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CÓMO VIVIR EN PLENA FELICIDAD

Gaudete et Exsultate (Parte 4)


A la luz del maestro
El Papa Francisco en el capítulo tercero de su exhortación apostólica nos propone ir
contracorriente frente al mundo. Presenta las Bienaventuranzas del Evangelio de Mateo
y Lucas (Mt.5,2-13 y Lc.6, 20-23) como pequeñas fórmulas para alcanzar la verdadera
felicidad.
Inicia poniendo en relieve la falsedad de las riquezas que la sociedad actual nos
presenta, lo cual no nos permite amar aquello más grande en la vida, por eso son felices
los que viven la pobreza, es decir, quienes viven necesitados siempre de Dios, abiertos
en el corazón a las novedades de Dios.
«Ser pobre en el corazón, esto es santidad».
En este mundo aquejado de odio donde se rinde culto al orgullo y a la vanidad, el Papa
nos presenta cómo la mansedumbre de la cual habla Jesús es la medicina. Pues, aunque
la gente considere al manso como tonto, es por medio de esta virtud como se llega al
gozo verdadero, pues los mansos esperan en el Señor y gozarán de inmensa paz (cf. Sal
37,9.11).
«Reaccionar con humilde mansedumbre, esto es santidad».
Pareciera tambien que, el mundo no quiere llorar pues se nos enseña a evitar la cruz y
hacernos de la vista gorda ante el dolor, pero «La persona que ve las cosas como son
realmente (…) es capaz de tocar las profundidades de la vida y de ser auténticamente
feliz» haciéndose sensible al otro que es carne de su carne.
«Saber llorar con los demás, esto es santidad».
Tener hambre y sed de justicia es algo grande que Jesús nos propone pues lo representa
con las necesidades básicas de comida y bebida, sin embargo, socialmente «Buscad la
justicia, socorred al oprimido, proteged el derecho del huérfano, defended a la viuda» es
algo que nos debe mover como cristianos para ser auténticamente dichosos, pues ¿acaso
hay alguien que sienta vacío en su interior al ayudar a un anciano?, por el contrario,
siempre hay gozo verdadero en la caridad.
«Buscar la justicia con hambre y sed, esto es santidad.
El perdón es un acto de liberación, y quien logra perdonar reproduce en su vida un
pequeño reflejo de la perfección de Dios, pues debemos considerar que somos un
ejército de perdonados.
«Mirar y actuar con misericordia, esto es santidad».
El corazón es el lugar donde se originan las intenciones y Dios es el único que puede
mirar el corazón, es por eso que vivir con un corazón limpio se convierte en camino a
ser feliz, pues quien vive en la falsedad nunca encontrará la dicha, vivir libre de
ataduras con uno mismo y con Dios nos permite poder ver a Dios en lo cotidiano.
«Mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el amor, esto es santidad».
Ante tanta guerra entre las naciones, grupos, familias, etc., el Papa Francisco a la luz de
la Palabra de Dios exhorta a cada creyente para que busque la paz a modo de artesanos,
pues la paz es un arte que requiere serenidad, creatividad, sensibilidad y destreza.
«Sembrar paz a nuestro alrededor, esto es santidad».
Finalmente, Sufrir por vivir cada una de las bienaventuranzas es un acto consecuente,
pues no es bien visto en la sociedad alguien que está en contra de la corriente ya que a
causa fundada en múltiples ideologías que mutilan el evangelio y desvían del
compromiso social. Es evidente que para el mundo le es enemigo de sus intereses
hedonistas alguien que vive las enseñanzas de Cristo, sin embargo, es ahí en los
sufrimientos, en esa cruz, donde vemos reflejada la auténtica felicidad que nadie nos
puede arrebatar.

José de Jesús Rodríguez Pérez

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