En silencio, con un resplandor de niebla, Finalmente resuelves una vez Mi alma entera; Se extiende sobre mi cuerpo Para aliviar tu mirada, Como el ojo de un amigo Acerca de mi destino. Cada legado siente mi corazón El tiempo de la alegría y la tristeza Entre la alegría y el dolor En la soledad, en la soledad. ¡Fluye, fluye, querido río! Nunca voy a ser feliz, Así que bromas mezcladas y besos Y la fidelidad de esta manera. Lo tenía una vez, ¡Lo que es tan delicioso! Que para su tormento ¡Ni se te ocurra! Por el valle, por el río, Sin descanso ni descanso, El rugido de mi canto Melodías. Si en la noche de invierno Quieres sobrellevar la ira, Ni de la primavera Brotes jóvenes que se hinchan. Bendito sea el mundo Sin ningún odio cerrado, Un amigo sosteniendo sus pechos Y con quien se divierte Que no conocía a la gente O no lo han pensado, A través del laberinto del pecho Camina por la noche.