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EQUIPO 3.

TEMA 7
MATERIA: TEORIA DE LAS ESTRUCTURAS POLITICAS Y DE GOBIERNO
MAESTRO: LUIS IGNACIO CEJA ARIAS
2 – A HORARIO: SABADO 7.00 AM – 08.25 AM
INTEGRANTES:

MIGUEL JESSAI CASTELLANOS BARAJAS 231763941


JUAN ANTONIO RICO MATA 214327568
ENRIQUE ALBERTO TORRES GUTIÉRREZ 212391846
ADRIAN MEDINA LIMÓN 214077677
MIGUEL OCTAVIO ROMERO DIAZ DE LEÓN 304479742
DIEGO VALENCIA RODRIGUEZ 216552992

TEMA 3. Violencia pública y revolución.


 Conflicto social
 Conflicto de estado
 FORMAS DE VIOLENCIA POLITICA: RESISTENCIA PASIVA,
DESOBEDIENCIA CIVIL, MANIFESTACION PUBLICA VIOLENTA,
REPRESION, DISTURBIOS, DELITOS POLITICOS, TERRORISMO,
TERRORISMO DE ESTADO, GUERRILLA, CONTRAINDICANTE,
GENOCIDIO Y GUERRA CIVIL.
 Revolución: condiciones y etapas
CONFLICTO SOCIAL
¿Qué es la violencia pública?
La violencia es el uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo,
otra persona, un grupo o una comunidad que tiene como consecuencia o es muy
probable que tenga como consecuencia un traumatismo, daños psicológicos,
problemas de desarrollo o la muerte.

El término conflicto social se refiere a una forma de conflicto generalizado entre


grupos sociales relevantes que constituyen una sociedad
¿Qué es la violencia según la OMS?
La OMS define la violencia como: El uso deliberado de la fuerza física o el poder,
ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un
grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar
lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.

La primera mitad del siglo del siglo XX va a estar marcada por fuertes conflictos
interestatales, característicos de las etapas de crisis de hegemonía en el
sistemamundo de Estados capitalistas. En este caso, a causa de la crisis de la
hegemonía británica y el progresivo ascenso de nuevos hegemones potenciales:
EEUU, Alemania y en menor medida Japón, que van a dar lugar a dos guerras
mundiales. Los conflictos interestatales no se van a apaciguar hasta el fin de la
Segunda Guerra Mundial, cuando finalmente EEUU impone su nueva hegemonía
en una gran parte del mundo. Pero este periodo va a estar también definido y
condicionado por un auge explosivo de la conflictividad político-social,
principalmente obrera en los espacios centrales, y por un creciente desarrollo de
los movimientos de liberación nacional en el Sur Global colonizado. Algo también
característico de otras etapas de crisis de hegemonía (Arrighi y Silver, 2001), que
en este caso tarda tres décadas en resolverse (1914-1945), y que además se ve
azuzada por el fuerte desarrollo de la lucha de clases a resultas de las dinámicas
de industrialización y urbanización, y por la dureza de las políticas liberales. En
estas décadas, como hemos dicho, se van a terminar de configurar los principales
actores de la llamada Vieja Izquierda (socialismo, comunismo, movimientos de
liberación nacional), que se venían concretando ya desde finales del siglo XIX, y
que son los que van a liderar esos procesos.
En ocasiones, se dan agudos periodos de conflictividad revolucionaria, que cuajan
finalmente en ciertos territorios: México (1910), Rusia (1917) y China (1949), y que
son aplastados en otros: Alemania (1918) y España (1936-9), por citar los casos
más relevantes. Curiosamente, la revolución triunfa en territorios con un reducido
desarrollo industrial y un amplio mundo rural, contraviniendo los pronósticos de
Karl Marx. Y en todos los casos los movimientos antisistémicos que priman son
aquellos que se plantean la toma del poder del Estado, a través de vías
reformistas o revolucionarias1 , para luego proceder a la transformación del mismo
y de la sociedad. Eso fue cierto tanto para los movimientos socialistas y
comunistas, como para los movimientos de liberación nacional; en este último
caso cortando el yugo colonial y creando un nuevo Estado (Wallerstein, 2004).
Pero, también, en esta primera mitad de siglo se producen importantes desarrollos
de movimientos revolucionarios que cuestionan el papel del Estado, pero que son
derrotados (consejismo en Alemania, anarquismo en España, etc.).

Conflicto de Estado

Los Estados constituyen las organizaciones políticas y militares más


evolucionadas, han sido también las que han gozado de una mayor capacidad y
proclividad a recurrir a la guerra como una de sus formas tradicionales de relación.
Pero además de los Estados, podemos mencionar otras colectividades que han
demostrado disponer de esta organización política y militar. Entre ellas destacan
los movimientos independentistas y de liberación (populares o nacionales), las
organizaciones subversivas y, bajo ciertas circunstancias, las organizaciones
terroristas. Todos ellos compiten hoy en día con los Estados para arrebatarles su
condición de actores beligerantes.

Junto a las características de los actores, las guerras deben cumplir también
ciertas condiciones respecto del uso de la violencia armada que debe ser
generalizado y continuado. Por uso generalizado de la violencia debe entenderse
el recurso a cualquier forma y/o instrumento de violencia sin más restricciones que
aquellas que se autoimponga cada una de las partes beligerantes o resulte de las
limitaciones en sus capacidades humanas y materiales.
En efecto, en las guerras la existencia de principios morales y normas jurídicas
(nacionales e internacionales) limitativas del recurso a ciertas formas de violencia
o de su utilización respecto de ciertas colectividades (por ej. la población civil) sólo
poseen la eficacia que cada beligerante les atribuye. Es frecuente que cuando
alguno o todos los antagonistas consideran que el cumplimiento de tales normas o
el respeto a dichos principios se traducirá en un significativo perjuicio o desventaja
en sus posibilidades de victoria, terminen por violarlos o, simplemente, ignorarlos.
Esta es una de las razones profundas por las que el derecho de la guerra, a pesar
del permanente esfuerzo por su desarrollo y codificación, experimenta una quiebra
constante en su aplicación.

Tal y como se desprende de lo anterior, hoy en día resulta manifiestamente


inexacto identificar los conflictos armados con los conflictos bélicos o guerras, ya
sean estas civiles o internacionales. La creciente complejidad de las relaciones
políticas violentas, tanto a escala interestatal como internacional, son una
consecuencia ineluctable de la propia complejidad de las sociedades y de su
creciente interdependencia, junto con la constante diversificación de las armas y
de las técnicas de la violencia. El resultado es la necesidad de una permanente
revisión, ampliación y, al mismo tiempo, precisión de los conceptos teóricos que
utilizamos para explicar este importantísimo sector de la dinámica internacional.

En este esfuerzo científico que durante las últimas décadas se viene realizando en
el marco de nuestra disciplina, se han llevado a cabo numerosos trabajos de
investigación sobre las diversas formas de la violencia política, gracias a los
cuales podemos ya clarificar algunas importantes confusiones doctrinales que,
hasta fechas recientes, eran aceptadas como verdades categóricas.

En concreto me referiré a tres de ellas. La primera es la que afirma que en el


contexto internacional la conflictividad es mayor que en el seno de los Estados
debido, principalmente, a la ausencia de unos órganos de poder coactivo y a un
sistema de sanciones eficaz para obligar al cumplimiento de las normas jurídicas.
En definitiva, es la conocida tesis central de los realistas que contraponen el orden
político y jurídico interno a la anarquía y la conflictividad internacional. Los
principales estudios realizados, como los de Azar, Bouthoul, Carre o
Eckhardt,13coinciden en demostrar que atendiendo al número de conflictos
violentos o al número de víctimas, no se puede sustentar esta tesis. En todo caso,
los datos apuntan en favor de la tesis contraria, es decir la existencia de una
mayor violencia política interestatal.

https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-55160/lib2cap4.pdf

http://www.revistas.unam.mx/index.php/rfdm/article/download/60880/53698

FORMAS DE VIOLENCIA POLITICA: RESISTENCIA PASIVA,


DESOBEDIENCIA CIVIL, MANIFESTACION PUBLICA VIOLENTA,
REPRESION, DISTURBIOS, DELITOS POLITICOS, TERRORISMO,
TERRORISMO DE ESTADO, GUERRILLA, CONTRAINDICANTE, GENOCIDIO Y
GUERRA CIVIL.
GENOCIDIO
La palabra genocidio fue acuñada en 1944 por el jurista judío de origen polaco
Raphael Lemkin uniendo la raíz griega geno, que significa raza, y la latina cidio,
que significa matar, para nombrar el crimen sin nombre que, para muchos, ha
marcado el siglo XX. En su mente se encontraba el asesinato masivo de los judíos
europeos y el exterminio de los armenios. La definición se incorporó al derecho
internacional en 1948 cuando se firmó la convención contra el genocidio. En las
sentencias de Nuremberg no llegó a utilizarse. Como todo lo relacionado con el
nacimiento de Naciones Unidas, los equilibrios políticos entre los ganadores de la
II Guerra Mundial que ya habían dejado de ser aliados, marcaron la definición y la
URSS impuso que las persecuciones políticas no formasen parte del delito.

Los casos de genocidio sobre los que hay acuerdo en la comunidad internacional
son muy pocos: el Holocausto contra judíos y gitanos por los nazis, las masacres
por parte de los hutus contra los tutsis en Ruanda en 1994 y Srebrenica, en 1992.
En el caso de los armenios, hay un consenso académico de que se trató de un
genocidio; pero no político ya que muchos países evitan utilizar la expresión.

Helen Fein, tal vez la mayor experta mundial en genocidio, estableció una lista
basándose en aquellos casos reconocidos por tribunales nacionales o
internacionales entre 1915 y 2005. Aunque cree que hay muchos más episodios
de matanzas que podrían ser genocidio, se limita a 18: los armenios, el Holodomor
(el exterminio de los ucranios durante la colectivización masiva durante el que
murieron de hambre millones de personas), el Holocausto nazi contra judíos,
gitanos y prisioneros de guerra soviéticos, las matanzas de serbios y judíos por
parte del estado fascista croata durante la II Guerra Mundial, China contra los
budistas en Tíbet, Paraguay contra los Ache, Pakistán en Bengala durante la
partición, las matanzas de hutus en Burundi en 1972, los Jemeres Rojos en
Camboya, las matanzas de indios en Guatemala, Sudán contra los nubios y en
Darfur contra las tribus africanas, Irak de Sadam Husein contra los kurdos, la
guerra de Afganistán, Bosnia y Ruanda. La clasificación no depende del número
de víctimas (en el caso de los Ache se trata de 900 entre 1968 y 1973), sino de la
estricta aplicación de la definición de 1948. El caso del Sáhara Occidental no
figura en ninguna de las listas habituales.

En México unos de los genocidios mas grandes y que han quedado impunes es la
matanza de Tlatelolco cometida contra la fuerza estudiantil de la época (1968),
quienes protestaban de forma masiva en rechazo a las políticas del Gobierno del
presidente Gustavo Díaz Ordaz.

Guerra Civil
DEFINICIÓN DE
GUERRA CIVIL
Antes de entrar de lleno en el significado de guerra civil, vamos a descubrir el
origen etimológico de las dos palabras que le dan forma:
-Guerra, en primer lugar, podemos establecer que deriva del germánico. En
concreto, procede de “werra”, que puede traducirse como “desorden” o “pelea”.
-Civil, en segundo lugar, emana del latín, más exactamente de “civilis”, que
significa “relativo a los ciudadanos” y que es fruto de la suma de dos componentes
léxicos de dicha lengua: el sustantivo “civis”, que es sinónimo de “ciudadano”, y el
sufijo “-ilis”.
El uso más habitual del concepto de guerra se vincula a un enfrentamiento armado
entre dos o más bandos. Civil, por su parte, es aquello vinculado a la ciudadanía o
a lo que no pertenece a la esfera de lo eclesiástico ni de lo militar.

De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), una guerra civil


es un conflicto que enfrenta a los habitantes de un mismo país o nación. Se trata
de una lucha violenta entre personas que conviven en un mismo territorio pero
tienen diferentes intereses o ideologías que pretenden imponer por la fuerza.

Una guerra civil puede desatarse por motivos políticos, étnicos, religiosos o de otra
clase. En muchas ocasiones terminan involucrándose fuerzas extranjeras que
brindan su apoyo a uno u otro bando.

La guerra civil española, por ejemplo, se desarrolló entre 1936 y 1939. El conflicto
enfrentó al bando nacional o sublevado (formado por el alto mando militar,
carlistas y fascistas) y al bando republicano (integrado por sectores de izquierda y
por quienes defendían la continuidad de la república). Esta guerra civil, que dejó
como saldo unos 500.000 fallecidos, finalizó con la victoria del bando nacional,
que marcó el inicio de la dictadura de Francisco Franco.

En Estados Unidos, por ejemplo, también existió otra guerra civil, que se dio en
llamar Guerra de Secesión. Se produjo entre los años 1861 y 1865 y tuvo su
origen, entre otras cosas, en la controversia existente en materia de esclavitud. En
concreto, se puso en marcha una vez que Abraham Lincoln se convirtió en
presidente del país y los republicanos, representados en aquel como líder,
apoyaron la prohibición de la esclavitud en todo el país.

En México el registro de Guerra o enfrentamiento civil del que se tienen datos es


el siguiente: La Guerra Civil Mexicana (1864-1867) o Guerra de Reforma fue una
guerra civil en la República Mexicana. 25 departamentos del norte y sur-oriente
(los llamados departamentos frontera) declararon su intención de convocar a una
nueva constitución y garantizar varias libertades civiles anheladas por la clase
popular y media del pais, asì como por una nueva generación de políticos y
empresarios y formaron una alianza para alcanzar su objetivo, denominandosse
dicha alianza la Convención Nacional Constitucionalista.
DESOBEDIENCIA CIVIL

La desobediencia civil implica la violación de una ley mediante una acción,


destinada a ser contemplada por la ciudadanía y clase política, buscando la
derogación de una ley injusta.

Una de las definiciones más concisas y acertadas de la desobediencia civil, es la


dada por John Rawls, quien la define como un “acto público no violento,
consciente y político, contrario a la ley, cometido habitualmente con el propósito de
ocasionar un cambio en la ley o en los programas de gobierno”.

Es decir, la desobediencia civil implica la violación de una ley mediante una


acción, generalmente pacífica, destinada a ser contemplada por ciudadanía y
clase política. Su finalidad es generar una reflexión colectiva capaz de tumbar la
ley injusta, concienciando a los ciudadanos sobre el mal que provoca e
invitándoles a movilizarse para acabar con ella.

La ley que se incumple puede ser directamente la que se combate (por ejemplo,
acoger a un inmigrante sin papeles cuando hay una ley que lo prohíbe). Pero
también se puede incumplir una ley distinta de la que se quiere derogar, usando
dicho incumplimiento como instrumento para combatir la ley injusta (por ejemplo,
cortar una carretera ilegalmente para detener un autobús que lleva a la
deportación a un grupo de inmigrantes sin papeles, y ello con el fin de denunciar la
ley en virtud de la que se les deporta).

El ciudadano que practica la desobediencia civil ejerce su libertad de expresión


por cuanto busca transmitir un mensaje de denuncia contra la ley injusta. También
ejerce su libertad de conciencia, pues la ley choca contra sus principios éticos más
elementales y siente la necesidad moral de combatirla, ya que permanecer quieto
ante la injusticia es incompatible con su conciencia. Finalmente, la desobediencia
civil se ampara en la participación política, pues al ejercerla el ciudadano busca
participar en los asuntos públicos mejorando la realidad social a través de la
denuncia de una ley que viola los derechos de sus semejantes.
REEPRESION

A comienzos de este siglo XXI, deberíamos volver de nuevo a Freud. Sin duda,
Freud forjó la última teoría del alma que conocemos en el ámbito de la cultura
moderna. Nosotros la llamamos psicología, pero incluso la palabra nos recuerda el
término griego, psique : ánima, alma. Buceando por las patologías de las
enfermedades modernas, rastreando en la inmundicia psicológica del alma
moderna, Freud se chocó de frente con el esquema de la "represión". La represión
de una tendencia producía alguna forma de malformación de los instintos que se
manifestaba en un síntoma. En pocas palabras, el alma enferma del hombre
contemporáneo anhelaba la salud psíquica, la liberación de una represión interna,
lo que le producía un bienestar psíquico y orgánico, un placer de índole erótica: la
salud psíquica como bienestar físico.

El hombre se siente "aliviado" cuando se libera de la "represión" instintiva, cuando


da rienda suelta a una animalidad pervertida bajo la represión. No es que Freud
fuera un ingenuo que abogara por una vida instintiva y animal, sino que, en su
opinión, era la "perversión" del instinto la que originaba la represión y el síntoma.
El hombre contemporáneo se siente sometido a una represión perversa de su
propia alma: se siente alienado en el trabajo, sometido al proceso económico de
oferta y demanda que lo rebaja a pura mercancía consumidora; no se reconoce en
la sociedad civil y en su clase política que siente como un mecanismo enajenador
de su voluntad política; y así podríamos seguir. El hombre moderno es un hombre
"reprimido", alrededor del cual brillan las luces de neón de una libertad que se
proclama aquí y allá como una realidad, pero que se esfuma de su vida como una
irrealidad evanescente.
Ese hombre "reprimido" siente el peso de la enfermedad de su alma que lo
envilece, por eso anhela la liberación que sólo puede conseguir, dada su
impotencia, desatando su violencia interna. El hastío y el resentimiento dan lugar a
la liberación momentánea y falaz que se producen en el fútbol, donde se expresa
el verdadero malestar en formulas racistas; o en el alcohol y las drogas como
farmacopea que permiten al individuo hundirse en la inconsciencia y liberarse de
la represión; en la violencia doméstica, donde el "hombre frustrado" descarga toda
su ira en la víctima inocente e indefensa, mostrando su propia impotencia.
Una mirada limpia, desde Freud, nos permitiría darnos cuenta de que las
sociedades libres de las que tanto nos enorgullecemos son "cárceles de cristal de
la represión que generan el placer de la violencia como mecanismo de liberación".

MANIFESTACIONES PUBLICAS CON DISTURBIOS


Se entiende por manifestación el agrupamiento de numerosas personas en la vía
pública las cuales disponen de un objetivo en común y por caso disponen de un
mensaje más o menos definido en orden a conseguirlo o promoverlo. También es
común que las personas se reúnan de esta manera con la intención de reivindicar
algún derecho.
Se denomina disturbio a una alteración que modifica el estado normal o pacífico
de algo. Puede tratarse de una revuelta, una sublevación, un motín, una protesta o
un tumulto.
Otro de los elementos a tener en cuenta a la hora de describir a las
manifestaciones como fenómenos sociales es la presencia de violencia o de
métodos coercitivos de parte de los organizadores sobre los allí presentes. Esta
situación puntual se da mayormente en aquellas manifestaciones políticas porque
la gente convocada a participar por parte de una organización o agrupación
política promete a los asistentes abonar un monto de dinero para que asistan.

DELITO POLITICO
Un delito político es una infraccion acto u omision voluntaria de la ley penal
cometida por causas o motivos políticos, sociales o de interés publico castigado
con pena grave. Es un acto típicamente antijuridico que se imputa a seres
humanos y sometidos a una sanción. El delito político se dirige a la conquista y
ejercicio del poder publico, asi como destruir un orden político concreto.
El delito tiene dos sentidos
-Objetivo: se considera político el delito que va contra un régimen político
determinado
-Subjetivo: se considera político por motivos de interés colectivo
Casos de delitos políticos
-Rebelion: Una manifestación de rechazo a la autoridad
-Sedicion: Se refiere a conductas que puedan ser estimadas como motivo de
insurreccion contra el orden constitucional establecido, exposición de discursos,
desarrollo de organizaciones, escritura y distribución de textos
-Desordenes públicos
-Terrorismo: Uso sistemático del terror para coaccionar a sociedades o gobiernos.
-Propaganda ilegal:Forma de comunicación dirigida a influir en la actitud de una
comunidad hacia una causa o posición.
-Delito por interés personal
PROCESI Y ETAPAS DE LA REVOLUCION
Todo proceso revolucionario cuenta siempre con tres etapas, de las que se
derivan diferentes modos de actuar, que corresponden a la creación, proposición e
implantación:
Fase ideológica y filosófica: es la más importante y la que más tiempo y
dedicación requiere. Solo pueden llevarla a cabo determinadas personas, que
después serán la élite del pensamiento del nuevo movimiento. Obedece a un largo
proceso de educación y creación doctrinal que marca las directrices del futuro
grupo de acción política. Sin una base doctrinal sólida la lucha nacerá de una
negación y rechazo de algo, será por reacción, con lo que al final solo reclutará a
rebeldes profesionales.
Desde 1945, con el final de la guerra contra Alemania, tanto el marxismo como el
fascismo han vendido -a excepción de dignísimos casos- su doctrina y se han
perdido en luchas infértiles al limitarse en la mayoría de los casos a defender,
respectivamente, un antifascismo y un antimarxismo primario y lejos de todo
razonamiento lógico. Es un claro ejemplo de cómo no hay que hacer las cosas.
Fase de lucha y conquista: está marcada por el proselitismo político y la
propagación de las ideas por todos los medios. Es el momento de coger la fuerza
necesaria para plasmar en la realidad lo que antes estaba en el plano de las ideas
y, ya sí, de presentar combate a los enemigos. Pero no se hará ya fundando la
acción en la misma acción, sino en el pensamiento.
Quien dirige esta fase no tiene por qué ser la élite del pensamiento, aunque es lo
deseable, porque los fines son distintos. En esta fase se pueden llevar a cabo
apoyos o alianzas temporales que, aún pudiendo ser incoherentes
ideológicamente, son útiles en la práctica política. El contacto con los grupos de
ideología parecida o con posibilidad de acercamiento -“socialistas” de todo tipo,
“patriotas” de toda índole- solo puede ser rentable en el momento en el que se
dispone de un órgano de acción, una base social y un cuerpo doctrinal formado
que eviten desvíos lamentables y ser absorbidos por el otro grupo.
Fase de afianzamiento: corresponde esta al periodo jurídico-político. Tras el
triunfo de las ideas con la conquista del Estado, que es el fin de toda acción
política, llega el momento de la verdadera Revolución. Para ello, los dos campos
más importantes son la economía y la educación. La primera exige un cambio
radical que forme a la juventud en los verdaderos valores (que toda revolución
dice defender). La revolución económica, sin embargo, no puede realizarse
caprichosamente ni con pretensiones de eficacia inmediata; hay que trasformar sin
destruir.
Una vez llevado a cabo ese cambio, hay que saber que no se es revolucionario
para simplemente luchar o conquistar, sino que se es siempre. No basta con llegar
a un sitio, de lograr algo -el Poder, hay que permanecer en el estado dinámico de
constante autocrítica, reconfiguración y perfeccionamiento.

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