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1. Marco teórico
Ahorro energético
Ahorrar energía es el camino más eficaz para reducir las emisiones contaminantes de CO2 (dióxido de carbono)
a la atmósfera, y por tanto, ayudar detener el calentamiento global del planeta y el cambio climático. Es también el
camino más sencillo y rápido para lograrlo. Por cada kilovatio/hora de electricidad que se ahorra, se evita la emisión
de aproximadamente un kilogramo de CO2 en la central térmica donde se quema carbón o petróleo para producir esa
electricidad, o en el caso de las hidroeléctricas, un litro de agua.
Además, ahorrar energía tiene otras ventajas adicionales para el medio ambiente, pues con ello se logra evitar;
lluvias ácidas, mareas negras, contaminación del aire, residuos radiactivos, riesgo de accidentes nucleares,
proliferación de armas atómicas, destrucción de bosques, devastación de parajes naturales, desertificación.
Pero esas ventajas también alcanzan el nivel económico, es decir, cada kilovatio-hora le cuesta al consumidor
casi dos quetzales (actualmente), de forma que cambiar de hábitos o sustituir los aparatos por otros menos
despilfarradores representa ahorrar dinero; en algunos casos la alternativa que se propone puede parecer más cara,
pero lo que se gaste al principio se recupera de manera más o menos rápida, pues se habrá reducido el gasto en
energía (factura de la luz) y una vez amortizado, comenzará el ahorro de dinero (lo que se deja de gastar en energía).
Todas estas ventajas se traducen por sí mismas en una mejor calidad de vida, más aún si consumir menos
energía va unido a la mejora de los servicios que ésta nos proporciona (luz, calor, movimiento, etc.), es decir, se trata
de mejorar la eficiencia energética de cada aparato eléctrico con el que se encuentre en el entorno, y lo más sencillo,
la de las luminarias o bombillos que sean objeto de iluminación de espacios cerrados.
Así se pondrá freno a la actual situación de consumo inconsciente energético; en muchas ocasiones se consume
demasiada energía, que no es necesaria, recibiendo poco o ningún servicio y, a veces, un mal servicio e incluso
perjuicios.
Ahorrar energía es también un deber de solidaridad, si se tiene en cuenta que cada habitante de los países
desarrollados consume, por término medio, la misma energía que 16 ciudadanos del Tercer Mundo, y que los
europeos occidentales son responsables de la emisión de seis veces más cantidad de CO2 que los países
subdesarrollado; se debe tener conciencia y no ser parte de los países contaminantes sino de los pocos que quieren un
mundo mejor para futuras generaciones.
Calentador de agua a gas, o solar con apoyo eléctrico, en vez de solamente eléctrico, 60 - 70%.
Calentador de agua solar, con apoyo a gas, en vez de calentador a gas, 60%.
Calentador de agua solar, con apoyo a gas, en vez de calentador eléctrico, 85%.
Necesidades de calor /frío tras cerrar pequeños escapes de aire en el techo /paredes, 20 - 25%.
Las cifras indican el porcentaje de energía que se ahorra respecto a la que consumía el aparato/hecho en cuestión
antes del cambio de tecnología, hábito u otros.
Las lámparas de bajo consumo son aquellas que generan un mayor flujo luminoso por vatio de energía (más
lúmenes por vatio) lo que implica una reducción de los costos de la iluminación. Con las bombillas de LED se están
consiguiendo entre 80-150 lúmenes/w, mientras que una halógena tan sólo 20-25 lúmenes/w, por eso la necesidad de
mayor consumo de estas últimas. Existen varios tipos de bombillas de bajo consumo, los de LED (diodos
conductores), los de fluorescencia, las lámparas de sodio y los halogenuros metálicos.
Bombillos fluorescentes
Los bombillos fluorescentes (figura 1) consumen menos porque se consigue, mediante efectos físicos, la emisión
de luz con la misma o superior intensidad lumínica que las bombillas clásicas pero con menos consumo de energía
(watts).
Bombillo LED
Con las bombillas de bajo consumo LED (figura 2) se puede reducir el coste de la luz, entre un 40% y un 90%,
según el tipo de bombillas que se este sustituyendo. Si se sustituyen las bombillas de bajo consumo "normales" (que
no dejan de ser fluorescentes en pequeño, con un contenido de gases tóxicos) por las de tipo LEDS se puede reducir
un 35-40 % del recibo de la luz. Si lo que se sustituye son incandescentes o halógenas, el ahorro puede estar entre el
75-90 % del recibo de la luz.
La luz de bajo consumo de LEDS es una luz fría ya que al consumir poca energía emite poco calor.
Aproximadamente el 95 % de energía se transforma en luz y un 5 % en calor.
Ya se han descrito algunas diferencias, pero a continuación se expondrá más ventajas sobre las bombillas
basadas en iluminación LED pues se considera que son el futuro por su muy bajo consumo, y otros datos que se
enumeran a continuación:
o Ahorro en costes de mantenimiento: como el LED no tiene filamentos o partes mecánicas sujetas a rotura
o fallos de fundido no existe un punto en que dejen de funcionar, si no que su degradación es gradual a lo
largo de su vida. Se considera una duración entre 30.000 y 100.000 horas. En este caso su luminosidad
decae por debajo del 70% de la inicial; esto significa entre 10 y 30 años en una aplicación de 10 horas
diarias, unos 300 días/año.
o Encendido rápido: El encendido y apagado de las bombillas de bajo consumo tipo LED, a diferencia de
otros sistemas, es muy rápido.
o Versatilidad: se pueden utilizar en múltiples aplicaciones decorativas y con todos los colores posibles.
o Índice de reproducción cromática muy alto: este índice nos proporciona una medida de la calidad de la
luz. La obtenida por la fluorescencia y las llamadas bombillas de bajo consumo además de no ser
instantáneas en su encendido y vibrar su luz tienen un índice muy bajo, en torno a 44 (luz muy poco
natural); en cambio, el LED está en torno a 90. Es por ello que se logra que se aprecien mucho más los
matices de los colores.
o Más ecológico: en las bombillas de bajo consumo tipo LED su huella ecológica es menor ya que no
contienen mercurio, ni gases tóxicos o CFL, como otras bombillas.
o No atrae a los insectos: Al no emitir rayos ultravioletas atrae muchísimo menos a todo tipo de insectos.
Aparatos eléctricos
Un aparato o dispositivo eléctrico es un aparato que, para cumplir una tarea, utiliza energía eléctrica alterándola,
ya sea por transformación, amplificación/reducción o interrupción. Entiéndase por aparato eléctrico los siguientes:
El listado anterior, es una pequeña parte de la gran gama de los aparatos eléctricos que actualmente existen.
Estos, mientras mantienen encendida una luz piloto a la espera de volver a entrar en funcionamiento, muchos
electrodomésticos propician un gasto energético nada desdeñable.
Muchos aparatos eléctricos consumen permanentemente energía cuando se encuentran apagados pero no
desenchufados, a la espera de que alguien accione un mando a distancia, en posición de stand by. Otros
electrodomésticos funcionan interiormente con corriente continua y disponen de una fuente de alimentación interior o
exterior en forma de transformador o enchufe que pertenece siempre encendida. Este es el caso de radiocasetes,
minicadenas, cargadores de pilas, teléfonos, etc. Finalmente hay otros artilugios en constante funcionamiento, se
precisen o no, como el video, el amplificador de antena, el teléfono sin hilo, emisoras.
Una vivienda mínimamente equipada con aparatos eléctricos puede tener un consumo de electricidad superior a
1,6 kilowatios diarios aun en el caso de no estar habitada, lo que es un desperdicio eléctrico. Por ejemplo, un televisor
que en funcionamiento consume unos 45w de potencia, lo que quiere decir que requiere 45 w cada hora, una vez
apagado con el mando a distancia permanece a la espera, por lo que su consumo no cesa sino que disminuye a 15 w.
Si el televisor funciona durante cuatro horas al día, el gasto asciende a 180 w, pero el consumo total del mismo será
de 480 w por día si se añaden los 300 w que precisa a lo largo de las 20 horas en que permanece apagado. Es decir, el
60 por ciento del total podría ahorrarse si el aparato fuera desconectado de la corriente.
Se conoce que la producción de electricidad tiene un elevado impacto ambiental. Si procede de centrales
nucleares, su uso implica generar residuos radiactivos, si la electricidad procede de centrales térmicas, las emisiones
de dióxido de carbono que se producen inciden decisivamente en el recalentamiento planetario y el cambio climático,
si procede de hidroeléctricas aumenta en consumo de agua para hacer funcionar las plantas eléctricas.
Por este motivo es necesario crear conciencia e incorporar hábitos de compra y consumo de los
electrodomésticos que impidan un gasto innecesario que castiga la biosfera. La presión de los consumidores, el
cambio de hábitos y la innovación tecnológica podrían resolver este derroche, acusado en todas las partes del mundo.
Por ejemplo, ya existen fax domésticos que sólo consumen cuando suena el ring telefónico. En todo caso, se puede
iniciar por el hogar de cada una de las personas que quiera aplicar estos conceptos y así poder ser un granito de arena
más en la construcción de un mundo mejor.
2. Diagnóstico
La aplicación de principios de Producción más Limpia (P+L) en cualquier empresa suele iniciar realizando
estudios en la parte de consumo eléctrico y de consumo de agua. En este caso se plantean una serie de pasos
a seguir para poder aplicar este concepto en la parte básica de consumo eléctrico:
A. Iluminación
1. Conocer la cantidad total de luminarias del área en estudio.
2. Conocer el tipo de luminarias del área en estudio (LED, incandescentes o fluorescentes).
3. Conocer el consumo en Watts que representa cada luminaria.
4. Conocer la cantidad de horas aproximadas que estas permanecen encendidas al día.
5. Determinar cuántos Kwh. aproximados representan en la factura eléctrica, utilizando la fórmula de
Carátula
Índice
Objetivos
Introducción
Marco teórico
PLAN DE MEJORA
Áreas de Mejoramiento Objetivos Medidas para reducción de consumo Ahorro total Responsable(s)
estimado
Conclusiones
Recomendaciones
Anexos