarte
por el camino correcto; atrévete a confesar y apartarte del pecado, recibe
liberación si es necesario, devuélvele el favor que hizo Jesús en la Cruz.
¡No debes vivir esclavo al pecado del que Jesús te liberó!
La declaración de Jesús en la Cruz “consumado es” (Juan 19:30). Es
una palabra en griego que se usa con tres significados:
En primer lugar, se usaba para referirse a la culminación de una
tarea, Jesús le dijo al Padre “terminé la tarea que me encomendaste”.

CAPÍTULO 4 ̶ Pagado en la Cruz 29


En segundo lugar, se usaba para referirse al pago de una deuda.
Cuando una persona hacia el pago que debía, decía el prestamista “con-
sumado es”. Jesús declaró que había pagado por completo todas nuestras
rebeliones:

“Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era
contraria, quitándola de en medio y clavándola en la Cruz”
Colosenses 2:14.

Por último, en la antigüedad cuando se compraba un terreno, el


comprador para declarar el sitio como suyo declaraba “consumado es”
que significaba que era dueño por derecho.
Nosotros éramos esclavos del diablo, del mundo y de nuestras
pasiones, la muerte de Cristo en la Cruz significó libertad, pero esta vez
pasamos a ser propiedad de Cristo.
En la Cruz, Jesús te dio la Salvación. Ya no necesitamos la sangre
de un animal para conseguir la misericordia de Dios, con la Sangre del
Cordero Inmolado seremos redimidos por la eternidad. A Jesús no le
importó tu clase social, raza, ni el tamaño de tus pecados, Él murió por
toda la humanidad para quebrantar el poder del pecado entre el hombre y
Dios. Cabe destacar que solo Jesús podía cumplir esta tarea, se necesitaba
un hombre perfecto, que fue tentado en todo pero que no se hallo en Él
pecado, todo el castigo que vivió Jesús, por ley, debía ser nuestro castigo,
sin embargo, por amor Jesús se entregó y nos salvó de ese sufrimiento
(Efesios 2:4-5).
Jesús también nos salvó de todas nuestras enfermedades. El médico
sana el cuerpo, el psicólogo ayuda a el alma, pero solo Jesús nos puede
sanar de manera integral.

“Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados;
el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros
curados” Isaías 53:5.

Cuando los diagnósticos médicos quieran intimidar, recuerda que


esa enfermedad no se compara a los sufrimientos que atravesó Jesús, Él
venció la enfermedad y le regala la sanidad a quien cree conforme a su
voluntad.

30 Código Fe
Jesús no nos engañó, Él fue claro diciendo que en el mundo tendre-
mos aflicciones, pero terminó su frase con el aliento que debe alimentarte
todas las mañanas:

“Confiad yo he vencido al mundo” Juan 16:33.

CAPÍTULO 4 ̶ Pagado en la Cruz 31


CAPÍTULO 5

EL A MO R DE L A PR OSTITUTA

“Pero confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu re-


nombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras”
Ezequiel 16:15.

E n el mundo existe un dicho entre los hombres “mujer fiestera


no sirve para una relación seria”. Ya para el siglo XXI parece
obsoleta esta declaración, pero sigue siendo una realidad. Es evidente
que la decencia de esta sociedad se ha desvanecido tras el aumento de
hormonas descontroladas en los hombres y la falta de control sobre las
emociones. El mundo se aparta cada vez más de lo correcto. Esta disfun-
ción se convierte en una sociedad cuando dos personas carentes de valores
y principios deciden contraer matrimonio, el resultado de este matrimo-
nio será más de lo mismo. Algunos ni siquiera piensan en el matrimonio
como una meta, y es que, según ellos, no es necesario amarrarse a una
sola mujer u hombre, si se puede estar con varios a la vez. Pero ¿Qué pasa
si un hombre decente, de buenos valores, temeroso de Dios y amador de
su Palabra decide casarse con una mujer promiscua? Escandalosa esta
pregunta, igual que el título del mensaje.
Obviamente nuestra mente religiosa se dirige rápidamente al ver-
sículo “YUGO DESIGUAL”. Por supuesto que un hombre con esas ca-
racterísticas sabrá escoger lo mejor para su vida. Pero esto ya pasó en la
vida de un hombre que, si bien era temeroso de Dios, con buenos valores
que guardaba los mandamientos del Señor, tomó a una prostituta como
esposa por mandato de Dios para enseñarnos una poderosa lección. Su
nombre fue Oseas.
La prostitución se define como el acto de participar en actividades
sexuales a cambio de dinero y/o de otros beneficios. Una prostituta es
aquella que se involucra íntimamente con diferentes personas a cambio
de recibir cualquier tipo de beneficio personal. Sabiendo esto definamos
la prostitución espiritual.
La prostitución espiritual es cuando un individuo decide involu-
crarse deliberadamente en diferentes religiones o creencias para recibir
un beneficio de cada una de ellas, es decir, su necesidad por lo místico
y sobrenatural le lleva a mezclarse en todo tipo de actos y rituales sin
dirección. En resumen, es una persona que practica todo lo oculto, pero
también dice confiar en Dios.
El amor de la prostituta se refiere a la dualidad de mi fe. La mujer
que acepta ser la amante de un hombre está deshonrando la dignidad que
Dios le dio. No puedes aceptar que alguien te de menos de lo que Dios
te da. La mujer, no ha sido creada para ser la segunda opción de nadie, si
ella no se valoras NADIE la va a valorar.
El nombre Oseas significa Salvación. La historia de este hombre se
trata de un idilio doloroso que expresa un amor incondicional. Oseas se
había casado con una prostituta, sin embargo, cuanto más ella lo traicio-
naba, tanto más la amaba Oseas.
Con la vida de Oseas Dios mostraría una historia más trágica aún:
la del amor sufrido de Dios por su pueblo. El señor pudo limitarse a
declarar: “Israel es para mí como una esposa –como una esposa adultera”.
Pero en lugar de eso utilizó a Oseas para representar dramáticamente tal
traición en la vida real, y para mostrar con dolores vívidos la ira de Dios,
sus celos y, sobre todo, su amor por su pueblo. En esta oportunidad Dios
compara la adoración a ídolos con el adulterio. El vio en dicha adoración
la raíz de los problemas de Israel.
Dios le pidió a Oseas “Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de
fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová” (Oseas 1:2).
Esta mujer no se volvió promiscua, ella ya era promiscua; no podría so-
portar una relación seria, sino que al rato saldría a buscar amantes. Esto
representa a la persona que no es capaz de permanecer firme en nada
de lo que se propone, mucho menos en su fe. Simplemente no valora su

34 Código Fe
presente bendecido por Dios, sino que vive en el pasado recordando su
vida en estado anterior como “más estable y placentero” que ahora.

“…Se deshonró, porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y
mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida” Oseas 2:5.

La mujer de Oseas prefirió correr tras sus amantes que le daban


“estabilidad”. Esto no termina de tomar sentido alguno a los ojos del
profeta, pues él le había dado todo lo que ella podía desear, pero ella fue
mal agradecida. Si bien hemos entendido que la historia de Oseas repre-
senta la de Dios con su pueblo, debemos alarmarnos porque no estamos
exentos de convertirnos en mal agradecidos y girar nuestro rumbo a los
brazos de otros ídolos que “nos dan estabilidad”.
Hoy en día la gente no tiene valor, tiene precio. Pisoteamos la dig-
nidad que Dios nos ha dado corriendo detrás de lo que el mundo nos
puede ofrecer. En este tiempo hay personas que en medio de la crisis no
esperan en Dios y terminan apresurándose al mal, van al hechicero y al
brujo para saciar su necesidad, pero la verdad es que adulteran a los ojos
de Dios. Otros por su parte, colocan su confianza en el dinero o en otro
hombre, y olvidan que solo Dios es su provisión. Del mismo modo que
un matrimonio se afirma en la crisis, tu relación con Dios debe afirmarse
en medio de la dificultad.
No desees el pasado como lo hizo el pueblo de Israel en el desierto,
su necedad los llevó a vagar por cuarenta años (Éxodo 16:3). Del mismo
modo que los Israelitas en Éxodo, Dios también trabajaría con la esposa
adúltera, la llevaría por caminos de espinos y no conseguirá a sus aman-
tes. La aflicción que ésta misma se causaría la llevaría a reconocer que
con su primer marido le iba mejor (Oseas 2: 6-7) El mal agradecimiento
trae quebrantamiento. En el proceso Dios le quitaría todo lo que le había
dado, aun lo que ella había alcanzado seria polvo (Oseas 2:8-12). Todo
este proceso sería necesario para que Dios hablase al corazón de la mujer
adúltera y ella entendiera sus palabras.
El proceso es el siguiente: Dios no permitirá que su pueblo encuen-
tre alivio en sus ídolos, sino que permitirá que su desesperación se eleve
hasta entender que solo en Dios está la provisión y la plenitud. Una vez
que hemos regresado Dios disciplina:

CAPÍTULO 5 ̶ El Amor de la Prostituta 35


“Y la castigaré por los días en que incensaba a los baales, y se adornaba
de sus zarcillos y de sus joyeles, y se iba tras sus amantes y se olvidaba de
mí, dice Jehová” Oseas 2:13.

Hay cosas que solo entendemos en el proceso y porque Dios nos


ama y quiere lo mejor para nosotros, de cualquier manera, nos hará
entender justicia.
Finalmente, en el desierto el amado hablaría a su corazón (Oseas
2:14) y restauraría por completo a su amada (Oseas 2:15). Depende de ti
que tan largo quieres que sea el proceso, en cuanto más duro de corazón
te vuelves, más difícil y doloroso será. Dios ha prometido que terminaría
su obra en cada uno de sus hijos. Después del quebrantamiento llegará la
restauración (Oseas 2:19). El proceso es para tomar la silla de autoridad
con un buen corazón, Dios permite esto en tu vida para que te amoldes
al corazón de Jesús.
Existió otra mujer desechada por la sociedad que fue sorprendida
por la misericordia y el amor de Jesús, la samarritana, Jesús se acercó a
ella “con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor” (Oseas 11:4).
Le ofreció el agua que necesitaba, un agua que jamás le permitiría volver
a sentir sed (Juan 4:10). Cuando la mujer se interesó por la oferta de Je-
sús llegó el momento de su encuentro, le pidió que buscase a su marido,
pero la verdad era que ésta no tenía marido, había estado con muchos,
pero ninguno terminaba de ser su esposo. ¿Dónde está tu esposo? (Juan
4:16-17) Esa simple pregunta fue suficiente para ubicar y reconocer el
problema de ella ¿dónde está tu Dios? ¿Cómo está tu vida espiritual?
Luego Jesús desnuda la vida de esta mujer “Jesús le dijo: Bien has dicho:
No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes
no es tu marido; esto has dicho con verdad” (Juan 4:17-18). Grande era el
pecado de la samaritana, pero el amor de Jesús lo cubrió por completo y
trajo una transformación para ella.
En otra oportunidad, una mujer fue sorprendida en adulterio y
llevada a los pies de Jesús para tentarle. Dios confrontó a toda la con-
gregación con su propia conciencia, les dijo “El que esté libre de pecado
que sea el primero en apedrear a esta mujer” (Juan 8: 7), como la ley lo
estipulaba. Ninguno era tan santo o hacedor de la ley como para apedrear
a la adultera. Jesús tampoco la condenó, sino que en su lugar la incentivó
a tomar una vida de sacrificios y no volver a su pecado.

36 Código Fe
La fe debe ser superior a nuestras emociones. No debemos intentar
disolver lo que sentimos, sino colocar el sentimiento en una balanza
con respecto a nuestros valores. Domina tus emociones definiendo tus
prioridades. Debemos entender que la esencia de Dios es el amor y el
perdón. Por amor a lo que hizo Jesús por ella, la mujer no pecó más. Que
tu corazón se incline siempre a las promesas de Dios y a lo que Él piensa
y espera de ti. Ama al Señor con todo tu corazón, alma, mente y fuerzas.

CAPÍTULO 5 ̶ El Amor de la Prostituta 37


CAPÍTULO 6

T E N E R TO DO Y N O TE NE R NADA

“Pues tú dices que eres rico, que te ha ido muy bien y que no necesitas de
nada. Pero no te das cuenta de que eres un pobre ciego, desdichado y
miserable, y que estás desnudo” Apocalipsis 3:17.

E l autor de Apocalipsis estaba siendo inspirado por Dios, para


traernos a una realidad que vivimos en la actualidad: la mi-
seria del alma humana. Constantemente nos jactamos de lo que creemos
haber alcanzado con mucho esfuerzo. Ahí es donde sale a relucir el estado
de separación que existe entre nuestra alma y el Espíritu Santo. La única
gloria la recibimos en la Cruz del calvario y en la gracia y la misericordia
diaria del Señor.
Muchos son los que alardean sobre tener una empresa exitosa cuan-
do a duras penas consiguen el dinero para solventar los gastos mínimos.
Otros dicen tener una maravillosa familia, pero lo que menos se respira
en su casa es amor, los hijos por su parte solo esperan cumplir la mayoría
de edad para abandonar el hogar.
La Biblia está llena de hombres que recibieron mucho de Dios, pero
la gloria llegó a su corazón y quisieron jactarse de lo que Él les había dado,
como consecuencia todos fueron humillados. No debemos quitarle la
gloria a Dios en nada. Debemos entender que, de Él, por Él y para Él son
todas las cosas.
El Apóstol Pablo fue el mayor teólogo de la historia, fariseo de
fariseos, conocedor, de la ley en su perfección. Seguramente había ido a
las mejores escuelas, se graduó con honores y aun después de estudiar,
en su trabajo, seguía recibiendo honores. A pesar de eso escribió una
impresionante declaración en Filipenses 3:8-9:

“Todo eso lo he dejado a un lado, y lo considero basura, con tal de llegar a


conocer bien a Cristo, pues no hay mejor conocimiento. Y quiero que Dios
me acepte, no por haber obedecido la ley, sino por confiar en Cristo, pues
así es como Dios quiere aceptarnos”.

Con seguridad, el Apóstol tuvo que pasar por un proceso muy


grande para llegar a declarar que todos sus estudios eran basura. Pero tan
sencilla como profunda es esta realidad, aunque conocía perfectamente de
Dios y su Palabra entendió que el solo conocimiento sin el Espíritu Santo
no añadiría nada eterno a su vida. Cabe destacar que el Apóstol Pablo
espera que también nosotros seamos así, entregados a la obra de todo el
corazón, teniendo por basura el conocimiento humano y las posiciones
que ganamos en el mundo, para valorar las promesas de gloria y vida
eterna de Cristo Jesús.
Tristemente la mayoría de las personas toman esta posición de des-
ventura en la vida cuando se encuentran al borde de la muerte, muchos se
dan cuenta solo en los últimos minutos de su vida que ni la posición, los
títulos, ni siquiera su trabajo, significan algo cuando la muerte toca a la
puerta. Allí se dan cuenta que la felicidad que proporciona el hacer rique-
zas es momentánea como inconsistente, no producen satisfacción eterna.
Como lo dijo el autor de Eclesiastés, nos afanamos en vida, sembramos
mucho para que la cosecha la disfrute otro. Entonces ¿Está mal hacer
riquezas y tener ambiciones en la vida? De ninguna manera (respondería
Pablo) no está mal en lo absoluto la Biblia dice que Dios es quien da el
poder para hacer riquezas (Deuteronomio 8:18), el problema está cuando
nos olvidamos del Señor nuestro Dios. El pasaje anterior empieza con
una sugerencia para terminar con una la realidad, cuando ignoramos la
sugerencia y olvidamos que Jehová es Soberano encontramos el proble-
ma. Quitarle la gloria a Dios no traerá, más que humillación y desgracia.
Cuidado con caer en el pecado de Nabucodonosor que dijo “¡Qué
grande es Babilonia! ¡Yo fui quien la hizo grande y hermosa, para mostrar

40 Código Fe
mi poder a todo el mundo!” (Daniel 4:30). Ya sabemos el estado del rey
soberbio después de esta declaración, terminó como un animal postrado
sin poder ver al Cielo hasta que reconoció que el único digno de suprema
adoración era Jehová Dios de los ejércitos.
¿De qué te jactas? ¿Qué es eso que hincha tu pecho cual paloma?
¿Tu casa, tus hijos, tu empleo? ¿Qué es lo que crees haber conseguido
por tus propios méritos? ¿Acaso haz olvidado que el que te dio pies para
caminar fue el creador?
Venezuela es conocida por ser uno de los 17 Países mega diversos
alrededor del mundo, con una geografía irregular que combina regiones
áridas, selva, extensas sabana en los Llanos y ambientes andinos. El país
es miembro fundador de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo y uno de los principales países productores en el planeta. Los
yacimientos de este recurso en todos sus tipos son abundantes en gran
parte del territorio, teniendo la primera reserva mundial. A pesar de esto
y parece hasta absurdo, Para 2019, Venezuela tiene la tasa de inflación
más alta del mundo, superando el 10,000,000% interanual, convirtiéndose
en la tasa más alta en la historia del continente. Esto solo abarca la crisis
económica. Lo que se vive hoy en día en nuestro país va más allá de una
simple crisis económica, Venezuela atraviesa la peor crisis social en toda
su historia. Esto no es sorpresa si pesamos las obras de nuestra nación
con las leyes bíblicas. Como un concepto general Venezuela está en un
estado de pobreza de alma.
Dios nos manda a ser pobres en espíritu, fue con esto que abrió el
sermón de las bienaventuranzas en Mateo 5:1-3, lo que es totalmente
diferente a la pobreza del alma. La pobreza del alma es la ausencia de
sentimientos ante una situación. La pobreza en espíritu es la humildad en
el corazón. Cuando Jesús dio el sermón de las bienaventuranzas, muchos
los leemos como ¡Ah mira lo que se debe ser para ser bendecidos! Pero
Jesús en su predicación lo que hacía era denunciar y atacar la hipocresía
religiosa de los fariseos en ese entonces. Con la declaración “bienaventu-
rados los pobres de espíritu”, Jesús ataca a todos los que se esfuerzan por
establecer una imagen favorable tratando de parecer poderosos, exitosos
y afirmativos, lo ejemplificó con la historia del fariseo y el publicano
(Lucas 18:9-14).
La pobreza del alma también es bíblica en Romanos 1:31 “…sin afecto
natura…” Este tipo de personas no tiene sentido en la vida, solo piensan en

CAPÍTULO 6 ̶ Tener todo y no tener nada 41


sí mismas sin importar el bienestar del otro. Lo más grave en Venezuela
no son los sistemas políticos defectuosos, es la cantidad de jóvenes pobres
de afecto. Es hora que nos humillemos con todo nuestro corazón y reco-
nozcamos que solo Dios puede cambiar la situación de nuestra nación.
Solo en Cristo encontramos una riqueza integral, esa va más allá de los
bienes materiales. La riqueza de Cristo es para cada área de nuestra vida.
Las riquezas de Cristo las recibimos cuando humillados, recono-
cemos que todo lo que tenemos se lo debemos a Dios, creador de todo.
No es secreto para nosotros que Dios es Dios celoso y nos enseña en
diferentes oportunidades que no es posible servirle a dos Señores, Cristo
o a las riquezas. Dios quiere que prosperemos, pero declara que servirle
al dinero nos aparta de su voluntad. El dinero debe servirme a mí, no yo
servirle al dinero.
La humildad es fundamental para nuestra fe, nuestro Jesús fue el
mayor ejemplo de pobreza en espíritu (Filipenses 2:5-9) no se aferró a
sus títulos, Él lo entregó todo solo por amor. Cuando somos humildes
somos recompensados por Dios y todos nuestros caminos prosperan.
Que tu oración sea de entrega, llévale al Señor todas tus capacidades,
declara que por Él naciste y para Él vivirás. Comienza a poner en orden
tus prioridades, una persona puede tener muchos talentos y seguir siendo
humilde, así como puede tener pocos títulos y ser orgulloso, todo depende
del corazón, cuando honramos a Dios en lo poco debemos confiar que
nos pondrá en lo mucho.

42 Código Fe
CAPÍTULO 7

EL PR EC IO DE TU PECA DO

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”


­Romanos 3:23.

T odo en esta vida tiene un costo. El que todos conocemos y


es muy común escuchar en los sermones dominicales es el
precio que el alma paga al pecar, es ser destituida de la gloria de Dios.
En esta oportunidad nos enfocaremos en las consecuencias del pecado.
Si bien has sido redimido por la Sangre del Cordero y has aceptado a
Cristo como Señor y Salvador, ya eres parte de su cuerpo ¿Puede un hijo
de Dios pecar? El mundo da por hecho que al aceptar a Cristo pasamos
a ser personas perfectas y al parecer las faltas de un hijo de Dios pesan
más que las de un incrédulo.
El costo que tiene el pecado tiene que ver directamente con Dios,
pero también existe un costo moral. El primero que sufre con el pecado
eres tú. La realidad es que todo en la vida está basado en decisiones que
traerán consecuencias, unas a corto y largo plazo; pecar también es una
decisión. Las situaciones te van a influenciar para cometer el pecado, pero
jamás te obligaran a pecar. Cuando no entendemos esto, vamos acumu-
lando pecados que sentimos que “no son tan importantes” pero es pecado
y finalmente se descubrirá. El pecado nos va alejando sutilmente de Cristo,
para finalmente caer en amargura, en aflicciones del alma, obstinación y
terminamos decepcionados.
El diablo si se interesa en que el Hijo de Dios peque por eso hará
propicia la ocasión para que la transgresión sea un hecho, pero solo noso-
tros tenemos la autoridad para hacer germinar esa semilla que el enemigo
planta. Si la detectamos a tiempo y corremos a la Cruz alcanzaremos
misericordia, pero si ignoramos lo que el enemigo de nuestra alma está
haciendo terminaremos hundidos y quizás, hasta retrocediendo. Confiesa
tu pecado, aunque creas que es demasiado insignificante. Recuerda que las
grandes montañas son a final de cuentas, muchas piedritas unidas. Una
piedrita luego dos, luego diez y finalmente eres sorprendido en rebeldía
y lejos de la presencia de Dios. ¡CUIDADO!
No existe maldición sin causa, todo lo que nos pasa tiene un ori-
gen, ya sea de nuestros antepasados o de nuestras propias decisiones, no
debemos ignorar esta verdad porque los pecados pequeños acumulados
desatarán grandes maldiciones, entonces el creyente vivirá en luchas y
constantes procesos que no vienen de Dios, ni siquiera del diablo. Es muy
fácil culpar a los demás incluyendo a Dios y olvidar que también jugamos
un papel importante en nuestra vida. El peso de nuestras decisiones ter-
minará por caer en nuestros hombros, aunque huyamos.

“Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, Así la


maldición nunca vendrá sin causa” Proverbios 26:2.

Dios sufre con nuestro pecado, Su corazón realmente se hiere por-


que a causa de nuestras decisiones nos apartamos de Él que no tolera la
maldad. También nosotros experimentamos ese dolor al pecar. Nuestro
espíritu le pertenece al Señor, por lo tanto, es el primero en nuestro ser
tripartito en sentir y entender la separación que existe entre nuestro
Creador y nosotros. Seguidamente el alma se aflige, pues entiende que,
aunque ore, y busque la presencia de Dios, siente y entiende que Dios no
está presente, la plenitud que nos da Dios no se compara con ninguna
alegría o confort humano. Por eso cuando pecamos nos sentimos tristes
y sin dirección.
Ese nudo en el corazón que en ocasiones no permite el fluir del aire,
nuestro cuerpo se encorva, nuestro rostro se aflige, David escribió que sus
huesos se habían abatido pues ya no encontraba el gozo de la Salvación
de Dios. Es decir, hasta nuestra carne siente como el pecado consume.

44 Código Fe
Hemos sido creados para vivir cerca de nuestro Creador. Lo mis-
mo que trae gozo al corazón de Dios es lo mismo que destruye su alma:
nuestro libre albedrío. Con el podemos decidir ser siervos de Cristo, por
amor y de manera voluntaria, pero por el libre albedrío también podemos
apartarnos eternamente de nuestro Señor y causarle dolor. Es similar a
esta ilustración Cherokee: dentro de nuestro cuerpo se encuentran dos
lobos feroces, uno lucha contra el otro para hacer la voluntad de Dios y
no seguir la voluntad de la carne. Solo nosotros decidimos a que lobo
alimentar, naturalmente el que esté más gordo terminará venciendo al
más débil.
¿A qué lobo alimentas tú? Cuando pecas nutres tu alma de demo-
nios, necesitas llenarte del Señor para vencer la tentación.
Nos engañamos cuando alardeamos que todos nuestros males son
por causa de la Cruz de Cristo. Si eres un patán, grosero y mentiroso,
no esperes que los demás sean apacibles y respetuosos contigo, tendrás
luchas por tu carácter y no por Cristo. Ser un mártir de Cristo significa
dar tu vida a la obra de la Cruz, predicar donde sea imposible y vivir una
vida de constante negación. Pero si estas tan lleno de ti mismo no digas
que sufres por Cristo.
El fariseo oraba muchísimo, pero no tenía una relación con Dios.
Puede que tú estés en la Iglesia y sientas que es tu lugar de comodidad,
donde puedes vivir en paz, pero no es por estar en la Iglesia que estás
seguro, Dios viene a buscar un pueblo. Si tienes algún pecado oculto
terminará por salir a la luz. Si haces buenas acciones, pero con malas
motivaciones, la obra estará muerta.
Todo lo que infringe la ley de Dios es pecado. La falta de ética es
pecado, la indolencia e irresponsabilidad también lo son. Debes ser un
creyente íntegro. Cuando pecamos, Dios oculta su rostro para no escuchar
nuestras oraciones (Isaías 59:2).
El pecado ensucia y turba la paz interior:

“Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado”


Salmo 51:2.

El rey David, aunque vivía rodeado de lujos y riquezas, los mejores


baños y tinas calientes, declaró que se sentía sucio después de pecar, esto
es lo que hace el pecado en el alma humana: ensucia nuestra esencia.

CAPÍTULO 7 ̶ El precio de tu Pecado 45


Sentimos que la contaminación de nuestra alma brota por los poros y por
más que tomemos uno u otro baño no terminamos de sentirnos limpios.
La realidad es que se puede secar la fuente de agua, pero si Dios no es
quien te purifica jamás serás verdaderamente limpio.

“Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santifi-
cados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el
Espíritu de nuestro Dios” 1Corintios 6:11.

Es bueno sentirse sucio después de pecar, no quiero inducirte a que


peques sin medida, pero sí darte aliento en que, sentirse como David y
necesitar el perdón desde el alma hacia afuera, es importante y habla de
convicción de pecado. El peligro está cuando una persona no siente nada
luego de cometer una falta de manera deliberada. Solo si realmente has
sido lavado por Dios tu alma sentirá la diferencia cuando se aleje de su
voluntad. Si le perteneces a Dios y has sido comprado por la Sangre de
Cristo, ni siquiera tu pecado puede apagar el amor profundo de Dios.
En el Salmo 51 podemos ver claramente lo que el pecado hace en
el cuerpo y en el alma.

El pecado:
• Ensucia el alma.
• Deshonra al Señor.
• Deprime al corazón.
• Degenera el espíritu.
• Domina la mente y crea una conducta incorrecta, con respecto
a Dios y a nuestros hermanos.

Nos volvemos jueces desubicados con un corazón frío y egoísta. El


rey David cuando fue sorprendido por el profeta, no dudo en juzgar al
hombre que había cometido el delito de robar una oveja, sin darse cuenta
que a si mismo se juzgaba. Pero el estado de David para este punto era
sequedad espiritual, por esto le era sencillo encontrar el pecado de otros,
pero esconder los suyos.
Debemos controlar la manera de responder al pecado.
La Biblia dice que tenemos derecho de airarnos siempre y cuando no
pequemos en acción. El corazón que trama el mal en contra su prójimo

46 Código Fe
es aborrecido por Dios. Hemos sido justificados por la Sangre de Cristo.
Todos tenemos libre acceso a su perdón. Reconoce que no hay nada oculto
a los ojos de Dios y humíllate para que el Señor te recompense cuando
sea necesario.
Entender la gracia y el perdón es fundamental para nuestra fe. Pecar
solo traerá confusión y no podrás vivir en plenitud.

CAPÍTULO 7 ̶ El precio de tu Pecado 47


CAPÍTULO 8

A M O R I N CON DIC IO NA L

“El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se


mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo
unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor:
no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a
nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados,
si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a
otros” 1Juan 4:8-11.

L a Cruz de Jesús nos habla constantemente de un amor diferen-


te al amor humano que se había conocido. El amor terrenal
es muy débil y totalmente condicional, no quiere decir que este no sea
valioso o totalmente verdadero, pero jamás se puede comparar con la
plenitud del amor que solo experimentamos en Jesús. Lo que conocemos
como amor es solo un espejismo del verdadero significado de la palabra.

“Dios es amor” 1Juan 4:8.

Él no tiene amor, a Él no le enseñaron a amar, Él es el amor en su


totalidad. El amor humano es totalmente imperfecto, pero parece que
no entendemos esto, pues muchas veces nos empeñamos en encontrar
en otra persona el concepto de amor perfecto e incondicional. Este amor
jamás lo encontrarás en otro ser humano.
Solo Dios puede amar de manera pura y sin condiciones.
El amor de Dios conlleva una acción:

“Porque DE TAL MANERA AMÓ Dios al mundo, que ha dado (verbo, ac-
ción de dar) a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, más tenga vida eterna” Juan 3:16.

Era tan grande el amor de Dios para toda la humanidad que tenía
que demostrarlo con una acción y Jesús mismo lo declaró:

“Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos”
Juan 15:13.

Un amor real conlleva una acción inmediata y muchas veces se


trata de entrega. Dios entregó a su Hijo y a su vez Él nos amó tanto que
entregó su vida por nosotros, para que tengamos vida eterna. ¿Cuántas
veces te han dicho que te aman, pero no hay un interés en demostrar la
veracidad de ese amor? Tristemente el decir “Yo te amo” ha perdido su
valor. Amar es igual a accionar.
La mayoría de los problemas en el matrimonio se debe a que la
magia del noviazgo se acaba con el compromiso, creíste que te casabas
con una persona y resultó ser totalmente diferente a lo que pensabas. Así
es el amor del hombre, cambia porque se trata de las condiciones y las
circunstancias, por eso en las crisis algunos matrimonios se fortalecen,
pero la mayoría se quiebra porque no pueden manejar sus diferencias y
simplemente dicen “Se acabó el amor”. Jesús ama con amor eterno y ese
amor es el que recibes cuando te acercas a Él.
¿Por qué el amor de Jesús es diferente?
En primer lugar, entendemos que el amor de Jesús se mostró en
su totalidad en la Cruz, el mundo piensa que el símbolo del amor es un
corazón, cuando la verdad es que el amor tiene forma de Cruz.
En segundo lugar, Jesús todo lo hace con un propósito. Veamos la
historia de Juan 4: los versículos del uno al tres no explican que El Señor
se encontraba escapando de los fariseos y planeó salir de Judea para
volver a Galilea, en el versículo cuatro dice “Y le era necesario pasar por
Samaria.” Es curioso, puesto a que había otros caminos que ellos podían
tomar en lugar de pasar por Samaria, pero al Señor le era necesario pasar

50 Código Fe
por ahí. Jesús nunca llega por casualidad, por donde Él pasa hay trans-
formación. Quizás el camino por esa ciudad no era el más recomendado
debido a las diferencias entre judíos y samaritanos, pero Jesús escogió
este camino porque le era necesario encontrarse con esta mujer. Muchas
veces nosotros cuestionamos los caminos que nos toca atravesar en la
vida, pensamos, ¿Por qué a esta persona se le ha hecho más fácil que a
mí el llegar a esa posición? La respuesta es sencilla Dios necesita pasarte
por un camino diferente, quizás más difícil, con el propósito de formar
tu carácter y enseñarte algo nuevo y diferente. No te amargues porque
tu proceso parece más fuerte que el de otros, el Señor está haciendo algo
diferente en tu vida y lo que es bueno se hace esperar. Para cada bendi-
ción que anhelamos hay un proceso de por medio, esto lo hace Dios con
el fin de que aprendamos a valorar las cosas y las posiciones que Él nos
tiene preparado. Nunca olvides que donde Jesús pasaba algo sucedía, Él
siempre llegaba con un propósito.
El amor humano es condicional debido a la maldad que ha crecido.
Necesitamos tener razones para amar a una persona, la generación de hoy
en día ha perdido el afecto natural y han empezado a usar a las personas
y amar las cosas, cuando debería ser, lo contrario.
El pecado hace que nos cueste amar a nuestro prójimo. No sabes a
quien le das la mano y mañana te llevan todo tu brazo. Es triste, pero esa
es la realidad, amar se hace cada vez más difícil. Solo con Jesús podemos
entender el significado y la importancia de amar, aunque no recibamos
lo mismo de vuelta. Sin embargo, Dios nos ha dejado una sombra de su
amor y es el amor paternal. La mayor expresión de amor humano viene
por parte de los padres. Es un amor sacrificado y muchas veces el más
menospreciado, Dios es Padre y nos ama con un amor sincero que no
tiene que ver con lo que hacemos sino con lo que somos.
Para las personas que han tenido una buena imagen de padres en
el hogar, se le hará más sencillo conocer a Dios como un Padre amoroso,
pero aquellos que han tenido la figura desvirtuada de un padre se les
dificultará un poco más entender los lazos de amor y perdón que tiene
Dios para sus hijos. (Romanos 5: 7-8, Juan 10:17) Si tú no has tenido el
mejor ejemplo de padre amoroso, aprovecha la oportunidad que Dios te
ha dado de formar parte de una Iglesia que cree en la paternidad espiritual,
aprovecha el consejo de tus pastores y hermanos que cuidan y abrazan
como Dios lo haría.

CAPÍTULO 8 ̶ Amor Incondicional 51


En tercer lugar, Jesús rompió una serie de barreras que separaban
la comunicación entre la samaritana y Él. Realmente se interesaba por
esta mujer. La primera barrera que rompió fue la barrera del cansancio
“Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino…”
(Juan 4:6). Jesús dejó atrás su cansancio por atender a la mujer samaritana,
etiquetada por la sociedad como “una sin vergüenza”.
La segunda barrera que rompió el Señor fue la del hambre (Juan 4:7-
8). Ya había caminado mucho y sintió hambre, con esta escusa comenzó
su profunda conversación de Salvación con esta mujer.
La tercera barrera fue la del “qué dirán” y la cuarta barrera la política,
era mal visto que un judío y un samaritano tuvieran contacto, ¿cuánto
más que entablaran una conversación? (Juan 4:27, Juan 4:9). Al Señor
no le importaba el pasado de la mujer samaritana, Él se había dispuesto
a cambiar la historia de esta mujer sin importar quien ella había sido,
Dios nos bendice porque Él es bueno, no tiene nada que ver con nosotros
(Mateo 6:26).
En cuarto lugar, el amor de Cristo es diferente porque no exhibe
(1Pedro 4:8) Él nos recibe y cubre nuestras faltas. Jesús se acercó a ella
con amor y cuando notó su interés (Juan 4:15), le dio a entender que el
momento de su Salvación había llegado (Juan 4:18).
En conclusión, el amor de Jesús es totalmente diferente a lo que
podemos imaginar, pues deja de lado tu bienestar personal para abrazar
a sus hijos. Él quiere cambiar nuestra dirección por medio de su amor.
Oro para que tu vida tome otra dirección al considerar el amor de Jesús
como el centro y el motor de tu vida.
El amor es la base de todo, a partir de ahora comienza a ver a Jesús
como el Padre, el hombre y el amigo más cercano y sincero que jamás
hayas tenido. Antes de una posición Él desea una relación, tratar de ex-
plicar el amor de Dios es un asunto complicado, por eso oro para que se
revele el amor de Dios a tu vida de manera natural y que El Señor llene
todos tus espacios vacíos como lo hizo con la mujer samaritana.

52 Código Fe
CAPÍTULO 9

¿ PATI TO FEO U OVE JA N EGRA?

“Me fijé que en esta vida la carrera no la ganan los más veloces, ni ganan
la batalla los más valientes; que tampoco los sabios tienen qué comer, ni
los inteligentes abundan en dinero, ni los instruidos gozan de simpatía,
sino que a todos les llegan buenos y malos tiempos” Eclesiastés 9:11.

D ios no hace acepción de personas, su corazón se abre para


buenos y para malos. Las oportunidades están hechas para
todo el mundo, pero no todos saben aprovecharlas. Cuando somos
jóvenes somos una máquina de sueños y diseños para nuestro futuro.
Soñamos con grandes empresas, puestos renombrados, profesiones bien
pagadas y una familia extremadamente bendecida y feliz.
Nuestras ambiciones parecen más grandes que el ánimo con el que
trabajamos para alcanzarlas. Nuestros padres con mucho amor siempre
nos hacían entrar en razón: “hijo, si quieres alcanzar esa meta debes
esforzarte”. Claramente obedecíamos y nos esforzábamos por las metas
pequeñas y de esta manera éramos empujados a obtener más.
Sería magnífico llegar a un punto de la vida y pensar “Ya no hay
nada más que alcanzar” el mundo está en constante movimiento y si no
nos mantenemos al trote terminaremos perdidos. No está mal soñar con
grandes cosas, mi consejo es que, si sueñas también tomes en cuenta los
esfuerzos y sacrificios que debes hacer para que estos se hagan realidad.
Los sueños que son en Dios no son más fáciles de alcanzar que las
metas naturales, todo lo contrario, estos sueños requieren quizás un poco
más de dedicación. Muchos piensan que es al revés, y le quitan impor-
tancia a lo que significa, Dios y los sueños de Él para nosotros, algunas
personas piensan “éste se metió al cristianismo porque son un montón de
flojos”. Cada silaba en esa oración está completamente errada en todos los
sentidos. La verdad es que ser salvos no tiene nada que ver con nosotros
mismos, el precio más grande lo pagó Jesús en la Cruz. Pero crecer en
Cristo si lleva tiempo, empeño y dedicación.
Del mismo modo en que una semilla es sembrada y pasa una canti-
dad específica de procesos para crecer y volverse árbol, las personas que
soñamos en Cristo y amamos su obra también viviremos una serie de
procesos de transformación que son fundamentales para alcanzar lo que
en el Señor nos hemos propuesto, con esto quiero decir que no está mal
en lo absoluto soñar con un ministerio, mirar para los grandes adoradores
del siglo y pensar “Realmente quiero ser como este hombre o esta mujer”
si las intenciones de tu corazón son las correctas inmediatamente enten-
derás que ese hombre o esa mujer tuvo que esforzarse, obedecer y muchas
veces morir a sus propios sueños para alcanzar los sueños de Dios. De
eso se trata, morir a nosotros mismos para alcanzar el corazón de Dios.
Todos los que decidimos ser escogidos por Dios pasamos procesos
largos, dolorosos y amargos. Y aunque me gustaría animarte, no puedo
sino decirte: ¡Es necesario este proceso!
Los procesos significan crecimiento y purificación, es por medio de
ellos que sentimos el corazón del Padre latiendo al compás del nuestro
porque a medida que morimos a nosotros mismos nos hacemos parte
del corazón de Dios. Jesús nos ha enseñado que los sufrimientos ligeros
y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale
muchísimo más que todo sufrimiento (2 Corintios 4:17 NVI). Cristo
nos ha dado la mayor fuerza y esperanza: su ejemplo, Él ha vencido al
mundo (Juan 16:33).
¿Por qué algunos procesos son más largos que otros?
Si bien la palabra de Dios dice que es un “ligero y efímero” sufrimien-
to, ¿Por qué entonces estos parecen más pesados y eternos? El tiempo del
proceso depende de ti. Tú eres quien decide obedecer a Dios inmediata-
mente o postergar las decisiones de cambiar y con ellas prolongarlo. El
pecado y las malas decisiones son los factores que detienen a los hijos de

54 Código Fe
Dios. Dios nos envía las pruebas para formar nuestro interior a imagen
de Cristo, Él espera que tomemos decisiones radicales de cambio para
que su poder se manifieste, es posible pasar este cambio de la mano del
Señor o abandonar la carrera a mitad del mismo. Es en el sufrimiento
que demostramos que tan arraigados estamos de la fuente de la vida (Je-
sús). No te resistas a Dios. Cuando llevamos a los bebés al médico y es el
momento de sacar la sangre, ellos gritan lloran y patalean, en vano, pues
el dolor de la inyección es inevitable pero necesario, cuando crecemos
nuestra mentalidad cambia y en cuanto más rápido corras a la jeringa
sabes que más rápido saldrás del problema, así mismo sucede con los
procesos, cuanto más nos resistimos más se prolonga el dolor. Cambia
lo que tengas que cambiar, por tu bien.

Existen los malos pacientes de Jesús

Son aquellos que prefieren quedarse en casa cuando son heridos y


de manera irresponsable se auto medican, en ocasiones si van al médico
no dejan de cuestionar la receta del doctor Jesús. Imagina una herida muy
grande en tu pierna, primero te auto medicaste, pensaste que un limón y
agua oxigenada sería suficiente, el tiempo pasó y la herida empeoró, ya casi
se observa el hueso. Una herida que empezó como un rasguño terminó
infectada y apunto de gangrena. ¿Qué fue lo que estuvo mal? Pensaste
que tenías el control de la herida y por no buscar ayuda del especialista el
proceso para sanar esa pierna será más grande. Parece absurdo, pero así
somos los hijos de Dios. Cuando pasamos procesos nos hacemos sabios
en nuestra propia opinión y no dejamos al Señor actuar, por no obede-
cer y querer resolver las cosas por nuestra cuenta, hará que el proceso
se prolongue, hasta que te humilles y reconozcas que solo Jesús tiene la
solución y la cura para el dolor que te consume. Cuando Dios habla, lo
mejor que podemos hacer es rendirnos y obedecer.
El mismo Jesús avala esta enseñanza, en Mateo 23:37 el Maestro se
lamenta de Jerusalén, la hija terca que nunca obedeció la voz del Creador
y se “resistió a sus palabras”. Dios quiere restaurarnos, pero nos resistimos.

CAPÍTULO 9 ̶ ¿Patito feo u Oveja negra? 55


Procesos agridulces

El proceso que hoy vivimos como venezolanos es agridulce, nos


mantiene en un término medio que Jesucristo mismo pasó. La situación
del país parece ir en picada a empeorar, la desesperación se apodera de
nuestras decisiones, pero la parte más dulce es que entendemos que en
medio de la prueba, cuando nos detenemos y hacemos silencio a nuestra
alma angustiada escuchamos la suave voz del creador dándonos aliento
para seguir adelante, en la presencia de Dios encontramos la parte suave
del dolor. En medio de la desesperación nosotros seguimos creciendo
espiritualmente, oramos más y sacrificamos más con tal de ver el cambio
anhelado por Dios abrazando nuestra nación.
Dios está en todos los procesos, pues Él es el más interesado en que
pase rápido. Jesús vivió un proceso agridulce, a diferencia de Isaac, Jesús
sabia su destino en esta Tierra, la Biblia decía acerca del Mesías que su
vida tenía un solo propósito: la muerte, para salvar al mundo.
La parte dulce de su proceso era saber que el mundo entero tendría
acceso al amor del Padre. La parte amarga fue en la Cruz cuando el Padre
apartó el rostro de Él por el pecado que cargaba en sus hombros. Jesús
se sintió solo.

Grandes sueños merecen grandes procesos

Si tú pediste las naciones, si quieres ser un adorador integral, todo


esto requiere procesos, para que estando en tu posición lo hagas de la
mejor manera para Dios. Desarrolla responsabilidad en la jerarquía del
reino. Hay mucho que tienes que cambiar antes de llegar a tu sueño, solo,
déjate moldear por Dios y será más rápido. El quebrantamiento forma
nuestro interior.

"Soporta el tiempo de NO BRILLAR" Lucas 3:23.

El tiempo tras telón del mismo Jesús fueron treinta años. Tiempo de
preparación física, emocional y espiritual para llevar a cabo la redención
del mundo y la predicación de las buenas nuevas. Hay un tiempo necesario
entre el ser llamado y ser enviado. No te desesperes por brillar, supera la
preparación para que tu luz no pueda apagarse sin importar los vientos

56 Código Fe
y circunstancias adversas. No hay mejor formación que la que te lleva a
la eternidad. “Todo tiene su tiempo" Eclesiastés 3:1.
La luz que está en ti brillará muy fuerte cuando sea su tiempo, dis-
fruta el tiempo de restauración cerca del Padre, tomando en cuenta que
Dios no pierde su tiempo restaurando a cualquier persona. Eres impor-
tante para Dios y los talentos que él te ha dado nunca dejarán de estar allí.
Las ovaciones ya llegarán, el tiempo de brillar también llegará,
mientras tanto perdona, ama y sincroniza tu corazón al ritmo de Dios,
esa dulce presencia nunca, nadie te la podrá quitar.

“Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha des-
cubierto, y nadie se la quitará” Lucas 10:42.

Los procesos son fundamentales para vivir una vida de fe y amor


en Dios.

CAPÍTULO 9 ̶ ¿Patito feo u Oveja negra? 57


CAPÍTULO 10

M U C H O A MOR , MU C HO PERD ÓN

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo


­unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna” Juan 3:16.

D ios nos ha amado con amor perfecto e incondicional. Dios


es el que cambia y transforma nuestra vida. Todos hemos
llegado a los pies de Jesús heridos y deshechos, pero en las manos del
Maestro nuestra vida toma una forma complemente diferente, pues todo
lo que Dios cambia lo hace para mejor. Es impresionante la cantidad de
familias, matrimonios y corazones dañados, tal vez en ruinas que el Señor
toma y restaura.
Dios nos restaura porque nos ama, el amor de Dios se trata de cerca-
nía e intimidad, el resultado de esta ecuación es igual a restauración total.
Si bien somos restaurados, quiere decir que Dios nos recibe en un estado
deplorable y desechado por la sociedad, su creatividad y entusiasmo ve
en cada uno de nosotros el potencial interno y entonces comienza a tra-
bajar en áreas que ya no servía. El amor de Jesús hace que Él se acerque
a nosotros, aunque seamos pecadores.
En una oportunidad, nuestro Señor Jesús fue invitado a cenar en
casa de un Fariseo de nombre Simón. No es una invitación cualquiera.
Nosotros no le abrimos nuestra intimidad a todo el mundo, mucho menos
a una persona que no nos cae muy bien. Simón no era simpatizante de las
enseñanzas de Jesús, aunque parecía una cordial invitación para compartir
y disfrutar de la compañía de Jesús, este Fariseo solo lo hizo para tentar al
Señor y encontrar en él una falla y así encarcelarle (Lucas 7:36).
Un fariseo se caracterizaba por observar escrupulosamente y con
cierta afectación los preceptos de la Ley Mosaica; en general, se intere-
saba más por la manifestación externa de esos preceptos que por seguir
el espíritu de la Ley (Mateo 12:24). La religión se tornó política y sus
participantes eran llamados fariseos, decían mucho pero no hacían nada
(Mateo 23:2-3). Jesús recibió una invitación por parte de un enemigo,
esto es un choque tremendo si imaginamos por un segundo la escena: un
doctor de la Ley, conocedor de cada precepto que debía guardar, pero que
no le daba libertad al espíritu de operar maravillas a través de las buenas
obras. Del otro lado, Jesús el buen pastor, que no solo conocía la Ley,
sino que la cumplía en su totalidad, pero además de eso tenía un amor
profundo por cada persona que se encontraba en su camino y no dudaba
en extenderle la mano al necesitado, aunque fuera mal visto y condenado
por los doctores de la época. El fariseo que se concentraba en lo externo
y Jesucristo interesado en el corazón.
¿Irías a comer a la casa de tu enemigo?
Lo primero que viene a nuestra mente es un rotundo ¡¡¡NO!!! ¿Y si
envenena la comida?
Es una realidad, no somos moneda de oro y no todos se simpatizan
de nosotros, permíteme arruinar tu vanidad, pero ni Jesús consiguió
agradarlos a todos. Jesús tenía enemigos que tramaban el mal para él.
No dormían pensando en cómo deshacerse de él. ¿Conoces tú a tus
enemigos? Esa persona en el trabajo, universidad o escuela que no deja
de maquinar tu ruina, la persona que cuando llega tensa el ambiente con
sus malas intenciones. O aquella persona que inventó una calumnia que
te hizo perder el empleo. ¿Sentiste resentimiento al recordarle?
¡PERDONA!
Jesús aceptó la invitación de su enemigo y en medio de la cena irrum-
pió una mujer de mala vida causando el escándalo de todos los fariseos,
llamados “sepulcros blanqueados” por el propio Jesús (Mateo 23:27).
Para los fariseos esta mujer era despreciada y un insulto para la
sociedad, pero para Jesús era una mujer que tenía la suficiente humildad
de echarse a sus pies.

60 Código Fe
“Y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágri-
mas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los
ungía con el perfume” Lucas 7:37.

El perfume que esta mujer vertió a los pies del Maestro valía el suel-
do de todo un año, ella echó a los pies del Señor todo su dinero. A veces
las personas que no tienen una relación con Jesús son más agradecidos
con Él que aquel que vive en una Iglesia pregonando su comunión vacía
con un Dios de leyes. El fariseo no estaba dispuesto a dar más de lo que
tenía. Esta mujer usó su dinero para lavarle los pies a Jesús, no para obras
de caridad ni para cumplir la Ley de ayudar al prójimo. El orgullo debe
doblegarse y las prioridades volver a un orden. Puede que quieras cumplir
un régimen o estatutos religiosos a la perfección, pero cuando toda esta
vida acabe, en el tribunal de Cristo se pesará la intención de tu corazón.
Rompe con el precepto de fariseo y vive a Jesús.
Los fariseos dudaban que Jesús fuera el Mesías por la calidad de
personas que aceptaba. Dios nos llamó por misericordia (Lucas 7:39).
Jesús escucha nuestros pensamientos. Este Fariseo tenía conoci-
miento de la omnisciencia de Dios y por un momento se olvidó que
Dios podía escuchar sus pensamientos. A veces nos enfocamos tanto en
tener una conducta compasiva con todos y demostrarle a todo el mundo
que no tenemos problemas, pero olvidamos que Jesús escucha nuestros
pensamientos y sabe que no es tan sincero ese abrazo, pues en tu mente
deseabas estar lejos de esa persona. Gracias a Dios por el amor de Jesús
que nos confronta y nos ubica. Muchas veces cuando nos encontramos
tan llenos de nosotros mismos Dios llega con palabras firmes para hablar
a nuestro corazón y recordarnos nuestra condición de pecador.

“Luego se volvió hacia la mujer y le dijo a Simón:—¿Ves a esta mujer?


Cuando entré en tu casa, no me diste agua para los pies, pero ella me ha
bañado los pies en lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. Tú no
me besaste, pero ella, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies.
Tú no me ungiste la cabeza con aceite, pero ella me ungió los pies con
perfume” Lucas 7: 44-46.

El Fariseo conocía muy bien las leyes, pero era mal educado. En los
tiempos de Jesús, cuando traían un invitado a casa se debía seguir una

CAPÍTULO 10 ̶ Mucho amor, mucho perdón 61


serie de protocolos. Este hombre se creía perfecto, pero no cumplía lo
básico. Jesús nos confronta y nos recuerda que no somos perfectos, no
somos intachables, y solo por amor nos ha soportado.
Hasta esta parte, la historia nos deja una gran enseñanza, en pocas
palabras Jesús le estaba diciendo al Fariseo: Sabias lo que tenías que ha-
cer, pero no lo hiciste. Buscabas un error en la forma y te olvidaste de lo
sencillo, rendirle honor a quien lo merece. Algún día seremos llamados
a la gloria y Dios nos dirá: ¿Por qué te preocupabas tanto en la forma?
¿Qué pasaba con tu corazón? Sabias hacer lo bueno, pero no lo hiciste.
¡Que Dios tenga mucha misericordia!
Lo bueno de esta historia es el amor que Jesús mostró hacia esta
mujer tan pecadora. Ella ni siquiera abrió su boca para pedir perdón, su
corazón hablo más fuerte que todas las palabras elocuentes de los doc-
tores de la Ley. Esta mujer amaba a Jesús, ella conoció su fama, sabía que
era el Hijo de Dios y necesitaba mostrar su arrepentimiento al Dios que
podría darle una segunda oportunidad. Sin dudarlo corrió a la casa del
Fariseo donde se encontraba Jesús, arriesgando su vida, sin importarle
que pudiera ser apedreada y juzgada por todos los presentes. Derramó
su vida a los pies del Señor, se humilló y lloró, esa es la actitud que pro-
duce placer en nuestro Señor, Dios no está enfocado en el sacrificio que
hacemos, sino menguamos a diario y nos humillamos para que Él tenga
espacio de crecer dentro de nosotros.
Cuando nos humillamos a Jesús, Él nos salva del dolor del alma, Él
nos salva de la mano del enemigo, aún nos salva del lago de emociones
desenfrenadas donde nos encontramos ahogados. Busca la Salvación a los
pies de Cristo. Jesús perdonó a esta mujer que buscaba vaciar su vida, todo
lo que había ganado (simbolizado en el frasco de perfume, muy valioso).
En esta historia vemos dos tipos de intimidad con nuestro Señor.
La primera es cenar con Jesús, que puede significar amistad y confianza.
La segunda es la rendición, que desde mi parecer y sin menospreciar al
otro tipo de intimidad, es la más significativa en este sentido. Conocemos
que aquel que se sienta a la mesa con Jesús con un corazón agradecido
recibe transformación, como fue el caso de Zaqueo. Esto no fue lo que
aconteció con Simón el fariseo, por la intención de su corazón, no sirve
de nada invitar a Jesús a la mesa si nuestro corazón rechaza el alimento
vivo que Él nos ha de proporcionar. La mujer de esta historia se rindió a
Jesús, ella no entendía nada de la Ley o como andar, ni como hablarle a

62 Código Fe
Jesús, lo único que quería hacer era rendirse. Jesús ignoró que el perfume
que ella usó para ungir sus pies había sido comprado con la prostitución
de su cuerpo, ella anhelaba la restauración de su vida, por ese hecho Jesús
se agradó.
Es nuestra verdadera adoración la que alimenta a Jesús. La adora-
ción lleva acción, adoración es rendición. Adora con todas tus fuerzas en
cuanto puedas y estés frente la presencia de Jesús, pero no seas hipócrita
cuando le das la espalda al altar, vive una vida de constante adoración. Se
generoso y paciente con los demás.
El perdón de Jesús es nuestro sustento, pero nunca debemos olvidar
que no somos mejores que nadie y que todos hemos sido destituidos de la
gloria de Dios, por eso todos necesitamos de su gracia para ser llamados
instrumentos de su amor.

CAPÍTULO 10 ̶ Mucho amor, mucho perdón 63


CAPÍTULO 11

LU Z E N ME DIO DE L A O SCURIDAD

“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me
sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” Juan 8:12.

L os seres humanos fuimos creados para tener comunión con


Dios, cuando no conocemos al Señor ignoramos esta nece-
sidad, sin embargo, nuestro espíritu está constantemente clamando por
saciar la sed que tiene de Dios. Tal vez te has sentido desesperado y te
dices a ti mismo: no sé qué es lo que necesito, pero realmente me falta
algo. Te encuentras desesperado e intentas llenar ese vacío con cualquier
cosa, que al final del día se desvanece y tu estado sigue igual o peor que
al principio.
Vivimos días oscuros, días donde el amor se enfría cada vez más,
días de adversidades y desesperanza, el mundo está corriendo a su pro-
pia destrucción. Podríamos entrar en depresión si analizamos el estado
de la humanidad, pero definitivamente hay tiempos difíciles, como por
ejemplo ese momento cuando te encuentras en un hospital y entonces te
das cuenta que nada tiene sentido.
Los días en el hospital, ya sea por una enfermedad propia o de al-
gún familiar directo, parecen que nunca van a acabar, que nuestra vida
se redujo a un túnel oscuro que no tiene salida. Dios no niega nuestra
realidad, pero Él más que nadie se interesa en transformar ese camino sin
salida, Él está interesado en encender una luz en medio de la oscuridad.
No está bien negar lo que vivimos, debemos reconocer la necesidad que
tenemos de Dios para que Él pueda encender una luz en ese túnel en que te
encuentras, de otra forma, para qué encendería una luz si no la necesitas.
Dios nos ha creado perfectos y completos, el pecado daña lo perfecto de
Dios y trae lo imperfecto a nuestra vida. Entonces, ¿Cuál es el túnel que
atraviesas hoy? Conflictos contigo mismo, dudas espirituales, opresión.
La voluntad de Dios no es que vivamos en esos túneles, pero como un
Padre bueno y paciente que es, está dispuesto a sacarnos de allí.
De la misma forma que Dios operó en la creación, Jesús opera en
nuestra vida. En Génesis 1:2 la tierra estaba desordenada y vacía, así es
como llegamos a Cristo: la vida hecha un caos y un gran vacío en nuestra
alma, nos cuesta confiar en las personas y pensamos que no hay nada
malo en nuestra vida, somos venenosos e inflexibles, Jesús llega para
poner orden. Muchas veces el orden no es bien recibido y en ocasiones
le llamamos pruebas y procesos a lo que en realidad es Dios colocando
en orden nuestra vida.
Cuando se termina una relación amorosa hay un proceso que se debe
pasar para que la separación sea exitosa, el proceso yace entre terminar
la relación y aceptar la ruptura, ese proceso es, el silencio. Dios también
guarda silencio en nuestras vidas (Salmos 83:1), es sumamente incómo-
do y nuestra humanidad nos hace tener la necesidad de llenar ese vacío,
pero muchas veces apresurarnos no trae mejoría. La diferencia es que
cuando Dios rompe ese silencio trae una mejoría inmediata a nuestro
estado antiguo. Del antiguo al nuevo testamento hubo una época donde
Dios guardó total y completo silencio por cuatrocientos años, cuando
Dios aparece es porque todo está listo. Todo ese silencio antecedió a la
mayor manifestación del Poder de Dios en la Tierra (2 corintios 4:6) El
silencio de Dios tiene un límite, así como la madre que conoce el tipo
de llanto en sus hijos y entiende cuando es solo malcriadez y cuando es
un verdadero llanto de dolor, así nuestro Padre atiende cuando nuestro
llamado es desesperado.

El silencio que prueba

“Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Y he aquí una


mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndo-
le: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente

66 Código Fe
­atormentada por un demonio. Pero Jesús no le respondió palabra”
Mateo 15:21-23.

La mujer cananea gritaba desesperada, pero Jesús no atendió inme-


diatamente a su desesperación. ¿Qué habrías pensado tú estando en el
lugar de esa mujer? “Dios no me ama” “¿Qué pasa con Jesús?” La actitud
correcta que debemos tomar es descansar en las manos de Dios, pero la
realidad es que no es sencillo esperar. La mujer cananea tenía una hija en-
demoniada, definitivamente necesitaba una respuesta inmediata. Cuando
sintamos que nuestra oración está siendo ignorada por Dios debemos
recordar la promesa de que Él calla por amor y como lo dice la canción:
Cuando Dios queda en silencio es porque está trabajando (Sofonías 3:17).
De la misma forma que el profesor calla en medio de la prueba mientras
el alumno está en un apuro, debemos dejar de quejarnos del silencio del
Maestro y empezar aprender.
Los discípulos de Jesús entraron en desesperación, ellos no en-
tendían la petición de esta mujer. Cuando otras personas no entienden
nuestra fe se incomodan, a pesar de que los discípulos parecían personas
espirituales no actuaron de esta manera. Del mismo modo muchas perso-
nas pueden burlase de nuestra fe y de la insistencia con la que presentamos
nuestras peticiones al Señor, nosotros no debemos desistir, sino esperar
y perseverar ¡Dios va hacer el milagro!
Para recibir los milagros de Dios debemos entender que hay niveles.
Jesús estaba probando a esta mujer para saber cuál sería su reacción, para
ver si desistiría de su clamor o persistiría, Jesús la ofendió y no atendió su
llamado solo para que dentro de ella se despertara la necesidad de Jesús,
la necesidad del milagro, si quieres ver la mano de Dios debes esperar.
La mujer cananea recibió la luz de Jesús porque fue insistente, su hija
fue libre por causa de su persistencia. Fácilmente pudo haber desistido la
primera vez que fue rechazada, buscar otra solución para su problema,
pero ella entendía que solo en Jesús se encontraba la libertad de su hija.
Este es el mismo Jesús que te llama hoy.
Él es la luz del mundo:

“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me
sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” Juan 8:12.

CAPÍTULO 11 ̶ Luz en medio de la oscuridad 67


Puede que tu vida se encuentre en la etapa más oscura, pero Él ha
llegado para cambiar ese estado. Cuando estamos caminando sin Cristo
tenemos una sentencia de muerte sobre nuestro cuello, el enemigo se
encargará de matarte antes de que conozcas a tu Creador, Dios envió a
su hijo, Jesucristo que vino para deshacer las obras del enemigo, esta es
una oportunidad para que aceptes la invitación del Señor. Dios anhela
estar contigo, Él te anhela celosamente y te invita a que tengas una rela-
ción con Él.
Dios te conoce, conoce tu situación y tiene la solución, no desistas,
el problema puede ser muy grande pero mayor es el que está con nosotros,
dale la oportunidad de alumbrar el túnel de tu vida, sí existe una salida
para tu problema.
Permite la Salvación de Jesús en tu vida todos los días, insiste por
tu milagro y no desistas por el silencio de Jesús.

68 Código Fe
CAPÍTULO 12

S EG U N DA S OP ORTU NIDA D ES

“Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabidu-
ría a los sabios, y la ciencia a los entendidos” Daniel 2:21.

N uestro Dios es Dios de segundas oportunidades. Si hasta


ahora sientes que has vivido los mejores altos y bajos de tu
vida, quiero decirte que lo mejor de Dios está por venir, el mejor momento
no ha llegado. Las oportunidades que perdiste, las vas a recuperar, solo en
Cristo recuperamos las bendiciones, él Señor es experto en transformar
caminos oscuros en oportunidades que definirán tu vida a largo plazo,
solo basta una decisión. Recibe este mensaje del Señor: Tengo una segun-
da oportunidad para ti.
¿Por qué Jesús vino a la Tierra? Entendemos el sacrificio de Jesús
como la mayor muestra de amor del mundo, entregar la vida por las
personas que amamos. Pero realmente la muerte de Jesús significa una
segunda oportunidad para aquellos que creen. Con el pecado original
del hombre, perdimos la primera oportunidad de vivir constantemente
ligados al corazón del Padre, el ser humano fue creado con la función
de estar en constante sintonía con su Creador, Dios nos hizo capaces de
sentir, pensar, entender. Fuimos hechos a su imagen y nos dio la capaci-
dad de pensar, pero también porque nos amó desde el principio nos dio
la libertad de decidir. Cuando el hombre hizo uso del libre albedrío, no
fue de la manera que Dios esperaba, el hombre tomó la decisión de pre-
ferir aquello que sus ojos codiciaban olvidando lo que su Señor le había
enseñado. En ese momento se rasgó la primera oportunidad de vivir en
lo perfecto. El hombre peca y se pierde la oportunidad de Salvación, si
Adán no hubiera pecado nuestra vida sería totalmente diferente a lo que
es hoy. Sin pecado, no habría nada que perdonar. Las leyes nos enseñan
que lo que no está estipulado en el código penal no es delito (Código Pe-
nal Artículo 1.- Nadie podrá ser castigado por un hecho que no estuviere
expresamente previsto como punible por la ley, ni con penas que ella no
hubiere establecido previamente.).
Si Adán no hubiera pecado, no necesitaríamos perdón. ¡Se perdió
la primera oportunidad!
¿Cómo se pierde la primera oportunidad? Te invito a meditar en
las oportunidades que has perdido, le pido a Dios que te muestre en que
fallaste, si te sientes aludido no te condenes, recibe la segunda oportu-
nidad que se te da.
El pecado de Adán y Eva fue un pecado que entró por los ojos y
ensució el corazón de codicia, Eva vio que el fruto era bueno y codicia-
ble a los ojos (Génesis 3:6). No siempre lo que se ve bueno, agradable y
codiciable es lo correcto, puede que traiga una satisfacción momentánea,
pero tu decisión te separará de lo eterno. No siempre lo que parece ser
una buena oportunidad lo es. Adán y Eva perdieron la oportunidad de
una relación eterna con el Padre por preferir lo que sus ojos codiciaban.
Olvidaron lo que Dios había hablado porque la voz de la codicia fue mayor
que sus convicciones. Las apariencias engañan, no te dejes mover por lo
que tus ojos ven, escucha a Dios.
Adán y Eva querían llenar su apetito carnal y no el espiritual. Los
hogares se destruyen muchas veces por no saber frenar a las emociones,
al diablo le conviene poner frente a tus ojos algo mucho más agradable
que lo que ya tienes en casa, es eso lo que se predica en las telenovelas, la
esposa siempre esta desaliñada y amargada, pero la amante es más sensual
y comprensiva. Sabías que puedes perder tu hogar por algo atractivo, sa-
bes que puedes perder tu Salvación por algo que se ve sensual a tus ojos.
Dios no te llamó para ser segundo frente de nadie, ten dignidad y
autoestima. Dios te llamó para ser la señora, no la recoge migajas.
Cada decisión que tomamos trae consigo un gran número de con-
secuencias, dejar de congregarte por un tiempo trae como consecuencia,
perdida de liderazgo y relaciones.

70 Código Fe
Del mismo modo, en el caso de Adán y Eva, la decisión de saciar el
apetito de su carne trajo muchas consecuencias para la humanidad entera.

Nueve consecuencias después de comer el fruto


­prohibido (Génesis 3:8-20 LBLA Sentencia por el pecado y pro-
mesa de redención).

1. Muerte. El hombre no sabía lo que era la muerte,


pero ahora empezaban a experimentar la ausen-
cia de la vida eterna, para más adelante sufrir la
muerte física. No tendríamos miedo a esta a no
ser por el pecado de Adán. El pecado trajo muerte.

2. Perdida de la inocencia (Génesis 3:10).

3. Temor. El miedo y cobardía es producto del pe-


cado del hombre y fue notorio justo después de
comer del fruto prohibido.

4. El pecado trajo complejos. (Génesis 3:7).

5. Conocimiento del bien y del mal. Antes solo cono-


cían lo bueno y lo perfecto (Génesis 3:5).

6. Fueron expulsados del huerto del Edén. Se acabó


lo perfecto porque perdieron la oportunidad de
decidir por Dios. Donde estarías hoy si hubieras
permanecido firme desde el principio. (Génesis
3:23).

7. Dolores de parto (Génesis 3:16).

8. Enemistad entre la serpiente y el hombre.

9. Se rompió la comunión con Dios. Esto es un he-


cho, ya que es cierto que cuando pecamos nos
sentimos totalmente lejos de su presencia.

CAPÍTULO 12 ̶ Segundas Oportunidades 71


Tus decisiones de hoy van a determinar a dónde vas a llegar mañana,
lo que decidiste hace dos años determina donde estás hoy.
El hombre despreció la primera oportunidad que Dios le estaba ofre-
ciendo, pero al correr de la historia vemos como constantemente busca
las maneras de establecer una relación con el hombre, por esto uso la Ley
como un medio de prevención para su creación más desobediente. Sin
embargo, el plan de Dios no estaría terminado sino hasta el cumplimiento
de la Ley a través de su hijo Jesús. Dios tenía previsto que el hombre iba
a pecar por eso le ofrece una segunda oportunidad.
Las segundas oportunidades solo se dan a las personas que amamos.
Cada uno de nosotros tenemos un lugar especial en el corazón de Dios
por eso el Señor no se cansa de expresarnos ese amor. (Juan 3:16) El amor
de Dios se expresa. Una acción lleva a otra acción. La primera acción la
tomó Dios enviando a su Hijo, la segunda acción la tomas tu aceptándolo
en tu corazón, Él solo pide que reconozcas tus pecados (1 Juan 1:7). Es
necesario andar en la luz para que nuestros errores sean manifiestos y
tengamos la capacidad de aceptarlos, confesarlos y arrepentirnos. Si ando
en luz tengo comunión con mis hermanos y la Sangre de Jesús me limpia
de todo pecado. Él nos va a limpiar y perdonar si andamos en luz.

¿Por qué es tan importante confesar los pecados?


El sacrificio más grande que hace el hombre es el confesar, al con-
fesar crucificamos nuestro orgullo. Dios restaura con la confesión. No
es fácil reconocer que lo hicimos mal. Pero desata el poder de Dios. La
confesión de pecado es una acción de valientes. Si confiesas tus pecados
no vas a perder tu segunda oportunidad.

¿Qué va a pasar si pierdo la segunda oportunidad?


(Apocalipsis 20:15) Nos autocondenamos:

"El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido con-


denado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios"
Juan 3:18.

Moisés fue muy bueno, no había hombre en la Tierra tan manso


como él. Sin embargo, en un momento que no controló su ira, Dios le

72 Código Fe
dijo que no entraría a la Tierra prometida. Debemos vigilar constante-
mente nuestro comportamiento, ya que no sabemos cuándo es la última
oportunidad para hacer las cosas bien.
El problema es que las personas que reciben una segunda oportuni-
dad creen que es una señal de debilidad por parte de la otra persona, no
entienden que es un símbolo de gracia y misericordia. Gracia significa
favor inmerecido y la realidad es que no merecemos el perdón de Dios.
Algunos están hoy en el infierno preguntándose cómo fue que llegaron
hasta allí y Dios les responde: Te di una segunda oportunidad enviando
a mi Hijo a morir por tus pecados, pero no lo aceptaste porque lo viste
como una debilidad en mí. No rechaces la segunda oportunidad de Dios
para tu vida.

La segunda oportunidad de Pedro

Un hombre déspota, indisciplinado, tosco y mal humorado, pero


con un buen corazón, así era como Jesús veía a Pedro. El corazón de
restauración de Jesús veía mucho potencial en un hombre con esas ca-
racterísticas. Jesús dedicó mucho tiempo a Pedro, trabajaron juntos en
el carácter y también en disciplinas espirituales. Jesús le dio sentido y
propósito a la vida de un simple pescador mal humorado. Casi al final de
la caminata junto a su Maestro, Pedro fue reprendido porque se dejó usar
por satanás para no colocar los ojos en lo eterno sino en lo efímero de la
vida (Mateo 16:22) Las personas que no colocan la mirada en lo eterno
se convierten en tropiezo.
Pedro perdió la primera oportunidad porque su corazón se dañó
(Mateo 26:6-9) negó tres veces a su Señor y en la tercera lo maldijo, tuvo
que haber sido realmente decepcionante para el Señor Jesús que su hijo
espiritual, a quien le dedicó parte de su tiempo, días y madrugadas ter-
minara avergonzándose de Él. En medio del desespero Pedro recurrió a
su vida antigua. Mientras Jesús está sufriendo en la Cruz Pedro se refugió
en el barco donde Jesús lo sacó.
Volvemos al pasado cuando le somos desleales al Señor. Pedro volvió
a ser un hombre ordinario después de experimentar una vida extraordi-
naria. Mientras Jesús muere Pedro resucita su vieja naturaleza.
Parecido a esos sueños que habías enterrado para seguir a Cristo
porque sabias que no te convenían, esas áreas que habías soltado y las

CAPÍTULO 12 ̶ Segundas Oportunidades 73


revives porque has muerto a lo sobrenatural. Lo que es eterno es lo que
nace de la Cruz.
Luego de la muerte de Cristo y su resurrección, al Señor le pareció de
suma importancia encontrarse con Pedro. Pedro se encontraba pescando
sin peces de la misma forma que en el primer encuentro. Jesús vuelve
a él para darle una segunda oportunidad (Juan 21:7). Cuando recibes
una segunda oportunidad debes salir corriendo al altar de Dios, Pedro
corrió al encuentro con su Señor, mientras él esperaba un regaño Jesús
lo alimentaba y no le recordaba su pasado.
Luego Jesús le hace la gran pregunta: “Pedro ¿Me amas?” Esto lo
hizo tres veces para darle una lección: Si me amas yo tengo que ser tu
única opción. No puedes desenterrar tu pasado cada vez que le fallas al
Señor. Qué bueno es estar en el valle de la sombra y la muerte y saber que
Jesús está a mi lado.
Aprendamos a tomar las oportunidades que Dios nos da. Una de
ellas es encontrarnos con Jesús y establecer una relación con Él, esto
quiere decir que el amor y el perdón son fundamentales y forman parte
de la caminata hasta el Cielo. Confesemos nuestros pecados porque Él es
fiel y justo para perdonarnos.

74 Código Fe
CAPÍTULO 13
R E S CATA DOS PA R A SE R REYES Y
­S AC E R DOTE S

“Regresarán los que han sido rescatados por el Señor; entrarán cantando
a Jerusalén, coronados de gozo eterno, estarán llenos de regocijo y de
alegría; desaparecerán el luto y la tristeza” Isaías 35:10.

L a palabra “Rescate” se ha hecho parte de nuestro diario vivir,


en la sociedad venezolana donde existe un alto índice de
secuestros se nos hace común escuchar esta palabra. Podemos definir el
rescate como el precio que pagamos para recuperar algo que perdimos,
algo de mucho valor para nosotros que por alguna razón ya no lo tenemos
y queremos recuperarlo.
Quienes han pagado un rescate por algún ser querido que había
sido secuestrado, entienden lo que Jesús hizo por nosotros; Dios envió a
su único Hijo para salvarnos y rescatarnos, nos apartamos de Dios por el
pecado y el sacrificio perfecto de Jesús fue el precio a pagar por nuestro
rescate.
Por nuestro libre albedrío decidimos apartarnos de Dios, como en
la parábola del sembrador, dejamos que las presiones de este mundo, las
angustias y preocupaciones nos arropen; dejamos que las malas noticias
perturben nuestra paz, y nos inciten a huir de todo, incluso a apartarnos de
Dios. Pero a todos estos problemas Dios nos ha dado un refugio, nuestra
congregación es un ejemplo; no hay mejor lugar que la presencia de Dios
para descansar y soltar nuestras cargas.
Perdidos por decisión

Cuando el ser humano cae en pecado; por consecuencia su desobe-


diencia a Dios comiendo del fruto del árbol prohibido, es ahí donde entra
el pecado de rebelión hacia Dios y el hombre se pierde. El ser humano se
aparta de Dios por decisión. Muchas veces por fallas en nuestro carácter
perdemos muchas cosas de valor. El pecado nos aparta de Dios y nos hace
perder las bendiciones que Él nos ha entregado.

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”


­Romanos 3:23.

Si bien es cierto que fue nuestra decisión apartarnos de Dios, la


muestra de amor perfecto fue rescatarnos; solo rescatamos lo que ama-
mos, lo que tiene valor, lo que es importante para nosotros; y Dios decidió
pagar un alto precio para salvarnos del pecado porque nos ama en gran
manera.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo


­unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna” Juan 3:16.

Jesús fue el medio a través del cual Dios nos rescató, fue su preciosa
Sangre la que se derramó para que pudiéramos tener comunión con Él.
Conociendo el alto precio pagado por nosotros aun decidimos mirar al
pasado, y anhelar nuestra antigua vida de pecado; Dios nos rescató de
una vida de tormento para llevarnos a su voluntad donde hallaremos
bendición y plenitud.
Es imposible disfrutar de una nueva vida cuando tenemos la mirada
puesta en el pasado. El apóstol Pablo decía que su pasado lo daba por ba-
sura a causa de Cristo. También Pedro hace referencia a esa vida pasada
de la cual Dios nos rescató.

“Pues ustedes saben que Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida
vacía que heredaron de sus antepasados. No fue pagado con oro ni
­plata, los cuales pierden su valor” 1Pedro 1:18.

76 Código Fe
Fuimos rescatados por Dios de una vida vacía, pero muchas veces
damos un paso atrás a esa vida de pecado, Dios nos perdona y nos restaura,
pero no debemos abusar de la gracia de Dios; es cierto que Dios es amor
y es misericordioso, pero también es Dios justo.

Dios nos rescató con un propósito

Es difícil entender el sacrificio de Jesús cuando vemos nuestro pe-


cado e incluso lo desagradecidos que hemos sido; pero su sacrificio no
está relacionado con nuestras acciones, sino que nació directamente del
amor de Dios. El alto precio fue pagado por nosotros para rescatarnos y
más allá de eso, para darnos un propósito.
Él diseñó un plan perfecto para nuestras vidas, pero nos cuesta
entender esto y sujetarnos a su voluntad. El estableció una ruta para que
alcanzáramos el propósito por el cual nos creó y rescató. No existe mejor
ruta que esta que Dios diseñó para nosotros, su voluntad es perfecta y es
el mejor plan para nuestras vidas como lo dice su Palabra.

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renova-


ción de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta” Romanos 12:2.

Cuando nuestra vida se encuentra desordenada es porque nos en-


contramos fuera de Su voluntad. Bíblicamente podemos observar como
Dios bendice lo que está bajo Su autoridad, como en el caso de los hijos
de Abraham, donde Isaac representa el deseo de Dios e Ismael lo que esta
fuera de su voluntad; la bendición de Dios fue derramada sobre Isaac que
fue el hijo concebido bajo su designio.
Poco a poco Dios nos va moldeando y transformando, y aunque
muchas veces es un proceso que es imperceptible en lo natural, en un
momento dado nos daremos cuenta de lo mucho que hemos cambiado,
veremos los frutos de estar bajo la Voluntad de Dios y los cambios serán
notorios en nuestra forma de actuar y pensar. Cuando obedecemos a
Dios Él nos transforma.

CAPÍTULO 13 ̶ Rescatados para ser reyes y sacerdotes 77


Salomón y Abisag

Una de las historias más representativas del amor de Dios por su


Iglesia es la del Rey Salomón y la sunamita Abisag.

“Cuando el rey David era viejo y avanzado en días, le cubrían de ropas,


pero no se calentaba. Le dijeron, por tanto, sus siervos: Busquen para mi
señor el rey una joven virgen, para que esté delante del rey y lo abrigue,
y duerma a su lado, y entrará en calor mi señor el rey. Y buscaron una jo-
ven hermosa por toda la tierra de Israel, y hallaron a Abisag sunamita, y
la trajeron al rey. Y la joven era hermosa; y ella abrigaba al rey, y le servía;
pero el rey nunca la conoció” 1Reyes 1:1-4.

Salomón se encontraba enamorado de la sunamita, y una vez que


toma el reino decide salir de su palacio vestido de ropa sencilla para
enamorar a Abisag. En su condición de rey podría simplemente llamarla
y hacerla su esposa pues tenía el poder para hacerlo, pero decidió ena-
morarla en forma de siervo.
De igual forma Dios tiene el poder para imponer su voluntad, pero
decidió poco a poco enamorarnos de Él; Pero vemos como Jesús se des-
pojó de su condición de Dios y se hizo hombre para morir por nosotros,
para dar su vida y enamorarnos. Dios quiere que decidamos por Él, que
tengamos una relación de intimidad con Dios por decisión y por amor.
Salomón se viste de siervo para buscar a Abisag y llevarla al pala-
cio; nuestro Dios vino a rescatarnos, a cautivarnos y enamorarnos; para
llevarnos a reinar con Él.

“Me llevó a la casa del banquete, Y su bandera sobre mí fue amor”


­Cantares 2:4.

Salomón estaba tan enamorado de la sunamita que decide dejar la


seguridad de su palacio y arriesgarse a salir a conquistar a su amada. Dios
envió a su Hijo para que nos rescatara, es la muestra más grande que Dios
nos ha dado de amor.
Dios quiere que nos enamoremos de Él, su bandera sobre nosotros
siempre será amor, pues pudiendo controlarnos, Él prefiere que por libre
decisión le sigamos y amemos. Es decisión no obligación.

78 Código Fe
La Sunamita no conocía su destino, ella pensaba que sería una joven
más. Sinceramente no tenía nada que la hiciera destacar entre la gente.
Del mismo modo, nosotros ni imaginamos las grandes cosas y los grandes
palacios que Dios tiene preparado para nuestra vida.
Finalmente, Salomón decide mostrarle su identidad a la Sunamita
(Cantares 3:6-7), se presentó vestido de rey con setenta escoltas, para que
ella viera quien era. Salomón en ningún momento la quiso conquistar por
ser el rey, él se mostró como un siervo, no quería comprar el amor de su
amada, el esperaba que por decisión ella lo prefiriera a él sin intereses,
solo por amor.
Dios quiere tener una relación con su Iglesia, no quiere ser visto
como el generador de bendiciones sino el Dueño y Señor del corazón
de su amada, Jesús nos conquistó a través de su grande prueba de amor
en la Cruz.
Salomón lleva la relación a un nivel de pasión máximo, Salomón se
concentró tanto en enamorar a la Sunamita, que ella termina por hacerle
una declaración “Estoy enferma de amor” (Cantares 5:8), es necesario
enfermarnos de amor por Dios. Él que está enfermo de amor está vi-
viendo una novela. Dios quiere que nuestro corazón este enajenado de
amor por Él, al levantarnos pensar en Él, que no tengamos otro tema de
conversación sino Él.
Del mismo modo que Salomón se despojó de su gloria para ena-
morar a Abisag, Dios se acerca a nuestra vida, como un siervo dulce y
amoroso, pero como a la Sunamita, Salomón terminó por mostrarle su
gloria e identidad, en algún momento Dios nos mostrará su poder y gloria.
Dios trae su ejército para protegernos, cuando se acercan los demonios
para molestarnos, es entonces cuando el Rey saca todo lo que es suyo y
pelea por su enamorada.
Es el Dios que te abraza y socorre, pero también es el que acaba con
el demonio que te atormenta, es el que dice ¡Ay de aquel que se meta con
uno de mis pequeñitos! Dos visiones de una misma naturaleza, es el mis-
mo Señor, es la misma fuerza al conquistar y al defender lo que es suyo.
Salomón se acercó con setenta hombres de los más fuertes de Israel
(Cantares 3:7) ¿Por qué no viene solo? En una oportunidad él casi pierde
a su amada, pero en esta vez él se propuso que jamás le sería arrebata-
da. Similar a la promesa que Dios nos ha hecho, aquellos que Él escoge
nunca serán arrebatados de su mano, puede que por un momento nos

CAPÍTULO 13 ̶ Rescatados para ser reyes y sacerdotes 79


perdamos, pero Él volverá y esta vez será para llevar a su amada al palacio.
(Juan 10:28).
El destino de la Sunamita tomó un giro inesperado, Salomón la
toma por esposa y ella cambia su lenguaje, su manera de vestir, de ser y
actuar. Del mismo modo Dios nos ama, pero también nos transforma, se
trata de un proceso interno, tú con el Señor, pues nada se te interpondrá,
entenderemos que es necesario tomar cambios por amor a nuestro Señor.
Fuimos rescatados por Jesús para ser luz en medio de las tinieblas,
reyes y sacerdotes (Apocalipsis 1:6). Un Rey gobierna y toma autoridad;
es el que gobierna bien y pone límites sobre su territorio. La posición de
Rey me habla de Guerra Espiritual, el Rey se encarga de ir a la batalla, Dios
nos hizo reyes para que podamos salir a la batalla y podamos ministrar.
Sacerdote viene del hecho de que ministramos a Dios: intercedemos,
predicamos, hacemos señales, bendecimos; mostramos el amor de Dios.
Como sacerdotes ministramos a Dios en adoración.
Dios nos ha rescatado y nosotros debemos recibir la libertad que
Él nos ha dado, creer y aceptar quienes somos en Él. Somos Reyes y
Sacerdotes.

80 Código Fe
CAPÍTULO 14

J E S U C R I STO, R EYE S Y SACERD OTES

“Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e


­imperio por los siglos de los siglos. Amén” Apocalipsis 1:6.

C uando aceptamos a Jesús en nuestro corazón tenemos acceso


directo al Padre, pero también existe un proceso de reno-
vación a través de Jesús que nos lleva a cambiar poco a poco, entonces
podemos ver nuestra vida unos dos años atrás, antes de Cristo y verda-
deramente no es la misma vida, ni las mismas metas de hoy. Cuando
aceptamos a Cristo también recibimos un nuevo estatus, el de ser Reyes
y Sacerdotes para Dios, esto parece lineal o simple, pero la verdad es
profundo y transformador para el creyente.
Ser Rey y Sacerdote va a proporcionar cambios radicales en nuestras
vidas que la mayoría de las veces no queramos tomar. Por este motivo
existen muchos creyentes que se niegan a comprometerse con Dios y
aceptar su nueva vida en Cristo. Algunos piensan que es mucho sacrificio
sin nada a cambio, esto es porque no se le ha revelado la profundidad de la
obra de Jesús en la Cruz, en Cristo tenemos un nuevo nombre y propósitos
totalmente diferentes a lo que en el mundo se está acostumbrado a vivir.
Ser Reyes y Sacerdotes habla de muchos principios y enseñanzas
que cambiarán la visión de nuestra vida. No es sencillo, tampoco es de un
día para el otro que el creyente acepta su nueva posición. La vieja natu-
raleza luchará con la nueva en repetidas ocasiones, debido a los cambios
radicales que esta nueva vida amerita y que la antigua naturaleza no está
de acuerdo.
A lo largo de este y los próximos capítulos evaluaremos el hecho de
por qué nos cuesta tanto ser como Jesús. Todos aceptamos a Jesús, pero
vivimos comparándonos con el inconverso y tratando de imitar su vida.
En ocasiones nos relajamos lo más posible para pasar desapercibidos
y que la gente no entienda que somos cristianos. A nuestros hijos débil-
mente les enseñamos a defender lo que en verdad son, con la excusa de
“cuidar su corazón” permitimos que pasen desapercibidos con respecto
a Jesús, para que no reciban burlas creemos que es mejor que nadie se
entere que son cristianos y no los impulsamos a que defiendan su fe. Es la-
mentable, pero existen familias cristianas así. Los musulmanes defienden
su fe, los santeros pelean porque dejen a su hijo ir vestido de blanco a la
institución, aun los ateos les inculcan principios a sus hijos para que sean
fuertes en sus creencias, pero a los cristianos les avergüenza ser llamados
hijos de Dios. No debemos tener miedo de defender nuestra fe, entramos
en caos cuando intentamos ser una familia común y no entendemos que
Dios nos llamó a ser diferentes. Hay principios que me dicen que para
este mundo jamás llegaré a ser una persona común, pues por causa de
Cristo dice la Biblia que seré vituperado.
Tienes que quitarte la carga y la culpa de no ser igual a los demás,
entiende que no puedes ser igual al mundo, porque tu naturaleza en Dios
no es igual.
Con seguridad el Rey de España no se acompleja porque no vive
como un plebeyo, desde pequeño fue enseñado que su vida tenía un
destino totalmente diferente que cualquier ciudadano de España, él fue
príncipe y algún día se convertiría en el Rey. Nosotros hemos sido cons-
tituidos Reyes y Sacerdotes por Cristo. Medita en la importancia de vivir
una vida diferente para La Familia Real.

“Por lo tanto, Jesús y los que él hace santos tienen el mismo Padre. Por
esa razón, Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos”
Hebreos 2:11.

No te avergüences de quien eres, no te avergüences de lo que Cristo


Jesús te dejó, eres Rey, eres Sacerdote, has sido llamado para reinar en
esta Tierra, basta creerlo y personalizarlo, para disfrutar la vida diferente

82 Código Fe
que llevaremos por causa de nuestra posición. No te avergüences de ser
quien eres, un hijo de Dios.
En una oportunidad conversé con una amiga, con un ministerio
profético a las naciones, pero también es madre y esposa de un ministro.
Me dijo algo que tocó mi corazón, me contó cómo sus hijos se sentían
mal y le preguntaban ¿Por qué no somos una familia normal?
Al parecer este tema conmovió su corazón y me dijo: Yo quiero tener
una familia normal. Pero meditando en el asunto llegué a una conclusión
y le respondí: debemos aceptarlo como una honra, ¡Claro que no soy nor-
mal! Y eso es bueno, no verlo como algo negativo, sino como una virtud.
Como ministro del Señor nuestras vidas no son normales, muy parecido a
la vida de un médico, un juez, un militar, político o cualquier empresario.
Es difícil vivir como gente común cuando somos llamados a ser
extraordinarios. Ser hijos de Dios es una identidad irrevocable, la Sangre
Real pesa por nuestras venas cuando intentamos apartarnos de la Pala-
bra de Dios. Por más que ignoremos nuestra identidad, esta terminará
por salir a la luz y como el fuego en Jeremías, se despertará en cualquier
momento.
En otra oportunidad hablé con otra amiga, esta vez de México, ella
me explicaba que los hijos de los médicos saben que su papá y su mamá
están haciendo un esfuerzo extra para salvar una vida, y por eso no se
sienten menos, sino orgullosos en saber que sus papás están salvando una
vida. Esto sucede en lo humano, cuánto más debería pasar en lo espiri-
tual. Si Dios te llamó a tener una vida extraordinaria tu familia va a tener
tiempos diferentes, Dios moverá las cosas como Él quiere y la verdad eso
no es malo, malo es ser igual a los demás.
Debemos enseñar a nuestros hijos a defender su fe. El no ser igual a
los demás no quiere decir que soy inferior, quiere decir que soy diferente.
Debemos disfrutar ser parte de la familia de Dios.
Existen cristianos que pretenden tener un híbrido en su vida o
vivir una vida que yo le llamo “de doble chip” no intentes vivir igual que
el mundo porque haces el ridículo. Intentar servirle a Dios y agradar al
mundo al mismo tiempo es imposible. Pablo dijo:

“No me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios” Romanos 1:16.

CAPÍTULO 14 ̶ Jesucristo, Reyes y Sacerdotes 83


Dañas a tus hijos cuando no les enseñas a amar y a dar su vida por
la obra de Cristo, muéstrales lo maravilloso que es servir a Dios.
La lucha se acaba cuando sueltas y declaras la Palabra.

“Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en


una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha
comenzado!” 2 Corintios 5:17.

Nunca más serás igual después de que aceptaste a Jesús. Aunque te


alejes no podrás vivir una vida de pecado, ya que no podrás apartarte del
amor de Dios (Romanos 8:39). Aunque te metas debajo de las piedras el
Señor te va a buscar. Somos llamados a reflejar la naturaleza de Dios en
todos nuestros actos.
Nunca más serás común porque la voz del Señor está contigo. El
proceso será tan largo como tú quieras hacerlo, pero dice el Señor que
no te va a soltar.
La educación de nuestros hijos en Cristo está llena de lo bueno, lo
justo, lo correcto, lo moral y lo bíblico. Que nadie juzgue tu fe. Hay gozo
en ver que los hijos no son comunes, en lo personal, me llena de gozo que
mi hija mayor ore por sus compañeros de colegio cuando están enfermos.
Este mundo esta corrompido, dice que es malo una mujer amaman-
tando en la calle, pero es bueno dos homosexuales tomados de la mano
o besándose. Este sistema está muy mal y para que no afecte a tu familia
de ninguna manera, debes tomar una posición firme con respecto a las
enseñanzas, creencias y decisiones de tu hogar.
Nuestros hijos conocerán a Dios desde pequeños, es necesario tener
y formar hijos que marquen la diferencia en la nación, y no hijos que sean
más del montón, mientras otros están formando a sus familias como el
sistema del mundo lo acopla, tú formas a tu familia para reinar, no solo
necesitas que tu hijo sea profesional, necesitas que sea un profesional con
el temor de Dios.
No trates de suavizar tu mensaje, ten sabiduría, no cambies la
esencia: La amistad con el mundo es enemistad con Dios (Santiago 4:4).
Aun al elegir una pareja en Cristo nuestros patrones cambian, no
elegimos por emoción (como este mundo demanda) sino por conciencia
plena hacia donde uno va en la vida. Si es posible disfrutar el sistema de
vida que Dios te dio. La vida de nuestros hijos será una fortaleza, tus hijos

84 Código Fe
tienen un espíritu superior como el de Daniel (Daniel 6:3), no trates de
moldearlos a este mundo que cada día va de mal en peor.
Juan el bautista es uno de los ejemplos más claros de una vida di-
ferente y llena de propósito e identidad, él tenía una comisión especial.
Después de 400 años de no escuchar la voz de Dios se levanta un profeta
con la tarea de preparar el camino para Jesús, era Juan. Su mensaje era
diferente, era radical y anunciaba la llegada de la luz (Marcos 1:3). Del
mismo modo, nuestra doctrina debe ser diferente, debemos tener otra
conciencia y otra forma de expresarnos. Juan tenia palabras diferentes,
tenía claro que ser diferente no es ser menos, es ser único para Dios.
No te sientas mal porque tu vida incomode a los demás. Si recibiste
a Cristo y aceptaste su cambio de identidad debes reconocer que tus inte-
reses no son los mismos, y lo que al mundo le parece una debilidad en ti,
es tu mayor fortaleza. Aun la forma de cómo se vestía Juan era diferente
y extraño (Marcos 1:4).
No te compares con los exitosos de este mundo, la Cruz del hom-
bre y de la mujer cristiana es compararse con la gente que prospera sin
tener a Cristo. Nosotros tenemos algo mayor y maravilloso: seguridad
de Salvación.
Cuando no tienes una identidad clara intentarás tener a todos felices
doblando tus creencias a los preceptos de este mundo, al final del día todos
estarán felices, pero tú vacío. Que lo primero en tu vida sea tu relación
con Dios. Que tus criterios de vida sean tan firmes que si una persona se
acerca a ti y no se acopla a ellos simplemente no puede caminar contigo.
El mayor problema del cristiano es no tomar en serio lo que dice
Romanos 12:2: En la mente yace el problema. Mientras menos estudies
y alimentes tu alma de la Palabra más ganas tendrás de vivir como el
mundo. El Hijo de Dios es extraordinario.
El apóstol Pablo era un hombre de autoridad, fuerza y poder. Conoz-
co militares que no tienen equilibrio y muchas veces son más militares que
cristianos. Son más fieles a un puesto de trabajo que a la Cruz de Jesús.
La llave del apóstol Pablo se encuentra en Filipenses 3:8. Si no das por
basura lo que eras antes no podrás disfrutar lo que eres hoy. No puedes
disfrutar dos naturalezas a la vez.
No obliguemos a nuestros hijos a agachar la cabeza. Jesús no solo
murió para salvarte del infierno, sino también para darte vida en abundan-
cia. No puedes ser un Rey y vivir como mendigo. Eres Rey y Sacerdote y

CAPÍTULO 14 ̶ Jesucristo, Reyes y Sacerdotes 85


tu familia una familia sacerdotal. Si no sueltas la basura no vas a disfrutar
el presente. Valoremos la Cruz. No somos iguales a este mundo, Cristo
nos bendijo con un espíritu superior a lo que en este mundo está. Siéntete
honrado de formar parte de los futuros Reyes del Reinado Milenario del
Señor.

86 Código Fe
CAPÍTULO 15

EL P O D ER DE L R EY

“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el


cielo y en la tierra” Mateo 28:18.

E s importante que toquemos el tema de la nación porque


nosotros somos los encargados de orar por nuestro país y
arrebatárselo al poder del infierno, no son los brujos ni los satanistas, es
la Iglesia de Cristo que tiene poder sobre las naciones.
La muerte y resurrección de Cristo no solo nos da la Salvación,
sino que nos delega poder en el mundo espiritual. Este poder es todo lo
que necesitamos para pelear en contra del enemigo en todas las áreas de
nuestra vida, para todo necesitamos poder y eso es lo que Jesús nos da
por medio de su muerte y resurrección.
Hemos recibido poder para el mundo espiritual.
Es difícil cuando una persona se acerca y pregunta cómo hacer para
dejar de adorar a una imagen que le dio sanidad a su familiar, la verdad
es que, para dejar atrás todas las cosas, debemos entender que Dios es
mucho mayor que los ídolos, no tiene comparación. Jesús es mucho más
que una sanidad, por ejemplo, resucito Lázaro para luego este morir,
porque la sanidad no lo es todo. ¡El Poder de nuestro Rey es ilimitado!
Un rey tiene poder de gobernar, ordenar y condenar. Nuestro Rey
es Jesucristo y Él tiene un Nombre que es sobre todo nombre, si enten-
demos lo que eso significa nuestra vida toma un giro radical. Jesucristo
está sentado sobre todo y sobre todos. Filipenses 2:9. La autoridad de
Cristo no tiene iguales y tampoco tiene superiores, después de Jesús
todo lo demás es poder limitado. Es tiempo de soltar el temor y enten-
der que Cristo es mucho más poderoso, los beneficios que tenemos en
Dios cubren cualquier cosa y necesidad, al estar seguros de la libertad de
Cristo entendemos que el enemigo no nos puede tocar porque estamos
escondidos en el hueco de la mano de Dios.
Existen términos cristianos que estamos cansados de cantar, pero
pocas veces meditamos en el significado. Cantamos “al Rey de reyes, Señor
de señores” pero ¿En verdad entendiste que tu Dios es el Rey de reyes y
Señor de señores? no hay otro igual con tan grande poder. (Apocalipsis
19:16). Algunos quisieran tener un amuleto que les recordara al Dios que
le sirven, pero es que se gastaría absolutamente todo el barro de la tierra
y no llegaríamos ni al uno por ciento de la magnitud de Dios. El Rey de
reyes y Señor de señores tiene todo poder y toda autoridad sobre todo
lo que se mueve. El diablo se equivoca al venderse como el contra peso
de Dios, del mismo modo que la diferencia de tamaño entre una débil
hormiga y un impetuoso elefante obvia e indiscutible, la diferencia entre
el poder y tamaño infinito de Dios y el poder limitado del diablo es obvia
e indiscutible. No hay quien se le compare a Nuestro Señor.

Detentores de poder

Es una persona a la cual se le da autoridad para ejercer el poder


sobre un pueblo o una nación, en la democracia el pueblo nombra a sus
propios detentores de poder.
¿De dónde viene el Poder de Jesús? (Mateo 28:8) Jesús es un detentor
legítimo, pues su autoridad fue impuesta por su Padre y líder supremo
de la creación. Jesucristo no vino a la Tierra para hacer su voluntad, Él
fue responsable con la tarea que le fue encomendada, fue fiel y diligente,
entendió desde el principio que su tarea en la Tierra era hacer la voluntad
del Padre que lo envió.
Existen detentores ilegítimos debido al desempeño. Existen per-
sonas a las que se le delega poder para una tarea específica, pero por el
incumplimiento de sus deberes se les quita la legitimidad, por ejemplo, la
mujer se casa con un hombre que es aparentemente bueno, al casarse le
cede diferentes derechos por ser su esposo, pero si resultó que en pleno

88 Código Fe
ejercicio del deber este deja de cumplir con sus deberes como esposo y a
lo prometido delante de la ley, su papel pierde legitimidad. La mujer, por
su parte, queda libre de cumplir con los derechos que le había otorgado
por ley. Del mismo modo acontece en la vida espiritual. Dios nos da la
unción y nos delega responsabilidades, pero de la misma forma nos la
quita. Si te desconectas de Dios ya no tienes autoridad para ejercer tu
función espiritual, algunos se sienten muy seguros porque ignoran o dan
por sentado el hecho de que Dios da y Dios quita. El mal desempeño hace
que se convierta en un gobierno ilegitimo.
Jesucristo tenía claro en que su autoridad no era para hacer lo que
a Él le placía, sino para satisfacer y cumplir con la voluntad del Padre
(Juan 5:30;6:38).
La gracia, habilidad y unción que tienes no son tuyas, son de Dios. Si
no viene de ti, tienes que cuidar en tener una relación correcta con Dios.
Recordando siempre que si no eres un buen administrador Dios te quitará
lo que te ha dado. Conocemos la parábola de los talentos en Mateo 25
del 14 en adelante, donde un hombre rico repartió entre sus siervos sus
bienes, a cada uno le dio conforme a su capacidad. Dios es así con noso-
tros, nosotros le pedimos todo lo que queremos y codiciamos, pero Dios
nos da solo lo que necesitamos conforme a nuestra capacidad. Si anhelas
que Dios te dé más debes aumentar tu capacidad. A uno de los siervos se
le dio un solo talento y este no fue diligente con lo que se le confió, por
lo tanto, se le quitó lo que tenía. Cuando eres un buen mayordomo Dios
te da más, sin embargo, si eres un mal administrador viene el lloro y el
dolor (Mateo 25:28-30).
Las personas no se preocupan en saber porqué perdieron autoridad,
sino en que les quitaron la autoridad, no buscan mejorar y cambiar. En
lugar de ser víctima de que no recibes como antes las bendiciones de
Dios, revisa que fue lo que hiciste mal para no recibir más. Dios coloca
la bendición y la maldición delante de nosotros y nosotros escogemos.
¿Qué has escogido tú?
¿Dios es la prioridad en tu vida?

Como hijos somos detentores de Dios, se nos delega autoridad en


el tiempo presente. Hay un poder que Dios nos lo dio para usarlo en la
Tierra; en el Cielo no hay enfermos, entonces, es en la Tierra que debemos
orar por los enfermos, en el Cielo no hay demonios, por lo tanto, en la

CAPÍTULO 15 ̶ El poder del rey 89


Tierra es que debemos usar el poder para echar fuera demonios. Hay un
poder que tenemos por Cristo para usarlo ahora en la Tierra. El poder que
Dios te ha dado en este tiempo es para usarlo donde estás, sino lo perdiste.
Tienes que orar por los enfermos, echar fuera demonios, recibir milagros.
Vivimos en un tiempo difícil, pero Dios nos ha equipado. Él nos
equipó para echar fuera los demonios que rodean y oprimen a muchos
a tu alrededor (Marcos 16:17) ¡Usa la autoridad que tienes! No esperes
estar en el Cielo porque allí no la vas a necesitar.
Fuimos equipados para orar por los enfermos (Marcos 16:18);
equipados para pedirle al Padre cosas y que estas sucedan (Juan 14:13),
que las puertas se abran.
Tienes poder para declarar (Mateo 7:7). Por ser hijos de Dios tene-
mos poder para ser invencibles ante el enemigo (Jeremías 1:18). Mucho
poder se nos ha delegado el problema es que hemos predicado un evan-
gelio tan light que a la gente se le olvida que tiene poder.
La Iglesia no puede estar dormida, necesitamos arruinarle los planes
al diablo. (Jeremías 1:10) ¿De dónde venía el poder de Jeremías? Del toque
de Jehová sobre sus labios (Jeremías 1:9). Lo que nos hace diferentes es
el toque de Dios, y nos llena de poder la relación con el Espíritu Santo.
En el desempeño de nuestra función, si dejamos nuestra relación
con Dios perdemos autoridad.
Existió un hombre llamado Esceva que tenía siete hijos que creyeron
que la guerra espiritual era solo un lenguaje, cuando la guerra se trata de
una vida. Creemos que alguien es un guerrero porque maneja muy bien
el lenguaje técnico, pero tu lenguaje no siempre habla de lo que tú eres
en Dios. (Hechos 19:13) la Biblia le llama “judíos, exorcistas ambulan-
tes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían
espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo”.
¡Cuidado con volverte un hijo de Esceva sin autoridad! Cuando
tienes relación con Jesús viene la autoridad, de otra forma no podrás
activar el Poder de su Nombre. Tu y yo tenemos más poder de lo que
imaginamos, en el nombre de Jesús tenemos poder para ser un detonador
para el infierno.
Los demonios son malvados. Cuando yo tengo relación con Dios
el infierno me conoce (Hechos 19:15), para ejercer autoridad espiritual
no hay que aprenderse palabras mágicas, no es una forma, para ejercer
autoridad debes estar primero bajo autoridad; los hijos de Esceva no

90 Código Fe
estaban bajo autoridad, es necesario tener una cobertura sobre tu vida,
debes tener relación con Dios, debes cerrar puertas y tu vida debe estar
medianamente en orden. Es obvio que no es posible tener todo completa-
mente en orden, pero debemos tratar (Hechos 19:16). El diablo les dio una
paliza por no tener la vida en orden. Ellos no tenían autoridad delegada,
quisieron asumir una autoridad que no les correspondía.
¿Cuál es la fuente del poder de un cristiano? El Poder de la resu-
rrección (Romanos 8:11), empieza a declarar el Poder de la resurrección
operando sobre tu vida. La fuente de poder del cristiano también es el
Poder del Nombre de Jesús, los demonios no soportan el Nombre de Jesús
(Filipenses 2:20).
Operamos bajo el Poder de la Sangre de Jesús, la Sangre tiene tanto
poder que dice la Palabra que la sangre de Abel clamaba; los brujos hacen
sacrificios con sangre porque la sangre tiene poder. La Sangre de Jesús
es mucho más poderosa porque fue el sacrificio perfecto del único Dios
verdadero. El maligno no se acerca porque sobre tu casa está la Sangre del
Cordero inmolado, en Él tenemos redención por su Sangre que perdona
nuestros pecados. Es importante la cobertura espiritual para la guerra, la
cobertura significa guía y protección, a muchos no les gusta la cobertura
porque también significa rendir cuentas de tu vida.
No quiere decir que tu líder sea más espiritual que tú, pero por su
posición en el cuerpo tiene una visión completamente diferente y fue
puesto por Dios para darte un buen consejo y guiarte para hacerlo bien;
tienes que ser pastoreado (Isaías 4:5). La cobertura es un manto que nos
cubre y protege, son faros que iluminan el camino donde vamos, por esto
necesitamos una estabilidad, necesitas un pastor.
En el Reino de Dios no debe haber gente suelta, me refiero a personas
que quieren establecer el reino de Dios sin rendirle cuenta a nadie ¿Tú te
arriesgarías a congregarte en una Iglesia donde el pastor no le rinde cuen-
tas a nadie? Con seguridad no lo harías. La cobertura espiritual afirma
el trabajo que hacemos, nos corrige y dirige el ataque contra el enemigo,
nos exhorta, nos alienta.
Necesitamos rendirnos ante el Rey de reyes y Señor de señores, en
este capítulo se ha expuesto el poder, pero también las obligaciones del
poder que tienes. Tú decides si lo ejerces legítima o ilegítimamente.

CAPÍTULO 15 ̶ El poder del rey 91


“ Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo
montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus
ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas;
y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba
vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE
DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio,
le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para
herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el
lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidu-
ra y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE
SEÑORES” Apocalipsis 19:11-16.

92 Código Fe
CAPÍTULO 16

L A S MA R CA S DE L L L A MAD O

“De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi


cuerpo las marcas del Señor Jesús” Gálatas 6:17.

T odos hemos sido llamados con un propósito a los caminos del


Señor, va más allá de asistir religiosamente todos los domin-
gos a la Iglesia, de la vida en esta Tierra. Dios tiene un propósito contigo
que lees esto, por esa razón las veces que has huido del Señor terminas
en el mismo lugar acorralado por su amor, no sirve de nada correr del
Dios Creador. Tu llamado y propósito es tan grande que, aunque debajo
de las piedras hagas tu morada, de ahí te sacará Él Señor.

¿A quién escogió Dios?

Naturalmente, al buscar empleo todos hacemos un currículum


que cumpla con todas las características de la persona que la empresa
está buscando, resaltamos los trabajos anteriores, las experiencias y los
estudios que hemos hecho, pero ¿es así que nos escoge Dios? antes de
entender a quién eligió Dios debes comprender e internalizar que tu
haz sido llamado por Dios, con seguridad si estás leyendo esto es con el
propósito de que entiendas de parte de Dios que has sido apartado para
buenas obras. La Biblia dice:
“lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil
del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y
lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a
fin de que nadie se jacte en su presencia” 1 Corintios 1:27-29.

He aquí la respuesta a la pregunta. Hemos sido llamados por gracia.


Dios nos escogió siendo nadie para darnos un propósito, identidad y
destino a través de Jesucristo.
Pablo define a detalle las características de los escogidos por Dios,
la Traducción Lenguaje Actual de 1 Corintios 1:28-29 amplifica nuestra
visión de cómo nos ve el mundo.

“Y aunque la gente de este mundo piensa que ustedes son tontos y no


tienen importancia, Dios los eligió, para que los que se creen sabios en-
tiendan que no saben nada. Dios eligió a los que, desde el punto de vista
humano, son débiles, despreciables y de poca importancia, para que los
que se creen muy importantes se den cuenta de que en realidad no lo
son. Así, Dios ha demostrado que, en realidad, esa gente no vale nada.
Por eso, ante Dios, nadie tiene de qué sentirse orgulloso”.

Dios te llamó, no porque seas bueno, sino porque Él es bueno.


Dios en su soberanía nos escogió para que cumplamos nuestro lla-
mado, aunque el diablo hace resistencia para no dejarte cumplir con los
planes de Dios. Si bien el llamado de Dios no es por mi propia elección,
¿Por qué el camino es tan duro? Porque hay marcas que se adquieren en
el proceso del cumplimiento del propósito. Estas cicatrices pueden ser
espirituales, pero también físicas literalmente. Pablo tenía las marcas del
llamado más que en su carácter, en su cuerpo, él podía levantar su camisa
y mostrar los latigazos y moretones de sus prisiones por causa del evange-
lio. Del mismo modo tenemos hermanos que con su cuerpo cuentan las
obras que han hecho para el Señor, hermanos que literalmente desgastan
su vida en pro al crecimiento y la extensión del Reino, bien sea en una
Iglesia local o a su alrededor. Las marcas son necesarias.
En repetidas ocasiones el apóstol Pablo testifica de sus padecimien-
tos por causa de la Palabra de Dios, por un momento podría parecernos
que Dios es malvado y se goza de vernos sufrir, pero no es así, es mucho
más profundo que eso, para lo que Dios va a hacer en tu vida necesitas

94 Código Fe
las marcas de tu llamado. Pablo tenía un aguijón que lo atormentaba y
le recordaba su debilidad, para que entendiera siempre la necesidad que
tenia de Dios y que estaba en el lugar que estaba porque Dios lo había
puesto y no porque se lo merecía. El problema es que cuando Dios nos
da constantemente bendiciones creemos que es un derecho adquirido.
No merecemos el llamado, Dios lo hace por su misericordia y gracia.

¿Para qué Dios me llamó?

En primer lugar, Dios nos llamó para hacer su voluntad. Todo lo


que Dios te dio debes llevarlo a que sea su voluntad.
En segundo lugar, nos llamó para hacer buenas obras. No solamente
lo que hago con mis manos sino la intención de mi corazón (Efesios 2:10).
Sabemos que las obras no salvan, pero si revelan lo que hay en el corazón.
Es imposible decir que amamos a Dios y no amar a nuestros hermanos
o al menos demostrar que los amamos. Si amas a Dios amarás también
su creación. La fe en Jesús no puede ser improductiva y no dar resultado,
más bien debe dar fruto y debe producir una acción de compasión como
lo explica Santiago en el capítulo 2 versículos 14 en adelante. No sirve de
nada orar por la necesidad de un hermano si tenemos para suplir y no lo
hacemos. La fe debe venir acompañada de buenas obras. En tu diario vivir
debes demostrar cual es la fuente que gobierna tu vida. Para dar frutos
y hacer buenas obras en esta Tierra debemos antes reconocer que todo
lo que tenemos le pertenece a Dios y Él nos ha hecho administradores.
Dice la palabra que aquel que no provee para los suyos ha negado la fe
(1Timoteo 5:8).
En tercer lugar, Dios nos llamó para hacer la obra del ministerio
(Romanos 12:11). Debemos ser diligentes en el trabajo que hacemos
para el Señor. Según el Apóstol Cliff Bell, solo el dos o tres por ciento
en una Iglesia son llamados y escogidos para ejercer los ministerios de
Jesús, Dones ministeriales que son Apóstol, Evangelista, Profeta, Pastor
y Maestro, (Efesios 4:11). Este llamado es solo para máximo el tres por
ciento de la congregación, pero qué hay del noventa y siete por ciento
restante. Todos los miembros de la Iglesia pertenecen a Cristo, todos
completamos su cuerpo (1Corintios 12:14). Existe en el cuerpo de Cristo
personas con el fuerte llamado que hubo en Esteban y Dorcas, llamados
que, aunque no eran tan renombrados y reconocidos, fueron y continúan

CAPÍTULO 16 ̶ Las Marcas del Llamado 95


siendo determinantes para la expansión del reino de Cristo y el alcance
de muchas almas.
El llamado de Diácono, este llamado estuvo en Esteban (Hechos 6:1).
Sírvele a Dios con tus habilidades, con todo lo que eres y sabes hacer; no
está bien que solo vayas a una Iglesia a recibir, tienes un potencial y un
propósito en Dios que debes explotar. Un diácono del Señor también debe
cumplir con ciertas características que nos da a entender que el trabajo
de diácono o servidor no es para cualquier persona: debe ser partícipe
de una Iglesia y servir en su Iglesia local, sobre todo, debe contar con un
buen testimonio y debe estar lleno del Espíritu Santo. El testimonio es de
suma importancia, es tu imagen y lo que te abrirá o cerrará las puertas.
No decidimos cual será nuestro llamado, solo podemos aceptar
y caminar sobre el. Dios es quien escoge y quien nos lleva a esperar el
tiempo para ser enviado.
La visión de nuestra Iglesia tiene todo que ver con el ministerio
de Dorcas, un ministerio que abraza y restaura con la misericordia de
Dios. (Hechos 9:36) Dorcas fue una mujer preocupada por el bienestar
de otras personas, siempre se esforzaba con un buen corazón para que
otros tuvieran descanso. La bondad de esta mujer llegó a los ojos de Dios
que en momento más difícil de su vida la socorrió y resucitó. Cuando
cumples con el propósito que Dios te ha dado el Señor está pendiente de
tus necesidades. Dios quiso resucitar a Dorcas porque era una mujer útil
para el Reino. ¡Dios da vida cuando somos útiles!
¿Ya pensante lo que quieres hacer con tu vida?

La verdadera riqueza está en lo divino

Esta semana tuve la oportunidad de visitar el cementerio del Este


y ver algunas lápidas con algunos escritos; me quebrantó una lápida de
un niño que sólo vivió 5 años y tenía carritos que deduje que lo habrán
dejado su papá o mamá, esto trajo una reflexión interna profunda en mi
vida, ¿Qué es lo realmente importante en la vida? ¿Dedicamos el tiempo
a lo correcto o a lo que la vida nos impone?, realmente es trágico como
perdemos el tiempo en cosas estériles, sin significado e irrelevancia para
la eternidad, vivimos en una burbuja de tiempo que Dios nos dio para
restaurarnos; en el cementerio vi muchas lápidas de personas que mueren
a los 16, 20,18, algunos a los 90 años, pero lo cierto es que sea cual sea el

96 Código Fe
tiempo que vivimos en la Tierra es C O R T O, pero D E T E R M I N A
N T E para nuestro destino en la eternidad.
No podemos vivir tratando de agradarnos a nosotros mismos,
luchando por coronas y glorias en esta Tierra que no tienen cabida en
la eternidad, porque su naturaleza está en la Tierra no en lo “divino”,
pasamos mucho tiempo tratando de satisfacer nuestras “necesidades” o
caprichos, nos quejamos por “no tener para ir a un restaurant, no tener
para ir al cine, no poder viajar como queríamos”, sin darnos cuenta que
en el mismo segundo que tú te quejas de esas trivialidades alguien está
tratando de alarga su último segundo de vida. Es tan determinante la vida
y la muerte, que mientras tu pides a Dios que los tiempos de tu “proceso”
se acorten, otro está orando para que los últimos minutos o segundos de
vida de su pequeño bebé se alarguen, son contradicciones profundas y
dolorosas.
Al final somos unos niños malcriados que vivimos anhelando cada
día más cosas sin “SENTIDO ETERNO Y DIVINO”, a eso le invertimos
nuestra fuerza, energía, pasión, y la preciada “vida”, en algo que nunca
nos dará la plenitud y la paz que necesitamos, ¿Cuánto tiempo perdemos
en cosas que no tienen nada que ver con lo eterno? ¿Cuánto invertimos
en lo hueco y vacío?
“Dios es Dios contigo o sin ti”, es tiempo de enfocarse en lo que
transciende a la vida y la muerte, y la forma de hacerlo es a través de la
Cruz de Jesús, tomándola y caminando las millas más que sean necesario,
en mi carrera como pastor nunca he visto a una persona en los últimos
momentos de su vida buscando el “título universitario, de propiedad
de sus bienes, o su número de cuenta bancaria”, NO, NO, NO, en ese
momento es cuando tristemente entendemos que nada de eso es vital ni
valioso, en ese preciso momento la gente busca a Dios como la última
opción cuando debió haber sido la primera.
No esperes más, el momento para decirle sí a tu llamado es ahora.
Cuando cumples tu llamado recibes la provisión de Dios (Hechos 9:40).
Muchos son llamados con una fuerte pasión por ser levitas del
Señor, tocando algún instrumento, cantando o danzando, el llamado es
un fuego que como a Jeremías, carcome por dentro, es tan fuerte que
simplemente no se puede controlar, la única manera de lidiar con él es
aceptando y sirviendo.

CAPÍTULO 16 ̶ Las Marcas del Llamado 97


Un levita de Dios es una persona consagrada a Dios y ¡Ay de aquel
que prostituya lo que es del Señor! (Deuteronomio 10:8).
Para ejercer el llamado hay que tener madurez. Debemos formarnos
en el área que hemos sido llamados, participar del Sistema de Formación
Ministerial, entender porqué eres cristiano, porqué adoras a Dios y no a
la virgen María. El conocimiento es importante y necesario, pero también
se trata de carácter y actitud para ejercer tu llamado. Desarrollar carácter
también es una marca del llamado, nos habla de un proceso doloroso de
quebrantamiento y es cuando desarrollas la madurez. La madurez, se
compara al estado que llega la uva cuando está lista para ser pisoteada y
extraer su jugo, seremos pisados como uvas para triturar las impurezas
que hay en nuestra vida. La madurez nos lleva a abstenernos.
Llegará un momento donde nadie tendrá que decirte como o qué
hacer de la manera correcta porque ya podremos juzgar por nuestro pro-
pio conocimiento (1Corintios 9:25). Ya sabes lo que te conviene, acepta
tu llamado y espera el tiempo de Dios.

98 Código Fe
CAPÍTULO 17

PA R A E STO A PA R EC IÓ E L HIJO D E D I OS

“El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el
principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del
diablo” 1Juan 3:8 .

T enemos un Dios poderoso, que nos cuida las veinticuatro


horas del día y nos prepara para el día de la prueba, es tan
maravilloso que cambia las malas noticias por buenas. Dios te va a trans-
formar, así que tranquilo porque tu vida no depende de tu empleo o de
tu economía, sólo depende de Dios.
Vivimos en tiempos con muchas carencias, enfermedades, hambre
y afecto; más tú Padre no se olvidará de ti, Él siempre estará contigo aún
en medio de la desesperación, pero tienes que buscar que Dios sea el sus-
tento de tu casa, que sea tu prioridad y puedas ser lo primero que buscas
al despertar en la mañana.
La sociedad tiene ausencia de lo divino, entonces se pregunta
“¿Dónde está Dios?” “Si Dios está ¿Por qué parece que guarda silencio?”
“¿Estará molesto?” Por eso David clamaba a Dios Salmos 83:1 “Oh Dios no
guardes silencio, no cierres tus oídos no te quedes callado” porque sabía
la importancia de escuchar a Dios. Para nosotros, los hijos de Dios, la voz
del Señor es el motor que impulsa nuestra vida a seguir adelante en medio
del proceso y del dolor, pero algunas veces nuestro Dios guarda silencio,
las dudas se pueden agolpar y podemos terminar por perderlo todo.
La verdadera pregunta es ¿Qué hacer cuando Dios está callado?
El silencio de Dios para con el pueblo de Israel fue de cuatrocientos
años ¡Imagina cuatrocientos años sin poder escuchar a Dios!, esto es
parecido a estar en un auditoria esperando la aparición del actor prin-
cipal y tarde cuatrocientos años en aparecer, parece absurdo, pero entre
Malaquías (el último libro del antiguo testamento) y Mateo (el primer
libro del nuevo testamento) no se manifestó el Señor por ningún hombre
en la Tierra.
El silencio puede ser incómodo y como hombres, entendemos la
necesidad que hay en nosotros por llenar los espacios de silencio, ¿Cuánto
más en luchas o cuando lo pasamos mal?, es entonces donde nos pregun-
tamos “¿Dónde está Dios en medio de esta crisis?”
Estos son los silencios que causan dolor, sin embargo, tu respuesta
viene del Cielo: Dios, simplemente te está dando libre albedrío para correr
a su presencia o huir de Él.
Tú ¿Qué dices cuando Dios calla? ¿Te quejas? ¿Te amargas?
El tiempo de silencio también hubo manifestación de las tinieblas
sobre la Tierra, cuatrocientos años también se prestaba para que el enemi-
go hiciera de las suyas. En ese tiempo la nación de Israel gemía y muchas
personas carecían de la presencia de Dios en todos los aspectos.
Muy parecido a la sociedad venezolana de hoy en día. Dios está
dispuesto a romper el silencio y hacer a las tinieblas huir. Debes saber que
Dios está en el proceso y dependiendo de cómo tú hables o te comportes
en la prueba tu milagro puede estar a punto de llegar.
El silencio es un instrumento de Dios para escucharte, Dios habló
mucho y no le hicimos caso, ahora Él calla y quiere escucharte.
¡Dios no estaba ausente, estaba en silencio! El tiempo de fiesta en
el infierno acabó, algo estaba cambiando en la Tierra, pues se levantaba
en el desierto la voz que anunciaba el fin de las tiemblas sobre la Tierra.
¡Aleluya! La Tierra se estaba preparando para la llegada de la mayor
respuesta de Dios: Su hijo amado. ¡Qué manera de romper el silencio!
Sólo se necesita a alguien que se levante a proclamar como lo hizo Juan
el Bautista en medio del desierto.

“Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor;


­Enderezad sus sendas” Marcos 1:3.

100 Código Fe
Si escuchas la voz de Dios te levantarás y serás un ser ordinario que
hace cosas extraordinarias en Dios (Marcos 1:7). Tu no dependes de ti
sino de quien viene detrás de ti, Jehová de los Ejércitos.
Antes de toda victoria vendrán ataques fuertes que intentarán
destruirte, pero recuerda que quien viene tras de ti es más grande y más
poderoso que cualquier cosa (Mateo 2:13-16), así como el espíritu de
muerte no pudo tocar a Jesús tampoco podrá tocarte a ti. Eres un hijo
de Dios y para esto apareció el Mesías, para salvarte de la muerte eterna,
liberarte de cualquier maldición que no te permite avanzar, apareció para
deshacer las obras del diablo y es tan sublime que no necesitas amuletos o
brujería, sólo necesitas clamar a Jesús y tu libertad llegará (Filipenses 2.9).
Las obras del diablo son todos los tipos de pecado: deliberado, oca-
sional, el oculto, el público. El odio también es obra del diablo, cualquier
forma de odio trae amargura y muerte a tu alma y Él vino a liberarte el
odio hacia tus padres o hacia alguna otra persona.

“En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel
que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. Porque
este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos
unos a otros” 1Juan 3:10.

El Hijo de Dios apareció para romper las maldiciones generacio-


nales, maldiciones autoimpuestas de pobreza, murmuración, chisme,
habladurías, cizaña. ¡Cuida tu boca! Las enfermedades físicas y las en-
fermedades espirituales que quieren tocar tu alma y atacar tu fe también
son obras del diablo. El diablo coloca enfermedades que causan dolor
físico y aflicción al alma debido que al diablo no solo le importa torturar
tu cuerpo sino destruir tu alma.
A partir de hoy tu eres un arruinador de los planes del enemigo, así
como lo hizo nuestro Señor Jesús, y como Él tenemos que ser nosotros
(1Juan 4:7). Por lo tanto, el insomnio, la enfermedad, el agotamiento o el
problema se va hoy de tu vida, porque has llegado a casa de liberación.

CAPÍTULO 17 ̶ Para esto apareció el Hijo de Dios 101


El toque de Jesús bastará

“Y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu
de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía
enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu
enfermedad. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glori-
ficaba a Dios” Lucas 13:11-13.

“Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y
había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y
nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús,
vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto” Marcos 5:25-27.

Sólo necesitas un toque de Jesús, Él vino a deshacer las obras del


diablo, solo con un toque de Jesús bastará para que hoy las obras del diablo
se detengan para nunca más volver. En medio del dolor que puede parecer
insoportable y eterno, Jesús permanece atento a nuestra voz ¿Saldrá algo
bueno de ti? Refúgiate en su presencia y no pierdas la oportunidad de tocar
el manto de Jesús, tan sólo ten fe y recibirás lo qué tanto estás anhelando.

102 Código Fe
CAPÍTULO 18

N O S O LO DE PA N VIVIR Á EL HOM BRE

“El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de
toda palabra que sale de la boca de Dios" Mateo 4:4.

N o te conformes con el pan. Aunque parece que todos nues-


tros problemas recaen en el pan debido a nuestras afliccio-
nes diarias que experimentamos en nuestro país. Muchos viven por el
pan, pelean por el y su vida gira entorno a saciar el vientre, pero no solo
se trata del pan.
Dios te dice en este día: “no te desesperes por el pan porque yo te lo
puedo dar”. En contexto, la declaración de Mateo 4:4 “No solo de pan vivirá
el hombre…” se lleva a cabo en el desierto, cuando Jesús tenía cuarenta
días sin comer y fue llevado por el Espíritu a ser tentado por el diablo, y
en medio de la tentación Jesús tiene un dialogo con él.
En las tres tentaciones de Jesús que la Biblia nos relata revela la
motivación de la humanidad sin Dios (Mateo 4:1). Jesús necesitaba ser
tentando en lo que eran las necesidades humanas. Todos tenemos nece-
sidades, una de ellas y con la que comienza el relato de Mateo es el pan,
todo el que nace necesita alimento.
El enemigo usará estas necesidades para hacernos retroceder, te
aseguro que muchas de las luchas que tienes hoy en día son por causa de
las necesidades básicas del ser humano: salud, protección, amor, susten-
to. En el desierto el enemigo estaba apelando a eso para hacer que Jesús
retrocediera, él le dijo: “Yo voy a saciar tus necesidades, pero tú ¿Qué
estás dispuesto a vender?”.
El diablo también intenta dialogar con nosotros para hacernos
intercambiar nuestra alma y comunión con Dios, con tal de saciar nues-
tras necesidades. El enemigo va apelar a tus necesidades y va a negociar,
y el punto de dicha negociación es que tú pierdas algo eterno. Se trata
del cambio de una necesidad momentánea que el diablo te ofrece, por
una gloria eterna que tu entregarás. El enemigo nos está amarrando por
la necesidad y es que verdaderamente él puede solucionarla, pero es el
precio más caro que te costará, en ocasiones perdemos la santidad por
saciar nuestra carencia emocional patrocinada por el infierno.

El diablo está atrapando a los hombres con las tres necesidades


fundamentales del ser humano:
La primera es el sustento, me refiero al alimento, salud, provisión.
Por eso le dice a Jesús “convierte las piedras en pan”. Por ser el sustento
una necesidad vital para el hombre. En ocasiones encontramos personas
que solamente piensan en eso.
La segunda es la necesidad de protección y seguridad, por esto la
tentación a Jesús movía la confianza y la seguridad que tenía por su Padre.
La tercera necesidad de reconocimiento y afirmación. ¿En qué áreas
de tu vida, según tu necesidad estas negociando tu salvación? Permitimos
muchas cosas con tal de recibir una afirmación.

En estas tres áreas consistió la tentación de Jesús en el desierto, tres


áreas donde tú quizás estas siendo tentado hoy. Tal vez no es tan directa la
negociación con el enemigo, puede que sea de forma silenciosa, el punto
es que estás a punto de caer o tal vez ya caíste.
¡No cedas! Las tentaciones de Jesús hablan de tres patrones que son
comunes para todos los hombres, la primera tiene que ver con los deseos de
la carne (Mateo 4:3) Jesús respondió con la palabra de Deuteronomio 8:3.
La crisis que vivimos hoy el diablo la usa para atacar nuestra fe.
Si no defines tus prioridades el diablo te tendrá todo el tiempo
amarrado. La segunda tentación fue concerniente al orgullo de la vida
(Mateo 4:7); el diablo en esta oportunidad, usa el pasaje de las escrituras
(Salmos 91:11).

104 Código Fe
Mucho cuidado con sacar la palabra de Dios fuera de contexto para
nuestros propios beneficios. Jesús respondió con otra palabra de la ley
con poder y dentro del contexto “No tentarás al Señor tu Dios” (Deute-
ronomio 6:16).
Necesitas manejar la Palabra, necesitas hacer el sistema de forma-
ción ministerial de la Iglesia, necesitas formarte para que el diablo no te
confunda. La tercera tentación habla del deseo de los ojos (Mateo 4:8),
Jesús al debatir con el diablo da respuestas concisas y sin oportunidad
para que él replique, lo ubica. Jesús no perdía el tiempo analizando cosas
que no tenían sentido.
No analices negocios que no le gustan a Dios. Tenemos muchas
necesidades humanas y llegamos a un punto donde sentimos que, si estas
necesidades no se satisfacen por las buenas, buscaremos por donde sea
con tal de satisfacerlas y punto. Por eso atravesamos luchas y desesperados
buscamos soluciones fuera de Dios, eso es lo grave de la crisis que nos lleva
a tener un punto donde queremos satisfacer las necesidades como sea. El
problema es que el “como sea” nos está matando y quitando la salvación.
Cuidado cuando la solución de tu necesidad llega por el camino fácil.
Ya tenemos una clara visión de lo que significó la tentación de Jesús
en el desierto, ahora veamos cómo cada tentación estuvo dirigida a llenar
una necesidad humana de forma incorrecta.
La primera es la necesidad de sustento. El diablo te dice “tienes que
alimentarte, no importa lo que digan, debes comer. Y si para eso debes
dejar principios bíblicos, hazlo. Dios comprende tu situación” al Señor
no lo mueve la necesidad sino el corazón, deja de buscar a Dios por la
necesidad; el que sirve a Dios por dinero le va a trabajar al diablo por un
mejor sueldo.
No vendas tu primogenitura por un plato de lentejas o caprichos
personales. Esaú vendió su primogenitura por su hambre (Génesis 25:
27-34). Existen personas negociando su identidad en Cristo por saciar su
necesidad momentánea. Nos parece mentira que un hombre tenga tanta
hambre como para vender algo tan importante. El primogénito asumía el
liderazgo de la familia y las propiedades, pero Esaú dijo: “Tengo hambre”.
Algunos pierden la santidad y la relación con Dios por 5 minutos de placer
sexual solo porque lo necesitan.
Con nuestras acciones vendemos nuestra primogenitura muchas
veces. Estamos dispuestos a olvidar quienes somos y lo que representamos

CAPÍTULO 18 ̶ No solo de pan vivirá el hombre 105


por un simple plato de lentejas. Debemos ser íntegros y tener principios,
esto se trata de ser el mismo sin importar donde estés o con quien estés.
En estos tiempos de crisis, tristemente nos olvidamos quienes somos en
Dios: somos hijos de Dios, Real Sacerdocio.
Diariamente despreciamos cosas de Dios. Lo que tu desprecias de
Dios hoy, los vas a necesitar mañana. Esaú es representación de las per-
sonas simples que solo piensan en lo momentáneo. La palabra clave que
define el error de Esaú fue que el despreció su primogenitura y prefirió
un plato de lentejas. Muchas veces despreciamos lo trascendental por lo
momentáneo. Cuidado con menospreciar lo que Dios te dio.
Honra el trabajo que haces para Dios. Si menosprecias lo que haces
vendrán otros mejor capacitados. Jacob anhelo y Esaú menospreció. No
importa quien llegó primero al altar sino quien permanece. La vida no
radica en lo que tú eres sino en lo que es Dios. ¿Estas deshonrando tu
identidad en Dios? ¿Negocias tu fe por alimento, por una salida mejor
de tu crisis?
La segunda trata de necesidad de protección, nos lleva a tomar de-
cisiones erróneas para sentirnos seguros. Preferimos en la acción lo que
tengo en mis manos a lo que puedo tener en la fe. Lo que dice el diablo es:
“No importa que está mal la relación que tienes, lo que importa es que te
sientes seguro y en paz, no importa que no esté bien”. No podemos vivir
tomando decisiones según lo que sentimos, Dios nos ha dejado su Palabra
para que sigamos sus consejos y nuestros planes sean bendecidos, todos
necesitamos una relación con Dios. Somos humanos y tenemos defectos.
La ultima necesidad es reconocimiento y afirmación, ¿Qué tanto
estás dispuesto a negociar para recibir afirmación? Estas tres necesida-
des se hacen insostenibles cuando el diablo nos toca el orgullo. Con el
orgullo quieres aparentar el tener lo que no tienes, y vives de apariencias
y te vuelves hipócrita, con una familia ficticia; porque no hay hogar, solo
mentiras ambulantes y todo por sentirse reconocidos y afirmados.
No podemos vivir enfocados en lo terrenal como prioridad. El
diablo se alimenta con nuestro orgullo. Estaba pasando una situación
parecida a esta y el apóstol Pablo muy sabio describe al hombre que se
deja llevar por las necesidades “Enemigos de la Cruz de Cristo”.

“El fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es
su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal” Filipenses 3:18-19.

106 Código Fe
Las personas que viven pensando en las cosas terrenales se convier-
ten en un enemigo de la Cruz, aunque estén dentro de la Iglesia.
Jesús es el único que puede saciar nuestra alma. Ser cristiano tras-
ciende las cuatro paredes de un templo, serlo significa una vida diferente.
Donde quiera que yo vaya la gente tiene que saber que yo le pertenezco a
Dios. Que tus decisiones sean pesadas por la Palabra de Dios, haz callar
la voz del enemigo que te invita a ser “feliz” por el camino más fácil.

CAPÍTULO 18 ̶ No solo de pan vivirá el hombre 107


CAPÍTULO 19

I N CO N FO R ME S CO N L A C RUZ

“En cuanto a mí, jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la


Cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado
para mí, y yo para el mundo” Gálatas 6:14.

V ivimos en un mundo lleno de retos y avances tecnológicos,


todo va demasiado rápido y esto nos hace estar inconformes.
No has terminado de reunir para un teléfono cuando ya salió el nuevo
más caro, el mundo está mudando constantemente. El punto es que esta
inconformidad física la llevamos a una inconformidad espiritual y por
eso somos personas insatisfechas con lo que Dios nos da. El plan de Dios
no es que vivan inconformes, el plan de Dios es que vivamos contentos
con todo y en todo tiempo, aunque parezca absurdo el estar contento
en la Venezuela que vivimos hoy, pero de igual manera, sin importar las
circunstancias, nosotros podemos vivir contentos con lo que Dios nos
da cada día.
La persona inconforme está constantemente proyectando su futuro
pensando en que: “cuando pase eso o aquello seré feliz, ahora todo está
mal” esto produce amargura en su presente, la realidad es que tristemente
las cosas no siempre serán como nosotros queremos, las cosas cambian
como Dios quiere.
La persona inconforme es una persona netamente amargada.
Una persona inconforme es aquella que nunca está satisfecha con
lo que vive, con las decisiones que se toman o con las situaciones que le
rodean. Es una persona insaciable en la proyección de su felicidad, es de-
cir, haga la que haga nunca estará feliz con el resultado. Vive quejándose
por todo y dañando a todos a su alrededor. La verdad es que la persona
inconforme es el resultado de una persona herida y por consiguiente sus
acciones harán que la hieran más.

La inconformidad de Judas

Judas fue un discípulo de Jesús y dentro del cuerpo de Cristo había


ganado tres cosas que son vitales en una relación: confianza, cercanía y
tenía autoridad delegada. Judas no era cualquiera, Jesús había puesto su
confianza en él, pero de igual forma y a pesar de todo lo que represen-
taba, Judas estaba inconforme. Judas tenía mucho para recibir por parte
de Dios, pero no lo aceptó porque estaba inconforme. La inconformidad
de Judas no le permitía disfrutar el lugar especial que tenía en el corazón
de Jesús. La persona inconforme no sabe lo que quiere en realidad y si te
rodeas de personas así puedes llegar a volverte loco. Otra característica
de una persona inconforme es que es malagradecida.

Desagradecido con la Cruz de Jesús

Judas fue un desagradecido, estaba al lado de Jesús, pero no tenía


a Jesús en el corazón. Hoy en día tenemos dentro de las Iglesias muchas
personas igual que él, que andan con Jesús, pero no tienen una relación
real. Dios los bendice, pero andan siempre inconformes. Algo en lo que
debemos meditar es en el hecho de que realmente podemos vivir de la
mano de Jesús, pero inconformes con Él y con los beneficios que nos da.
Los inconformes viven pendientes de la forma en que se hacen las
cosas y criticando la manera en cómo se toman las decisiones que desde
su perspectiva debería ser mejor juzgado; perfeccionismo, chisme, envi-
dia y orgullo son algunas de las características que tiene el inconforme
con la Cruz.
Judas era el tesorero personal de Jesús, no era cualquier discípulo,
poseía un cargo que solo se le otorga a una persona de suma confianza, sin
embargo, Judas no lo valoraba. Personas así nunca disfrutarán el puesto

110 Código Fe
que tengan porque hay un vacío de inconformidad en su alma, por esta
razón viven proyectando su felicidad a un futuro que nunca se concreti-
zará, pues el problema no está en las circunstancias sino en el corazón.
La gente inconforme no avanza.
Judas fue apóstol (Mateo 10:4) y tesorero (Juan 13:29) ¿Cómo al-
guien que estuvo tan cerca de la Cruz siempre se sintió tan lejos de ella?
Una gran pregunta a la que podemos alegar, acerca del vacío interno que
tenía Judas, mismo que no le permitiría ser feliz o estar conforme, aunque
fuera amigo de Jesús. No vivas culpando a otros de tu insatisfacción “me
vio o no me vio” no es cuestión de que te busquen y te den o no te den, es
cuestión de lo que hay dentro de ti. Los vacíos son un problema, por ellos
hay personas que no pueden dejar relaciones, aunque estén mal, prefieren
aguantar relaciones violentas debido al vacío que esclaviza.
Las cosas no siempre serán como nosotros queremos. Hay cosas a
las que simplemente debemos adaptarnos.
Judas, el hombre que llegó a traicionar a Jesús es también unos de
los mayores enigmas del nuevo testamento, porque es muy duro ver como
alguien que estuvo tan cerca de Jesús viviendo milagros y maravillas pudo
convertirse en traidor. Nuestro problema es que vemos la insatisfacción
como algo sencillo y no como el pecado que es.
La traición empieza cuando nos sentimos insatisfechos, el corazón
empieza a ser minado para la rebelión. El inconforme es un rebelde en
potencia. Debemos ser agradecidos con lo que Dios nos da, nos guste o
no, debemos confiar en nuestro Señor, él es bueno y todo lo que hace es
con justicia.
Judas fue un judío nacionalista y revolucionario, quería cambiar el
sistema de la época, estaba concentrado en construir un reino material,
pero Jesús siempre predicó de un reino espiritual (Juan 18:36), con esta
declaración la motivación de Judas se haría manifiesta, no era la correcta,
¡Judas estaba tan desubicado! Judas buscaba su propio beneficio y espe-
raba que Jesús le obedeciera y se dejara influenciar por lo que él pensaba
o creía.
El sentido de Justica de Judas era extraño. Su locura era tal que vivía
juzgando y aun intentaba corregir a su Maestro, el Hijo de Dios. Se olvidó
de su lugar y cuando eso acontece empezamos a igualarnos a nuestros su-
periores con vientos de grandeza. La Biblia nos narra una linda escena de
adoración a Jesús, un acto solemne donde una mujer quebró un perfume

CAPÍTULO 19 ̶ Inconformes con la Cruz 111


carísimo a los pies del Maestro y con sus cabellos los enjuagaba. A Judas
le pareció incorrecto esto y juzgó todo según su perspectiva moralista e
hipócrita, pues la misma Biblia dice que no hablaba con la intención que
vociferaba (Juan 12:5-6).
La inconformidad nos hace igualados. El punto más peligroso de
la inconformidad nos lleva a juzgar al Señor. Las personas inconformes
no soportan que se dé honra a otros. ¿Era malo honrar a Jesús aun con la
pobreza en el lugar? Por supuesto que no. Judas tenía segundas intencio-
nes (Juan 12:6). Todo el que critica siempre tiene una segunda intención.
Jesús le recordó a Judas que su moralidad no serviría de nada pues los
pobres siempre estarían entre nosotros (Juan 12:6-8).
No puedes vivir inconforme, confórmate con lo que tienes y lucha
para avanzar, sana la inconformidad de la mano de Jesús.
Existen los sindicatos de inconformes, una organización donde
se agrupan los empleados para defender su derecho. El inconforme no
soluciona, sino que forma parte del problema, una persona con inconfor-
midad puede llegar a matar o robar, intentando llenar su vacío insaciable.
La insatisfacción es una herida no sanada que se alimenta de orgullo.

El beso del inconforme

El que vive inconforme es potencialmente rebelde y es presa fácil


para que el diablo entre en él (Lucas 22:2), los inconformes son causa de
alegría para el enemigo (Lucas 22:4). La inconformidad es interna, vayas
a donde vayas siempre va a estar ahí porque es el resultado del orgullo.
Judas entregó a su Señor con un beso (Lucas 22:47). Cuida de quien te
besa, porque probablemente te está apuñalando por detrás, peor, cuida
más de que no seas tú que esté haciendo lo mismo.
La Biblia nos dice que hay una sola inconformidad que nos conviene
y es no conformarnos a este siglo (Romanos 12:2), no te conformes a la
vida sin Dios. El antídoto para la inconformidad se encuentra en 1Tesa-
lonicenses 5:17-22.

“Orad sin cesar; dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios
para vosotros en Cristo Jesús. No apaguéis el Espíritu; no menospreciéis
las profecías. Antes bien, examinadlo todo cuidadosamente, retened lo
bueno; absteneos de toda forma de mal”.

112 Código Fe
CAPÍTULO 20

VO CAC I Ó N, PA SIÓN Y COM PROM I SO

“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la


vocación con que fuisteis llamados” Efesios 4:1.

E s importante la vocación porque ella determina el rumbo de


nuestra vida. Los médicos, enfermeros y también los pastores,
todos deben contar con vocación para poder llevar el gran peso de su
función y la responsabilidad que lleva su ejercicio. Así mismo cada uno
de nosotros debemos desarrollar nuestra vocación. Cuando tu trabajo
va acompañado de vocación se nota en el buen desempeño del día a día,
parte de tu vida se convierte en hacer lo que haces y lo disfrutas. El apóstol
Pablo nos habla de la vocación en Efesios 4:1, apuntando que cada uno
de nosotros hemos sido llamados a una vocación en el Señor.
Entendemos por vocación a la inclinación a cualquier carrera o
profesión, en palabras simples, vocación es la inspiración con la que Dios
llama a alguien a un estado, la misma es considerada como un proceso
que se desarrolla durante toda la vida, por este motivo existen personas
muy mayores que aun disfrutan el ejercer su carrera como al principio,
porque es su vocación y no se agota la pasión.
Debemos tener vocación para el Señor. Se trata de definir el “Quién
soy” “Cómo soy” y “A dónde quiero ir en Dios”. La persona que tiene vo-
cación en Dios se siente inspirada para llevar una vida diferente. Hemos
sido convocados por Dios para llevar una vida Santa. En estos tiempos
es más común ver personas que no tienen vocación al trabajar en su
profesión, aquel que es policía en la Venezuela actual debe tener mucha
vocación para desempeñar su trabajo de manera honrada, no es sencillo
arriesgar su vida diariamente y recibir un sueldo miserable. ¡Dios bendiga
los policías honrados de nuestro país!
Cualquier profesional venezolano debe contar con vocación y mu-
cha pasión para trabajar hoy en día en nuestro país. ¡Dios bendiga los
médicos y enfermeras de nuestro país! Son trabajos poco reconocidos y
débilmente valorados, son las personas que cargan el desahogo de la gente.
Es importante contar con vocación para trabajar en Dios. La voca-
ción nos inyecta pasión y la pasión nos lleva a hacer sacrificios. Si no hay
pasión no hay sacrificios. Existe una notable diferencia entre aquel que
tiene vocación y el asalariado. Si usted disfruta lo que hace jamás será un
empleado, si no lo disfrutas simplemente eres un empleado más que le
interesa el “quince” y “ultimo”.
La vocación te lleva a comprometerte, te lleva a dar un extra. Dar
el extra debe ser un compromiso de vida en todo lo que hagamos. Una
gran maldición que tenemos como nación es que hay mucha gente en
posiciones, pero sin vocación.
Jesús tuvo una vocación: un llamado divino que le llevó a cumplir
su propósito en la Tierra (Mateo 20:28 TLA).
Servir y dar su vida, este es el propósito y esta la pasión que mueve
el corazón de nuestro Señor Jesucristo. Si bien sabemos debemos ser
imitadores de Cristo, nuestro sentido de vida, y la vocación que debemos
tener es servir a otros, servir sin importar si resaltas o no, debemos servir
porque Jesús lo hace.

¿Cuál es tu vocación?
El propósito en la vida secular va ligada a la carrera que escogimos
para estudiar, pero en Cristo.

¿Cuál es tu función? ¿Cuál es tu pasión? La función de Jesús en la


Tierra fue “sencilla”, pero trascendental para la humanidad.

Analiza el servicio que haces para el Señor ¿Sigues haciéndolo con


pasión? Si has perdido la pasión vuelve al primer amor y recuerda la vo-
cación que Dios te ha dado que es única e irrevocable, perdemos la pasión

114 Código Fe
en lo que hacemos en Dios porque nos decepcionamos fácilmente, el
punto con la decepción es que no puede durar para siempre, debes sanar
la decepción y volver a las primeras obras.
Si tu vocación es servir buscarás la más mínima oportunidad para
hacerlo excelente y con amor.
La vocación del pastor no es una tarea fácil. Es un llamado de vida
que te lleva a soportar adversidades, cargas y en algunas ocasiones trai-
ciones, mientras algunos pueden decidir si asisten o no a una reunión, un
buen líder y pastor estará siempre allí sin importar las limitaciones. Debes
apasionarte por las cosas que haces para que veas el fruto de tu trabajo.
El servicio que hacemos en el Señor a otras personas traerá frutos
eternos. Lo que te llevará a apasionarte por lo que haces es la vocación, y
el sacrificio viene en respuesta a la pasión.
¿Realmente amas a Dios? Las personas que no están dispuestas a
sacrificarse simplemente no aman a Dios.
¿Cómo se puede vivir una vida en Dios sin pasión? En relación a
nuestro evento “Un Gesto de Amor” económicamente no trajo beneficios,
los que sirvieron con pasión no solo entregaron su tiempo, sino, su fuerza
y sin esperar algún beneficio económico. Ganamos dignidad en lo espi-
ritual y la sonrisa de Dios, ese día nuestra vida sirvió para que alguien
tomara una sopa caliente.
La palabra pasión hace referencia a la necesidad de hacer algo
porque existe una fuerza interna que mueve al individuo a hacerlo y está
vinculada a la vocación. La pasión significa sentir con fuerza lo que hago,
es el motor que me ayuda a dar el extra. En esta vida nos encontramos
con dos tipos de personas: los que triunfan o fracasan. No conozco una
persona que triunfe sin pasión, todo el que ha triunfado en esta vida tuvo
que inyectarle a sus metas una grande dosis de motivación. Dios va a
bendecir al hombre diligente.
Jesús nos mandó a caminar una milla más de esfuerzo para alcanzar
las metas que nos imponen ¿Cómo logramos esto? Solo con la ayuda del
Señor y con la pasión que le tengamos al servicio, el que no se esfuerza
no prosperará.
La pasión es el volcán de emociones que mueve la vida. La pasión
nos lleva a hacer sacrificios aun en contra de nuestra propia voluntad.
En las últimas horas de Jesús antes de ser arrestado, su alma se
angustió hasta la muerte (Mateo 26:37). La vocación de Jesús le inyectó

CAPÍTULO 20 ̶ Vocación, pasión y compromiso 115


la pasión que le llevó a sacrificarse por nosotros, Él fácilmente podía li-
brarse del sacrificio, pero la pasión le llevó a sacrificarse por libre decisión
(Mateo 26:45-46).
Existen dos formas de atravesar el sacrificio: porque me toca y por
libre decisión ¿Desde cuándo no tomas la decisión de sacrificarte? En
tiempos de crisis ¿Te sacrificas por tus hijos? Si lo haces debes hacerlo con
buena actitud. No viene de la obligación sino de la decisión del corazón
(Juan 10:18). La vida de Jesús fue dada por decisión, claramente Él dijo:
“Nadie me quita mi vida”.
Muchos han perdido la pasión por la vida espiritual. Una vida
espiritual sin pasión es insípida, donde no hay sacrificio no hay poder.
Jesucristo asumió su llamado ¿Qué estás dispuesto a sacrificar para cum-
plir tu llamado en Dios?

Vocación para ser partícipes de la naturaleza divina


(2 Pedro 1:3-7)

En este capítulo Pedro nos habla sobre una lista de cosas que debe-
mos hacer para cumplir nuestra vocación: necesitamos diligencia. La fe es
lo que creemos, a esto debemos añadirle virtud, que significa integridad,
que tus acciones y tu fe estén ligadas. El conocimiento es el otro esla-
bón que debemos tener unida a la fe y la integridad: soy integro porque
conozco a Dios. Lo siguiente que debemos tener es dominio propio, la
capacidad de controlar mis emociones, canalizar y drenar mis reacciones,
no sirve de nada tener conocimiento sobre todo y no saber aplicarlo en
tu vida personal (Proverbios 25:28).

Tres beneficios de tener dominio propio:


1. Nos impide caer en pecado.
2. El control en las circunstancias adversas.
3. Permanecer en el Señor sin desviarte.

Lo siguiente es la paciencia y es clave para ser prosperado, saber


esperar el momento oportuno. Paciencia significa permanencia y es una
palabra dinámica (Hebreos 12:1) perseverancia en las dificultades.
El apóstol Pedro cierra con un consejo:

116 Código Fe
“Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán
estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor
­Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es
ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por
lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y
­elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás” 2 Pedro 1:8-10.

Debemos desarrollar estos frutos para no tener la vista muy corta.

CAPÍTULO 20 ̶ Vocación, pasión y compromiso 117


CAPÍTULO 21

I N F E L I C E S P O R DEC ISIÓ N

“¡Dios bendice a todos los que lo obedecen y siguen sus enseñanzas! Si


tú eres uno de ellos, Dios te bendecirá mucho. En el seno de tu hogar
comerás y disfrutarás de lo que ganes con tu trabajo. Tu esposa tendrá
muchos hijos. ¡Parecerá un racimo de uvas! Nunca en tu mesa faltará
comida, y tus hijos crecerán fuertes como los olivos” Salmos 128:1-3 (TLA).

P odemos vivir infelices por mucho tiempo debido a las decisio-


nes incorrectas que tomamos. Se nos va la vida proyectando la
felicidad en cosas que nunca llegarán y esta es el motivo de la infelicidad.
Con respecto al tema de la felicidad el ser humano es incomprensible, las
condiciones externas ideales para la felicidad nunca llegarán, algunas per-
sonas declaran “Yo solo seré feliz cuando consiga esto o aquello”. Dios está
dispuesto a bendecir de gran manera a aquellas familias que le obedecen.
Cada uno tiene un concepto diferente de lo que es la felicidad, para
algunos la felicidad es algo abstracto, otros relacionan la felicidad con
adquirir muchos bienes materiales, otros con títulos universitarios y para
llegar a la felicidad se inventan escenarios que probablemente nunca llega-
rán. Esto pasa debido a que vivimos inconformes siempre con el presente
“terrible” y proyectamos un futuro exitoso y una condición perfecta para
la plenitud de la felicidad.
Quizás alcances todo lo que te proyectaste en la vida para ser feliz,
pero nunca saciarás el vacío, te darás cuenta que no sirve de nada acumu-
lar muchos bienes, tener muchos hijos o alcanzar títulos universitarios, si
en el camino no disfrutaste nada. Pues la felicidad no se trata de lo externo.
La felicidad no radica en lo material. La Biblia enseña que puedes
tener una nevera full y seguir siendo infeliz. La felicidad no está relacio-
nada con lo externo sino con lo que hay dentro, sencillamente levantarnos
y decidir ser felices cada día. Esto puede significar hacer caso omiso a lo
que las personas digan o piensen, para ser feliz muchas cosas deberán
ser ignoradas.
Ser infeliz por decisión habla de tenerlo todo humanamente hablan-
do (familia, casa, carro, hasta el perrito perfecto) y de igual forma estar
infelices pues en eso no consiste la felicidad. Otros tienen literalmente
todo para ser feliz, y con esto me refiero a Jesús, la plenitud de vida, pero
son infelices de cualquier manera.
Hombres fuertes en la Biblia, grandes apóstoles como lo fue Pablo,
Pedro, siervos como Esteban fueron hombres que sin duda fueron felices.
Aunque nunca paramos para pensar en la felicidad de ellos, sin duda lo
fueron. Ellos no tuvieron todo lo soñado, no tuvieron una vida fácil, ni
siquiera un ministerio sencillo, sin embargo, con dolor y en prisiones Pa-
blo escribía con ternura a sus hijos espirituales, teniendo poco o teniendo
mucho Pablo declaró que aprendió a contentarse en todo. Estos hombres
eran felices porque tenían a Cristo en su corazón.
Jesús murió y resucitó no solo para salvarnos sino para que puedas
ser dichoso, feliz y próspero. ¿Alguien podría dudar que Jesús fue feliz?
Jesús sufrió mucho más de lo que nosotros podríamos soportar y de igual
manera Él fue feliz. Todo depende en que te enfoques, podemos decidir
enfocarnos en los problemas y no en las bendiciones que Dios nos da.
¿Qué es la felicidad entonces? Si Pedro tuvo plenitud de vida, fue
porque conocía a Jesús y murió. En medio de la aflicción hay una calidad
de vida con el Señor. Como ejemplo de esto tenemos a un David que era
perseguido por su propio hijo y en medio de la guerra pudo declarar.

“En paz me acostaré y así mismo dormiré porque solo tu Jehová me


haces vivir confiado” Salmos 4:8.

El camino a la felicidad se llama Jesucristo (Juan 10:10 TLA) tener a


Jesús en el corazón significa vivir en abundancia a pesar de que las cosas
estén mal. Parece muy difícil en medio de la adversidad tener plenitud.

120 Código Fe
No existen las condiciones externas perfectas para ser felices.
Aprende a ser feliz teniendo poco y teniendo mucho para que
cuando llegue el momento de abundancia puedas mirar a la pobreza,
recordarla con alegría y glorificar a Dios por su fidelidad. Si tienes a Jesús
en tu corazón Él va a iluminar tu vida desde adentro, solo debes dejar que
Él se exprese y brille dentro de ti, deja de pelear por tantas cosas, empieza
a ceder y disfrutar la vida, así serás feliz.
El ser humano es incomprensible cuando se trata de felicidad, vivi-
mos creyendo que hay ciertas condiciones para ser feliz y no entendemos
que somos felices porque tenemos a Jesús en nuestro corazón. Tenemos
que permitirle a Jesús expresarse en nuestras acciones y palabras. No hay
otro en el que podamos estar completos sino en Jesucristo (Colosenses
2:10).
Algunas personas viven en un constante vacío emocional y bus-
cando llenarlo pasan de hombre tras hombre y nunca son felices, el vacío
sigue igual, pues ha sido puesto por Dios para llenarlo con su Presencia
y traernos la plenitud. Soy feliz cuando decido serlo.
La vida puede pasarte estando en Cristo, pero sin disfrutar de sus
beneficios. La Cruz también es entrega, sacrificio y abnegación. No hay
mayor satisfacción que hacer la voluntad del Padre (Juan 37-40). La ple-
nitud de Jesús estaba en hacer la voluntad del Padre.
Vivir felices está relacionado con dejar fluir al Espíritu Santo en
nuestra vida y en tomar diariamente la decisión de ser feliz, debemos
aprender a moldearnos a cualquier situación.
Nadie tiene más poder en mi vida que el que yo le otorgo. Las per-
sonas pueden controlarte cuando hay falta de perdón, es decir, cuando
tienes resentimiento y odio, y así mismo ellas tendrán el poder de con-
trolar tu estado de ánimo.
Quitales el control de tu vida, serás más pleno y experimentaras gozo
y paz. Nadie es feliz peleando con todo el mundo, decide ser feliz hoy.
El joven rico decidió no ser feliz, según su perspectiva de vida
decidió seguir aquello que él pensaba que le proporcionaría felicidad
(Marcos 10:17). La infelicidad está relacionada con nuestro orgullo, esto
quiere decir que para ser feliz muchas veces tendrás que doblegar y hacer
morir tu orgullo y te preguntaré ¿Qué vale más? ¿Ganar una discusión o
tener paz? El joven rico lo tenía todo, aun cumplía lo mandamientos del
Señor; pero no se doblegó ¿De qué sirve tener muchos lujos si no tienes

CAPÍTULO 21 ̶ Infelices por decisión 121


con quien compartirlos? La felicidad no está en los bienes materiales
(Proverbios 17:1).
Existen ingredientes para la infelicidad, cada quien tiene su propia
receta, unos dicen “No seré feliz hasta que mi esposo cambie”, “No seré
feliz hasta tener más dinero”, “Solo seré feliz cuando tenga hijos”; pero al
final todos colocamos el peso de la decisión que tomamos en lo externo
olvidando que lo principal para ser feliz es interno. Debes entender hoy
que solo serás pleno en Jesús (Colosenses 2:9-10).
El primer factor que no nos deja ser felices es externo: la carne
(1Corintios 2:14). Cuando no sometemos la carne al Espíritu Santo y le
damos libertad dejamos de ser felices, pasamos a ser cristianos de título,
pero mentirosos en acción. El problema no está en las condiciones, mu-
chas veces lo que te hace falta es ayunar y orar más para ver las cosas más
espiritualmente. El cristiano carnal puede amar a Dios, pero no disfrutará
sus beneficios jamás.
El segundo factor que nos quita la felicidad es externo y es el diablo.
El punto con el diablo es que él hará su tarea si la carne está de su lado,
puede que el diablo se meta en tu familia y te robe la felicidad, pero ¿Quién
le dio permiso de entrar en tu vida? La carne. El mayor problema es este.
Medita en la pregunta.
¿Qué es más importante, tener la razón o tener paz?
Aprende a doblegarte, calla cuando sea necesario, decide todas las
mañanas ser feliz y disfrutar de todas las bendiciones que Dios te da.

122 Código Fe
CAPÍTULO 22

ES PER AN Z A CON TR A E SPERANZA

“El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre


de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu
­descendencia” Romanos 4:18.

C ada vez que se acerca la fecha de fin de año y va a comenzar


un nuevo año debemos tener una nueva esperanza. En este
tiempo evaluamos un poco las cosas que han pasado, algunas malas, muy
malas, otras muy buenas y algunas excelentes; sea bien o sea mal con-
cluimos que Dios ha sido fiel en nuestra vida un año más. Vivimos días
difíciles, días de angustia y de turbación; días donde intentamos pasarla
bien, pero con la conciencia de que las cosas no están bien. Parece que las
cosas no mejoran, sino que cada día están empeorando, nos encontramos
con que el dinero no nos rinde, el poder adquisitivo cada día es menor, la
inseguridad es mayor, pero Dios aún te dice: ¡HAY ESPERANZA!
El problema es que tantos conflictos nos van apagando la llama del
espíritu, ¡Dios traerá esperanza! Podemos pensar que las cosas no están
bien para que pase nada bueno, la verdad es que quizás no.
Cuando nos olvidamos que Dios nos ha dado esperanza, vienen pen-
samientos constantes de resignación a la mente que nos dice: “acostúm-
brate a lo malo”. A veces la alegría se convierte en una maldición cuando
no tomamos las cosas en serio y creemos que debemos acostumbrarnos
a lo malo y pasarla bien, aun así. ¡Hasta parece que a la gente le es fácil
acostumbrarse a las cosas malas! El diablo nos dice: "Esto es lo que te
tocó vivir”, “No naciste para ser prospero sino para ser pobre”, esos pen-
samientos inyectados por el infierno nos llevan a la desesperanza. Dios
dice que es Cristo en nosotros la esperanza de gloria, esto quiere decir que
Cristo en mí puede cambiar la circunstancia que estoy viviendo y puede
llevarme a un puerto seguro.
La desesperanza te va a llevar a hundirte y a olvidar lo que Dios
quiere hacer contigo, tenemos que reprender la desesperanza y creer lo
que Dios quiere hacer. Cuando la desesperanza toque a tu puerta no se
te olvide quién es tu Dios.
Cuando Dios te promete algo debes creer que eso se va a cumplir. En
el Antiguo Testamento los israelitas vivían recordando lo que había hecho
Dios a sus antepasados. Es importante saber lo que Dios te prometió para
que la esperanza esté presente. ¡Reclama las promesas! La esperanza es un
estado del alma en el tiempo de la aflicción, cuando recibes una promesa
de Dios para ver su cumplimiento necesitas esperanza. La esperanza es
más que una ilusión, la esperanza sostiene la ilusión.
La esperanza es diferente de la fe, ya que esta va más allá de la espe-
ranza, sin embargo, es imposible tener fe sin esperanza, porque la fe espera
lo que no ve, pero la esperanza sabe y está firme en que Dios prometió
algo y en cualquier momento lo va a hacer. La Palabra de Dios es precisa
y cumple lo que promete. Dios sabe que tiene que responder a lo que te
prometió. Antes de que venga la fe siempre es buena la esperanza, pues
Abraham, que es el padre de la fe, dice la Palabra, que creyó esperanza
contra esperanza, es decir, aunque las cosas no están dispuestas para el
milagro la esperanza es mucho mayor.
Quizás usted diga que no tiene fe para ver el milagro en su vida,
pero recuerde que Dios bendice a los que saben esperar en Él. Espera el
tiempo y vas a recibir. La esperanza nos revela a un Dios que hace cosas
imposibles, ¿Cuantas cosas imposibles tenemos? quizás para unos es
imposible hacer un mercado como lo hacía cinco años atrás, pero Dios
ha dicho que Él es el dueño del oro y la plata y nos va a dar más de lo que
nosotros pedimos o esperamos según el poder que actúa en nosotros.

124 Código Fe
Un Dios de lo imposible

Abraham estaba muy viejo y Dios le prometió darle un hijo, pero


las condiciones físicas no estaban dispuestas para tal acontecimiento,
tanto Abraham como Sara eran ya muy avanzados de edad, su cuerpo
no tenía la fuerza ni el vigor para engendrar un hijo, sin embargo, Dios
le habla varias veces y le promete que va a tener una descendencia in-
contable. No serían con sus fuerzas sino con las fuerzas de Dios. Quizás
tú no tienes un problema de esterilidad física, pero Dios te ha dado otra
Palabra y tú piensas “¿Cómo es esto posible?” si las cosas no están dadas
para que suceda. El problema es que nosotros estamos acostumbrados a
presupuestar con lo que tenemos y no con lo que tiene Dios. Dios no va a
usar tu presupuesto, Él va a usar el presupuesto del Cielo (Génesis 15:4).
El Señor le dice a Abraham que su descendencia sería muy grande. Para
el tiempo de este dialogo de Dios, él buscaba un heredero, la costumbre
de la época era la adopción, pero no era como hoy en día: “El derecho
del niño a tener papá”, era más bien el derecho que tenía el patriarca de
tener alguien que llevara su herencia. A este dilema Dios no le da una
respuesta inmediata sino una respuesta que requiere esperanza, le dice
que sería padre de muchedumbre.
En Génesis 15 Dios le promete, pero en el capítulo 16, Sara no so-
porta no tener hijos y le dice a Abraham que se llegue a su sierva Agar.
Todo empezó con una promesa de Dios, pero cuando pasa el tiempo Sara
se harta y recurre a otra costumbre de la época: si la mujer no podía dar
hijos, el hombre podía llegarse a una de las siervas de la mujer y tener
hijos como propios. Sara se fue por la tradición del momento. ¡Si Dios no
puede hacer las cosas yo lo voy a hacer por Dios! ¿Cuántas veces hemos
estado haciendo las cosas que le corresponden a Dios? hemos querido
ayudar a Dios para hacer las cosas, pero Él no necesita ayuda. El pecado
de Sara fue irse con la tradición y desconfiar de Dios.
Hoy en día tenemos una discusión porque la gente quiere obede-
cer al hombre, pero también quiere obedecer a Dios, sin entender que
obedecer la tradición es desobedecer a Dios. El gran error de ellos dos
(Abraham y Sara) fue titubear de lo que Dios había prometido porque
pasó el tiempo.
Es grave dudar de la Palabra de Dios. Si no le crees a Él no le crees
en nada. Nuestro mayor error es pensar que para lo que Dios va hacer

CAPÍTULO 22 ̶ Esperanza Contra Esperanza 125


necesita de lo que nosotros tenemos. Creemos que depende de nuestras
circunstancias. Esto quiere decir que Dios NO está contando con lo tuyo,
Dios NO está contando con tus relaciones, el Señor es quien pone la gracia,
tú solo debes estar ahí, Él hace todo lo demás.
Lo que Dios prometió solo depende de nuestra obediencia. ¿Cuál
es tu imposible? Ese imposible Dios puede hacerlo posible hoy. Él es
quien abre puertas y cierra puertas. El Cielo y la Tierra saben que deben
obedecer al Rey de reyes. El próximo milagro puede ser el tuyo.
Después del error y la desobediencia de Abraham y Sara el Señor
tiene misericordia. Honestamente todos hemos desobedecido a Dios in-
finidad de veces en lo que va de año. Pero en medio de la desobediencia
Dios restaura y da otra oportunidad a sus hijos, Abraham tenía un corazón
bueno con Dios, pero se equivocó. Las consecuencias del pecado de esta
pareja quedaron hasta el día de hoy. A pesar de eso Dios trajo gracia a sus
vidas, de esto se trata el amor de Dios con nosotros, si nos arrepentimos
de nuestros pecados Él nos restituye.
En Génesis 17 lo que Dios te prometió al principio lo volverá a hacer
(Génesis 17:15-18). Dios quiso decirle a Abraham “porque te amo voy
a cumplir lo que te prometí al principio”. Todo lo que recibes de Dios es
por misericordia y no por derecho. El orgullo tiene que morirse. A esto
nos está llevando Dios, a entender que es por las fuerzas de Dios que
tenemos las cosas y no por nuestras fuerzas, si tienes orgullo todavía, va
a ser duro para ti. Dios te va a llevar a lo último para que entiendas que
todo depende de Él. Por eso vienen los quebrantamientos.
Es el tiempo de nuestra herencia, de ver lo maravilloso de Dios en
nuestra vida, humanamente era lógico dudar de que Dios usara un cuerpo
estéril y casi muerto para levantar una generación.
Dios está desarrollando una acción en nosotros, Dios conoce tus
pensamientos y tus miedos. Para Dios era igual esperar o hacer el milagro
inmediatamente, para Sara y Abraham no era igual, porque tenía que
haber un desprendimiento y una confianza en el corazón.
La espera es el instrumento que Dios usa para formar nuestro ca-
rácter y limpiar nuestro corazón, la espera desarrolla carácter y lealtad.
No pierdas la esperanza, todo lo que ha prometido Dios, Él lo hará, se
cumplirá a su tiempo y sabrás que fue Él. (Génesis 21:1) ¡Dios habla,
Dios cumple!

126 Código Fe
No se debilitó su fe al considerar su cuerpo. Según la historia el
cuerpo de Abraham estaba en un estado de descomposición como si
estuviera muerto (Romanos 4:19). Abraham no vaciló al ver su cuerpo
sin vida. Dios es Poderoso para darle vida a un cuerpo casi muerto, la fe
de Abraham fue más poderosa que la muerte. Su fe no se apagó por su
circunstancia (Romanos 4:17).
A pesar de lo que nuestros ojos vean yo creo en lo que Dios va a
hacer conmigo. Abraham superó el horizonte de la esperanza que se trata
de las fuerzas del hombre y se enfocó en la fuerza de Dios. La fe produce
acción, la fe y la esperanza de los cristianos deben mostrar fidelidad a Dios.
Las promesas de Dios son eternas (2 Corintios 4:18). Creer y esperar
es estrecho, una fe que espera y una esperanza que cree (Romanos 4:19)
¿Cuál es el fundamento de tu esperanza? Es una sola: las promesas de
Dios. La promesa de Dios te sustenta cada mañana (Romanos 5:5), (2
Corintios 1:20). Renuncia a la desesperanza y ábrete a la esperanza de
Dios, renuncia al abandono y abrázate al Señor, hay un milagro que Dios
puede hacer en tu vida en cualquier momento (Jeremías 29:11).

CAPÍTULO 22 ̶ Esperanza Contra Esperanza 127


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