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CONCEPTO DE TELEOLOGIA

La teleología forma parte de la metafísica, una rama de la filosofía. Puede entenderse la teleología
como el análisis de los propósitos o de los objetivos que persigue un ser o un objeto. El concepto
de la teleología se originó en la época de la Antigua Grecia, y es en este punto de la historia de la
humanidad en el cual se estudiaron en profundidad los asuntos universales; de acuerdo a
Aristóteles, los mismos se rigen por cuatro causas: la formal (que otorga el ser a algo), la material
(la composición), la eficiente (lo que se provoca) y la final (indica para qué existe). Los estudios
teleológicos, por lo tanto, se orientan a esta causa final. Además de Aristóteles, Diógenes de
Apolonia, Epicuro y otros varios autores de la antigüedad consideraban que no existía causa más
importante que la final para hallar explicaciones en el campo de la Filosofía Práctica, la cual
acentúa las distintas relaciones que existen entre el pensamiento, la acción y los efectos
resultantes. Por otro lado, no debemos desestimar las otras tres causas: todas y cada una de ellas
son necesarias para explicar el universo en su totalidad. Las reflexiones teleológicas fueron muy
importantes a lo largo de la historia en distintas ramas del pensamiento. En el ámbito de la
religión, algunos pensadores afirmaron que el único acceso posible a los misterios de las
divinidades era a través de sus fines; esta visión comenzó una vez que el cristianismo se organizó
del modo en el que lo conocemos hoy en día, luego del Concilio de Nicea, en el siglo IV. Para llegar
a este cambio de perspectiva de los misterios divinos fue necesario en primer lugar que la filosofía
clásica se adentrara en otros campos, en este caso en la teología; es importante señalar que
durante la Edad Media casi no era posible distinguirlas. Dicho movimiento se conoce con el
nombre de Escolástica, y se trata de una corriente filosófica y teológica que buscaba respuestas
para la revelación religiosa del cristianismo, basada en la relación entre la fe y la razón. Esto
cambió con la llegada de la Edad Moderna, durante la cual los filósofos comenzaron a pensar que
intentar hallar explicaciones por medio de causas finales era un recurso poco preciso, ya que no
podemos afirmar que el universo opera de este modo simplemente porque el ser humano así lo
haga. Fue por esta razón que nació un movimiento denominado mecanicismo, que buscaba llegar
a las explicaciones del mundo a través de las causas eficientes, y así se abrieron las puertas al
surgimiento de la ciencia moderna. La teoría de la selección natural que propuso Charles Darwin,
por otro lado, indicaba que las especies que se conocen en la actualidad son el resultado de un
proceso de evolución previa: conocemos, de este modo, la causa final de dicho proceso. En la
actualidad hay quienes definen los desarrollos cibernéticos como teleológicos debido a que
existen de acuerdo a la orientación hacia un fin, cuya determinación está dada por el ser humano
a la hora de la programación del sistema o equipo en cuestión. Se conoce como argumento
teleológico a aquél que intenta apoyar la existencia de Dios basado en que el ser humano es capaz
de percibir que el universo ha sido diseñado por un ser superior. En su versión básica, la cual
puede presentarse con ciertas variaciones según el documento, se propone que la única
explicación para la existencia de elementos de una cierta complejidad es que un ser inteligente y
superior a nosotros los haya creado.

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