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La industria textil mexicana: antecedentes históricos

A través del tiempo, el ser humano ha buscado satisfacer sus necesidades


básicas, entre estas, destaca el vestido utilizado para cubrir gran parte del cuerpo
humano de la intemperie del clima, con ello se fueron creando los medios de
producción para la elaboración de material textil.

Hasta antes de la Revolución Industrial, muchos productos se fabricaban de


manera artesanal, es decir, sin el uso de máquinas industriales. La invención de la
máquina de vapor condujo a la humanidad hacia nuevas formas de producción, las
cuales eran en masa y a costos mucho más accesibles para el grosor de la
población.

México no ha sido ajeno a esta evolución y desarrollo de ramo textil, los


antecedentes que presenta la industria textil mexicana poseen grandes cambios
en los diversos periodos que van desde la colonia prohibicionista, la época del
inicio del desarrollo industrial, la consolidación del Estado mexicano, el porfirismo,
la revolución mexicana y el desarrollo del país hasta nuestros días.

Durante la época prehispánica, la creación de los productos textiles se limitaba a


la artesanía y radicaba en la elaboración de prendas de vestir para su propio
consumo. No obstante, en la época colonial señala un comienzo hacia la
asociación de las formas organizativas y el empleo de distintas fibras, tales como
el algodón, la lana y en algunos casos la seda. Si a esto agregamos que las
técnicas llegadas a la Nueva España fueron rudimentarias, con tecnología
decadente, la producción textil no llego a destacar. Aun así, y a pesar de la
desventaja que representaba este esquema proteccionista, se lograron establecer
algunas fábricas de hilado y tejidos en lugares como ciudad de México, San
Miguel el Grande, Guadalajara, Córdoba y Puebla.

Después de la guerra de independencia, el país quedó devastado y sin una


industria real que permitiera su consolidación económica, ya que México sufrió la
carencia de mano de obra en el sector textil entre otros. A pesar de ello, la
fabricación textil se comienza a tener en cuenta como una forma esencial para
consolidar la producción industrial nacional, ya que se observó que su avance
permitía también el desarrollo de los sectores asociados en la cadena de
suministros. El apoyo gubernamental a la industria en general, realmente inicia
hacia 1829, primero con la expedición de leyes que fomentaban el proteccionismo
a las empresas, lo cual no se lleva a cabo de forma inmediata.

Es, precisamente a partir de 1830, que en México se reconoce a la industria textil,


tan solo en Puebla en el año de 1837, se erigieron 4 fabricas de hilados con 8,000
husos; y para 1844, a nivel nacional funcionaban 47 fabricas con 113, 813 husos.

Uno de los graves problemas de la producción fue la materia prima, ya que el


algodón en 1845 costaba de 25 a 300 % mas que importado desde Estados
Unidos. Otro de los problemas que se enfrentó la industria textil en esa época fue
la adquisición de equipo, lo que representaba costos elevados en cuanto a
traslados, además de que no existía la infraestructura de caminos para
trasportarlos de forma ágil, del mismo modo en la adquisición de reacciones y los
elevados costos que implicaba traer a los técnicos especializados para su
ensamblado y operación, así como cubrir sus elevados pagos.

Entre 1850 y 1870, la industria en México pasó por un proceso de consolidación,


lo cual permitió favorecer el incremento de pequeñas y medianas empresas, entre
las que destacaron los hilados y tejidos de lana, henequén y seda.

Para el año de 1845 existían en territorio nacional 50 fabricas del sector textil
algodonero. Desafortunadamente, el desarrollo y avance que se fue dando en el
sector no contribuyó a una mejora en las condiciones laborales de los obreros, las
cuales eran miserables, con jornadas de 14 a 16 horas, 15 minutos para comer y
un sistema de raya en la que estaban obligados a comprar los productos básicos
de subsistencia, y que les vendía a precios elevados y los endeudaba de por vida.

En la década de 1880 y 1890 el avance se de la industria textil se vio afectada por


la recesión en Estados Unidos. Durante el porfiriato se desarrolló una política de
fomento a la industria bastante considerable. No obstante, es a partir de 1883 los
textiles mexicanos tuvieron su período de mayor prosperidad económica, gracias a
la productividad que en cierta medida proporcionaba esta industria y que tenia
como característica una política de estímulos fiscales y adquisición de terrenos,
además de la utilización de recursos renovables y no renovables para la
industrialización de los diferentes sitios, seleccionados por los inversionistas,
dentro del ámbito nacional.

Las condiciones laborales del sector textil no mejoraron con el incremento de la


ganancia para los dueños de la industria, por lo contrario, propiciaron que las
jornadas de trabajo aumentaran con salarios venidos a menos. Esta situación fue
la que permitió el desarrollo del sindicalismo en México y debido a estos
problemas laborales y a un contexto económico y político mundial desfavorable, la
industria nacional, entre ellas la textil, sufrió una desaceleración que sería
impactada por las huelgas y el posterior movimiento revolucionario.

Para la reactivación de la industria textil después de la revolución, el gobierno


inició la tarea de incrementar la demanda de productos industriales, así como la
inversión en obras públicas. La expansión de la industria incrementó de manera
importante en la compra de materias primas, maquinaria, herramientas y
materiales para la construcción provenientes del extranjero. A principios del siglo
XX se importaba el algodón de Estados Unidos a consecuencia del decremento de
la producción por la revolución. Al finalizar esta, la producción de algodón se
activó y expandió en varios estados del país y como resultado se obtuvo la
posibilidad de exportar algodón.

En el marco internacional, México ha desarrollado las condiciones necesarias para


lograr mayor competitividad en el comercio exterior, entre las cuales destacan, la
obtención de nueva maquinaria y equipo para aumentar la productividad y calidad
de productos textiles, así como también la reducción de costos en la mano de
obra.

Los tratados de libre comercio de México con otros países en el sector textil
contribuyeron al desarrollo regional de diferentes zonas del país. Las empresas
que más éxito tuvieron fueron las que tenían experiencia, capital, y capacidades
para coordinarse y formar alianzas estratégicas con productores textiles, dando
como resultado relaciones exitosas.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la situación económica del sector textil y


de México cambio, las empresas empezaron a enfrentar la competencia de otros
países en el mercado internacional y el deterioro de los salarios de los
trabajadores trajo como consecuencia una contracción de la economía. Otro factor
que cambió paradigmas, fue que la industria química mundial empezó a producir
fibras sintéticas, esto significó el establecimiento de grandes empresas de capital
extranjero en el país.

En los ochenta las innovaciones en el equipo para diseño textil y del vestido fueron
incorporadas principalmente por las grandes empresas, y en menor medida por las
micro, pequeñas y medianas empresas; por los altos costos de financiamiento que
se tenía que pagar. Esta forma de modernización dio lugar a una industria
desequilibrada, lo que dificultó su incorporación a la dinámica que se estaba
forjando en la industria mundial del sector. En estas nuevas condiciones, las
ganancias se derivan de combinaciones únicas de investigación, diseño, ventas,
comercialización y servicios financieros de alta calidad, que permiten a minoristas,
diseñadores y comercializadores actuar como intermediarios estratégicos y
conectar fábricas y comerciantes del exterior con nichos de producción que se
desarrollan en sus principales mercados de consumo.

En los primeros años de este siglo, México tuvo una industria textil y del vestido
operando principalmente como maquiladora en la frontera norte. Al momento en
que la industria textil se transforma en una cadena de producción masiva
estandarizada a una cadena orientada por la moda, la rama de la confección pasa
a convertirse en el eslabón más importante, particularmente en cuanto a diseño se
refiere.

Para la población mexicana, los cambios tecnológicos significaban


transformaciones en diferentes ámbitos, y en mayor medida en el aspecto laboral,
la innovación fue una pauta importante para que se intensificará la producción
textil y así ayudara a que fuera más fácil el trabajo, obteniendo del producto final
grandes beneficios económicos con el menor esfuerzo.

La capacidad competitiva se ha demostrado en diferentes momentos, pero la falta


de planeación y organización, sustentada en acuerdos y alianzas en los diferentes
niveles vinculados al sector industrial, así como los intereses de los gobiernos y
empresarios no han permitido que el sector textil mexicano se desarrolle con un
enfoque sustentable.

Panorama general del estado de Hidalgo.

El 16 de enero de 1869, el congreso de la Unión emitió el Decreto de Erección del


Estado de Hidalgo, por el presidente Benito Juárez, designando como capital del
Estado de Hidalgo a Pachuca, la cual le fue agregada la denominación de Soto en
reconocimiento de Manuel Fernando Soto.

El estado de Hidalgo, cuenta con una economía rural en la mayor parte de la


entidad, pero de urbanización y crecimiento gradual en el sur. Su ubicación
adyacente a la Ciudad de México favorece al sur del estado, a los procesos
económicos y sociales, mientras que en la parte norte de Hidalgo es
eminentemente rural.

El presidente Benito Juárez, nombró como gobernador provisional a Juan C.


Doria, este último mandó realizar un censo de nuevo estado y encontró que tenia
404,207 habitantes distribuidos en 403 poblaciones, 176 haciendas y 1,008
rancherías. Los principales cultivos del estado eran: maíz, frijol, alverjón, haba,
garbanzo y cebada. Los distritos más poblados eran Huejutla, Pachuca,
Tulancingo, Ixmiquilpan y Actopan, con 222,864 habitantes, representaba el 55%
del total. Y los menos poblados eran Zimapán, Jacala y Apan, con 46,696
personas, es decir, representaba el 10.8% de la población total.

Según el ultimo censo (INEGI, 2010) el estado de Hidalgo tiene una población total
de 2,665 018; es decir, el 2.3% del total del país. Las ciudades consideradas como
más importantes del estado son Pachuca de soto, Tulancingo de Bravo, Tula de
Allende, Tizayuca, Tepeji del Rio, Actopan, Apan, Huejutla de Reyes, Ciudad
Sahagún, Ixmiquilpan, Huichapan y Pachuquilla.

En el rubro de infraestructura productiva, el estado de cuenta con 13 parques


industriales y/o tecnológicos operando actualmente; Parque industrial Atitalaquia,
Tizayuca, Tula-Atitalaquia, La Reforma, Tepeji del rio de Ocampo, Sahagún-
Tepeapulco, Metropolitano, Sahagún A.C., Platah, Huejutla Siglo XXI, Canacintra,
Zona de Actividades Logísticas de Hidalgo, Parque Logístico Tizayuca. Y dos en
desarrollo: Parque Industrial Bicentenario / QUMA y Fraccionamiento Industrial El
Manantial.

Por grupo de actividad económica, las actividades primarias, secundarias y


terciarias registraron un aumento de 9.2, 9.4 y 3.4%, respectivamente. Los
sectores estratégicos son: agroindustrial, metal mecánico, turismo, productos para
la construcción, energías renovables, textil y confección, logística, servicios
profesionales, investigación e innovación y tecnologías de la información.

El sector textil y la confección es uno de los sectores más importantes para


Hidalgo. Los municipios con mayores niveles de producción de insumos y
acabados textiles, productos textiles y prendas de vestir, son Tepeji del Rio de
Ocampo, Tizayuca, Tlaxcoapan, Zapotlán, Tlanalapa, Tepeapulco, Pachuca de
Soto, Mineral de la Reforma, Progreso de Obregón, Actopan, Cuautepec de
Hinojosa y Tulancingo de Bravo.

De acuerdo al INEGI, en casi todos los países del mundo, mas de 90% de las
empresas son micro, pequeñas o medianas. Ya sea por su capacidad de generar
empleos o por su participación en el crecimiento económico. Se reconoce que las
micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) tienen una relevancia
socioeconómica muy grande.

Las MiPymes para el último censo, se destaca que en conjunto representan


99.81% del universo de empresas, por lo que aquellas empresas consideradas
grandes, con mas de 251 empleados no representan 0.2% del total nacional.
Las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) generan 72% del empleo y
52% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. En México hay mas de 4.1 millones
de microempresas que aportan 41.8% del empleo total. Las pequeñas suman
174,800 y representan 15.3%de empleabilidad; por su parte, las medianas llegan a
34,960 y generan 15.9% del empleo.

El estado de Hidalgo es uno de los 10 estados con mayor cantidad de


infraestructura empresarial de todo el país, contando con mas de 21.000
empresas. En Hidalgo existen 21,245 empresas, de estas el 99.94% son Mipymes,
y el 0.06% restantes son grandes. Del total de las Mipymes, el 81.51, 14.62 y
3.86% corresponden a los sectores de comercio, servicios e industria,
respectivamente.
La Industria Textil En Hidalgo

La industria textil comprende el proceso de elaboración y trasformación de fibras


naturales y químicas, hilados y tejidos, tiene una gran importancia de manera
productiva. Los principales países que invierten en el sector textil del país son
Estados Unidos (86.4%) y Japón (12.6%) seguidos por Singapur, Canadá y
Australia.

La industria textil en Hidalgo comienza en Tulancingo, Cuautepec y Santiago


Tulantepec, se desarrolla vertiginosamente a partir de la creación de las fabricas
de Hilados y Tejidos. Pequeñas industrias en materia de zapatos, ropa, refrescos,
vinos y velas aparecerán en ciudades como Tula, Tepeji del Río, Apan, Huejutla y
otros poblados.

El mayor crecimiento de la industria hidalguense se hace latente en los talleres de


maquila de prendas para vestir; en 1975 se tenían registrados poco mas de 10 en
Pachuca y cerca de 5 en Tulancingo, sin contar los de Actopan, Tula Tepeji y
Tizayuca, que sumaban 13 más.

El consejo nacional de ciencia y tecnología (CONACYT) en colaboración con el


gobierno del estado de Hidalgo han señalado que la industria textil representa el
2.8% del PIB del estado, mencionan también que se destaca en un primer lugar en
la preparación e hilado de fibras textiles y fabricación de hilado y en cuarto lugar
nacional en el rubro de fabricación de telas.

En la ultima década, Hidalgo cambió sus principales actividades económicas,


evolucionando de una economía sustancialmente agropecuaria a otra industria y
de servicio. Según INEGI, En el año 2006 el estado de Hidalgo fue la
decimocuarta economía más importante del país, al contribuir con el 1.3 del
Producto Interno Bruto Nacional.

El sector textil está relacionado con la historia económica del país en el sentido de
que los esfuerzos para la recuperación económica partiendo del modelo de
sustitución de importaciones, industrialización y apertura de fronteras.

Es imprescindible generar estrategias de desarrollo regional, en particular dirigidas


a aquellas regiones atrasadas. Los mecanismos deben surgir desde las regiones;
es necesario evitar que los desequilibrios detectados se profundicen y que las
regiones atrasadas mejoren su nivel de desarrollo.

El proceso de globalización obliga a las empresas hidalguenses a modernizar sus


procesos de producción con objeto de ser competitivas en los diferentes entornos
nacionales e internacionales, de no hacerlo tienen el riesgo de desaparecer.

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