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Recortes Biopoliticos. La encrucijada de los derechos.

Diego García

1. Las uniones maritales entre personas del mismo sexo en el contexto mundial

Estas cuestiones han sido objeto de un debate que excede los claustros académicos y los espacios jurídicos donde son
dirimidas. La posibilidad de otorgar derechos a personas del mismo sexo mediante la codificación de código civil,
activa diferentes mecanismos y estamentos de la sociedad en su conjunto que toman también a su cargo la decisión,
funcionando como actores tan relevantes como representantes, los diputados que debaten.

Lo políticamente correcto, es mostrar un franco consentimiento y una actitud plural a la hora de reflexionar sobre este
tema. El derecho de un país siempre se construye sobre las bases del derecho internacional.

Figura del matrimonio: en este sentido, Martykanova, pone en articulación la lógica matrimonial con el concepto
foucultiano de gubernamentalidad para pensar la transición, en el imperio Otomano, del matrimonio como asunto de
ley divina a la actividad legisladora con que se lo conoce actualmente.

Constituye un aporte significativo a la dilucidación del matrimonio como una institución época, intrínsecamente
dependiente de los vaivenes históricos políticos, y con funciones estratégicas que hacen de un campo de batalla y no el
armonioso terreno de derechos que a veces se pretende.

El matrimonio era un componente de reproducción del orden social, donde los solteros eran vistos como una amenaza
potencial.

El pasaje de un modo de concebir el matrimonio a otro no provino del discurso jurídico, sino que estuvo
influenciado por el impulso dado por la literatura de la época a través de nuevas visiones sobre la pareja, el
amor, la libertad, y el hogar.

Todo lo tocante al matrimonio y su práctica fue teñido de una medicalización creciente en virtud de la cual se
invocaba a profesionales para argumentar la importancia delos cambios a realizarse.

El matrimonio ideal era aquel formado por dos personas adultas, capaces de tener hijos y dotarles de disciplina y
educación. Se subrayaba la importancia de la educación de las mujeres como la madurez de los contrayentes.

En materia legal, seguía sin ser uniforme y codificada. Hicieron falta sucesivas reformas para lograr un principio
jurídico que dispusiera una única interpretación de la ley islámica, y por lo tanto una forma jurídica unificada de que
se entendía y reconocía como matrimonio.

Todo esto, ajeno a nuestra cultura y civilización actual, reafirma el principio metodológico adoptado al
considerar la arqueología foucultiana como el abordaje más apropiado para abordar el matrimonio.

Solo la discontinuidad y la dispersión, como herramientas, hacen posible captar en materialidades discursivas tan
distante y exteriores a la accidentalidad actual, las capas de regularidad que constituyen nuestro presente: estos
fragmentos, revalorizados cada vez más, los que permiten trazar el mapa entre procedimientos gubernamentales
distintos pero cuyas consecuencias pragmáticas se encuentran en sintonía desde principios del SXVIII a nuestros días.

Hay otros enfoques metodológicos que se ocupan de la cuestión del matrimonio como práctica discursiva hasta el
presente.

Rodríguez Salazar, señala la gran aceptación que aun obtiene el matrimonio como practica social a pensar de las
críticas desde otros ámbitos, en sectores muy variados para la sociedad, en distintos estilo de vida: su fuerza normativa
y simbólica parece ser tan fuerte que aun quieren desestiman el casamiento, planean casarse, se casaron y se
mantienen casados, o se lamentan por no haberlo hecho.

El matrimonio es una exigencia social no percibida tanto como una decisión del todo personal sino como algo que
inyecta normalidad a la vida, evita explicaciones y problemas en el entorno familiar y social y presupone las cosas en
los encuentros sociales.

Matrimonio como ordenamiento práctico y simbólico que otorga cierta previsibilidad a la vida, y es símbolo de
prestigio. Hace pensar en los diferentes instrumentos tácitos y estratégicos ejecutados para la permanencia de esta
histórica institución.

El potencial explosivo que tienen las relaciones no reconocidas gubernamentalmente no sobrevive al propio
reconocimiento que reclama, decir que la única forma de obtener la plena ciudadanía es tan absolutamente cierto como
lo es el hecho de que no hay ciudadanía plena sin captura normalizadora en las redes del reconocimiento estatal. El
matrimonio se ha fortalecido con la inclusión de nuevos feligreses en el altar de sus decretos, y decir lo contrario es
ingenuo. Idéntico argumento intenta sostenerse para presentar como estrategia política lo que no es sino otra avanzada
del discurso medico sobre los cuerpos humanos: la diferencia como algo dado por naturaleza.

En los años ´70 ´80 la homosexualidad era como constrictivamente diferente a la heterosexualidad era una opción no
solo sexual sino también política. Se hacía de ella un uso político para mostrar que el carácter diverso hace a lo
humano. Es una estrategia política ante la inevitable contundencia de ver pasarle a la homosexualidad lo que antes le
paso al lenguaje: volverse natural. O peor, normal.

Aparece así, una categoría que nos interesa: Reconocimiento: Calvo, habla de que la idea de reconocimiento como
conocimiento pleno, supone políticas de identidad tendientes a constituirse como una defensa de la diferencia a la
diversidad de aquellos grupos minoritarios de la sociedad. Solo eliminando las prohibiciones legales y las limitaciones
juridicas, dichas minorías alcanzan un estatuto de genuinos integrantes de la comunidad política. No es cuestión de
tolerancia, sino de reconocimiento. Esto supone una reivindicación moral del grupo beneficiado por la política
pública y, también, un esfuerzo por remediar los impedimentos de tipo cultural que cercenan los derechos de los
miembros de ese grupo.

No hay una correspondencia directa entre las figuras legales adoptadas y las consecuencias legales efectivas. El punto
clave para el reconocimiento no radica, tanto en la denominación como en el conjunto de derechos que ponen en
juego. Los derechos de interpartes, limitados a los miembros de la unión homosexual, no se confunden con los
derechos que regulan las relaciones de la unión con el estado, no con los derechos relativos a la descendencia presente
o futura.

En síntesis, los aquellos países cuyas reformas estriban en la legitimación de los tres grupos de derechos, estarían en
un máximo reconocimiento o reconocimiento pleno. Con este, el conjunto de la población ahora es plenamente
visibilizado por el ojo del poder. Al ser inscripto normativamente en el dispositivo de sexualidad, el estado gana un
régimen de visibilidad para la comunidad homosexual como nunca antes tuvo. Es que el reconocimiento articulado
como registro, no lo olvidemos, forma parte de las disposiciones disciplinarias que supo engendrar en el SXVIII junto
con otros medios del buen encauzamiento. Ser reconocido constituye, un sinfín de obligaciones otorgadas.

Resulta además de valor, acercar reflexiones de los contra movimientos pertenecientes a la comunidad homosexual y
sus razones para rechazar ese reconocimiento otorgado. ¿Hasta qué punto la ley es percibida como una victoria en el
camino hacia la plena igualdad y no como un instrumento que puede llegar a crear o acentuar divisiones ya existentes
dentro del MGLBT? Lo peligroso de la normativa es presentado en varios frentes:

1. Apunta al reconocimiento de las uniones homosexuales como un requisito para la mejor normalización
del colectivo de gays y lesbianas.
2. A un efecto no deseado de la legalización del matrimonio homosexual, la sensación de que ya se ha
conseguido todo
3. Ausencia de una clara unanimidad entre los miembros del colectivo MGLBT respecto del
reconocimiento otorgado al matrimonio.

No se trata solamente del reconocimiento que vía del matrimonio, el estado estaría haciendo de un conjunto de la
población en materia de sus elecciones sexuales, sino que la aceptación de ese mismo reconocimiento por parte del
colectivo de gays y lesbianas es, al mismo tiempo un reconocimiento del matrimonio como institución. Que
desde su misma génesis es heterosexual y patriarcal.

Al reconocerlos, el estado se garantiza con ese miso acto el reconocimiento del matrimonio como una de sus
instituciones fundamentales. La normativa en materia de uniones, homosexuales, ha fortalecido la institución
matrimonial con el beneplácito, ahora, además, de la sociedad toda. Este doble juego de reconocimiento mutuo,
“responde a la diversidad, pero la reduce”. en tanto y en cuanto no la trasforma a la sociedad, sino que propone una
FUSION A LO YA EXISTENTE, a la vez que legitima una única forma de relación afectiva.

2. Debates y sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario en Argentina

Es la ley 26.618. Ernesto Meccia aporta tres conjeturas acerca de cómo llego la cuestión del matrimonio homosexual a
formar parte de la agenda política argentina: que conforman un diagrama de la situación argentina en materia de la
legislación relativa a la unión matrimonial de personas del mismo sexo.*
1- Desprivatización de la cuestión homosexual: La estrategia empleada por los diferentes colectivos de gay y
lesbianas fue esta, transportándola hacia espacios públicos de discusión mayores. Desterrarla de la esfera de lo
meramente privado fue el movimiento correlativo y necesario de una puesta en funcionamiento de políticas
públicas concernientes a la tolerancia homosexual y a la consecución de reivindicaciones integrales.
2- Presión por políticas superadoras de la tolerancia: Las particularidades culturales de las instancias
políticas y decisorias en la argentina, juegan un papel centran en la resistencia a una problematización pública
de la homosexualidad, refieren nada menos que a los vínculos históricos que una gran mayoría de la clase
política mantiene con la iglesia católica. Este, prevalece sobre cualquier práctica confesional y en los
diputados nacionales, constituyendo así un verdadero bloqueo para la consideración de la homosexualidad
como objeto de políticas públicas.
3- Conformación de redes entre organizaciones homosexuales y organizaciones de derechos civiles y
humanos: Apelando la noción de capital social, Meccia muestra como los recursos que hasta entonces
pudieron haber acumulado los homosexuales, se vieron potenciados mediante la pertenencia cada vez más
sólida a grupos y redes muy extensas. Desconocer los cuestionamientos de los sectores homosexuales de la
población era desconocer argumentos sostenidos y fundamentados en los dd.hh. la cuestión del SIDA, fue una
herramienta para la instalación urgentes de políticas de salud

*Para entender esto, hay que reflexionar sobre la noción de política pública; y cuales son algunos de los hechos
históricos más relevantes desde 1984 hasta nuestros días; porque 26 años son los que separan la conformación del
CHA con sus primeros reclamos en materia de derechos; de la ley numero 26618 recién sancionada en el año 2010.

Política estatal según O’Donnel y Oslak (1984) supone un conjunto de acciones u omisiones por parte del estado en
relación siempre a una cuestión que suscita la atención, interés o movilización de otros actores de la sociedad, es decir,
que más que tratarse de una decisión, lo que se presenta es una cadena de decisiones que comienzan por definir que
existe un problema, decidir que ese problema debe intentar ser resuelto, y legislar sobre la posible resolución a ese
problema.

Es licito afirmar que lo que hoy ha llegado a ser conocido como Ley de Matrimonio Igualitario primero fue un
proyecto aislado del bloque socialista tendiente a una reforma del Código Civil, que a este se le fueron sumando
dirigentes de los movimientos LGTBT, así como profesionales de diversos ámbitos que expresaron su opinión y
dieron forma a los argumentos que luego serían utilizados en el debate; que en el marco de su estrategia política los
partidarios de esta ley impulsaron una campaña masiva en los medios de comunicación y que , al final, el PEN decidió
respaldar la decisión y apropiársela y actuar en consecuencia: el 15 de julio de 2010 se sanciona la ley que modifica el
código civil argentino.

Los debates e intervenciones en la cámara de senadores y algunos trabajos teóricos, constituyen una materialidad
discursiva que, nos permite aproximarnos a los desires, posiciones, y lógicas que sustentan, a veces con las mejores
intenciones humanitarias, la actual normativacion de la comunidad sexual. La tarea es operar con fragmentos
discursivos, dispersos, pero que constituyen una unidad en la dispersión y una muestra de la regularidad en la
discontinuidad.

Se trata del carácter de regulación biopolitica que esta ley implica; de lo que se “gana” si requiere expresar en materia
de derechos; y de lo que se “pierde” en cuanto espacios de libertad y singularidad de los homosexuales supieron
desplegar en el seno de una sociedad patriarcal y heterosexista:

A- Cuando se habla de derecho a la diversidad y lo que se reclama es una ley igualitaria ¿Se está seguro de no
contradecir con la segunda lo que se reclama en el primero? La igualdad, tiende necesariamente a la
igualación y a la homogeneización. La diversidad de derechos, reclamados y obtenidos no es equivalente a
otorgar derechos a lo diverso.
El M.I no es una ley de la diversidad; es un oxímoron que da cuenta de la entrada de lo diverso, de la
multiplicidad de modalidades del ser que nos habitan, en el discurso universal y universalista de la ley. Es una
ley de IGUALITARISMO, que absorbe el campo de Lo Otro (lo radicalmente diferente); en el domino de Lo
Mismo (lo esencialmente idéntico.
B- Los discursos sociales que nos hablan que da cuenta de la maraña discursiva implicada en toda la
normativización de lo humano. Desde la constitución misma de la sociedad disciplinar, las practicas judiciales
han estado atravesadas y sostenidas por instituciones para-judiciales, que es lo que determina y funciona como
condición de posibilidad del discurso juicio mismo
El Matrimonio para los homosexuales no supone la eliminación de otras formas matrimoniales sino que
pretende “corregir la aplicación desigual de una norma jurídica”.

El problema radica en el valor otorgado a la norma jurídica en cuestión. La llamada ley es un paso histórico en el
mejor reconocimiento e identificación de esas minorías. Lo que no se dice es que no tienen ahora la menor chance de
esconderse (como estrategia política y no como padecimiento subjetivo) del gran ojo del poder que todo lo registraren
fin, lo que el estado permite, garantiza y validad es la consecución de lo que no ha de afectar ni a sus instituciones ni a
las modalidades de vida que promueve.

C- El debate es más que un debate parlamentario: involucra el problema de la verdad y como esta se construye:
Foucault no enjuicia a los enunciados de veracidad o falsedad; los inscribe en una legalidad a la pregunta por
el modo en que lo verdadero y lo falso se constituyen al interior de los discursos sociales, y el debate del M.I
es testimonio de ello porque no se redujo a lo ideológico sino a la apelación permanente a la C.N y lo que se
establece como lo que puede o no ser regulado, lo que debe o no caer bajo el control estatal

Serie de categorías presentes en el debate llevado a cabo en el Senado de la Nación, constituyendo estas una
regularidad material de los discursos fácticamente proferidos, de los discursos opuestos a la sanción de la ley,
como aquellas que dieron apoyo con sus votos. Con esto nos interesa señalar que lo que permanece es la
preocupación del estado por mantener la institución matrimonio, resaltar sus bondades y su necesariedad para la
formación de una familia. No se trató de un debate en el que se ponía en juego el fin del matrimonio: el matrimonio
como tal estaba fuera de discusión. Y cualquiera fuera el resultado, esto se vería fortalecido.

CATEGORIAS
ESTADO: Podemos ver como una categoría puede usarse para decir cosas contrarias a condición de que el fin
sea común.
Hay un punto de conexión entre la ley del divorcio y la ley del M.I: la preocupación estatal respecto
del matrimonio, ya que la situación de divorcio. Lejos de impedir un nuevo matrimonio, lo
posibilita.
FAMILIA: No deja de recortar en la variabilidad de la regular insistente por la subsistencia de la familia.
De lo que se trata es que la misma subsista como elemento central de la sociedad y recae sobre el
estado la tarea de procurar su subsistencia.
No es solo aquello que se gobierna, blanco de prácticas gubernamentales, sino aquello a través de
lo cual se gobierna, cobra sentido, que sea objeto de preocupación su sostenimiento tanto para los
detractores de la reforma del código civil (salvar una familia tradicional) como para los que
estuvieron a favor (salvemos la familia… ampliándola).
DISCRIMINA Los que votaron a favor, denunciaron como acto discriminatorio el hecho de mantener
CION conformaciones familiares ya existentes en la oscuridad, la vergüenza y en la hipocresía.
Dar algunos derechos y no todos, resulta discriminatorio en la medida en que no se esgriman
verdaderas razones para dicha privación de derechos.
Están basadas en prejuicios, en el desconocimiento de derechos para las minorías; se apela al
reconocimiento de figuras celebres de la humanidad, se insta a no transformar en explicita una
discriminación que en el código civil permanencia por defecto, se critica la pretendida no igualdad
entre ciudadanos iguales ante la ley al transformar la diferencia en un dis-valor y la legalización de
la discriminación a través del proyecto de unión civil.
RELIGION Y Estas no se encuentran en ausencia unas de las otras.
CIENCIA En la batalla de los discursos, aparece que se debe convencer a los contrarios con sus propias
armas, y si bien para alguien con convicciones religiosas no hace falta más verdad que la divina, no
ocurre lo mismo para alguien sin esas convicciones.

Con esto, se quiso mostrar de qué modo el discurso, mas allá de sus hablantes e interceptores, ordena los enunciados a
través de ciertas regularidades que aquí bajo la forma de categorías se nos han presentado.

La crítica apunta a no a negar el derecho de las parejas del mismo sexo a contraer matrimonio si así lo desean, sino a
tomar nota del carácter Biopoliticos que implica dicha normativa: el contenido es el mismo y el objeto es el
mismo: regular las relaciones de personan que tienen una identidad de sexo y que tienen un relación estable
garantizada por la ley. Es exactamente el mismo tema. Este mismo tema, es la regulación, y es ahí donde se aboca
nuestro análisis, en todo caso que resultara el matrimonio igualitario en lugar de la unión civil, lo que reafirma
es la necesidad el estado por mantener una institución tan cara a su conformación como es la del matrimonio.

3. El noopoder y su publico

Regla de exterioridad del discurso: a partir del discurso mismo, de su aparición y de su regularidad, ir hacia sus
condiciones externas de posibilidad, hacia lo que da motivo a la serie aleatoria de esos acontecimientos y que fija los
límites.
Se quiere desplegar aquellas nociones foucultianas puntualizadas pero vertiéndolas en el ánfora de pandora de los
medios gráficos de comunicación. Se vuelve entonces necesario ampliar nuestra caja de herramientas con nociones
provenientes de tantos autores que han teorizado sobre los movimientos LGBT y los que aportan a la complejidad del
entramado entre la biopolitica y los medios de comunicación.

El periodista Halperin toma nota de la noción foucultiana del poder ante el reconocimiento de que no hay noticias
que no sean del poder, es decir, si consideramos al poder como una tecnología que se ejerce desde diferentes puntos,
en forma dispersa y local, cualquiera sea el relato que figure en la prensa gráfica de un país, se trata siempre de una
materialidad discursiva en la que las marañas del poder cumplen algún papel.: “ la utilidad de describir como el
poder construye su relato, como opera sobre los informadores, cooptando, induciendo, amañando los hechos hasta
tornarlos irreconocibles” . Tomar la prensa gráfica como productora de relatos en los que el poder se materializa, no
bajo la forma de los escribientes, sino excediéndolos, haciendo hablar en ellos discursos provenientes de campos tan
disimiles como la educación la salud, la política, la justicia, es, de algún modo, intentar servirse de las reglas
propias del orden del discurso para entender aquellos discurso con pretensión a ordenar.

Mientras que las disciplinas moldean la memoria corporal, en las sociedades de control se moldea la memoria
espiritual, la captura de los flujos de trabajo, de consumo, de comunicación, de deseo que se suscitan en la
trama social desde la maquina comunicativa como estrategia e instrumento privilegiado de control.

Esta tecnología de poder es: NOOPOLITICA: termino que hace confluir la política con el noos, la parte más elevada
del alma. Así, los dos polos de ejercicio del poder señalados por Foucault, el moldeamiento de los cuerpos a través de
espacios de disciplina miento y la gestión de las poblaciones a través de la biopolitica, encuentra aquí una tercer
familia, cuyo objetivo es la modulación de la memoria y del alma: triedro del poder:
DISCIPLINA/BIOPOLITICA/NOOPOLITICA

Este último tiene como blanco de poder no al individuo ni a la población, sino a la figura moderna del público de los
medios. El papel de la prensa es modular recuerdos, pensamientos, modalidades del ser, identidades, constituyendo en
ese movimiento un tipo nuevo de subjetividad, de sujeto en el sentido foucultiano a la q que llamamos público. Es un
nuevo sujeto y una nueva forma de sujeción: la publicidad, es quizá el paradigma de lo que constituye al público.
Publicar y publicitar, son las dos caras de un mismo proceso: lo que se publica y lo que se publicita y lo que se
pretende publicitar debe ser publicado.

La elección de las palabras sugiere un enfrentamiento entre sujeto políticos calificados como la sociedad, los políticos
y los religiosos, entonces, el debate deviene enfrentamiento y este es situado en la trama social con curiosas
denominaciones.

Las nociones de noopolitica y publico nos aproximan a las técnicas de si: aquellos procedimientos existentes sin duda
en cualquier civilización, que son propuestos o prescritos a los individuos para fijar su identidad, mantenerla o
transformarla en función de cierno número de fines, y todo ellos gracias a las relaciones de dominio de si sobre uno
mismo o conocimiento de uno mismo. Algo de la concepción de gobierno de si parece operar en las reflexiones más
actuales en torno a los medios de comunicaciones y su funcionamiento. Estos, como mecanismos tácitos de ejercicio
del poder noopolitico, conciernen a instalar cierto régimen del gobierno de si creando en el publico cierta ilusión de
autonomía del pensamiento “yo leo lo que quiero” dejándolo, en el fondo, capturado en un entramado de
determinaciones que no por ser menos visibles carecen de efectos. Bajos ciertos juegos de verdad, el poder hace saber
a los sujetos que solo pueden saber verdaderamente aquello que se les permite pensar. Disipar este espejismo, hoy
diales una forma posible de resistencia.

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