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REORGANIZACIÓN EMPRESARIAL

1) ¿Qué es la reorganización societaria?

Podemos afirmar que cualquier negocio será exitoso, cuando todas y cada una de
las operaciones se ejecutan con eficiencia, con la finalidad de ir mejorando cada
vez más; empero el órgano administrativo será el indicado para aplicar las
técnicas de planeación y control.

Como su propio nombre lo dice, es la organización de la empresa la que flaquea,


por lo que se ve obligada la sociedad a subsanar los posibles errores que puedan
está afectando la misma y podemos decir que está íntimamente ligada a las
falencias que adolece la administración; entonces encontramos a la falta de
dirección y administración adecuada, funciones internas, mala comunicación, poca
o ninguna cooperación, mala distribución del trabajo, etc.

Como consecuencia de las situaciones anteriores y en un momento determinado


de la vida de una empresa, se hace indispensable, partiendo de sus objetivos, la
realización de un estudio sobre sus funciones, estructura, niveles, jerarquías,
sistemas, métodos, controles de producción, etc. a través del cual sea posible
determinar los principales problemas de organización y poderles dar solución
adecuada por medio de las técnicas de la administración científica.

Puede haber dos casos que ameriten la aplicación de las técnicas de la


organización:

1.- La creación de una empresa que inicia sus operaciones.


2.- La reorganización para una empresa que se encuentre en crecimiento; en este
caso puede haber diferentes motivos; como son:
a) Cuando la empresa cambia de jefes. La integración de nuevas personas con
nuevas ideas, quienes necesariamente a su vez hacen cambios, siguiendo
impulsos psicológicos.
b) Cuando existen transacciones. Compra, fusión de empresas; ya sea que se
cambien o no los objetivos a conseguir, habrá que reorganizar para coordinar las
actividades fusionadas.
c) Las nuevas ideas en el campo de la administración. Mantener al día la
organización de la empresa ya que con el tiempo puede hacerse inadecuada por
los cambios externos e internos que se efectúen a pesar de la flexibilidad que se le
dé.
d) Factores de tipo económico. Cambios en el campo de la industria en el que se
desenvuelve la empresa; por ejemplo, una fuerte competencia podría a pensar:
¿convendría mejor una centralización de actividades que permita ganar tiempo en
decisiones y ganar clientes? La necesidad de una reorganización generalmente se
manifiesta en forma de deficiencias en la operación.
e) Baja moral del personal. El ausentismo, la demasiada rotación del personal
puede responder a una excesiva centralización de autoridad que no permite
libertad de acción. El trabajo de los empleados llega a hacerse rutinario, lo que
crea problemas psicológicos que redundan en descontento y falta de interés en el
trabajo.
f) Tener un número elevado de subordinados. Puede ser que no se les está
controlando debidamente, por no poder atender los jefes el número de personas
bajo su responsabilidad.
g) Errores de planeación. Exceso de inventarios que crean una sobreinversión de
capital en la empresa, y que se inmovilice la mayor parte del capital en inventarios
que pueden convertirse en obsoletos.
h) Falta de ideas nuevas. Lo que significaría que se ha descuidado lo referente a
la investigación en la empresa, que puede llevarla al estancamiento.
i) Roces entre diferentes departamentos o personas. Significa que no se ha
delimitado con exactitud los campos de responsabilidad.
j) Falta en el control. Por ejemplo, fugas de dinero, en almacenes, etc.
k) Fallas de financiamiento. Pérdidas en la empresa, falta de recursos en algún
departamento, de recuperación oportuna de dinero en el departamento de
cobranzas.
2) ¿Cuáles son los tipos de reorganización societaria?

a) Transformación

Respecto de la Trasformación de Sociedades, debemos indicar que en el Derecho


– llámese Ley General de Sociedades- ha existido una revolución con la nueva
conceptualización en el tratamiento del tema, puesto que con la anterior Ley de
Sociedades Mercantiles de 1996 se limitaba la transformación al cambio de una
forma societaria a otra de las formas societarias reconocidas en la ley.   En la
nueva ley, cualquier persona jurídica se puede convertir en sociedad y cualquier
sociedad en otra forma de persona jurídica, lo cual incluye a las personas jurídicas
sin fines de lucro. Es decir, se ha abierto la puerta de la transformación más allá
del ámbito societario.

La transformación no tiene antecedentes en nuestra legislación, inclusive en el


Código de Comercio de 1902 no se le menciona en ningún artículo de dicho texto
legal. Se ha dado un importante salto cualitativo, extendiendo los alcances de esta
figura. 
Es importante establecer, que la transformación de las sociedades si bien es cierto
es una innovación en el texto legal, también lo es que en la práctica es una
tendencia a la disminución en su uso, puesto que con todas las facilidades que se
le está dando a las Sociedades Anónimas Abiertas y Cerradas, la mayoría de las
inversiones optan por este tipo de forma societaria no siendo necesaria la
transformación en otra de distinta característica.

Considerando lo antes expuesto, se puede establecer que la transformación es un


fenómeno propio de la estructura interna de una sociedad. Se diferencia de la
fusión o de las otras formas de reorganización, en que la transformación no
entraña un cambio fundamental de la empresa misma. En la fusión, por ejemplo,
dos empresas autónomas se unen, tanto jurídica como patrimonialmente, en una
sola. En la escisión un bloque patrimonial, normalmente compuesto por una
unidad de producción o negocio, se segrega de la sociedad para formar una nueva
o integrar a otra ya preexistente.

En la transformación, en cambio, la empresa, sustrato de la sociedad se mantiene


incólume. En el revestimiento jurídico mediante el cual se realiza la actividad
empresarial, vale decir, la forma legal que utiliza para su actuación en el mercado
la que se transforma.

Objeto de la Transformación

Los socios pueden tomar la decisión de transformar una sociedad como una forma
de hacer empresa; como por ejemplo la transformación de una sociedad colectiva
en una sociedad anónima, o simplemente por razones tributarias.

Problema de la subsistencia de la persona jurídica

En la doctrina existen diversas apreciaciones respecto a que si la transformación


implica la pérdida o no de la personalidad jurídica de la sociedad.

Al respecto, debemos indicar que en la transformación la personalidad jurídica de


la sociedad no sufre alteración alguna por cuanto como producto de dicha
transformación, la misma sociedad es la que subsiste, pero bajo una nueva forma.

El hecho de mantener la persona jurídica en una sociedad transformada no es


impedimento para que, de estimarlo conveniente, la sociedad decida su extinción
o la constitución de una nueva sociedad con forma legal distinta. La Ley General
de Sociedades peruana no ha contemplado esta posibilidad porque lo consideró
algo naturalmente obvio.

La polémica se centra en el hecho en que, en algunas legislaciones, las


sociedades personales que poseían autonomía patrimonial, carecían de
personalidad jurídica. La transformación de este tipo de sociedades presenta
cuestionamientos lo que obliga al legislador a otorgarle personalidad jurídica a las
sociedades personales.

Obligatoriedad de la Transformación

Es un principio en el derecho societario “la autonomía de la voluntad de las


partes”, lo que deja abierta la posibilidad de que los socios puedan elegir entre las
múltiples formas societarias a la que más se ajuste a sus deseos o necesidades
empresariales.

La ley exige algunos requisitos como, por ejemplo:

-       De carácter pecuniario: Un capital social mínimo o máximo.

-       De carácter subjetivo: limitaciones al número de socios o al tipo de persona


jurídica.

-       Vinculados a la existencia del ánimo de lucro.

En ese sentido, la transformación es consecuencia de un acuerdo de voluntades


de los socios o por imposición prevista en la ley por ausencia de algún requisito
esencial.

Consecuencias de la Transformación

a)    La trasformación surte efectos frente a terceros desde el momento de la


inscripción en el Registro de Personas Jurídicas.

b)    Los socios que los sigan siendo de la sociedad transformada, se someten al
régimen jurídico del nuevo tipo societario.

c)    Las aportaciones a la sociedad transformada se corresponden de manera


proporcional a la participación que tenían en la sociedad de origen y lo mismo
sucede con los titulares de derechos especiales, si los hubiere.

Lo más importante en la transformación de una sociedad es la responsabilidad de


los socios y acreedores. El cambio en el régimen de responsabilidad de los
miembros de la sociedad es lo que puede propiciar, tanto el ejercicio de derecho
de separación de los socios, como la posibilidad de no adoptar el acuerdo si el
régimen de responsabilidad al que se someterán los socios va a ser mucho más
severo. Por este motivo, es casi inexistente la transformación de SRL en
Sociedades Colectivas, sin embargo, es más frecuente el caso contrario.
Señalamos las tres principales posibilidades de cambio en la responsabilidad de
los socios en caso de transformación de sociedades:

a)    Si la responsabilidad de los socios tanto en la sociedad de origen como en la


transformada, no ha variado, no se plantean problemas.

b)    Si en la sociedad de origen la responsabilidad de los socios era limitada y en


la sociedad transformada es ilimitada, los socios responderán ilimitadamente tanto
por las deudas sociales de la sociedad de origen como por las de la sociedad de
destino.

c)    Si los socios tenían en la sociedad de origen responsabilidad ilimitada y en la


sociedad transformada, la responsabilidad pasa a ser limitada, estos responderán
ilimitadamente (solidaria y personalmente) por las deudas sociales contraídas con
anterioridad a la transformación.

La consecuencia principal de la no alteración de la personalidad jurídica durante la


transformación (porque subsiste bajo la nueva forma social) que, para los
acreedores sociales, la transformación no supone novación.

b) Fusión

Como preámbulo a este interesante tema, debemos indicar que nuestro país
cuenta con una normatividad que regula el trato igualitario a los inversionistas
extranjeros, observándose el enorme poder económico de las corporaciones y son
estas mismas las que imponen sus reglas al momento de establecerse en nuestro
país; siendo el caso que tal poder se refleja por un lado al generarse las llamadas
fusiones como una forma de concentraciones empresariales.

Si bien es cierto que, al promover las inversiones en el Perú, se busca un


crecimiento de la economía desarrollando la actividad productiva nacional,
también es verdad que lo que se pretende en el fondo es un bienestar para los
ciudadanos.

Antes que los capitalistas extranjeros empiecen a desarrollar sus actividades en


nuestro país, estos realizan una serie de negociaciones y acuerdos con las
autoridades políticas del país; siendo el caso que al tratarse de procesos de fusión
de corporaciones la atención se centra en las repercusiones y en el impacto de las
mismas en todos los niveles de la sociedad, considerando que tales formas de
reorganización societaria se originan en base a estudios especializados e
intereses económicos de consideración.

Entonces si de bienestar de la población se trata, y considerando la complejidad


de las consecuencias de las fusiones corporativas; el análisis y atención para
estos mecanismos son muy rigurosos; principalmente en lo referente al costo
beneficio; aspecto que trae a colación el llamado análisis económico del derecho
que debe predominar en los procesos de fusión, donde legisladores, jurisconsultos
y economistas de gran reconocimiento participan en conjunto para tomar
decisiones respecto de tales procesos económicos de alta relevancia en la vida
económica del país.

Se podría estar subestimando el tamaño del mercado de nuestro país, para poder
así justificar llevar a cabo las concentraciones empresariales sin ningún tipo de
control; entonces debemos primeramente diferenciar estas modalidades de
concertación de las grandes corporaciones para poder medir sus efectos en la
economía del país.

Hablar de fusiones es hablar de una forma de concentración empresarial,


entonces lo normal de este tipo de procesos es que sean desarrollados por
empresas de gran envergadura, pues no se ha visto este tema en pequeñas ni
medianas empresas.

Es importante entonces distinguir las modalidades de las fusiones; pues por un


lado las fusiones horizontales u horizontal mergers, que son aquellas que se
realizan entre empresas que en el mercado participan en la operación del mismo
producto, por ejemplo, la fusión por absorción realizada entre AFP Nueva Vida y
AFP Providencia y recientemente podemos mencionar la que realizaron Telefónica
y Bellsouth. Las fusiones verticales o vertical mergers, las cuales se realizan entre
empresas que pertenecen a un mismo sector de actividades pero que se
encuentran en diferentes fases de producción o cuya relación, en algunos casos
es la de proveedor – cliente, como el caso de la Cervecería Backus & Jhonston y
su proveedora Malthería Lima. Por último, las fusiones de conglomerado
o conglomerate mergers, realizado entre empresas que no tiene ninguna relación
en el mercado

Ahora bien vemos que es la llamada fusión vertical, la que en términos generales
entraña mayores peligros de tener efectos anticompetitivos, quiere decir que
existen también fusiones que son beneficiosas para la economía del país;
contrario sensu existe un tipo de fusiones que producen una excesiva
concentración incurriéndose en prácticas monopólicas, lo cual es perjudicial para
el desarrollo y bienestar de las sociedades pues permite a las empresas obtener
ganancias extraordinarias; es decir que resultan ser atentatorias contra el derecho
de la libre competencia, que está amparado por nuestra Constitución Política.

En el mundo desde siempre ha existido la tendencia de los grupos económicos a


concentrar poder económico, los mismos que pretenden prevalecer sobre otros y
así lograr el control absoluto de determinadas industrias y actividades económicas,
situación que de manera indudable se ha venido produciendo en nuestro país con
la proliferación de inversiones extranjeras lideradas en muchos casos por grandes
transnacionales; siendo el caso que estas han optado por la reorganización de
sociedades, por medio de la fusión o la escisión. Como sostiene Beaumont (2006:
758): “Los procesos de fusiones y escisiones son manifestaciones directas e
indirectas de un fenómeno más amplio que se conoce como Concentración
Empresarial. Este es un fenómeno típico de la evolución de la sociedad capitalista
que se va adaptando a las constantes necesidades y cambios del mundo actual
que se integra, se globaliza y se uniforma cada vez más”.

Ante esta realidad, las sociedades democráticas han enfrentado estos retos
promoviendo el sistema económico de libre mercado, la libre competencia y el
bienestar del consumidor; sin embargo los fenómenos económicos llamados
fusiones o también conocidos como procesos de concentración empresarial, están
ocasionando la modificación de la estructura de los mercados en muchos sectores
económicos; por lo que se piensa que muchos de estos procesos de
reorganización empresarial por un lado serían beneficiosos para la economía
nacional, empero muchos también producen impactos negativos en la actividad
económica. Apoyando esta posición encontramos a Morales y Villanueva (1999:
10) quienes dicen: “En algunas ocasiones, las fusiones se llevan a cabo por
factores exógenos a la empresa. Las empresas que constituyen sucursales de
corporaciones internacionales o cuya mayoría de acciones están en manos de
grupos económicos extranjeros, están sujetas a las decisiones tomadas por sus
casas matrices. La ola de fusiones y adquisiciones producidas en los mercados
internacionales ha ocasionado grandes cambios en las estructuras competitivas
de las empresas locales ajenas a estas decisiones”.

Por su parte Echaiz (2005: 49) sostiene: “… También téngase en cuenta que la
fusión no siempre es una alternativa viable por dos razones posibles: las
empresas intervinientes en las negociaciones no desean perder su independencia
(aún cuando solamente sea jurídica) o la disimilitud entre las actividades
desarrolladas por las empresas hace complicado reunirlas en una sola …”.

Frente a este desafiante panorama, resulta necesario que el Estado a través del
sistema legal actúe de una manera muy cuidadosa principalmente cuando se
presentan los llamados monopolios y sobre las prácticas que limiten, restrinjan o
distorsionen la competencia cuando de fusiones corporativas se trate; por lo que
debemos atender lo expuesto por Kuczynski (2007: 1): “Para el Perú la fuerza de
la demanda de China es obviamente positiva. Pero el frenesí de fusiones y el
gigantismo no son buenos para nosotros, porque el abanico de empresas mineras
que podrían venir a invertir aquí se reduce. En un mercado competitivo hay
diversidad de puntos de vista. El “riesgo político” del futuro del Perú, la principal
preocupación de los grandes inversionistas, puede ser visto de manera diversa si
hay una diversidad de empresas. Si hay un solo comité de funcionarios
corporativos en Melbourne o Londres que decide las cosas en el Perú, eso no es
bueno para nosotros”.

Sin embargo, es preciso indicar que en el sector energético del Perú hay una
posición bien definida en el tema de fusiones, la misma que es sostenida por
Távara (2005: 2): “En el Perú, la legislación sobre la materia también tuvo un
origen similar, sin embargo, constituye un caso especial pues no incluye normas
que limiten la concentración empresarial. Con la excepción del sector eléctrico, las
empresas pueden fusionarse sin limitación alguna hasta formar monopolios”.
Es evidente el avance del proceso de globalización, no siendo el Perú ajeno a los
fenómenos económicos de gran envergadura como son las fusiones,
considerando que aún tenemos la calidad de país tercermundista y el crecimiento
de nuestra economía depende de la inversión extranjera, pues dichas inversiones
están ligadas en muchas ocasiones a procesos de concentración de empresas;
por lo que no debe justificarse una falta de control de las  fusiones con el tamaño
de nuestra economía. Al respecto Távara y Diez Canseco (2003: 165)
sostienen: “Un mercado con tres o cuatro empresas grandes pueden aun operar
en condiciones competitivas, siempre que exista rivalidad entre ellas y no generen
un cártel. Sin embargo, frente a la ausencia de normas que lo impidan, la fusión
entre estas empresas puede elevar aún más la concentración, por encima de los
niveles requeridos para aprovechar las economías de escala e, incluso, generar
un monopolio”. Asimismo, Mendoza y Peirano (2006) sostienen: “Es interesante el
tratamiento que se da al tema de las fusiones, puesto que se aboga por una
regulación ex – post aún en el caso de las fusiones verticales, las cuales, en
términos generales, entrañan mayores peligros de tener efectos anticompetitivos.
Básicamente, se sostiene que las medidas regulatorias deben fomentar la
competencia y se debe analizar el efecto de las fusiones de las empresas, luego
de ocurridas éstas. De otro lado, cabe destacar que existe una corriente opuesta
de autores que opinan que resulta fundamental definir claramente una política de
fusiones aplicable como lineamiento de política nacional.”

Es muy importante identificar las situaciones en las que estos procesos de fusión
de corporaciones, revisten carácter anticompetitivo, así como también deben
identificarse cuando estas se dan a favor de la eficacia y de la competitividad; en
consecuencia, se hace necesario tratar las fusiones desde el área del derecho de
la competencia. Apoyando esta postura encontramos a Gómez (2000) que
sostiene: “Los procesos de fusiones y adquisiciones de empresas comerciales y
bancarias han surgido como una ola a nivel mundial incrementando la
participación de las firmas, haciéndolas más propensas a ejercer su poder de
mercado. Por ello, es importante analizar cómo el proceso de consolidación del
sistema bancario en el Perú podría reducir el grado de competencia en la industria
y qué impacto tiene sobre la rentabilidad de cada banco. Si el menor número de
bancos que operan en el sistema hace posible que algunos de ellos ejerzan poder
de mercado, estos podrían obtener ganancias extraordinarias colocando precios
más altos que en un contexto competitivo. No obstante, hay que analizar con
cuidado si la concentración se asocia necesariamente con una menor
competencia”.

Características de la fusión

Según la doctrina, son tres los elementos fundamentales que caracterizan a la


fusión:

a)    La disolución al menos de una sociedad,


b)    La transmisión en bloque de los patrimonios a la sociedad fusionante
(sucesión universal)

c)    El paso directo de los socios de las fusionadas a la fusionante

Para, Elias Laroza (1999: 922): señala que las fusiones presentan 5 notas
esenciales que son:

 a)    La transmisión en bloque y a título universal de los patrimonios de las


personas jurídicas que se extinguen.

b)    La creación, derivada de la fusión, de un organismo social que, en su conjunto


resultante, es enteramente nuevo, como forma acabada del vínculo entre las
sociedades que participan de la fusión,

c)    La extinción de la personalidad jurídica de las sociedades absorbidas o


incorporadas,

d)    La compenetración o agrupación de los socios y as relaciones jurídicas de


todas las sociedades que intervienen en la fusión, salvo algunos supuestos
excepcionales

e)    La variación de la cifra del capital de la sociedad absorbente o incorporate,


exceptuando algunos casos especiales.

c) Escisión

La escisión es un fenómeno por el cual una sociedad divide o bien la totalidad de


su patrimonio en dos o más partes transmitiéndolas en bloque a otras sociedades
nuevas o existentes o bien segrega de su patrimonio una o más partes que
traspasa en bloque a otra u otras sociedades ya existentes o de nueva creación.

Realmente viene a ser el proceso inverso al de la fusión, toda vez que en este
caso se trata de una desconcentración y especialización de la empresa que
constituye una alternativa jurídica para conseguir la reestructuración económica de
la sociedad; es decir, que por un lado la desconcentración facilita la adecuación de
la financiación de las explotaciones separadas mientras que la especialización
permite realizar actividades económicas con mayor eficacia.

La apreciación mencionada en el párrafo precedente, como se observa, está dada


desde el punto de vista jurídico, pero es importante mencionar que la escisión
como forma de reorganización de las sociedades en su aspecto puramente
económico constituye una técnica mediante la cual se realizan transferencias
patrimoniales de distinta naturaleza, las mismas que están dirigidas a lograr el
objetivo de desconcentración como lo habíamos señalados.
Fines de la Escisión

a)    La solución de conflictos internos entre los diferentes de grupos de socios de


la sociedad, como una opción a la liquidación de la misma

b)    La solución a un crecimiento exagerado o imprudente de las unidades o


conjuntos empresariales

c)    La especialización de las actividades de la empresa, separándolas en


unidades económicas y jurídicamente independientes

d)    Descentralización en las actividades realizadas por la sociedad en varias


áreas geográficas

e)    El saneamiento de una empresa que ejerce dos o más actividades


empresariales, una de las cuales carece de viabilidad

Ahora bien, es preciso señalar que la escisión permite lograr objetivos muy
diversos que afectan tanto a las sociedades que participan en el proceso como a
sus socios.

3) LA REORGANIZACION EN LA LEGISLACION PERUANA


A) EL REGIMEN DE LA REORGANIZACION
Como es sabido, la Ley del Impuesto a la Renta regula la reorganización de
sociedades en sus artículos 107 a 113. La regulación comprende la mención de
las operaciones de reorganización y de los efectos respecto de las sociedades
intervinientes. No se contempla norma alguna que regule los efectos en cuanto a
los socios de las sociedades intervinientes. En síntesis, el régimen de la
reorganización consiste en que cuando por la fusión o división de sociedades se
transfieren bienes, la ganancia obtenida por la transferente no está gravada
mientras no se distribuya; en que los bienes transferidos conservan su costo
computable al pasar a la adquirente; y en que esta mantiene los atributos fiscales
de la transferente. La Ley menciona dos de tales atributos -el derecho al arrastre
de las pérdidas y a la amortización de los gastos de organización o pre-operativos
y de los activos intangibles y encarga al Reglamento señalar los demás. La Ley
del Impuesto a la Renta también asigna al Reglamento la tarea de establecer las
condiciones bajo las cuales la fusión y la división tipificarán como reorganización
de sociedades. Sabido es que hasta la fecha no se ha dictado norma
reglamentaria alguna al respecto.
B) VIGENCIA DEL REGIMEN
Es obvio que en tanto la división de empresas no esté tipificada estar· en
suspenso su régimen en cuanto al Impuesto a la Renta. Tratándose de la fusión
no habría duda de la plena vigencia de las normas sobre reorganización si no
fuera porque según el artículo 110 de dicha ley, esta operación configura como
reorganización, al igual que la división, con las limitaciones y con arreglo a lo que
establezca el Reglamento. Podrida pensarse que las normas reglamentarias a
dictarse no hacen a la esencia del régimen, por cuanto la fusión goza de
tipificación en la legislación mercantil y los efectos de la reorganización están
claramente señalados en la Ley General de Sociedades. Siendo así, el régimen
debería considerarse plenamente operativo, por lo que cualquier limitación o
condicionamiento regirán a partir de la dación de las normas reglamentarias que
los establezcan. Un parecer contrario podría sustentarse en que las medidas
tendentes a evitar el abuso en la utilización de las operaciones de reorganización
son consustanciales al régimen de excepción que se les asigna. Mientras no se
dicten las reglas pertinentes el régimen estaría incompleto. Las normas del
Reglamento no constituirían en este caso mero desarrollo de la previsión legal, ya
que en cuanto a la fijación de las condiciones y limitaciones para que la fusión
configure como reorganización, la norma del artículo 110 de la Ley del Impuesto a
la Renta no ha señalado ningún principio o criterio rector, constituyendo más bien
una norma en blanco, cuyo contenido debe ser llenado por el Reglamento. Este
vendría a completar la estructura jurídica fundamental del régimen, el cual recién
entonces estaría habilitado para operar.
Bibliografía
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Editorial Gaceta Jurídica, 758.

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Juridica.

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