Es el conjunto de enseñanzas propuestas por el Magisterio de la Iglesia acerca de las
exigencias morales que debe cumplir el orden social a la luz de la revelación. La enseñanza social de la Iglesia estuvo presente a lo largo de su historia con los principios morales enseñados por Jesucristo, los Apóstoles y por el Magisterio de la Iglesia. La DSI pertenece a la teología moral, que trata sobre la moralidad de las acciones humanas. Su fin es el mismo que el de la Iglesia misma: llevar a los seres humanos hacia Dios y anunciar la Buena Nueva traída por Jesucristo.
Las fuentes de la DSI son:
• La Sagrada Escritura. • La Tradición de la Iglesia. • Las enseñanzas del Magisterio de los Papas y de los Obispos. • Aportaciones de algunas ciencias humanas como la filosofía social, la economía, etc.
En la DSI hay contenidos permanentes (relacionados con la revelación) y contenidos
cambiantes (dependen de circunstancias históricas). En consecuencia existe continuidad (porque se basa en el depósito de la revelación) y renovación (porque va progresando cada vez más). Contiene principios de reflexión, formula criterios de juicio y ofrece normas y orientaciones para la acción.
La DSI moderna se armó luego de la Revolución Industrial, cuando comenzó a crecer la
pobreza y se construyó en base a la “cuestión obrera”. Más adelante, ha ido ampliando su perspectiva ante la aparición de nuevos problemas (p. ej., problemáticas económicas internacionales, totalitarismos, ecología, etc.).
Hay un conjunto de principios básicos que constituyen el verdadero corazón de la
enseñanza social católica: • Principio personalista o de la dignidad de la persona humana: la persona humana es lo más digno del universo. Goza de derechos humanos, naturales e inviolables que son anteriores a la sociedad y al Estado: el derecho a la vida, a la educación, a fundar una familia, etc. • Principio del bien común: el bien común es el total de las condiciones que permiten que las personas logren su plenitud más total y fácilmente. Estas condiciones varían según circunstancias históricas concretas. • Principio del destino universal de los bienes: los bienes de la tierra están destinados por Dios para el beneficio de todos los hombres y además son necesarios para garantizar la autonomía y libertad de la persona humana. • Principio de autonomía de la sociedad política: la DSI no se pronuncia a favor de ninguna opción política concreta, pero reconoce el valor de la democracia en tanto garantice los derechos y las libertades propias de la dignidad humana. •