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Amor entre gay

Byrne Fone en su libro “Homofobia” llama a la antipatía,


odio o desconfianza al homosexual, el último prejuicio
aceptable. Y tiene razón, la sociedad a nivel mundial lucha
contra el racismo y las practicas misóginas. No se concibe
discriminar ni odiar a una persona por raza, prácticas
religiosas, políticas, o por ser mujer. ¿Qué paso con la
homosexualidad? Hay pocos colectivos sociales, u
organizaciones de derechos civiles que están en la lucha
contra la discriminación a los homosexuales. Se discrimina,
odia y resta derechos a los homosexuales y la gente sigue
su vida como si nada, no les interesa esa “sarta de
invertidos” y trasgresores de la moral.
El 14 de febrero último día del amor, en el Centro de Lima,
los grupos de gay y lesbianas pusieron nuevamente en la
mesa el tema del matrimonio o unión civil gay. Y es que la
mayoría piensa:  ¿Cómo se van a casar dos hombres o dos
mujeres? Y ni hablar de que adopten, ahí la cosa se pone
más peliaguda. Y es que la mayoría piensa en los
homosexuales como enfermos, trastornados, “raros” e
invertidos, y lo invertido se entiende “al revés” de lo
normal. Más allá de cuestiones religiosas (porque si no se
acabaría el tema) vamos a hablar del amor entre gays y sus
comparaciones con el amor  “entre normales” ósea los
heterosexuales.
El amor entre gay no es tan distinto del amor entre
heterosexuales, solo cambia el objeto a quien se da el
amor.
Hay fidelidad e infidelidades, pasión e indiferencia,
confianza, desconfianza, seguridad y celos, discusiones,
peleas, agresiones y hasta asesinatos. También, cómo no,
hay entrega, sacrificio, deseo, ilusión y placer. ¿Alguien
puede decirme que en una pareja “normal” no hay estas
características amorosas? . 
La intensidad y profundidad de estas emociones y
sentimientos, dependen básicamente del temperamento de cada
persona. No por ser gay se ama más intensamente, ni se ama
de forma más equivocada o acertada, de cómo lo haría un
heterosexual.
El comportamiento agresivo, violento, antisocial y “raro”
de algunos homosexuales, es más seguro que se deba a toda
una historia de aprendizaje y sometimiento a
condicionamientos, reforzadores y castigos. Y me refiero
básicamente a la conducta social manifiesta, a la reacción
ante los estímulos sociales y a la responsabilidad que
demuestra en sus actos, incluyo aquí el aprendizaje de la
preferencia sexual.
Visto desde esta perspectiva el amor como lo entendemos en
occidente, se expresara y se recibirá de acuerdo a  esas
experiencias. Los heterosexuales estamos expuestos también
a esta dinámica en el desarrollo de nuestras experiencias.
Así que no se sorprendan, ellos son tan iguales por lo
demás a nosotros. Sienten, lloran, aman, odian. Igualito o
más que un heterosexual. Casi todo lo que se relaciona a
complejos y prejuicio sociales es aprendido, y obviamente
puede desaprenderse. En las cartas que se enviaban Sigmund
Freud y Albert Einstein, el genio de la teoría de la
relatividad le decía al padre del psicoanálisis, que un
átomo era más fácil de desintegrar que tratar un complejo
psicológico. Los cambios cuestan esfuerzos.  

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