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La leyenda de la Llorona El lobo y los pastores (fabula)

La llorona es una mujer fantasmal que va por la Cierta vez un lobo cayó en la trampa
calle buscando a sus hijos. Grita por las noches,
Que le había preparado unos pastores.
desesperada, y al no encontrarlos, llora con
amargura. Su historia es una de las leyendas más Cuando estos le vieron atrapado,
populares de Guatemala.
Comenzaron a darle con palos y a tirarle piedras.
María era una bella joven de familia adinerada que
tuvo la fortuna de casarse con un hombre igual o Pero uno de ellos compadecido
más rico que ella, aunque bastante mayor. Su vida
Del pobre animal, dijo a sus compañeros:
era muy cómoda, ya que se dedicaba a derrochar el
dinero de su esposo y siempre era el alma de las -Dejad ya esta pobre lobo;
fiestas. Durante sus años de matrimonio, ellos
tuvieron dos hijos, sin embargo, ella no cambió su Si seguís pegándole, le mataréis
estilo de vida y nunca se preocupó demasiado por
Cuando sus compañeros se fueron,
cuidarlos.
El buen pastor dio algo de comer al animal
Un día su marido murió y la angustia empezó a
reinar en su casa: no había dinero ni comida. María, Al caer la noche, el lobo salió del hoyo y,
desesperada por una solución, vendió todas sus
pertenencias para poder alimentar a su familia. Cojeando malherido, se escondió en su guarida.

. Sin embargo, nada era suficiente y como no tenía Pasados unos cuantos días,
una profesión, nadie le daba un trabajo. Un día,
El animal ya repuesto decidió vengarse.
María, decidió engañar a sus hijos y decirles que
irían a pasear, en cambio, los llevó a un río Se dirigió a donde pastaba el ganado
desolado y los empujó a la corriente donde
murieron ahogados. Y mato unas cuentas ovejas.

El remordimiento se apoderó de María y en su afán Al ver lo que estaba haciendo,


por reunirse con ellos, se lanzó al río.
El pastor que le había salvado la vida
Desde ese entonces, se dice que La llorona recorre
Corrió hacia él y le suplico:
las calles de Guatemala lamentando sus decisiones
y suplicando para encontrar a sus hijos. Algunos -¡Por favor, por favor, no hagas daño a mi ganado!
cuentan que cuando sus gritos se oyen lejanos, en
realidad es cuando más cerca se encuentra de ti. -No temas –contesto el lobo-. Solo

Trato de perjudica

A quienes me hirieron y maltrataron.

MORALEJA

La compasión y la bondad suelen ser

Recompensadas; no así la maldad.


El elefante fotógrafo (Cuento) El árbol mágico (Cuento)

Había una vez un elefante que quería ser fotógrafo. Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por
Sus amigos se reían cada vez que le oían decir un prado en cuyo centro encontró un árbol con un
aquello: cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices
las palabras mágicas, lo verás.
- Qué tontería - decían unos- ¡no hay cámaras de
fotos para elefantes! El niño trató de acertar el hechizo, y probó con
abracadabra, supercalifragilisticoespialidoso, tan-
- Qué pérdida de tiempo -decían los otros- si aquí ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendido, se
no hay nada que fotografíar... tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y
Pero el elefante seguía con su ilusión, y poco a entonces, se abrió una gran puerta en el árbol.
poco fue reuniendo trastos y aparatos con los que Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía:
fabricar una gran cámara de fotos. Tuvo que "sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo
hacerlo prácticamente todo: desde un botón que se "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del
pulsara con la trompa, hasta un objetivo del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una
tamaño del ojo de un elefante, y finalmente un gran montaña de juguetes y chocolate.
montón de hierros para poder colgarse la cámara
sobre la cabeza.

Así que una vez acabada, pudo hacer sus primeras


fotos, pero su cámara para elefantes era tan
grandota y extraña que paracecía una gran y
ridícula máscara, y muchos se reían tanto al verle
aparecer, que el elefante comenzó a pensar en
abandonar su sueño.. Para más desgracia, parecían
tener razón los que decían que no había nada que
fotografiar en aquel lugar...

Pero no fue así. Resultó que la pinta del elefante


con su cámara era tan divertida, que nadie podía
dejar de reir al verle, y usando un montón de buen
humor, el elefante consiguió divertidísimas e
increíbles fotos de todos los animales, siempre
alegres y contentos, ¡incluso del malhumorado
rino!; de esta forma se convirtió en el fotógrafo
oficial de la sabana, y de todas partes acudían los
animales para sacarse una sonriente foto para el
pasaporte al zoo.

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