Como consecuencia de la globalización de los mercados los derechos de los
consumidores han adquirido mayor importancia en el ámbito internacional por ello en el año 2011 en ese entonces el presidente que estaba sanciono la ley 1480 “estatuto del consumidor” que entro a regir el 12 de abril de 2012 esta ley constituye un paso de Gobierno Nacional de hacer parte de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y permite que el país se posicione como líder en Latinoamérica en la protección y reconocimiento de los derechos de los consumidores. En nuestro país no existe una cultura profunda que ponga en marcha la defensa de los derechos de los consumidores y los usuarios; por ejemplo, en Estados Unidos, el ciudadano común conoce sus derechos económicos y en especial aquellos que tiene como usuario o consumidor. Esta ley, además de actualizar la normatividad, crea una Red Nacional de Protección al Consumidor, fortalece la función de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), e involucra en el asunto a los Gobernadores y alcaldes, lo cual hace poner en marcha y hacer cumplir los servicios como garantía de la postventa, información oportuna y adecuada, vigilancia de precios y calidad, recepción de quejas y reclamos, y la atención de los mismos. Esta ley también involucra a los sectores como la industria y el comercio, servicios de salud, educación y hasta los servicios públicos, sin que estos impliquen que se le quite la competencia sobre estos sectores a las respectivas superintendencias; sino que, por el contrario, fortalece la facultad de supervisión, inspección, control y sanción del Estado en esta materia. Para que esta ley se aplique como debe ser hay que tener en cuenta que, si el Estado no se articula para su aplicación y defensa, desde alcaldías gobernaciones, superintendencias, servicios de salud etc. No tendrá una buena cobertura de la protección al consumidor; para que la misma se convierta en un instrumento eficiente en la defensa de los derechos económicos de los consumidores y usuarios. En este último sentido, es fundamental la labor pedagógica que pueden y deben realizar los medios de comunicación, para que los colombianos conozcan la norma y avanzar en una nueva cultura de protección de los consumidores y poder aplicarla de buena manera, trayendo beneficios para todos. La ley establece los derechos de los consumidores, de estos podemos destacar: · Recibir productos de calidad conforme a las condiciones ofrecidas · A que los productos no causen daño · A recibir información completa, veraz sobre los riesgos · A recibir protección ante la publicidad engañosa El tema de la calidad es un eje fundamental en esta ley, se establece que los productores o distribuidores deben asegurar la calidad de los productos y que esta debe coincidir con lo que ofrecen Otro tema tratado es el de la garantía; definida como una “obligación temporal, solidaria a cargo del productor y el proveedor, de responder por el buen estado del producto y la conformidad del mismo con las condiciones de idoneidad, calidad y seguridad legalmente exigibles o las ofrecidas. La garantía legal no tendrá contraprestación adicional al precio del producto. Según el título IV capitulo único “Los proveedores y productores deberán suministrar a los consumidores información, clara, veraz, suficiente, oportuna, verificable, comprensible, precisa e idónea sobre los productos que ofrezcan” esto quiere decir que en suma el consumidor tiene el derecho de tener acceso a toda la información correspondiente al servicio o producto sobre el cual hará una compra. Es decir, tiene derecho a saber detalladamente las características y especificaciones y si estas van acordes con sus necesidades y/o exigencias. Una información fidedigna es indispensable para tomar buenas decisiones, de cualquier naturaleza. Conocer aquello que ocurre en nuestro entorno, es una tarea cada vez más compleja y supera nuestra capacidad de observación directa, por eso usamos, y confiamos, en los medios de comunicación. Sin embargo, es importante mantener una actitud consciente, saber cuál es la inspiración ideológica o económica que éstos tienen y qué imágenes o productos nos quieren vender. El consumidor común muchas veces desconoce esta realidad y asimila con inocencia lo que el medio le dice, interpretándolo como una verdad absoluta, y esto produce a veces injusticias, ya que puede deformar la visión de los hechos y de las personas involucradas en éstos. La forma de proteger al consumidor de la publicidad engañosa es garantizando una leal y libre competencia de los mercados. “Cuando estamos en ambientes competitivos el precio de los productos y servicios son mejores que cuando no lo estamos, porque los empresarios están en disputa para ofrecerle al consumidor el precio ideal. Ahora bien, para conseguir que el público objetivo compre nuestro producto, en lugar de los de la competencia, debemos dirigirle mensajes que estén en consonancia con su personalidad, con su forma de ser y vivir; mensajes que satisfagan sus motivaciones, esto es, necesitamos proporcionarle, argumentos significativos, que resulten creíbles y estimulantes, a través de lenguajes comprensibles, novedosos y sorpresivos, que le despierten el deseo de adquirir el producto y le ayuden a justificar el desembolso que va a tener que efectuar (García, 2008, p. 357). En este orden de ideas, la labor de la publicidad y el marketing repercute notoriamente en las decisiones de consumo de los usuarios, ya que esto generará una rentabilidad y utilidad meta que la empresa desea alcanzar, pero más allá de esto el comercio y el marketing deberían asumirse con responsabilidad, donde se ponga al cliente en el centro del que hacer, asegurando la disponibilidad, la calidad y la seguridad de los productos; respetando sus derechos y atendiendo sus expectativas; aplicando políticas comerciales justas y transparentes, entregando información clara y completa. Sin embargo, no es de negar la iniciativa que han tomado en la época actual grandes compañías con la denominada ‘responsabilidad social empresarial’. Es en este marco donde la RSE aparece como la responsabilidad que tienen las empresas frente al funcionamiento de la sociedad. Y esta es, en principio, desarrollar la actividad empresarial siempre desde una perspectiva ética que reconozca la dignidad del ser humano, pues una buena ética empresarial juega un papel sustancial en el éxito económico y social. Como bien lo menciona Amartya Senn, “se trata de un desarrollo de, para y por la gente” (Senn, 2000, p. 56) Por otra parte, en el estatuto al consumidor se habla acerca de la protección al consumidor de comercio electrónico, hecho trascendental en una época donde la tecnología controla el quehacer humano. El comercio online y las formas de venta a través de Internet están ganando cada vez mayor importancia y se están configurando como las transacciones dominantes en los diferentes mercados. Es por ello que cada vez hay más comerciantes que asimilan y optan por dar salida a sus productos a través de la venta online y precisamente el estatuto pretende controlar estas operaciones entre comprador y vendedor. De tal manera las compras electrónicas hechas en Colombia deberán tener información detallada de las características y propiedades del bien o servicio ofrecido. Los proveedores deben notificar la disponibilidad del producto, el tiempo de validez de la oferta, el tiempo en que se tardará la entrega y el precio exacto, incluyendo los costos de envío; de igual forma aquellos quienes compren por Internet o suscriban un contrato de tiempo compartido tendrán la posibilidad de renunciar al producto y contar con la devolución dentro de un término dado por la ley. Adicionalmente, se debe “informar de forma cierta, fidedigna, suficiente, clara, accesible y actualizada su identidad especificando su nombre, denominación o razón social, Número de Identificación Tributaria (NIT), dirección de notificación judicial, teléfono, correo electrónico y demás datos de contacto. Así mismo se debe informar, en el medio de comercio electrónico utilizado, los medios de que disponen para realizar los pagos, el tiempo de entrega del bien o la prestación del servicio, el Derecho de Retracto que le asiste al consumidor y el procedimiento para ejercerlo, y cualquier otra información relevante para que el consumidor pueda adoptar una decisión de compra libremente y sin ser inducido en error. En conclusión, el Estatuto permite que los consumidores protejan sus derechos frente a la engañosa información existentes con los productores, expendedores y demás miembros integrantes de la cadena productiva. Es importante la generación de mecanismos como este pues el gobierno debe velar por la protección de los consumidores que no son más que la población Las relaciones entre consumidor y vendedores atribuyen una serie de reglamentaciones, en donde cada parte posee unos derechos y deberes. El denominado estatuto al consumidor ejemplifica una norma que consagra los derechos de los consumidores y los mecanismos a través de los cuales se hacen efectivos dichos derechos.