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Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

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Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

Cuaderno de Doctrina Civil


y Penal

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Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

ÍNDICE
1. Leyes Comentadas
Artículo de la Ley de Enjuiciamiento Civil comentado por
el Gabinete Técnico del Tribunal Supremo

2. Tribuna
El desistimiento en los recursos, a la luz de la praxis judicial

3. Comentarios de las Crónicas de Jurisprudencia del


Tribunal Supremo

4. Listado de obras de Marcial Pons disponibles

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Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

1. Leyes Comentadas
Artículo de la Ley de Enjuiciamiento Civil comentado por el
Gabinete Técnico del Tribunal Supremo

Artículo 818.

Oposición del deudor.

1. Si el deudor presentare escrito de oposición dentro de plazo, el


asunto se resolverá definitivamente en juicio que corresponda,
teniendo la sentencia que se dicte fuerza de cosa juzgada.
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El escrito de oposición deberá ir firmado por abogado y procurador
cuando su intervención fuere necesaria por razón de la cuantía, según
las reglas generales.

Si la oposición del deudor se fundara en la existencia de pluspetición, se


actuará respecto de la cantidad reconocida como debida conforme a
lo que dispone el apartado segundo del artículo 21 de la presente Ley
NT.

2. Cuando la cuantía de la pretensión no excediera de la propia del


juicio verbal, el secretario judicial dictará decreto dando por terminado
el proceso monitorio y acordando seguir la tramitación conforme a lo
previsto para este tipo de juicio, dando traslado de la oposición al
actor, quien podrá impugnarla por escrito en el plazo de diez días. Las
partes, en sus respectivos escritos de oposición y de impugnación de
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ésta, podrán solicitar la celebración de vista, siguiendo los trámites


previstos en los artículos 438 y siguientes.

Cuando el importe de la reclamación exceda de dicha cantidad, si el


peticionario no interpusiera la demanda correspondiente dentro del
plazo de un mes desde el traslado del escrito de oposición, el secretario
judicial dictará decreto sobreseyendo las actuaciones y condenando en
costas al acreedor. Si presentare la demanda, en el decreto poniendo
fin al proceso monitorio acordará dar traslado de ella al demandado
conforme a lo previsto en los artículos 404 y siguientes, salvo que no
proceda su admisión, en cuyo caso acordará dar cuenta al juez para
que resuelva lo que corresponda.

3. En todo caso, cuando se reclamen rentas o cantidades debidas por el


arrendatario de finca urbana y éste formulare oposición, el asunto se
5 resolverá definitivamente por los trámites del juicio verbal, cualquiera
que sea su cuantía

Comentario Gabinete Técnico del Tribunal Supremo

1. Alegaciones del demandado: preclusión. Posiciones


jurisprudenciales

1.1. «(...) es precisamente en el trámite de oposición al


procedimiento monitorio cuando el deudor debe articular los
motivos de su oposición, sin que sea posible con posterioridad -
bien en el acto del juicio, bien en el recurso de apelación- la
alteración por la parte demandada de los términos en los que
delimitó el debate mediante la introducción de nuevos argumentos,
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tal y como se ha venido pronunciando la jurisprudencia menor (SAP


Pontevedra Sección 6ª, de 20 Oct. 2.006 (Rec. 5269/2005)-
EDJ2006/317202-, SAP Valencia, Sección 9ª, de 21 Nov. 2007 (Rec.
434/2007)-EDJ2007/313982- o Sección 6ª de 22 Jun. 2002-
EDJ2002/56106-, entre otras)» (SAP Castellón-Sección 1ª -
14/10/2008 - 140/2008-EDJ2008/285433-).

1.2. En sentido contrario, «El proceso plenario es independiente y


autónomo frente al proceso monitorio, ya fenecido o enervado por
la oposición, y en él no existe limitación alguna a las alegaciones
que las partes puedan hacer en defensa de sus respectivas
posiciones respecto al objeto del proceso (...) Ahora bien, la
jurisprudencia es unánime en cuanto a que la única conexión que
cabe detectar entre el proceso monitorio y el plenario posterior es
la identidad de partes y la del crédito, junto con la conexión
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competencial que se establece (...) señalando que, a la parte
demandante en el proceso monitorio que ante la oposición del
deudor quiera fundar su demanda en nuevos títulos o deudas
distintos de los del proceso monitorio inicial, o ampliar la cuantía
por la que se admitió el monitorio, siempre le quedará la posibilidad
de acudir a un proceso declarativo común independiente, con las
pretensiones que desee plantear, sin perjuicio de que deje
transcurrir el plazo del artículo 818-2 de la Ley Enjuiciamiento Civil
para la presentación de la demanda, con el consiguiente
sobreseimiento y pago de las costas» (SAP La Rioja-Sección 1ª -
09/05/2008 - 345/2007-EDJ2008/181087-); en el mismo sentido,
considerando que no existe preclusión de alegaciones en la
oposición del monitorio con declarativo posterior (SAP Madrid-
Sección 18ª - 18/02/2008 - 69/2008-EDJ2008/28606-).
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2. Presentación de documentos por el demandante tras la oposición

«(...) en este procedimiento especial no hay demanda propiamente


dicha a la que necesariamente haya de acompañarse toda la
documentación de que se disponga, sino una petición inicial en los
términos del art. 814 de la L.E.C.-EDL2000/77463-, bien distintos de
los de aquella; en segundo lugar, porque para la iniciación del juicio
monitorio solo se exige la presentación de cualquiera de los
documentos que menciona el art. 812 de la L.E.C.-EDL2000/77463-
que refleje la existencia de la deuda que se reclama; y en tercer
lugar, porque habiendo oposición del supuesto deudor, cual ocurre
en el presente caso, será al momento de presentarse la demanda de
juicio ordinario si el asunto sobrepasa las quinientas mil pesetas
(500.000 ptas.), o al instante de la celebración de la vista de juicio
verbal si la cuantía del procedimiento es inferior a dicha cantidad
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(art. 818.2 en relación con los arts. 249.2-EDL2000/77463-, 250.2-
EDL2000/77463-, 264-EDL2000/77463- y 265 de la L.E.C.-
EDL2000/77463-), cuando deberán aportarse todos los documentos
de que intente valerse la parte actora» (SAP Valencia-Sección 11ª -
08/05/2002 - 225/2002-EDJ2002/43480-).

3. Plazo de un mes computable de fecha a fecha

AAP Las Palmas-Sección 3ª - 31/07/2009 - 202/2008-


EDJ2009/236812-.

4. Consecuencias de no presentación de la demanda dentro del


plazo. No caducidad de la acción
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«(...) limita su efecto práctico a la condena en costas respecto del


monitorio, puesto que queda a salvo, obviamente, el derecho del
acreedor a mantener su reclamación a través de la demanda de
juicio ordinario, toda vez que su presentación fuera del plazo de un
mes solamente determina el sobreseimiento del monitorio, pero no
afecta a la viabilidad de la propia demanda, en cuanto iniciadora de
un juicio ordinario independiente de aquél» (SAP Madrid-Sección
11ª - 24/07/2007 - 295/2006-EDJ2007/197483-); en el mismo sentido
(SAP Guadalajara-Sección 1ª - 09/03/2005 - 30/2005-
EDJ2005/25444-).

La AP estima parcialmente el recurso de apelación revocando la


sentencia de instancia en el sentido de rebajar la cantidad que debe
pagar a la actora la entidad demandada, en concepto de una deuda
contractual por los servicios prestados por la demandante, al
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considerar la Sala que existen conceptos derivados de reembolsos,
percibidos por la demandante y cuyo pago le incumbe, y no
abonados a la demandada, cuyo importe se debe descontar de la
cantidad reclamada por la actora.

Estima la AP el recurso deducido por el acreedor contra la


resolución que decretó la inadmisión de la petición inicial de
procedimiento monitorio. Recuerda la Sala la especifidad de este
procedimiento para la reclamación de deudas que se hallen
documentadas de un modo especial y que no superen una
determinada cuantía. Sentado ello, señala igualmente la Sala que
no es normal que el juzgador entre en consideraciones allí donde
no lo hace la Ley: no cabe duda de la legalidad del contrato de
préstamo que da origen al incumplimiento; ni de que supone un
principio de prueba de la existencia de la deuda; ni de que la
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cuantía reclamada está determinada o lo es fácilmente atendiendo


al propio contrato. Los documentos aportados deben ser
interpretados en un sentido amplio pues el procedimiento
monitorio no supone más que un requerimiento de pago.

La AP estima el recurso de apelación interpuesto contra la sentencia


de instancia que acordaba el archivo del proceso monitorio instado
por pago de las cantidades debidas, en lo que respeta a la
imposición de condena en costas. En el caso enjuiciado, entiende la
Sala que es procedente la condena en costas instada por el
apelante, por residir el acreedor fuera de la jurisdicción competente,
resultando además temeraria la conducta del demandado al haber
obligado al actor a tener que acudir al amparo judicial para
satisfacer su deuda.
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La AP desestima el recurso de apelación interpuesto por la parte
demandante en el procedimiento monitorio confirmándose la
imposibilidad de seguir con el mismo ante el desconocimiento del
domicilio del demandado, por lo que no se le puede notificar, y por
tanto, se pierde el requisito del requerimiento inicial.

Desestima la AP el recurso de apelación interpuesto por la entidad


de servicios financieros actora contra el auto que acordó no admitir
a trámite el procedimiento monitorio de litis por falta de
representación. Indica la Sala si una persona jurídica insta una
petición de proceso monitorio, y decide hacerlo sin valerse de
procurador, debe comparecer a realizar tal petición por sí misma, es
decir a través de los órganos sociales que legalmente le
representan, esto es sus administradores. Añade que las costas de
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esta alzada no procede imponerlas a la recurrente al existir criterios


contradictorios en la materia.

En el caso enjuiciado no existen los certificados exigidos por el art.


21 LPH, pues el secretario de la comunidad actora no firmó los
citados documentos, ni tampoco el presidente, pues se hallaba de
viaje en el extranjero. Las ausencias podrán cubrirse conforme a los
Estatutos o reglas internas de funcionamiento, pero no por
personas carentes de legitimidad conferida por la comunidad. Un
empleado del secretario carece de esa aptitud de certificación de la
que goza el fedatario de la comunidad. Mas, aunque se admitiera la
subsanación de dichos trascendentales defectos de lo que no cabe
duda es de que no se ha probado que se practicara la notificación
del acuerdo liquidatorio a los deudores, tal y como impone la LPH,
siendo fundamental que la prueba de esa notificación sea
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manifiesta -aunque la ley no hable de fehaciencia-. En su
consecuencia, faltando los elementos formales "imprescindibles"
para comenzar el proceso especial del precepto invocado, éste no
puede producir los efectos solutorios queridos por la ley.

La Sala acuerda la estimación del recurso de apelación formulado


por la entidad contra la sentencia que acordaba el archivo de los
autos de juicio monitorio; revocando parcialmente la resolución
recurrida, acordándose de oficio la apertura del procedimiento de
ejecución e integrándose la ejecución despachada con las medidas
necesarias. Una vez dictado el auto de ejecución, y acordado el
archivo del procedimiento monitorio, debe procederse a la
incoación de oficio del procedimiento de ejecución sin necesidad
de previa petición de la parte mediante la interposición de
demanda ejecutiva pudiendo integrarse el título, en su caso, con las
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medidas necesarias al efecto tal y como permite el art. 549 LEC,


siempre que la solicitud inicial no contenga eventuales peticiones
para el caso en que se despache ejecución, teniendo el acreedor,
una vez que se despache ejecución, oportunidad de solicitar la
ampliación de ejecución en el modo procedente.

Frente a la resolución de instancia que inadmitió a trámite la


demanda de monitorio se alza el banco actor. Aclara el Tribunal que
el juicio monitorio es un proceso declarativo, plenario, especial,
dirigido a obtener rápidamente un título de ejecución, mediante la
inversión de la iniciativa del contradictorio. Es declarativo porque su
finalidad es la obtención de un título de ejecución, y es plenario
porque el auto con el que finaliza, en caso de incomparecencia del
deudor, produce plenos efectos de cosa juzgada. El juez de primera
instancia debe evitar en esta fase inicial, una actitud excesivamente
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inquisitiva que dé al traste con la finalidad pretendida. Así el
documento aportado consiste en una certificación librada por el
apoderado de banco actor en la que se hace constar que la tarjeta
de crédito de la que es titular la demandada presenta un saldo
impagado, y debe ser considerada como un instrumento de los que
normalmente documentan este tipo de relaciones. Por ello, se
estima el recurso de apelación del banco actor.

La cuestión planteada en esta alzada se refiere a si el documento


aportado por la entidad apelante, consistente en una fotocopia de
su original que fue destruido una vez microfilmado, es suficiente
para incoar un procedimiento monitorio y que se acuerde
despachar requerimiento judicial de pago. Desestima la Audiencia
la pretensión del recurrente al considerar que si bien la nueva LEC
admite múltiples documentos para acudir al citado procedimiento,
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sin embargo debe interpretarse el art. 812 NLEC en sentido


restrictivo, en cuanto se refiere a un proceso especial, singular y
privilegiado, que impide admitir una simple fotocopia, que además
no deriva en una apariencia indiscutible, como garantía inicial de la
existencia de la deuda.

La AP estima el recurso interpuesto por la parte apelante y revoca la


resolución de instancia y ordena continuar con la ejecución instada
por la comunidad de propietarios. La resolución de instancia
denegaba el despacho de ejecución solicitado. Se discute sobre la
ejecución de un proceso monitorio en el que el demandado no ha
comparecido ni ha formulado oposición. La Sala entiende que en el
procedimiento monitorio la ejecución ya está despachada desde el
momento en que transcurren los veinte días desde el requerimiento
al deudor, por lo que no puede ser aplicable el hecho que no se
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despachara ejecución de resoluciones judiciales dentro de los
veinte días posteriores a la notificación.

Acoge la AP los recursos de apelación de ambas partes litigantes,


contra la sentencia de primera instancia que había estimado
parcialmente la demanda de reclamación de cantidad en concepto
de pago de servicios funerarios prestados por la demandante. La
Sala determina la corrección de la admisión de documentos a la
demandante tras la demanda, pues en el juicio monitorio no hay
una demanda propiamente dicha a la que necesariamente haya de
acompañarse toda la documentación de la que se disponga, sino
una petición inicial, además sólo se exige la presentación de
cualquiera de los documentos que menciona el art. 812 LEC de
2000, y habiendo oposición del deudor -como es el caso- es al
presentarse la demanda de juicio ordinario o al instante de la
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celebración de la vista de juicio verbal cuando deben aportarse los


documentos, que es lo hecho en el asunto; en cuanto al fondo de la
cuestión no se ha demostrado por la demandada que fuera el jefe
de su difunto esposo el que contratara los servicios funerarios de la
demandante cuyo importe es objeto de reclamación, servicios que
ella aceptó sin oponerse, por lo que estamos en el ámbito de la
gestión de negocios ajenos, cuya ratificación por parte del dueño
del negocio produce los efectos del mandato expreso, debiendo
cumplir el mandante con las obligaciones contraídas por el
mandatario.

La AP estima el recurso de apelación interpuesto por el demandado


-agencia de transportes comisionista-y revoca la resolución de
instancia que admitió íntegramente la demanda interpuesta por el
demandante porteador. La Sala considera que, coincidiendo la
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finalización del plazo para la presentación de demanda a que hace
referencia el art. 818.2 LEC en día inhábil del mes de agosto, debe
ser prorrogado hasta el día siguiente hábil, esto es, el 1 de
septiembre; si bien las consecuencias de una presentación tardía
deben limitarse a lo señalado en dicho artículo para la imposición
de costas del procedimiento monitorio intentado, nunca para
impedir la acción que se ejercita en el procedimiento ordinario
posterior. Estima, igualmente, que las relaciones entre la agencia de
transporte que actúa por encargo de sus clientes y el transportista al
que aquélla encarga el envío a cambio de los correspondientes
portes constituye una relación jurídica de transporte, por lo que es
de aplicación el plazo de prescripción establecido en el art. 951
Ccom y no el del art. 1964 CC.
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Revoca la AP el pronunciamiento desestimatorio de la instancia,


que acordó inadmitir a trámite la petición inicial de juicio monitorio,
al estimar el recurso de apelación interpuesto por la entidad
financiera actora. Considera la Sala que debe ser acogida la
pretensión de la entidad bancaria, al darse los requisitos legalmente
exigidos para poder acoger la petición, siendo legitima la
posibilidad de que el acreedor aplique la cláusula de vencimiento
anticipado en el contrato de préstamo celebrado, por ser una
facultad contractual para el acreedor resultando la deuda así
vencida y exigible, pudiendo acudir al proceso monitorio para
reclamarla.

Estima la AP el recurso de apelación interpuesto contra el auto que


declaró la falta de competencia objetiva del Juzgado para conocer
de la solicitud de juicio monitorio en la que se reclamaban
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cantidades por derechos de autor. La Sala resuelve que las
reclamaciones planteadas por las entidades de gestión de derechos
de propiedad intelectual, aunque se fundamenten en contratos,
deben ser conocidas por los Jueces de lo Mercantil, pues la
competencia se atribuye por materia y no por el tipo de
procedimiento seguido, no perjudicando tal conclusión que la Ley
de Enjuiciamiento Civil contemple al Juzgado de Primera Instancia
como el competente para el proceso monitorio, pues tal previsión
legal deberá ser interpretada a la vista de una disposición legal
posterior que fijó la competencia a favor del Juzgado de lo
Mercantil.

La AP desestima el recurso interpuesto por los ejecutados frente a la


denegación de los motivos de oposición planteados
extemporáneamente por los mismos, por cuanto que, no
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habiéndose personado los mismos cuando fueron requeridos de


pago, no pueden hacer valer los medios de oposición que hubieran
podido plantear de haber comparecido, produciéndose una
limitación de los medios de oposición, que quedan reducidos a los
análogos a los de la ejecución de una sentencia.

Contra el auto que inadmite la petición inicial de procedimiento


monitorio instada por el representante de la financiera actora, se
alza el recurrente alegando infracción de lo dispuesto en los
artículos 7.4, 23 y 814.2 LEC. Señala el Tribunal que debe ser
acogido el defecto denunciado de falta de designa de procurador
ya que el procedimiento monitorio no precisa de la representación
de Procurador ni la defensa de Abogado, y siendo la peticionaria
una persona jurídica, la representación viene conferida a quienes
legalmente las representen. Más distinta suerte ha de correr la
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admisibilidad del proceso monitorio instado sobre la base
documental aportada, certificación unilateral del saldo deudor de la
tarjeta de crédito que acompañó a la solicitud inicial, según dispone
el artículo 812. 1º 2º LEC. Por tanto, se estima en parte el recurso de
apelación, pero se inadmite la demanda de juicio monitorio.

La Audiencia desestima el recurso de apelación y confirma la


resolución apelada en la que se acordó no admitir a trámite la
demanda formulada por la actora. No se aportó certificación
acreditativa de que la junta de propietarios de la comunidad
acordase fijar en una cantidad determinada la deuda de la sociedad
demandada para con la comunidad. Lo aportado fue una
certificación del secretario administrador de la comunidad donde
consta que la deuda era determinada, pero no dice que la junta
acordase fijar en dicha cantidad lo adeudado por la demandada.
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Tampoco se ha cumplido el requisito de la notificación del acuerdo


de la junta. No concurriendo los requisitos que exige la ley para
admitir el procedimiento, uno de tipo sustantivo, la falta de acuerdo
de la junta, y otro de tipo procedimental, la notificación de modo
improcedente y falta de documento con el visto bueno del
presidente, estuvo bien denegada la admisión de la demanda y el
recurso debe desestimarse.

Acoge la AP parcialmente el recurso de apelación, sólo respecto a


las costas, formulado contra el auto que no había admitido la
demanda de proceso monitorio al no haber comparecido la parte
demandante en la forma prevista legalmente y no haber
presentado contrato original al que hacía referencia su pretensión.
Indica la Sala que la presentación de facturas impagadas por una
relación contractual entre las partes cumple la exigencia de la
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acreditación de la apariencia jurídica de la deuda, a los fines de
acordar y practicar el requerimiento a partir del cual el deudor
podrá presentar la oposición que estime conveniente, pero la
demandante, persona jurídica, ha comparecido a través de
apoderado, no dimanando el poder del órgano de administración
de la sociedad, de modo que no puede considerarse que
comparezca la persona jurídica a través de quien legalmente la
representa, sino mediante un tercero, por lo que no puede
admitirse. Ha habido voto particular en el que se argumenta que
debe posibilitarse la representación voluntaria a favor de factor
mercantil, abogado, empleado, asesor jurídico o consultor de la
persona jurídica.

La AP estima el recurso interpuesto por la actora frente a la


sentencia que inadmitió la petición monitoria en reclamación de un
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crédito derivado de un contrato de préstamo, por cuanto que, no es


indeterminada o ilíquida la deuda de intereses generados por una
deuda dineraria, pues el deudor puede conocer en cualquier
momento el importe de esos intereses según se van generando, por
lo que no existe razón para rechazar la reclamación en el
procedimiento monitorio.

Estima la Sala el recurso de apelación formulado por el demandado


frete a sentencia que declaró terminado el procedimiento
monitorio por pago con imposición de costas. Señala la Sala que en
un procedimiento monitorio en el que el demandado reconoce la
deuda y la abona no debe haber imposición de costas ya que la
utilización de abogado por la parte solicitante no es preceptiva.

Estima parcialmente la Sala el recurso de apelación interpuesto por


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el actor frente a sentencia que inadmitió la petición inicial del
procedimiento monitorio instada. Indica la Sala que en el
procedimiento monitorio no se precisa la representación de
procurador ni la defensa de abogado. Señala la Sala que la petición
inicial de procedimiento monitorio instada se basa en un contrato
de tarjeta de crédito, si bien la actora, entidad de crédito, no
acompaña el contrato inicial que regula las obligaciones de ambas
partes junto con la demanda, por lo que se entiende que no aporta
la documentación requerida por el art. 812 LEC.

La Sala estima el recurso presentado por la entidad financiera


contra el auto que inadmitía a trámite la presente solicitud inicial de
proceso monitorio instada por la entidad financiera; revocándolo,
dictando otro por el que se acuerda que por el Juez se examine la
solicitud de procedimiento monitorio planteado por la entidad
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financiera en cuanto al cumplimiento de los requisitos precisos para


su admisión a trámite, continuando el procedimiento con arreglo a
derecho. La buena apariencia jurídica de la documental aportada
constituida por un contrato de préstamo firmado por ambas partes,
que cumple con los requisitos exigidos en el art. 812 LEC exige la
revocación del auto, al no poderse examinar de oficio la validez de
las cláusulas en el mismo contenidas.

Estima la Sala el recurso de apelación interpuesto por la parte actora


contra el auto del Juzgador de Instancia que inadmite la petición de
monitorio al considerar que el tipo de interés pactado de la deuda
reclamada no es ajustado a la legalidad, revocando la Sala dicha
resolución, considerando que dadas las características del proceso
monitorio no cabe en ese momento procesal efectuar juicio de
valor sobre el carácter abusivo o usurario de la cláusula de intereses
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moratorio, máxime cuando el deudor puede negar en todo o en
parte la deuda llevando a las partes a un proceso declarativo.

Se acoge el recurso de apelación interpuesto contra el auto dictado


por el Juzgado de lo Mercantil, que inadmitió a trámite la petición
de juicio monitorio en reclamación de los derechos de autor que
corresponden a los autores en ella integrados por la comunicación
pública de obras de su repertorio, por carecer de competencia
objetiva, que atribuyó a los Juzgados de Primera Instancia,
anulándose el mismo ya que siendo el proceso monitorio una de las
vías o cauces al que puede acudir quien invoque la cualidad de
acreedor de un crédito devengado por la titularidad de los derechos
de autor, y por ello amparado por la normativa sobre propiedad
intelectual, debe concluirse que su conocimiento corresponde al
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Juzgado Mercantil, por ser material o sustantivo el criterio de


asignación.

El Tribunal estima parcialmente el recurso de apelación interpuesto


por la representación procesal de la entidad bancaria, que en
instancia ve desestimada su demanda en procedimiento monitorio
por el que se reclaman unas cantidades procedentes del cierre de la
cuenta del demandado, y que aportan como certificación de la
entidad, se alzan en apelación, contra la negativa del juzgador "a
quo" de aceptar la certificación sin aportar el contrato que trae su
origen ni la cuenta de saldo en la que se describe parte de la deuda
como interés, la Sala entiende que a través de la certificación del
saldo deudor cabe la posibilidad de reclamar por el procedimiento
monitorio, pero no desde luego la tasación de costas ni otros
aspectos que llevan forma intrínseca, y figura de procedimiento
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para reclamar, por lo que revoca la sentencia parcialmente en el
punto de acoger el procedimiento monitorio con respecto a parte
de las deudas reclamadas.

Confirma la AP el pronunciamiento desestimatorio de la instancia,


que acordó inadmitir a trámite la petición inicial de juicio monitorio,
al desestimar el recurso de apelación interpuesto por la parte
actora. Considera la Sala que no puede ser acogida la pretensión de
la entidad bancaria actora, además de por la falta de aportación de
los documentos mínimos necesarios -no siendo suficiente el saldo
deudor derivado de la utilización por el demandado de una tarjeta
de crédito-, al pedir la ejecución por un tipo de interés que supera
en 2'5 veces el legal del dinero.
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La AP estima parcialmente el recurso de apelación interpuesto por


el demandante en primera instancia contra una interlocutoria que
no admitía a trámite su demanda de monitorio y la revoca,
admitiendo a trámite la demanda por el importe del principal pero
sin tener en cuenta los intereses.

Por el letrado demandante se recurre en apelación la resolución de


instancia, que inadmite a trámite su petición de proceso monitorio
en reclamación de sus honorarios a su cliente. Entiende el apelante
que no tiene necesidad de acudir a un proceso de jura de cuentas,
puesto que como particular puede instar- concurriendo los
requisitos legales exigidos- un proceso monitorio. Estima la Sala el
recurso, señalando que si bien es cierto que los Letrados tienen el
procedimiento, conocido como jura de cuentas, para instar el pago
de sus derechos frente a su cliente, sin embargo ello no excluye la
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posibilidad de que puedan acudir al juicio declarativo
correspondiente o incluso al juicio monitorio cuando concurran los
requisitos procesales exigidos.

La AP estima el recurso de apelación interpuesto, en el sentido de


admitir el procedimiento monitorio instado. Señala la Sala que el
papel del juzgado en el proceso monitorio es similar al de la
apreciación del" fumus bonis iuris" en materia de medidas
cautelares, debiendo apreciar si los documentos aportados como
acreditativos de la deuda, conducen a sentar una presunción
favorable a su suficiencia, no precisando un análisis más allá de lo
que la ley requiere, dado que, en todo caso, el deudor puede
oponerse, quedando desvanecido cualquier indicio de indefensión.
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La AP estima parcialmente el recurso de apelación revocando el


auto impugnado en el sentido de acordar la condena en costas a la
entidad actora devengadas en el juicio monitorio, confirmando en
lo demás dicha sentencia que acordó el archivo del citado
procedimiento, sin perjuicio del resultado que se obtenga de la
tramitación del procedimiento ordinario.

Contra la resolución de instancia, que acordó el archivo de las


actuaciones; la AP confirma el mismo al desestimar el recurso de
apelación. La Sala considera que debe confirmarse la negativa del
órgano "a quo" al emplazamiento edictal en el juicio monitorio
pretendido, dado que en el ámbito del procedimiento monitorio el
requerimiento deberá realizarse siempre personalmente y en
aquellos supuestos en los cuales al acreedor no le es posible
averiguar el domicilio del deudor, ni tras las oportunas gestiones del
21
tribunal por la vía del art. 156 LEC, habrá que sobreseer y archivar
sin perjuicio del derecho que asiste a la parte para acudir al
declarativo correspondiente en función de la cuantía.

Desestima la Audiencia el recurso dirigido contra la sentencia que


rechazó la demanda de juicio monitorio en reclamación del saldo
derivado de suministros telefónicos, mantiene el recurrente que los
documentos aportados son válidos para la admisión a trámite de la
solicitud. La jurisprudencia menor se haya dividida sobre el alcance
de las denominadas "certificaciones" unilaterales de saldo para
instar el proceso monitorio. Parece claro que el certificado unilateral
de saldo no es un documento de los que habitualmente
documentan los créditos y deudas en relaciones de la clase que
parece existente entre deudor y acreedor, por lo que la resolución
de instancia parece plenamente ajustada a derecho porque la
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documentación en el tráfico implica bilateralidad, conocimiento por


vía ordinaria de lo debido y reclamado, lo que no se da aquí.

Contra el auto de instancia que inadmitió a trámite la demanda, la


AP desestima el recurso de apelación y confirma la resolución. La
Sala opina que la certificación emitida unilateralmente por la actora
no es suficiente para acreditar la deuda e instar el juicio monitorio,
una "certificación" unilateral de deuda no es el medio habitual de
documentación de los créditos de financiación en el tráfico
mercantil, el documento habitual del tráfico mercantil ha de venir
constituido -a falta de otra especificación en el contrato de crédito o
débito, que no se acompaña-, por el extracto de la cuenta, por el
resumen o liquidación que se remite periódicamente al cliente por
correo o por cualquier medio similar que especifique las partidas
debidas y que, por su habitualidad, cumpla las exigencias de la LEC.
22

La AP estima el recurso de la comunidad de propietarios


demandante, interpuesto contra el auto que decretaba el archivo
de las actuaciones de un juicio monitorio sin imponer las costas a la
parte demandada. Indica la Sala que cuando en la solicitud inicial
del proceso monitorio se utilizaren los servicios profesionales de
abogado y procurador para reclamar las cantidades debidas a la
comunidad, el deudor deberá pagar los honorarios y derechos que
devenguen ambos por su intervención, tanto si aquél atendiere el
requerimiento de pago como si no compareciere ante el tribunal.

Desestima la Sala el recurso de apelación interpuesto por la parte


actora, confirmando la resolución de instancia, estimatoria de la
demanda, en la que por la parte actora transportista se reclama la
cantidad debida por la demandada en relación con el transporte de
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

mercancías por carretera. Con carácter previo, ante la alegación de


la parte actora de que por la demandada en el juicio verbal se
habían esgrimido razones nuevas, que no constaban en el escrito
de oposición en el inicial proceso monitorio, señala que con
carácter general, el efecto preclusivo del transcurso del término
señalado para la realización de los actos procesales, de modo que la
conjunción de ambos principios, el de buena fe y el de preclusión,
suponen que, sin constreñir el derecho de defensa, sólo podrán ser
desarrolladas en el juicio posterior las razones que hubieren sido
alegadas en el escrito de oposición. En cuanto al fondo del asunto,
alegado por el demandado que no es el obligado al pago del
transporte, señala la Sala, tras el examen de la normativa relativa a
la carta de porte, y acreditado que entre la documentación que se
entregó al transportista -que figura en la carta de porte- se hallaba
23 la factura entregada a éste último, señala que al no existir
constancia ninguna capaz de quebrar la presunción de veracidad de
la carta de porte, ha de concluirse que el remitente debe abonar al
transportista el precio del transporte que éste realizó por su
encargo.

Revoca la Audiencia el auto de instancia en proceso monitorio


declara la nulidad por abusiva de la cláusula relativa a los intereses
moratorios pactados desestimando la petición monitoria de los
mismos. Se alza la actora. Entiende la Sala que el juzgador "a quo"
ha realizado una extralimitación de lo pretendido por la parte
actora que en ningún momento ha solicitado su reclamación en
fundamento a la cláusula declarada nula por lo que se altera la
causa de pedir y se conculca su derecho de tutela efectiva. Objeta la
imposibilidad de analizar de oficio la legalidad del interés "ab limine
litis". Un juicio de valor, de oficio, sobre el carácter abusivo o
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

usurario de la cláusula de intereses moratorios o su consideración


como cláusula penal moderable es en este momento procesal
precipitado y arriesgado. Por ello se admite el procedimiento
monitorio igualmente por dicha cantidad.

La AP desestima el recurso interpuesto por la actora frente al auto


que inadmitió a trámite la solicitud inicial para conocer del proceso
monitorio, por cuanto que no son documentos suficientes para
poder iniciar este tipo de procedimiento privilegiado las meras
fotocopias, cuando el propio actor dispone de los originales.

Frente a la resolución de instancia que estimó la demanda, la AP


desestima el recurso de apelación formulado por la demandada y
confirma la misma. Este Tribunal, entre otros pronunciamientos,
acoge la reclamación de cantidad derivada del impago de cuotas de
24
la comunidad así como recargos por la morosidad, la parte actora
ha justificado a través de la prueba documental propuesta que la
demandada adeuda la cantidad reclamada, la cual no probado el
pago los gastos de instalación del descalcificador.

Estima la AP el recurso de apelación contra el auto que no admitió


la demanda de procedimiento monitorio, resolviendo la admisión
de acuerdo a diversa jurisprudencia, puesto que en la fase inicial no
puede debatirse acerca de la nulidad o no de una de las cláusulas
contractuales referente a intereses moratorios, debiéndose limitar a
la constatación de la competencia objetiva, funcional y territorial y
analizar si la deuda cumple o no los requisitos legalmente fijados.

Frente a la resolución de instancia que estimó la demanda sobre


reclamación de cantidad de cuotas debidas por el demandado, la
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

AP desestima el recurso de apelación interpuesto por la demandada


y confirma la resolución. El recurrente alega como motivo del
recurso la ausencia de requisitos de procedibilidad de la demanda,
expresión que está referida a la solicitud de proceso monitorio y
que se basa en la ausencia de aportación con ésta de la certificación
de la deuda y de la notificación del acuerdo liquidatorio al
demandado. La Sala declara que todas las alegaciones que se
refieren a la incompleta documentación aportada con la petición
inicial del proceso monitorio, son ahora intrascendentes en cuanto
que lo que se ha seguido y resuelto no es aquél -que feneció por la
oposición del deudor- sino un proceso plenario, con todas las
garantías y amplitud propias del mismo.

Rechaza la AP el recurso de apelación suscitado por la comunidad


de propietarios demandante contra el auto que inadmitió la
25
demanda relativa a deuda comunitaria. Considera la Sala que la
utilización del procedimiento monitorio, exigirá el acuerdo previo
de la comunidad, es decir, exige la previa certificación del acuerdo
debidamente notificado al propietario, debiéndose extremar al
máximo las precauciones a la hora de garantizar el legítimo derecho
del deudor al conocimiento previo y exacto de la deuda y que, en
este supuesto, falta.

La AP desestima el recurso de apelación interpuesto por la parte


demandada, no existiendo defectos formales respecto al
procedimiento monitorio anterior, al reclamarse la misma cantidad
y por el mismo título, habiendo incluido como demandado a un
deudor solidario más respecto al anterior procedimiento. Y en
cuanto al fondo, se confirma la responsabilidad de los demandados
en la deuda social en su calidad de socios, al ser la deudora principal
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

una sociedad mercantil irregular y responder por tanto los socios de


las deudas de la misma cuando el patrimonio social sea insuficiente
para ello.

Acogiendo parcialmente la AP la alzada interpuesta por la entidad


demandante, deja sin efecto el pronunciamiento emitido conforme
al cual se rechazó la pretensión actora por la caducidad de la acción
ejercitada. Y ello porque la falta de presentación de la demanda en
el plazo de un mes únicamente conlleva el sobreseimiento del
procedimiento monitorio. En cuanto a la cuestión de fondo
planteada, rechaza la Sala la reclamación efectuada por considerar
que no se ha acreditado la deuda pendiente de abono por parte de
la demandada- toma en consideración la Sala que sobre la base de
las pruebas practicadas resulta evidente el incumplimiento
contractual imputado a la apelante-demandante.-
26

Contra el auto de instancia que declaró finalizado el presente


proceso monitorio, la AP estima el recurso de apelación interpuesto
por la actora, revoca el auto y en su lugar se acuerda la continuación
del procedimiento por sus trámites. La Sala declara que según la
legislación aplicable al caso es procedente la práctica de
emplazamiento edictal en el proceso monitorio seguido por las
comunidades de propietarios de inmuebles urbanos, en orden a la
reclamación de cantidades debidas en concepto de gastos
comunes, y no cabe duda que en el caso de autos se ha realizado
averiguación de paradero para emplazamiento personal del
demandado que ha resultado infructuosa, por lo que debe
procederse al emplazamiento por edictos de dicho demandado.
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

Confirma la AP la sentencia de primera instancia que había


estimado la demanda de reclamación de cantidad como abono de
precio por la compraventa de varias obras didácticas, contrato
celebrado fuera de establecimiento mercantil. La Sala resuelve que
el litigio procede de una demanda de juicio monitorio con la misma
reclamación y en cuyo escrito de oposición no fue alegado el
motivo de nulidad del contrato por motivos formales al no constar
el derecho de revocación del comprador, por lo que en el momento
del juicio verbal no cabe tal alegación, además tal vicio no daría
lugar a la nulidad del contrato sino a su anulabilidad que se debería
hacer por vía de acción, por lo que debería haber demanda
reconvencional, y no se ha acreditado la real y efectiva realización
de gestiones encaminadas a la devolución de las obras compradas
que permanecían en poder del comprador tres años después de su
27 entrega, no habiendo lugar tampoco a la alegación de nulidad por
inexistencia de consentimiento pues además de existir, debió
realizarse por vía de demanda reconvencional.
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

2. Tribuna
El desistimiento en los recursos, a la luz de la praxis judicial
Antonio Alberto Pérez Ureña
Abogado

I. El acceso a los recursos y el desistimiento

Una consolidada jurisprudencia constitucional en materia de acceso


a los recursos -desde la Sentencia del TCo 71/2002, de 8 de abril, ha
establecido que:

«(...) este Tribunal viene manteniendo de modo constante en el


tiempo que, así como el acceso a la jurisdicción es un elemento
esencial del contenido del derecho a la tutela judicial efectiva que
28 consagra el art. 24.1 CE, el sistema de recursos frente a las diferentes
resoluciones judiciales ha de incorporarse al mencionado derecho
fundamental proclamado en el citado art. 24.1 CE en la concreta
configuración que reciba en cada una de las leyes de enjuiciamiento
que regulan los distintos órdenes jurisdiccionales, con la excepción
del orden jurisdiccional penal, en razón de la existencia en él de un
derecho del condenado al doble grado de jurisdicción" y que
"corresponde a las partes cumplir en cada caso las exigencias del
recurso que interponen. En ese sentido hemos afirmado que,
cuando se pretende el amparo de la tutela judicial efectiva de los
derechos e intereses legítimos, la hipotética falta de tutela ha de ser
imputable al órgano judicial, y no resultar de una actuación
negligente, imperita o técnicamente errónea de quien recurre».

Con excepción del orden jurisdiccional penal, no puede encontrarse


en la Constitución ninguna norma o principio que imponga la
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

necesidad de doble instancia o de unos determinados recursos. Por


lo tanto, salvo en el proceso penal, no existe un derecho
fundamental al recurso.

Por su parte, como es sabido, el desistimiento es una declaración de


voluntad unilateral de parte, en virtud de la cual manifiesta su
intención de desistir del juicio o recurso entablado, produciéndose
así la terminación anormal del mismo. En materia de los recursos, el
art.450 LEC prevé que:

«(...) todo recurrente podrá desistir del recurso antes de que sobre él
recaiga resolución».

Previsión normativa que es razonable ya que el derecho a recurrir es


de naturaleza dispositiva; constituye el desistimiento la máxima
29 expresión del principio dispositivo, que es objeto de declaración
general en el art.19 LEC, añadiéndose en su nº 3 que:

«(...) los actos (el desistimiento)... podrán realizarse, según su


naturaleza en cualquier momento de la primera instancia o de los
recursos».

Por otro lado, se puede decir que el ámbito del desistimiento del
recurso es cualquier modalidad de recurso (devolutivo y no
devolutivo).

II. ¿Puede decretarse de oficio el desistimiento?

Tal y como decíamos, hay que recordar que en nuestro sistema


procesal civil rige el principio dispositivo que halla su fundamento
en la naturaleza privada y disponible de los derechos, que como
regla general se hacen valer en esta clase de procesos. Se trata de
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

determinar el cuándo y sobre qué ha de versar la controversia que


ha de ventilarse en el proceso, que queda a disposición de las
partes.

Como afirma la STS de 13 junio 2007:

«(...) el principio dispositivo significa que en el campo del proceso


civil, las partes disponen del objeto del proceso, en el sentido de
ejercitarlo o renunciarlo a su voluntad. Comenzando, respecto al
demandante, con la libertad de accionar y en cuanto a la elección
de oportunidad del momento de realizarlo, limitado en el orden
temporal a la prescripción de la acción y asimismo, iniciado el
proceso con el poder de disposición sobre la pretensión,
renunciándola o transigiendo y en cuanto al demandado con la
libertad de comparecer o no y de allanarse o transigir la pretensión
30 adversa. En íntima relación con tal principio, pero con
independencia o al menos autonomía, figuran los de justicia rogada
y de aportación de parte, el primero en cuanto que el actor
determina la iniciación del proceso y puede desistir. En cuanto al de
aportación de parte, significa la asunción por cada parte de los
elementos de alegación, petición y prueba que vinculan al Juez
dentro del margen de la pretensión y de su oposición».

En estos términos es reiterada la cita de la STS de 2 diciembre 1987


que declaró lo siguiente:

«(...) puede afirmarse que el proceso civil tiene como finalidad la


actuación del ordenamiento jurídico privado; impera el principio
dispositivo, en el que ha de integrarse el de rogación, y la puesta en
marcha de la actividad jurisdiccional, su iniciación, no se produce de
oficio, sino que aparece entregada al titular del derecho sustantivo,
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

que puede ejercitarlo o no en juicio, siendo libre incluso para


renunciarlo o desistir de la acción entablada, delimitando su
libérrima voluntad el estricto contenido del proceso, que ha de
versar sobre lo por él querido, con los límites por él señalados, de tal
manera que la sentencia que ponga fin al procedimiento ni puede
dar más, ni cosa distinta a aquella pedida en la demanda, en
congruencia también con las pretensiones del demandado».

Siguiendo este principio, es tesis consolidada la que niega la


posibilidad de que el Tribunal decrete ex officio el desistimiento del
recurso.

En este sentido se pronunció la SAP Granada, Secc. 3ª, 11-12-01:

«(...) el desistimiento no se puede decretar "ex officio" por el


31 Juzgador, ya que es una derivación del principio dispositivo. Por
tanto, para la terminación extraordinaria o anormal del proceso,
que el desistimiento supone, es precisa una declaración de
voluntad de la parte, que refleje, como se ha dicho, un abandono o
un hacer dejación de aquél. Y ocurre, que en el caso en litigio no se
ha producido la declaración de voluntad del actor, interesando del
Juez el dictado de una resolución que ponga fin al proceso (...)».

III. ¿Qué poder es necesario para desistir?

Aunque el art.450 LEC guarde silencio al respecto, el 25.2.1º LEC


exige como requisito para que el Tribunal tenga al recurrente por
desistido que su procurador presente poder especial para desistir
de toda clase de recursos que se hubiesen interpuesto contra
resoluciones judiciales.
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

Lo expuesto tiene reciente plasmación en la doctrina de las


Audiencias Provinciales, tal y como se deduce de la SAP Pontevedra
de 22 mayo 2014, para la que:

«(...) apareciendo que todas las partes litigantes han manifestado su


voluntad de renunciar a las acciones y derechos y desistir del
recurso, a través de sus respectivas procuradoras, con poder
especial para ello, procede dictar sentencia aprobando el
desistimiento solicitado (...)».

O del ATSJ Navarra, Secc 1ª, núm. 2/10, 23-3, según el cual:

«En cualquier estado del recurso puede la parte que lo hubiese


interpuesto desistir de él conforme a lo dispuesto en el art. 450 LEC.
Por tanto, procede en el presente caso, tener por desistida a la parte
32 recurrente del presente recurso de casación al tener su
representación procesal el poder especial de desistimiento a que se
hace referencia en el art. 25.2.1º del citado texto legal».

También cabe preguntarse si cabe que el procurador desista sólo


con un poder general, ratificándolo luego el recurrente. Aunque no
se diga expresamente en la LEC, la respuesta afirmativa se deduce
del art.24.1 que contempla las dos vías de apoderamiento del
procurador.

Por otro lado también interesa destacar que el Abogado del Estado,
según lo dispuesto en el art.7 de la L 52/1997, de Asistencia Jurídica
al Estado e Instituciones Públicas, precisa autorización expresa de la
Dirección del Servicio Jurídico del Estado, que deberá, previamente,
en todo caso, recabar informe del Departamento, Organismo o
entidad pública correspondiente.
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

IV. ¿Cabe el desistimiento parcial?

La respuesta es afirmativa cuando se recurren varios


pronunciamientos.

En la jurisprudencia encontramos algunos casos de desistimiento


parcial de recursos. Tal es el caso del ATS 13-11-01, según el cual:

«(...) al haber recaído la Sentencia de segunda instancia tras la


entrada en vigor de la LEC, es aplicable la nueva normativa procesal,
a tenor de lo establecido en la Disposición transitoria tercera, de
modo que ha de estarse al ámbito de desistimiento de los recursos
que, con gran amplitud, plasma el art. 450 LEC, como manifestación
del poder de disposición de las partes, y que determina que deba
estarse a lo solicitado por el representante procesal de la entidad...,
33 que adjuntó poder especial con facultad para desistir del recurso
por infracción procesal, otorgado el 7 de junio de 2001, habiendo
solicitado su apartamiento exclusivamente con el pronunciamiento
de la Audiencia por el que se mantuvo la excepción de falta de
competencia, en razón de la materia, apreciada por la Juez "a quo",
por considerar competente al orden contencioso-administrativo,
estando este desistimiento parcial perfectamente amparado en la
facultad del referido art. 450, sin que proceda declarar la firmeza de
la Sentencia de segunda instancia, al mantenerse el recurso
respecto de las otras dos infracciones denunciadas a través del
mismo, es decir, la inadmisión del recurso de apelación en relación
con la intervención del Ayuntamiento y la modificación del
pronunciamiento sobre costas, por lo que debe seguir
sustanciándose este recurso extraordinario por infracción procesal,
acordándose lo que proceda en orden a la admisión, en el trámite
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

que prevé el art. 473 LEC, cuando por turno le corresponda a este
asunto (...)».

Por su parte, el más reciente ATS de 17 septiembre 2013 se


pronuncia en los siguientes términos:

«Procede la estimación del recurso de revisión, en cuanto a dejar sin


efecto el desistimiento acordado, pues no era el desistimiento total
lo manifestado por la parte recurrente en su escrito de fecha 10 de
junio de 2013».

Añadiendo a continuación, que:

«El art. 450 LEC plasma, con gran amplitud, el ámbito de


desistimiento de los recursos, como manifestación del poder de
disposición de las partes, y determina que deba estarse a lo
34 solicitado por el representante procesal de la entidad (recurrente),
que solicitó su apartamiento, exclusivamente, de las pretensiones
relativas al contrato de arrendamiento del Hotel Novotel, estando
este desistimiento parcial perfectamente amparado en la facultad
del referido art. 450, sin que proceda declarar la firmeza de la
Sentencia de segunda instancia, al mantenerse el recurso respecto
del resto de las pretensiones ejercitadas en relación con el contrato
de arrendamiento del Hotel Ibis, por lo que debe seguir
sustanciándose el presente recurso, y sin que tampoco proceda
hacer pronunciamiento en cuanto a las costas relativas a ese
desistimiento parcial vista la conformidad de las partes sobre su no
imposición».
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

V. El desistimiento por el sucesor del recurrente

En base a la sucesión procesal por muerte ex art.16 LEC las personas


que sucedan al causante podrán continuar ocupando en el juicio la
misma posición que éste a todos los efectos; supone que por tal
motivo los sucesores tienen facultad para disponer del objeto del
juicio, como cualquier litigante, lo que equivale, conforme al
art.19.1 LEC, que puedan también desistir al no resultar prohibido.

En este sentido se ha pronunciado la SAP Jaén de 28 marzo 2014:

«(...) se interesaron por los hijos dos pretensiones: una, consistente


en desistir del recurso, para lo cual estaban totalmente legitimados,
al ser herederos universales de su padre, y poder así sucederle
procesalmente en esta litis. En base a esa sucesión procesal por
35 muerte ex art. 16 LEC, y de acuerdo con el apartado 1 que dispone
que las personas que sucedan al causante podrán continuar
ocupando en el juicio la misma posición que éste, a todos los
efectos, ello supone que por tal motivo tienen ya facultad para
disponer del objeto del juicio, como cualquier litigante, lo que
equivale, conforme al art. 19.1 LEC, que puedan también desistir, al
no resultar ello prohibido; desistimiento que el apartado 3 de dicho
precepto permite realizar en cualquier momento de la primera
instancia o de los recursos o de la ejecución de sentencia. Por otro
lado, también el art. 450.1 LEC, permite a todo recurrente desistir
del recurso antes de que sobre él recaiga resolución (...)».
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

VI. Supuestos de varios recurrentes

1. ¿Qué ocurre en caso de ser varios los recurrentes y alguno de


ellos desistiere?

El desistimiento efectuado por uno de los recurrentes no ha de


afectar a la continuación de los recursos interpuestos por los demás.
Se tendrán por abandonadas las pretensiones de impugnación que
fueren exclusivas de quien hubiere desistido.

Este es el caso analizado por la SAP Huesca de 31 enero 2002:

«(...) habiendo desistido el recurrente de la apelación que


inicialmente articuló, en cumplimiento del art. 450 LEC , procede
tener por abandonadas las pretensiones de impugnación deducidas
por el mismo, con el subsiguiente pronunciamiento por las costas
36
causadas por su recurso (...)", siguiéndose la segunda instancia
respecto del apelante que sí interpuso el recurso de apelación (...)».

Puede suceder que incluso el fallo que, en su día, se dicte afecte


favorablemente al recurrente desistido de tratarse de obligaciones
solidarias que aboquen a pronunciamientos indivisibles.

2. ¿Qué ocurre en caso de recurrentes solidarios?

A pesar del desistimiento de alguno de ellos, como las pretensiones


serán comunes, el desistido o desistidos podrán beneficiarse del
posible éxito de la pretensión de los recurrentes solidarios que
sigan.
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

3. Cuando el recurrente principal desiste, ¿qué sucede respecto del


recurrente por adhesión?

La adhesión entraña un recurso autónomo de modo que incluso si


el apelante principal desiste ello no supone la pérdida de eficacia de
la impugnación tal y como se infiere del propio art.450 LEC.

Por tanto, si el apelante principal desiste del recurso, la segunda


instancia podrá continuar su trámite para resolver los puntos
concretos planteados por vía de la impugnación, ya que si bien el
art.450 admite la posibilidad de que antes de que recaiga resolución
del recurso cualquier recurrente puede desistir del mismo, cuando
sean varios los recurrentes, como sería precisamente el caso en el
que una de las partes por vía de impugnación recurre una
resolución de primera instancia, ésta no alcanzaría el carácter de
37 firme en virtud de aquél desistimiento.

Por todas, cabe la cita de la SAP Palencia de 7 enero 2014, para la


que:

«Nos encontramos, en este caso, con el hecho de que los


demandados que inicialmente formularon recurso de apelación,
con posterioridad desistieron de los mismos pero ocurre que otros
dos codemandados, aprovechado el trámite de traslado de los
recursos de apelación interpuestos, impugnaron también la
resolución recurrida. Como señalan las sentencias de la AP Huesca
de 11 de abril de 2005 y Madrid de 20 de septiembre de 2013,
tenemos que tener en cuenta que las impugnaciones de la
resolución apelada dan origen a unos recursos de apelación
independientes del presentado por el inicialmente apelante, y que
se trata de unos recursos independientes, cuya única peculiaridad
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

radica en el momento de su formulación. Por lo tanto, la parte que


haga uso de la impugnación podrá perseguir mediante ella la
revocación de la resolución respecto de todo aquello que le cause
algún gravamen ("en lo que le resulte desfavorable", dice el art. 461
sin añadido ni matiz alguno). El Tribunal Supremo reconoce
acertado el concepto mayoritario de la doctrina científica que
califica al recurso de apelación adhesiva como una apelación
accesoria, no en el sentido de que dependa de la principal, en
cuanto que si esta termina por desistimiento ella deje de existir,
sino más bien en que la subordinación lo es sólo en cuanto al
tiempo, suponiendo una ocasión que la ley brinda al apelado para
que, después de conocer la impugnación de su oponente pueda
recurrir también él contra la sentencia en aquellos extremos que le
son perjudiciales (...)».
38
Concluye, por tanto, que:

«(...) el recurrente sucesivo se convierte asimismo en apelante, como


si hubiera recurrido de forma autónoma y su recurso no es
subordinado más que en cuanto al tiempo de su interposición,
teniendo la Sala de apelación plenas facultades para el estudio y
tratamiento de los temas señalados en el pertinente escrito de
adhesión».

VII. El recurrente que desiste del recurso ¿puede sumarse a la


adhesión sustanciada por otra parte?

No es posible, a los ojos del derecho, apelar primero y desistir y


posteriormente pretender impugnar, adhiriéndose al recurso de
otras partes y, en definitiva, recurrir un pronunciamiento que antes
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

aceptó, y así lo ha entendido la SAP Madrid de 22 febrero 2008, para


la que:

«La posición que mantuvo en el recurso devolutivo encierra una


palmaria y propia contradicción al apelar primero la sentencia,
desistir luego del recurso y apartarse del mismo, con lo que, en lo
que a él se refiere la sentencia habría adquirido firmeza, para
posteriormente impugnar la repetida sentencia al ver que le
convenía la tesis mantenida y sustentada por otros apelantes en lo
atinente al daño moral. Evidentemente el condenado en sentencia
definitiva puede apelar (tiene interés legítimo al respecto) y puede,
en otro caso, impugnar el recurso de apelación que hubieran
podido interponer otros litigantes. Lo que no es posible, a los ojos
del derecho, es apelar primero y desistir y luego posteriormente
pretender impugnar, adhiriéndose al recurso de otras partes y en
39
definitiva recurrir pronunciamiento que antes se aceptó. Esta
contradicción se aviene mal con el contenido del art. 448 y
especialmente el art. 450 cuando dispone que todo recurrente
podrá desistir del recurso antes de que sobre él recaiga resolución;
si, en caso de ser varios los recurrentes, sólo alguno o algunos de
ellos desistieren, la resolución recurrida no será firme en virtud del
desistimiento, pero se tendrán por abandonadas las pretensiones
de impugnación que fueren exclusivas de quienes hubieren
desistido. Basta con lo expuesto para, finalmente, no ser necesario
entrar a examinar la impugnación que frente a la sentencia de
instancia articuló, por ser, en el mejor de los casos, extemporánea y
por infringir claramente lo establecido en la LEC, pudiendo incluso
hablarse de un supuesto de fraude procesal, pues al amparo del art.
461 LEC se estaría infringiendo el art. 450 del mismo cuerpo legal».
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

La conclusión no puede ser más clara; en un caso como el analizado


se puede hablar incluso de fraude procesal, pues al amparo del
art.461 se estaría infringiendo el art.450 del mismo cuerpo legal.

VIII. ¿Qué diferencia existe entre el desistimiento en la instancia


y el desistimiento en la alzada?

Son figuras conceptualmente distintas el desistimiento de la


demanda y el desistimiento del recurso, porque mientras el primero
produce el efecto, ya mencionado, de terminación del proceso sin
resolución sobre el fondo, con posibilidad ulterior de promover otro
sobre el mismo objeto, el desistimiento de los recursos comporta la
firmeza de la resolución impugnada como se desprende del
art.450.2 LEC.

40 Así lo ha señalado el Tribunal Supremo, Sala 1ª -entre otras


ocasiones en su Sentencia nº 214/2008, de 18 de marzo y en el Auto
de 26 de junio de 2007-, que destacó la singularidad diferenciadora
del desistimiento de una demanda del que se refiere al recurso de
casación (que determina la firmeza de la sentencia dictada en
segunda instancia).

También la doctrina de las Audiencias Provinciales ha señalado la


diferencia entre ambas figuras; el AAP Madrid, sec. 8ª, nº 115/2011,
de 20 de julio, ha señalado que:

«La consecuencia de tal desistimiento no es otra que la firmeza de la


resolución recurrida y la devolución de los autos al juzgado que la
dictó».
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

Ahora bien, junto a la STS de 18 marzo 2008, creemos necesario


hacer la siguiente distinción:

Cuando quien se separa de un recurso no es la parte demandada


sino la demandante, puede darse un claro paralelismo con el
desistimiento de la demanda y la renuncia a la acción ejercitada,
según la sentencia impugnada sea, respectivamente, absolutoria en
la instancia o desestimatoria de la pretensión.

En el primer caso el actor podrá promover un nuevo juicio sobre el


mismo objeto salvando en su demanda el óbice u óbices procesales
que en su momento impidieron un pronunciamiento de fondo,
mientras que en el segundo tal posibilidad habrá quedado excluida
por la cosa juzgada material derivada de la sentencia firme.

41 IX. ¿Debe darse traslado del escrito de desistimiento a la parte


recurrida?

El art.450.1 LEC es escueto pudiéndose apreciar dos posiciones


fundamentales en esta materia.

1. No es necesario dar traslado del escrito de desistimiento a la parte


recurrida

La razón fundamental que ofrecen los defensores de esta posición


es que el efecto del desistimiento del recurso no es otro que
declarar la firmeza de la resolución.

En este sentido se puede destacar el ATSJ Comunidad Valenciana


de 15 marzo 2005, según el cual:
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

«todo recurrente podrá desistir del recurso antes de que sobre él


recaiga resolución, sin precisar por tanto de la concurrencia de la
parte recurrida, a diferencia de lo dispuesto para la primera
instancia en el artículo 20 de la misma ley procesal, en el que se
establece que es preceptiva la comunicación previa al demandado
en el caso de que éste hubiera sido emplazado, a los efectos de que
preste su conformidad o se oponga a la misma».

También se muestran contrarias a dar traslado del escrito de


desistimiento a la parte apelada buena parte de las Audiencias
Provinciales con el argumento de que la solicitud de desistimiento
del recurso no requiere la audiencia a la parte apelada, pues el
desistimiento del recurso es una actuación estrictamente unilateral
con el que no se está desistiendo del proceso (que podría volver a
plantearse) sino, únicamente, de la impugnación deducida.
42
Por su parte, el AAP Granada, sec. 5ª, nº 36/2009, de 6 marzo,
haciéndose eco de la doctrina del Tribunal Supremo que luego se
dirá, concluyó que:

«(...) resultando innecesaria la conformidad de la parte recurrida,


debe accederse al desistimiento solicitado por la recurrente (...)».

2. Es necesario dar traslado a la parte apelada del escrito de


desistimiento del recurso

Los defensores de esta tesis entienden que se debe dar traslado a la


otra parte para que manifieste lo que estime oportuno respecto del
desistimiento solicitado.
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

Para quien así opina, la conveniencia del traslado se muestra por


varios motivos:

- Por el tratamiento del desistimiento en la instancia. El art.20.3 LEC


así lo apunta para los supuestos en los que el demandado hubiera
sido emplazado, supuesto análogo al del apelado que ha tenido
conocimiento del escrito interponiendo el recurso desde el
momento mismo del traslado.

- El recurrido tiene interés en el cumplimiento de los requisitos


formales por los perjuicios que le pueda ocasionar la declaración de
firmeza de la resolución recurrida apoyada en un desistimiento
defectuoso.

Muestra de lo expuesto se aprecia también en la praxis judicial. Así,


43 el TSJ de Navarra en varias ocasiones ha entendido necesario "dar
audiencia" a la parte recurrida; en concreto en su Auto (Sala de lo
Civil), nº 13/2006, de 25 de octubre, estimó necesario dar el
oportuno traslado del escrito de desistimiento a la parte recurrida.
En el caso concreto resuelto por dicha resolución la parte apelada se
mostró conforme con el desistimiento instado por la apelante.
También es el caso resuelto por el ATSJ Navarra de 23 diciembre
2008, que valoró el consentimiento de la parte apelada (en este
caso negativo).

En el seno de las Audiencias Provinciales cabe destacar, entre otros,


el AAP de Salamanca, sec. 1ª, de 17 abril 2009, en cuyo supuesto de
hecho, contra el auto dictado por el Juzgado de primera instancia se
presentó recurso de apelación, admitido el mismo y previo
emplazamiento de las partes en legal forma, la parte recurrente
interesó el desistimiento del referido recurso. La Sala acordó
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

mediante providencia dar traslado del escrito de desistimiento a la


contraparte por plazo de diez días a los efectos prevenidos en el
art.20.3 LEC, a lo que la parte recurrida prestó su expresa
conformidad.

3. La posición del Tribunal Supremo

El Tribunal Supremo ha adoptado como criterio el primero de los


expuestos, es decir, no es necesario dar traslado del escrito de
desistimiento a la parte recurrida.

Ya en su Auto de 26 junio 2007, se pronunció en los siguientes


términos:

«Tal manifestación de voluntad del recurrente precisa de una


respuesta judicial automática y favorable a la petición en tal
44 sentido, sin que sea preciso la audiencia, y mucho menos la
aquiescencia de los demás litigantes, consentimiento no previsto
legalmente a diferencia de lo que sucede con el desistimiento de la
demanda. Esta referencia al consentimiento de la otra parte ha de
ponerse en relación con el art. 20.3 LEC cuando concurre en primera
instancia en el caso de que el desistimiento opere con carácter
bilateral, pero resulta irrelevante en los recursos, como la Sala ya ha
tenido ocasión de pronunciarse anteriormente, (en recurso de
reposición contra auto acordando el desistimiento dictado en el
recurso de casación 5212/2000 y auto de desistimiento recaído en
el recurso de casación 2746/01), señalando que esta innecesariedad
que se predica en relación a los recursos, no es sino manifestación
inherente a los limitados y diferentes efectos al proceso que
produce el desistimiento del recurrente, que no implica sino una
renuncia de la pretensión impugnatoria, y cuando se refiere a un
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

recurso de casación, como es el supuesto, determina la firmeza de la


sentencia dictada en segunda instancia, por lo que no se vislumbra
ningún interés legítimo que pudiese amparar una oposición del
recurrido a ese acto dispositivo, frente al desistimiento del actor
respecto de la demanda que deja imprejuzgada la acción,
legitimando de este modo la oposición de la parte contraria a la que
puede interesar la resolución definitiva de la controversia a través
del procedimiento al que ha sido llamada por la actora».

Por lo que concluyó lo siguiente:

«En el presente supuesto, frente a la pretensión de desistimiento de


los recursos de casación y extraordinario por infracción procesal
efectuada por las recurrentes, la parte recurrida muestra su
conformidad al desistimiento pretendido de contrario, mientras la
45 también parte recurrida, condiciona su aceptación a la previa
certificación por la recurrente de la aprobación de su gestión como
administrador de la misma con exoneración de responsabilidad
respecto de ella, con la finalidad, mencionada en su escrito, de
"asegurar la evitación de nuevos litigios ante los Tribunales".
Aplicando la doctrina expuesta, resultando innecesaria la
conformidad de la parte recurrida, debe accederse al desistimiento
solicitado por las recurrentes (...), con la subsiguiente declaración de
firmeza de la Sentencia (...)».

Tesis que ha sido reiterada con idéntica argumentación en varias


ocasiones posteriores, entre las más recientes, en sus Autos de 30
junio 2009 y 11 marzo 2014.
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

4. Toma de posición personal

Por lo expuesto, máxime con motivo de la doctrina establecida por


el Tribunal Supremo, entendemos que no es necesario dar traslado
del escrito de desistimiento a la parte recurrida. Los argumentos en
que se sustenta esta opinión son, de una parte, que el desistimiento
del recurso conlleva el aquietamiento de la parte recurrente con la
resolución impugnada y la firmeza de ésta, y de otra, por el
antecedente legislativo que suponía el art.847 de la LEC de 1881
que fijaba como obligatoria una audiencia en la segunda instancia.
Por el contrario la LEC de 2000 nada dice al respecto, ni impone
ningún trámite procesal al respecto, por lo que hay que considerar
que no existe laguna alguna que haya que completar.

X. ¿Lleva el desistimiento del recurso la condena en costas al


46 recurrente?

Es otra cuestión interesante que surge como consecuencia del


silencio que el art.450 LECart.450 Ley 1/2000 de 7 enero 2000
guarda al respecto. Son varias las posibilidades que se vienen
apreciando:

1. Doctrina procesal

Cierta corriente doctrinal entiende que no cabe duda de que


procede la imposición de las costas a la parte que desiste antes de la
resolución definitiva del recurso. Algunos de los autores que así
opinan justifican su posición en la aplicación analógica de los
art.396 y 398 LEC Legislación , pues aunque es cierto -dicen- que el
art.396 sólo contempla la primera instancia, es llano que la filosofía
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

que encierra es analógicamente aplicable cuando se trata de


recursos; es decir, consideran aplicable el criterio del vencimiento.

En cambio, para otros autores la cuestión difiere diametralmente,


entendiendo que cuando la ley ha querido imponer las costas en un
supuesto de truncamiento del camino del recurso lo ha hecho, tal y
como sucede cuando se declara desierto el mismo -art.458.2 LEC
para el recurso de apelación o 481.4 para el recurso de casación. Es
decir, dado que el art.450 guarda silencio, éste debe entenderse
como negativo a la imposición de costas, sin que dicho silencio se
pueda atribuir a una omisión involuntaria del legislador.

2. La praxis del Tribunal Supremo

En esta materia el Tribunal Supremo ha venido manteniendo


47 posiciones divergentes.

En primer lugar cabe destacar el Acuerdo 18-6-06 que se expresó en


los siguientes términos:

«(...) el desistimiento en el recurso de casación comporta la condena


en costas para la parte que lo interpuso, ya que crea una situación
que equivale a la desestimación del recurso, resultando aplicable en
tal caso, el art. 398 que remite al 394 LEC, al margen de que si no ha
existido actuación procesal alguna de la contraparte no se
practique la posterior tasación».

A pesar del contenido del expuesto Acuerdo, como hemos


apuntado, la cuestión no ha sido pacífica.

En un primer momento se apreció un nutrido grupo de resoluciones


que declaraban la no imposición de las costas a la parte recurrente
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

que desistía dada la ausencia de referencia a dicha posibilidad en el


artículo 450 LEC. Ejemplos de lo expuesto son los siguientes:

- El Auto 24-3-09 (recurso de casación nº 586/07), estimó el


desistimiento del recurso de casación al amparo del ordinal 3º del
art.477.2 LEC contra sentencia recaída en procedimiento tramitado
en atención a la materia, por norma con vigencia inferior a cinco
años, sin hacer pronunciamiento sobre las costas, por no disponerlo
el art.450 LEC .

- Concretó más esta posición el Auto de TS de 24 de febrero de


2009, que estimó la no procedencia de las costas si se ejercita la
facultad de desistimiento del recurso antes de que sobre él recaiga
resolución.

48 Textualmente, declaró que:

«(...) contempla el art. 450.1 LEC la facultad de desistimiento del


recurso antes de que sobre él recaiga resolución, por lo que al
haberse manifestado la intención del recurrente de apartarse del
medio de impugnación interpuesto, contando su Procurador con
facultad al respecto en su poder, procede acceder a lo solicitado, sin
necesidad de resolver acerca de la admisibilidad del recurso de
casación, con la subsiguiente declaración de firmeza de la
sentencia; todo ello sin que proceda efectuar especial
pronunciamiento sobre costas, al no existir expresa previsión legal
de criterio objetivo en cuanto al desistimiento de los recursos, a
diferencia de la regulación sí contenida en el art. 396 para el
supuesto del desistimiento de la demanda».
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

En otros pronunciamientos la cuestión a tener en cuenta residía en


el momento en que se producía el desistimiento; así se estimó que
procedía imponer las costas al recurrente si su desistimiento tenía
lugar con posterioridad al trámite de la puesta de manifiesto de las
posibles causas de inadmisión del recurso realizado por el Tribunal
a las partes. En cambio, si el recurrente desistía del recurso antes del
trámite de puesta de manifiesto de las posibles causas de
inadmisión del recurso, a decir de esta corriente, no cabía hacer
pronunciamiento sobre las costas procesales originadas en el
recurso.

Esta fue la línea seguida, entre otros, por el ATS de 16 diciembre


2008, en el que personadas todas las partes y puestas de manifiesto
las posibles causas de inadmisión del recurso por la parte recurrente
se presentó -varios días después- escrito manifestando su voluntad
49
de desistir del recurso interpuesto, mientras que la parte recurrida
formuló alegaciones por escrito anterior mostrándose conforme
con las causas trasladadas. El Alto Tribunal accede a lo solicitado, sin
necesidad de resolver acerca de la admisibilidad del recurso de
casación, con la subsiguiente declaración de firmeza de la
Sentencia, y ello con imposición de costas a la recurrente:

«criterio mantenido por esta Sala cuando, como es el caso, se


produce el desistimiento del recurso tras la puesta de manifiesto de
las posibles causas de inadmisión concurrentes dando con ello
lugar a una actuación de la parte recurrida personada en el rollo de
casación, siendo equiparable a la inadmisión del recurso».
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

En la actualidad, la opinión más extendida es la que aplica el


Acuerdo de 18 de junio de 2006 junto con la doctrina última
expuesta, por lo que:

- El desistimiento en el recurso de casación comporta la condena en


costas para la parte que lo interpuso, ya que crea una situación que
equivale a la desestimación del recurso.

- La personación y la actuación procesal por parte de la recurrida es


un acicate para imponer las costas a la parte recurrente que desiste
a fin de no producir un daño a la parte recurrida.

En el sentido expuesto, cabe la cita, entre otros, del ATS de 29


octubre 2013, para el que:

«(...) el recurso de revisión interpuesto no puede prosperar respecto


50 de la pretensión de no imposición de costas a la parte recurrente,
pues como ha reiterado esta Sala "el desistimiento en el recurso de
casación comporta la condena en costas para la parte que lo
interpuso, ya que crea una situación que equivale a la
desestimación del recurso, resultando aplicable en tal caso, el
art.398.1 LEC que remite al 394" (entre otros, AATS de 9 marzo 2011
o de 17 de septiembre de 2013, máxime cuando en contra de lo que
alega la parte recurrente, en el presente rollo de actuaciones si se
llegó a efectuar por las partes recurridas actuación procesal, puesto
que tanto el Abogado del Estado como la registradora mercantil de
Soria se personaron en esta Sala, llegando a presentar sendos
escritos de alegaciones con fecha de 25 y 30 de abril de 2013,
evacuando el traslado conferido por la Providencia de fecha de 2 de
abril de 2013, en cumplimiento del trámite previsto en el art. 483.3 y
473.2 LEC.
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

En consecuencia, constando la personación y la actuación procesal


descrita por parte de las recurridas, procede la imposición de las
costas causadas por estas actuaciones a la parte que formula
desistimiento (...)».

Por su parte, el Auto de 29 octubre 2013, insistía en la misma tesis:

«Por lo tanto, ponderando las circunstancias del caso concreto,


atendiendo a que las partes recurridas ya habían formulado sus
escritos de alegaciones sobre las posibles causas de inadmisión, con
el consiguiente gasto que ello conlleva para los litigantes, y al
tiempo transcurrido sin formular pretensión alguna cuando ya era
sobradamente conocido el sentido de la sentencia de esta Sala de
fecha 20 de septiembre de 2011 (incluso a la fecha de presentación
de los escritos de oposición por los recurridos), se considera más
51 acorde con el espíritu de los preceptos citados y la doctrina de esta
Sala la imposición de las costas procesales en el presente
procedimiento a la parte recurrente, con la consiguiente
confirmación del Decreto del Señor Secretario».

Posterior es el Auto de 11 marzo 2014, que incide en la misma


doctrina, al declarar que:

«La parte recurrente, tras serle puesta de manifiesto la posible causa


de inadmisión en la que incurría el recurso extraordinario por
infracción procesal, ha presentado escrito manifestando su
voluntad de renunciar a este recurso.

Abierto el trámite de puesta de manifiesto contemplado en el art.


473.2 LEC y presentado escrito de alegaciones por la parte recurrida,
el desistimiento del recurso comporta la condena en costas para la
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

parte que lo interpuso, ya que crea una situación que equivale a la


desestimación del mismo, resultando aplicable en tal caso, el art.
398.1 LEC que remite al 394 (...)».

3. Toma de posición personal

A modo de conclusión a este apartado, entendemos que dado que


el art.450 de la LEC nada dice respecto a la imposición de las costas
procesales a la parte recurrente que desiste, esta cuestión se puede
resolver en los siguientes términos:

- Respecto al recurso de casación estamos conformes con la


aplicación que últimamente viene haciendo la Sala 1ª del Tribunal
Supremo.

- En los recursos de apelación, si el desistimiento tiene lugar antes


52 del emplazamiento que confiere el Tribunal a la parte apelada para
impugnar el recurso interpuesto de contrario, no debe conllevar la
imposición de las costas, que por otra parte no se habrán causado.
Por el contrario, cuando la parte apelada haya sido emplazada y
haya realizado la oportuna oposición o impugnación del recurso de
apelación, el desistimiento posterior del recurso deberá contener
expresa condena en costas originadas en la alzada.

XI. ¿Cómo afecta el desistimiento al depósito para recurrir?

El desistimiento determina también la pérdida del depósito


constituido para recurrir, de conformidad con lo establecido en la
Disp.Adic.15ª, aptdo. 9, LOPJ.
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

3. Comentarios de las Crónicas de Jurisprudencia


del Tribunal Supremo

Derecho penal sustantivo. Concurso de delitos


Crónica de Jurisprudencia. Sala 1ª del Tribunal Supremo, 2012-2013

La STS de 2 julio 2012 , se pronuncia sobre la relación existente


entre el delito de falsedad y el delito de estafa . Establece dos
situaciones diferenciadas, en función de la naturaleza del
documento falsificado; si es un documento público/mercantil el que
se emplea como vehículo para la comisión de la estafa , ambos
ilícitos se sancionan en concurso real/ideal; si por el contrario se
utiliza un documento privado, se aplican las reglas de consunción
propias del concurso de normas, y ello porque el perjuicio para el
53
tercero o el ánimo de causárselo se solapa en estos casos con el
propio de la estafa , a modo de círculos concéntricos. Este criterio ya
se había establecido en resoluciones anteriores como la STS
640/2007 de 6 julio 2007.

La STS de 30 abril 2013 se refiere a un supuesto de concurso real


entre un delito de acoso sexual y dos delitos de violación.

El recurrente solicitó que, por aplicación del principio de


consunción del art. 8.3 CP, según el cual el precepto penal más
amplio o complejo absorberá a los que castiguen las infracciones
consumidas en aquel, el delito de acoso sexual debería quedar
subsumido dentro de los delitos de violación, y en consecuencia, no
ser castigado separadamente.
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

Ciertamente dice la Sala de lo Penal de Tribunal Supremo, el artículo


184 del CP, que regula el acoso sexual, no ha previsto expresamente
cómo se procederá si la solicitud de favores sexuales, va seguida
después de una concreta relación de esa naturaleza. Es cierto que
parte de la doctrina entendió que debería aplicarse el principio de
consunción a favor del delito de abuso o agresión sexual con
prevalimiento que invoca el recurrente. Sin embargo, en casos
como el que es objeto de la sentencia, cuando nos encontramos
con dos delitos de violación individualizados, ocurridos meses
después de que se iniciara la conducta de acoso del acusado, que
comenzó desde el principio de la relación laboral, y se prolongó
varios meses con tocamientos, comentarios humillantes y
exigencias sexuales, entiende la Sala que esta conducta tiene plena
independencia, y no puede quedar subsumida por dos acciones de
54 penetración vaginal con uso de arma blanca, que tuvieron lugar
meses después. En consecuencia, se aprecia un concurso real de
delitos.

La STS de 11 octubre 2012 establece los criterios para apreciar un


concurso real entre el delito de agresión sexual y el delito de
lesiones.

Sostiene esta sentencia que ya en resoluciones anteriores -SSTS


886/2005, de 5 julio; 2047/2002, de 10 diciembre; 1305/2003, de 6
noviembre; y 1259/2004, de 2 noviembre,-se ha declarado la
admisión del concurso entre el delito de agresión sexual y el delito
de lesiones, cuando el menoscabo de la integridad corporal, siendo
consecuencia de la violencia empleada para vencer la resistencia de
la víctima al ataque contra su libertad sexual, excede de la
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

correspondiente al concreto hecho de la agresión; por el contrario,


la violación consume las lesiones producidas por la violencia
cuando éstas pueden ser abarcadas dentro del contenido de ilicitud
que es propio del acceso carnal violento.

La Sala de lo Penal declara, según se establece en la sentencia


estudiada, que debe valorarse si la violencia empleada se mantiene
dentro de los límites de la fuerza instrumentalmente imprescindible
para doblegar la oposición de la víctima. En caso afirmativo, el
desvalor de su ejercicio quedará absorbido en la antijuridicidad del
delito de agresión sexual. En cambio se penará con independencia
cuando supere esos límites, por exceder lo necesario para la
agresión sexual.

55 La STS de 12 diciembre 2012 se pronuncia sobre el concurso entre


el delito de detención ilegal y el de robo. Establece la Sala de lo
Penal los siguientes criterios:

-Si la privación de libertad es un instrumento necesario y


proporcionado para el apoderamiento de la cosa habrá concurso de
normas, con absorción de la detención ilegal por el robo violento;
en caso contrario estaremos en un concurso de delitos (SSTS
479/2003 de 31 marzo; 12/2005 de 20 enero; 383/2010 de 5 mayo y
1323/2009 de 30 diciembre).

-Habrá concurso ideal de delitos (art. 77 CP) cuando la detención


sea medio necesario para cometer el robo y se produzca durante la
dinámica comisiva del mismo, siempre que la significación ilícita de
la detención tenga tal relevancia que no quepa afirmar su absorción
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

en el robo como elemento integrante de la violencia o intimidación


propia de este último (SSTS de 8 de Octubre de 1998; 3 de Marzo de
1999; 11 de Septiembre de 2000 y 25 de Enero de 2002.

-Por el contrario, el concurso de delitos será real (art. 73 CP) cuando


la detención se produzca una vez concluida la dinámica comisiva
del delito de robo, esto es, una vez terminada la conducta típica del
robo (STS 1334/2002 de 12 de Julio), aunque la detención se realice
a continuación y seguidamente de concluirse el robo (SSTS 21 de
Noviembre de 1990 y 3 de Mayo de 1993); o si concluido el robo los
autores realizan una acción para evitar libertad a la víctima (SSTS
1890/2002 de 13 de Noviembre; 622/2006 de 9 de Junio y 292/2007
de 16 de Febrero).

56 En el caso contemplado en la sentencia analizada, se comete por los


acusados un delito de robo con violencia en un establecimiento.
Una vez que los acusados se han apoderado de una serie de
objetos, es decir una vez consumado el delito de robo, se marchan
de local y dejan a la dependienta encerrada, atada y con la cara
cubierta, siendo rescatada posteriormente por agentes de la
autoridad, quienes lograron entrar en el establecimiento, tras
fracturar el cristal de la puerta de acceso.

En esta situación, la detención ilegal adquiere autonomía propia y


no puede quedar absorbida por el delito de robo, pues la privación
de libertad excede del tiempo necesario para el material de
desapoderamiento, que ya había concluido cuando los acusados
decidieron, antes de abandonar el local con el botín, mantener
encerrada y maniatada a la víctima. Y siendo este delito, como se ha
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

dejado dicho, de consumación instantánea, tal consumación tuvo


lugar desde el mismo momento en que los acusados, conseguido su
objetivo delictivo, dejaron encerrada a la víctima cuando
abandonaron el establecimiento.

La STS de 8 noviembre 2012 versa sobre un supuesto en el que


concurren un delito contra la salud pública y un delito de blanqueo
de capitales, y efectúa un análisis de la aplicación de las reglas del
concurso de delitos en relación con los referidos tipos penales.

La sentencia se remite a resoluciones anteriores, como la STS


1501/2003, de 19 diciembre, en la que se describe el delito de
blanqueo de capitales como un delito autónomo, como lo es toda
receptación, que tipifica y describe unas conductas concretas
57 distintas a las que integran el delito antecedente, del que traen
causa los bienes receptados.

En el mismo sentido, la STS 1597/2005, de 21 diciembre, que


expone que cuando hay coincidencia de autores en actividades de
generación y blanqueo, nos encontraremos ante un concurso real
de delitos y no ante un modalidad de absorción. Cada una de las
conductas tiene su propia relevancia penal autónoma por lo que no
existe duplicidad sancionadora.

En la misma línea el acuerdo de Pleno de la Sala Segunda, fechado


el 18 de julio de 2006, proclamó que «el art. 301 CP no excluye, en
todo caso, el concurso real con el delito antecedente...». Principio
que ha sido recogido después en numerosas sentencias de la Sala
Penal del Tribunal Supremo.
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

Por tanto, la condena del recurrente, en el caso concreto analizado,


como autor de un delito de blanqueo de capitales, además de por
tráfico de drogas, no supuso, tal como planteaba su defensa, una
afectación del "non bis in idem".

La STS de 22 marzo 2013 contempla la relación concursal existente


entre un delito de malversación de caudales públicos y un delito de
blanqueo de capitales.

La sentencia, como en el caso anterior, establece que estamos ante


dos infracciones distintas, en una, la malversación, se detrae del
caudal público ingresos destinados al mismo, y en otra, el blanqueo,
se intenta difuminar su origen delictivo, es decir, se trata de evitar
que se conozca su ilícita procedencia.
58
En definitiva, estamos ante un concurso real de delitos, las
conductas son autónomas y permiten su aplicación conjunta como
suma de actividades delictivas de distinto carácter y con bienes
jurídicos de distinta naturaleza afectados, sin que exista duplicidad
sancionadora.
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

4. Listado de obras de Marcial Pons disponibles.

TÍTULO AUTORES

ACTUACIÓN EN JUICIO DE LAS


COMUNIDADES DE
Fernando Garriga Ariño
PROPIETARIOS EN PROPIEDAD
HORIZONTAL

CÓDIGO CIVIL ALEMÁN Y LEY


DE INTRODUCCIÓN AL CÓDIGO Albert Lamarca
CIVIL

59 CONSTITUCIÓN Y EJECUCIÓN
Rosa M.ª Anguita Ríos
DEL CRÉDITO HIPOTECARIO

CUSTODIA Y VISITA DE
MENORES EN EL ESPACIO Rosario Espinosa Calabuig
JUDICIAL EUROPEO

DERECHO (PRIVADO) DE LOS


Luis María Miranda
CONSUMIDORES

DERECHO A SABER, FILIACIÓN


BIOLÓGICA Y ADMINISTRACIÓN Nuria Magaldi
PÚBLICA
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

DERECHO CIVIL DE CATALUÑA. Pedro del Pozo Carrascosa,


DERECHO DE FAMILIA Antoni Vaquer Aloy y
Esteve Bosch Capdevila

DERECHO CIVIL DE Pedro del Pozo Carrascosa,


CATALUÑA.
DERECHOS Antoni Vaquer Aloy y
REALES Esteve Bosch Capdevila

DERECHO CIVIL DE Pedro del Pozo Carrascosa,


CATALUÑA.DERECHO DE Antoni Vaquer Aloy y
SUCESIONES Esteve Bosch Capdevila

DERECHO DE SUCESIONES Martín Garrido Melero

DERECHOS DE LA
Miguel Ángel Encabo Vera
60 PERSONALIDAD

EL CONTRATO DE ALIMENTOS
VITALICIO: CONFIGURACIÓN Y M.ª Carmen Núñez Zorrilla
RÉGIMEN JURÍDICO

EL CONTRATO DE
APARCAMIENTO DE Alicia Arroyo
VEHÍCULOS

EL PSEUDOUSUFRUCTO
Ignacio Díaz de Lezcano Sevillano
TESTAMENTARIO

EL SEGURO DE LA FINCA
Carlos Vargas Vasserot
HIPOTECADA
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

ESTUDIOS SOBRE DERECHO


José Mª Chico y Ortiz
HIPOTECARIO - TOMOS I Y II

GARANTÍAS REALES EN
ESCENARIOS DE
Mª Elena Lauroba Lacasa
CRISIS:PRESENTE Y
PROSPECTIVA

JURISDICCIÓN Y REGISTROS
Antonio Martínez Santos
PÚBLICOS

LA ATRIBUCIÓN DEL USO DE


LA VIVENDA FAMILIAR AL M.ª Dolores Cervilla Garzón
CÓNYUGE NO TITULAR

LA AUTORIDAD COMPETENTE
61
EN MATERIA DE SUCESIONES
María Álvarez Tomé
INTERNACIONALES: EL NUEVO
REGLAMENTO DE LA UE

LA COPROPIEDAD INDIVISIBLE Luis Godoy Domínguez

LA FORMACIÓN DEL
CONTRATO A TRAVÉS DE LA Eva María Martínez Gallego
OFERTA Y LA ACEPTACIÓN

LA GARANTÍA DE LOS
Sergio Nasarre Aznar
VALORES HIPOTECARIOS

LA RESPONSABILIDAD CIVIL EN
José Alberto Coloma Chicot
EL DELITO FISCAL
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

LA RUPTURA DE LA PROMESA
Encarnación Abad Arenas
DE MATRIMONIO

LA SUCESIÓN PACCIONADA EN
Leire Imaz Zubiaur
EL DERECHO CIVIL VASCO

LA USUCAPIÓN María Luisa Moreno Torres

LA VENTA DE HERENCIA Gemma Rubio Gimeno

LECCIONES DE DERECHO
Teresa Armenta Deu
PROCESAL CIVIL

LEGISLACIÓN CIVIL DE
José M.ª Navarro Viñuales
ARAGÓN
62
LEGÍTIMA Y TRONCALIDAD Gorka H. Galicia Aizpurua

LOS PROCESOS ESPECIALES EN


José Manuel Busto Lago
LA LEC 1/2000

LOS TERCEROS EN EL PROCESO


Sonia Cano Fernández
DE EJECUCIÓN

OPCIÓN, TANTEO Y RETRACTO Esteve Bosch Capdevila

RESOLUCIÓN Y SINALAGMA
Bruno Rodríguez Rosado
CONTRACTUAL

SOLIDARIDAD IMPROPIA DE
María Asunción Esteve Pardo
DEUDORES
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

USUCAPIÓN DE Guillermo Cerdeira Bravo de


SERVIDUMBRES Mansilla

LA PROTECCIÓN PENAL
TRANSNACIONAL DE LOS Carlos Gómez Jara-Díez
MERCADOS FINANCIEROS

EL DELITO DE MALOS TRATOS


Emilio Cortés Bechiarelli
FAMILIARES

WHISTLEBLOWING Ramón Ragués I Vallès

LA EMPRESA COMO SUJETO Osvaldo Artaza Varela

COMPLIANCE Y TEORÍA DEL Lothar Kuhlen


63 DERECHO PENAL Juan Pablo Montiel
Íñigo Ortiz de Urbina Gimeno

LA SENTENCIA
INDETERMINADA Luis Jiménez de Asúa

ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA
Y JURISDICCIÓN PENAL EN EL
DELITO FISCAL Isabel Espejo Poyato

CONSTITUCIÓN Y SISTEMA Santiago Mir Puig (Dir.) , Mirentxu


PENAL Corcoy Bidasolo (Dir.) , Juan Carlos
Hortal Ibarra (Coord.) . Autores:
Manuel Atienza , Jordi Bonet Pérez
, Sergi Cardenal Montraveta, David
Carpio Briz , Mirentxu Corcoy
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

Bidasolo, Víctor Ferreres Comella ,


Víctor Gómez Martín , Gema
Marcilla Córdoba , Mercedes Pérez
Manzano , Joan J. Queralt Jiménez ,
Pal H. Robinson

VARIACIONES SOBRE LA
PRESUNCIÓN DE INOCENCIA Javier Sánchez-Vera Gómez-Trelles

PROCESO PENAL Y PERSONA


JURÍDICA Fernando Gascón Inchausti

RESPONSABILIDAD PENAL EN
EL EJERCICIO DE ACTIVIDADES
MÉDICO-SANITARIAS Virgilio Rodríguez Vázquez
64
PRINCIPIOS DISTRIBUTIVOS
DEL DERECHO PENAL Paul H. Robinson

EVITABILIDAD DEL ERROR DE


PROHIBICIÓN Fernando Jorge Córdoba

LA INTERPRETACIÓN
CONFORME A LA
CONSTITUCIÓN DE LAS LEYES
PENALES Lother Kuhlen

FISCAL INVESTIGADOR
CONTRA JUEZ INSTRUCTOR Jesús Manuel Villegas Fernández
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

FUNDAMENTO Y LÍMITES DE
LOS DELITOS DE OMISIÓN
IMPROPIA Bernd Schünemann (02894

EL CIBERCRIMEN Fernando Miró Llinares

FUNDAMENTOS DE POLÍTICA
CRIMINAL Pablo Sáncuez-Ostiz

MANUAL DE PREVENCIÓN DEL Daniel Álvarez Pastor Fernando


BLANQUEO DE CAPITALES Eguidazu Palacios

USO FRAUDULENTO DE
TARJETAS DE CRÉDITO POR
TERCEROS NO AUTORIZADOS Andrés Mariño López
65
ARREBATO U OBCECACIÓN Emilio Cortés Bechiarelli

ANTECEDENTES Y NUEVO
ENJUICIAMIENTO DE
MENORES Francisco de Asís Sánchez Martínez

COMENTARIOS AL CÓDIGO Juan Córdoba Roda , Mercedes


PENAL PARTE GENERAL García Arán , Mª José Magaldi
Paternostro , Rafael Rebollo Vargas
, Miriam Cugat Mauri , Joan
Baucells Lladós

LA CULPABILIDAD PENAL DE
LA EMPRESA Carlos Gómez-Jara Díez
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

¿LIBERTAD ECONÓMICA O
FRAUDES PUNIBLES?
(Riesgos penalmente
relevantes e irrelevantes en la
actividad económico-
empresarial) Jesús María Silva-Sánchez

LA RESPONSABILIDAD
TRIBUTARIA EN EL
ALZAMIENTO DE BIENES EN LA
NUEVA LGT Carmen Ruiz Hidalgo

AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN EN
DELITOS DE INFRACCIÓN DE
DEBER
66 Una investigación aplicable al
derecho penal de los negocios Silvina Bacigalupo

DOGMÁTICA DE LOS DELITOS


DE OMISIÓN Armin Kaufmann

LA PRUEBA ILÍCITA (Un estudio


comparado) Teresa Armenta Deu

TUTELA INHIBITORIA Luiz Guilherme Marinoni

ANTICIPACIÓN DE TUTELA (De


la tutela cautelar a la técnica
anticipatoria) Daniel Mitidiero
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

DISCRIMINACIÓN Y CARGA DE
LA PRUEBA EN EL PROCESO
CIVIL Guillermo Ormazabal Sánchez

DERECHO PROCESAL I.
INTRODUCCIÓN Jordi Nieva Fenoll

LA VALORACIÓN DE LA
PRUEBA Jordi Nieva Fenoll

PROCESO PENAL Y SISTEMAS


ACUSATORIOS

SISTEMAS PROCESALES
PENALES (La justicia penal en
Europa y América) Teresa Armenta Deu)
67
LA COSA JUZGADA FRENTE A
TERCEROS Enrico Allorio

LA VIDEOCONFERENCIA COMO
INSTRUMENTO PROBATORIO
EN EL PROCESO PENAL Ana Montesinos García
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

IURA NOVIT CURIA (La


vinculación del juez a la
calificación jurídica de la
demanda) Guillermo Ormazabal Sánchez

LA MEDIACIÓN Cátia Marques Cebola

LA DUDA EN EL PROCESO
PENAL Jordi Nieva Fenoll

LOS HECHOS EN EL DERECHO


(Bases argumentales de la
prueba) Marina Gascón Abellán

ACCIONES COLECTIVAS:
68 RECONOCIMIENTO, COSA
JUZGADA Y EJECUCIÓN Teresa Armenta Deu

LA PRUEBA: UN ANÁLISIS
RACIONAL Y PRÁCTICO Rodrigo Rivera Morales

LA INEFICACIA DE LOS ACTOS


PROCESALES (Sistematización y
clarificación de conceptos) Silvia Pereira Puigvert

ABOGADO EN EJERCICIO Antonio Pérez de la Cruz Blanco

LA MOTIVACIÓN DE LAS
RESOLUCIONES JUDICIALES Tomás Javier Aliste Santos
Cuaderno de Doctrina Civil y Penal

69

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