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Cómo mejorar la comunicación y el trabajo colaborativo en

equipo
Por Luis Tamayo

No es fácil comunicarse y trabajar en equipo en una organización como OuiShare -que


tiene la intención de funcionar y tomar decisiones bajo las premisas de lo descentralizado
y/o lo distribuido, la horizontalidad, y la transparencia. De ahí, esta reflexión que nace de
la práctica y la experiencia de varios años de trabajo, alegrías, conflictos y, sobre todo,
aprendizajes.

Por supuesto, este texto no pretende ser una guía definitiva, ni mucho menos “sagrada”,
ya que cada persona y cada organización es un mundo. Sin embargo, confío en que será
de utilidad para otros equipos y espero que se vea enriquecido con el feedback de otras
experiencias y prácticas de gobernanza en otros colectivos y comunidades que tienden a
lo colaborativo y abierto. He aquí algunas pautas para mejorar la comunicación y el
ambiente de trabajo en estas organizaciones.

1. Las formas

o Muchas veces no es tan importante lo que se dice, sino el cómo


se dice. Muchos malos entendidos y conflictos vienen más de las formas
que del contenido. En este sentido, aconsejamos ser amables y cuidar el
tono, sobre todo en el contexto digital. Los textos son muy interpretables
emocionalmente; nuestros estados de ánimo, muy cambiantes, y pueden
inferirse tonos y formas que igual no se corresponden con la realidad. En
estas situaciones, los emoticonos pueden ser de gran utilidad.
o Celebrar y agradecer es un arma de cuidados masiva. En los
entornos offline no hay que olvidarse del poder de la alegría, de una
sonrisa, de ser agradecidos y de pedir las cosas siempre “por favor”; ayuda
bastante y, si además se acompaña de un abrazo, mucho mejor.
o No confundamos tampoco lo profesional con lo serio. Ser más
serio no necesariamente implica ser más profesional. Expresar emociones
y sentimientos es muy difícil, y más en un contexto donde lo profesional
sucede cuando “la armadura” y el “ser-máquina” es sinónimo de “business”.
o Ser respetuoso no es lo mismo que ser educado. Podemos ser
muy educados y faltar el respeto. Tengamos en cuenta esta diferencia.
o Herir el ego tampoco es lo mismo que faltar el respeto. Tendemos
a pensar que nos han faltado al respeto cuando nuestro ego se ve
afectado. No confundamos.

2. Reducir el volumen de ruido

o No generemos debates sin propuestas concretas. Normalmente


buscamos decisiones, no opiniones. Opinar por opinar (juicio de valor) sin
una propuesta clara, u oponerse a algo sin una contrapropuesta de valor,
solo lleva a discusiones infinitas… Esto no quiere decir que no podamos
opinar: se trata de ser conscientes de si esa opinión añade valor o no. No
tenemos que opinar siempre de todo. Y muchas veces es más una
necesidad de nuestro ego (“aquí estoy”) que otra cosa. Muy ligado a esto,
se encuentra el evitar el “debería hacerse” o el “hay que”… Lideremos
aquello que nos importa o que creamos que podría hacerse, o sumémonos
al área o equipo que ya está trabajando en esto; no perdamos tiempo y
energías en que otros lo hagan por nosotros.

Tendemos a pensar que nuestra manera de hacer las cosas es la


mejor, pero ¿es esto realmente cierto?

o Reducir el volumen de comunicación es reducir el ruido.


Pensemos si lo que aportamos a la conversación añade valor o no, si es
necesario o prescindible. No hace falta contestar siempre a todo; muchas
veces respondemos con un “ok” o un “gracias” por cortesía, por empatía, o
para dejar claro que hemos leído un mensaje o un texto, pero ¿es
necesario cuando hay un consenso?

3. La empatía y el ego

o Cada uno tenemos nuestra personalidad, y el mismo mensaje


puede tener una carga emocional y afectiva muy diferente,
según de quién venga. Por eso es importante conocer bien a las
personas, saber de la cultura que vienen, aceptarlas como son y no sacar
juicios generales cuando cada persona es única y singular. Por no hablar
del momento personal y emocional en el que se encuentra cada individuo
en cada momento. Expresar ese estado durante una reunión puede ser de
gran ayuda para evitar malos entendidos. Un “check-in” y un “check-out”,
no solo de conclusiones operativas, sino también de emociones, ayudan
mucho.
o Respetar el trabajo de los demás. Hay muchas formas de hacer las
cosas y tendemos a pensar que la nuestra es la mejor, o que somos más
expertos o tenemos más experiencia en un tema, por lo que las cosas han
de hacerse de la misma manera en que ya las hicimos en el pasado porque
ha funcionado en otras ocasiones. Sin embargo, ¿es esto realmente cierto?
Si las cosas se hubiesen hecho siempre de la misma manera (la que
funciona), seguiríamos viviendo en cuevas. Esto no significa evitar dar
feedback; al revés, dar un feedback afectivo es mostrar interés por mejorar
el trabajo del otro, y, sobre todo, ayuda a apoyar al otro y que no se sienta
“solo”.
o No confundir feedback con juicio de valor. Criticar sin proponer es
destructivo.
o Liderar es facilitar que el resto del equipo haga bien su trabajo y
en un ambiente de distensión y responsabilidad para poder dar lo mejor de
cada uno.
o No todos somos iguales. Hay personas que son muy buenas haciendo
algo y no tan buenas con otras cuestiones. Esto no significa que el quien
destaca haciendo algo, o tiene más experiencia en un campo concreto,
tenga siempre razón -o, mejor dicho, que su propuesta sea la mejor.
o La razón es un tema de expectativas, intereses y perspectivas.
Tendemos a pensar que tener la razón es sinónimo de éxito (“te lo dije, yo
tenía razón”), pero el éxito es cumplir objetivos, no necesariamente estar
en lo cierto.
o No confundir lo profesional con lo personal. Trabajar solo con las
personas que nos dan buen feeling o que nos caen mejor y excluir a las
otras por un tema personal es generar carencias profesionales: que te
“caiga mejor” no significa que sea la persona más adecuada para hacer un
trabajo de manera efectiva. El “amiguismo” es enemigo de lo profesional.
o El win-win puro es un mito. Siempre hay alguien que gana más que el
otro. Trabajar en comunidad es estar dispuesto a ganar mucho dando poco
en algunas ocasiones, y a ganar poco dando mucho otras veces.
4. Transparencia

o Las suspicacias, “paranoias”, percepciones e interpretaciones


personales son el peor enemigo de la confianza y sin confianza no
hay comunidad (equipo). Tendemos a juzgar la “no información” como falta
de transparencia y asociarla a que“esconde algo malo”, pero no siempre
tiene que ser así. Ser transparente muchas veces significa trabajar el
doble, y esto requiere de mucho esfuerzo. Es muy difícil ser transparente,
no desde la intención, sino desde la práctica, y aun así no es imposible:
solo requiere método y costumbre.
o La gestión del dinero y del poder (escasez) suele despertar
recelos (herencia e inercias de nuestra cultura vertical). Distribuir
transparentemente estos elementos es imprescindible. Si queremos ser
una organización realmente transparente, no nos olvidemos de esto.

Comunicación no violenta

Para no alargar más esta reflexión, recomiendo seguir el trabajo que se está haciendo
desde el Centro para la Comunicación No Violenta que identifica tres obstáculos para la
comunicación:

1. Los juicios de valor, lo que está bien y lo que está mal, las etiquetas, las
comparaciones… es decir, centrarse en observar los hechos y no las
interpretaciones.
2. Las demandas o exigencias (“tienes que…”, “hay que…”).
3. No asumir responsabilidades (“yo no tengo la culpa”, “hice esto porque el/ella….”).

Todos los comportamientos humanos reflejan necesidades y, cuando nos


estamos comunicando, también lo hacemos. Detrás de cada gesto, tono y
palabras, más allá de un mensaje y de una intención, hay una necesidad que se expresa
a través de sentimientos. Así, cuando alguien transmite dureza, dolor o enfado, puede
estar expresando una necesidad de reconocimiento o de afecto; igual que cuando se
transmite miedo o confusión, puede estar poniéndose de manifiesto cierta inseguridad y la
necesidad de pertenencia.

En definitiva, si algo tan sencillo y básico como la comunicación no se cuida, si no se hace


el esfuerzo personal de auto-observarnos en nuestra interacción con los demás y detectar
las necesidades que hay detrás de esa relación para resolverlas, podemos generar
muchos conflictos y tensiones que muchas veces no son tales , o que
podríamos evitar o minimizar.
Para citar esta fuente:

 TAMAYO, Luis. Cómo mejorar la comunicación y el trabajo colaborativo en


equipo : OUISHARE MAGAZINE: Reflexiones sobre la economía colaborativa
[blog]. 22-03-2016 [consulta: 06-03-2018]. Disponible en:
http://magazine.ouishare.net/es/2016/03/como-mejorar-la-comunicacion-y-el-
trabajo-colaborativo-en-equipo/

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