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A medida que, día a día, se acentúa la competencia (tanto para una entidad
cooperativa como para cualquier clase de empresa), adquiere cada vez más
relevancia la función gerencial.
En las Cooperativas -si bien no se debe perder de vista su sentido social-, los
objetivos económicos deben ser perseguidos con la mayor eficiencia. Y para ello
puede ser muy importante saber distinguir claramente las diferencias con otros
tipos de organizaciones jurídicas.
De lo expuesto surge que un gerente, bien elegido por los administradores, debe
tener, entre otros, conocimientos sobre administración, comercialización,
relaciones publicas, finanzas, etc., y de ser posible, experiencia en actividades
similares a las que se le confiaran. De la solidez y actualización de dichos
conocimientos; de la dedicación, intuición, perspicacia que lo caractericen y,
además, ligado plenamente a la constante planificación que tenga como norma
operativa, dependerá́ la actividad progresista de la institución.
A tal fin se deberá́ explicitar muy precisamente las distintas áreas y sub-áreas,
dependencias jerárquicas, atribuciones y responsabilidades, surgiendo todo ello
de organigramas, manuales de tareas, etc.
Obviamente que no se desentenderá́ de la actividad diaria por el simple motivo de
haber puesto en acción el sistema. Por el contrario, el gerente debe seguir de
cerca el funcionamiento de modo que su tarea de “administrador” le permita
detectar desvíos y encarar su corrección (un buen gerente irá creciendo en
planificación científica y dejando de lado la intuición).
Cuanto más claros sean los conocimientos del gerente en cuanto a “cómo se
organiza la compleja actividad del Ente”, “delegue todas las tareas que sea
recomendable” y se “dedique a coordinar todos los aspectos funcionales”, más
cerca se estará́ de poder cumplir adecuadamente con la labor gerencial.
Esta es una de las principales claves del éxito en su labor, pues al crearse una
situación de armonía entre todas las actividades, se estará́ en el camino de
aproximarse a las metas propuestas.
Un error bastante común es que el gerente (generalmente por sus conocimientos y
experiencias en anteriores gestiones) se identifique con alguna tarea en particular,
dedicando a ella mayor dedicación que a otras. Consecuencia de ello será́ que no
se cumpla con la tarea clave de coordinar todas las actividades hacia el logro de
los objetivos.
Luego de satisfacer dicha tarea clave, deberá́ analizar cuales de las funciones de
administración u operativas habrá́ de delegar, aprovechando la creatividad de los
colaboradores.
La coordinación, necesariamente se ejercerá́ sobre el sistema implementado,
previo a lo cual habrá́ de ponerse de manifiesto la necesaria planificación en pos
de los objetivos perseguidos.
Para arribar a una buena planificación el gerente deberá́ cumplir una serie de
etapas, pero la primera es tener bien definido cual es el fin perseguido, a dónde se
debe llegar, etc. Cuando más nítido sea este conocimiento más cerca estaremos
de aproximarnos a su logro, pues muy difícilmente se logre el 100% de lo
planificado.
En una etapa posterior se encarará cómo se optimizará el servicio que la
cooperativa desea otorgar a sus asociados. En base a la vastedad de los mismos
se recomienda dividir los objetivos en etapas, atendiendo primero el logro de
aquellos que son de necesidad inmediata y encarando sucesivamente los que no
fueron caracterizados en tal forma por quienes deciden (este aspecto no sólo
depende del gerente sino de los consejeros y de ser posible de la opinión de todos
los asociados, conocedores acabados de sus necesidades y las urgencias de las
mismas).
Sí será́ tarea clave del gerente (una vez definidos los objetivos y prioridades), la
elaboración del instrumental, para lo cual se muñirá de toda la información
necesaria: del ente, mercado vinculado, finanzas, estructuras patrimoniales,
sociales, etc.
La planificación deberá́ ser efectuada con la suficiente flexibilidad de modo de ir
adaptándola a los cambios producidos en los elementos ya citados (exógenos y
endógenos) en un proceso de retroalimentación que enriquezca la misma.