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sujeto, puesto que se percibe como un conjunto de características que posee un individuo y
Freud aborda el tema manifestando que la personalidad es un conflicto entre los impulsos
instintivos y los límites que están socialmente establecidos, por lo tanto esta surge con la
intención de conciliar estas dos instancias sin que se genere un sentimiento de culpa.
Como consecuencia Freud construyó ciertos conceptos teóricos que interactúan entre sí,
conocidos como el ello, el yo y súper-yo, cada uno constituye un elemento importante para
la persona, son las raíces profundas de la identidad, las cuales buscan la satisfacción de
ciertos impulsos biológicos y por ende, actúan motivadas por el placer, dejando a un lado
las consideraciones éticas, lo cual sitúa al ello dentro de una realidad amoral.
Seguidamente se encuentra ‘‘el yo’’, el cual presenta su crecimiento dentro del principio de
la realidad y es la parte visible de nuestra personalidad, que reprime las motivaciones del
inconsciente puesto que son dañinas para las manifestaciones conscientes en ‘‘el yo’’, el
cual se basa en los principios que rigen sus sentimientos y no en impulsos instintivos.
partir de esto crear una consciencia moral, generando un ideal del ‘‘yo’’.
Estos tres elementos mencionados anteriormente se encuentran relacionados con el
considerado como una cualidad innata y el segundo que se adquiere y moldea durante toda
la vida, por ende considerado como dinámico y cuya importancia radica en los cambios que
está expuesto a sufrir el ser humano, los cuales pueden ser favorables, aportando a su
comportamiento y por ende los actos que esto conlleva, en muchas ocasiones el sujeto no
aprende a desarrollar este elemento, dando como consecuencia un uso limitado de la razón
y con esto la manifestación parcial de ‘‘el ello’’, que como se menciona anteriormente este
plantea en algunas filosofías como la de Nietzsche, quien menciona que el error más
peligroso de todos consiste en intentar instaurar la racionalidad a toda costa, puesto que los
valores tradicionales representan una realidad esclava, la cual estaba creada por personas
débiles y resentidas.
Contrario a esto, se encuentran aquellos que hacen uso principalmente de ‘‘el yo’’, el cual
reprime estas motivaciones primarias considerándolas como dañinas para el mismo, pero
dejando a un lado el punto de reflexión que represente un equilibrio entre estos deseos y la