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BOL PEDIATR 2006; 46(SUPL. 1): 172-178

Protocolos de Neonatología

Enterocolitis necrotizante neonatal

I. FERNÁNDEZ JIMÉNEZ1, I. DE LAS CUEVAS TERÁN2

1 Servicio de Cirugía Pediátrica. 2Servicio de Pediatría. Hospital Universitario “Marqués de Valdecilla”. Santander

INTRODUCCIÓN rición de ECN disminuye conforme aumenta la edad gesta-


La enterocolitis necrotizante (ECN) es una enfermedad cional, si bien un 13% de los casos corresponde a RN a tér-
grave que afecta a recién nacidos, en especial prematuros, con mino. En este grupo típicamente existe alguna patología aso-
una incidencia y morbimortalidad elevados. Constituye la ciada. No se ha comprobado la existencia de predominan-
urgencia gastrointestinal más frecuente en las UCI neonata- cia racial, sexual o social.
les. Se presenta como un síndrome gastrointestinal y sisté- La mayor parte de los casos de ECN se presentan de mane-
mico que comprende síntomas variados y variables, como ra esporádica. Sin embargo, surge también en brotes epidémi-
distensión e hipersensibilidad abdominal, sangre en heces, cos temporales y geográficos en los cuales se encuentran carac-
intolerancia a la alimentación, apnea, letargia, y en casos avan- terísticas diferentes, como mayor peso al nacimiento, menor
zados acidosis, sepsis, CID y shock. Abarca un espectro amplio número de complicaciones y tasa inferior de mortalidad.
de afectación desde la recuperación sin secuelas hasta un cua- La edad de inicio de la enfermedad y la gravedad del cua-
dro grave de peritonitis y sepsis que provoca la muerte del dro tienen relación inversa con el peso y la edad gestacional,
recién nacido. Su fisiopatogenia no está todavía completa- con una mortalidad entre el 9-28% en las series publicadas
mente aclarada. La mayoría de los autores están de acuerdo a partir de 1990. En estos últimos años se ha asistido a una
en que la enfermedad es el resultado final de un proceso mul- disminución de la mortalidad por ECN, debido probable-
tifactorial en un huésped predispuesto. La vía final es una mente a una mejora general del cuidado neonatal, al esta-
cascada inflamatoria que se desencadena en recién nacidos blecimiento de pautas de alimentación estandarizadas en los
con determinados factores de riesgo y que lleva a una necro- RN nacidos pretérmino y de bajo peso y a la instauración
sis de la pared intestinal. de protocolos diagnóstico-terapéuticos.

EPIDEMIOLOGÍA ETIOPATOGENIA
La incidencia de ECN se estima en torno al 1 a 3 por 1.000 Actualmente se acepta un mecanismo multifactorial en
recién nacidos (RN) vivos y 1 al 7,7% de los RN ingresados un huésped predispuesto. Entre los factores propuestos impli-
en unidades neonatales. Es una patología que afecta típica- cados en la patogénesis de la ECN se han descrito la prema-
mente a prematuros, con un aumento de la incidencia en el turidad, alimentación láctea, inestabilidad hemodinámica,
grupo de los menores de 1.500 g hasta un 2 a 10%, según los infección y alteración de la mucosa intestinal. Sólo la prema-
hospitales. La edad gestacional media oscila en torno a las 31 turidad y la alimentación láctea tienen una base epidemio-
semanas, con un peso medio al nacimiento de 1.460 g. La apa- lógica consistente.

Correspondencia: Inmaculada Fernández Jiménez. Consulta de Cirugía Pediátrica. Residencia Cantabria. Avda Cardenal
Herrera Oria s/n. 39008 Santander
© 2006 Sociedad de Pediatría de Asturias, Cantabria, Castilla y León
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La mayoría de casos de ECN tiene lugar en RN menores de ANATOMÍA PATOLÓGICA


34 semanas de edad gestacional que han recibido alimentación La ECN se define como necrosis por coagulación e infla-
enteral. La predisposición de estos niños pudiera explicarse por mación del intestino del lactante. Aunque puede abarcar todo
la inmadurez de su tracto gastrointestinal con función luminal el trayecto, las zonas más afectadas son íleon y colon proxi-
limitada que conlleva una absorción parcial de carbohidratos mal. Suele encontrarse intestino dilatado, con paredes muy
y grasas así como proliferación bacteriana, mayor permeabili- delgadas y algunas zonas hemorrágicas y con depósito de
dad de la mucosa e hipomotilidad. Junto a ello, existe inma- fibrina. Se encuentran habitualmente perforaciones y zonas
durez de los sistemas defensivos sistémicos y de la mucosa intes- de necrosis transmural sobre el borde antimesentérico. Apa-
tinal, entre otros la IgA secretora y la barrera de mucina. Se ha recen también zonas con burbujas subserosas que corres-
especulado la posibilidad de un efecto protector de los gluco- ponden a zonas de neumatosis. El hallazgo histológico más
corticoides administrados prenatalmente. Sin embargo, no ha frecuente es el de necrosis por coagulación (isquémica) hasta
podido demostrarse más que una tendencia no significativa. en 75% de los pacientes, que puede ser transmural o limita-
Ni la toma trófica ni el ritmo de incremento de la toma o la edad da a la mucosa. Abundan zonas de hemorragia, inflamación,
de inicio del aporte enteral se asocian al riesgo de ECN. Por el ulceración y edema. En ocasiones aparecen microtrombos en
contrario, se ha descrito un efecto protector de la leche mater- los vasos de pequeño calibre. Es frecuente el hallazgo de neu-
na en comparación con diferentes fórmulas artificiales. matosis cistoide submucosa que se encuentra también a nivel
Otros factores predisponentes propuestos son la admi- de ganglios mesentéricos. Un pequeño porcentaje presentan
nistración de soluciones hiperosmolares irritantes, ya sean signos de inflamación aguda. Los cambios regenerativos, con
fármacos, contrastes o fórmulas. Asimismo, existen diferen- tejido de granulación y fibrosis son también frecuentes, y si
tes situaciones clínicas relacionadas con la aparición de ECN, ésta es circunferencial pueden dar lugar a estenosis.
con la isquemia como denominador común, entre ellas, la
asfixia perinatal, persistencia de ductus arterioso, apneas, PRESENTACIÓN CLÍNICA Y DIAGNÓSTICO
hipotensión, fallo cardíaco, canalización de arteria umbilical, La ECN se presenta con signos y síntomas digestivos y
policitemia, exposición a cocaína, etc. No obstante, no se ha sistémicos. El hallazgo más precoz suele ser un cambio en
podido demostrar la implicación de la inestabilidad hemo- la tolerancia alimentaria en un niño prematuro, con buena
dinámica en la patogénesis de la ECN. Igualmente, perma- evolución hasta ese momento y que comienza a presentar res-
nece aún sin aclarar el papel de la infección por gérmenes tos gástricos. Los síntomas sistémicos asociados son inespe-
gastrointestinales, propuesto como un mecanismo etiopato- cíficos y con un rango amplio de agudeza y gravedad en su
génico importante en los brotes de ECN. Aproximadamen- presentación. Desde aparición de apneas, alteración del patrón
te un 20-30% de los casos de ECN se asocia a bacteriemia y respiratorio, distermia, inestabilidad hemodinámica con bra-
se han aislado gérmenes típicos del tracto distal gastroin- dicardias, hasta hipotensión, letargia o shock séptico y CID.
testinal en sangre y peritoneo de niños con ECN, como Esche- Desde el punto de vista gastrointestinal, la ECN se presenta
richia coli, Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas o Clostridium dif- con distensión abdominal, restos gástricos, abdomen dolo-
ficile. En casos esporádicos se han aislado virus u hongos. En roso, vómitos, diarrea o hematoquecia.
el resto de casos no se aísla ningún patógeno. En 1978, Bell y cols. elaboraron un sistema clínico de esta-
El daño producido por la isquemia, agentes infecciosos o diaje útil para comparar casos más que para orientar el tra-
irritantes de la mucosa viene agravado por mediadores infla- tamiento:
matorios, entre los que destacan el factor de necrosis tumo- • Etapa I: sospecha.
ral (TNF), la interleukina 6 (IL6-) y el factor activador de las • Etapa II: enfermedad definida (signos radiológicos posi-
plaquetas (PAF). Pueden contribuir al desarrollo de ECN fár- tivos)
macos o situaciones que afecten a las citokinas o a los radi- • Etapa III: enfermedad avanzada: shock séptico y neumo-
cales libres de oxígeno, como son el déficit de magnesio o peritoneo.
cobre, la administración de vitamina E en niños con niveles Posteriormente, Walsh y Kliegman modificaron estos
altos de tocoferol o el óxido nítrico (Tabla I). criterios en un intento de realizar una clasificación que

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Enterocolitis necrotizante neonatal

TABLA I. MECANISMOS PATOGÉNICOS EN LA ENTEROCOLITIS NECROTIZANTE

tuviera valor terapéutico en base al estadio clínico (Tabla vo). Si la sospecha es de Clostridium difficile son necesarios
II). cultivos específicos y determinación de toxina. Ocasional-
Ante la sospecha clínica de ECN se debe de realizar un mente, en aquellos casos que cursen con ascitis importante o
hemograma. No hay ningún dato específico en lo que res- que se sospeche peritonitis, puede recogerse líquido por para-
pecta al recuento leucocitario, si bien la leucopenia se aso- centesis para cultivo y Gram.
cia a peor pronóstico. Con frecuencia existe trombopenia que Para confirmar el diagnóstico es esencial realizar una radio-
conlleva riesgo de sangrado. En estos casos resulta precep- grafía de abdomen, también útil en el seguimiento del cua-
tivo realizar un estudio completo de coagulación. La trom- dro. En etapas iniciales de sospecha, los signos radiográficos
bopenia se asocia a necrosis intestinal y empeoramiento clí- son habitualmente inespecíficos, incluyendo dilatación de
nico. Por el contrario, la recuperación de la cifra de plaque- asas, distensión y en ocasiones edema de pared, constituyen-
tas es un signo de mejoría clínica. Otros signos de necrosis do éstos los hallazgos más habituales. La neumatosis intesti-
intestinal, también asociados a sepsis, son la acidosis meta- nal aparece hasta 95% de los casos, como signo radiológico
bólica y la hiponatremia. que define la enfermedad. Se manifiesta por burbujas de gas
En las heces se puede investigar sangre oculta, si bien se intramural o en forma lineal y representa el acúmulo de gas
trata de un hallazgo confirmatorio, es inespecífico. También producto del metabolismo bacteriano. Con más frecuencia se
es recomendable investigar cuerpos reductores, cuya apari- observa en el cuadrante inferior derecho, pero puede ser difu-
ción nos informa de una malabsorción de carbohidratos, fre- sa afectando a los cuatro cuadrantes (neumatosis severa), como
cuentemente asociada a la ECN. Otros hallazgos bioquími- un signo de extensión del proceso y mal pronóstico.
cos inespecíficos son la elevación sérica de la PCR y alfa-1- Cuando este gas se extiende a través de venas y linfáticos
glicoproteína o de la alfa-1-antitripsina en heces. al territorio de la vena porta, aparece un nuevo signo radio-
Ante la posibilidad de sepsis se deben recoger cultivos lógico, descrito hasta en un 30% de los casos, relacionado con
(hemocultivo, cultivo de LCR según los casos y coproculti- un aumento de la mortalidad y extensión de la enfermedad.

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TABLA II. CLASIFICACIÓN MODIFICADA DE WALSH Y KLIEGMAN

Etapa Signos sistémicos Signos digestivos Radiología

I a: Sospecha Apnea, bradicardia, letargia, Residuos, distensión, Negativa


alteración Tª vómitos
I b: Sospecha Igual que I a Sangre en heces Negativa
II a: ECN confirmada leve Igual que I b Ileo, hipersensibilidad Dilatación, íleo, neumatosis
II a: ECN confirmada moderada Igual que II a, acidosis, Hipersensibilidad, masa Igual que II a, gas portal,
trombopenia ascitis o no
III a: ECN avanzada grave Apnea, hipotensión, bradicardia, Peritonitis, distensión, Igual que II b. Ascitis
acidosis, CID, neutropenia eritema
III b: ECN avanzada grave. Igual que III a Igual que III a Igual que III a
Perforación Neumoperitoneo

El 55% de los pacientes con necrosis panintestinal presen- El tratamiento médico consiste en medidas de soporte,
tan aire en porta; más frecuente en RN menores de 1.500 g y reposo intestinal, nutrición parenteral, antibioterapia y correc-
relacionado con el uso de fórmulas lácteas especiales, la admi- ción de las alteraciones hematológicas y/o electrolíticas que
nistración de vitamina E y el uso de aminofilina o de catéte- pudieran estar presentes. Medidas específicas son la dieta abso-
res en la arteria umbilical. luta, descompresión intestinal con aspiración, reposición de
Los signos de neumoperitoneo aparecen en estadios avan- líquidos considerando pérdidas a un tercer espacio, aporte caló-
zados en los cuales se produce una perforación intestinal libre, rico adecuado mediante nutrición parenteral y antibióticos
con aumento de la mortalidad. También la presencia de un endovenosos de amplio espectro. Deben suspenderse todos
asa centinela en la radiografía, en ausencia de aire libre intra- los fármacos relacionados como posibles factores de riesgo.
peritoneal pueden indicar necrosis intestinal y/o perforación. Como medidas de soporte se incluye la asistencia respiratoria
Hasta en un 12% de los casos se han descrito perforaciones temprana ante la aparición de episodios de apneas o patrón
ocultas ya sea por mala técnica radiológica, perforación retro- respiratorio acidótico, la corrección de la acidosis, hiponatre-
peritoneal, oclusión precoz de la perforación o escasez de gas mia o trombopenia. La acidosis metabólica persistente es un
intraluminal. El aire libre se detecta en zonas no declives y indicador de progresión de la lesión intestinal e incluso necro-
a menudo define el ligamento falciforme hepático y las asas sis. Se debe asegurar una perfusión y transporte de oxígeno
intestinales. adecuados, con un aporte suficiente de líquidos y mantenien-
Diversos autores han destacado el valor de la ecografía do el nivel de hematócrito > 35%. Puede ser necesario el uso
para el diagnóstico precoz de gas en vena porta antes de su de agentes inotrópicos. La dopamina a dosis bajas puede ser
aparición en radiografías simples, así como engrosamiento de ayuda para mejorar la perfusión sistémica y aumentar el
de la pared, existencia de aire intramural y en estadios más flujo mesentérico. Habitualmente la ampicilina y gentamicina
avanzados signos de necrosis intestinal. Sin embargo, la ausen- constituyen un tratamiento adecuado, debiendo asociar clin-
cia de estos hallazgos no excluye la enfermedad. Debe con- damicina o metronidazol ante la sospecha de gérmenes anae-
siderarse la ultrasonografía como un método útil en el diag- robios, si bien la clindamicina ha sido relacionada con un
nóstico de la enfermedad cuando existe sospecha clínica no aumento de la frecuencia de estenosis postenterocolíticas.
confirmada radiológicamente. El seguimiento incluye la monitorización clínica, analí-
tica y radiografías seriadas. La dieta absoluta y la antibiote-
TRATAMIENTO MÉDICO rapia han de mantenerse durante 10-14 días, con introduc-
Ante la sospecha de ECN, se debe instaurar tratamiento ción progresiva de aporte enteral a partir de ese momento
médico y monitorización estrecha, debido a la rápida y fatal con fórmulas hipoosmolares de hidrolizado de proteínas. Se
progresión de la enfermedad. ha descrito que los aportes enterales con factores tróficos como

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Enterocolitis necrotizante neonatal

Figura 1. Neumatosis intestinal sin neumoperitoneo en proyec- Figura 2. Gas en sistema porta en paciente con enterocolitis necro-
ción lateral decúbito supino. tizante.

la glutamina pueden ser de ayuda en la restauración del fun- hallazgo de mal pronóstico especialmente en los RN de
cionalismo intestinal. muy bajo peso (< 1.000 gramos). Aunque por sí solo no
constituye una indicación absoluta, debe considerarse
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO como un dato de gran valor dentro del contexto clínico
Uno de los principales problemas relativos al tratamien- del paciente (Fig. 2). Según varios autores, hasta un 43%
to quirúrgico reside en la elección del momento óptimo para de pacientes con ascitis confirmada ecográficamente pre-
llevarlo a cabo, que sería idealmente aquel en que se ha pro- sentan necrosis intestinal subyacente, y constituye una
ducido una gangrena intestinal pero todavía no existen per- indicación para la realización de paracentesis. La pre-
foración ni peritonitis secundaria. sencia de un asa fija dilatada en varios controles radio-
lógicos no es una indicación quirúrgica absoluta, refle-
Indicaciones ja únicamente la situación de sufrimiento intestinal que
En los pacientes en los que la enfermedad progresa con caracteriza a la enfermedad.
necrosis de pared intestinal y perforación es necesaria la inter- • Signos clínicos: aunque los signos de deterioro clínico a
vención quirúrgica urgente debido al rápido deterioro que pesar del tratamiento médico intensivo no constituyen
esto supone. La decisión es clara en aquellos en que se detec- una indicación absoluta de cirugía, su aparición y empeo-
ta la presencia de neumoperitoneo. Sin embargo, está demos- ramiento progresivo sí contribuyen a identificar aquellos
trado que la necrosis y/o perforación ocurren en ocasiones pacientes que presentan una necrosis intestinal: signos de
sin evidencia radiológica de aire libre por lo que las indica- peritonitis como edema y eritema de pared, masa abdominal,
ciones quirúrgicas deben ser valoradas y ampliadas. trombopenia y acidosis persistentes.
• Signos radiológicos: la existencia de neumoperitoneo • Paracentesis: un resultado positivo es altamente especí-
demostrado ecográficamente o mediante radiografías fico de necrosis intestinal. Esta técnica no se usa de forma
simples es la única indicación absoluta de tratamiento rutinaria. Sin embargo, no debe sustituir a otras deter-
quirúrgico. La neumatosis intestinal es el signo patogno- minaciones clínicas o radiológicas.
mónico de la enterocolitis necrotizante, pero no se corre-
laciona con la gravedad de la enfermedad aunque sí con Técnicas quirúrgicas
su extensión (Fig. 1). La evidencia de gas en el sistema Toulokian en 1967 sentó las bases para el tratamiento qui-
porta se asocia a una elevada mortalidad, siendo un rúrgico de la enfermedad. Desde entonces se han descrito

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varias técnicas cuyo objetivo común es conservar la mayor


longitud de intestino viable posible respetando la válvula ile-
ocecal para minimizar las complicaciones como el síndro-
me de intestino corto, resecar el intestino afectado para con-
trolar el cuadro séptico y evitar fístulas y estenosis, evitando
a la vez la realización de estomas yeyunales que producen
una pérdida incontrolable de líquidos y electrolitos y una
ulceración cutánea periestomal de difícil curación. La gran
variedad de técnicas descritas refleja la complejidad de una
patología en la que la idoneidad del tratamiento debe valo-
rarse individualmente dependiendo del grado de afectación,
extensión de las zonas necróticas, situación clínica del pacien-
te, experiencia del cirujano y cuidados postoperatorios dis-
Figura 3. Necrosis y gangrena panintestinal.
ponibles.
En el caso de zonas de necrosis o perforación más o menos
localizadas el método más seguro consiste en la resección del
intestino afectado y derivación proximal con fístula mucosa 24-48 horas si continuaba el deterioro clínico o a medio plazo
o cabos separados. La realización de anastomosis primaria para tratar las complicaciones. Desde entonces, varios auto-
es discutida y se reserva para aquellos pacientes que pre- res han utilizado esta técnica en pacientes muy inestables,
sentan una lesión muy localizada sin afectación distal o en especialmente en menores de 1.000 gramos como un méto-
los que precisarían una derivación yeyunal alta por los pro- do temporal en espera de una mejoría que permita una acti-
blemas que suponen este tipo de estomas. Más compleja es tud más agresiva, siendo en ocasiones el tratamiento defi-
la actitud ante el hallazgo quirúrgico de zonas de necrosis nitivo.
extensas y parcheadas que a menudo se asocian a perfora-
ciones múltiples; en este caso, la resección se restringe a las COMPLICACIONES
zonas de necrosis definidas. El intestino de viabilidad dudo- Aparte de las frecuentes complicaciones relativas a las
sa se conserva, cerrando los cabos y realizando una nueva alteraciones hidroelectrolíticas y las derivadas del proceso de
laparotomía en 48-72 horas para comprobar la definición de sepsis cabe destacar las siguientes:
las áreas de necrosis realizando entonces una derivación o en • Fallo orgánico multisistémico (MSOF): fallo de varios
el caso ideal, anastomosis primaria. En 1989 Moore describió sistemas con deterioro de funciones respiratoria, hepáti-
una actitud que denominó “Drain, patch and wait”, que con- ca, renal, hematológica y cardíaca tras sepsis, trauma y
siste en sutura de las perforaciones, gastrostomía y estable- otras causas. Ha sido ampliamente descrito en procesos
cimiento de drenajes peritoneales bilaterales; posteriormen- de ECN en RN prematuros de bajo peso, con una inci-
te trataba las frecuentes fístulas (cutáneas y entéricas) con tra- dencia de más del 80%.
tamiento conservador o quirúrgico. • Hemorragia hepática intraoperatoria: grave complica-
La necrosis panintestinal representa el caso más grave ción intraoperatoria con una incidencia del 11,8%. Se ha
en la cual la resección completa del intestino afectado con- relacionado con los volúmenes de fluidos preoperatorios
dena a la necesidad de una nutrición parenteral prolonga- administrados y la presencia de hipotensión, siendo más
da con un elevadísimo índice de mortalidad. En estos pacien- frecuente en pacientes de bajo peso y prematuros y cons-
tes se han realizado drenajes sin resección y revisión poste- tituye una causa importante de mortalidad quirúrgica.
rior si el paciente sobrevive, y resecciones extensas con deri- • Fístulas: las fístulas cutáneas durante el curso de la enfer-
vación, con resultados desalentadores (Fig. 3). En 1975 Mars- medad no son infrecuentes, y a menudo consecuencia de
hall describió la colocación de drenajes peritoneales en los drenajes peritoneales. Las fístulas enteroentéricas han
pacientes con neumoperitoneo realizando laparotomía en sido descritas con mucha menor frecuencia y se piensa

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que ésta puede ir en aumento al hacerlo los pacientes con no como medida preventiva ante la aparición de cuerpos
necrosis intestinal extensa. reductores en heces.
• Abscesos: en RN, el epiplon es de mucho menor tamaño • Antibióticos: en teoría, la administración de ciertos anti-
respecto al niño mayor y la distribución de vísceras abdo- bióticos puede reducir la colonización bacteriana y la pro-
minales también varía, aunque se desconoce en qué medi- ducción de endotoxinas y mediadores inflamatorios. En
da estos factores influyen en la localización de una infec- varios estudios, la vancomicina, gentamicina y kanami-
ción abdominal. La capacidad inmunológica disminuida cina han demostrado disminuir la incidencia de la enfer-
también influye en que la mayoría de los pacientes pre- medad en prematuros. Su uso prolongado puede favo-
senten peritonitis difusa y baja incidencia en la formación recer la aparición de cepas resistentes, por lo que su uso
de abscesos. en profilaxis no es universalmente aceptado.
• Síndrome de intestino corto: es la complicación más grave • Inmunomodulación: mediante administración exógena
a largo plazo, y al igual que la supervivencia de enfermos de IgA e IgG que en estudios de laboratorio se han demos-
con necrosis extensa, está aumentando su incidencia. Se trado su beneficio sobre la barrera intestinal y la traslo-
ha descrito una incidencia menor en aquellos pacientes cación bacteriana. El factor estimulador de colonias de
tratados con drenajes peritoneales o revisiones secunda- granulocitos mejora la función de la barrera intestinal y
rias, probablemente debido a una mejor delimitación de la supervivencia. La Interleukina 11 estimula la hemato-
las zonas de necrosis. poyesis, tiene efecto trófico sobre la mucosa, y protege la
• Estenosis: la incidencia ha sido evaluada en 10-25%, con integridad intestinal frente a situación de isquemia. Los
un 14-32% si se tienen en cuenta sólo los pacientes some- antagonistas del PAF, cuyo uso experimental está amplia-
tidos a tratamiento médico, y casi el doble en aquellos en mente probado, pero no así en clínica, constituyendo una
los que se realiza drenaje peritoneal frente a los que se línea importante de investigaciones futuras.
realiza resección. La localización más frecuente es a nivel
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