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Ce ——J,J,Rovsseat - iif ee AIVUANTS ATL i i i ' | ~ If Carta sobre la misica francesa Sunt verbaet voces, practereague, nihil ADVERTENCIA, Puesto que la disputa originada el afio pasado en la Opera solo ‘acabé en injurias, proferidas por una parte con mucho ingenio y por otra ccon mucha animosidad, no quise tomar parte en ella, ya que este tipo de guerra no me convenia en ningtin sentido, y sentf que no era el momento de aportar tinicamente razones. Ahora que Ios Bufones han sido despe: estén a punto de serlo, y que ha pasado la hora de las eébalas, una importancia ridcula a las canciones, que hiciera més caso de sus iisicos que de sus fildsofos, y con el que habria que hablar con més circunspecci6n de misica que de los temas de moral mas graves. 1. [ePalabrasy ves, y apart de es, na ————]. Rousseas ——— Al tener la armonia su prinpio en la naturaleza, es la misma para todas tas naciones y, de tener algunas diferencias, étas son introducidas por as dela melodia. Porello, el carter partculur de una misica naci nal ha de extraerse slo de la melodfa y, puesto que este cardcter viene dado principalmente por lalengua,con mayorraz6nelcanto propiamente dicho hab de sentir a méxima influencia de ésa, Esposible imaginar lenguas que estén mis cercanas la mitsica unas que otras. Es posible imaginar otras que no lo estén en absoluto, Acaso ‘una lengua semejante podefa consistr slo en sonidos mixtos, en silabas nnudas,sordas onasales, en pocas vocales Sonoras, en muchas consonan- tes yarticulaciones, careciendo ademas de otras condiciones esencales de las que hablaré en el apartado sobre el ritmo. Investiguemos, por cu- riosidad, qué resultaria de la masica si se aplcara a una lengua as En primer lugar, a falta de brilloen el sonido de las vocales obli- garia a dar mucho britlo al de las notas. Por ello, siendo sorda la lengua, Ja misica sera chillona. En segundo lugar, la dureza y la frecuencia de Jas consonantes forzarfa a excluir muchas palabras y a proceder sobre tas demas con entonaciones elemental, por lo que la musica seria in- sipida y monétona. Por Ia misma raz6n, su marcha también serfa lenta ¥ aburtida, y cuando se quisiera apresurar un poco el movimiento, si ‘elocidad se parecer a lade un cuerpo duro y anguloso rodando sobre ol pavimento ‘Como una misica semejante carecerta de cualquier melodia agra- dale, se intentaria suplila con bellezasartifcales y poco naturales. Se la cargaria de modulaciones frecuentes y regulares pero fras, sin gracia ni expresidn. Se inventarian trinos.! cadencias, apoyaturas® y demés gracias postizas que se prodigarian en cl canto y que so io harfan mis ridfeulo sin hacerlo menos anodino. Con todo este aderez0 desabrido, la mifsica esultarfa apagada y carente de expresion, y sus imagenes, sin fuerza mi energie, representaran pocos abjetos con muchas notas, {eFrzdons, xeminosotcuad qe indicaba un breve adoro de canto distin 9 sole a msi aba. Bguvale me o menos Toque se conoce oy com) srino, aunque en telidad era mis breve qu te.) 2. [aPor de voice, adorao de canto consistents en una ascension diténica de una pon wot} te — Carta sobre la mfsia francesa al igual que esas escrituras goticas, cuyas lineas repletas de trazos y de letras figuradas s6lo contienen dos o tres palabras, encerrando muy poco sentido en mucho espacio. La imposibilidad de inventar cantos agradables obligaria a los ccompasitores a dirigir todos sus esfuerzos hacia la armonia, y a falta de bellezas reales, introducirian en ella bellezas de convencién que apenas tendrian mayor mérito que la dificultad vercida. En lugar de buena ‘miisica, crearian misica erudita, Para suplir el canto multiplicarfan los acompaiamientos, y les costarfa menos colcear muchas partes malas unas encima de otras, que crear una que fuera buena. Por querer quitar lainsulsez, aumentarfan la confusi6n; creerian hacer miisiea y no harfan mais que ruido. Otroefecto que resultarfade a falta de melodia serfaquelosmisicos, al ener sélo una idea falsa de ella, hallarfan a su manera una melodia en cualquier sitio, Por no tener verdadero canto, no les costarfa multiplicar las partes del mismo ya que amarian intrépidamente canto a lo que no es, incluso al bajo continuo, con el que harian recitar sin criterio alguno Jos bajos cantantes al unisono, siempre que les sirviera para cubrir el conjunto con un tipo de acompaiiamiento, cuya pretendida melodia no tendrfa ninguna relaci6n con lade la parte vocal. Alld donde vieran notas hallarfan canto, puesto que su canto en efecto s6lo consistirfa en notas. Voces, praeteredque nihil. Pasemos ahora al ritmo, en cuya percepsidn consiste en gran me- dida la belleza y la expresién del canto. El rimo es més o menos a la ‘melodia lo que la sintaxis al discurso: es el que hace! encadenamiento de las palabras, el que distingue las frases y da tin sentido, una ilacién, _. todo, Toda misiea cuyo compas no se pereibe se ascmeja, si es culpa de quien la ejecuta, a una escritura con cifras de la que es preciso hallar Iaclave para desentrafiar el sentid. Pet® si esta miisica carece en efecto de un ritmo perceptible, entonces no es mas que una coleceién confusa de palabras tomadas al azar y escritas sin orden, a las que el lector no encuentra sentido alguno, porque no lo puso e! autor. a 4, [sia locucin proverbial, que sirve también & epi | yvooes, y parte de e0, nada miss), Se puede atibuir a Horacio.) - - J.J Rousseau He dicho que toda misica nacional saca su carieter principal de la lengua que le es propia, y debo afiadir que es principalmente la proso- dia de Ta Iengua la que conforma este caricter. Como Ia misica vocal precedié con mucho a la itistrumental, ésta siempre ha recibido de la primera sus modos de entonar y su ritmo. Los distintos compases de Ja mdsica vocal s6lo pudieron nacer de las distintas maneras en que se podia escandir el discutso y colocar las breves y las largas unas respecto de otras, lo cual resulta muy evidente en la misica griega, en laque todos Jos compases no eran mas que las formulas de un nimero igual de ritmos proporcionados por todas las disposiciones de las silabas largas 0 breves y de los pies de que eran capaces la lengua y Ia poesfa. De manera que por muy bien que se pueda distinguir en el ritmo musical la medida de la prosodia, 1a medida de! verso, y la medida del canto, no hay duda de que Ia masica mas agradable, o al menos 1a mejor cadenciada, es aquella en que estas tres medidas concurren conjuntamente de Ia manera as perfecta posible. Después de estas aclaraciones, vuelvo a mi hipétesis e imagino que Ja misma lengua de la que acabo de hablar tiene una prosodia mala, poco marcada, sin exactitud ni precisi6n; que las largas y las breves earecen entre sf, tanto en duracién como en nlimero, de relaciones simples y apropiadas que hagan el ritmo agradable,exacto, regular; que tiene largas ‘més menos largas unas que otras, breves maso menos breves, sflabas ni brevesnilargas, y que las diferencias entre unas y otras son indeterminadas ¥y casi inconmensurables. Esta claro que la misica nacional, al haber de coger en su ritmo las irregularidades de Ia prosodia, tendrfa un ritmo ‘muy vago, desigual y muy poco perceptible; que sobre todo el recitativo se resentirfa de esta inregularidad; que casi no se sabrfa cémo ajustar al ritmo los valores de las notas y de las sflabas; que se habria de cambiar de compas a caula momento; que nunca se podrfan reproducir los versos con un ritmo exacto y cadenciado; que incluso en los aires acompasados todos los movimientos resultarfan poco naturales y carentes de precisiGn; que por poca lentitud que se afiadiera a este defecto, se perderialanocién de igualdad de los tiempos totalmente en el espitita del cantante y del oyente; y que, finalmente, al no ser ya perceptible el compas, ni iguales del masico, quien podria sustetornos, ésteséloquedaria sujeto al eaprichi en todo instante apresuratlo o ralentizarlo segin su voluntad, de modo Canta sobre la misc franasa due en un concierto no se podria prescindir de alguien que lo marcia para todos, segiin la fantasia o comodidad de uno solo. De ahi que los actores contraerfan el hibito de avasallarse el compas en tal medida que incluso los oiriamos alterarlo inteneionadamente en Jas piezas en que el compositor hubiera conseguid hacerlo perceptible. Marcar el comps serfa una falta cortra la composicién y seguirlo seria ‘una falta contra el gusto del canto; los defectos pasarfan por bellezas y Ias bellezas por defectos; los vicios quedarfan establecidos en regias, y para hacer mésica al gusto de la nacién, sélo habria que aplicarse con fesmero a lo que disgusta a todos las dems, Asimismo, sea cual fuera la destreza con que se trataran de descubir Jos defectos de una mésica semejante, seria imposible que gustara a ofdos que no fueran los de los oriundos del pais en que se estlara, A fuerza de suftir reproches sobre su mal gusto, « fuerza de ofr misica verdadera en ‘una lengua més favorable, tratarian de acercar la suya.a ésta y no harian ims que quitarle el carter y Ia afinidad que tenfa con la lengua para ka {que fue hecha. Si pretendieran desnaturalizar su canto, lo har‘an duro, barroco’ y casi incantable. Si se contentaran con adornarlo con acompa- famientos distintos de los que le son propios, no harian més que resaltar su insipidez, por contraste inevitable, Privarfan a su mésica de la nica belleza que pudiera tener, al privar a todas sus partes de la uniformidad de caricter que le hacia ser una. Y, finalmente, al acostumnbrar los oftlos 1 despreciar el canto para escuchar slo la sinfonia,’ s6lo conseguirfan hhacer servir las voces como acompailamiento del acompaiiamiento, Heaqui de qué manera la muisicade una naci6n semejante se dividirfa cen miisica vocal y misica instrumental. He aquf c6mo, al conferir carae- teres distintos a estos dos géneros, harian de ellos un todo monsttuoso, Al querer ir la sinfonfa al compés y no pudiendo el canto suftir verse eentorpecido, a menudo se oirfan en las mismas piezas a Jos actores ya la orquesta contradecirse y obstaculizarse mutuamente. Esta incertidumbre 5. [nel sentido del Dictionnaire de Masigue scan una armonta conte, cir: a de movulaciones, eon leant dro y poco natural, I entonsckin diel Yel movimiento forzado.m) 6. Rovsseayutliza el tenn «sinfone para referee ala pare instumenta ela mise) PEEL EL LR TE ee ET TN TE TTT = —— ] Rovsseas ——-— y la mezela de los dos caracteres introducirfan en el modo de acompanar ‘una frialdad y una carencia de nervio que se volverian tan habituales que Jos instrumentistas no podgfan, incluso ejecutando buena mtsica, darle fuerza y energfa, Al tocarla Como suya, la debilitarfan completamente; hharian fuertes los suaves, suaves los fuertes, y desconocerian cualqiiet % matiz. de estas dos palabras, Estas otras palabras, rinforzando, dolce, risoluto, con'gisi, spiritoso, sostenuto, con brio, ni siquiera tendsian sindnimos en su lengua, y expresidn no tendria ningin sentido. Sustitui- rian el vigor del golpe de arco par no sé cusintos pequetios adomos frfos y desabridos. Por muy numerosa que fuera la orquesta, no producitfa ningtin efectoo produciria uno solo muy desagradable, Como laejecucién setfa siempre carente de nervio y los instrumentistas preferirian tocar & su aire antes que ir al compés, nunca andarian juntos: no conseguirian sacar un sonido nitido ni justo, ni ejecutar nada segtin el caricter que correspondiese, ylosextranjeros se quedarfan totalmente sorprendidos de {que una orquesta alabada como a primera del mundo apenas fuera digna rca To, Jem beads (157) XM XRV y Nn ae {aban como entretejides fos tiernas desdenes, las repulsas tranquilas y, por (Sata scoomras us pata soar eto oe a anto, los dsculos y entrecortados suspiros; ells habia fundido con un mégico a fuego estos diferentes afectos, formando aquel asombroso cefiidars; «Con wn [5 senivo tigubre y roneo convoce I infernal ompa a fs hubtates de 1 |] Sharma cutaose smmeresonon tendo ee we tenebroso responde con prolongados silbidos. Tal, y con menos estruendo, GE SNSSLEe Souter se oe opin roeeae mon tants e ‘encierra en su seno inflamados vapores.» Versién al castellano de Antonio: GF Bettu te eres pr arta ence ftcon de 14. Apa, = ‘Madrid, 1963. En la edicién de La Pléiade identifica errOneamente la primera a -estrofa como XIV, XXV (pégina 1461),} Fe oo ooo ooo 8 oO ESS ESB O SORTS OSS O SESS SES EC SS eEOREES ————— Carta sobre la misc frances —————— dejando que ast se debiliteo satisfaga gradualmente el deseo del espiritu, mientras que el del ofdo crece en sentido contrario hasta el final de la frase, Le demostraré también que el ante de las suspensiones y de las pa- labras entrecortadas, tan propio de la musica italiana por la acertada cconstitucidn de su lengua, es totalmente desconocido en la nuestra y que no tenemos més medios para suplirlo que los silencios, que en ningin ccaso constituyen un canto y que, en esas ocasiones, muestran antes 1a pobreza de 1a misica que los recursos del misico. Me quedaria por hablar del acento, pero este punto importante requiere un debate tan profurido que es mejor reservarlo para mejores plummas. Pasaré pues a las cosas que son ms esenciales para mi tema y procuraré examinar muestra miisica en sf misma, Los italianos afrman que nuestra melodia es insipida y carente de ‘canto, y en este aspecto todas las naciones neutras confirman su ju tunénimemente. Por nuestra parte tildamos la suya de estrafalaria y ba- roca. Prefiero creer que unos y otros se equivocan, a verme forzado a decir que en los paises donde las ciencias y todas las artes han alcanzado ‘un nivel tan alto, sélo la mtisica esté alin por nacer ‘Losmenos prevenidos de entre nosotros" secontentan con decir que la mnisica italiana y Ia francesa son ambas buenas, cada una en su estilo, cada una para la lengua que le es propia. Pero aparte de que las demés naciones no reconocen esta paridad, siempre quedarfa por saber cual de Jas dos lenguas puede llevar la mejor clase de miisica en si, cuesti6n muy debatida en Francia pero que jamés lo era en otro lugar y que sélo puede ser dirimida por un ofdo perfectamente neutro, siendo por consiguiente cada dia més dificil de ser resuelta en el nico pais donde constituye un problema. He aqui algunas experiencias sobre este tema que cada cual es duefio de comprobar y que creo que pueden ser de utilidad para una 10, Hub un tempo, dijo Mylont Schultesbury, en que la costumbre de hablar @ {ranoés puso de moda la msica francesa en Inglaterra, Pero pronto la misica italiana, al mastams a natraleza de mis cere, nos hina borreccr le ots ‘os la hizo ver tan pesada, tan lana y tn desabria coma lo es en efecto 11 Algunos rchazan la exelosin total que los Amaates dela Misicacon- donan sn via a mies francesa. Estos conciidores modes no gui slerangstosexcluyentes, como sie amor pr las cosas buenas debiers hacer proba as malas, i J.J. Rousseau solucién, al menos en lo referente a la melodfa, que es a lo que se reduce casi toda la disputa, He tomado en las dos.ypssicas unos aires igualmente apreciados, cada uno en su género, Despojando a unos de sus apoyaturas y cadencias eternas, y alos otros de las notas sobreentendidas que el compositor no "3 se molesta en esoribir, confidndolas a Is inteligencia del cantante,” los he solfeado exaétamente segtin la parttura, sin omamento alguno y sin. afiadir nada de mi mismo al sentido ni a la ligadura de Ia frase. No le

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