Un Desfragmentador de Disco es un programa que restablece el orden en la superficie
del disco duro o disco rígido de las computadoras, resolviendo así el problema de la fragmentación y logrando un funcionamiento optima en éstas. Durante el proceso de copia de un archivo, el sistema operativo del equipo (generalmente Windows), desmenuza la información y la reparte entre las unidades de espacio más pequeñas en que se divide el disco conocidas como CLUSTERS. El problema es que el sistema copia los datos de forma secuencial en el primer CLUSTER que encuentra disponible, por lo que el contenido del archivo queda disperso en la superficie del disco. Este proceso recibe el nombre de fragmentación. El desfragmentador del disco para encargase de este problema, copia en la memoria los fragmentos dispersos de un archivo y posteriormente le busca un lugar libre a fin de agruparlos. Muchos usuarios se preguntan si, como ocurre con los discos duros tradicionales, es recomendable desfragmentar las nuevas unidades SSD para optimizar su funcionamiento. ¿Hasta qué punto es necesario? ¿Puede acortar la vida útil de la unidad de forma significativa? En este artículo intentamos aclarar algunas dudas y desterrar mitos y leyendas sobre una solución de almacenamiento cada vez más popular en nuestros equipos. Un disco duro mecánico es un precioso ejercicio de ingeniería y miniaturización, con agujas y cabezales que se mueven a gran velocidad y con una precisión matemática para alcanzar tasas de transferencia de datos que serían impensables hace solo unos años. Sin embargo, a medio plazo la fragmentación inherente a los sistema de archivos reduce su rendimiento, obligando al dispositivo a realizar más esfuerzo (que se traduce en tiempo, calor y desgaste mecánico) para encontrar los datos que permiten ejecutar nuestras aplicaciones. Como muchos lectores ya sabrán en las unidades SSD no hay nada que se mueva y, en la práctica, la disposición de los archivos en el bloque de memoria es irrelevante en términos de rendimiento. La sabiduría popular que podemos encontrar en foros (mucho cuidado con las fechas de publicación antes de seguir consejos o tutoriales) dice que no es recomendable debido a que tienen un número limitado de operaciones de escritura y la operación de desfragmentación podría acortar su vida útil.
Llegados a este punto conviene recordar la impresionante evolución que ha experimentado
la tecnología SSD en los últimos dos años. Atrás quedaron los tiempos de las primeras unidades con controladores mal optimizado, firmwares sin actualizar y un ciclo de vida demasiado corto para uso real. Actualmente, cualquier modelo de gama media ofrece un rendimiento fantástico y una vida útil que supera los 10 años de uso intenso sin problemas (si queréis una estimación de la vuestra podéis usar SSDready), más que suficiente para la mayoría de usuarios. A esto, debemos sumar las mejoras que Windows 7 y Windows 8 trajeron (especialmente el soporte nativo de TRIM). ¿Sabías que Windows 8 está desfragmentando tu SSD? Si tenéis un equipo con Windows 8 y habéis investigado un poco probablemente os habéis dado cuenta que el sistema programa la optimización de las unidades cada 28 días siempre que la función Restaurar sistema esté activada (por defecto lo está). En este artículo Scott Hanselman, programador de Microsoft, explica que este comportamiento no solo es intencionado, sino recomendable para mejorar el rendimiento, garantizar las copias de seguridad y alargar la vida útil de las unidades. Los datos que grabamos en un SSD también se fragmentan y, aunque su incidencia en el rendimiento es diferente a la de los discos duros tradicionales, existe. Los metadatos de los sistemas de archivos mantienen un registro de los fragmentos que forman cada archivo, pero este es limitado. Si se desborda, podrían producirse errores de lectura y/o escritura que terminarían por afectar al rendimiento. Por otro lado, el “gasto” del proceso de desfragmentación en lo relativo a operaciones de escritura no es relevante en unidades modernas y, según los expertos, este hándicap se compensa con rendimiento optimizado y una mayor vida útil. En Windows 8, Microsoft cambió la palabra “desfragmentador” por “optimizador”. Además de la desfragmentación programada (el proceso podéis encontrarlo como Scheduled Defrag) el sistema operativo aprovecha cuando no usamos el ordenador (la operación apenas dura unos segundos) para enviar órdenes TRIM a la unidad SSD indicando qué bloques de datos ya no se están utilizando para que se puedan eliminar. Si no se realizará esta operación, Windows únicamente marcaría esos bloques como “no utilizados” pero esa información no llegaría al SSD y se quedarían sin uso. Resumiendo, Windows 8 no está acortando la vida de vuestros SSD de forma innecesaria ni es un bug del nuevo sistema operativo de Microsoft. La optimización programada es necesaria y recomendable y deshabilitar la desfragmentación asumir el riesgo de errores en las operaciones del disco y posibles problemas a largo plazo. Es más que probable que cambies varias veces de equipo antes que una unidad SSD bien mantenida comience a degradarse.