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Aproximación a la Política Educativa.

Para comenzar sostendremos una improvisada definición de lo que es Política Educativa. Definimos a la Política
Educativa como aquella Ciencia Política que se dedica a la reflexión teórica de las políticas educativas como políticas
públicas originadas en la dinámica de las relaciones dentro del Estado, para la configuración y control de las prácticas
educativas, en relación a una sociedad y a un territorio común en un determinado momento histórico. La dinámica
estatal se basa en las pujas multidireccionales sostenidas por diversos actores sociales interesados en influir
efectivamente en los elementos, procesos, productos e impactos de la educación.

Ahora bien, para desarmar y analizar históricamente esta definición, debemos ampliar una serie de conceptos de vasta
historicidad y responder básicamente a las siguientes interrogantes: ¿Quién educa? ¿A quiénes? ¿Por qué? ¿Qué papel
juegan las políticas educativas?

¿Quién educa?

Para responder a ello es necesario aclarar una serie de conceptos que aunque pueden sonar como sinónimos, en
realidad, no lo son: Estado – Nación – Gobierno.

Nación.

Podemos definir al término de tres maneras, que a modo global nos dan una idea básica de lo que el concepto refiere:

 Nación Territorial: Es el grupo de personas que comparten, por nacimiento, un territorio bien delimitado.
 Nación política: es el grupo de personas que de común acuerdo adhieren a un sistema político único y
hegemónico a un territorio.
 Nación cultural: es el grupo de personas que comparte una historia, una cultura y una lengua común. Es el
entramado de significados compartidos en un mismo territorio y momento histórico.

En nuestro caso definir el termino resulta útil para comprender la extensión del plano de acción de las políticas, las
políticas públicas, y de nuestro interés, las políticas educativas; dentro de un territorio bien delimitado, con una política
común a todos, y una cultura compartida en un determinado momento histórico.

Gobierno.

El gobierno es el grupo de personas que ejerce el poder político en un determinado momento. El poder se establece
como relación social, en distintos ámbitos de la sociedad, el poder político se diferencia por:

- ejercerse netamente en el ámbito publico


- afectar a un gran número de personas
- contar con el poder de coerción legitima para asegurar el orden y estabilidad

El gobierno, en nuestro país se divide en 3 poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El poder, para durar, debe ser
legitimado, trascendiendo a la utilización de la fuerza para conseguir tal fin, implementando políticas que alienten al
bien común y manteniendo una serie de conductas morales y de respeto a la democracia.

El término también designa un Régimen Político, que diferencia gobiernos democráticos de los no democráticos, de
acuerdo a como hayan accedido al poder.

El termino es útil en cuanto entendemos que los gobiernos como detentores del poder poseen la autoridad y la
legitimidad para la concertación de sus proyectos basados en su ideología mediante la aplicación de políticas públicas,
nos interesa como se desarrolla en el sector educativo.
Estado.

Es la Institución política principal de la modernidad. Tiene la capacidad de establecer y hacer cumplir las leyes mediante
el monopolio legítimo de la fuerza, dentro de un determinado territorio. Los fines del Estado aunque variables
históricamente son el bienestar general o bien público.

Tipos de Estado:

 Estado Absolutista: Concentración de todo el poder en la figura del monarca.


 Estado Liberal: Estado achicado, es decir sin intervención activa en los aspectos sociales y económicos. Genera
el espacio para que la mano invisible del mercado sea la que ordene y regule dichas condiciones sin ninguna
intervención. El estado solo se limita a la obra pública y garantiza los derechos “naturales” – innatos al hombre
-: La vida, la libertad y la propiedad.
 Estado de Bienestar: Es un Estado que, contrariamente al liberal, interviene y regula activamente al mercado, la
economía y la sociedad. Mediante una redistribución equitativa de la riqueza aspira a asegurar la igualdad de
condiciones mediante políticas compensatorias.
 Estado neoliberal: Retoma algunos principios del Estado Liberal, sin eliminar por completo los del Estado de
Bienestar. Retira las regulaciones sobre el libre mercado, pero persigue mantener los niveles de empleo en
positivo y no abandona por completo sus responsabilidades estatales.

El término nos es útil, pues entender la aplicación y concentración del poder nos ayudara a entender el lugar de los
sujetos de la educación y como la concepción de este varia en las distintas concepciones de Estado, influyendo en las
políticas en torno a este sujeto.

¿A quiénes se educa? ¿Por qué?

Es válido aclarar que la educación, concebida como derecho, es característica de un momento histórico no tan lejano. El
reconocimiento de este derecho supone hablar de quienes son los alcanzados por él, los ciudadanos. En este apartado
analizaremos el derecho a la educación y al ciudadano como construcciones históricas íntimamente ligadas.

En la antigua Grecia, un ciudadano, para ser considerado tal, debía de cumplir una serie de requisitos: Ser varón, mayor
de edad, propietario y, por sobre todo, nacido en Grecia. Como tal era el único con acceso a la educación – sistema aun
no institucionalizado -. Su formación se basaba en la dialéctica y la retórica como las preparaciones necesarias para la
participación política en la democracia directa que se aplicaba en la polis griega.

En la edad media, la cosmovisión católica era la ordenadora de la sociedad. Se concebía al corpus social de modo
organicista: la sociedad estaba compuesta por el clero, la nobleza, los guerreros y el campesinado. El funcionamiento
social adecuado se basaba en que cada uno cumpliera efectivamente con sus obligaciones. La Iglesia, que gozaba del
monopolio de la educación, escindía la formación solo al clero y los nobles, mientras las grandes masas eran educadas
en la catequesis, manteniendo la condición de súbditos, ciudadanos de Dios. Como súbditos, su importancia social
irradiaba del plano de las obligaciones.

Con el advenimiento de las revoluciones, hace su aparición la modernidad. Las vindicaciones perseguidas en las
revoluciones, modifican radicalmente la mirada sobre la sociedad. Ahora el centro de importancia se acentúa en el
ciudadano, como sujeto de derecho. La herencia de las revoluciones a lo largo y ancho del planeta reclaman una mayor
igualdad de los hombres con respecto a determinadas libertades. En esta etapa la formación se abre a todos, y no se
circunscribe a unos pocos. La ampliación de libertades fue el puntapié inicial para una serie de profundas
modificaciones. Los derechos de ciudadanía fueron el fruto de esas luchas originando derechos civiles, políticos y
sociales. Ya en el s. XX el ciudadano goza de derechos así como de obligaciones. El marco en el que se insertan es el
propio de las leyes, enmarcadas en la Constitución como marco regulatorio. El problema de la época es la cuestión del
respeto y cumplimiento efectivo de esos derechos.
¿Por qué esto nos interesa? Habiendo analizado históricamente al sujeto objeto de la enseñanza, el ciudadano, es vital
saber cómo las estructuras del Estado entran en acción para garantizar el derecho elemental a ser educado y cómo a
través del tiempo se ha construido y modificado esta concepción en nuestro país.

En Argentina el derecho a la educación, se instituye desde los inicios de la organización del Estado nacional. Se
estableció en el art. 14 de la Constitución de 1853-60 el derecho de “enseñar y aprender” como un derecho de todos los
habitantes del territorio nacional. La ambigüedad de la normativa dejo el espacio suficiente para que, las distintas
miradas hegemónicas, se disputaran la interpretación del derecho y el rol del Estado de acuerdo a esa interpretación.

La interpretación Liberal sostiene que el derecho fundamental es el de aprender, considerando a la enseñanza como un
acceso necesario. Considera al aprendizaje como el motor clave del desarrollo personal, mediante la asimilación de todo
el conocimiento creado disponible para el momento, cultura y territorio. Se privilegia al sujeto, al ciudadano, y a su
derecho a aprender. El estado mantendría un rol principal de acuerdo a esta lectura. El Estado es quién debe garantizar
el efectivo respeto y cumplimiento de ese derecho poniendo a disposición todo el aparato político administrativo que
permita de forma ideal el acceso libre a la educación, tornándola obligatoria (para el estado y sus poderes) gratuita
(para el ciudadano) y laica (dentro de las instituciones estatales, ya que esta visión contempla la creación de otras
instituciones educativas, respetando las libertades individuales a la expresión y culto y elección de instituciones)
estableciendo las regulaciones de la práctica educativa.

La interpretación conservadora, sostenida por la Iglesia Católica, concibe que el derecho fundamental es el de enseñar.
Ello supone que enseñar es un derecho individual, expresado como derecho al trabajo y vinculado a la libre expresión y a
libre elección de instituciones, maestros y doctrinas por parte de los tutores de los educados. En esta lectura, el estado
mantendría un rol subsidiario, dejando en manos de terceros la responsabilidad sobre todo el proyecto educativo.
Convenientemente la iglesia se ofrece como la mejor opción ya que se autodenomina como institución perfecta y divina
de origen sobrenatural que salvara el alma de los ciudadanos de caer en el monopolio de la educación que ofrecería el
estado de ser el actor principal, corrompiendo y destruyendo a los fieles, limitando las libertades ante la opción estatal
hegemónica.

Históricas modificaciones han renovado constantemente la visión en detrimento de una u otra posición. La puja no
desapareció en el albor de la joven Constitución del 53’, de hecho volvió a cobrar auge en los momentos políticamente
coyunturales. Los cambios de Estado, diferentes gobiernos, las dictaduras militares y las constantes protestas educativas
fijaron improntas que vez tras vez se inclinaron en una u otra posición en particular. Las leyes de alcance federal y
nacional fijaron marcos jurídicos que regularon las políticas a implementar, aunando visiones bajo diferentes proyectos
políticos.

La aparición del Estado de Bienestar impuso una modalidad de hacer políticas públicas, orientadas a la equitativa
oportunidad de ingreso, recorrido y egreso por todos los niveles educativos, basada en políticas compensatorias
asegurando un piso común que garantice el acceso a todos a todo.

El estado Neoliberal, por su parte, mediante leyes de transferencia se desligó de la responsabilidad del estado sobre el
proyecto educativo. Por su parte medidas como la flexibilización laboral, el recorte en la asistencia social, el menor
interés en reformas educativas que busquen mejores e iguales condiciones para todos, terminó por inclinar la balanza
en beneficio de los intereses del mercado, poniendo como objetivo la formación de obreros consumistas, materia prima
del sistema.

Este último es el modelo actualmente vigente en el país.

¿Qué papel juegan las políticas educativas?

Las políticas educativas, sostenemos, están sujetas al proyecto propio del gobierno de turno. El gobierno cabeza del
Estado es quien ordena el esquema de acciones en torno a una visión, un discurso y una ideología. De esta manera las
políticas educativas, como políticas públicas son parte de las tácticas de un gobierno para alcanzar la legitimidad y
sostenerse en el tiempo, respondiendo por sobre todo a las necesidades de ese momento histórico en el sector
propiamente educativo.

Pero ¿cómo? Las políticas educativas se componen de una serie de elementos que la esquematizan, a saber:

a. Contenido: Resultados que persigue.


b. Programa: Conjunto de acciones a llevar adelante orientadas ideológicamente.
c. Normativa: Es el marco jurídico en el cual se plantea una política, o las normativas que persigue establecer con
su aplicación.
d. Factor de Coerción: Supone poseer la autoridad para cumplir y hacer cumplir las políticas en cuestión.
e. Competencia Social: El grupo, sector, institución a los cuales va dirigida la política.

Aplicarla supone poner en movimiento las gestiones administrativa (interna) que orquesta la movilización de recursos
disponibles para alcanzar un determinado fin o productos educativos; y política (externa), que diseña las políticas
concretas en pos de responder a una serie de necesidades planteadas desde la opinión pública, que cualitativa o
cuantitativamente busca mejoras en el sector educativo. Estas se articulan en distintos matices generando políticas que
respondan a las exigencias del público.

En cuestión los efectos que producen las políticas educativas muchas veces no son lineales o directas, no se escinden a
su campo de elaboración, no suelen visualizarse claramente hasta mucho después de su implementación y son
abstractos y difíciles de medir.

Habiendo analizado brevemente como operan las políticas educativas concluimos entonces que:

Las políticas educativas son la serie de acciones llevadas a cabo por un Estado (cualquiera sea) para el ordenamiento,
sostenimiento y efectivización de la educación. Los distintos gobiernos, de acuerdo a sus tintes ideológicos, idean
políticas educativas, como un medio de alcanzar la legitimidad y sostenerse en el tiempo, poniendo en marcha las
gestiones administrativas y políticas necesarias, persiguiendo generar efectos valorados positivamente (o no) por la
opinión pública, dentro de una nación, siempre persiguiendo el fin último de asegurar (o no) el derecho a la educación
mediante estas medidas, pero también mediante diversas legislaciones, proyectos y decretos que persiguen (o no) la
ampliación y diversificación de ese derecho fundamental a aprender.

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