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De Los Principios Musicales de La Armoni PDF
De Los Principios Musicales de La Armoni PDF
funcional
Alejandro Cardona
Diciembre, 2010
Este trabajo es producto de un proyecto de docencia desarrollado en la
Universidad Nacional de Costa Rica (UNA).
Quiero agradecer a Diego Díaz, cuya interlocución generosa y lectura crítica fue
fundamental para el desarrollo de este trabajo.
1
INDICE
Preludio 3
I. De lo tonal a lo tonal-funcional 6
1. La melodía tonal. 46
2. Textura armónica. 49
3. Economía. 56
4. Direccionalidad melódica. 57
5. Notas no armónicas y manejo de disonancia. 59
1. Posiciones. 63
2. Disposición y tesitura. 66
3. Duplicación y supresión de notas en los acordes. 67
EXPANSION ARMONICA 73
V. Movimientos extradiatónicos 74
Pequeño Posludio 92
2
Preludio
Este libro no es un tratado de armonía. Busca evitar un mal muy común en los
tratados: reducir la música viva a un conjunto de procedimientos y “reglas”. Se
exponen aquí, entonces, conceptos y principios básicos que se encuentran en el
sistema armónico tonal-funcional a partir de las prácticas musicales del siglo
XVIII hasta la fecha1, haciendo a un lado lo técnico-procedimental.
Los tratados, incluso los mejores, son difíciles de comprender y de poca utilidad
para las personas que no tienen criterios claros ya elaborados en torno a la
materia y un conocimiento más o menos extenso de la producción musical tonal.
Es notable que resulte difícil encontrar en estos tratados una orientación en
cuanto a su vínculo con la práctica musical. Pero nadie, en realidad, termina
componiendo al estilo de los compositores que se estudian, e incluso en el caso
de los ejecutantes (que al menos tocarán repertorio tonal-funcional), no se
clarifica nunca para qué se estudia la materia.
Creo que la teoría musical se debe entender como una “sistematización abierta”
de una práctica musical que no es monolítica, que siempre está evolucionando.
La teoría debe ser una guía, no un dogma. Por otro lado, los componentes de la
armonía (y de la música en general), no son fenómenos de un valor absoluto,
sino que se deben entender contextualmente. Esto significa que el sentido
musical de éstos surge de las problemáticas composicionales específicas de una
música dada. Las generalizaciones sólo son válidas en el nivel de los principios,
no en el fenomenológico o procedimental. El problema no es escribir quintas
paralelas o resolver correctamente la sensible o la séptima (por mencionar los
caballos de batalla de los maestros de armonía), sino entender qué pasa
musicalmente si se escriben o no, si se resuelven o no, en un contexto musical
particular.
1
La tonalidad-funcional es un lenguaje que, junto con otros lenguajes tonales, modales y no
tonales, sigue con vigencia hasta nuestros días, tanto en la llamada música “clásica” como en la
“popular”.
2
Antes, únicamente se estudiaba contrapunto.
3
principios musicales que se encuentran en este lenguaje, pero que lo
trascienden.
El libro busca relacionar los principios del sistema tonal-funcional con los
principales elementos de “vocabulario” tonal del período histórico en cuestión. E
intenta ubicar la armonía sólo como un componente más del discurso musical.
Normalmente, cuando se estudia, parece ser lo único que cuenta, pero la
potencialidad expresiva de la música tonal-funcional depende de muchos
elementos, no sólo de los armónicos.
Este no es un material didáctico, sino “predidáctico”. Aunque podría ser útil para
algunos estudiantes, está escrito pensando en los maestros que intervienen en
la formación teórica (desde lectura musical, pasando por armonía, contrapunto,
piano funcional y análisis). El ordenamiento de los contenidos tiene poco que ver
con lo que se encuentra en la gran mayoría de los tratados. Pero esto no es
casual. Se busca generar una reflexión en torno a los principios de la expresión
musical (en este caso a través de lo tonal-funcional) para orientar
conceptualmente –no didácticamente- los procesos formativos. En este sentido,
se presupone un manejo de elementos básicos de la lecto-escritura y la teoría
musical occidental.
4
ANATOMIA DE LA TONALIDAD FUNCIONAL
5
I. De lo tonal a lo tonal-funcional
Gran parte de la música del mundo, en sentido amplio, es tonal. Por ejemplo,
toda aquella que llamamos modal. ¿Qué significa esto? Que hay una nota (o una
clase de altura3) que auditivamente sobresale como “polo de atracción”. Todas
las demás están jerárquicamente subordinadas a ésta. En occidente, a esta
nota se le llama la tónica, y a este fenómeno de relación/subordinación,
tonalidad.
Hay muchas formas en que este “polo de atracción” tonal se puede establecer.
Las más importantes son dos:
En muchas de las músicas del mundo, el fenómeno tonal tiene una dimensión
preponderantemente melódica, con texturas monofónicas y/o polifónicas. En
estos casos, los fenómenos armónicos pueden ser, o bien una extensión
acústica de lo melódico (resonancias, armónicos, etc.)4, o una “coloración”
armónica de una melodía5 (como es el caso del organum medieval), o, si no, un
subproducto de una textura polifónica (en donde hay simultaneidades, pero el
3
Entendemos por “clase de altura” una nota, por ejemplo do, en cualquier registro. También
forman parte de la clase de altura todas las formas de escritura enarmónica del tono (en este
caso, por ejemplo, si sostenido o re doble bemol).
4
Por ejemplo, en el sitar indio hay cuerdas que no se tocan, pero se afinan para que vibren
simpáticamente con las notas de la melodía principal. Algo similar tiene la viola d’amore que
tiene 14 cuerdas de las cuales sólo se tocan 7. Las otras vibran simpáticamente generando una
resonancia armónica.
5
Entendemos por coloración armónica de una melodía el agregar al contorno melódico una
dimensión sonora armónico/interválica con una determinada cualidad, lo que produce una
densificación lineal.
6
énfasis está en la relación entre las líneas melódicas y su organización
interválica). Estos fenómenos de simultaneidad pueden tener diferentes grados
de organización y control. Pero la base está en una construcción melódica de
carácter modal.
2. La tonalidad funcional.
6
La excepción es la organización rítmico-periódica que, más bien, condiciona la armonía (véase
capítulo II).
7
Las funciones armónicas son complementadas por (o complementan) otras dimensiones de la
construcción melódica: su “estructura anatómica”, su contorno, su ritmo, etc.). Véase capítulo III.
8
En la era digital podríamos hablar de “cuantización”.
7
tensión/distensión9.
Veamos la base teórica de este sistema y su relación con estos dos elementos
constitutivos.
Ejemplo 1
Si partimos de una tríada mayor como tónica, tenemos entonces dos intervalos
que suenan en relación a la fundamental: la tercera y la quinta. La que tiene más
peso, después de la fundamental, es la quinta, por ser el tercer y el sexto
armónico de la serie. Es el intervalo más fuerte que entre dos notas diferentes.
Así, basada en esta relación de quintas (dominantes), se produce naturalmente
una cadena de tríadas mayores. En el siguiente ejemplo, tenemos esta cadena
en dirección dominante (el acorde a la derecha es la dominante del anterior):
9
Subsisten, desde luego, elementos “no temperados” de carácter expresivo, como por ejemplo
el vibrato, o el leve “acercamiento” de la sensible a la tónica en la música vocal o cuerdística.
10
Cuando escribo quinta siempre me refiero a la quinta justa.
8
DO - SOL - RE - LA - MI - SI - FA# - DO# - SOL# - RE# - LA# - MI# - SI#
Dirección dominante (sube por quintas) →
Ejemplo 2
REbb - LAbb - MIbb - SIbb - FAb - DOb - SOLb - REb - LAb - MIb - SIb - FA – DO
← Dirección subdominante (baja por quintas)
Es una construcción simétrica, pero como nos dice Charles Rosen11, es una
simetría desequilibrada. La razón de este desequilibrio es que los sonidos de
la serie armónica suben, como lo hace la dirección dominante, que es, por eso,
auditivamente más fuerte. La dirección subdominante, en cambio, desciende.
11
Rosen, Charles, The Classical Style, W.W. Norton & Co., New York – London, 1998, pp. 23-
24.
9
DO (= SI# / REbb)
FA = MI# SOL = LAbb
Sib = LA# RE = MIbb
Mib = RE# LA = SIbb
LAb = SOL# MI = FAb
REb = DO# SI = DOb
SOLb = FA#
Ejemplo 3
Otra consecuencia de este sistema armónico tiene que ver con los dos modos
en que se manifiesta la tonalidad funcional: el mayor y el menor.
Ejemplo 4
12
Por eso, muchas piezas en el modo menor terminan con una tríada mayor (o incluso tienen
una coda en el modo mayor). Esto permite una resolución tonal más estable. Para más sobre el
modo menor véase la sección correspondiente en este capítulo.
10
3. El modo mayor.
Si en una escala temperada todos los intervalos son iguales, ninguna nota
sobresale como "polo de atracción". No hay, por decirlo de alguna manera,
gravitación tonal. Es lo que ocurre, por ejemplo, en la escala de tonos enteros y
en la cromática:
Ejemplo 5
Pero las escalas diatónicas tienen dos tipos de intervalos distintos: los tonos y
los semitonos. En estos, al estar las notas vecinas más cerca, producen polos o
atracciones gravitacionales. (De nuevo, debo insistir en que no se trata de una
construcción teórica, sino de algo claramente audible.)
El siguiente ejemplo muestra una escala del modo mayor (que es el antiguo
modo jónico).
Ejemplo 6
En él, los semitonos están ubicados de manera tal que refuerzan, de distintas
maneras, la relación armónica tónica/dominante. En este sentido, el modo mayor
es intrínsecamente tonal.
11
de atracción hacia ella. Por eso, este séptimo grado se denomina sensible. En
inglés le dicen leading tone, literalemente “nota conducente” (a la tónica). Al
combinar este fenómeno gravitacional con la relación de quintas de origen
armónico, se produce este fenómeno:
Ejemplo 7
Ejemplo 8
Las demás tríadas que se construyen sobre la escala mayor cobran su sentido
funcional a partir de esta polarización básica.
12
Ejemplo 9
Los demás grados (ii, iii, IV, vi) representan, armónicamente, niveles de tensión
intermedia en relación a las dos funciones básicas (tónica y dominante). En este
sentido, su funcionalidad tonal y su relación con los demás grados armónicos es
estructuralmente más flexible. Pueden transitar hacia mayores niveles de tensión
(hacia la dominante), a otros niveles de tensión intermedia, o bien a la distensión
(regreso a la tónica).
13
Ejemplo 10
Ejemplo 11
14
Ejemplo 12
4. El modo menor.
El modo menor (surgido del antiguo modo eólico), a diferencia del modo mayor,
no se inscribe naturalmente en la lógica del sistema armónico de la tonalidad
funcional. Su identidad tonal debe ser construida artificialmente: necesita alterar
cromáticamente la estructura interválica de la escala menor natural para generar
una funcionalidad tonal. La alteración más estratégica, derivada del modo
mayor, es la del séptimo grado, para crear una sensible funcional (a un semitono
de la tónica). Pero también se altera el sexto grado. Estas alteraciones, en
combinación con la estructura “natural” de la escala, producen una serie de
tensiones tonales secundarias, inexistentes en el modo mayor.
Ejemplo 13
Ejemplo 14
15
La estructura de tonos y semitonos es la misma del modo mayor y, en
consecuencia, tiene los mismos acordes. Como el modo mayor es
intrínsecamente funcional y el menor natural no lo es, se tiende a sentir el tercer
grado como la tónica.
Así las cosas, es necesario crear una sensible con la alteración cromática
ascendente del séptimo grado. De esta manera se modifica el peso gravitacional
a favor de la tónica:
Ejemplo 15
Ejemplo 16
16
Ejemplo 17
Sin embargo, hay una diferencia. Si bien la alteración del séptimo grado le
proporciona una sensible, es menos fuerte y estable que el movimiento análogo
en el modo mayor. Esto se da por dos razones: la relativa inestabilidad de la
tríada menor de tónica, y el hecho de que el tritono que se produce en V7 y viiº
no resuelve por un movimiento de dos semitonos como en el modo mayor. Entre
el cuarto y el tercer grado de la escala hay un tono y, en consecuencia, la
atracción gravitacional es menor.
Ejemplo 18
Ejemplo 19
17
Las funciones de subdominante (iiº y iv) son, como en el modo mayor, grados
de tensión intermedia, pero tienen distintas características particulares. El cuarto
grado es un acorde menor y el segundo, un acorde disminuido. Por tanto, se
trata de sonoridades con mayor inestabilidad, sobre todo el segundo. Al igual
que los acordes de subdominante del modo mayor, no contienen la sensible.
Pero al contener el sexto grado de la escala, se genera una atracción
gravitacional de semitono al mover hacia la tónica o la dominante:
Ejemplo 20
El VI grado también tiene una función análoga al del modo mayor (tensión
intermedia, posible sustitución de la tónica). La diferencia principal es que el
sexto grado en el modo menor es una tríada mayor, más estable como
sonoridad.
Ejemplo 21
Nocturno Opus 48, No. 1 de Chopin y la Sarabanda del la Suite Francesa en re menor de J.S.
Bach.
15
Véase ejemplo 14.
18
Como indicamos antes, también se altera el sexto grado, por razones melódicas
(para evitar la segunda aumentada entre el sexto grado y la sensible). Esto
produce la llamada escala menor melódica:
Ejemplo 22
Esta escala se representa con una forma ascendente y otra descendente (la
última es la escala menor natural, porque al alejarse de la tónica no necesita de
la sensible). No se trata de la única forma, aunque es la de uso más común. En
el modo menor, las diferentes escalas y sus posibilidades melódicas se utilizan
con cierta flexibilidad.
Aunque la alteración del sexto grado se da sobre todo por razones melódicas,
tiene importantes implicaciones armónicas. En primer lugar, posibilita la
formación de un segundo grado menor (ii) y un cuarto grado mayor (IV)16:
Ejemplo 23
16
El tetracordio superior de esta escala, en su forma ascendente, es idéntico al del modo mayor.
La descendente, que regresa plenamente al ámbito de lo menor, compensa lo mucho que se
parece la ascendente al modo mayor.
19
Ejemplo 24
20
ARMONIA, MOVIMIENTO Y SONORIDAD
21
II. Funcionalidad armónica y movimiento
Todos estos aspectos tienen que ver con lo que podríamos denominar el flujo y
la direccionalidad del movimiento musical. Y, armónicamente hablando,
encontraremos un conjunto de posibilidades de flujo, desde lo relativamente
estático hasta distintos grados de dinamismo.
22
En general, los movimientos por quintas son más fuertes y dinámicos,
particularmente cuando ocurren dentro del círculo de quintas hacia la tónica, por
razones explicadas en el primer capítulo (véase ejemplo 10). Los siguientes
ejemplos muestran distintos grados de dinamismo armónico.
Ejemplo 25
23
Ejemplo 26
24
fundamentales no tiene peso alguno17. Pero, a pesar de que el movimiento es
dinámico, este encadenamiento es menos fuerte que V – I, en donde al
movimiento gravitacional de la sensible, se agrega el de las fundamentales por
quintas.
Ejemplo 27
Ejemplo 28
17
En el caso de este acorde, dado su carácter disonante y su fuerte atracción gravitacional
hacia la tónica -de ahí su función dominante-, no se percibe una fundamental, sino el tritono, que
resuelve a la fundamental y la tercera de la tónica, las notas que definen la tonalidad y su modo,
respectivamente.
18
Véase apartado 4 de este capítulo.
25
Aquí, IV funciona como un acorde de paso y la función armónica estructural es
la del V (dominante). Y es que IV no representa una resolución de la tensión de
la dominante (como sentimos con I o, parcialmente, con vi) y, por tanto, cuando
viene después de un acorde de dominante, genera una sensación de
ambigüedad tonal.
Aunque la problemática del ritmo es harto compleja, para efectos de este trabajo
vamos a enfocar dos niveles, claramente interrelacionados: el ritmo armónico, y
la relación de éste con la articulación de la estructura periódica, incluyendo la
forma musical.
26
Ejemplo 29
19
Hay una conexión melódica a distancia entre el do del final de la primera frase (tonalmente
inconcluso) y el si bemol de la segunda (conclusivo).
27
Ejemplo 30
La estricta simetría del bajo (dos compases de do y dos de si) se utiliza para
enmarcar este proceso de retención/liberación del movimiento. El último pulso
del segundo compás convierte a do en una nota disonante (la séptima de V/V),
que busca resolución en si, la sensible. Esta dominante secundaria es el
“disparador” del movimiento musical. Pero su efectividad viene del hecho de que
Beethoven retiene el movimiento por compás y tres cuartos (crea suspenso), y
desestabiliza la nota do al convertirla en parte de una función armónica tensa
(dominante de la dominante).
20
Cuando el suspenso es demasiado prolongado, puede decaer la tensión. En este sentido, la
eficacia expresiva de los procesos de prolongación armónica son dependientes de su
proporcionalidad al interior del discurso musical.
28
subida inicial), sino sobre el tercer pulso. Esto también produce una sensación
de inestabilidad, luego de la prolongación inicial de la tónica (y es otra manera
de romper la regularidad del bajo).
Ejemplo 31
21
Aunque también son importantes las inversiones de los acordes y la utilización de la séptima
en los acordes de dominante (ver el cifrado debajo de ejemplo 31), no voy a poner énfasis en
esto ahora.
29
Función armónica y número de pulsos Articulación de subfrases
I, cinco pulsos Primera subfrase (2 compases)
IV, tres pulsos (Domina la nota fa –tónica- en el bajo
y la melodía.)
I, un pulso Segunda subfrase (2 compases)
V, dos pulsos (Domina la nota do –dominante- en el
I, un subpulso bajo y la melodía.)
V, un subpulso
I, un pulso
V, tres pulsos
22
La relación entre armonía y ritmo, que aquí enfatizamos, se trata sólo de una dimensión del
análisis. No estamos abordando aspectos como la textura, que se manifiesta, por ejemplo, en la
densificación contrapuntística en las segundas mitades de cada frase. En la segunda frase, esta
30
Así, en esta pieza vemos cómo una armonía bastante simple puede ser
dinamizada por un ritmo armónico irregular. Y como una armonía de mayor
movimiento tensional puede ser complementada por la irregularidad del ritmo
armónico. En este sentido, la segunda frase es una versión intensificada de la
primera en cuanto a movimiento rítmico/armónico (ambas, a fin de cuentas,
arrancan en la tónica y terminan en la dominante). También queremos recalcar
que la irregularidad exige formas de equilibrio o proporcionalidad, que aquí se
plantean en tres niveles:
En la Sonata en sol mayor, No. 8, de Haydn, podemos ver como algunos de los
elementos de movimiento armónico y rítmico ya vistos se conjugan para producir
contrastes estructurales y articulación formal:
densificación se plantea como un pseudo canon, que será muy importante en la segunda parte
de la pieza.
31
Ejemplo 32
23
Es una sonata temprana de Haydn, todavía muy apegada a las proporciones y diseños
armónicos de la forma binaria.
32
Sin embargo, el carácter del movimiento musical es harto diferente entre los dos
períodos, tanto en la estructura de frase como en la dinámica del ritmo armónico.
Ejemplo 33
Después hay, otra vez, prolongación armónica, primero sobre re mayor y luego
sobre su dominante. Pero ya no se trata de 4+4 compases, sino de 3+3
(subdivididos en 1.5+1.5), comenzando a la mitad del compás 8. Los
33
contratiempos de semicorcheas en la mano derecha aumentan la agitación
rítmica (con un énfasis sobre la parte débil del subpulso, una subdivisión de la
acentuación sincopada).
4. Cadencia.
Las dos cadencias más importantes se definen por los polos de tensión
armónica: tónica y dominante24. A un tipo (V – I) 25, que resuelve la tensión
armónica, se le llama cadencia auténtica. Al otro, que establece un punto de
tensión armónica (porque termina en V), semicadencia, cadencia suspendida,
suspensiva.
24
La teoría musical se ha dedicado a categorizar las cadencias de manera un poco absurda, en
un intento de contemplar todas las posibles combinaciones y grados de fuerza de los
movimientos cadenciales. Es más importante comprender la función de la cadencia y sus
componentes básicos. Los demás elementos de matiz sólo cobran sentido contextualmente.
25
A veces, para algunos teóricos, también viiº - I.
34
tríadas o acordes disonantes: séptimas, novenas, etc.26
Ejemplo 34
26
En música con un "umbral" mayor de disonancia, como por ejemplo el jazz, la tónica también
puede ser disonante. Véase capítulo VI.
35
Ejemplo 35
Así, la relación del bajo de IV con el acorde de tónica se resuelve como una
apoyatura 4-3.
Ejemplo 36
Hay otros dos tipos de cadencia: la cadencia rota, evitada o deceptiva (V – vi)
y la cadencia plagal (IV – I).
27
Esto también explica, parcialmente, la estabilidad resolutiva de los acordes mayores de tónica
en las cadencias finales del modo menor. Aparte de la intrínseca estabilidad de la tríada mayor
(véase capítulo 1), este recurso hace que la resolución del bajo de iv o de iiº6 sea por semitono
a la tercera mayor de la tónica, la llamada tercera de Picardía.
36
tiene sentido cadencial como sustitución transitoria de la cadencia auténtica;
carece de vida propia, por decirlo de alguna manera.28.
Ejemplo 38a
Ejemplo 38b
28
Por eso es tan común la duplicación de la tercera en el acorde de sexto grado en una
cadencia rota. La tercera de vi es, precisamente, la fundamental del acorde de tónica..
37
Como veremos en el capítulo III, hay muchos otros factores que inciden en la
fuerza de una cadencia.
5. Nota pedal.
29
Véase, por ejemplo, la sección de transición entre el primer y segundo grupo temático en la
Sonata No. 23 en fa menor, opus 57, de Beethoven (cc. 24-34). Aquí, el pedal de mi bemol es
una prolongación de la dominante que prepara la tonalidad del segundo grupo: la bemol.
38
(cont.)
39
Ejemplo 39
40
6. Secuencias.
Secuencia rítmico-melódica:
Ejemplo 40
30
El tipo de movimiento varía según la época.
31
Lo rítmico se refiere a dos dimensiones, ambas necesariamente muy estables en las
secuencias: la duración de cada eslabón y los diseños rítmicos de las líneas melódicas.
41
Ejemplo 41
Ejemplo 42
42
En el ejemplo 39 (Concierto italiano de Bach) podemos ver diferentes niveles de
diseño secuencial, más o menos independientes:
43
Ejemplo 43
32
Véase la alternación de notas pedales y secuencias en el Concierto Italiano de Bach (ejemplo
39).
44
Ejemplo 44
45
III. Conducción de voces, diseño lineal y textura armónica
1. La melodía tonal.
33
En este último ejemplo, la melodía interactúa y depende armónicamente de la textura
armónica, pero se desarrolla, en su diseño lineal, fuera de ésta.
34
El tema de la direccionalidad melódica a distancia se analiza más detalladamente en el
apartado 4 de este capítulo.
46
Ejemplo 45
47
Ejemplo 46
48
2. Textura armónica.
35
Los movimientos paralelos entre voces en la música tonal-funcional se utilizan frecuentemente
(por ejemplo, terceras o sextas paralelas), pero su uso prolongado tiende a dar mayor énfasis a
la coloración armónica del contorno melódico. En el organum medieval el paralelismo de
quintas o cuartas tiene una función colorística que es la base de la estética. En este ejemplo de
Schumann, aunque se escucha movimiento armónico, el énfasis, exceptuando las cadencias, es
igualmente una coloración armónica de la melodía:
36
Lo puramente vertical y horizontal son conceptos “ideales”, que representan dos extremos. En
la realidad, forman parte de un continuo sonoro.
37
El bajo, a partir del compás 9, se deriva de la melodía inicial (si-do).
49
Ejemplo 47
Ejemplo 48
50
entre los acordes y el movimiento lineal entre las voces a un segundo plano.
Ejemplo 49
51
En los primeros dos casos que analizamos se trata de un asunto de énfasis: el
compositor puede optar por diferentes grados de presencia vertical u horizontal.
Este tercer caso es más complejo, como veremos a continuación.
38
En la práctica musical desde el Rencimiento hasta el siglo XIX se evita este tipo de
movimientos paralelos. En los tratados de armonía y contrapunto están “prohibidos”, pero su uso
no es intrínsecamente bueno o malo, simplemente forma parte de las decisiones
composicionales.
52
Ejemplo 50
39
La textura es dominantemente polifónica y hay acordes (compás 6) que son coloraciones de la
linea melódica. Sin embargo, se siente también una textura armónica que va surgiendo del
proceso de densificación textural.
53
Ejemplo 51
Ejemplo 52
40
Véase capítulo IV.
54
En cambio, entre más aguda la tesitura de las notas, más “delgado” es el sonido,
porque hay menos armónicos audibles. Así, en una textura armónica, resulta
importante que las voces de tesitura más aguda no se separen mucho, pues
esto hace que se sienta un vacío en la textura o que algunas voces se perciban
como ajenas a ésta41.
Ejemplo 53
De igual manera, se puede utilizar el vacío en las tesituras más agudas como un
recurso expresivo. En el siguiente ejemplo, la melodía surge de la textura
armónica. Pero la contestación se separa radicalmente en su tesitura y se oye
como algo autónomo, ajeno a la textura armónica:
Ejemplo 54
41
En la música vocal generalmente se establece como límite una octava de distancia entre las
voces superiores. En la música instrumental esto varía. A veces, la separación extrema de las
voces de la textura armónica puede constituir un bonito efecto (véase la música para piano de
Debussy, por ejemplo), pero en estos casos, el oído tiende a agrupar los componentes
separados como diferentes líneas texturales de énfasis horizontal.
55
Es importante volver a señalar que en la textura armónica se da un continuo
entre lo vertical y lo horizontal. Concebirla de otra manera distorsiona la
experiencia sonora.
3. Economía.
42
La palabra eficacia no es de mi particular agrado (parece un concepto de la economía
neoliberal), pero es elocuente, sobre todo si la pensamos en un contexto ecológico.
43
A veces hay otros factores que inciden en la falta de comunicación entre compositor y púbico
que son contextuales: lenguajes novedosos para los que escuchan, malas ejecuciones, etc.
56
Ejemplo 55
Las dos voces superiores se mueven casi siempre por grado conjunto. En el
tenor y en el bajo predomina también este tipo de movimiento. Los saltos son
compensados con movimientos en sentido contrario. Y además, a pesar de los
saltos, el diseño melódico conserva linealidad, una linealidad a distancia,
fenómeno que analizaremos inmediatamente:
Ejemplo 56
4. Direccionalidad melódica.
57
Ejemplo 57
En las primeras dos frases, la soprano sube de la a mi, para bajar luego
nuevamente a la. Pero al bajar, mi no pasa por re (salta a do) y queda pendiente
su resolución melódica. En la tercera frase se retoma el movimiento
descendente de mi a la por grado conjunto y hay una resolución melódica de mi.
58
Sin embargo, no hay una resolución tonal ya que, al final de la frase, la sube a si
y se produce una semicadencia. Este si se prolonga (como parte de una
postergación en la resolución de la dominante) hasta la cadencia final en donde
resuelve estructuralmente en la. De esta manera, el movimiento cadencial a
nivel melódico en la segunda frase (si-la), que se invierte en la tercera (la-si), se
expande, produciendo una direccionalidad a distancia tanto el el plano lineal
como en relación a los procesos de tensión y distensión armónica.
44
Aunque la séptima se oirá como un elemento armónico disonante que busca una resolución
en una sonoridad consonante.
59
Ejemplo 58
Ejemplo 59
60
Ejemplo 60
2. Procurar que se llegue a una disonancia por grado conjunto o con una
45
Un sistema de entrenamiento basado en la práctica contrapuntística del siglo XVI,
particularmente en Palestrina.
46
Estos elementos sólo tienen validez en lenguajes en donde la tríada mayor o menor es el
referente de consonancia. En lenguajes tonales más disonantes o cromáticos (el jazz, por
ejemplo), deben ser relativizados según la relación de consonancia-disonancia que plantee el
lenguaje. Me refiero únicamente a música de la tradición occidental. Véase capítulo VI.
61
preparación47 y salir de ella por grado conjunto a la consonancia más
cercana, evitando salir por salto. Esto produce una conducción fluida y
orgánica y es fundamental en toda la música tonal y modal.
47
La preparación consiste en hacer oír la nota no armónica como una consonancia en el acorde
precedente y en la misma voz:
62
IV. Cualidades sonoras
1. Posiciones.
48
Esta concepción responde una práctica musical afincada específicamente en la tonalidad
funcional (véase capítulo I) y es relativamente reciente en la historia de la música. Se plantea
teóricamente por primera vez en el siglo XVIII con el tratado de armonía (Traité de l'harmonie
réduite à ses principes naturels) de Jean-Philippe Rameau, publicado en 1722.
49
Es lo que permite, precisamente, asignar contextualmente funciones a los distintos acordes.
63
Fundamental en el bajo = posición fundamental
Tercera en el bajo = primera inversión
Quinta en el bajo = segunda inversión
Séptima en el bajo = tercera inversión
Ejemplo 61
50
Como veremos más adelante, esta coloración puede variar aún más según las duplicaciones
o supresiones de las notas del acorde, o bien, de acuerdo con su disposición y tesitura.
64
contextualmente más consonante:
Ejemplo 62
Ejemplo 63
51
En este caso, la inestabilidad de la sonoridad sirve para generar un movimiento de carácter
transicional:
65
embargo, a pesar de la disonancia, las posiciones en los acordes de séptima
siguen pesando en su cualidad sonora. La posición fundamental se siente más
estable. Las inversiones, según el contexto, tienen distintos grados de
inestabilidad52.
2. Disposición y tesitura.
52
Para la problemática de las inversiones en acordes de novena, onceava y treceava, véase el
capítulo VI.
53
Por ejemplo, es muy común una disposición cerrada en las notas superiores con el bajo a una
mayor distancia.
66
Ejemplo 64
El primer encadenamiento tiene una disposición abierta, con las voces inferiores
en una tesitura más grave (especialmente el bajo). En el segundo, las
disposiciones son cerradas y la tesitura aguda. La primera versión tiene más
peso y es más contundente, sobre todo en la cadencia. Esto se debe a que las
notas más graves, y sobre todo el bajo, producen una sonoridad de mayor
riqueza, dado que generan más armónicos audibles: los acordes son más
“gruesos” y el espacio acústico está más saturado.
67
notas que se duplican o se suprimen en los acordes. En este apartado nos
ocuparemos de esto último.
Una tríada tiene tres notas. En una textura armónica de cuatro (o más) voces,
duplicar una (o más) de las notas es inevitable y, según las exigencias de la
conducción de voces, se puede suprimir notas de un acorde para favorecer la
construcción melódica o la resolución de disonancias.
55
La razón para no duplicar notas con una fuerte carga gravitacional es evitar movimientos
paralelos en octavas que empobrecen la textura armónica. Véase capítulo III.
56
En el Renacimiento esto era común, pero en los lenguajes tonales que tienen como base una
textura triádica, suena pobre. A veces se oyen estas sonoridades en un movimiento de paso
entre tríadas.
68
armónicos que genera la fundamental). Pero si duplicamos la tercera o la quinta,
se produce una coloración particular, ya que algunos armónicos disonantes
adquieren más peso y los acordes son, entonces, menos estables:
Ejemplo 65
Los mismos criterios aplican, con más razón, a las tríadas mayores y menores
en primera o segunda inversión, porque en ellas el bajo genera armónicos
disonantes:
Ejemplo 66
*******
69
Ejemplo 67
70
Ejemplo 68
A pesar de la insistencia sobre re, sentimos una progresión en las cadencias que
produce direccionalidad. Por un lado, la tesitura, tanto del canto como del bajo,
va de más agudo a grave. Por otro, las cadencias van de más débiles a más
fuertes:
71
• En la segunda, sustituye el ii por V/V. Da la impresión que la mayor se
quiere imponer con mayor intensidad después del “rechazo” que recibe en
su “primer intento”. Al comenzar la última frase, fa# menor deja de jugar
un papel de color ambiguo para claramente conducirnos de la a re57.
57
En la penúltima frase, el acorde de fa# menor no es ambiguo, pero conduce, por círculo que
quintas, no a re, sino a la mayor, que es el área de dominante.
72
EXPANSION ARMONICA
73
V. Movimientos extradiatónicos
Está fuera del alcance de este trabajo analizar a fondo todas las posibilidades
extradiatónicas. Sólo señalaremos, en términos generales, sus manifestaciones
más importantes. Se debe comprender que todas estas manifestaciones forman
parte de un continuo, que separarlas es un artificioso, aunque necesario,
ejercicio analitico. Esto es especialmente relevante cuando se habla de lo
melódico y lo armónico. Los límites entre ambos son en general borrosos. Se
trata, repito, de un continuo.
58
Junto con factores de organización rítmico-periódica, esta organicidad sistémica (por decirlo
de alguna manera), ha permitido generar formas musicales que van desde miniaturas hasta
obras con duraciones extensas, con movimientos armónicos coherentes de largo alcance y, en
ocasiones, de una gran complejidad.
59
Secundaria en tanto no sustituye jerárquicamente la sensible primaria ni el referente tonal.
74
Ejemplo 69
Ejemplo 70
75
La agrupación irregular de 11 en el compás 2 expande la figura anacrúsica
inicial. Las primeras cuatro notas son idénticas. Luego se produce una
prolongación de la sensible utilizando semitonos a ambos lados, parecido a un
gruppetto (el sol# es una especie de sensible de la sensible). Al final se retoman
las últimas dos notas de la melodía original.
2. Tonización.
76
Ejemplo 71
Ejemplo 72
77
Ejemplo 73
Ejemplo 74
Ejemplo 75
En todos los ejemplos se puede apreciar las tensiones secundarias que produce
la tonización al interior de la tonalidad principal, enriqueciendo el vocabulario
armónico por expansión de la polarización tensional tónica/dominante.
3. Modulación.
78
En este ejemplo, ya analizado en el capítulo II, se pasa de sol mayor a re mayor:
Ejemplo 76
79
Dentro de la lógica tonal, al pasar del I a cualquier otro grado armónico, se
produce movimiento musical, lo que implica algún grado de tensión (por estar
"fuera de la tónica"). En la modulación, la dinámica de tensión/resolución no se
da ya entre diferentes acordes, sino entre distintas tonalidades y el nivel de
tensión tiene mayor jerarquía (por estar fuera de la tonalidad anterior): una
especie de disonancia armónica estructural.
3. Del peso del movimiento modulante, otro factor contextual. Pero hay
modulaciones más estructurales y otras más pasajeras. También hay
movimientos modulatorios de carácter estructural compuestos por
pequeñas modulaciones pasajeras o por una combinación de
modulaciones y tonizaciones. (Por ejemplo, ciertas modulaciones por
secuencia.)
60
En los tratados de armonía se llama modulaciones a tonalidades cercanas o vecinas a
aquellas en las que hay, como máximo, una alteración de diferencia en la armadura de clave.
Por ejemplo, en do mayor (sin alteraciones en la armadura) las tonalidades cercanas serían la
menor (también sin alteraciones), sol mayor y mi menor (con un sostenido), y fa mayor y re
menor (con un bemol).
80
re mayor y la segunda en si menor:
Ejemplo 77
Son dos tonalidades relativas, muy cercanas, en donde el paso de una a otra no
representa una tensión extrema. No obstante, Bach busca resaltar la
yuxtaposición, sobre todo a partir de la línea del tenor:
61
Por ejemplo, las modulciones ascendentes a lo largo de la canción Pedro Navaja de Rubén
Blades.
81
Ejemplo 78
Ejemplo 79
Este tipo de modulación procesual requiere un área de transición que tiene más
de una función armónica. Esto implica distintos grados de ambigüedad pasajera
que permite transitar de un referente tonal a otro.
Por otro lado: en todos estos casos se trata de acordes disonantes que exigen
una resolución. Y como tienen varias posibilidades resolutivas según la lectura
82
enarmónica, se genera un “campo de ambigüedad” y se abren posibilidades
modulatorias interesantes. El siguiente ejemplo muestra algunas de las
relecturas enarmónicas de estos acordes, así como posibles resoluciones:
Ejemplo 80
83
Ejemplo 81
4. Acordes alterados.
84
alteraciones abordadas en los apartados anteriores). El siguiente cuadro
muestra algunos casos emblemáticos de armonías alteradas y sus posibles
resoluciones (se indica con líneas intermitentes las atracciones gravitacionales):
Ejemplo 82
Ejemplo 83
63
No por eso son menos sorpesivos e impresionantes la sonoridad y su tratamiento,
85
El bajo tiene un claro movimiento del sexto al quinto grado melódico en la
menor, cosa que entendemos con claridad al terminar la frase. Las voces
superiores se mueven cromáticamente en sentido contrario:
Ejemplo 84
El bajo es, además, una imitación, quasi canónica, del comienzo de la melodía:
fa-mi. La bajada de si a sol# del “tenor” es una inversión de los extremos de la
voz superior: sol#-si. Y todas estas atracciones gravitacionales van develando,
poco a poco, el referente tonal del final de la frase: la dominante de la menor.
5. Alteración modal.
Hay alteraciones cromáticas que tienen una lógica distinta a lo abordado hasta
ahora. Se trata de alteraciones modales en donde se “toman prestadas”, entre
los modos de una tonalidad dada, las anatomías melódicas y, sobre todo, los
grados armónicos. Por ejemplo, se podría sustituir IV en do mayor por iv,
proveniente de do menor. Así, la se alteraría a la bemol. Generalmente este tipo
de alteraciones son pasajeros y focalizados. En los siguiente corales hay
ejemplos de alteración modal:
probablemente derivados de una canción de Liszt, menos interesante (Die Lorelei, con texto de
Heine).
86
Ejemplos 86 a y b
87
VI. Tonalidad funcional y ampliación de los umbrales de disonancia
Desde el siglo XVII hasta los albores del siglo XX, la armonía tonal-funcional
tuvo las tríadas mayor y menor como referente de consonancia. Todas las
disonancias, armónicas y melódicas (tritonos, séptimas, novenas, segundas,
alteraciones cromáticas de distinta índole, etc.), encontraban resolución en estas
tríadas.
Ejemplo 87
64
Probablemente lo correcto sería novenas, oncenas y trecenas, pero la costumbre ha impuesto
onceava y treceava.
88
mantiene sonando en el acorde de tónica, que es, además, un acorde de
novena. El umbral de disonancia se ha relativizado contextualmente, se ha
ampliado. En relación a sonoridades de subdominante y dominante de mayor
disonancia armónica, I9 suena relativamente consonante.
Ejemplo 88
89
Ejemplo 89
En estos ejemplos, la sonoridad por terceras puede llegar a sonar mucho más
disonante, como ocurre en la segunda versión del ii11, en donde la tercera del
acorde (fa) choca fuertemente con la novena (mi). También puede asumir una
sonoridad por cuartas o por quintas (como en las dos versiones de I13). En el
caso de las quintas, dada la estabilidad del intervalo, la sonoridad suena más
abierta, con menos dinámica gravitacional, desdibujando el origen triádico del
acorde. Y únicamente se utilizan las notas diatónicas de do mayor. Si se
agregaran alteraciones cromáticas, el rango de posibilidades se ampliaría
enormemente.
¿Cómo, entonces, podemos construir una identidad tonal que no desactive todo
aquello que define el sistema tonal-funcional? Hay tres elementos
fundamentales:
• Las notas del bajo. El bajo, con su mayor carga de armónicos audibles
(con intervalos estables), impone su jerarquía sonora y articula la
disonancia de las voces superiores en torno a una función tonal. Así,
cuando se quiere claridad funcional en la música, es muy común que
dominen acordes en posición fundamental65. Si se cambian los bajos de
los acordes del ejemplo 89, escuchamos otros, cuyas fundamentales son,
justamente, las notas más graves:
65
Esto no significa que el bajo deba quedarse únicamente en la fundamental, pero sí que la
fundamental debe tener una presencia destacada en la línea de esa voz.
90
Ejemplo 90
91
Pequeño posludio
La teoría bien hecha nos ayuda a comprender los fenómenos musicales, pero no
es un recetario ni un conjunto de mandamientos. Por esta razón, la teoría casi
siempre viene después de la creación de la música que pretende explicar. Y, si
se da al revés, la tendencia es caer en un academicismo conservador, en un
intelectualismo, o en el lugar común.
92