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CONTENIDO

PRESENTACIÓN....................................................................................................................3

INTRODUCCIÓN....................................................................................................................4

1. DEFINICION DEL SABER Y RACIONALIDAD AMBIENTAL...................................5

2. LA FORMACION Y CONSTRUCCIÓN DEL SABER Y LA RACIONALIDAD


AMBIENTAL...............................................................................................................................8

2.1. LA FORMACION DE SABER AMBIENTAL...........................................................8


2.2. CONSTRUCCIÓN DEL CONCEPTO DE RACIONALIDAD AMBIENTAL.....10

3. SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO, SU RELACION CON EL SABER Y LA


RACIONALIDAD AMBIENTAL............................................................................................17

3.1. ¿QUÉ SIGNIFICA SOCIOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO?...............................17


3.2. PROPUESTAS DEL SOCIOLOGIA DEL SABER AMBIENTAL........................19

4. DIMENSION INSTRUMENTAL DEL SABER Y LA RACIONALIDAD


AMBIENTAL.............................................................................................................................22

5. IMPORTANCIA DE LA INCORPORACION DEL SABER Y LA RACIONALIDAD


AMBIENTAL EN LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA.......................................................24

CONCLUSIONES......................................................................................................................27

BIBLIOGRAFIA:.......................................................................................................................29
PRESENTACIÓN

Las estudiantes del presente grupo de trabajo saludan a la comunidad educativa de la

prestigiosa Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco en especial a los

estudiantes de la carrera profesional de Antropología. La presente monografía tiene por

objetivo contribuir en la comunidad educativa antoniana proponiendo la definición,

construcción y formación del saber y la racionalidad ambiental; Así como también la

relación del saber ambiental con la sociología del conocimiento, la dimensión

instrumental del saber y la racionalidad ambienta , por último la incorporación del saber

y la racionalidad ambiental en la enseñanza universitaria.

Todos estos alcances en vinculación objetiva a la ecología cultural y la importancia de la

discusión académica de estos temas en nuestro aprendizaje universitario. Mediante el

presente trabajo buscamos la mejor compresión y difusión del tema a desarrollar, además

de intentar contribuir a la discusión académica de estos temas de vanguardia en nuestra

carrera profesional.

Finalmente, permítannos pasar por alto los errores que se puedan suscitar en el desarrollo

del mismo.

Los estudiantes.

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INTRODUCCIÓN

El saber y la racionalidad ambiental es una propuesta de acción ideológica, política y

epistemológica con la creación de nuevos paradigmas y formas de pensar en lo que

respecta a lo ambiental , la crisis social económica y ecosistémica que el ser humano vive

en los tiempos actuales. El tema del saber y la racionalidad también es un planteamiento

muy discutido en las últimas décadas en las ciencias sociales y más aún en la

antropología ya que esta rama tiene la gran tarea de como comprender la distintas

sociedades, percibiendo como estas se comportan desde su interpretación con sus

entornos y se encaminan hacia nuevos modos sostenibles de vida.

En tal sentido en el presente trabajo monográfico nos hemos propuesto brindarles

información de fácil compresión, aclarando conceptos que servirán para una mejor

compresión de la Racionalidad y Saber Ambiental.

En la primera parte, verificaremos la definición del saber y la racionalidad ambiental; en

la segunda numeración trataremos sobre el tema de formación y construcción del saber y

la racionalidad ambiental, en el tercer tema nos insertamos en la sociología del

conocimiento y su relación con el saber y la racionalidad ambiental, en el tema cuarto

verificamos la dimensión instrumental del saber y la racionalidad ambiental, y por último

la importancia de la incorporación del saber y la racionalidad ambiental en la enseñanza

universitaria

Los estudiantes.

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1. DEFINICION DEL SABER Y RACIONALIDAD AMBIENTAL

El tema del saber y la racionalidad es un planteamiento muy discutido en las últimas

décadas en las ciencias sociales, ya que ante la crisis ambiental del sistema capitalista

impuesto por el pensamiento occidental, surge esta forma de repensar el mundo y

repensar los conocimientos hasta hoy legitimados, por el paradigma epistemológico

actual. Entonces ¿que podríamos entender por definición o concepto de saber y

racionalidad ambiental?; Se dice que la racionalidad ambiental deber ser entendida como

“la capacidad de la especie no de los individuos, de encontrar variantes que les permita

perdurar en el tiempo adaptándose de la mejor manera a las condiciones del entorno”

(Jiménez, 2016, p. 147).

Podemos entender de esto, que los seres humanos tenemos que adaptarnos de la

mejor manera al medio ambiente que nos rodea. En ese sentido la especie humana se

adapta lo mejor que puede en pleno siglo XXI, depredando y originando desequilibrios

ecológicos y ambientales en su entorno. Y en conceptos darwinianos como lo explica

Jiménez una especie “luchando por sobrevivir”; los “homo sapiens sapiens” siempre nos

hemos creído una especie muy sabia e inteligente, nos pensamos los muy “racionales”,

entonces debemos cuestionarnos ¿está bien hacer colapsar nuestro único medio de

supervivencia?, ¿está bien depredar nuestro medio natural en harás del desarrollo

tecnológico y afán económico? A diferencia de otras especien en la tierra el ser humano

dice:( Jiménez, 2016) “tienes dos evoluciones una biológica que es lenta al igual que las

otras especies y otra más rápida, la evolución cultural” (p. 147).

Entonces ¿cómo se adapta culturalmente? El ser humano con los equilibrios

ambientales y de qué manera con los equilibrios caóticos, siendo responsabilidad de

nosotros entender el problema ecológico ya que somos la cúspide de la cadena

alimentaria en el planeta tierra. Ciertamente los seres humanos hemos sido capaces de

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crear conocimientos necesarios para adaptarnos a este medio ambiente aun cuando esos

mismos conocimientos pueden representar nuestra extinción.

El problema ahora es la maximización de la producción convirtiéndonos dice

Jiménez “en nuestros propios depredadores” y sin la tecnología actual estaríamos

“fritos”, si esto es ¿bueno o malo?, es lo que hemos podido hacer hasta ahora como

especie para hacerle frente a la realidad que nos rodea. Si no maximizaríamos la

producción, los 7.796 millones de personas correríamos el riesgo de morir de hambre y

eso pone en más riesgo la necesidad de perdurar, aunque este mismo desarrollo nos esté

llevando al colapso ambiental.

La ciencia entonces seria nuestro más valioso bien de la humanidad para buscar

soluciones a los problemas ambientales que nos aquejan, sin embargo la ciencia no

siempre ha acertado y a veces nos ha traído consigo aspectos positivos y negativos; el

conocimiento solo será útil si podemos solucionar problemas; si produciríamos como las

poblaciones indígenas que poseen una productividad amigable con el medio ambiente al

los 7.796 millones de personas correríamos el riesgo de morir de hambre. Ya que esta

productividad no alcanza para sostenernos en estos tiempos.

Entonces debemos encontrar un punto de encuentro, un punto de equilibrio entre estos

dos modelos de productividad. Así (Jiménez, 2016) dice que:

“la racionalidad ambiental se constituirá, por una parte, como una forma de

correlación y superación de tal espectro de valores y, por otra parte, como el

reconocimiento históricamente contemporáneo o postindustrial de la necesidad primordial

de anteponer axiológicamente el control de la relación entre sociedad y naturaleza en

términos de sustentabilidad de largo plazo: sustentabilidad social (económica, política y

cultural) de la población actual y generaciones venideras, sustentabilidad productiva

engendradora de insumos susceptibles de reproducir si no el capital, la vida humana,

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sustentabilidad ecológica capaz de extraer rentas o rendimientos y no stock de recursos

naturales, etc. (p. 149)

Como vemos el saber y la racionalidad ambiental requiere de la ordenación de nuestros

problemas ambientales, en relación con los fenómenos ambientales y estos en relación con los

conceptos ambientales que la ciencia y el conocimiento ha construido hasta ahora para poder

hacer frente a “nuestra lucha por la existencia”.

Figura N°:1. Triangulo: Fenómenos- Problemas-Conceptos

Fuente: (Jiménez,

2016, p. 142)

De esta manera Francisco Jiménez recomienda que para una agenda del mejoramiento de

la investigación de estudios ecológicos en miras a proponer un cambio de paradigma en nuestros

saberes y racionalidades actuales debemos tener en cuenta: los fenómenos, problemas y

conceptos ambientales muy claros, para poder ayudar a ordenar el conocimiento y procurar una

acción, que transforme la realidad y así proponer agendas de cambio.

Figura N°:2. Triangulo: Acción-Transformación-Agendas

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Fuente:(Jiménez, 2016, p. 144)

2. LA FORMACION Y CONSTRUCCIÓN DEL SABER Y LA

RACIONALIDAD AMBIENTAL

2.1. LA FORMACION DE SABER AMBIENTAL

La construcción y formación del saber y la racionalidad constituye una mirada hacia

la emergencia y construcción de un saber en tiempos donde emergen nuevos valores y

racionalidades que reconducen la construcción del mundo, y se necesita de conocimientos

y aptitudes para la sustentabilidad ambiental.

El saber ambiental nace de una nueva ética y una nueva epistemología, donde se

funden conocimientos, se proyectan valores y se internalizan saberes. Para aprender a

aprender la complejidad ambiental es necesario desaprender de los conocimientos

consabidos. El saber ambiental es un cuestionamiento sobre las condiciones ecológicas de

la sustentabilidad y las bases sociales de la democracia y la justicia; es una construcción y

comunicación de saberes que pone en tela de juicio las estrategias de poder y los efectos

de dominación que se generan a través de las formas de detención, apropiación y

transmisión de conocimientos. (Leff, 2004).

La hermenéutica del saber ambiental se establece como un campo de

significaciones que hacen proliferar los sentidos del ambiente y proyectan la complejidad

hacia la construcción de un mundo abierto a la diferencia y la alteridad. Esto conlleva a

una ética democrática, donde la equidad está marcada por la diversidad, la construcción

de la persona y el individuo en el encuentro con la complejidad y su posicionamiento

frente al Otro. Es un proceso autor reflexivo y emancipatorio que se construye desde el

ser en el que uno aprehende el mundo, en la intersubjetividad que implica el aprender a

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aprender con los otros, en el diálogo de saberes en un contexto de interculturalidad en el

que se define la particularidad de cada situación ambiental.

Según Leff (2004) en este sentido:

La formación a través del aprendizaje implica la internalización de un saber ambiental

construido social y culturalmente. Pero no se trata de la introyección de una doctrina y un

conocimiento externo, sino de una construcción siempre interactiva entre sujetos,

individuos y comunidades, donde se reconfiguran los saberes personales y las identidades

colectivas. Es un aprender a aprender de un proceso dialógico: diálogo abierto con los

otros y con un mundo en vías de complejización.

La racionalidad comunicativa, la democracia cognitiva y la socialización del saber

ambiental fertilizan el proceso de aprendizaje de la complejidad ambiental. En este

sentido, la pedagogía ambiental labra el campo para un diálogo de saberes y el encuentro

de intereses donde podrán dirimirse los conflictos que emergen de visiones contrapuestas

sobre la sustentabilidad y posiciones antagónicas por la apropiación de la naturaleza. Es

una democratización del saber por su apertura a diferentes valores y concepciones que

rompen el cerco del conocimiento universal como razón de dominio y el forzamiento del

valor global del mercado. Aprender la complejidad ambiental es una pedagogía política

de aprendizajes dialógicos y actores sociales capaces de abrir las posibilidades para la

creación de mundos alternativos, guiados por los valores de la democracia y los

principios de la sustentabilidad.

Aprender a aprender la complejidad ambiental es una invitación a fertilizar el

campo de una nueva pedagogía, donde se encuentra la pedagogía popular crítica con la

emergencia de la complejidad ambiental, la sustentabilidad, la democracia y las

autonomías locales. Se trata de un proceso que más allá de transmitir conocimientos para

una gestión racional del ambiente, se plantea el problema del reconocimiento y la

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reapropiación del mundo. De una reflexión y una práctica que se plantean la valoración

de los servicios ecológicos, de los recursos naturales y de las culturas autóctonas como

condición de sobrevivencia, principio de diversidad y valor democrático; que plantea la

relación entre la racionalidad y los valores, interroga el poder en el saber, y plantea la

reconstitución de las identidades, su arraigo en nuevos territorios y la reconstrucción de

las formas de habitabilidad y convivencia.

Complejidad ambiental; complejidad emergente; complejidad reflexiva;

complejización del ser, del conocimiento, del tiempo de las identidades; desconocimiento

del conocimiento; ciencia pos normal; reapropiación del saber; diálogo de saberes; juegos

de lenguaje; logos hermenéutico; acción interpretativa; comprensión del ambiente;

producción de sentidos; aprendizajes significativos; constitución plural de sujetos;

construcción de ciudadanía; configuración de identidades híbridas; utopía, diferencia,

diversidad, alteridad, otredad, infinito, praxis proyectual y construcción de virtualidades;

saber intuitivo, analógico, heurístico; investigación participativa; educación popular

ambiental; autogestión comunitaria; pedagogía crítica; saber emancipado; aprendizajes

comunitarios; saberes indígenas; estrategias identitarias; sembrar saberes; cultivar

sentidos; aprender a ser; saber enseñarse; juegos de lenguaje y estrategias conceptuales

que, frente al proyecto unitario de la ciencia moderna y al poder del saber

institucionalizado, abren un haz de luz del conocimiento a la diversidad del saber; trazan

el trayecto de un proyecto para aprender a aprender la complejidad ambiental.

2.2. CONSTRUCCIÓN DEL CONCEPTO DE RACIONALIDAD

AMBIENTAL

La nueva racionalidad que se forja en los intersticios de los escombros y las murallas

de la racionalidad que funda la modernidad no surge tan solo de la confrontación con la

racionalidad económica, sino con el todo social que la contiene, con el orden jurídico y el
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poder del estado. El ambiente emerge del campo de externalidad al que ha sido

centrifugado por la centralidad de la racionalidad económica y el logocentrismo de las

ciencias. De esta manera, la cuestión ambiental ha venido a problematizar las teorías

científicas y los métodos de investigación para aprehender una realidad en vías de

complejización que desborda la capacidad de comprensión de los paradigmas

establecidos. Se ha planteado así la necesidad de interiorizar un saber ambiental

emergente en el cuerpo de las ciencias naturales y sociales, para construir un

conocimiento capaz de integrar la multicausalidad y las relaciones de interdependencia de

los procesos de orden natural y social que determinan, condicionan y afectan los cambios

socio ambientales, así como para construir una racionalidad productiva fundada en los

principios del desarrollo sustentable.

De allí ha surgido un pensamiento de la complejidad y métodos interdisciplinarios

para la investigación de sistemas complejos, así como una estrategia epistemológica para

fundamentar las transformaciones del conocimiento que induce la cuestión ambiental

Esta estrategia conceptual parte de un enfoque prospectivo sobre la construcción de una

racionalidad social abierta hacia la diversidad y la complejidad, que confronta el proceso

de racionalización de la modernidad fundado en la búsqueda de una unidad de la ciencia

y en la unificación del mundo a través del mercado, lo que implica la necesidad de abrir

las ciencias sociales y la reflexión sociológica a la cuestión ambiental.

La construcción de una racionalidad ambiental es un proceso de producción teórica

y de transformaciones sociales. La racionalidad ambiental es una categoría que aborda las

relaciones entre instituciones, organizaciones, prácticas y movimientos sociales, que

atraviesan el campo conflictivo de lo ambiental y afectan las formas de percepción,

acceso y usufructo de los recursos naturales, así como la calidad de vida y los estilos de

desarrollo de las poblaciones.

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Este conjunto de procesos sociales donde se entretejen las relaciones entre las

formaciones teóricas e ideológicas, la producción de saberes y conocimientos, la

organización productiva y las prácticas sociales inducidas por los valores del

ambientalismo, orienta las acciones para construir una nueva racionalidad social y así

transitar hacia una economía global sustentable.

La cuestión ambiental es una problemática eminentemente social, generada por un

conjunto de procesos económicos, políticos, jurídicos, sociales y culturales. Este campo

emergente he sido abordado por un pensamiento de la complejidad en el que predomina

una visión ecológica del mundo.

La conexión entre lo social y lo natural ha estado guiada por el propósito de

internalizar normas ecológicas y tecnológicas a las teorías y las políticas económicas,

dejando al margen el análisis del conflicto social y las relaciones de poder que allí se

plasman y se hacen manifiestas en torno a las estrategias de apropiación social de la

naturaleza. Los procesos de destrucción ecológica y degradación socio ambiental (perdida

de fertilidad de los suelos, marginación social, desnutrición, pobreza y miseria extrema),

han sido resultado de prácticas inadecuadas de uso del suelo y de los recursos naturales ,

que dependen den un modelo depredador de crecimiento y de patrones tecnológicos

guiados por la racionalidad de la maximización del beneficio económico de corto plazo ,

el cual revierte sus costos sobre los sistemas naturales y sociales.

La construcción de una racionalidad ambiental es un proceso político y social que

pasa por la confrontación y concertación de intereses opuestos; por la reorientación de

tendencias (dinámica poblacional, crecimiento económico, patrones tecnológicos,

prácticas de consumo); por la ruptura de obstáculos epistemológicos y barreras

institucionales; por la innovación de conceptos, métodos de investigación y

conocimientos, y por la construcción de nuevas formas de organización productiva.


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El saber ambiental, aun en sus construcciones teóricas y conceptuales más

abstractas, emerge del cuestionamiento de una racionalidad insustentable, con el fin

práctico de solucionar problemas y de elaborar políticas de desarrollo sustentable.

En un sentido más crítico y propósito, el saber ambiental se orienta hacia la construcción

de una nueva racionalidad social. En esta perspectiva, las formaciones teóricas e

ideológicas, así como la práctica del ambientalismo, emergen con un sentido prospectivo

y utópico, reorientando valores, instrumentando normas y estableciendo políticas para

construir sociedades sustentables.

Recuperando el concepto de racionalidad de Max Weber, Leff (2016) propone

vincular al problema actual de la sustentabilidad, la definición de la racionalidad

Ambiental:

Parafraseando a este autor, la describiremos como un proceso de emancipación

que implica la descolonización del saber sometido al dominio del conocimiento

globalizador y único, para fertilizar los saberes locales. Nace en la deconstrucción de la

razón que ha desencadenado las fuerzas eco destructivas de un mundo insustentable, es

decir, nace en contraste con las teorías, el pensamiento y la racionalidad de la

modernidad, y se arraiga en prácticas sociales y en nuevos actores políticos,

desplegándose en los movimientos socioambientales que luchan por la construcción de

sociedades sustentables y por la reapropiación de su naturaleza y sus territorios de vida.

Su concepto se fue gestando en la matriz discursiva del ambientalismo naciente, para ir

creando su propio universo de sentidos (p. 202).

En relación a lo anterior, es importante también describir la diferencia pero a su

vez la complementación existente, al momento de abordar una problemática, entre

sentidos-significados y saberes-conocimientos, para comprender que alcance le damos a

estas denominaciones cuando las utilizamos a lo largo de este trabajo.

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Coexisten, por un lado, significados teóricos vigentes en las prácticas científicas

y, por otro, sentidos dados a los significados, es decir, los saberes que la comunidad tiene

sobre sus propias problemáticas. El sentido común y el conocimiento científico son

discursos que se complementan. El primero facilita la construcción de subjetividades

mediante la comunicación intersubjetiva, contextualiza las problemáticas y las miradas

sobre ellas; el conocimiento científico por su parte pretende exponer las relaciones

encubiertas en los objetos, relaciones, fenómenos, explicarlas y hasta en algunos casos

reproducirlas experimentalmente.

La contraposición de la racionalidad ambiental a la racionalidad económica se

fundamenta en que esta última ha desarrollado una estrategia de poder para legitimar su

principio de racionalidad fundado en el modelo cientificista de la modernidad. Desde esa

perspectiva, no solo se define como racional la conducta de los actores sociales que se

rigen por las motivaciones del mercado, la ganancia y la utilidad, sino que se busca

deslegitimar los modos de organización social guiados por otros valores. Las prácticas

tradicionales, así como las demandas de las comunidades locales y las sociedades no

capitalistas, aparecen como derechos y valores, pero carentes de racionalidad.

La globalización económica instala la soberanía del consumidor en el lugar de la

soberanía de los pueblos, que en sus procesos históricos establece las reglas de cohesión y

solidaridad social y los imaginarios colectivos que definen las necesidades y deseos de la

gente dentro de organizaciones culturales diferenciadas. De estos principios emergen hoy

en día las luchas de resistencia de los pueblos a subsumirse dentro de las reglas

homogeneizantes del mercado globalizador, a ser reducidos a elementos de un capital

humano, a disolver sus valores y estilos de vida (Leff, 2004, p.195).

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En referencia a los conflictos en torno a la megamineria, estos surgen de formas

contradictorias de comprender, vivir y producir el espacio habitado.

Otros aspectos que Leff incorpora al concepto de racionalidad ambiental, son, por un

lado, el carácter simbólico, y por otro, el aspecto ético. “La racionalidad ambiental busca

repensar la relación entre lo real y lo simbólico en el mundo actual globalizado, la

mediación entre cultura y naturaleza, para confrontar a las estrategias de poder que

atraviesan la geopolítica del desarrollo sostenible. Por otra parte, desde la ética surge una

crítica a la racionalidad económica, a partir del carácter irreductible de los principios de

autonomía, solidaridad y autosuficiencia a la razón reduccionista del mercado.

¿Cómo se construye la racionalidad ambiental?

Esta construcción implica un proceso, es la realización de una utopía, de un

proyecto social que surge como respuesta a otra racionalidad. Y esta otra racionalidad

económica- ha tenido su periodo histórico de construcción, de legitimación, de

institucionalización y de tecnologización.

El proceso de transición, se caracteriza por la oposición de intereses y

perspectivas de ambas racionalidades, por sus estrategias de dominación y por sus

tácticas de negociación. Es un proceso transformador de formaciones ideológicas,

practicas institucionales, funciones gubernamentales, normas jurídicas, valores culturales,

patrones tecnológicos y comportamientos sociales que están insertos en un campo de

fuerzas en el que se manifiestan los intereses de clase, grupos e individuos, que

obstaculizan o movilizan los cambios históricos para construir esta nueva racionalidad

social (Leff, 2004, p. 223).

Consideramos que nos encontramos en este proceso, y que la emergencia de los

conflictos socioambientales es su más clara manifestación. También puede observarse

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este choque de racionalidades en el campo profesional no solo entre las diferentes

disciplinas en las que ha sido dividida la ciencia, sino también al interior de cada una de

estas-, entre quienes siguen apelando a la ciencia moderna para legitimar el

conocimiento, y quienes apuestan a un nuevo paradigma científico que aborde la

complejidad de los problemas e incorpore los saberes, sentidos e incertidumbre

inherentes a las cuestiones ambientales. Este choque estaría dando cuenta del paso de la

ciencia normal a la ciencia post-normal y de la coexistencia conflictiva de ambas.

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3. SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO, SU RELACION CON EL SABER

Y LA RACIONALIDAD AMBIENTAL

3.1. ¿QUÉ SIGNIFICA SOCIOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO?

Como bien sabemos la sociología, la antropología, la filosofía y otras ciencias

sociales tienen su forma de aprehender el mundo. La sociología del

conocimiento consiste en el estudio de los orígenes sociales de las ideas y del efecto que

las ideas dominantes tienen sobre las sociedades. Entonces lo que se estudia, es la

influencia entre sociedad y pensamiento, es decir, como influye la sociedad en el

pensamiento y cómo influye el pensamiento en la sociedad.

Particularmente como las ideas producidas influyen en la sociedad provocando

transformaciones. El objeto de estudio es la vida cotidiana, saber el comportamiento de

las personas y como ellas adopta su propio criterio junto con la sociedad. Según lo

observado en apartados anteriores el saber ambiental que la sociedad occidental impuso;

hoy derivo o nos llevó a la crisis ambiental y es por eso que el nuevo paradigma a

concebir ha de ser un paradigma reintegrador o talvez mucho más que reintegrador.

Para Leff (1998) el saber ambiental: “Es el punto de no conocimiento que

impulsa la producción del saber, sabiendo que éste es un proceso incolmable e

interminable de producción de conocimientos. En este sentido, el saber ambiental

emergente lleva a redefinir sus objetos de estudio y a refundar sus métodos de análisis de

la realidad” (p.132).

Entonces el conocimiento debe de ser un estimulante para producir saberes,

teniendo en cuenta que las ideas viene de un proceso histórico de crear conocimiento y

el saber ambiental debe de surgir para llevarnos a redefinir sus fines de estudios y como

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también sus métodos de cuantificación y percepción de la realidad para poder así, como

nunca antes se había visto; tener un paradigma globalizador de ideas con miras a un

futuro sustentable.

Es en esta perspectiva la reconstrucción del conocimiento y por tanto la

racionalidad ambiental plantea un “programa fuerte” como dice Leff a la sociología del

conocimiento:

Esta sociología- ambiental del conocimiento cambia el ángulo de visibilidad de las

relaciones sociedad-naturaleza, dominado por los fundamentos epistemológicos, las

"ciencias duras" (el positivismo lógico) Y su colonización ecologista, hacia métodos

integradores de procesos de orden natural y social a través de la articulación de ciencias y

paradigmas teóricos que responden a procesos de diferentes órdenes de materialidad y

racionalidad. Desde allí ejerce una crítica a los enfoques emergentes (biosociología,

ecología humana, energetismo social), que subsumen el orden simbólico y social en los

procesos de orden físico y biológico, para abrir un campo de reflexión sobre las

determinaciones y condiciones sociales (históricas, económicas, culturales, políticas) del

saber ambiental. (1998, p. 133)

Hoy comprendemos la teorización de lo ambiental con un cambio de perspectiva,

esta perspectiva, tiene implicaciones importantes para la epistemología y para la teoría

del conocimiento de esta manera Enrrique Leff explica lo siguiente:

Así, frente al positivismo y al racionalismo que pretenden contrastar, refutar o verificar

las teorías científicas con la objetividad de la realidad fáctica, las construcciones teóricas

de la racionalidad ambiental se evalúan en la potencialidad de su virtual objetivación

como proyecto histórico, fundado en los procesos materiales que lo sustentan, en los

procesos de significación que movilizan a nuevos actores sociales para la realización de

sus utopías. Y de las condiciones sociopolíticas en las que se desarrollan (que

obstaculizan o promueven) sus estrategias de poder. Este programa de sociología del

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conocimiento abre un campo de estudio de las condiciones ambientales (ecológicas y

sociales) que inducen estos procesos de producción y transformaciones del conocimiento

en la construcción de una racionalidad ambiental. (1998, p. 133)

El cambio de paradigma será un proyecto histórico que hará frente al

racionalismo y positivismo, modelos europeos que se basan en la objetividad de la

realidad fáctica, contraria a la forma de pensar de esta racionalidad ambiental que

propone Leff y que tendría que ver con un programa social de transformación que

movilizaría a novísimos actores sociales con ímpetu de realizar nuevas utopías, esta

condición nueva del paradigma ambiental se podría ver en las transformaciones de

modos de producción y transformaciones en todo el conocimiento humano.

Así como sucede en la racionalidad ambiental existente en Latinoamérica y el

Caribe así como en países donde existen poblaciones minoritarias étnicamente hablando,

el saber ambiental toma otras connotaciones siendo un paradigma productivo generador

de sinergias, que generan y articulan procesos ecológicos y tecnológicos de menor

impacto con el medio ambiente. Teniendo en cuenta esto, la racionalidad ambiental

tendrá que enfrentar barreras teóricas según cada disciplina y sobretodo las rigideces de

las instituciones sociales donde se ejerce el poder de los conocimientos legitimados

hasta hoy, a través de una matriz de intereses opuestos, diferenciados y desiguales de los

actores que movilizan y se enfrentan en el campo de la lucha ambiental.

3.2. PROPUESTAS DEL SOCIOLOGIA DEL SABER AMBIENTAL

La sociología del Saber Ambiental es una propuesta para la articulación sistémica de un

paradigma productivo alternativo. Estos conceptos conducen a la construcción de nuevas

bases materiales que sustentan a dicho paradigma con potencial movilizador de acción

social. El saber ambiental no solo es útil para sistematizar enunciados teóricos del

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discurso ambiental, sino también para analizar su coherencia en sus momentos de

expresión estableciendo una dialéctica entre el poder transformador del concepto y su

construcción misma a través de sus aplicaciones. Para su realización propone que a

través de una nueva teoría de la producción y su puesta en práctica de proyectos

alternativos de desarrollo. La sociología del Saber ambiental puede establecer

correlaciones entre los criterios epistemológicos internos de las ciencias y el contexto

sociohistórico en el que el conocimiento se genera, se aplica y se legitima, para esto tiene

las siguientes propuestas:

 Se propone una revalorización de la racionalidad de las minorías étnicas y

culturales; estas sociedades son primordiales para la reapropiación de saberes,

prácticas y estilos de vida tradicionales y alternativos, con un proceso de

desarrollo, equidad, distribución y legitimación de una verdadera democracia.

 Por otra parte el saber ambiental propone un cambio e innovación en el derecho

e incorpora los nuevos derechos humanos a un ambiente sano y productivo, los

derechos comunitarios a la autogestión de su patrimonio de recursos y la

normatividad social sobre las condiciones de acceso y uso de los bienes comunes

de la humanidad. Cuestionando el orden jurídico y principios del derecho privado,

abriendo así nuevos caminos a derechos culturales, ambientales y colectivos.

Ordenamiento jurídico que responda a nuevas formas de propiedad y apropiación

de los medios de vida y de producción, promovidos por procesos emergentes de

socialización de la naturaleza.

 La Productividad Ecotecnológica, esta perspectiva es la construcción de

conceptos que tiene un sentido movilizador de las fuerzas materiales y de los

procesos existentes de producción al cambiar los valores de la racionalidad

ambiental podrán cambiar los conceptos de productividad, entonces así

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articulamos procesos de productividad ecológica, tecnologías y formas de cultura

que articulen instrumentos y comportamientos con producir nuestros bienes y

servicios de manera ecológica.

 Propone también formaciones teóricas e ideológicas, así como las prácticas del

ambientalismo, estas formaciones hacen emerger un sentido prospectivo,

reorientando valores, instrumentando normas y estableciendo políticas para

construir una nueva racionalidad social.

De esta manera, el saber ambiental adquiere un sentido práctico y estratégico en la

reconstrucción de la realidad social. El saber ambiental se va configurando desde su

espacio de externalidad y negatividad como un nuevo campo epistémico, en el que se

desarrollan las bases conceptuales y metodológicas para abordar un análisis integrado de

una realidad compleja, en la que se articulan procesos de diferentes órdenes ontológicos

(físico, biológico, simbólico). En este sentido, el saber ambiental fundamenta, orienta y

promueve un proceso de transición hacia una nueva racionalidad social, que incorpora las

condiciones ecológicas y sociales de un desarrollo sustentable.

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4. DIMENSION INSTRUMENTAL DEL SABER Y LA RACIONALIDAD

AMBIENTAL

El saber y la racionalidad ambiental no será posible sin la acción, gestión y práctica

en la realidad de este conocimiento. Su dimensión instrumental se refiere al hecho de que

sirve de instrumento, herramienta que nos llevara a la acción para la propuesta del cambio

y por esto Jiménez (2016) dice:

Desde la perspectiva materialista, en donde nos movemos, se supone que este plano

proactivo es el que le da sentido al conocimiento (conocer para transformar) y debería

constituir una vía de conexión directa con los planos más estrictamente teóricos, o sea,

aquellos en los que una cierta noción de racionalidad debería constituir un núcleo

paradigmático renovador en tanto que se pueda dar cuenta de un ámbito problemático

específico en el mundo fenoménico real.

Hoy conocemos más el vasto espectro de los problemas -o de los fenómenos de

relación sociedad/naturaleza devenidos irracionales -en la acción: es decir, en la acción de

producir descripciones o diagnósticos o perfiles ambientales- los que por otra parte, nos

demanda la construcción de indicadores o variables que puedan modelizar tales

descripciones- en la acción de llevar adelante prácticas de gestión o manejo de agencias

gubernamentales o en ONG en tales instancias, en el propósito de elaborar marcos

programados de nuevas conductas sociales o diseño de agendas de acción ambiental (p.153).

También es importante señalar el aspecto ético u axiológico en reconocimiento del saber

ambiental para que este contribuya de manera manifiesta en el triángulo de correlación de las

teorías, hechos y valores. En la gestión de lo ambiental y así se pueda impregnar de

articulaciones en los estratos que redefinen continuamente su verdad.

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Figura N° 3, Triangulo de Interrelación de Teorías -Hechos -Valores

Fuente: (Jiménez,

2016, p. 154)

No olvidemos que al interrelacionarse estos aspectos teóricos que explican los hechos

ambientales para formar nuevos valores en la racionalidad ambiental, promovemos

agendas de transformación, es decir proyectos de cambio en todo lo problemático de lo

ambiental.

Por ultimo también debemos observar en este papel como instrumento del saber y la

racionalidad ambiental, la gran responsabilidad que tendría la antropología ecológica, al

analizar el papel de la cultura (los valores sociales, lo simbólico, las creencias, las

prácticas y los discursos de los diferentes grupos de la sociedad, etc).

Es papel de la antropología es comprender: Jiménez (2016) cómo las distintas

sociedades perciben y se comportan desde su interpretación en sus entornos que han

descubierto cosas importantes y relevantes para encaminarnos hacia modos de vida

sostenibles. Por eso, la Antropología aporta como ninguna ciencia social en la

comprensión de modos de vidas sostenibles, no sólo a nivel físico, sino qué valores, qué

creencias, qué estructuras de parentesco, qué ideologías políticas y qué tradiciones

rituales contribuyen a estas prácticas sostenible (p. 155)

22
5. IMPORTANCIA DE LA INCORPORACION DEL SABER Y LA

RACIONALIDAD AMBIENTAL EN LA ENSEÑANZA

UNIVERSITARIA

El saber y la racionalidad ambiental tiene un gran vínculo con el aspecto de la

complejidad ambiental y en ese entender también esta construcción debe de

interdisciplinaria es decir promover el holismo esto quieres decir que el todo es más que

la simple suma de las partes.

Dice Leff (1998) que el proceso educativo transmitirá y difundirá los principios y

valores de las diferentes visiones y propuestas para alcanzar la sustentabilidad. La

educación ambiental implica un proceso de concientización sobre los procesos socios

ambientales emergentes, que movilizan la participación ciudadana en la toma de

decisiones, junto con la transformación de los métodos de investigación y formación

desde una mirada holística y enfoques interdisciplinarios (p. 215).

Sin embargo, la institucionalización del saber y la racionalidad ambiental no se ha

logrado en la enseñanza universitaria con gran éxito aún, debemos por eso hablar y

conocer los nuevos discurso sobre el saber ambiental en la universidad y desde allí

promover el pensamiento y la racionalidad ambiental enseñando a los estudiantes un

trabajo de transversalidad que procure resolver conflictos ambientales y a la vez

proyectarse a la comunidad promoviendo el saber y la racionalidad ambiental.

El saber ambiental problematiza el conocimiento fraccionado en disciplinas y

alienta la constitución de un campo teórico-práctico orientado a la inclusión de los

espacios de exclusión, generados en el desarrollo de las ciencias tradicionales,

procurando operar también sobre las llamadas externalidades de las disciplinas.

23
De esta manera los universitarios deberían entender los métodos del saber y la

racionalidad ambiental.

Figura N°:4, Esquema de Aplicación del Saber Ambiental en el Proceso de la

Compresión y Acción de Problemáticas Ambientales

Fuente:( Marchisio M.A. y Buguña , 2014, p. 3)

Se procura metodológicamente, de esta manera, cambiar el paradigma racional

cartesiano por el paradigma de la complejidad y así aportar para la transformación

integrada de la realidad.

Para llevar a la práctica los postulados del saber ambiental Marchisio y Buguña (2014)

dice:

Resulta necesario, entonces, rastrear lo ya hecho científicamente e indagar sobre los

saberes populares, para luego organizar esa información e interpretarla transversalmente.

Existen métodos de observación directa, del investigador que capta esas relaciones a

través de trabajos de campo encuestas entrevistas, etc.; y de observación indirecta, del

24
investigador que mediante distintos mecanismos de recogida de datos y mediante la

utilización de trabajos científicos estadísticas, censos, información periodística y de

archivo, etcétera, reconoce las situaciones problemáticas (p. 4).

El saber ambiental, incorporado a las currículas, pretende justamente partir de la idea de

la inclusión de la sociedad involucrada y del consenso, procurar la continuidad y

concientización de la necesidad de las decisiones, de esa manera se considera que se

podría llegar a una instancia en la que se eliminen los vencedores para simplemente

conseguir que aparezcan la calidad de vida, los valores de la comunidad, las identidades,

que perduren los recursos para las futuras generaciones, etcétera.

La educación en el saber y la racionalidad ambiental universitaria podría ser:

 La construcción de un conocimiento holístico.

 La investigación / acción.

 La utilización de técnicas participativas.

 La recuperación saberes cotidianos además del saber científico.

25
CONCLUSIONES

 En la categoría de racionalidad ambiental, lo sustantivo es el concepto de ambiente.

El ambiente es el saber que emerge en el espacio de externalidad del logocentrismo

de las ciencias modernas. La racionalidad ambiental no es una “ecologización” del

pensamiento ni un conjunto de normas e instrumentos para el control de la naturaleza

y la sociedad, para una eficaz administración del ambiente. La racionalidad

ambiental es una teoría que orienta una praxis a partir de la subversión de los

principios que han ordenado y legitimado la racionalidad teórica e instrumental de la

modernidad.

La racionalidad ambiental en la que se inscribe el diálogo de saberes conduce hacia

un nuevo concepto de lo social de las relaciones sociales, del tejido social donde se

inscriben los procesos de sociabilidad del ser y del saber. Contra la idea de que la

sociabilidad provendría de la autonomía del sujeto y su capacidad como hablante.

 La problemática Ambiental emerge como una crisis de civilización de la cultura

occidental, de la racionalidad de la modernidad, de la economía del mundo

globalizado. No es una catástrofe ecológica ni un simple desequilibrio de la

economía. Es el desquiciamiento del mundo al que conduce la cosificación del ser y

la sobreexplotación de la naturaleza; es la pérdida del sentido de la existencia que

genera el pensamiento racional en su negación de la otredad. Al borde del

precipicio, ante la muerte entrópica del planeta, brota la pregunta del sentido sobre

el sentido, más allá de toda hermenéutica.

26
 Es incuestionable que los actuales procesos de desarrollo están marcados desde su

base por lo que se ha denominado “crisis ambiental”, y “crisis de civilización”. El

rostro manifiesto de esta crisis es la creciente degradación ecológica a la que ha

conducido una modernización que solamente ha sido permeable a la racionalidad

económica y los valores que le son afines. Esta racionalidad siempre se impuso y

siempre ha negado a todo lo que no sea parte de su proyecto civilizatorio; Pero la

crisis ambiental es un hecho de tan vastos alcances que ha puesto en jaque no solo las

aspiraciones de mejoramiento de la calidad de vida, sino que también las

posibilidades efectivas de la vida misma. Por estas cuestiones es que la viabilidad del

desarrollo sustentable y el manejo del saber y la racionalidad ambiental se han

convertido en uno de los mayores desafíos teóricos y políticos de nuestro tiempo,

orientando los esfuerzos hacia la necesaria ecologización de la economía, la

tecnología y la moral. De toda nuestra realidad mundial.

27
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Artículos:

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