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Las Artes como mediador para una educación de “calidad”

La educación artística en cierto sentido aún no ha mejorado puesto que debe tener en
cuenta numerosas variables para un desarrollo competente en la sociedad a la cual se le
enseña.

Las artes potencian el desarrollo de habilidades técnicas, dando en la mayoría de las


escuelas un enfoque cognitivo y poco se tiene en cuenta las diferencias culturales, algo con
lo cual Elliot y Errázuriz ponen en contextos al criticar la forma de enseñar y cóomo la
educación va evidenciando estos problemas de diversidad étnica y desigualdad.

Algo con lo cual concuerdan los escritores Elliot y Errázuriz es en el factor de cambio y
transformación social por medio del aprendizaje artístico, la experiencia y la sensibilidad
exponiendo los problemas que contienen los programas académicos que solo se enfocan
en cosas un tanto banales para la comunidad y no toman en cuenta la experiencia
humana y como puede ser de aporte a las artes. Las justificaciones que da Elliot
proporcionan desde mi punto de vista una serie de referencias para realizar una observación
adecuada de la comunidad con la cual se trabaja y que enfoque podría tomar,
comprendiendo el contexto en cual va a funcionar las actividades planteadas.

Al mejorar la calidad de la educación artística con ello se puede llevar un progresivo


desarrollo personal y social, pero la oferta educacional y las reformas limitan las
oportunidades de una cultura la cual tiene sus propias costumbres y creencias, es
inadecuado ignorar estas identidades. Errázuriz plantea el diáalogo con las culturas con un
desafío a nivel escolar artístico, “Es necesaria una educación artística más sensible al
conocimiento y las necesidades del cuerpo, que no lo niegue, sino más bien que descubra
sus potencialidades y valore su rol fundamental como soporte de la experiencia estética.
Más comprometida ética y estéticamente con los derechos humanos” (Errázuri, 2010, p, 12)
esto implementa en las aulas de clases ejercicios catárticos.

Todo lo anteriormente dicho, no servirá de nada si la sociedad no se pone en el contexto, si


las desigualdades de culturas permanecen y si el profesorado no tiene en cuenta la
formación integral, un desarrollo creativo y la cultura artística y social que lo rodea, seguirá
sin responder a las artes y más concretamente a la educación de calidad que merecen los
estudiantes, seguirá siendo un desafío.

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