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Un futuro incierto para los niños de Irak

Sin duda, los inicios del siglo XXI estuvieron marcados por múltiples hechos que trascendieron a
nivel mundial, pero de entre todos estos sucesos existen algunos cuyas consecuencias llegan a la
actualidad. En este sentido, la guerra de Irak ha sido uno de estos casos, en medio de cuyo
desastre son los niños iraquíes las principales víctimas de la terrible situación política en que se
halla sumido el país desde antes del comienzo de la guerra liderada por Estados Unidos.
Así, la salud de los niños iraquíes se degradó en gran medida tras la invasión en 2003. Se
calculan 1,5 millones de niños que sufren de malnutrición, de hecho, uno de cada diez niños
iraquíes tiene un peso anormal en relación con su edad. La guerra tuvo también consecuencias
nefastas en la salud mental de los niños. Muchos de ellos sufrieron traumatismos relacionados
con las ofensivas, como lo es el intenso miedo a morir, el estrés, las crisis de pánico, entre otros
[CITATION Hum17 \l 9226 ]. No obstante, la mayoría de los niños iraquíes que presentan
problemas de salud mental se quedarán sin recibir tratamiento, ya que el número de psiquiatras
infantiles en el país es insuficiente para atender a todos los que necesitan asistencia. Tal es el caso
del Dr. Haidr al-Maliki, que fue psicólogo militar durante el régimen de Sadam Husein y trabaja
en la actualidad como psiquiatra infantil en el Hospital Ab Ibn Rushed de Bagdad, siendo uno de
los escasos psiquiatras infantiles que aún quedan en el país [ CITATION Ces18 \l 9226 ].
Por otra parte, Irak es un estado inestable y sujeto a numerosos ataques terroristas. Los
niños representan alrededor del 8,1% del conjunto de personas muertas en los atentados, a
menudo víctimas de dispositivos explosivos y coches bomba. Además, los niños están en alto
riesgo debido a los millares de bombas y minas antipersona diseminadas en ciertas partes del
territorio. Y es que, durante la guerra, las minas terrestres de repetición, como las raciones de
comida que lanzaban los aviones del ejército invasor eran del mismo color, causando confusión
en la gente hambrienta, principalmente niños, que se acercaba pensando que recogían alimentos
para encontrarse con explosivos que muchas veces estallaba al tacto, dejándolos mutilados o, en
el peor de los casos, muertos (Iturralde, 2007).
La inestabilidad política, la violencia, los atentados, la precariedad y el miedo provoca
migraciones más allá de las fronteras del país, por lo que la población, en un éxodo sin
precedente, se ven obligados a vivir en condiciones extremadamente difíciles y estar en
vulnerabilidad física y psicológica. Además, Irak es un país de numerosos huérfanos, donde uno
de cada seis niños cae bajo esta circunstancia, pues ante la devastación sufrida y la escasez,
muchos niños están obligados a ganar dinero con el fin de tener acceso a necesidades
fundamentales y ayudar a sus familias, pasando sus días mendigando por las calles o trabajando
en arduas jornadas. La situación es tan dramática que algunos de ellos acaban en el tráfico de
drogas o personas y las redes de prostitución, donde los infantes son brutalmente abusados y
explotados (ONU, 2015).
Finalmente, son los niños quienes mayoritariamente sufren la guerra y padecen las
consecuencias de esta. La guerra de Irak ha dejado un saldo de cientos de miles de muertos, entre
los que se encuentran una gran cantidad niños inocentes que mueren día a día sin saber el
verdadero significado de las barbaridades de las cuales son testigos. En definitiva, niños a los
cuales les han arrebatado los más fundamentales derechos, su futuro y la posibilidad de que una
nación como la República de Irak pueda levantarse de entre las cenizas que dejaron los constantes
bombardeos que destruyeron el país. Sin embargo, es la infancia la única capaz de reconstruir su
nación, son ellos quienes construyen “puentes” entre las personas para que los valores más
humanos se mantengan presentes ante la adversidad. Así, la Humanidad debe adquirir el
compromiso de velar por un futuro intacto e inocente, contrario a uno donde los niños se
manchen las manos con la sangre de sus seres queridos, asesinados en una guerra en vano y sin
verdadera justificación.

Referencias

Chelala, C. (22 de enero de 2018). La guerra contra los niños de Irak. AnnurTv. Recuperado de
http://www.annurtv.com/nota/49218-opinion-la-guerra-contra-los-ninos-de-irak.html
Humanium. (23 de noviembre de 2017). Niños de Irak: Descubriendo los Derechos del Niño en
Irak. España: Humanium. Recuperado de https://www.humanium.org/es/irak/
Iturralde, E. (2007). Cuando callaron las armas. Bogotá, Colombia: Norma.
ONU: Consejo de Seguridad. (2015). Informe del Secretario General sobre los niños y el
conflicto armado en el Iraq (S/2015/852). Recuperado de
https://www.refworld.org.es/docid/565fe2984.html

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