- Macabeos
“Reconocer el amor a Dios nos hace capaces de dar la vida por Él”
MOTIVACIÓN
¿Qué opinas de la frase: “Dios se ha olvidado de mí”?
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Jer. 31,13
2 Mac. 6, 18-31
2 Mac. 7
2Mac. 12, 38-46
PROFUNDIZACION
El Exilio había sido una experiencia catastrófica para Israel, la ciudad había quedado desolada. En
la Biblia Azarías describe cómo vivían en ese entonces (Dn. 3,38). Durante ese tiempo la fe había
vacilado, sin templo, sin culto, después de haber visto el país destruido, era difícil creer en la
bondad del Señor. Pero Dios es misericordioso, es el Señor de la historia, el Creador de la vida y
puede comenzar de nuevo.
También nosotros podemos vivir una especie de Exilio, cuando la soledad, la muerte, el sufrimiento
nos hacen pensar que hemos sido abandonados por Dios. Cuántas veces se ha escuchado la frase:
“Dios se ha olvidado de mí”.
El profeta Jeremías nos da una primera respuesta: el pueblo exiliado podrá regresar a su patria y
podrá experimentar la misericordia de Dios. Este es el gran anuncio consolación: Dios no está
ausente, ni siquiera hoy en estas dramáticas situaciones, Dios está cerca, y hace obras grandes de
salvación para quien confía en Él. No se debe ceder a la desesperación, sino continuar a estar
seguros que el bien vence al mal y que el Señor secará toda lágrima y nos liberará de todo temor.
«Yo cambiaré su duelo en alegría, los alegraré y los consolaré de su aflicción» (31,13).
Este anuncio de alegría del profeta Jeremías es símbolo del corazón que se convierte.
Este mensaje se ha llevado a cumplimiento por el Señor Jesús, pues el verdadero y radical regreso
del Exilio se realiza en la PASCUA.
Nace de una raíz perversa, el pueblo de Israel quería convertirse en un gran pueblo, ser famoso,
querían ponerse a la moda, estaban relajados en su fe y de poco en poco la tibieza entró en su alma
(1 Mac. 1,11) Creían que el estar con Dios era aislarse todo y por ende les traía desgracias, por eso
decían “Pactemos con las naciones vecinas, pues desde que nos hemos aislado de ellas nos han
venido muchas desgracias”».
A muchos les pareció una muy buena idea, así que «tomaron la iniciativa y acudieron al rey, a
tratar con el rey, a negociar». Pero no negociaron costumbres... negociaron la fidelidad al Dios
siempre fiel. Y esto se llama apostasía. Pero toda acción tiene consecuencias… consecuencias que
luego le costó muy caro al pueblo de Israel, pues negociar la propia fidelidad a Dios es como
negociar la propia identidad. Lo que nos debe consolar, dice el Papa, es que ante un camino de
infidelidad, Dios siempre permanece fiel, Él siempre nos espera y está dispuesto a perdonarnos, a
tomarnos de la mano así como hizo con su pueblo predilecto.
La mundanidad es difícil reconocerla desde el inicio porque es como la carcoma que destruye
lentamente la tela y luego esa tela” ya no sirve, y aquel hombre “que se deja llevar por la
mundanidad pierde la identidad cristiana”. Tiene peligros muy graves: nos aleja de la coherencia
de vida, nos aleja de Dios y destruye nuestra identidad cristiana.
A diferencia de la mundanidad, dice el Papa “el espíritu cristiano, la identidad cristiana, jamás
es egoísta, siempre trata de cuidar con la propia coherencia, cuidar, evitar el escándalo, cuidar
a los demás, dar un buen ejemplo”.
Pero…
Después de escuchar todo esto, seguro tú dirás: “Pero no es fácil, vivir en este mundo, donde
las tentaciones son tantas, y el tema de la doble vida nos tienta todos los días, no es fácil’. Pon
atención a lo que dice el Papa: “Para nosotros no solo no es fácil, es imposible. Solo Dios es
capaz de hacerlo, sólo Él puede salvarnos de este mal y nos alienta a pedir a Dios: Señor, soy
pecador, verdaderamente, pero te pido tu apoyo, dame tu apoyo para que, por una parte, no
finja ser cristiano y, por otra, NO viva como un pagano, como mundano”.
En estos versículos de la Biblia podemos encontrar el argumento de la oración por los difuntos y,
por lo mismo, la verdad sobre el purgatorio. Los Macabeos demuestran lo importante que era la
Oración y los sacrificios por las personas que habían muerto, puesto que tenían esperanza en la
resurrección futura: "Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran
libres de sus pecados" (2Mac. 12, 46).
TRABAJEMOS:
Lee las citas bíblicas de Rebeldes contra la mundanidad en grupo y luego exponerlo mediante
dibujos.
¿Crees que negociar la fidelidad a Dios es negociar nuestra propia identidad?¿Alguna vez te
ha pasado?
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TU PROPÓSITO:
TAREA
“Señor, soy pecador, verdaderamente, pero te pido tu apoyo, dame tu apoyo para que, por una
parte, no finja ser cristiano y, por otra, NO viva como un pagano, como mundano”
**.- JESUCRISTO EL SIERVO DE YHAVE
“Reconocer el amor a Dios nos hace capaces de dar la vida por Él”
MOTIVACIÓN
SEGÚN EL CATECISMO
Buena Nueva que los Apóstoles,"¿ "¿No era necesario que Cristo padeciera
"Cristo ha muerto por nuestros pecados según las Escrituras" (ibidem: Cf.
también Hch 3, 18; 7, 52; 13, 29; 26, 22-23). La muerte redentora de Jesús cumple, en
particular, la profecía del Siervo doliente (Cf. Is 53, 7-8 y Hch 8, 32-35).
no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios
en él" (2 Co 5, 21)
"En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos
amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados" (1 Jn 4, 10; Cf. 4, 19).
"La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió
enviado" (Jn 6, 38), "al entrar en este mundo, dice: ... He aquí que vengo... para hacer, oh
Dios, tu voluntad...
pecados del mundo" (Jn 1, 29; Cf. Jn 1, 36). Manifestó así que Jesús es a la vez el Siervo
Cristo expresa su misión: "Servir y dar su vida en rescate por muchos" (Mc 10, 45).
609 Jesús, al aceptar en su corazón humano el amor del Padre hacia los hombres, "los amó
hasta el extremo" (Jn 13, 1) porque "Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus
Jesús expresó de forma suprema la ofrenda libre de sí mismo en la cena tomada con
los Doce Apóstoles (Cf. Mt 26, 20), en "la noche en que fue entregado"
La agonía de Getsemaní
612 El cáliz de la Nueva Alianza que Jesús anticipó en la Cena al ofrecerse a sí mismo (Cf.
Lc 22, 20), lo acepta a continuación de manos del Padre en su agonía de Getsemaní (Cf. Mt
26, 42) haciéndose "obediente hasta la muerte" (Flp 2, 8; Cf. Hb 5, 7-8). Jesús ora: "Padre
definitiva de los hombres (Cf. 1 Co 5, 7; Jn 8, 34-36) por medio del "cordero que quita el
pecado del mundo" (Jn 1, 29; Cf. 1 P 1, 19) y el sacrificio de la Nueva Alianza (Cf. 1 Co
11, 25) que devuelve al hombre a la comunión con Dios (Cf. Ex 24, 8) reconciliándole con
Él por "la sangre derramada por muchos para remisión de los pecados" (
así también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos justos" (Rm 5, 19). Por
su obediencia hasta la muerte, Jesús llevó a cabo la sustitución del Siervo doliente que "se
618 La Cruz es el único sacrificio de Cristo "único mediador entre Dios y los hombres" (1
Tm 2, 5). Pero, porque en su Persona divina encarnada, "se ha unido en cierto modo con
todo hombre" (GS 22, 2), él "ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de Dios sólo
conocida, se asocien a este misterio pascual" (GS 22, 5). Él llama a sus discípulos a "tomar
su cruz y a seguirle" (Mt 16, 24) porque él "sufrió por nosotros dejándonos ejemplo para
que sigamos sus huellas" (1 P 2, 21). Él quiere en efecto asociar a su sacrificio redentor a
aquellos mismos que son sus primeros beneficiarios (Cf. Mc 10, 39; Jn 21, 18-19; Col 1,
24). Eso lo realiza en forma excelsa en su Madre, asociada más íntimamente que nadie al
Fuera de la Cruz no hay otra escala por donde subir al cielo (Sta. Rosa de Lima, vida)
619 "Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras"(1 Co 15, 3).
620 Nuestra salvación procede de la iniciativa del amor de Dios hacia nosotros porque
"Él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados" (1 Jn 4,
621 Jesús se ofreció libremente por nuestra salvación. Este don lo significa y lo realiza
por anticipado durante la última cena: "Este es mi cuerpo que va a ser entregado
622 La redención de Cristo consiste en que él "ha venido a dar su vida como rescate por
muchos" (Mt 20, 28), es decir "a amar a los suyos hasta el extremo" (Jn 13, 1) para
624 "Por la gracia de Dios, gustó la muerte para bien de todos" (Hb 2, 9). En su designio de
salvación, Dios dispuso que su Hijo no solamente "muriese por nuestros pecados" (1 Co
15, 3) sino también que "gustase la muerte", es decir, que conociera el estado de muerte, el
momento en que él expiró en la Cruz y el momento en que resucitó. Este estado de Cristo
muerto es el misterio del sepulcro y del descenso a los infiernos. Es el misterio del Sábado
Santo en el que Cristo depositado en la tumba (Cf. Jn 19, 42) manifiesta el gran reposo
sabático de Dios (Cf. Hb 4, 4-9) después de realizar (Cf. Jn 19, 30) la salvación de los
18).
623 Por su obediencia amorosa a su Padre, "hasta la muerte de cruz" (Flp 2, 8) Jesús
cumplió la misión expiatoria (Cf. Is 53, 10) del Siervo doliente que "justifica a
muchos cargando con las culpas de ellos". (Is 53, 11; Cf. Rm 5, 19).
627 La muerte de Cristo fue una verdadera muerte en cuanto que puso fin a su existencia
humana terrena. Pero a causa de la unión que la Persona del Hijo conservó con su cuerpo,
éste no fue un despojo mortal como los demás porque "no era posible que la muerte lo
dominase" (Hch 2, 24) y por eso de Cristo se puede decir a la vez: "Fue arrancado de la
tierra de los vivos" (Is 53, 8); y: "mi carne reposará en la esperanza de que no abandonarás
40; Jon 2, 1; Os 6, 2) era el signo de ello, también porque se suponía que la corrupción se
bajada del cristiano al sepulcro muriendo al pecado con Cristo para una nueva vida:
"Fuimos, pues, con él sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que
Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también
631 "Jesús bajó a las regiones inferiores de la tierra. Este que bajó es el mismo que subió"
Cristo a los infiernos y su Resurrección de los muertos al tercer día, porque es en su Pascua
Abraham, a las que Jesucristo liberó cuando descendió a los infiernos" (Catech. R. 1, 6, 3).
Jesús no bajó a los infiernos para liberar allí a los condenados (Cf. Cc. de Roma del año
745; DS 587) ni para destruir el infierno de la condenación (Cf. DS 1011; 1077) sino para
muerte, es decir, al Diablo y libertó a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida
sometidos a esclavitud "(Hb 2, 14-15). En adelante, Cristo resucitado "tiene las llaves de la
636 En la expresión "Jesús descendió a los infiernos", el símbolo confiesa que Jesús
muertos. Abrió las puertas del cielo a los justos que le habían precedido.
Jesús es el Siervo de Yahveh, que según los cantos de Isaías (Is 42,1-9;
discípulos de
Emaús y luego a los propios apóstoles" (CEC 601). "Juan Bautista, después
Toda la vida de Cristo expresa su misión: Servir y dar su vida en rescate por
pecados. Muere como un cordero llevado al matadero sin resistencia. Por ello
Sermón del Monte: "Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
títulos definen a Jesús como Mesías, que trae la salvación de Dios. El es "el
Jesús muere "como Siervo de Yahveh", de cuya pasión y muerte dice Isaías
entre malhechores y los soldados echan a suertes su túnica (dos rasgos del
Así es como entra en la gloria, con sus llagas gloriosas: "¿no era necesario
que el Cristo padeciera eso para entrar así en su gloria?" (Le 24,26). Cristo es
Rey en cuanto Siervo y Siervo en cuanto Rey. Servir a Dios es reinar. Porque
dando la vida por ellos, deja al cristiano unas "huellas luminosas" (1P 2,21-
25), para que camine por ellas hacia la gloria. Quien se entrega al servicio de
crucificado por los demás. Esta unión entre servicio y gloria es lo que canta
que "llevan los unos las cargas de los otros" (Ga 6,2; CEC 618).
hombre unido a Jesucristo por la fe. La cruz "escándalo para los judíos y
dando la vida por ellos, deja al cristiano unas "huellas luminosas" (1P 2,21-
25), para que camine por ellas hacia la gloria. Quien se entrega al servicio de
crucificado por los demás. Esta unión entre servicio y gloria es lo que canta
que "llevan los unos las cargas de los otros" (Ga 6,2; CEC 618).
cruz aparece, pues, como la luz radiante del rostro del Padre
a su propio Hijo, sino que lo entregó por nosotros (Rm 8,32.39; Jn 3,16), para
Pablo: "El Hijo de Dios me amó y se entregó por mí" (Ga 2,20). La cruz
cruz en la vida, como piedra, en que nos apoyamos, o como piedra, en la que
mismo, tome su cruz y que me siga" (Me 8,34). Confesar a Cristo crucificado
c) Muerto y Resucitado
para que nuestros pecados sean destruidos y nuestra muerte sea aniquilada.
Al actuar así, Dios ha mostrado el amor que nos tiene. No decía la verdad
Muerte
voluntad del Padre: "Cristo, siendo Hijo, aprendió por experiencia, en sus
El es el Siervo
la salvación de los hombres: "Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó
a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en El,
a Jesucristo como Señor, vivir sólo de El y para Él, caminar tras sus huellas,
con Cristo, por Cristo y para Cristo es amar en la dimensión de la cruz, como