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Nº 14 Año 2009
revista de
Hispanismo
Número 14
Año 2009
10 euros
f ilosófico
David Sobrevilla
• Ortega en el Perú
S U M A R I O
ARTÍCULOS
Mª DEL CARMEN ROVIRA GASPAR
Filosofía y humanismo. La obra de los jesuitas criollos mexicanos 7
ANTONIO BORDOY FERNÁNDEZ
Ramón Llull y la crítica al aristotelismo parisino de finales del siglo XIII: en torno a la cuestión
de la pluralidad 25
ALBERTO GOMIS BLANCO y JAUME JOSA LLORCA
Los primeros traductores de Darwin en España: Vizcarrondo, Bartrina y Godínez 43
ANTONIO BERMEJO SANTOS
Rafael Montoro y la Condición Humana 61
FRANCISCO LEÓN FLORIDO y VALENTÍN FERNÁNDEZ POLANCO
La filosofía de Juan Blanco en el contexto de la tradición socrática española 83
VALENTÍN GALVÁN
La recepción académica de Michel Foucault en España: la pregunta por el saber (1967-1986) 101
NOTAS
ANTOLÍN SÁNCHEZ CUERVO
El exilio del 39 y su contribución a la reflexión sobre la filosofía en lengua española 129
RAFAEL CHABRÁN
Miguel de Unamuno y su biblioteca danesa 141
DAVID SOBREVILLA
Ortega en el Perú 155
VANESSA ALCAÍNO PIZANI
El Wittgenstein de Juan Nuño 171
HORACIO CERUTTI GULDBERG
El aporte de Arturo A. Roig al filosofar contemporáneo 179
JOSÉ LUIS MORA GARCÍA:
In memoriam: Antonio Jiménez 189
PEDRO RAMIS SERRA y RAFAEL RAMIS BARCELÓ
In memoriam: Sebastián Trías Mercant 199
RESEÑAS 203
INFORMACIÓN SOBRE INVESTIGACIÓN Y ACTIVIDADES 345
Revista de Hispanismo Filosófico ISSN: 11368071
2009, 14
Consejo de Redacción:
Consejo Asesor:
Comité Cientí¿co:
José Luis Abellán (Universidad Complutense de Madrid, España), Shinjiro Ando (Universidad de
Ryukoku, Japón), Jorge Ayala (UNIZAR, España), Hugo Biagini (UNLP, Argentina), Gerardo Bolado
Ochoa (IES Peñacastillo, España), Pedro Calafate (UL, Portugal), Elena Cantarino Suñer (UV,
España), Horacio Cerutti Guldberg (UNAM, México), Dezso Csejtei (Universidad de Szeged, Hungría),
Gloria da-Cunha Giabbai (Morehouse College, Estados Unidos), Elías Díaz García (UAM, España),
Raúl Fornet Betancourt (Universidad de Aachen, Alemania), Juan Francisco García Casanova (UGR,
España), José Luis Gómez-Martínez (UGA, Estado Unidos), Celina Lértora de Mendoza (CONICET,
Argentina), Luis de Llera (UNIVAQ, Italia), Francisco José Martín (Universidad de Turín, Italia), Ciriaco
Morón Arroyo (CU, Estados Unidos), Jorge Novella Suárez (Universidad de Murcia), Diego Núñez
Ruiz (UAM), Sabine Schmitz (Universidad de Padernborn, Alemania), Ricardo Tejada (UM, Francia),
Sebastiá Trías Mercant (IEB, España), Benedicte Vauthier (Universidad François Rabelais, Francia),
Luis Vega Reñón (UNED, España).
Han sido Directores de la revista: Diego Núñez Ruiz (1996-1998), Antonio Jiménez García (1998-
2002) y Pedro Ribas Ribas (2002-2004).
La revista circula en las siguienes bases de datos, directorios e índices de impacto: CARHUS, Catálogo
Latindex, Dialnet, DICE, ERCE, ISOC, MIAR, Philosopher’s Index, Philosophy Lists (Philosophy
Journals) y Arts & Humanities Citation Index.
Valentín Galván
(Universidad de Cádiz, España)
Rafael Chabrán
(Whittier Collage, USA)
David Sobrevilla
(Universidad de San Marcos, Perú)
CONSEJO DE REDACCIÓN
Resumen: El presente artículo traza una aproximación a la obra filosófica de los jesuitas
criollos mexicanos, en la que se advierte: a) una crítica al método tradicional empleado en la
enseñanza; b) una inquietud en torno a la filosofía y ciencia moderna y en cierto modo una
apertura a ellas; c) una defensa de la mexicanidad ante las críticas de algunos intelectuales
europeos, lo cual conduce a respuestas inteligentes y eruditas d) un sentimiento de nacionalidad
en el que predomina, como expresión del mismo, un lirismo religioso y poético; e) una
importante posición humanista.
Palabras clave: jesuitas criollos, México, humanismo, ciencia moderna, nacionalidad.
Abstract: This article outlines an approach to the work of the Mexican creole jesuits, which
gives an account of: a) a criticism of the traditional method used in teaching, b) a concern about
the modern science and philosophy and somewhat an opening to them, c) a defense of the
Mexican to the criticism by some European intellectuals, that leads to intelligent and erudite
answers d) a sense of nationality in wich prevails, as an expression of it, a religious and poetic
lyricism, e) an important humanist position.
Key words: creole jesuits, Mexico, humanism, modern science, nacionality.
V ienen a conformar este artículo algunas páginas en las que realicé un intento
de síntesis de una investigación ya comenzada, pero todavía no concluida
sobre el pensamiento filosófico-político-teológico de los jesuitas mexicanos
del siglo XVIII, insisto, jesuitas criollos mexicanos, entre los que pueden citarse
a José Rafael Campoy, Raimundo Cerdan, Francisco Javier Clavijero, Francisco
Javier Alegre, Andres Cavo, Andrés de Guevara y Basoazabal, Juan Luis Maneiro,
Manuel Fabri, Pedro Márquez … Sin embargo aun cuando me referiré, en general,
al pensamiento filosófico de algunos de ellos, mi estudio tiene como objetivo
principal las propuestas humanístico-político-teológicas de Alegre y las filosófico-
antropológicas de Márquez que dan lugar a un “humanismo” entendido no como
“studia humanitatis”, sino como un sentimiento y una conducta de respeto a la
esencialidad de lo humano en el “otro”.
Pero antes de pasar a tratar esta problemática juzgo necesario referir algunos
sucesos que tuvieron lugar en México a propósito de la expulsión de la Compañía de
Jesús en todo su territorio. Estos sucesos y hechos pueden aclararnos en cierto modo
la relación de los jesuitas, principalmente mexicanos, con el pueblo.1
En relación con dicha expulsión hemos consultado algunos documentos
significativos y de acuerdo con lo narrado en ellos tenemos noticia de que ocurrieron
varias revueltas del pueblo en protesta por la Orden de expulsión; dichas protestas
tuvieron lugar en varias ciudades y pueblos de la colonia y fueron realizadas,
principalmente, por indígenas y gentes humildes. Transcribimos la narración de
algunos de los sucesos que ocurrieron en Guanajuato, San Luis Potosí, San Luis de
la Paz y Pátzcuaro, ya que su contenido es un importante auxiliar en el conocimiento
de la situación.
Don Carlos Francisco de Croix, Marqués de Croix, Caballero de la Orden de
Calatrava... Gobernador y Capitán General del Reyno de Nueva España, Presidente de
la Real Audiencia, fue el encargado de comunicar
“(...) a todos los habitantes de éste Imperio que el Rey nuestro Señor por resultas de las
ocurrencias pasadas, y para cumplir la primitiva obligación con que Dios le concedió la
Corona de conservar ilesos los Soberanos respetos de ella, y de mantener sus leales y
amados Pueblos en subordinación, tranquilidad y Justicia, además de otras gravísimas
causas que reserva en su Real animo; se ha dignado mandar a Consulta de su Real Consejo y
por Decreto expedido el veinte y siete de febrero último se extrañen de todos sus Dominios
de España, e Indias, Islas y Philipinas y demás adyacentes a los Religiosos de la Compañía,
así Sacerdotes, como Coadjutores, o Legos, que hayan hecho la primera Profesión, y todos
los Novicios que quieran seguirles; y que se ocupen todas las temporalidades de la Compañía
en sus Dominios (...) asigné el día de hoy para la intimación de la Suprema Sentencia a los
Expulsos en sus Colegios y Casas de Residencia de esta Nueva España y también para
anunciar a los Pueblos de ella, con la prevención de que, estando estrechamente obligados
todos los Vasallos de cualquier dignidad clase, y condición que sean, a respetar y obedecer
las siempre justas sanciones de su Soberano, deben venerar, auxiliar y cumplir ésta con la
mayor exactitud y fidelidad porque S. M. declara incursos en su Real indignación a todos
los inovedientes, o remisos en coadyuvar a su cumplimiento, y me veré precisado a usar
del último rigor, y de exección Militar contra los que en público o secreto hicieren, con este
motivo conversaciones, juntas, asambleas, corrillos o discursos de palabra, o por escrito;
pues de una vez para lo venidero deben saber los Súbditos de el gran Monarca que ocupa el
trono de España, que nacieron para callar y obedecer, y no para discurrir, ni opinar en
los altos assumptos del Gobierno. México veinticinco de Junio de mil setecientos sesenta
y siete. El Marqués de Croix”2
1
Recordemos que dicha expulsión tuvo lugar en España en el año 1767 y concretamente en México
la noche del 25 de junio de 1767.
2
Documentos históricos. La expulsión de los jesuitas, Boletín de la Biblioteca Nacional de México,
nº. 55 y 56, enero 31 y febrero 28 de 1908, p. 606. Se ha conservado la ortografía del original. El subrayado
es nuestro.
3
Op. cit. Documento fechado el 2 de julio de 1767 en Guanajuato. Se ha conservado la ortografía del
original.
“(...) y roto el freno de la obediencia cometieron los mayores insultos y llevaron la osadía
hasta el punto de saquear las tiendas de los mercaderes, las oficinas de Rentas y de acometer
a los Jueces; y al honrado vecindario en el Sagrado de los Templos (...) haciendo que los
Religiosos expulsados volvieran a ejercer sus funciones en el Altar, los Confesionarios
y el Púlpito de sus mismos Colegios, donde tenían cercado al Alcalde mayor y algunos
Particulares que le acompañaban (...) el número de los que habían entrado en el motín
pasaba ya de catorce a quince mil capitaneados por los Reos de delitos capitales que sacaron
de la prisión de la ciudad.”4
Nos ha sido posible consultar otro documento del 25 de julio de 1767, cuyo
contenido, por su carácter significativo, nos permitimos transcribir:
“Señor Exmo. Ya no están estos reynos con aquella crasa ignorancia en que se hallaban
cuando los conquistó Cortés. No son los pocos indios que hay a quienes hemos de contener
y sujetar sino a los mestizos, a los de dos colores y al infinito pueblo vago que proviene
de Europa, estos son los que en todos los tiempos pueden dar cuidado, sino hay tropa para
tenerlos a raya. Suplico a V. E. que se lo diga así de mi parte a S. M. humillando a sus pies
mi veneración.”
4
Op. cit., nº 53 y 54, noviembre 30 y diciembre 31, pp. 571 y ss.
jesuitas eran los que sin interés alguno solicitaban se les proveyese de vestidos (...)
los que procuraban que las personas ricas les socorriesen en aquellos primeros días.”5
En conclusión, los hechos que tuvieron lugar al interior del contexto socio-
histórico-político-religioso en relación con la Orden de expulsión de los jesuitas en
España y sus colonias de América, se caracterizan, como puede advertirse, por una
polaridad, por una relación de oposición. La reacción ante el destierro de la Orden fue
muy distinta en uno y otro país precisamente por sus condiciones sociopolíticas.
La posición de los jesuitas mexicanos ante la filosofía y la ciencia moderna fue, la
mayoría de las veces, sumamente cuidadosa, llegando a veces a la ambigüedad.
Es necesario distinguir en el contexto socio-cultural del siglo XVIII de por sí
sumamente complejo, grupos de intelectuales que presentan posiciones distintas
frente al pensamiento filosófico y científico moderno. En general puede afirmarse que
en España la mayoría de los miembros de la Compañía no aceptaron abiertamente
la filosofía, ciencia y pedagogía de los modernos; dominados por un temor ante
las innovaciones juzgándolas, no sin razón, como peligrosas para la vigencia del
tradicionalismo escolástico, se dieron circunstancias y momentos difíciles en México,
entre las autoridades de dicha Orden, la mayoría españoles que se oponían en general
a cualquier tipo de innovación y al grupo de los jesuitas mexicanos criollos, que
en cierto modo se abrían y aceptaban algunas ideas y teorías de la modernidad. No
olvidemos que el criollo culto en esa sociedad del XVIII, es un elemento inquieto y
difícil que busca su identidad y que la mayoría de las veces se siente humillado por el
español y el europeo.
Exponer las características principales del pensamiento filosófico de este grupo de
jesuitas mexicanos, realizando una referencia concreta a sus obras, ya publicadas en
México, ya en el destierro así como señalar, aunque brevemente, la importancia de
su pensamiento en relación con el surgimiento de una conciencia de identidad de lo
mexicano y la existencia en algunos de ellos de un auténtico sentimiento humanista,
(entendido, como ya se ha advertido el término humanismo), es lo que me propongo
realizar en esta páginas. Podemos adelantar las siguientes aseveraciones. En sus obras
se advierte: a) una crítica al método tradicional empleado en la enseñanza; b) una
inquietud en torno a la filosofía y ciencia moderna y en cierto modo una apertura
a ellas; c) una defensa de la mexicanidad ante las críticas de algunos intelectuales
europeos, lo que conduce a respuestas inteligentes y eruditas d) un sentimiento de
nacionalidad en el que predomina, como expresión del mismo, un lirismo religioso y
poético; e) una importante posición humanista.
Al parecer fue Campoy el más criticado por sus superiores a causa de las innovaciones
que intentaba introducir, “su nombre era proscrito por no pocos como introductor
de muy peligrosas novedades, como partidario de vanas fantasías científicas y como
estudioso de infantiles naderías (...)” Sin embargo, Maneiro, su biógrafo, afirma que
Campoy fue “digno de toda admiración por su excelso talento que lo hacía aparecer
como nacido para llevar a cabo el progreso de las ciencias; pero fue aún más admirable
5
MÉNDEZ PLANCARTE, G., Humanistas del siglo XVIII. Antología. Introd. y Selec. de Méndez Plancarte,
México, UNAM, 1941, p. 70.
6
Cfr. NAVARRO, B., La introducción de la filosofía moderna en México, México, 1948, pp. 65 y ss.
Navarro advierte que la fuente de estas citas es la obra de MANEIRO, J.A.M.V., De Vitis Aliquot Mexicanorum
Aliorumque, Bononia, Ex Typographia Laelii a Vulpe, 1791-1792.
7
Puede consultarse al respecto mi libro Eclécticos portugueses del siglo XVIII y algunas de sus
influencias en América, México, UNAM, 1979, cap. III, “La literatura, retórica, oratoria sagrada,
poesía”.
8
Es necesario advertir que Rafael Campoy mantuvo una relación epistolar con el jesuita español José
de Isla. Recordemos que este jesuita español en su novela Fray Gerundio de Campazas, de carácter crítico
e irónico, reconocía ciertos males y abusos arraigados en el ambiente español, tales como la ostentación y
el barroquismo dominantes en la mayoría de los predicadores españoles de la época. Aún cuando el P. Isla
atacó en su célebre novela a Luis Antonio Verney, el célebre Barbadiño, introductor de la filosofía moderna
en Portugal, sin embargo en algunos momentos aceptó ciertas críticas de Verney sobre las “cuestiones
inútiles” que a veces se presentaban en los tratados de teología escolástica. En general el P. Isla fue un
crítico de su contexto.
9
Según nuestro parecer esto les pudo acercar a la teología positiva, de corte nominalista; sin embargo,
es necesario estudiar más a fondo la opinión de Fabri y, sobre todo, realizar un cuidadoso estudio de los
textos de ambos jesuitas.
10
CLAVIJERO, F.J., Física particular, trad. de BERNABÉ NAVARRO. Volumen preparado por el Centro de
Estudios sobre la Cultura Nacional. Editado por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,
Morelia, Mich. 1995. Esta obra, al parecer, reúne los apuntes de las clases impartidas por Clavijero en
Guadalajara en 1765, aun cuando también en los años de 1762 a 1765 impartió clases en Valladolid; bien
puede esta obra reunir todos los apuntes de Clavijero sobre el tema.
Se explica brevemente dicho sistema. Ahora bien, como hemos visto, al tratar
las opiniones de Tolomeo, concluye que sus afirmaciones “no concuerdan con los
fenómenos de la astronomía”, y en relación con lo dicho por Tycho Brahe afirma
que no concuerda con la Física, por lo cual no debe ser defendido. Para llegar a
estas conclusiones, Clavijero debía, forzosamente, tener un modelo, un paradigma
científico aceptado, y éste era el copernicanismo, ya que al referirse a él no plantea
ninguna duda; esto nos parece sumamente importante pues, con toda prudencia, lo ha
dado a conocer a sus alumnos destacando el error del tolemaico y del tychonico.
Por otra parte, respecto al término hipótesis manejado por algunos modernos en
relación con la teoría copernicana, Clavijero, apoyándose en santo Tomás afirma:
“1o. deben advertirse dos cosas; primero, que en la hipótesis no se requiere la verdad, o
sea, que el mundo sea así, como en ella se supone que sea, sino solo que se admiten cosas
verosímiles o que no repugnen de las cuales puedan seguirse las cosas verdaderas, como
aconseja prudentemente santo Tomás, diciendo que las suposiciones de los astrólogos,
11
Es necesario advertir que juzgamos al eclecticismo que se da en el siglo XVIII en los países de
lengua española y portuguesa como un movimiento filosófico necesario, dadas las tensiones existentes.
El eclecticismo intenta una conciliación entre la modernidad y la tradición. Por lo mismo, en cierto modo
presenta una originalidad en el tratamiento y enfoque de ciertos problemas; por ello mismo, si no fue
creador fue vivificador, remozador frente a un tradicionalismo religioso y filosófico intransigente y por
momentos fanático.
12
Física particular, p. 69. El subrayado es nuestro.
13
Op. cit., p. 76. El subrayado es nuestro.
14
Op. cit., p. 71. El subrayado es nuestro.
que éstos inventaron para explicar los movimientos de los astros no es necesario que sean
verdaderas; 2o. que debe tenerse como mejor, mas favorable y más exacta que todas las
demás, aquella hipótesis en la que, por una parte, no se suponga nada inverosímil, absurdo
e incompatible y, por otra, se expliquen todos los fenómenos mas propicia y exactamente,
porque, si la hipótesis no concuerda incluso con un solo fenómeno, al punto debe ser
rechazada por todos.”15
“1a. Conclusión: El sistema copernicano no puede ser defendido como tesis. 1o. porque la
opinión acerca de la quietud del Sol y del movimiento de la Tierra parece oponerse a las
Sagradas Letras.
2o. Porque los Jueces Romanos de la Fe juzgaron que era absurda y herética la opinión que
afirmara que el Sol permanece inmóvil en el centro del mundo; y que la tierra en cambio,
se mueve alrededor de él y a causa de ello no solo prohibieron primeramente el libro de
Copérnico (...) sino que a Galileo que apoyaba aquella opinión lo metieron a la cárcel... 2a.
Conclusión. El sistema copernicano no puede admitirse ni siquiera como hipótesis.”16
Hemos subrayado la palabra “parece” por ser sumamente significativa, esto es, no se afirma que se
16
18
Es oportuno recordar las objeciones que el teólogo Arnauld hizo a lo afirmado por Descartes en
relación a este problema: “Es un artículo de fe que la sustancia del pan salga del pan de la eucaristía y
que solamente permanezcan sus accidentes (…) extensión figura, olor, color, sabor y demás cualidades
sensibles. Pero el señor Descartes no reconoce cualidades sensibles, sino solamente ciertos movimientos
de los cuerpos diminutos que nos rodean por medio de los cuales percibimos las diferentes impresiones a
las que después damos los nombres de color, sabor, etc. Quedan pues, la figura, la extensión y la movilidad.
Pero el señor Descartes niega que esos poderes puedan ser comprehendidos aparte de la sustancia en la
que inhieren, y, por lo tanto que puedan existir aparte de ésta.” Cfr. COPLESTON, F., Historia de la Filosofía,
Barcelona, Ariel, 1984, Vol. IV. p. 124-125.
Nos inclinamos a pensar que esto fue una de las causas principales por las cuales la
mayoría de los jesuitas mexicanos no aceptaron plenamente las propuestas cartesianas
y gasendistas. El jesuita Raymundo Cerdán afirmaba al respecto:
“La existencia de la forma sustancial en los compuestos naturales distinta de la materia
y colocada en una determinada especie mas bien era supuesta por los Aristotélicos que
discutida hasta que en el siglo anterior los Cartesianos y los Gassendistas perturbaron de tal
manera la tranquilidad de los peripatéticos en este punto así como en muchisimos otros, que
fuera del alma en el hombre (que sería herético no admitir) negaban absolutamente todas
las formas sustanciales en los demás cuerpos (...) admiten en lugar de las formas ciertos
modos por los cuales las partes de la materia, dispuestas de esta manera o de aquella otra,
como dicen lo Cartesianos, o los átomos unidos en esta o aquella forma, como expresan los
Gassendistas constituyen el nuevo compuesto, pero de tal manera que con esos modos no
se implique nada entitativamente distinto de la materia misma.”19
Por otra parte al jesuita Abad no le pareció oportuna la discusión entre escolásticos
y modernos: “No es mi ánimo discutir con los filósofos modernos que han tratado de
quitar del medio y eliminar las formas materiales peripatéticas tanto las sustanciales,
como las accidentales, pues sería una discusión mas extensa que lo que permite la
razón y manera de educar a la juventud. Por tanto, no disputamos, sino suponemos,
que se dan las formas sustanciales peripatéticas.”20 Estas palabras de Abad son además
de claras significativas de su posición moderna en relación con la educación de la
juventud. En primer lugar le parece superflua la discusión, ya no era oportuno ni
tenían lugar discusiones de este caríz, profundamente metafísico, en la educación de
los jóvenes; en segundo lugar las da por supuestas, es decir, no afirma su existencia.
Asimismo, el jesuita Guevara y Basoazabal en su obra Instituciones elementales
de Filosofía alababa a Descartes y a Francisco Bacon no precisamente en el tema de
las formas sustanciales, sino como introductores de la crítica y la filosofía moderna.
Para darnos una idea de la compleja situación que en relación con la aceptación o
rechazo de la filosofía y ciencia moderna se daba en México es oportuno recordar la
postura del P. oratoriano Juan Benito Díaz de Gamarra y Dávalos, contemporáneo de
los jesuitas citados aunque más joven que la mayoría de ellos.
Gamarra, ecléctico, fue el auténtico introductor de la filosofía moderna en México.21
En su obra Elementos de filosofía moderna, que incluye conjuntamente la física tanto
general como particular, Vol. II, Cap. X , p. 125 y ss, afirma que:
“las formas sustanciales de los cuerpos desprovistos de vida (…) en nada pueden ser
favorables para explicar las causas de las cosas naturales (…)”
vez el interés por defenderse ante cualquier ataque de la escolástica decadente, ataque
que por lo demás se daba de continuo, afirma:
“nosotros instruidos por la fe ortodoxa negamos que allí (en el sacramento de la eucaristía)
las sustancia de pan y vino estén debajo después de la consagración, en pero, instruidos por
la filosofía negaremos que los verdaderos accidentes sean aquellos que aparecen”
22
DÍAZ DE GAMARRA Y DÁVALOS, J.B., Elementos de filosofía moderna…, Vol. II, Compiladoras: Mª.
del Carmen Rovira Gaspar, Carolina Ponce. Trad. de Tania Alarcón y Juan Gualberto López, México,
DGAPA-UNAM, FFyL,-CICSyH, UAEM, 1998.
23
El subrayado es nuestro.
24
Los títulos de las Disertaciones son los siguientes: 1ª. Población de América y particularmente de
México; 2ª. Principales épocas de la historia de México; 3ª. Tierras del reino de México; 4ª. Animales del
reino de México; 5ª. Constitución física y moral de los mexicanos; 6ª. La cultura de los mexicanos; 7ª.
Confines y población de los reinos del anahuac; 8ª. Religión de los mexicanos; 9ª. Origen del mal francés.
25
Clavijero, en su rigurosa tarea, advierte: “En las citas de la Historia de los cuadrúpedos, de Buffon,
me he valido de la edición de París, en la imprenta real, en treinta y seis tomitos (1749-1788). De las
Investigaciones de Paw he usado la edición de Londres (1771) en tres tomos, con la impugnación de
Pernety y la respuesta de Paw”.
el aire es “malsano” y las plantas llevadas allí pierden su fuerza. Concluye con estas
palabras dedicadas al lector: “En el cotejo que hago de un continente con otro no
pretendo hacer aparecer que la América es superior al Mundo Antiguo (Europa) sino
solamente demostrar las consecuencias que pueden naturalmente deducirse de los
principios de los autores que impugno. Semejantes paralelos son odiosos, y el alabar
apasionadamente el propio país sobre los demás parece más bien de niños que se
pelean que de hombres que discuten.”
Más adelante responde a lo dicho por Paw y Buffon por ejemplo. En la V
Disertación afirma que no pretende demostrar que los americanos son más fuertes
que los europeos, sino simplemente que pueden ser menos fuertes pero ello no afecta a
su naturaleza humana ni por ello han degenerado, como afirma Paw. Protesta también
contra los “despropósitos” planteados en relación con el alma de los americanos.
Respondió a Paw y a toda Europa
“que las almas de los mexicanos en nada son inferiores a las de los europeos; que son
capaces de todas las ciencias aún las más abstractas y que sí seriamente se cuidara de su
educación (...) se vería entre los americanos filósofos, matemáticos y teólogos que pudieran
competir con los más famosos de Europa”, y añade: “Pero es muy difícil por no decir
imposible hacer progresos en las ciencias en medio de una vida miserable y servil y de
continuas incomodidades.”26
26
El subrayado es nuestro.
27
Due antichi monumenti di architettura messicana … Roma 1804.
28
En relación con la defensa de la cultura mexicana es necesario recordar al teólogo, filósofo y
bibliógrafo mexicano Juan José Eguiara y Eguren, 1696-1763, quien en respuesta a las críticas a la cultura
mexicana realizadas por el deán de la catedral de Alicante, Manuel Martí, humanista español, respondió
formando la llamada Biblioteca Mexicana en la que reunió la mayor parte de la producción cultural
mexicana desde la época prehispánica hasta sus días.
29
Cfr. MÉNDEZ PLANCARTE, G., Antología, op. cit., pp. XI y ss.
menor (…)”. Entre estos cita, refutándolo, a Ginés de Sepúlveda, y pasa alabar a
Bartolomé de las Casas y a Domingo de Soto, oponiéndose a Aristóteles, Politica libro
I cap. I, del cual afirma que ha sido mal interpretado:
“El verdadero filósofo es cosmopolita (o sea ciudadano del mundo) tiene por compatriotas
a todos los hombres y sabe que cualquier lengua por exótica que parezca puede en virtud
de la cultura ser tan sabia como la griega. Con respecto a la cultura la verdadera filosofía
no reconoce incapacidad en hombre alguno, o porque haya nacido blanco o negro o porque
haya sido educado en los polos o en la zona tórrida.”
“Al fin me parece que he llegado a comprender la razón de que el hombre sea la más
afortunada de las criaturas y merecedor, en consecuencia, de toda admiración. Precisamente
es el rango que le ha cabido en suerte (…) pues incluso las estrellas y los espíritus, que
están por encima de este mundo lo envidian, y aguijoneados (los hombres) por el amor
inefable, raptados a nosotros mismos cual ardiente Serafín, plenos del divino poder, ya no
somos nosotros mismos, llegaremos a ser Aquel mismo que nos hizo.”
30
MÉNDEZ PLANCARTE, op cit. p. 44.
31
ALEGRE, F.J., Instituciones Teológicas, Vol. IV, Lib. VIII, Prop. IX.
32
Es necesario tener presente que estos textos los escribieron durante su destierro en Italia.
“la verdadera doctrina de la Iglesia sostiene que el hombre aún en estado de pecado puede
hacer alguna buena obra moral y aún que no todas las obras del pecador son pecado. Que
esta es la doctrina de la Iglesia no delirio de los escolásticos como quiso Lutero (…) donde
muchos sin fe y sin evangelio de Cristo hacen sabiamente algunas cosas o santa mente
como agradar a los padres, como dar la mano al pobre (…)”
Por otra parte Alegre, aun cuando al tratar este problema menciona la tradición
apostólica, se refiere principalmente a lo plateado por Lutero a propósito de la relación
que se da en el hombre entre gracia y libertad. Asimismo es necesario señalar que aun
cuando en las Proposiciones citadas no menciona al también jesuita Luis de Molina
(siglo XVII) ni a su obra Concordia del libre arbitrio con la gracia el contenido de
este texto estaba muy presente en su pensamiento.
El gran mérito de Alegre fue retomar el problema y, como ya hemos indicado con
suma prudencia intentar solucionarlo recurriendo, a veces, tentativamente con el fin
de no levantar sospechas a santo Tomás de Aquino.
Resumen: El presente artículo tiene como objeto el análisis de la crítica de Ramón Llull
al aristotelismo parisino de finales del siglo XIII en torno a uno de los puntos clave para la
justificación de la doctrina cristiana: el problema de la pluralidad. Se pretende, con ello, analizar
la importancia que las tesis de Llull tuvieron en relación a su contexto intelectual, como punto
de partida para superar el aristotelismo. El artículo se desarrolla en tres partes: a) el estudio de
la función de la teoría de la pluralidad y sus consecuencias para la teología; b) el análisis de los
principios que Llull utiliza en su argumentación contra los averroístas latinos; y c) la definición
de la teoría luliana general de la pluralidad y de su significado en el contexto de la época.
Palabras clave: Ramón Llull; lulismo; averroísmo; aristotelismo; pluralidad; composición;
adición; diferencia.
Abstract: The aim of this article is to analyze the Lull’s critique to the 13th century Parisian
Aristotelism, focusing the attention on one of the main points of the justification process of
the Christian doctrine: the question about the plurality. With this analysis, we try to study the
importance that Lull’s doctrine had in his intellectual context as attempt of overcoming of the
Aristotelism. The article is developed in three parts: a) the study of Lull’s theory on plurality
and its consequences for the theology; b) the analysis of the principles that Lull uses in his
argumentation against the Latin Averroists; and c) the definition of Lull’s theory on plurality
and its meaning in the 13th century intellectual context.
Key words: Raymond Lull; Lullism; Averroism; Aristotelism; Plurality; Composition;
Addition; Difference.
1
El presente estudio ha sido realizado en el marco de una beca postdoctoral del Programa de Becas
Postdoctorales, ref. núm. -2007-0917, durante una estancia de investigación en el Centre Jean Pépin (UPR
76) del CNRS.
L a nueva absorción de las obras de Aristóteles que tiene lugar a finales del siglo
y principios del siglo marca un punto de inflexión en el pensamiento
latino, por cuanto implica el estudio de textos que no han seguido el mismo
proceso de adaptación que los contenidos en el Organon. Este proceso suscitó
importantes discusiones en las universidades europeas entre quienes defendían su
uso y quienes se oponían a éste2. Entre las múltiples derivaciones del proceso de
defensa del aristotelismo, una causó especial revuelo entre los intelectuales de la
época: la defensa, por parte de algunos maestros de artes de la universidad de París,
de un modelo filosófico autónomo con respecto de la teología3. Un nuevo modelo
que trajo consigo la recuperación de cuestiones que habían sido ya superadas por
la filosofía occidental, de entre las cuales destacó una de las más importantes del
siglo : la posibilidad de conjugar, desde la perspectiva filosófica, las relaciones
entre la simplicidad y la multiplicidad de la Causa primera. Las reacciones no se
hicieron esperar y determinados sectores de la Iglesia impulsaron en varias ocasiones
la prohibición de la lectio del Aristóteles integral. Este proceso culminó el 7 de marzo
de 1277 cuando Esteban Tempier, arzobispo de París, hizo publica la condena de 219
tesis filosóficas, una de las más importantes en la historia del pensamiento europeo.
Sin embargo, de la misma forma que había sucedido con las acciones anteriores, esta
condena no tuvo los efectos esperados y el aristotelismo siguió enseñándose en las
universidades.
Aunque su entrada en el debate fue relativamente tardía4, Ramón Llull se erigió
como uno de los más importantes defensores del antiaristotelismo de Tempier y
sus seguidores, componiendo diversas obras dedicadas a combatir el “averroísmo
parisimo” y, sobre todo, la “teoría de la doble verdad”5. No obstante, y al contrario
que otros autores, este filósofo hispano no sólo se dedicó a pedir a las autoridades la
erradicación del aristotelismo más extremo, sino que también lo combatió creando
un sistema capaz de desacreditarlo mediante el uso de sus propias armas, es decir,
2
PICHÉ, D., La condamnation parisienne de 1277, París, J. Vrin, 1999. Utiliza la expresión “crónica de
una condena anunciada” para referirse al proceso que se inicia a principios del siglo XIII y que culmina con
la condena del año 1277. En efecto, ya desde comienzos de siglo se suscitan dudas sobre la viabilidad del
aristotelismo, dando lugar a tres posicionamientos: (a) quienes defienden, incluso cuando está prohibida,
la lectura de los nuevos textos; (b) quienes se oponen a dicha lectura e impulsan su prohibición; y (c)
quienes, en posición intermedia, defienden que se lectura es posible previa revisión y corrección de sus
contenidos.
3
PICHÉ, D., op. cit., p. 165. Identifica como una de las causas más importantes que motivaron la
aparición de diversas condenas “la emergencia de un saber pagano global, opuesto en muchos puntos a los
dogmas cristianos y, por este motivo, prohibido en la docencia hasta la segunda mitad del siglo XIII, vértice
de denuncias y de condenas de parte de los teólogos y, después, de los hombres de Iglesia (…)”.
4
El primer viaje de Llull a París tuvo lugar en 1288, once años después de la publicación de la
condena. Es en 1298 cuando, siendo profesor de la universidad de París, compone Declaratio Raimundi
per modum dialogi edita, obra destinada a combatir los errores de algunos filósofos y a defender la acción
emprendida, veintiún años antes, por Estaban Tempier.
5
Según la tesis de PICHÉ, D., op. cit., pp. 208 ss., la denominada “teoría de la doble verdad”, de la que
Llull toma cuenta al explicar cómo los averroístas consideran por medio de la razón que una cosa es falsa
pero admiten creer en su verdad, es en realidad una invención hermenéutica del obispo Esteban Tempier.
Para una primera comparativa entre el sistema luliano y sus coetáneos, cfr. PASCUAL, A. R., “Comparación
de la metafísica luliana con la aristotélica y la de otros”, en EL 3, 1904-5, pp. 23-26.
6
Tomando como punto de partida el Arte, el pensamiento de Llull se tiende a dividir en cuatro etapas:
a) anterior al Arte (1271-1274), y que se corresponde con el periodo posterior a su formación y anterior al
descubrimiento de su método; b) del Arte cuaternaria (1274-1289), basada en la analogía de los elementos
y dividida en dos ciclos, b.1) el del Ars compendiosa inveniendi veritatem y b.2) el del Ars demonstrativa
(1283); c) del Arte ternaria (1289-1308), en la que Llull confecciona la última versión de este sistema; y d)
posterior al Arte (1308-1316), dedicada a la expansión de sus doctrinas y lucha contra quienes considera
se oponen al cristianismo. Cfr. BONNER, A., Obres selectes de Ramón Llull, Palma de Mallorca, Editorial
Moll, 1989. Aunque en general el pensamiento de Llull se divide en estas etapas, la realidad es que no se
trata de compartimentos estancos y, sobre todo en lo que se refiere a la lucha contra el averroísmo latino,
no pueden separarse las dos últimas.
7
Declaratio Raimundi, ROL XVII, cap. 1, p. 261, l. 2-4: “Quod Deus non est trinus et unus, quoniam
trinitas non stat cum summa simplicitate. Vbi enin est pluralitas reales, ibi est additio et compositio.
Exemplum de aceruo et lapidum.”
8
Declaratio Raimundi, ROL XVII, cap. 1, p. 261, l. 5-9: “In omni essentia, in qua est pluralitas, necesario
oportet esse compositionem. Et quia diuina essentia est infinita in simplicitate, ideo est infinite distans a
compositione. Ergo Deus non potest esse unus et trinus, ut ipse simpplex et non compositus.”
La posición adoptada por los averroístas parisinos es para Llull correcta, aunque
sólo en cierta medida. En efecto, al utilizar un razonamiento que parte de la naturaleza y
que se aplica a Dios, se cae en un error de naturalización que deja de toda consideración
los múltiples sentidos de los términos que se utilizan10. Es por este motivo que el
filósofo hispano responde a su interlocutor afirmando que “en toda pluralidad que
proviene de la forma y la materia, es necesario que existan la composición y la
adición. No obstante, si la pluralidad reside en una esencia carente de materia, no
se sigue de ello que en esta esencia se den la composición y la adición”11. La idea
que Llull tiene en mente reposa sobre el concepto común de composición y adición
que, durante el siglo , tiende a concebirse en base a tres significados distintos:12
a) el lógico, en donde la composición equivale a la presencia de una o más ideas
dentro de un concepto o sustancia, es decir, a la posibilidad de distinguir por medio
de la razón más de una parte dentro de un todo; b) el físico, relativo al resultado de
la combinación de diversos elementos materiales que se unen para formar un sujeto;
y c) el metafísico, en donde la composición se concibe como la existencia dentro de
una sustancia de un determinante y un determinado, como puedan ser la forma y la
materia. La adición refiere también a una suma de diferentes partes que constituyen
un todo, pero, a diferencia de la composición, se produce entre elementos que no son
iguales, como por ejemplo cuando en el hombre se unen alma y cuerpo13.
En función de estas diferencias de significado, sería posible identificar el argumento
que Llull opone al artículo primero de la condena con una supresión de los dos últimos
sentidos del término “composición”, manteniendo su referencia lógica. De hecho, así
lo indica él mismo cuando, al responder a la defensa del artículo condenado, escribe:
9
La misma cuestión aparece en otros artículos del texto de la condena y en otros capítulos de la obra
de Llull, aunque en un sentido inverso. Así, por ejemplo, el capítulo 5 (p. 268, l. 2) recoge la idea según la
cual “quod omnia separada coaeterna sunt a primo principio”.
10
Esta posición de Llull recoge el espíritu propio de la condena de 1277, en la cual Boecio de Dacia
aparece bajo la acusación de “absolutizar el orden natural” (art. 90), considerando que pueden aplicarse
los términos propios del mundo físico al conocimiento de Dios. Cfr. PICHÉ, D., op. cit., p. 210.
11
Declaratio Raimundi, ROL XVII, cap. 1, p. 262, l. 10-13: “In ovni pluralitate, quae est de forma
et materia, oportet esse compositionem et additionem. Sed si pluralitas sit in essentia sine materia, no
sequitur, quod in illa essentia sit compositio.”
12
Cf. MAGNAVACCA, S., Léxico filosófico de filosofía medievail, Buenos Aires, Miño y Dávila, 2005, p.
145.
13
Cf. MAGNAVACCA, ibidem, p. 51.
1.2. Segunda respuesta de Llull: desigualdad en los eslabones de la cadena del ser
El argumento que Llull construye para demostrar el error del artículo condenado
por Esteban Tempier, parte en realidad no de una reducción al modo lógico de los
conceptos, sino de la constatación de que el interlocutor cae en una equivocación,
14
Declaratio Raimundi, ROL XVII, cap. 1, p. 262, l. 24-30: “Sed tu, Socrates, falsam habes imaginationem,
in quantum pluralitatem diuinarum personarum consideras secundum pluralitatem, quae est per formam et
materiam in effectu Dei. Quae quidem forma et materia diuersae sunt essentiae. Et quia forma et materia
ad inuicem in una substantia coniunguntur et sunt partes ipsius, oportet, quod substantia ex ipsis sit
composita, cum sin diferentes per essentiam et naturam.”
15
Liber de divina unitate et pluralitate, ROL VII, dist. II, p. 225, l. 496-499: “Concluditur ergo diuina
pluralitas personarum, sine quae perderetur médium reale et naturale in intellectu, et amare in uoluntate,
et esset intellectus otiosus et sine natura intrinsece, et sic de uoluntate.”
16
Sobre el realismo metafísico luliano, vid. ANTÓN, E., “Plenitud metafísica de la filosofía luliana”, en
EL 7, 1963, pp. 131-151.
17
Cfr. AOS, C., “La imaginación en el sistema de Ramón Llull”, en EL 23, 1979, pp. 155-83, para un
estudio sobre el lugar que las diferentes facultades superiores ocupan dentro del esquema antropológico
luliano.
18
Disputatio Raimundi et Averroistae, ROL XXII, q. 3, p. 13, l. 151-154: “Quoniam tu, Auerroista, non
extendis tuam scientiam extra sensum et imaginationem, quae sunt potentiae finitae, obiectare non posses
obiecta infinita realiter, nec per consequens ens per se simpliciter existens et agens.”
19
De ente quod simpliciter est per se et propter se agens, ROL VIII, dist. VI (4. De solutione rationun
Auerrois), p. 221, l. 1068-1072: “Et ideo, quia Aristoteles fuit sensibilis et imaginabilis, Averroes
commentator eius negauit resurrectionem, quae non est obiectum sensus nec imaginationis, sed tantum
intellectus.”
20
Declaratio Raimundi, ROL XVII, cap. 13, p. 279, l. 15-21: “Antiqui philosophi cognitionem de
operatione siue productione, quam prima causa habet intra se, non haberunt; quoniam si habuissent, multo
magis cognouissent operationem, quam habet in effecto suo.”
21
CARRERAS, T., “Ética de Ramon Llull y el lulismo”, EL 1, 1957, pp. 6-7.
22
Cfr. BORDOY, A., Ramón Llull y la filosofía del siglo XIII, Madrid, Proyecto E-Excellence, Liceus,
2006, para una comparación entre la imagen de Llull y la de Buenaventura.
23
CARRERAS, T., op. cit., p. 6.
24
LOHR, Ch., “Ramon Lull and Thirteenth-Century Religious Dialogue”, en VVAA, Diálogo filosófico-
religioso entre cristianismo, judaísmo e islamismo durante la Edad Media en la península ibérica,
Turnhout, Brepols, 1994, pp. 119-121
25
Liber de possibili et impossibili, ROL VI, I, 1, p. 385, l. 47-49: “Deus est ens necessarium, per se
existens simpliciter et infinite; ex quo necessarie sequitur, quod sit actus purus. In tali ente possibile et
impossibile intrare non possunt.”
26
Ch. Lohr defiende en diferentes estudios, como “Ramon Llull: actividad divina y hominización
del mundo”, Nuevo mundo 7, 2006, pp. 77-86, la idea de que, para comprender la filosofía de Llull,
es imprescindible tener en cuenta los dos tipos de movimiento que realiza la Divinidad. Cabe destacar,
asimismo, que Ch. Lohr extrae esta teoría a partir, precisamente, de sus trabajos sobre la Lógica de
Algatzel comentada por Llull, lo que permite mostrar la proximidad de la concepción de este autor con el
pensamiento árabe.
27
Cfr. PRING-MILL, R. D. F., El microcosmos lul·lià, Palma de Mallorca, Editorial Moll, 2006 (reedición
corregida de las versiones de 1961 y 1962). En este libro, editado póstumamente a modo de revisión y
reedición, R. Pring-Mill explica lo que es una de sus más importantes teorías: que Llull concibe la creación
como un reflejo de la Trinidad divina.
Llull concibe la pluralidad en términos más generales que los propuestos, según
él, por los averroístas parisinos, situándola no sólo en la composición y adición de
elementos que constituyen una entidad, sino en lo más profundo de las sustancias, en
su propia determinación como individuos. En efecto, ya en Ars breuis la pluralidad
se describe diciendo de ella que se trata de “una forma agregada a partir de muchas
cosas diversas cosas diferentes en número”31. En tal sentido, este concepto aparece
como un principio indisoluble de la división en partes esenciales que caracteriza todas
las sustancias –a excepción de Dios–, y es por tanto sobre éstas que se sustenta la
argumentación de Llull. La sustancia es, según este filósofo hispano, aquello que
“existe por sí mismo”32, a saber, “como el hombre, las maderas y el resto de entidades
que existen por ellas mismas”. No obstante, dicha afirmación no constituye más que
28
Arbor scientiae, ROL XIV-XVI, arb. el., (II), de trunco, p. 29, l. 2-5: “Truncus iste est illud, quod
dicitur siue uocatur hyle uel chaos, et est corpus primum existens principium omnium generabilium et
corruptibilium, et est corpus de prima forma et prima materia compositum.”
29
Chal. Comm. 302, p. 304, l. 10-13 (ed. Waszink): “Illa quidem ex aeternitate nec ullum initium
habentia, haec temporaria et ex aliquo initio temporis, a regione nostra primaria, ad naturam versus uero
secunda, rursum intellegibilia e regione quidem naturae priora, iuxta nos uero secunda sunt.”
30
En los Sermones contra errores Averroes, ROL XXII, prol. p. 246, l. 10-12, Llull extrae de ello el
desconocimiento de la filosofía por parte de los averroístas: “Ratione cuius Auerroistae amittunt
deuotionem, et de philosophiae, quae consistit superius, ignorantiam habent”
31
Ars breuis, ROL XII, de centum formis (4), p. 232, l. 44-45: “Pluralitas est forma, aggregata ex
pluribus, numero differentibus.”
32
Ars breuis, ROL XII, de centum formis (14), p. 232, l. 59: “Substantia est ens, per se existens.”
33
Cfr. Principia philosophiae, ROL XIX, II 1.7, p. 186, l. 60-61: “Si forma est primum motiuum et
materia est primum mobile, extra formam et materiam nullum ens mouetur.”
34
Liber de lamentationis philosophiae, ROL VII, I, pp. 90-91, l. 148-149: “Rursus dixit Forma: Ego sum
similitudo Dei, et materia est sua dissimilitudo, cum Deus sit forma et non materia.”
35
Cfr.. Arbor scientiae, ROL XIV-XVI, arb. el., (V) de foliis, p. 44, l. 29 ss.
36
Cfr.. Ars generalis ultima, ROL XIV, X.12 (de forma), p. 330, l. 206-223.
“La diferencia es un principio, nacido a partir de los principios innatos, como por ejemplo la
bondad, la grandeza, etcétera; esto, porque la bondad no es la grandeza, ni a la inversa. Tal
diferencia es un ente real y en ente en cuanto noción; porque si no fuera un ente real, en las
cosas naturales la bondad sería la grandeza, y la grandeza la bondad, y de igual modo en Dios;
y la natura se vaciaría de los géneros y de las especies, y también de los individuos. Por tanto,
queda claro que la diferencia es un ente real, y en consecuencia una noción por el alma.”39
37
Arbor philosophia desiderata, MOG VI, v. 8, p. 248: “Pluralitas est illud ens in quo fortius apparet
differentia quam in aliquo aliorum entium.”
38
Cfr. Arbor scientiae, ROL XIV-XVI, arb. el., de centum formis, 4, p. 59, l. 35-42.
39
De ente reali, ROL XVI, II, p. 50, l. 88-95: “Differentia est principium, ortum a principiis innatis, ut
puta a bonitate, magnitudine etc., eo quia bonitas non est magnitudo, neque e conuerso. Talis differentia
est ens reale et ens rationis; quia si non esset ens reale, bonitas esset magnitudo, et magnitudo bonitas in
naturalibus, sicut in Deo; et natura esset uacuata ex generibus et speciebus et etiam indiuiduis; quod est
impossibile. Ostensum est ergo, quod differentia est ens reale et per consequens rationis per animam.”
Esta concepción de la diferencia como una entidad real y no sólo como un principio
lógico o de tipo intencional, se asienta sobre una nueva forma de comprender la
definición de las sustancias, propia de Llull y distinta de la comúnmente aceptada por
los autores medievales.40 En efecto, el punto de partida utilizado por Aristóteles para
estructurar la definición no parte de la sustancia, sino de los accidentes, pues son éstos
los que determinan la individualidad dentro de los universales, siendo inseparables
de los entes. Para Llull, en cambio, este tipo de definición conduce a un camino sin
salida, ya que no permite situar la pluralidad más que en aquellas sustancias que
disponen de accidentes, de tal forma que, o bien se trata a Dios como si se tratara
de una sustancia natural o creada –solución que, precisamente, es la aplicada por los
averroístas–, o bien se afirma que en él es imposible definición alguna. A partir del
Arte inuentiva ueritatis, Llull lleva a cabo un proceso sistemático de aplicación de
las definiciones, añadiendo a sus obras partes dedicadas íntegramente a ellas41, y en
la que se desarrollan dos nuevas formas que tienen como objeto completar el modelo
aristotélico: la definición per agentiam y la definición mediante la regla C del Arte
(quid).
La definición per agentiam está íntimamente relacionada con el cambio que sufre
el Arte en la etapa ternaria y con el aumento en la importancia de la teoría de los
correlativos, pues parte de la idea de que el ser es igual a la acción. Llull concibe,
siguiendo en cierto modo a Aristóteles, que toda sustancia tiende a la realización de
las propiedades que en ella se encuentran en potencia. No se trata, sin embargo, de que
todo compuesto hilemórfico tienda a realizarse, sino más bien de que en el propio ser
se encuentran insertos ya los principios de acción, identificables a los correlativos. Es
por este motivo que cualquier cosa, en tanto que es, puede ser definida per agentiam,
es decir, por la acción que lleva a cabo por el simple hecho de ser sí misma. La
definición quid, en cambio, tiene como objeto representar aquello que es algo, siendo
una alternativa a las cuatro causas aristotélicas. Es por ello que Llull distingue en la
definición por la Regla C cuatro tipos de especies: a) qué es una entidad; b) cuáles
son sus partes esenciales; c) qué es en otra cosa (principio de relación); y d) qué hay
de una cosa en otra. Gracias a estas dos nuevas formas de la definición, la diferencia
puede aplicarse en aquellos casos en los que no existen accidentes, de tal forma que la
pluralidad deja de requerir la existencia de la materia.
40
Cfr. BONNER, A., et RIPOLL, M. I., Diccionari de definicions lul·lianes, Barcelona/Palma de
Mallorca, UB/UIB, 2002, pp. 16-18. Llull se enmarca en lo que se conoce como la tradición realista de la
metafísica, en la que cualquier concepto o elemento, sea del tipo que sea, está dotado de una existencia
que proviene del hecho que el ser es común a todo. En este sentido, el filósofo hispano se posiciona contra
el nominalismo defendido por algunos autores medievales del siglo XIII, otorgando a los universales una
realidad concreta.
41
Obras como la Nueva lógica, el Árbol de las ciencias, el Arte general última o la Tabla general,
por poner algunos ejemplos, incorporan largas secciones dedicadas a las “cien formas”, en las que Llull
ofrece la forma de diferentes conceptos para explicar al lector los contenidos de cada uno de ellos. Esta
tendencia se relaciona con el intento de Llull de hacer más comprensible el Arte, pero, sobre todo, tiene
como finalidad evitar el problema de la referencia terminológica que, según él, está en el origen de muchas
de las discusiones de la época.
42
Cfr. BONNER, A., “The structure of the Arbor scientiae”, en DOMÍNGUEZ, F. et alt. (eds.) Arbor
Scientiae: der Baum des Wissens von Ramon Lull. Akten des Internationalen Kongresses aus Anlass des
40-jährigen Jubiläums des Raimundus-Lullus-Instituts der Universität Freiburg i. Br., Turnhout, Brepols,
2002, pp. 21-34, para una comparación entre el árbol de los elementos y el árbol de Porfirio.
43
TRIAS, S., Història del pensament a Mallorca, Palma de Mallorca, Ed. Moll, 1985, pp. 18-20.
Afirma, al hablar de la “Mallorca de las tres religiones”, que el pensamiento de Llull se construye sobre
los principios comunes de la época, divisibles en tres: a) religiosos y antropológicos; b) doctrinales (que
incluyen: jerarquía espiritual; naturaleza espiritual de la realidad; retorno del alma hacia Dios; y fe en la
bondad y la plenitud del ser); y c) socio-políticos. Estos principios serían compartidos por las tres grandes
religiones monoteístas, y sería a partir de ellos que Llull construiría su Arte.
44
Para una contextualización de la teoría de las dignidades en el marco de la lucha contra el averroísmo
cristiano, cfr. Declaratio Raimundi, ROL XVII, pos. I, pp. 257-259.
45
Las dignidades mencionadas se corresponden con la fórmula aplicada al Arte ternario, que es el que
Llull opone a los averroístas latinos. En el Arte cuaternario, basado en el modelo de los elementos, éstas
forman un total de dieciséis: bondad, grandeza, eternidad, potestad, sabiduría, voluntad, virtud, verdad,
gloria, perfección, justicia, generosidad, misericordia, humildad, señorío y paciencia. La enumeración que
se ha tomado aquí es la más común en esta etapa del Arte, si bien en algunos casos Llull, como Quae lex
six magis bona, vers. lat. II, l. 59, substituye intelecto por la sabiduría y la perfección por el complemento.
Asimismo, se produce una modificación general en cuanto a la representación gráfica que aparece en la
figura A, representativa de Dios, en la cual se tiende a eliminar la última de las dignidades.
sí, aunque no por ello exentas del principio de diferencia. Al ser las propiedades de la
entidad más perfecta, infinita y eterna que nunca pueda llegar a concebirse o que pueda
existir, ocupan un mismo espacio absoluto y representan el ser de ésta, pero cada una
de ellas es distinta del resto, con su propio cualitativo y con sus correspondientes
correlativos. Cuando Dios lleva a cabo el proceso de creación ex nihilo, fruto una
actividad hacia el exterior, sobre la nada, de todas estas dignidades en su conjunto, el
receptáculo sobre el cual se proyecta es incapaz de recibir todo lo que la acción divina
puede darle. La consecuencia se concreta en que, si bien la proyección representa
aquello que existe en Dios, en realidad se trata de una imagen distorsionada de
éste46, imperfecta, en la que la materia es el término distintivo. Las dignidades se
transforman entonces en los “principios generales”47, que son idénticos a ellas en
cuanto a su nombre, bien que deben añadírseles lo que Llull denomina “principios
relativos”48. Estos nuevos principios no se encuentran en Dios pero son necesarios
tanto para comprender las relaciones entre Creador y creación como para explicar la
estructura de este último: diferencia, concordancia y contrariedad; principio, medio y
fin; mayoridad, minoridad e igualdad.
En esta línea, si se observa la propuesta de Llull puede verse cómo ésta consiste
en introducir la pluralidad en el origen mismo del ser, extendiéndose tanto a Dios
como a la creación, aunque no a modo de una multiplicidad de individuos, sino
como una diferencia presente en este sustrato. En cuanto a la creación, en el caos
original, resultado de la acción divina en el que todos los principios se encuentran en
un estado de confusión, es la diferencia inherente a los correlativos, al ser entendido
como actividad, la que permite el desarrollo hacia la forma y la materia primeras,
después de las cuales se producen dos contracciones49. En la primera de éstas, los
principios generales dan origen a los seres que componen el mundo celestial, siendo
éstos individuos que comparten un mismo género. En ellos, la diferencia persiste
tanto en relación a sus partes y facultades como a modo de principio de individuación
de múltiples individuos dentro de una misma especie. En la segunda contracción,
46
Basándose en diversos estudios de J. Gayà, HUGHES, R. D., “Speculum, Similitude, and Signification:
the Incarnation as Exemplary and Proportionate Sign in the Arts of Ramon Llull”, SL 45-46, 2005-6, pp.
3-37, define los diferentes términos que Llull utiliza para describir la concepción de un universo creado a
imagen imperfecta del creador. La misma imagen había sido ya establecida en las páginas 104-108, con
algunas diferencias, por PRING-MILL, R. D. F., “Ramon Llull y las tres potencias del alma”, EL 12, 1968,
pp. 101-130.
47
Llull distingue entre los principios generales, creados como reflejo de la primera acción de Dios, y
los particulares y universales. Estos dos últimos se corresponden, por este orden, a las contracciones que
dan lugar a los seres celestiales y al universo.
48
Para Llull existe una diferencia entre los principios que son en sentido pleno y los principios
relativos. Estos últimos son aquellos que, pese a no encontrarse en la Divinidad como dignidades, son
necesarios para la comprensión del mundo. En efecto, bien que en el ser necesario, el de Dios, no puede
darse la contrariedad, en la creación ésta existe a causa de las múltiples tensiones que se generan a causa
de la materia.
49
Para una imagen completa de los diferentes niveles del caos y de su desarrollo, cfr. LOHR, CH.,
“Arbor scientiae: The tree of the elements”, en DOMÍNGUEZ, F. et al. (eds.), Arbor Scientiae: der Baum des
Wissens von Ramon Lull. Akten des Internationalen Kongresses aus Anlass des 40-jährigen Jubiläums des
Raimundus-Lullus-Instituts der Universität Freiburg i. Br., Turnhout: Brepols, 2002, pp. 79-84.
nacen las cuatro esencias cuyas cualidades son las que darán lugar a las cuatro masas
elementales, a partir de las que nacerá después la materia sensible que compone todo
cuanto en el universo existe. Es en éste último estrato en donde toman importancia los
conceptos de composición y adición, pues la pluralidad que en ellos existe procede de
la suma de partes, de las diferentes formas y esencias de las que están compuestos, o
de la multiplicidad de causas. No obstante, pretender trasladar esta idea a lo que está
más allá de la materia equivale al error cometido por el averroísmo, naturalizando
aquello que trasciende a la naturaleza.
Aunque en principio esta solución de Llull permite transformar el concepto
de pluralidad al aplicarlo a Dios, no por ello está exento de problemas. En efecto,
es él mismo quien, al hablar de la demostración de los artículos de la fe cristiana,
afirma que en Él “su unidad y voluntad, y así de sus otras dignidades, son iguales en
número”50, volviendo con ello a introducir la cuestión de las partes numéricas en Dios.
Es en este punto en donde adquiere de nuevo importancia la definición per agentiam,
pues es mediante la teoría de los correlativos que se salva este obstáculo. Según
Llull, la identidad del ser y la acción se expresa por medio de la idea de que en toda
entidad se encuentran tres principios: el agente, que es quien lleva a cabo la acción;
el complemento, término que recibe la actividad del agente; y la acción en sí misma,
especificada por el verbo en infinitivo que se genera entre el agente y su complemento.
En este sentido, la pluralidad de Dios no reside tan sólo en sus dignidades, sino en
la capacidad de movimiento innata a su esencia: “En Dios existe la diferencia de los
correlativos, sin los cuales estos correlativos no podrían en ningún caso existir; ni a
partir de ellos Dios podría tener una acción intrínseca infinita y eterna; al contrario,
sin ellos todas sus razones serían ociosas; lo cual es sumamente imposible.”51 Por ello,
a pesar de que la diferencia no es, como sucede con la creación, uno de los nueve
principios, en Dios sigue existiendo gracias a la presencia de estos correlativos que,
mediante la expresión del movimiento, la introducen en su sustancia.
La diferencia entre los tres términos correlativos conduce, por tanto, a una necesaria
pluralidad dentro de Dios, aunque ésta queda exenta de cualquier tipo de composición:
“Es necesario que exista la pluralidad en Dios, de tal modo que él posea un acto
infinito a partir de sí mismo y en sí mismo y por sí mismo y no a partir de otro, puesto
que si en sí mismo, es decir intrínsecamente, no poseyera un acto infinito, su acto no
podría ser infinito por medio de la infinitud de la bondad, la grandeza, la eternidad,
el poder, la sabiduría, la voluntad, la virtud, la verdad, la gloria y la perfección. Y sus
razones permanecerían, de este modo, infinitamente ociosas.”52 La pluralidad de Dios
50
Compendiosus tractatus de articulis fidei catholicae, ROL XIX, cap. 3, p. 483, l. 43: “In deo sua unitas
et voluntas, et sic de aliis dignitatibus, sunt idem in numero”.
51
Ars breuis, ROL XII, IX, p. 224, l. 62-65: “(…) in Deo est differentia correlatiuorum, sine qua ipsi
correlatiui neaquaquam esse possunt; nec Deus absque ipsis posset habere actionem intrinsecam infinitam
et aeternam; immo sine ipsis omnes suae rationes essent otiosae; quod est ualde impossibilis.”
52
Declaratio Raimundi, ROL XVII, cap. 1, p. 262, l. 32-37: “[…] in Deo oportet esse pluralitatem
de necesítate, ut de se ipso et in se ipso et per se ipsum et non de alio actum habeat infinitum; quod si
actum infinitum in sec, scilicet intrinsece, non haberet, suus actus non posset esse infinitus per infinitam
bonitatem, magnitudinem, aeternitatem, potestatem, sapientiam, uoluntatem, uirtutem, ueritatem, gloriam
et perfectionem. Et suae rationes esset infinite otiosae.”
se explica, a partir de esta nueva definición, mediante el hecho de que al ser necesario
un agente, un complemento y una actividad, las tres personas deben existir, pues en
caso contrario la Causa primera no podría ser considerada perfecta. No obstante, y
en tanto que todas las dignidades son idénticas en número y la acción correlativa,
al no poseer materia alguna, es del todo perfecta, la generación de las personas no
se produce del mismo modo que la natural, sino que el Hijo es engendrado con todo
aquello que forma el Padre, y el Espíritu nace de la perfección del acto de aspiración.
En este sentido, la pluralidad de Dios no admite composición alguna, pues no hay en
ella cantidad o accidentes, tratándose más bien de una diferencia intrínseca necesaria
para el movimiento, fruto de la acción y no de la adición o como si de un compuesto
se tratara.
53
Para una explicación más extensa de la materia, cfr.. BORDOY, A., “Variacions entorn del concepte
lul·lià de ‘matèria’”, en RIPOLL, M. I. (ed.): Actes de les Jornades Internacionals Lul·lianes. Barcelona/
Palma de Mallorca: UB/UIB, 2005, pp. 235-258.
54
Arbor scientiae, ROL XIV-XVI, arb. el., (V), de foliis, p. 43, l. 1-8: “Per folia accidentia naturalia
intelligimus, quoniam, sicut folia se ponunt ad uentum ex quacumque parte ueniat, sic accidentia se
uertunt et se habent ad condiciones substantiarum naturalium; et sicut foilia sunt ad conseruandum flores
et fructus contra mágnum calorem et magnam frigiditatem, et adhuc contra mágnum uentum, sic accidentia
sunt ad conseruandum substantias, in quibus sustentatur.”
55
Cfr. Arbor scientiae, ROL XIV-XVI, arb. el., (V), de foliis, pp. 44 ss.
Es por este motivo que en el Árbol de las ciencias la composición aparecerá definida
como “el ajuste de diferentes simples, estando los unos con los otros, de los cuales
surge un tercer número común a todos”56 o, en términos de forma y esencia, será “la
forma agregada de múltiples esencias”57. En este sentido, la composición es siempre
relativa a la cantidad y se basa en la adhesión de múltiples elementos que tienen una
existencia por sí mismos y que constituyen las partes del sujeto, de modo que no se
trata, como sucede con la pluralidad de Dios, de una diferencia interna a la sustancia,
sino de una mezcla de esencias independientes. La composición en base a la cantidad
no significa, asimismo y a pesar de lo que pueda parecer en un primer momento,
una reducción de la pluralidad natural al sentido físico. Llull concibe esta mezcla o
agregación en las sustancias como un proceso que puede tener muchas referencias
distintas: causas diferentes que se unen para formar un mismo sujeto; partes corporales
que forman un todo; o, como sucede con el ser humano, una mezcla de dos principios
completamente distintos, el espiritual y el sensible.
56
Arbor scientiae, ROL XIV-XVI, arb. el., de centum formis, 4, p. 59, l. 35-42: “Compositio est conjunctio
plurium simplicium, quibusdam in aliis existentibus, de quibus sequitur tertius numerus ómnibus
communis.”
57
Ars generalis ultima, ROL XIV, de centum formis (11), p. 329, l. 188: “Compositio est forma aggregata
ex pluribus essentiis.”
58
Llull distingue entre la metafísica trascendental, o filosofía orientada al conocimiento de la causa
primera, y la filosofía natural, procediendo ambas hacia un objeto distinto. Esta idea, que se encuentra ya
en los accesos de los filósofos a las artes compuestos en París, es la que rompe YATES, F., “Ramon Lull and
John Scotus Erigena”, Journal of the Warburg and Courtauld Institutes 23, 1960, pp. 1-44, al concebir
los elementos como algo transportable directamente a Dios, y que PRING-MILL, R. D. F., “Ramón Llull y
la De divisione naturae: una nota sobre la segunda monografía de Miss Yates”, EL 7, 1963, pp. 167-180
criticará.
Con esta intención, Llull compone una teoría de la pluralidad que tiene como objeto
ser aplicable tanto a Dios como al mundo, mostrando así la necesaria dependencia
de la creación con respecto del Hacedor. En el fondo, el concepto que él utiliza es
el mismo que el del interlocutor al que se opone, bien que presenta una importante
innovación: la pluralidad es algo abstracto, no aplicable sólo a la naturaleza, y las
diferencias entre Dios y el mundo no proceden de éste, sino más bien del sustrato
metafísico sobre el cual se aplican. Llull atribuye a la pluralidad, en efecto, múltiples
significados que están siempre en función del objeto, creando un concepto muy general
que incluye la adhesión y la composición, pero también el movimiento y la diferencia.
Se trata, en este sentido, de una teoría que parece haber sido diseñada para superar
los inconvenientes a los que conduce el aristotelismo: la mejora en los sistemas de
definición, el establecimiento de una diferencia en base al objeto, la necesidad de
tener en cuenta todos los significados del concepto o la creación de una teoría que
es capaz de explicar no sólo la naturaleza, sino también lo que está más allá de ella,
son ejemplos de esta superación del aristotelismo, dirigida a mostrar a los averroístas
latinos que, si tienen en cuenta tan sólo lo que dijeron los antiguos y no utilizan la
teología, caen en los mismos errores que ellos y, por tanto, dan un paso atrás en la
evolución del conocimiento.
Resumen: En este artículo se profundiza en la vida y obra de los tres primeros traductores,
cuyo nombre conocemos, de las obras de Charles R. Darwin en España: el brigadier de la
Armada Juan Nepomuceno de Vizcarrondo (1791-1861); el escritor Joaquín María Bartrina
(1850-1880); y el periodista Enrique Godínez y Esteban (1845-1894). Lo que hasta estos
momentos se sabía de Vizcarrondo y de Godínez era muy poco.
Palabras clave: Darwin, darwinismo, Vizcarrondo, Bartrina, Godínez, España.
Abstract: In this article it is deepened in the life and work of the first three translators
in Spain, as far we have found, of the works of Charles R. Darwin in Spain: the brigadier of
the Navy Juan Nepomuceno de Vizcarrondo (1791-1861); the writer Joaquín Maria Bartrina
(1850-1880); and the journalist Enrique Godínez y Esteban (1845-1894). So far little was
known about Vizacarrondo and Godínez.
Key words: Darwin, darwinism, Vizcarrondo, Bartrina, Godínez, Spain.
1. Introducción
1
La tesis doctoral de José Antonio Zabalbeascoa Bilbao La vida y las obras de Joaquín María
Bartrina, dirigida por José Manuel Blécua, fue defendida en la Universidad de Barcelona en 1968. En
dicha Universidad se conservan dos ejemplares de la misma, que hemos consultado para este trabajo.
2
ZABALBEASCOA, J. A., “El primer traductor de Charles R. Darwin en España”, Filología Moderna,
VIII, 1968, pp.269-275.
3
GOMIS, A. Y JOSA, J., Bibliografía crítica ilustrada de las obras de Darwin en España (1857-2005),
Madrid, CSIC (Estudios sobre la Ciencia, 42), 2007.
4
HERSCHEL, SIR. F. W. J., Manual de Investigaciones Científicas; dispuesto para el uso de los Oficiales
de la Armada y viajeros en general: Redactado por …, Baronet, y publicado de orden del Almirantazgo.
Segunda edición. Traducido del inglés por Juan N. de Vizcarrondo, Cádiz, Imprenta y Librería de la
Revista Médica, 1857 (BGJ 0).
5
Los otros catorce reputados autores que redactaron una sección del Manual fueron: G. B. AIRY
“Astronomía”; EDWARD SABINE “Magnetismo terrestre”; J. W. BEECHEY, “Hidrografía”; REV. DR. WHEWELL,
“De las mareas”; W. J. HAMILTON, “Geografía”; R. MALLET, “Observaciones sobre los temblores de tierra”;
SIR HENRY DE LA BECHE, “Mineralogía”; SIR J, F. W. HERSCHEL, “Meteorología”; WILLIAM RADCLIFF BIRT,
“De las undulaciones atmosféricas y curvas barométricas”; RICHARD OWEN, “Zoología”; SIR WILLIAM
HOOKER, “Botánica”; J. C. PRICHARD, “Etnología”; ALEXANDER BRYSON, “Medicina y estadística médica” y
G.R. PORTER, “Estadística”.
6
DARWIN, C., On the origin of species by means of natural selection, Londres, John Murray, 1859.
7
HERSCHEL, SIR F.W.J., op.cit., p. 169.
8
DARWIN, C “Geología”, HERSCHEL, SIR F.W.J., op.cit., pp.169-209. Cfr. p. 171.
9
La mayoría de los datos biográficos están tomados del expediente personal de Juan Nepomuceno
Vizcarrondo que se conserva en el Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán (El Viso del Marqués,
Ciudad Real) Legajo nº 620/1288.
10
Con fecha 28 febrero de1803 recibió el nombramiento de Guardia Marina.
11
El nombramiento de Alférez de Fragata de la Real Armada para Dn. Juan Vizcarrondo, refrendado
por el Secretario de Marina, Francisco de Saavedra, el 23 de agosto de 1808 se conserva entre la
documentación que figura en el expediente personal de Vizcarrondo en el Archivo General de la Marina.
Sin embargo, en su Hoja de Servicios figura como fecha de la Real Orden que dispuso el ascenso la del 21
de septiembre de dicho año.
duraría algo más de cinco meses, pues no regresó a Cádiz, en el citado navío, hasta el
1 de febrero del año siguiente.
El 1 de marzo de 1809 fue transbordado a la fragata Cornelia. Durante los casi
tres años que permaneció embarcado en ella participó en diferentes misiones que le
llevaron, además de a diferentes puertos peninsulares, en una ocasión a Nueva York
y en otra a Puerto Rico. Al salir de este último enclave a finales de 1810, para cruzar
a Costa Firme, hubo de batirse con la lancha armada de la Cornelia a un grupo de
rebeldes. Por R.O. de 24 de mayo de 1811 fue ascendido a Alférez de Navío.
Restituido a La Habana fue transbordado, en enero de 1812, a la goleta Veloz,
destinada a cruzar y proteger el comercio de cabotaje de las costas de Veracruz y
Campeche. Cuatro meses más tarde transbordó a la goleta Ramona, con la que hizo
viaje a Santa Marta y, en la noche del 6 de septiembre de 1812 en que había que
abandonar aquella plaza, recibió el encargo de elevar los cañones del fuerte de Santa
Bárbara, echar al agua todos los pertrechos y embarcar la guarnición, lo cual verificó,
desmontando dos cañones de campaña y salvando la mayor parte de los fusiles y
sables que estaban en el cuarto del Castillo. Después se trasladó a Puerto Velo, donde
le fue confiado por Manuel Funes, Comandante de Marina de aquel puerto, el mando
de la goleta Príncipe.
Al mando de la goleta Príncipe participó, junto a otros buques, en varios convoyes.
El 9 de junio de 1813, en que navegaba sólo, se encontró con tres Corsarios insurgentes
que le infringieron descalabros de consideración, hasta el punto que embarrancó en
costa enemiga y fue hecho prisionero luego de alcanzar a nado la costa. Permaneció
retenido casi dos años, en los que incluso fue sorteado para ser pasado por las armas.
Una vez que recobró la libertad y que llegó a La Habana fue juzgado en Consejo de
Guerra de Oficiales por la pérdida de la goleta, proceso del que resultó en completa
libertad.
En enero de 1816 fue embarcado en el bergantín Vengador, con el que entró en
Cádiz el 10 de marzo. El 26 de julio pasó a la corbeta Descubierta, con la que escoltó
un comboy hasta Canarias y cruzó el Cabo San Vicente. Luego del ascenso a Teniente
de Fragata, que tuvo lugar por R.O. de 15 de octubre de 1816, tuvo a su mando la
goleta Tránsito, en dos ocasiones, y la goleta Mariana, hasta que en noviembre de
1820 fue desembarcado para disfrutar un descanso.
El 29 de marzo de 1822 embarcó en la corbeta Diamante, de cuyo mando se
posesionó interinamente el 15 de junio. Por R.O. de 17 de julio se le comisionó
la conducción desde La Coruña a La Habana del Capitán General de la Isla y del
Intendente de la misma, lo que verificó ya entrado el año siguiente. De aquella
travesía, y de su regreso, se conservan en el Archivo del Museo Naval una abundante
documentación con las observaciones de Vizcarrondo de las direcciones y velocidad
de las corrientes, desde el mismo momento que la corbeta parte de Cádiz hacia Ferrol,
el día 10 de enero de 182312.
12
Agradecemos a Mª Luisa Martín-Merás Verdejo, Directora Técnica del Museo Naval, y a Lola
Higueras, que nos permitieran consultar esta documentación que se conserva en el Archivo del Museo
Naval: Carpeta m. 176 (doc. 4).
20
El escrito autógrafo de Vizcarrondo, fechado el 16 de octubre de 1841, también se conserva. Archivo
Histórico Nacional, Estado 6326, Expediente 101.
21
El 19 de junio de 1846 se presentó Vizcarrondo en el Departamento de Cádiz.
22
Se le encargó por R.O. de 4 de junio de 1847, tomando posesión el día 15.
23
SIMMS, F.W., Tratado de la descripción y manejo de varios instrumentos de astronomía y navegación,
escrito en inglés por… y traducido por D.J.N. de Vizcarrondo, Cádiz, Imp. De la Lib. Y Lit. de la Revista
Médica, 1846.
24
Por Real Decreto de 31 de enero de 1848 se dignó S.M. conceder tal nombramiento.
Como Brigadier se le confió el mando del navío Soberano, si bien desempeñó durante
poco tiempo este cargo25, y durante poco tiempo también fue Brigadier en efectivo, ya
que por R.O. de 18 de junio de 1850 fue declarado exento de todo servicio.
Fue a partir de quedar exento de todo servicio cuando emprendió una formidable
actividad como traductor de obras inglesas que se interesaban por diferentes aspectos de
la vida en el mar. Su bagaje era docto. Dejando a un lado el Manual de Investigaciones
Científicas dispuesto para el uso de los Oficiales de la Armada al que, por ser el
que contiene el texto de Darwin, ya hemos dedicado capítulo aparte, entre estas
traducciones tenemos las siguientes: Investigaciones acerca de la naturaleza y curso
de los vientos tempestuosos en el océano Indico al sur del Ecuador, de Alexander
Thom, en 185226; Nuevo tratado de la ley de las tormentas y vientos variables: para
el uso práctico de la navegación, del teniente coronel William Reid, en 185327; Tablas
para facilitar la práctica de la navegación por el círculo máximo y para determinar
los Azimudes, por John Thomas Towson, en 185528; y la Geografía física del mar, de
Matthew Fontaine Maury, en 186029.
Juan Nepomuceno de Vizcarrondo falleció a finales de julio de 1861. A las seis de
la tarde del día 31 de julio sus restos fueron conducidos al Cementerio de San José
de Cádiz. Precedían la caja mortuoria cuatro hermandades, gran número de pobres
del hospicio con hachas encendidas y la cruz parroquial castrense. Las cintas de la
caja las llevaban varios marinos de alta graduación, entre ellos los Sres. Manterota y
Grandallana. Detrás de la caja, que iba conducida por marineros, marchaban individuos
de la Sociedad filantrópica de veteranos de la Milicia Nacional y gran número de Jefes
y Oficiales de todas las armas. Cerraba el cortejo fúnebre un batallón de infantería, al
que seguía gran número de coches de alquiler y particulares.30
En Puerta de Tierra, al irse a dar sepultura al cadáver, hizo el batallón que le
acompañaba las descargas de ordenanza. Fue inhumado en dicho Cementerio de
San José, en el nicho 82, fila 3ª, patio 5º, Línea Norte. No sabemos el tiempo que
permanecieron allí los restos de Vizcarrondo, pues a mediados del siglo siguiente
–en 1949 y posteriores— se hicieron nuevos enterramientos es esa unidad que,
entonces, compra a perpetuidad D. Eduardo Ayllón Franco. Con posterioridad, a
25
Por R.O. de 23 de marzo de 1849 se le confió el mando del navío Soberano, del que tomo posesión
el 9 de mayo, y del que fue relevado por R.O. del 6 de agosto del mismo año.
26
THOM, A., Investigaciones acerca de la naturaleza y curso de los vientos tempestuosos en el océano
Índico al sur del Ecuador: con el objeto... de que los buques puedan averiguar la proximidad... de los
huracanes y de establecer reglas sobre el modo de evitarlos, traducido por... don Juan Nep. De Vizcarrondo.
Cádiz, Imp. De la Revista Médica, 1852
27
REID, W., Nuevo tratado de la ley de las tormentas y vientos variables: para el uso práctico de la
navegación, escrito por el teniente coronel ... y traducido por ... D. Juan Nepomuceno de Vizcarrondo.
Cádiz, Imp. de la Revista Médica, 1853.
28
TOWSON, J. T., Tablas para facilitar la práctica de la navegación por el círculo máximo y para
determinar los azimudes, por... Publicadas por orden del Almirantazgo Inglés. Traducidas por el Brigadier
de la Armada D. Juan N. de Vizcarrondo. Cádiz, Imp. de la Revista Médica, 1855..
29
MAURY, M. F., Geografía física del mar, por ... Traducido de la quinta edición por ... Don Juan
Nepomuceno de Vizcarrondo. Madrid, Imp. y Litografía militar del Atlas, 1860.
30
Cfr. Gaceta de Madrid nº 216, del 4 de agosto de 1861, pág. 4, que reproduce la noticia de El
Comercio.
petición de esta familia, la unidad fue exhumada, trasladándose los restos que allí
se encontraban al Cementerio Mancomunado de Chiclana31.
31
Agradecemos a D. Salvador García Palau, Director General del Cementerio Mancomunado Bahía
de Cádiz, el que nos haya facilitado esta precisa información que figura en el Libro de Registros del
Cementerio San José de Cádiz.
32
DARWIN, C., El origen del Hombre. La selección natural y la sexual. (Primera versión española).
Barcelona, Imprenta de la Renaixensa (La ciencia moderna, 2), 1876 (BGJ 122).
33
DURAN I TORT, C., “La Renaixensa” primera empresa editorial catalana. Barcelona, Publicacions
de l’Abadia de Montserrat, 2001.
34
BARTRINA, J. M., Algo. Barcelona, 1876. Uno de los poemas lleva por título “Contra Darwin” y, en
él, narra como un viejo babuino salva a otro, de no más de cinco meses, del ataque de los perros.
35
BARTRINA, J. M., Del cap i del cor (Idees i pensaments d´un gran escèptic). Barcelona, Antoni
López, Libreter, 1931. El apartado “El Darwinisme” va de la página 53 a la 62. La cita en la página 53.
36
Comunicación verbal de Sebastián Calzada, Museo Geológico del seminario de Barcelona.
trina, las cuales nos han permitido trazar el perfil biográfico que figura a continuación.
Entre el conjunto de trabajos utilizados, hay que destacar las notas necrológicas redac-
tas por Rossend Arús y Valentí Almirall, dos personalidades muy ligadas a Bartrina,
fuentes de primacía, pues, para comprender los avatares de la vida y la obra realizada
por Bartrina. Notas que, pese a ser escritas en las desgraciadas circunstancias del falle-
cimiento en plena juventud, no faltan al rigor.
Hemos consultado, además, un tercer protagonista del entorno de Bartrina,
Pompeyo Gener, gran personaje de la Barcelona del siglo XIX, con una larga obra
escrita y un anecdotario sin fin.
37
SARDÁ I FERRÁN, J., Noves biográfiques del poeta Joaquín Mª Bartrina i de Ayxemús. Reus, Tip.
Rabassa, 1925. Cfr.. pp.. 13-15.
38
BARTRINA, J. M., ¡Guerra a Dios! Folleto en apoyo del de Suñer y Capdevila. Barcelona, Imprenta
Popular, 1869.
39
El discurso llevaba por título: Guerra a Dios.
40
SUÑER Y CAPDEVILA, F., Dios. Barcelona, 1869.
41
Archivo histórico de la Universidad de Barcelona. Referencia 01507. J. M. Bartrina firma la solicitud
de matricula con fecha 28 de septiembre de 1871.
42
JORBA, M., L’obra crítica i erudita de Manuel Milà i Fontanals. Barcelona, Curial; Publicacions de
l’Abadia de Montserrat, 1989. Cfr. p. 128.
43
La Llumanera de Nova York: revista catalana de novas y gresca. 1874-1881. El primer número se
publicó en noviembre de 1874.
44
ARÚS Y ARDERIU, R., “L´enterro d’En Bartrina” La Llumanera de Nova York, 65, septiembre 1880,
p. 3.
Almirall nos dejó una semblanza de Bartrina45, a nuestro entender genial, por lo que
dice y por lo que no dice. No es cita baladí la que inicia el texto, la de Leopardi46, el
poeta admirado por Bartrina:
45
ALMIRALL, V., “En Joaquín Mª Bartrina” Diari Català, 5 de agosto de 1880.
46
LEOPARDI, G., (Recanati, 1798-Napoli, 1837).
47
BARTRINA, J., Perpetuínes. Pròleg de Valenti Almirall: 5-10. Librería L¨Avenç, 1907.
48
GENER, POMPEYO, Amigos y maestros. Contribución al estudio del espíritu humano a fines del siglo
XIX. Barcelona, Casa Editorial Maucci, 1915.
49
BARTRINA, J.M., Obras en prosa y verso, escogidas y seleccionadas por J. Sardá (con un retrato de
autor). Barcelona – Madrid, Teixidó y Perera, 1881.
50
GENER, POMPEYO, 1915. Cfr. p. 297.
51
RIERA I TUÈBOLS, S., “El positivisme cientific i la difusió del darwinisme. Les ciències naturals i
mèdiques a la Renaixença”, Història de la Cultura Catalana. Vol. V, Naturalismo, Positivismo, catalanisme,
pp. 115-138. Barcelona, Edicions 62, 1994.
52
NÚÑEZ, D., La mentalidad positiva en España: desarrollo y crisis, Madrid, Túcar ediciones, 1975.
datos que Darwin ordena en un modelo realmente inédito y que permiten elaborar tal
visión global de la realidad contaban ya con una larga preparación. El pensamiento
de fines del siglo XVIII y primera mitad del XIX (Condorcet, Hercher, Hegel, Comte,
etc.) habían puesto en primer plano la idea de historicidad y progreso. La misma
historia natural (Buffon, Lamarck, E. Darwin. Lyell, etc.) había incorporado la noción
transformista a las tesis fijistas”53.
Bartrina se movía a favor de la identificación que en Cataluña había entre
intelectualidad republicana y Positivismo. En esta línea participó en la revista El
Porvenir dirigida por Isidor Doménech, junto a Valentí Almirall, Francesc Sunyer,
Pi i Margall y Pompeyo Gener, que ya había traducido la teoría darviniana de
Büchner en La Humanidad, periódico semanal, eco de la Asociación librepensadora
de Barcelona, publicación en la que participó Bartrina y en la que concurrían, en
actividad creativa y de transformación, que la conformaban artículos de carácter
científico sobre el cerebro, manifiestos de carácter humanitario y moral, propuestas
de enseñanza general y obligatoria para los menores de catorce años, versos, crónicas
y lecturas recomendadas como La razón natural o las ideas naturales opuestas a las
sobrenaturales y Las ruinas de Palmira o meditación sobre las revoluciones de los
imperios54.
Esta temática, influencias y desarrollo ha sido tratada por diferentes autores.
Recientemente por Xavier Ferré55, Rosa Cabré y Josep M. Domingo56, muestra del
interés renovado por los ambientes, disciplinas y corrientes que conformaban el
entorno de Bartrina, cuando éste hizo la traducción de la obra de Darwin El origen del
hombre. Siempre hay que tener presente el centro de operaciones, de primera hora,
frecuentado y animado por Bartrina: El Centre de Lectura de Reus57.
Acabaremos este apartado señalando como dos de las fuentes que hemos utilizado
para esta semblanza provienen de Rossend Arús y Valentí Almirall, unidos ambos
por una colaboración y amistad que cuajó en la Biblioteca Pública Arús, institución
ejemplar que, pese a los avatares difíciles de algunas épocas, perdura en la actualidad
y con el sentir para el que fue fundada. Por testamento de confianza, Rossend Arús
dejó, para instalación de la misma, su domicilio particular.
53
NÚÑEZ, D., El darwinismo en España, Madrid, Ediciones Castalia, 1977. P. 8.
54
La Humanidad, 19. Barcelona, 13 de mayo de 1871.
55
FERRÉ TRILL, X., Pensament positivista a Catalunya, Tarragona, Cossetània Edicions, 2007.
56
CABRÉ, R., I DOMINGO, J.M.,. Estudis sobre el positivisme a Catalunya, Barcelona, Eumo Editorial,
2007.
57
ANGUERA, P., El Centre de Lectura de Reus. Una institució catalana, Barcelona, Edicions 62,
1977.
Enrique Godínez y Esteban, hijo Francisco Godínez y Zea (natural de Málaga, que
entre otros cometidos fue cónsul en Bombay) y Dª Rosario Esteban (natural de la Isla
de Sn Fernando), nació a las 6 de la mañana del 2 de octubre de 1845 en el domicilio
paterno, sito en la madrileña calle del León. Tres días más tarde, el día 5, era bautizado
en la parroquia de San Sebastián, de Madrid con los nombres de Enrique, Saturnino,
Franco, Antº de la Santísima Trinidad62.
58
DARWIN, C., Origen de las especies por selección natural, ó resumen de las leyes de trasformación
de los seres organizados, con dos prefacios de Mad. Clemencia Royer, Madrid, Imprenta a cargo de Jacobo
María Luengo, 1872 (BGJ 33).
59
DARWIN, C., 1872. Cfr. p. X.
60
DARWIN, C., 0rígen [sic] de las especies por medio de la selección natural ó la conservación de
las razas favorecidas en la lucha por la existencia, Madrid, Biblioteca Perojo [Revista Contemporánea]
(Tipograf.-Esterotipia Perojo), 1877 (BGJ 34).
61
DARWIN, C., Origen de las especies por medio de la selección natural ó Conservación de las razas
en su lucha por la existencia, Madrid, Editores Lucuix y Compañía, s.a., pero c. 1880 (BGJ 35).
62
Cfr. Libro de Bautismos nº 75 de la Parroquia San Sebastián, folio 312, donde se encuentra la
partida de bautismo de Enrique Godínez y Esteban.
“Dear Sir: I am much obliged for your elter of April 21th and for the present of your work
and the Review. I shall be pleased and honoured to have my book translated in Spanish, by
which means in may be Known in the large kingdom of Spain, and in the widest extended
regions where spanish in is spoken. I directed my publisher to send a copy of the Origin by
post to you yesterday. No fasther authorisation in required than this note. I have nothing to
63
La mayoría de los datos de su carrera militar están tomados del expediente personal de Enrique
Godínez y Esteban que se conserva en el Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán (El Viso del
Marqués, Ciudad Real). Legajo nº 620/485. Agradecemos a Juan Carlos González, los datos que nos facilitó
de su página web de “linajes malagueños”. También nos ha sido de especial utilidad las conversaciones
que tuvimos con D. Enrique Godínez Calonje, quien nos habló de su tío Rodolfo Godínez de la Cámara
y de que uno de sus primos Erasun Godínez, con la información que venía de su madre, Pilar Godínez, la
introdujeron en la web: http://www.sanchez-gomez.es. Agradecimiento a todos los Godínez.
64
GODÍNEZ, E., “El mágico prodigioso” Revista Contemporánea, Año II, número 4, tomo I, cuaderno
IV, páginas 471-479 (Madrid, 30 de enero de 1876).
add to the Spanish edition, and will only add my sincere hopes that it may be sucersful. I
have the honour to remain, dear Sir, yours faithfully”65.
“Dear Sir: I received only this morning the sheets of the spanish translation of my Origin
of Species, and like much the appearance of the type etc., and am glad to see what progress
has been made. With reference to your obliging note of the 14th I am extremely sony to
say that on account of my weak health and being much overworked. I cannot undestake to
read over the sheets. The labour would be considerable, as from waut of practice. I have
forgolten much of what I formedy knew of your fine language. The few pages which I have
read seem to me very cleacy expressed whith cordial wishes for the success of the work I
remain, dear Sir, yours faithfully”66.
65
La carta de Darwin a Godínez fechada el 28 de abril de 1876, se reproduce en la edición de El
origen de las especies de 1877 (BGJ 34), así como la siguiente traducción de la misma: “Dear Sir: Le
agradezco mucho su carta del 21 de Abril y el regalo de su libro y de la Revista. Me place y honra que
se traduzca mi libro al español, pues de este modo será leído en el dilatado reino de España y en las
extendidísimas regiones donde se habla el castellano. He dado á mi editor la órden de que enviara a V. por
correo ayer un ejemplar del Origen. No hace falta más autorización que esta carta. Nada tengo que añadir
para la edición española, á no ser mis esperanzas sinceras de que obtenga un buen éxito. Tengo el honor
de quedar, querido señor, fielmente vuestro.”
66
Igualmente, la carta de Darwin a Godínez fechada el 21 de marzo de 1877 y su traducción , se
reproduce en la edición de El origen de las especies de 1877 (BGJ 34): “Dear Sir: Hasta esta mañana no he
recibido los pliegos de la traducción española de mi Origen de las especies, y me gusta mucho el aspecto
del tipo, etc., y me causa alegría ver cuán adelantada va la obra. Con respecto a la carta de V. del 14, que
es de agradecer, siento en extremo decir que por mi mala salud y exceso de trabajo no puedo emprender la
tarea de leer con detención los pliegos. Sería un trabajo considerable, pues he olvidado mucho de lo que
antes sabía de vuestro hermoso idioma, por falta de práctica. Las pocas páginas que he leído parécenme
clarísimamente expresadas. Con deseos cordiales por el éxito de la obra, quedo, querido señor, fielmente
vuestro.”
67
GODÍNEZ, E., “Lo que emprende el periódico moderno” Revista Contemporánea, IV, 1876, pp. 347-
373.
68
DARWIN, C., “Bosquejo biográfico de un niño”, Revista Contemporánea, III, XI, 1877, pp. 279-
290.
En 1880, contrajo matrimonio con María Pilar Díez de Corral, natural de Santander69
y dos años más tarde, el 28 de agosto de 1882, nace en Bilbao su hijo Rodolfo Godínez
y Díez.
Poco después pasó a Mexico, donde fundó una línea de vapores –la Compañía
Mexicana Transatlántica– y donde debió reunir una buena fortuna, que desapareció
después en varias empresas desdichadas. De esta etapa nos interesa destacar su labor
como editor, redactor y auténtico promotor de la Semana Mercantil de México. Órgano
de los intereses industriales y mercantiles, cuyo primer número salió de los talleres
editoriales con fecha 26 de mayo de 1884, figurando como editores responsables
Francisco G. Cósmes y Enrique Godínez. Pero a partir del número 4, del 23 de junio, ya
sólo figuró Godínez como editor responsable. Una segunda época, de esta publicación,
comienza el 30 de marzo de 1885, figurando Enrique Godínez como director70.
Sin embargo, debió abandonar pronto esta empresa, ya que por motivos de salud
decidió regresar a España. El día 31 de julio de 1885 partió, desde el puerto de
Veracruz, en el vapor Tamaulipas hacia el viejo continente.
Ya en Madrid, donde sufrió muchas molestias por la enfermedad de estómago que
padecía, siguió colaborando con empresas periodísticas e hizo algunos textos para
teatro. En su haber también figura la primera traducción al castellano de la obra de
Wilkie Collins El aparecido, publicada por El Cosmos editorial71. Es relevante que
así fuera y ha sido agradable sorpresa el ver que hay una cita de Wilkie Collins al
principio de la obra de Janet Browne Charles Darwin. Voyaging:
“Never mind about his genius, Mr. Pesca. We don`t want genius ih this country, unless it is
accompanied by respectability”72.
A comienzos del año 1893 se integra en la que, a la postre, iba a ser su última
aventura editorial, la puesta en marcha del periódico El Tiempo, diario político de
orientación liberal conservadora, tras el cual estaba Francisco Silvela. Fue en el día
9 de enero, a las diez de la noche, cuando se reunieron en la redacción de El Tiempo
(cuarto bajo, número 18 de la calle de El Turco), bajo la dirección de Guillermo
Rancés, los redactores fundacionales, entre los que se encontraba Godínez73.
69
María Pilar Díez de Corral nació en Santander, aproximadamente en 1848, y falleció en 1916 en
Santa Cruz de Tenerife.
70
Los autores del presente trabajo han tenido oportunidad de consultar los números de La Semana
Mercantil de México, de la época en que dependió de Godínez, en la Hemeroteca Nacional de México.
71
COLLINS, W., El aparecido, Madrid, El Cosmos editorial, 1889. Se conserva un ejemplar en la
Biblioteca Pública Arús que perteneció a la colección particular de Rossend Arús. Posteriormente, Valentí
Almirall compró otras obras del mismo autor para esta misma Biblioteca (Comunicación verbal de David
Doménech).
72
BROWNE, J., Charles Darwin. Voyaging. New Jersey, Princenton University Press, 1995. Cfr. p.v. En
la edición española (Universitat de Valencia, 2008) se traduce así: “No importa su genialidad, señor Pesca.
En este país no queremos genialidad, si no va acompañada de respetabilidad.”
73
Un exredactor. El Tiempo. Historia íntima de la fundación, vida y muerte de este periódico, Madrid,
Imprenta de Pedro Núñez. Cfr. pp. 41-43.
La aparición del primer número de El Tiempo tuvo lugar, por tanto, el día 10 de
enero de 1893, produciendo un grato efecto en el país. “Enrique Godínez, primer
redactor de El Tiempo, fué a éste un gran elemento de cultura, por su instrucción,
juicio clarísimo, dominio de idiomas y estilo razonador y vigoroso”74.
Algo menos de dos años pudo prestar Enrique Godínez su valiosa cooperación al
periódico, ya que falleció en su domicilio, de la calle Villalar, número ocho, cuarto
cuatro, a las 11.15 de la noche del día 7 de diciembre de 1894. “La muerte que le
acechaba hacía tiempo, le hirió casi de improviso”75. A la mañana siguiente, en el
Juzgado de Buenavista76, se procedió a la inscripción del fallecimiento por parte
de José Ignacio Alonso y De Pablos, jornalero, quien lo hacía autorizado por Don
Francisco Godínez77, hermano del finado. En el ejemplar de El Tiempo, de ese día,
bajo su esquela, se daba una sentida noticia biográfica, en la que, entre otros datos, se
apuntaba a una pulmonía fulminante, como causa de la muerte78.
El día 9 de diciembre, a las 11 de la mañana partió el entierro, de la casa del finado,
hacia la Sacramental de San Justo. Presidieron el entierro D. Francisco Silvela, el padre
Arias, capellán del Asilo de Nuestra Señora de las Mercedes, D. Francisco Godínez
y D. Guillermo Rancés, que ya hemos señalado que era el director de El Tiempo. Sus
restos fueron inhumados en el patio de San Millán, en donde en una galería sombría,
en un nicho bajo, el 2378, hoy en día permanecen79.
Hasta aquí las biografías de estos tres importantes protagonistas del darwinismo
en España.
8. A modo de epílogo
Para todos los que hemos faenado sobre Darwin y el darwinismo en España,
siempre ha sido celebrado —y resultado útil— el conocimiento del artículo de J. A.
Zabalbeascoa: “El primer traductor de Charles R. Darwin en España”. Sin embargo,
durante las investigaciones llevadas a cabo para la redacción de la Bibliografía crítica
ilustrada de las obras de Darwin en España (1857-2005) pudimos comprobar que,
74
Ibídem,. Cfr. p. 49.
75
Ibídem,.Cfr. p. 50.
76
Sección 3ª del tomo 82-3 número 1433.
77
Francisco Godínez y Esteban, nacido en Madrid el 8 de septiembre de 1844, durante algún tiempo
fue Gobernador del Banco Español de la Isla de Cuba, el Banco que bajo el nombre de Banco Español de
La Habana había operado desde 1856 a 1881, siendo la más antigua Francisco Godínez y Esteban, nacido
en Madrid el 8 de septiembre de 1844, durante algún tiempo fue Gobernador del Banco de la Isla de Cuba,
el Banco que bajo el nombre de Banco Español de La Habana había operado desde 1856 a 1881, siendo la
institución crediticia de Cuba. Este Banco fue de gran interés económico y político en la etapa colonial en
Cuba, como ha señalado, en su estudio exhaustivo, Inés Roldán en La Banca de emisión en Cuba (1856-
1898). Estudios de Historia económica, nº 44. Madrid, Banco de España. Servicio de estudios, 2004.
78
Carlos Dorado Fernández, Director de la Hemeroteca Municipal de Madrid, nos facilitó la
localización de la colección de El Tiempo y nos proporcionó las copias que necesitamos. Quede aquí,
nuestro público agradecimiento.
79
Agradecemos a Juan Antonio Pino, Gerente de la Sacramental, el que nos ayudara en la localización
del nicho de Enrique Godínez.
Resumen: El artículo aborda las distintas vertientes de la reflexión de Montoro que tributan
a sus concepciones acerca de la condición humana. En este sentido recibe tratamiento su noción
de la libertad imbricada al liberalismo político y económico, así como su optimismo histórico
revelado en la confianza, en el porvenir y el progreso. Asimismo recibe atención su enfoque de
la historia, las ciencias y la filosofía, entre otras zonas de la meditación. Desde una perspectiva
desacralizadora el estudio demuestra la contribución del pensador a la herencia cultural y
política de la nación cubana, la que a su vez enriquece la tendencia humanista y desalienadora
que tipifica la historia del pensamiento latinoamericano.
Palabras claves: humanismo, libertad, progreso, ciencias, historia, filosofía, autonomismo,
política, eticidad.
Abstract: This article deals with the different aspects of Montoro´s reflections on the
human condition. It deals mainly with his notion of liberty as related to political and economic
liberalism, as well as his historical optimism as revealed in his confidence in the future and
in progress. Also highlighted are his approach to history , the sciences, philosophy and other
subjects. From an uncompromising position the study demonstrates the author´s contribution
to the political and cultural heritage of the Cuban nation, which in itself enriches the humanist
and anti-alienation tendencies of Latin American thought.
Keywords: humanism, liberty, progress, sciences, history, philosofy, autonomism, politics,
ethics.
1
Cfr. SÁNCHEZ DE BUSTAMANTE Y MONTORO, A., La Filosofía Clásica Alemana en Cuba 1841-1898, La
Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1984, pp. 91-95.
2
Cfr. MONTORO, R., “Perojo”, Obras, Trabajos Históricos, Jurídicos y Económicos, La Habana,
Cultural S.A, 1930, t. 3, p. 257, José del Perojo nació en la ciudad de Santiago de Cuba en 1852 y falleció
en Madrid en 1908. Vivió en Cuba casi toda la contienda de la Guerra de los Diez Años y luego marcha a
Alemania para estudiar filosofía en Heidelberg con Kuno Fischer, quien le incentivó a traducir al español la
Crítica de la Razón Pura de Kant. De Alemania pasó a Madrid en 1875, en donde funda junto a Revilla la
Revista Contemporánea y publica su libro Ensayos sobre el movimiento Intelectual en Alemania, Madrid,
Medino y Navarro, 1875. Con dicho libro contribuyó notablemente a la difusión de las nuevas tendencias
filosóficas y políticas. Creó una imprenta y en ella publicó obras de Descartes, Spinoza y Darwin. En
1883 publicó la traducción de la Crítica de la Razón Pura. En 1885 publicó su libro Ensayos de Política
Colonial. En 1891 su filiación era autonomista. Humberto Piñera Llera puntualizó en torno a Perojo: “Sin
embargo a pesar de sus dilatadas ausencias del suelo de origen, Perojo fue un hombre constantemente
preocupado por la situación de Cuba hasta el punto de proclamar en las cortes españolas que el pueblo
cubano es eminentemente culto, que se halla en un estado de civilización igual si no superior al pueblo de
la península. Además fue un persistente defensor de la independencia de las colonias”. Cfr. PIÑERA LLERA,
H., Montoro y el Hegelianismo, http: // www.filosofia.org/aut/001/1960hph.htm .
“El proceso de nuestros orígenes nacionales tiene diversas etapas y es la obra de varias
generaciones. No lo es nunca la formación de la auténtica conciencia nacional de un pueblo,
labor de una generación sola, ni de una sola dirección ideológica, ni de un solo credo
político o de orientación determinada de la cultura: fue una labor secular de muchos, fue la
lenta y heroica labor de hombres que en el cerco de la colonia pudieron superar a su medio
y pugnaron por incorporar a la patria en el núcleo de la cultura universal y perenne”3.
“Sin embargo, al estimar las grandes figuras cubanas no basta formular la lista de nuestras
discrepancias. Lo decisivo, para encuadrarlas acertadamente, es indagar si su actividad y
su ideario pueden formar parte de la herencia cultural y política nuestra. Recordemos una
vez más, como Lenin advertía que en toda historia nacional hay dos tradiciones, una liberal,
3
CHACÓN Y CALVO, J.M., “Prólogo” a Ideario Autonomista, La Habana, Publicaciones de la Secretaría
de Educación, Dirección de Cultura, 1938, pp. 5-6.
progresista, otra reaccionaria, hostil al futuro, solo la primera interesa a los que luchamos
por el socialismo y en cada personaje o corriente de la historia cubana hemos de descubrir
en cuál de ambas tradiciones está enclavado”4.
4
RODRÍGUEZ, C.R., “Varona: Balance de un Centenario”, Letra con Filo, Ciudad de la Habana,
Ediciones Unión, 1987, t. 3, p. 139.
5
Cfr. VARONA, E.J., “Rafael Montoro”, MONTORO, R., Obras, La Habana, Edición del Homenaje,
Cultural S.A, 1930, t. 1, p. LXI VIII; SANGUILY, M., “Un gran orador cubano”, MONTORO, R., op.cit., p.
LXIII.
6
MONTORO, R., “Discurso pronunciado en Cienfuegos el 22 de septiembre de 1878”, Ideario
Autonomista, op.cit., p. 112.
7
Ibidem.
8
Cfr. MONTORO, R., “Deberes de la democracia”, Trabajos históricos, jurídicos y económicos,
op.cit., pp 497-501. Influyeron notablemente en Montoro las ideas de James Bryce en su libro Modern
Democracies. Asume de dicho autor las tesis acerca de la democracia como régimen de todo el pueblo así
como lo referido a los rasgos diversos de las formas democráticas, atendiendo al carácter y costumbres de
los pueblos y los rasgos semejantes en las distintas partes del mundo.
9
Ibidem, p. 498
“Pero donde el ciudadano se abstiene de votar o vota solo por ceder a compromisos o
influencias personales, desestimando el precioso derecho de que está investido, no hay
ni puede haber una democracia digna de este nombre. Fluctuando entre la anarquía y la
dictadura será siempre el pueblo donde eso sucede, víctima de facciones más o menos
opresoras que tremolaran con esfuerzo peregrino como el vizcaíno del Quijote sus
10
Ibidem, pp.498s.
11
MONTORO, R., “Discurso pronunciado en la junta magna del Partido Liberal de Cuba, celebrada el
1º de abril de 1882”, Obras. La Habana, Edición del Homenaje, Cultural S.A, 1930, t. 2, vol. 1, pp 156-
157.
12
Ibidem. Niega Montoro que la cuestión social pueda enfocarse en virtud de la relación capital-
trabajo. De esta forma desconoce el conflicto clasista burguesía-proletariado desplegado plenamente en
las revoluciones en Francia y Alemania entre 1848-1850, estudiadas con coherencia por Carlos Marx
y Federico Engels. Tampoco tiene en cuenta el impacto contradictorio de la difusión universal de los
adelantos de la Revolución Industrial Inglesa, sobre todo en lo que concierne a la formación y desarrollo de
la clase obrera (agente universal del cambio social) y a las primeras formas organizativas del movimiento
obrero, no solo en Europa sino en los Estados Unidos y en América Latina.
“Y en un país como el nuestro, en tantos conceptos virgen todavía, donde son tan
imperiosas todas las necesidades a que acabo de referirme, donde la actividad tiene
horizontes tan extensos y donde el porvenir será casi ilimitado el día en que la libertad y el
sentimiento de progreso hagan sacudir la pieza a muchos organismos soñolientos. ¿Quién
puede desconocer que están reservados a este fecundo y salvador principio de asociación
verdaderas maravillas”14.
13
Montoro expone sus consideraciones sobre la problemática social de la Isla y la cuestión de la
esclavitud y, a su vez, puntualiza la postura en torno a la relación capital-trabajo en los comienzos de
la década del ochenta del siglo XIX. Ciertamente en dicho período y a lo largo del referido siglo, los
disímiles problemas de la sociedad colonial no podían verse enmarcados en la relación capital-trabajo. El
historiador cubano Manuel Moreno Fraginals se ha encargado de sintetizar el conjunto de problemáticas
históricas de la sociedad de entonces: “De esta forma la década de 1880 y comienzos de la de 1890,
en Cuba, resume la totalidad de sus problemas históricos durante el siglo XIX: la madurez y auge de
la nacionalidad; la revolución del sistema esclavista; el replanteamiento por negros y blancos de los
problemas derivados del prejuicio racial, la existencia de un régimen político que si bien no entregaba
amplias libertades hacía posible la discusión pública de los grandes problemas nacionales y su difusión en
la prensa y reuniones políticas; la transformación de la producción azucarera en gran industria moderna y
su consiguiente crisis de crecimiento; el traslado parcial de la industria tabacalera cubana al sur de Estados
Unidos, la conversión de Cuba en primera exportadora mundial de Bananas (fenómeno plantador del cual
no hablan las historias); la formación de partidos políticos que dentro de sus limitaciones clasistas y de
intereses estaban obligados a ofrecer solución; la final desaparición de España como Metrópoli económica
con el evidente dominio comercial de Estados Unidos. Finalmente, aunque no lo último, la aparición por
primera vez de un movimiento organizado de lucha por la independencia; generado entre los exiliados
cubanos en Estados Unidos, que adopta la forma de partido político, dirigido brillantemente por José
Martí, enfocado hacia los sectores populares de Cuba (obreros y campesinos) y procurando ganar el
amplio sector negro-mulato con todo el carisma de los grandes luchadores de la guerra de los Diez Años”.
Cfr. MORENO FRAGINALS, M., Cuba-España, España-Cuba: Historia Común, Barcelona, Crítica-Grijalbo-
Mondadori, 1996, pp. 271-272.
14
MONTORO, R., op. cit., t. 2, vol.1, pp. 124-125.
15
MONTORO, R., “La expansión nacional y los Estados Modernos”, Trabajos históricos, jurídicos y
económicos, op.cit., t. 3, p. 140.
16
MONTORO, R., Revista Contemporánea, II, I, p. 209.
diferenciación sociales para sostener la tesis de que la sociedad colonial isleña era un
mosaico de razas donde una esclavizaba y oprimía y la otra se encontraba oprimida y
esclavizada. Como se puede apreciar para él, la premisa o fundamento clave para la
comprensión de dicha diferenciación no obedece a un condicionamiento biológico o
antropológico sino a un condicionamiento social, pues la problemática queda situada
en el terreno de las relaciones de dominación y subordinación que prevalecen en el
entramado social colonial.
En este sentido cabe destacar cómo justiprecia al celebre Huxley por su protesta en
disímiles escritos contra la posición de traer a la vida moral y a la historia conceptos que
tienen significación y contenidos propios en la biología o zoología. Resulta sumamente
importante en el plano epistemológico su tesis acerca de que el principio darwinista de
lucha por la existencia de apreciable valor en las citadas ciencias naturales, aplicado
a las relaciones de los hombres entre sí y a los tejidos sociales civilizados conduce
a la barbarie y a la agudización de las pasiones. Ciertamente se opone Montoro con
dicha tesis a los resultados científicos convertidos en canon universal de todas las
ciencias. De hecho está planteando la necesidad de no quebrantar el campo teórico
de los saberes específicos, lo que representa una postura opuesta al reduccionismo
metafísico de tipo biologicista que, como se sabe, condujo a posiciones dentro y fuera
del positivismo de marcado carácter racista, conflictivo y misantrópico.
Por otra parte, su eticidad personal y sus concepciones morales descansan en una
rigurosa ética de los deberes en el sentido de justicia, en la práctica de las virtudes
austeras y los cívicos deberes. En este sentido no se puede pasar por alto de la impronta
que recibió de la moral krausista, reconocida de forma explicita: “Sin ser krausista
ni notar en nada que a serlo me decida, me apresuro a reconocer que hallo fuerza,
rectitud y elevación grandísima de esta enseñanza”17.
Sus consideraciones morales, como se puede apreciar, no se sostienen tan sólo
en basamentos conceptuales y doctrinarios, sino que llaman la atención sobre la
necesidad de asumir una praxis en lo individual y en lo colectivo tendiente a potenciar
una educación popular con una importante dimensión cívica. Montoro conocía
perfectamente que en España la mayor trascendencia del krausismo no había sido en
el plano estrictamente filosófico sino más bien en el campo de la “renovación espiritual
y educativa”18.
Sobre los propósitos de la educación cívica apuntaba:
“La educación cívica reclama también una particular y decidida dedicación no entendida,
por supuesto, en sentido sectario y de partido, sino en el concepto de inculcar al niño
17
MONTORO, R., op.cit., t. 2, vol. 1, p. 21.
18
Coincido en este sentido con las posturas de Ignacio Delgado Gonzalez, cuando señala
refiriéndose al krausismo: “en España dejó de ser un sistema fi losófica para convertirse en un
movimiento de renovación espiritual y educativa. Esta realidad puede servir de contrapeso al juicio que
emite Montoro al final de su articulo y que tendría su justificación en sus simpatías al hegelianismo”
(DELGADO GONZÁLEZ, I., “El pensador cubano Rafael Montoro (1852-1933) y su presencia filosófica en
España”, Actas del IV Seminario de Historia de la Filosofía Española. España, Ediciones Universidad
de Salamanca, 1986, p. 260).
desde temprano un patriotismo desinteresado y los deberes fundamentales del hombre y del
ciudadano para con la sociedad en que vive”19.
19
MONTORO, R., op.cit., t. 2, vol. 2, p. 387.
20
Cfr. MONTORO, R., Principios de Moral e Instrucción cívica, La Habana, La Moderna Poesía, Obispo
135, 1902.
21
MONTORO, R., “Elogio del padre Félix Varela”, op.cit., t. 2, vol. 2, p. 154.
22
Ibidem, p. 155.
23
Cfr. MONTORO, R., “Nuestra doctrina”, Ideario Autonomista, op.cit. pp. 39-52; MONTORO, R., “El
Programa Autonomista”, Ibidem, pp. 53-106. Se trata de dos documentos básicos donde quedan desplegados
los fundamentos ideológicos y cosmovisionales del movimiento político autonomista. “Nuestra Doctrina”,
artículo redactado por Montoro, se publicó en el periódico “El Triunfo” como editorial el 22 de mayo
de 1881. Se considera la exposición completa de la doctrina autonomista. Con su aparición se inaugura
la militancia propiamente autonomista de una forma abierta y legal, aceptada por el Estado y por los
tribunales de justicia. El segundo, por su parte, es una conferencia pronunciada por Montoro en el Ateneo
de Madrid en 1894.
24
MORENO FRAGINALS, M., Cuba-España, España-Cuba: Historia Común, op.cit., p. 257. En el capitulo
“Tregua y nueva guerra”, el autor se adentra en el estudio de los fundamentos ideológicos del Partido
Liberal Autonomista (PLA), analiza su composición clasista y realiza una valoración del rol histórico de
dicha agrupación política.
25
Cfr. DEL MONTE, R., “Prólogo”, Obras, op.cit., t.1, pp XXIV-LXII ; SANGUILY, M., “Discurso
pronunciado en Nueva York el 10 de octubre de 1895”, Discursos y conferencias, La Habana, 1918, t. 1,
p. 424; “Un gran orador cubano”, op.cit., Ob.cit, t. 1, p. LXIII; MERCHÁN, R.M., Cuba: justificación de
sus guerras de independencia,. La Habana, Imprenta Nacional de Cuba, 1961, pp. 170-181; BUSTAMANTE
Y MONTORO, A. DE, “Carta al Dr. José María Chacón y Calvo”, La Habana, abril 11 de 1938, Ideario
Autonomista, op.cit, pp. 33-37.
“No nos referimos a la doctrina autonomista, que pertenece totalmente al pretérito; sino a las
facetas universales de su método y de su pensamiento político. Su convicción del primado
de la sustancia política sobre la forma política; su método evolutivo, fundado en un hondo
conocimiento de la esencia cubana y de la inestabilidad de las transformaciones sociales
y políticas, bruscas o catastróficas; su preocupación ante la inmadurez como obstáculo
insuperable para levantar con fe la construcción del Estado, asentado en solidísimos
cimientos, su sentido arquitectónico de las creaciones políticas cubanas, deben meditarse
cuidadosamente, porque se hallan impregnadas de verdades duraderas”26.
“(…) el cubano se encontraba en una situación moral muy complicada, fluctuaba indeciso
entre la vida y la esperanza; palpaba el triunfo de las armas españolas; pero no podía
tampoco avenirse todavía a considerar desvanecidas de una vez las magníficas promesas de
la Revolución, ¿Quién entonces tenía suficiente fe en la libertad, confianza en la realización
del derecho, interés por Cuba y amor a España? ¿Quién en vez de rencor traía el corazón
henchido de esperanzas? ¿Quién estaba dotado de ciencia, de convicción, de elocuencia para
aconsejar con acierto, dirigir con entereza y predicar con éxito? El único sin duda de aquel
grupo compuesto de diversos elementos y enaltecido por grandes méritos y cualidades era,
26
BUSTAMANTE Y MONTORO, A. DE, Ibidem, p. 35.
27
SANGUILY, M., “Un gran orador cubano”, op.cit., t. 1, p. LXXI.
“yo comprendo muy bien que un país regido por aquellos sistemas que excluyen la directa
intervención del pueblo, se culpa de todas las desgracias públicas a los gobernantes (….) allí
donde el pueblo interviene en todas las esferas de la administración y lleva su iniciativa y sus
aspiraciones desde el municipio hasta los altos poderes del estado; allí, cuando sobrevive
un infortunio debido a grandes desaciertos políticos, ese pueblo sólo debe culparse a sí
mismo, a sus pasiones o su debilidad, a su ceguera o a su criminal indiferencia; así como en
ultimo termino, a él y sólo a él cábele lauro de sus triunfos y la gloria de su prosperidad30.
28
Ibidem, pp LXXII-LXXIII.
29
MONTORO, R., “La higiene de la política”, op.cit., t. 3, p. 469.
30
MONTORO, R., “Discurso pronunciado en Cienfuegos el 22 de septiembre de 1878 al constituirse el
Partido Liberal”, op.cit., t. 1, p. 1s.
31
MONTORO, R., “La expansión nacional y los Estados Modernos”, op.cit., p. 138.
32
Ibidem, p. 128.
33
Cfr. MONTORO, R., “Comunismo, Socialismo, Colectivismo”, Principios de moral e instrucción
cívica, op.cita., pp. 365-371.
34
Ibidem, p. 169.
35
Ibidem, p. 370.
36
Ibidem, pp. 366s.
37
Ibidem, pp. 367-368. La visión marcadamente antropológica de la propiedad que sostiene Montoro
discurre bajo el influjo de las concepciones de Leroy Beaulieu, quien considera a la misma anterior a la
reflexión y la equipara con el lenguaje, la constitución de las sociedades, la conformación de la familia y
de la patria. Para el pensador cubano, la propiedad es un hecho natural revelado desde las primeras edades
agrícolas (forma familiar, tribu, clan), hasta que deviene individual como resultado de un “proceso natural
y necesario”.
38
Cfr. PIÑERA LLERA, H., “Montoro y el hegelianismo”, http: // www.filosofia.org/aut/001/1960hph.htm
39
VARONA, E.J., “Rafael Montoro”, Obras, op.cit., t. 1, p. LXXVIII.
40
CHACÓN Y CALVO, J.M., “Prólogo” a Ideario Autonomista, op.cit., p. 23.
41
Montoro es portador de una abarcadora y sólida cultura filosófica, la cual queda evidenciada en
las citas y menciones que se encuentran en sus textos sobre Platón, Aristóteles, Cicerón, San Agustín,
Santo Tomas de Aquino, Grocio y su escuela, los jurisconsultos españoles, Francisco de Vitoria, Francisco
Suárez y Domingo de Soto hasta llegar a Saviguy, Kant, Fichte, Schelling, Krause, Hegel, sus respectivas
escuelas y derivaciones, Spencer, Varela, José de la luz y Caballero, entre otros.
42
Cfr. DELGADO GONZÁLEZ, I., “El pensador cubano Rafael Montoro (1852-1933) y su presencia
filosófica en España”, op.cita, pp. 225-262.
43
Cfr. MONTORO, R., “Crónica del Ateneo”, Revista Contemporánea, II, I, 5, pp. 121-130.
44
PIÑERA LLERA, H., Humberto. Montoro y el hegelianismo, op.cit.
“La palabra positivismo expresa la verdad de un modo muy imperfecto todo lo que se quiere.
Aparece con un nombre común de muchas direcciones que tienen, sin duda variadísimos
puntos de contacto, pero que se diferencian también y no poco en muchas cuestiones de
gran trascendencia. Una discusión con el positivismo importa muy poco si no logra poner
de relieve estas diferencias. Así en el problema crítico como en la teoría del mundo, así
en lo que atañe a los límites y a la esfera del conocimiento como tocante a la explicación
sistemática de las cosas del mundo exterior y del espíritu, y muy principalmente a la relación
del mundo con Dios, los diversos grupos de pensadores que se incluyen arbitrariamente tal
vez bajo la enseña común del positivismo representan direcciones diferentes y en muchos
casos encontradas que es necesario distinguir cuidadosamente”45
45
MONTORO, R., “Crónica del Ateneo”, op.cit., p. 121.
“De aquí que el progreso, en ultimo término, no sea más que la emancipación gradual y
constante del espíritu, el poder de la razón que se defiende, las conquistas de las ciencias
que se engrandecen, el imperio de la pasión y la ignorancia que se reduce, y, en suma, algo
semejante en el mundo moral a ese conflicto de la luz con la sombra que pone término a la
oscuridad de la noche con la refulgente luz del nuevo día”46
4. Consideraciones finales
46
MONTORO, R., op.cit., t. 3, p. 125.
47
Cfr. MONTORO, R., “La expansión nacional y los Estados Modernos”, op.cit., pp. 126-127.
Resumen: La referencia del “socratismo” oscila entre unos contenidos doctrinales que
la tradición antigua fijó como propios del llamado “Sócrates histórico” y una “actitud” que
implica tomar a Sócrates como modelo de sabio. Pero también se puede hablar de un “estilo
socrático” que puede caracterizarse más estrictamente por el extraacademicismo y la oralidad.
En la tradición española es característica la figura del intelectual polifacético, contrario a las
rígidas demarcaciones académicas, en quien la reflexión filosófica aparece entremezclada con
la literatura, la historia, el ensayo o la crítica del arte. Sin duda el estereotipo socrático español
contemporáneo es un personaje literario: el Juan de Mairena de Antonio Machado. De origen
sevillano y socrático como Mairena, Juan Blanco (1928 - 2002) es, en cambio, un filósofo real
que ha desarrollado una extensa labor como educador y comentarista de los textos clásicos de
la filosofía. En este artículo tratamos de mostrar el modo en que, en Juan Blanco, el socratismo
se constituye en un método que determina un modo peculiar de filosofar y una interpretación
peculiar de la historia de la filosofía.
Palabras-clave: Socratismo, extraacemicismo, oralidad, literatura, comunidad, diálogo.
Abstract: The reference of the “socratism” oscillates between doctrinal contents that the
old tradition fixed like own of the called “historical Sócrates” and an “attitude” that implies to
take to Sócrates like a model of wisdom. But also it is possible to speak of a “socratic style”
characterized by the antiacademicism and the orality. In the Spanish tradition the figure of the
versatile intellectual is characteristic, in opposition to the rigid academic demarcations, in that
the philosophical reflection appears intermingled with Literature, History, the essay or the critic
of the art. In the Spanish tradition the socratic stereotype contemporary is a literary personage:
Juan de Mairena de Antonio Machado. Sevillian and socratic like Mairena, Juan Blanco (1928 -
2002) is, however, a real philosopher who has developed to an extensive work like educator and
commentator of classic texts. In this article we tried to show the way in which, in Juan Blanco,
the socratism is constituted in a method that determines a philosophical style and a peculiar
interpretation of the history of the philosophy.
Key words: Socratism, extraacademicism, orality, Literature, community, dialogue.
1
ONG, W.J., Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra, México, F. C. E., 1987; HAVELOCK, E.A.,
Prefacio a Platón, Madrid, Visor, 1994.
de todo logro filosófico2. Y nos aboca, además, al ejercicio de la filosofía, esto es,
nos invita a una vida filosófica en la cual la permanente práctica de la búsqueda, la
reflexión y el diálogo nos haga trascendernos a nosotros mismos.
Lejos de ser un rasgo exclusivo del socratismo histórico, la idea de la filosofía
como la actividad de investigar que arroja resultados perennemente provisionales ha
impregnado la columna vertebral de la tradición filosófica occidental, hasta el punto
de que quizá no sea exagerado afirmar que constituye una de las señas de identidad de
la filosofía tout court. Tanto Platón o Aristóteles como Kant han heredado, de uno u
otro modo, esta concepción socrática. En el conocido pasaje de República VII en que
Platón instituye la formación ideal del filósofo, la dialéctica ocupa el lugar culminante
de las distintas enseñanzas que éste debe recibir, tras la aritmética, la geometría plana,
la estereometría, la astronomía y la armonía3. La dialéctica, que el texto platónico
identifica con la actividad de investigar4, corona de este modo la escala del saber,
haciendo patente que el lugar más excelso al que puede aspirar el sabio no está
ocupado por una disciplina particular sino por una actividad, por un ejercicio5: el de
remontarse desde los conocimientos subordinados hasta el ámbito de los principios6.
Se adivina con facilidad, tras esta concepción platónica que eleva el dialogar al rango
de actividad intelectual suprema, la huella del diálogo socrático, y ello en al menos tres
dimensiones: (a) El carácter esencialmente tentativo del diálogo, cuya fuerza radica en
la aspiración humana a superarse o trascenderse. El diálogo viene caracterizado como
esfuerzo humano por alcanzar lo sobre-humano, y de ahí su carácter necesariamente
inconcluso, desiderativo o aspirativo. (b) La convicción de la utilidad y aun de la
necesidad del diálogo para la vida humana: la defensa de la capacidad de la palabra
para penetrar en la racionalidad de lo real y descubrir, o al menos atisbar, el sentido de
la presencia del hombre en la polis y de ésta en el cosmos. (c) La esencia comunitaria
de la actividad dialógica, que no puede edificarse sin la oposición de los contrarios, sin
las preguntas, las objeciones y las respuestas de los participantes, en otras palabras,
sin la articulación poliédrica del lenguaje que permite a los interlocutores singulares
dotarse de un instrumento privilegiado con el que abordar las distintas facetas de
2
En este contexto quizá no sea superfluo enfatizar que cuanto rige para la especie rige, con mayor
rigor aún, para el individuo. El método de la filosofía es el diálogo no por casualidad, sino porque la
contraposición entre los participantes es condición sine qua non del ejercicio filosófico que llamamos
investigar. También en esto fue el de Juan Blanco un ejercicio plenamente socrático.
3
“¿Y no te parece que la dialéctica es el coronamiento supremo de los estudios, y que por encima
de éste no cabe ya colocar correctamente ningún otro...?” 534 e, trad. de C. EGGERS LAN, Madrid, Gredos,
2000, p. 373.
4
Por ejemplo, en 534 b-c, donde se caracteriza la dialéctica como una búsqueda, tan ardua, por otra
parte, que puede compararse con una batalla: “(...) aquel (...) que no pueda atravesar todas las dificultades
como en medio de la batalla, ni aplicarse a esta búsqueda...”, y también en 534 d: “¿(...) les prescribirás que
participen al máximo de la educación que los capacite para preguntar y responder del modo más versado?”;
(ed. cit., p. 372). El hecho de que en varios pasajes se refiera a la dialéctica como a un «método» (así, en
533 b, c y d) parece reforzar esta interpretación.
5
“¿No es esta marcha lo que denominas ‘dialéctica’?” (532 b); “(...) se intenta por la dialéctica llegar
a lo que es en sí cada cosa...” (532 a), ed. cit., p. 369.
6
“(...) el método dialéctico es el único que marcha, cancelando los supuestos, hasta el principio
mismo...” (533 c), ed. cit., p. 371.
7
“Ahora bien, el que se siente perplejo y maravillado reconoce que no sabe...” (982 b 17-18).
Igualmente, más adelante: “(...) si filosofaron por huir de la ignorancia, es obvio que perseguían el
saber por afán de conocimiento...” (982 b 20-21). Trad. de T. CALVO MARTÍNEZ, Madrid, Gredos, 2000,
pp. 64-65.
8
“Por ello cabría considerar con razón que el poseerla no es algo propio del hombre, ya que la
naturaleza humana es esclava en muchos aspectos, de modo que —según dice Simónides— «sólo un dios
tendría tal privilegio»...” (982 b 28-30). Y más adelante: “En efecto, la divina entre las ciencias es o bien
aquella que poseyera la divinidad en grado sumo, o bien aquella que versara sobre lo divino.” (983 a 6-7).
Ed cit., pp. 65-66.
9
982 b 31, ed. cit., p. 65.
Ambas dimensiones están presentes en la aproximación que hace Kant a este tópico
filosófico10, donde reaparece la idea de que la metafísica (a la que Kant identifica con
la filosofía)11 consiste necesariamente en un ejercicio de autosuperación humana antes
que en la posesión de un conocimiento cierto. En efecto, la metafísica es abordada
por Kant al mismo tiempo desde el punto de vista trascendental, a saber, como la
ciencia sobre las condiciones de posibilidad de la ciencia12 y desde el punto de vista
trascendente, lo que muestra el célebre pasaje de la Crítica de la razón pura en el que
se afirma que no es posible aprender filosofía sino únicamente aprender a filosofar13. Y
no es posible aprender filosofía porque ésta no es, a diferencia del resto de las ciencias,
cognitio ex datis, sino que consiste precisamente en aquello que Aristóteles había
denominado la práctica de los principios: en “ejercitar el talento de la razón siguiendo
sus principios generales”. De ahí que la filosofía se defina como “la mera idea de una
ciencia posible que no está dada en concreto en ningún lugar pero a la que se trata de
aproximarse por diversos caminos”14. La doble perspectiva aristotélica que contempla
la metafísica al mismo tiempo como una ciencia particular (trans-específica) y como
la ciencia universal (trans-genérica) reaparece también aquí, si bien se ha transmutado
en la célebre distinción formal entre los conceptos escolar y cósmico de filosofía.
El primero de ellos, el concepto escolar de filosofía, es definido por Kant como el
concepto de una ciencia particular, y en este sentido como una ciencia más al lado
de las otras, esto es, como una disciplina específica cuyo contenido se busca “como
ciencia, sin otro objetivo que la unidad sistemática de ese saber y, consiguientemente,
que la perfección lógica del conocimiento”15. El concepto cósmico, en cambio, define
la filosofía, más allá de la perfección teórica del conocimiento, como “la ciencia de
la relación de todos los conocimientos con los fines esenciales de la razón humana”16,
identificándose con el arquetipo del filósofo17. Mediante esta distinción, Kant establece
la primacía moral del concepto cósmico de filosofía en la medida en que “se refiere a lo
que necesariamente interesa a todos”18. En efecto, mientras el concepto escolar alude
a una consideración puramente formal que delimita o reserva para la filosofía una
10
Con la particularidad de que en Kant, por tratarse de una filosofía construida desde la subjetividad,
el punto de vista humano se ha convertido en el único punto de vista admisible. El único conocimiento
posible es aquí el conocimiento sub specie hominum, lo que no le impide al sujeto de tal conocimiento
la autoconciencia de su limitación. De ahí que en Kant lo trascendental sea coextenso con lo humano,
mientras lo trascendente adopta un carácter meramente nouménico.
11
“La metafísica (...) es lo único que constituye realmente lo que podemos llamar filosofía en sentido
propio”. Crítica de la razón pura, A850/B878, trad. de P. RIBAS, Madrid, Alfaguara, 1978, p. 658.
12
Como afirma expresamente en A841/B869: “(...) la filosofía de la razón pura es o bien propedéutica
(...) y se llama crítica, o bien el sistema de la razón pura (...) y que se denomina metafísica. Sin embargo,
puede darse también ese nombre a toda filosofía pura, incluida la crítica (...)”. Ed. cit., p. 652.
13
“(...) no es posible aprender filosofía, pues ¿dónde está, quién la posee y en qué podemos
reconocerla? Sólo se puede aprender a filosofar, es decir, a ejercitar el talento de la razón siguiendo sus
principios generales en ciertos ensayos existentes (...)” A838/B866, ed. cit., p. 651.
14
Ibidem.
15
Ibidem.
16
A839/B867, ed. cit., p. 651.
17
Ibidem.
18
A840/B868, nota de Kant, ed. cit., p. 652.
parcela del saber, el concepto cósmico, por su parte, legisla a priori la subordinación
de todos los conocimientos posibles, es decir, de toda cognitio, a los fines esenciales
de la razón humana, fines que a su vez están igualmente supeditados al fin supremo,
que “no es otro que el destino entero del hombre”19 o “la felicidad universal”20. De ahí
que Kant considere a los científicos como meros “artífices de la razón” y reserve para
el filósofo en el sentido cósmico el atributo de “legislador de la razón” con el título
de “maestro”21.
Como puede verse, reaparece aquí casi literalmente la totalidad de los elementos
del tópico socrático que considera a la filosofía como actividad integral ético-científica.
A tales ingredientes no le falta tampoco, en la lectura kantiana del tópico, el rasgo
que hace de la metafísica una aspiración inacabable, un ejercicio de autosuperación
permanente respecto del que no cabe esperar, en tanto humanos, un término final o un
punto de llegada22.
19
A840/B868, ed. cit., p. 652.
20
A851/B879, ed. cit., p. 658.
21
“El matemático, el naturalista, el lógico (...) son meros artífices de la razón. En el ideal se encuentra
el maestro que los une, que los utiliza como instrumentos para promover los fines de la razón humana.
Sólo a ese maestro deberíamos dar el nombre de filósofo.” A839/B867, ed. cit., pp. 651-652.
22
“(...) se trata de aproximarse por diversos caminos (...) hasta que consigamos, en la medida de lo
concedido a los hombres, que la copia hasta ahora defectuosa sea igual al modelo.” A838/B866, ed. cit., p.
651. Más adelante insiste en que “demostraría gran arrogancia el llamarse a sí mismo filósofo y pretender
igualarse a un prototipo que sólo se halla en la idea.” A839/B867, ed. cit., p. 651.
los últimos años de la vida del poeta, siendo publicadas como libro en 193623. Aun
tratándose de personajes ficticios, tanto Mairena como su maestro han sido dotados de
datos biográficos precisos. Abel Martín nació en Sevilla en 1840 y murió en Madrid
en 1898. Mairena también es de origen sevillano (1865) y fallecido en Asturias
en 1909. Mairena en un principio aparece como un mero apéndice de su maestro
pero, a diferencia de aquél, no es filósofo profesional, sino profesor de gimnasia que
imparte clases de retórica sin remuneración en una imaginaria Escuela Popular de
Sabiduría Superior, mientras que Martín es un metafísico sistemático, autor de varias
obras escritas24. Mairena practica exclusivamente la enseñanza oral en coloquio a
menudo irónico y ocurrente con sus discípulos25. Por ello, la enseñanza de Mairena
propende a la diversidad, la ausencia de sistema, la utilización del diálogo irónico y la
heterodoxia pedagógica, razón por la cual el discurso apócrifo no alcanza a exponer
un pensamiento coherentemente trabado, aunque las doctrinas filosóficas que se
refieren fragmentariamente son casi siempre precisas y pueden ser justificadas con
los textos originales. Pese a que la enseñanza oral de Mairena se desarrolla en un aula
imaginaria, a diferencia del discurso espontáneo del “Séneca” de Pemán, que se devana
los sesos en la calle o en la taberna, los dos personajes tienen en común su rechazo a la
consideración de filósofos profesionales y se dejan llevar por la dispersión, el humor
y el escepticismo que caracterizan al género coloquial26.
Como dice Antonio Fernández Ferrer,
23
Para las referencias al personaje machadiano: FERNÁNDEZ FERRER, A., Introducción a Juan de
Mairena I, Madrid, Cátedra, 2003 (5ª edic.), pp. 11-50.
24
Entre las obras que atribuye Machado a su personaje destacan: “Las cinco formas de la objetividad”,
“De lo uno a lo otro”, “Lo universal cualitativo”, “De la esencial heterogeneidad” Cfr. Abel Martín.
Cancionero de Juan de Mairena. Prosas Varias, Buenos Aires, ed. Losada, 1990 (5ª edic.), p. 9.
25
Mairena hace de la agrafía un principio que puede llegar a ser calificado como “ético”: “Yo nunca
os aconsejaré que escribáis nada, porque lo importante es hablar y decir a nuestro vecino lo que sentimos
y pensamos. Escribir, en cambio, es ya la infracción de una norma natural y un pecado contra la naturaleza
de nuestro espíritu. Pero si dais en escritores, sed meros taquígrafos de un pensamiento hablado. Y nunca
os guardéis lo escrito”. (Juan de Mairena, I, p 347).
26
A ello no es ajeno el hecho de que ambos personajes hayan sido dotados por sus autores de un
origen andaluz, lo que justifica Mairena afirmando que su Escuela...” tendría éxito en España, a condición
—claro es— de que hubiese maestros capaces de mantenerla, y muy especialmente en la región andaluza,
donde el hombre no se ha degradado todavía por el culto perverso al trabajo, quiero decir por el afán de
adquirir, a cambio de la fatiga muscular, dinero para comprar placeres y satisfacciones materiales”. (Juan
de Mairena, I, p. 268). En cambio, en Pemán (El “Séneca” y sus puntos de vista. Obras de José María
Pemán, tomo IX, Madrid, Edibesa, 1998) encontramos una valoración menos entusiasta de la propensión
andaluza a la tertulia filosófica: “En la plaza central de cualquier pueblo andaluz —sobre todo hacia la
costa del Sur es fácil ver una larga fila ritual de hombres que toman el sol en los bancos de mampostería,
bajo la sombra mínima de los naranjos de bola. ¿De qué viven esos hombres? El “Séneca” me lo puntualizó
de una vez por todas: “Viven del cuento” (p. 39) (...) al que vive de ese otro gran cuento vago, le queda
tiempo para hablar de la libertad, el progreso, la crisis o el existencialismo” (p. 41).
27
Prólogo a Juan de Mairena, p. 22.
Sevillano y socrático como Mairena, Juan Blanco (Sevilla 1928 - Madrid 2002)
es, en cambio, un filósofo real que ha desarrollado una extensa labor como educador
y comentarista de los textos clásicos de la filosofía. Para esta breve exposición de las
claves de su pensamiento utilizaremos algunos escritos dedicados a su figura y, también,
algunos de los escasos textos del propio Juan Blanco aparecidos en publicaciones
extraacadémicas, habitualmente transcritos al dictado, cediendo a la insistencia de
sus alumnos. Contamos, por tanto, con una muy escasa, aunque significativa, fuente
textual para confirmar la interpretación que haremos de un pensamiento que, por su
carácter oral, se escurre entre los dedos de la memoria.
Podemos dividir los largos años de la enseñanza de Juan Blanco en dos periodos
que se corresponden con las dos etapas de su andadura vital, con las ciudades en que
vivió y con dos estilos pedagógicos distintos. Podríamos hablar, por tanto, de una
etapa sevillana, en los primeros años, caracterizada por la espontaneidad del coloquio
y la lectura pública, y de una segunda fase madrileña, caracterizada por una enseñanza
más sistemática, con la progresiva formación de un importante círculo de alumnos,
que recuerda a la Escuela Popular de Mairena.
En los años en que vivió en su Sevilla natal, Juan Blanco ejerció su magisterio
en el debate y la tertulia, en unos momentos de gran efervescencia social y política.
El que llegaría a ser vicepresidente del gobierno, Alfonso Guerra, fue uno de los
asistentes a aquellas sesiones, y revivía en el prólogo a un reciente libro sobre nuestro
filósofo con las siguientes palabras:
“Cada mañana, a horas no tempranas, Juan Blanco se acomodaba en una mesa arrinconada
en el saloncito de la Granja Viena, un café situado en el barrio chino de Sevilla, en la
Alameda de Hércules. Ante un café comenzaba a dictar unas clases magistrales, poco
académicas, que duraban hasta horas muy avanzadas de la noche. Un grupo de jóvenes
le rodeaba, expectantes, algunos se retiraban a sus ocupaciones, otros se agregaban, unos
volvían más tarde. Y así, día tras día, la conversación con el maestro llegaba a ocupar una
parte importante de nuestra vida.
Juan Blanco (…) era un verdadero filósofo popular sevillano, un educador de rebeldes (...)
era el maestro a la manera socrática. (…) En sus clases, los clásicos no nos aburrían, él los
desempolvaba y remitía continuamente a la actualidad y a la realidad, con un estilo muy
científico pero también desenfadado, festoneando sus explicaciones con risas e ironía”28.
De la madurez hasta sus últimos días, Juan Blanco continuó su labor en Madrid,
donde llegó a congregar al cabo de los años a un fiel y creciente número de alumnos,
que desde los intereses y formación más diversos acababan por descubrir a un maestro
en filosofía que les reclamaba a su cita semanal. No es nuestra pretensión describir
siquiera sumariamente la pluralidad y la peculiaridad de los diversos niveles de su
enseñanza. Es ésta una labor que queda por hacer. Desde el punto de vista que adoptamos
en este artículo nos interesa poner de manifiesto cómo en Juan Blanco el socratismo se
constituye en un método que determina un modo de filosofar oral y extraacadémico,
que, como expresó admirablemente el profesor y amigo de nuestro filósofo, Roberto
Mesa, no difunde poder y se sitúa más allá de la tarea administrativa:
“Por estas razones y, también, porque le gustaba regalar su inteligencia, Juan [Blanco] se
dedicó, como quien no quiere la cosa, a la enseñanza. Pero la suya era una docencia muy
particular y muy peculiarmente dispensada: sin programas, sin títulos, sin premios y sin
distinciones. Enseñaba el saber por el saber mismo; pero no como un acto gratuito. Para
Juan [Blanco] la liberación estaba en el conocimiento. De todo esto venía el socratismo de
Juan Blanco”29.
Aun cuando las dos etapas en que hemos dividido su recorrido existencial y
pedagógico parecen significar una cierta ruptura, los rasgos que dan continuidad a toda
la trayectoria pedagógica de Juan Blanco son más fuertes que las diferencias que se
aprecian entre una y otra. La oralidad, la diversidad de intereses intelectuales, el gusto
por los clásicos, la vena metafísica o la intención ética recorren un pensamiento que
se fue fraguando con el paso de los años, en la interacción entre los textos clásicos y el
diálogo vivo con las promociones de alumnos que siguieron sus enseñanzas. Al menos
en estos aspectos se puede afirmar que la enseñanza de Juan Blanco fue esencialmente
socrática, especialmente en la medida en que bajo esta caracterización podamos alejar
el socratismo de aquellas imágenes que lo presentan unas veces como una especie de
diletantismo ocioso, otras como un ejercicio incesante de crítica descomprometida y
otras aún como un mero comentario superficial a la novedad diaria, a medio camino
entre la tertulia de café y el periodismo erudito. Ciertamente, varios personajes más
o menos populares han podido merecer el adjetivo de “socráticos” en alguno de estos
sentidos, aunque en el caso de nuestro autor su investigación estuvo dotada de un rigor
intelectual y de una profundidad filosófica paralelos a la dificultad y complejidad del
problema al que se enfrentó, a saber, el de la inteligibilidad de lo real.
28
GUERRA, A., “Prólogo” a LEÓN FLORIDO, F., Ser y sistema. Una aproximación al pensamiento de Juan
Blanco, Madrid, Ediciones la Tarde libros, 2004, p. 10.
29
MESA, R., “Hubo un pájaro blanco”, Homenaje a Juan Blanco, Madrid, 2002, pp. 26-7.
En este sentido, cualquiera de los muchos alumnos que Juan Blanco reunió en
los numerosos grupos que llegó a dirigir puede acreditar en qué medida cada una de
sus clases, y desde luego el conjunto de todas ellas, constituyó un ejercicio real del
filosofar que hemos descrito al inicio de estas páginas. Una práctica esencialmente
oral y dialógica en la que cada participante se veía inmediatamente enrolado en
la investigación y, por medio de esta última, invitado a realizar ese esfuerzo de
autotrascendencia que hemos caracterizado como inseparable del ejercicio de la
indagación filosófica. Una batalla continua, como en el símil platónico, en la que se
trataba de ir abriéndose paso para intentar aproximarse a un saber siempre distante. Lo
más opuesto que quepa concebir, por tanto, a una forma de entender el conocimiento
que, preservándolo en la más pura asepsia, lo quiera mantener incontaminado de
cualquier contacto con lo que no sea su propia autoproducción30.
Por esa razón es particularmente difícil exponer de un modo estructurado el método
pedagógico de Juan Blanco, pues la adaptación a la idiosincrasia y a los intereses de
sus alumnos fue precisamente una de sus señas de identidad. La caracterización que
haremos habrá de considerarse, por tanto, necesariamente como una mirada particular
sobre un perfil filosófico extremadamente complejo.
La base de su enseñanza que nosotros conocimos la constituyó la lectura y el
comentario de los textos de autores clásicos de todas las épocas de la historia del
pensamiento. Platón, Aristóteles, Duns Escoto, Guillermo de Ockham, Descartes,
Espinosa, Kant, Hume, Husserl y Luhmann, fueron algunos de los autores más leídos,
aunque sin abandonar el impulso interdisciplinar por el que el objeto de atención en
su enseñanza se ampliaba desde las matemáticas a la biología y desde la física a la
economía, pasando por las llamadas “ciencias humanas”. Así, la lectura de los autores
mencionados se acompañaba con la de los textos clásicos en psicología (especialmente
Freud y las distintas escuelas freudianas), en sociología (especialmente Weber y
Luhmann), en lingüística, en antropología, y, sobre todo, en historia (con especial
predilección por los historiadores clásicos greco-latinos)31. En lo que se refiere
estrictamente a la filosofía, podemos hablar de una cierta evolución en el interés
mostrado por uno u otro de estos pensadores, desde el predominio de las lecturas de los
Diálogos platónicos y de las obras de Kant, que caracterizan los primeros años, hasta
la inclinación hacia Aristóteles, Escoto y Ockham de la enseñanza más madura. En
este apartado merece atención el singular papel que tuvo Niklas Luhmann, en quien, a
30
Es en este aspecto en el que puede aproximarse la actividad filosófica de Juan Blanco al ejercicio
cósmico del maestro kantiano, que halla su sentido más profundo en la supeditación de todos los
conocimientos a ese fin moral que exige la autotrascendencia del ser humano en el esfuerzo por aproximarse
a un saber que sólo puede identificarse como “metafísica”, pues, como subraya Kant: “La matemática, la
ciencia de la naturaleza e incluso el conocimiento empírico del hombre poseen un alto valor como medios
conducentes a fines que son, en gran parte, accidentales a la humanidad, pero que, al final, se revelan
necesarios y esenciales, aunque sólo a través de un conocimiento racional extraído de meros conceptos,
conocimiento que, llámese como se quiera, no es en realidad otra cosa que metafísica”. (Cr. R. P., A8510/
B878, ed. cit., p. 658).
31
A lo que hay que añadir la especialísima atención, nada secundaria, que Juan Blanco le prestó en sus
clases a la actividad productiva del hombre tal como se manifiesta en el arte y la técnica, desde la música
a la literatura, desde el cine a la pintura, pasando por la arquitectura o el derecho.
Es evidente que una filosofía que se expone casi absolutamente de una manera oral
no puede por menos que reflejarlo en su contenido doctrinal. La oralidad dificulta, si
no impide, la construcción de sistemas dogmáticos, pues la doctrina siempre queda
abierta al devenir temporal en el intercambio de las opiniones en el diálogo y en el
paso de los días y las sesiones del círculo de los participantes en los debates filosóficos.
El contexto vital está siempre presente en el discurrir de la conversación, que no se
encuentra sometida a los rígidos parámetros marcados por una línea metodológica
artificialmente fabricada. Naturalmente, lo que con ello se gana en vitalidad corre el
riesgo de perderse en sistematicidad, pues el contenido de esta clase de pensamiento
puede quedar al albur de los cambios en las circunstancias. Para conjurar este peligro,
en el círculo filosófico de Juan Blanco había siempre, al menos, dos participantes en
la discusión: la colectividad variopinta de sus alumnos —agrupada en función de sus
diferentes intereses—, y los textos de los grandes pensadores —particularmente de
los filósofos clásicos— que eran el contrapunto permanente al que habían de referirse
todas las opiniones y el motivo nuclear de la interpretación filosófica de quien ejercía
como maestro. Son los textos de la gran filosofía, su lectura y su comentario, los que
dan unidad a un pensamiento construido sobre el diálogo que plantea y replantea
continuamente sus temas y sus conclusiones.
Otro riesgo que corre una filosofía que se crea en el diálogo comunitario es la
maleabilidad inherente a una atención a las circunstancias sociales, que puede
inclinarla fácilmente por la pendiente de la actualidad. Sin entrar aquí más en la
cuestión, lo cierto es que Juan Blanco, partícipe él mismo, como la mayor parte de
sus alumnos, de las ideas progresistas que se fraguaron en las décadas de los sesenta
y setenta en nuestro país, pensaba que no se puede separar una filosofía del contexto
socio-histórico en que se fragua:
“Desde el plano personal, el filósofo griego actúa sintiéndose indiferente, en cierto modo, a
las concepciones meramente locales que tienen del mundo los hombres de las comunidades
en que viven, sin que esto quiera decir que los hechos sociales que se producen en el
territorio físico no le influyan como sujeto histórico, sino, simplemente, que el asunto del
pensar filosófico está en un campo separado adonde no llegan los rumores de la sociedad.
Las preguntas de cómo está constituido el mundo, o de cuál es el primer principio que
lo constituye tienen un carácter general y esa generalidad, ese estar fuera del lugar y del
tiempo es lo que, precisamente, estructura la base del pensar. Poco afecta al pensador la
religión o la política, porque el discurso que compone necesita para su creación del silencio
y la soledad”.33
32
BLANCO, J., “La filosofía política del Renacimiento y el Barroco”, BIS. Boletín informativo de la
S.L.D.S., nº 5, 1993, p. 15.
33
BLANCO, J., “El nacimiento de la Filosofía y la nueva manera de pensar”, Revista BIT, Madrid, vol.
1988, p. 47.
La noción de lo común
Aunque ante un pensamiento tan multiforme como el de Juan Blanco se hace difícil
precisar las líneas de fuerza sobre las que se sustenta, podemos decir que es la noción
de “lo común” la que lo vertebra tanto metodológica como conceptualmente. Éste ha
sido un concepto empleado constantemente en sus análisis de los textos filosóficos.
Para exponer sintéticamente esta noción emplearemos tres vías de acceso, que no
han de entenderse como líneas separadas, sino como modos complementarios de
expresar lo que constituye un elemento doctrinal unitario: a) lo común como resultado
del proceso de pedagogía oral característico de nuestro autor; b) como posibilidad
de intertraducción de todas las filosofías en una explicación comprensiva de las
doctrinas filosóficas; c) como elemento central en la concepción griega de la filosofía
y particularmente en el discurso metafísico aristotélico.
Se ha demostrado que la transmisión oral del pensamiento tiene como notas
esenciales el destacado papel de la audición, la memoria, de la comunidad y la
conservación de la tradición34. Por ello, el método consistente en la lectura y el
comentario orales de los textos de los filósofos clásicos propende necesariamente a
una interpretación de los autores que trata de comprender los textos en su sentido
originario y no intenta nuevas y sorprendentes interpretaciones. Y si es cierto que toda
revolución es necesariamente un retorno a los clásicos (para revolucionar es necesario
re-volucionar), se entenderá muy bien la necesidad que cada época tiene de la labor
de conservación del sentido tradicional de las doctrinas filosóficas. Esta forma de
abordar la comprensión de las doctrinas filosóficas coincide con la formulación que
hicieron de la filosofía sus fundadores, los filósofos griegos. En este sentido, la noción
de lo común vehicula el sentido que le dieron a su labor los dos primeros maestros del
pensar racional griego: Sócrates y Platón
“El debate filosófico que levanta Sócrates contra los sofistas se organiza precisamente
porque la visión socrática del mundo está llena de lo común. Su análisis de los términos
le hace ver que la justicia, por ejemplo, no se puede definir como algo nacido del libre
arbitrio de un sujeto individual, porque, de ser así, la justicia sería un término relativo, y por
tanto indefinible. Para que exista una definición es necesario que la justicia —escogemos
el mismo término— constituya una noción ejemplar que sea común para todos los usos
e idéntica siempre a sí misma: Lo común sale de fiador de todos los hombres y garantiza
la igualdad por encima incluso de la libertad. La duda que hacía que el sujeto se separase
de su ámbito natural, que negaba la validez del sentido común, le servía a Sócrates como
punto de partida de su doctrina de la moralidad absoluta, en donde el concepto de bien
ya no depende de los vaivenes que producen los destinos individuales de los sujetos que
componen la polis”35.
34
Cfr. los antes mencionados trabajos de Ong y Havelock. Evidentemente, la utilización de los
actuales medios de registro de la voz ha permitido constituir archivos sonoros que constituyen un material
documental de primer orden que habrá de ser investigado para reconstituir en lo posible el pensamiento de
Juan Blanco.
35
BLANCO, J., “Sócrates y Platón”, op. cit., vol. 1989 p. 80 (los subrayados son nuestros).
Desde el punto de vista de Juan Blanco lo común es el principio que hace posible
el filosofar porque proporciona el marco social en que es posible pensar lo universal,
aquello a lo que Platón denominó idea, que constituye el material originario del discurso
filosófico. Es Aristóteles quien le da su forma tecnificada a esta forma de discurso
racional, creando una nueva ciencia, la filosofía primera o metafísica y aplicando
el método analógico en la investigación de los diferentes campos de la realidad. La
enseñanza de Juan Blanco fue concentrándose en torno al centro de atracción que
constituía el pensamiento aristotélico, y ello no sólo en el sentido del interés que
se despertó en él por la obra del filósofo griego sino porque lo consideraba el polo
ineludible al que había que referir cualquier otra doctrina o sistema de pensamiento
para su correcta comprensión.
El Aristóteles de Juan Blanco gira en torno a dos ejes básicos: a) la consideración
de la analogía como el método que Aristóteles aplica en todas las investigaciones
particulares; y b) el reconocimiento de una serie de conceptos que articulan las obras
más importantes del Estagirita, precisamente por su carácter de principios a partir
de los cuales pueden establecerse analogías. En otro lugar36 hemos mostrado con
cierto detalle qué interpretación de la filosofía aristotélica se desprende de esta toma
de posición inicial; aquí nos limitaremos a señalar brevemente algunos de sus más
significativos lineamientos. A falta de una autoexposición sistemática y expresa de
la interpretación que sostuvo el propio Juan Blanco sobre la filosofía de Aristóteles
debemos reconstruir el sentido en que aparecía el filósofo griego, tanto en sus
comentarios directos de sus obras como en la explicación del resto de las filosofías, en
las que siempre había una referencia a los conceptos aristotélicos, que suministraban
el vocabulario y la sintaxis que hacían posible su intertraducción.
“Todo lo que se pueda hacer en filosofía está dicho en la forma de pensar de los griegos:
Ahí está puesta la situación de observación original. En filosofía, para que hubiera una cosa
nueva tendrían que emplearse palabras nuevas, y es imposible hacer un tratado de filosofía
sin escribir (...) las palabras que emplearon los griegos. El vocabulario filosófico es el
mismo desde entonces. El arsenal de palabras que construyeron los griegos constituye el
mismo arsenal que existe hoy”37.
general y las ontologías regionales. Según esta interpretación, para entender una
obra aristotélica sería preciso tener siempre presentes los principios de la metafísica
analógica: (1) la unidad de la materia y la forma o, dicho de otro modo, de la estructura
lógica y el contenido conceptual; (2) el establecimiento de campos de investigación
o topoi, determinados por los objetos reales que pueden ser conocidos mediante los
sentidos y que pueden ser investigados inductivamente usando recursos lingüísticos
vinculados con el discurso más general sobre el ser, cerrando un espacio de conceptos
que son específicos de ese campo de objetos y no de otro; (3) la búsqueda dialéctica
de semejanzas y diferencias entre los objetos investigados en cada topos y entre los
diversos topoi relacionalmente, teniendo siempre presente que la diversidad no puede
ser indefinida y que la unidad no puede ser reductora de un modo absoluto. Es en este
juego dialéctico de establecimiento de semejanzas y diferencias desde la inducción en
la que consiste precisamente el método metafísico que debe guiar cualquier intento
por explicar comprensivamente las diversas obras de Aristóteles.
Partiendo, pues, de estos principios, Juan Blanco resalta una serie de instrumentos
conceptuales en cada campo de investigación que ejercen el papel de polos de atracción
para envolver y dar unidad al resto de los conceptos característicos de cada topos.
Algunos de estos conceptos nucleares son: el phronimos y la epiekeia en la ética, la
construcción silogística por entimemas en la retórica, el sabio dialéctico en la lógica
y la epistemología, la tensión de las esferas celestes por referencia mutua en la física,
lo verosímil (eikos) como noción específicamente poética o el concepto de jerarquía
recíproca en la sociedad política. Mediante estas nociones se trata de preservar lo que
hay de específicamente griego en el pensamiento aristotélico pero, también, de darle
un valor universal que excede con mucho las coordenadas espacio temporales en las
que se construyó.
La obra de Aristóteles se ha considerado tradicionalmente como una gran
enciclopedia del saber antiguo y medieval, tal como le ha sido reconocido con el uso
de apelativos como “El Filósofo” o “El maestro de los que saben”, y en Juan Blanco
resulta ser también una filosofía plenamente acabada en el nivel de la naturaleza y
del ser humano. Esto plantea el problema de que es necesario entender a Aristóteles
desde sus propios principios metafísicos, esto es, utilizando un lenguaje que sea
aristotélico, lo que sólo es posible partiendo de una comprensión de lo que significó
lo griego en lo social, en lo artístico y en lo filosófico. Sólo así el aristotelismo puede
considerarse referente de cualquier otra filosofía, en cuanto que en el núcleo de todas
ellas se encuentran los elementos conceptuales heredados de la exposición aristotélica
sistemática y tecnificada de todo el pensamiento griego anterior y de su creación,
de una nueva forma de discurso racional que proporciona la base unitaria para toda
la serie indefinida de doctrinas filosóficas que llenan la historia del pensamiento en
occidente.
39
MURALT, A. DE, La idea de la fenomenología. El ejemplarismo husserliano, México, Centro de
Estudios Filosóficos, UNAM, 1963.
40
La estructura de la filosofía política moderna. Sus orígenes medievales en Escoto, Ockham y Suárez,
Madrid, Istmo, 2002.
41
«La causalité aristotélicienne et la structure de pensée scotiste», Dialectica, Vol. 47, nº 2-3, 1993, p.
122.
42
Comment dire l’etre? L’invention du discours métaphysique chez Aristote, París, Vrin, 1985.
buscarlo en el método propuesto por André de Muralt para sus investigaciones sobre
el sentido de las diversas formas que ha adoptado el pensamiento racional a lo
largo del tiempo. Se trata del denominado método del “análisis de las estructuras
de pensamiento”43. La similitud entre tal método y la práctica escolar que él mismo
desarrollaba posiblemente hizo que Juan Blanco considerara al pensador suizo como
una especie de interlocutor académico, lo que, creemos, nos autoriza a presentar este
método como la más aproximada representación que nos es accesible del modo en
que el propio Juan Blanco comprendió, al menos de manera general, el sentido de la
historia de la filosofía.
El primer supuesto de este método es el de que existen una serie de estructuras en
que se expresa la homogeneidad que existe entre la inteligencia humana y los productos
que de ella han surgido a lo largo de la historia, estructuras que están constituidas
por ciertos elementos originarios que se organizan en determinados órdenes posibles,
lo que hace factible la comparación de cualquier forma de pensamiento compuesta
de tales elementos, por comparación de las estructuras que rigen el orden que se ha
asumido de hecho en tal o cual doctrina. Podría entenderse que este tipo de análisis es
proclive al reduccionismo o al sincretismo, bien por buscar la unidad de las diversas
filosofías en un principio unificador a priori o por acabar reconociendo que la diversidad
doctrinal sólo puede ser reducida al propio análisis comparativo. Para evitar los riesgos
de dogmatismo y la confusión sincrética hay que apelar al carácter aristotélico del
método. El Aristóteles histórico es el creador de un discurso metafísico que expone
las posibilidades y los límites de la inteligencia humana en su labor especulativa, los
cuales quedan imborrablemente fijados, al menos en cuanto naturales y humanos.
De este modo, la estructura de pensamiento aristotélica es principio de comparación
de las demás estructuras que hayan surgido o pudieran surgir, porque todas ellas son
productos de la inteligencia humana, por más variaciones que hayan podido proponerse
hasta hacer extremadamente difícil, a menudo, aprehender tal filiación.44
El Aristóteles de Juan Blanco —como el de André de Muralt— es el autor de la
filosofía adecuada a la inteligencia humana porque es la que plantea y responde a las
preguntas esenciales de la razón y, ante todo a la pregunta por el ser, siendo también el
creador de la filosofía primera que es, al mismo tiempo, primera de las filosofías y, por
tanto, polo de referencia necesario en el análisis de cualquier otra doctrina filosófica.
Indudablemente, el método implícito en la explicación de los autores y doctrinas los
dos filósofos es muy distinto, académico y analítico éste, socrático y dialéctico aquel,
pero la intención que gobierna su labor es, en lo demás, semejante: se trata de exponer
la interconexión entre las diversas formas de pensamiento de todas la épocas, desde
la convicción de que se puede establecer entre ellas una relación de analogía, lo que
permite intertraducir las unas a las otras, por su referencia a un lenguaje común que
43
Para una primera aproximación al concepto muraltiano de ‘estructuras de pensamiento’, cfr.
Néoplatonisme et aristotélisme dans la métaphysique médiévale. Analogie, causalité, participation,
París, Vrin, 1995, así como L’unité de la philosophie politique. De Scot, Occam et Suarez au libéralisme
contemporain, París, Vrin, 2002.
44
Para un intento por aplicar el método de comparación de estructuras al deconstruccionismo de
Jacques Derrida, LEÓN FLORIDO, F., op. cit., pp. 281-298.
Recibido: 23 de noviembre
Aceptado: 13 de febrero
45
MURALT, A. DE, “La causalité aristotélicienne et la structure de pensée scotiste”, Dialéctica, vol. 47,
nº 2-3, 1993, p. 123.
Abstract: This article contributes to the knowledge of Michel Foucault’s thought in Spain.
According to the classic division of this thought, divided into three fundamentals points,
the question for knowledge, the question for power and the question for oneself, the history
and chronology of the first stage, related to the relationship with the truth have been looked
through. In this stage we approach the different interpretations which, from a phylosophical and
chronological point of view, were fundamental for Les mots et les choses, whose interpretation
was closely related to the problem between Christian Humanism and materialist Marxism.
Key words: Michel Foucault, academic reception, Les mots et les choses, Christian
Humanism, Eugenio Trías.
en la recepción de Las palabras y las cosas por las controversias que generó sobre
la muerte del hombre, el concepto de episteme y el ataque de las ciencias humanas.
Asimismo subrayamos la reapropiación de Eugenio Trías en su particular lectura del
proyecto foucaultiano, en el que sustituyó el concepto de episteme por el de estructura
recurrente; haciendo extensiva la problemática estructuralista de la muerte del hombre
al campo de la ética y la antropología.
* * *
1
Los profesores del Departamento de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
Autónoma de Barcelona, fundaron en 1956 la revista Convivium con la finalidad de servir e impulsar la
tradición filosófica de esta ciudad y de esta Universidad. Este empeño hay que situarlo en el contexto de
la cultura catalana, donde el grupo mantuvo cierta autonomía atendiendo a las corrientes de pensamiento
europeo. Se publicó en la primera época entre 1956 y 1975, bajo la dirección de J. Bofill, continuada por
M. Siguán y J. Alsina; en su segunda época se publica desde 1990 dependiendo del Departamento de
Filosofía Teorética y Práctica, de la misma Universidad.
2
FONT, P.L., “Michel Foucault: Les mots et les choses” (Reseña), Convivium, nº 24-25, 1967, pp.
161-165. Durante esos años Pere Lluis Font ejerció la docencia en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Posteriormente nos extenderemos en su reseña.
3
FOUCAULT, M., Les mots et les choses. Une archéologie des sciences humaines, París, Gallimard,
1966. En castellano, Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas, Méjico, Siglo
XXI, 1968 (Traducción de Elsa Cecilia Frost).
4
FONT, P.L., “Jean Guitton: Diálogos con Pablo VI”, (Reseña), Convivium, nº 24-25, 1967, pp. 165-
169.
5
FOUCAULT, M., “Las Meninas” (primer capítulo de Las palabras y las cosas), Revista de Occidente,
Año V, 2ª época, nº 52, Julio, 1967, pp. 34-52. José Ortega y Gasset fundó en 1923 la publicación Revista
de Occidente, portavoz de su pensamiento y de su grupo. En 1963 se reedita en su 2ª época, dirigida por
J. Ortega Spottorno que recuperó la primitiva línea liberal orteguiana, enriquecida con la actualidad del
pensamiento contemporáneo. Tras una época de ocultación volvió a reaparecer en 1980, gracias al interés
de su hija Soledad Ortega, con una periodicidad bimensual y con algunos números monográficos.
6
Cfr. Revista de Occidente, nº 41, Octubre, 1984, pp. 151-167. Ni en la publicación de 1967 ni en
ésta consta la autoría de la traducción, si bien constatamos que es la realizada —para la editorial Siglo
XXI— por Elsa Cecilia Frost.
cosas, que supuso un éxito editorial, que la silenciada Historia de la locura. Mientras
que la primera obra se tradujo al castellano en 1968, la Historia de la locura con los
textos incorporados de la editorial Gallimard no se publicó hasta 19767.
Independientemente de las contribuciones anteriores, Eugenio Trías introdujo el
pensamiento de Michel Foucault en España. En principio escribió un breve artículo,
“El loco tiene la palabra”8, que tres meses más tarde amplió con el preciso título de
“Presentación de la obra de Michel Foucault”: “¿cómo podremos presentar la <obra>
de ese joven profesor de La Sorbona, de apenas 42 años, que se halla actualmente
en plena <maduración> y autoesclarecimiento de su problemática? ¿No será una
anticipación ociosa la nuestra: la de pretender esclarecer una obra que está aún a
tiempo de esclarecerse a sí misma?”9 En los dos primeros ensayos de Eugenio Trías,
La Filosofía y su sombra y en Filosofía y Carnaval, podemos apreciar la influencia
de Foucault, entre otros autores como Freud, Nietzsche y Hegel, con la particularidad
de tomarlos como punto de partida para sus intereses filosóficos. Durante la 2ª mitad
del siglo XIX y la 1ª mitad del siglo XX se produjo en las ciencias humanas una
fragmentación de la imagen que el hombre se hizo de sí mismo a través de los diferentes
saberes. En estas coordenadas, durante la década de los años sesenta, Marx, Nietzsche
y Freud influyeron de manera decisiva en la irrupción del movimiento estructuralista,
sobre todo en el área cultural francesa10.
El estructuralismo no asumió un sistema doctrinal propio, aunque se apropió de
dos tesis que supusieron un denominador ideológico común: el cientificismo y el
antihumanismo. El primero se desarrolló con las pretensiones de Lévi-Strauss de dotar
a las ciencias humanas de un verdadero estatuto científico, y con las aportaciones de
Althusser y Lacan que releyeron científicamente a Marx y Freud. Por su parte Foucault
realizó el proyecto genealógico nietzscheano a través de una arqueología del saber,
bajo las influencias perceptibles del impacto de la lingüística estructural, la inspiración
existencialista de Heidegger y Nietzsche, y más secundariamente de Freud11. Como
consecuencia del postulado cientificista se confirmó la repulsa del humanismo en la
concepción del hombre: por ejemplo Lévi-Strauss habló de la disolución del hombre,
cosa entre cosas, y de la cultura en la naturaleza; Foucault exhibió la muerte del
hombre como producto de una episteme, concepto tan repetido que llevó a algunos a
7
Existen tres ediciones de la obra Folie et Déraison. Histoire de la folie à l’âge classique, París, Plon,
1961. Ésta fue reimpresa en: a) 1964, Union Générale d’Editions, versión abreviada; b) 1972, Gallimard,
versión original. En esta edición se suprimen los dos primeros términos del título original, y aparece
con tres trabajos nuevos: un Prefacio y dos Apéndices: “La folie, l’absence d’oeuvre” y “Mon corps, ce
papier, ce feu”; y c) 1978, de nuevo en Gallimard, sin los apéndices anteriores. En castellano, Historia de
la locura en la época clásica, Méjico, Fondo de Cultura Económica, 1967, a partir de la edición de Plon.
Con los textos incorporados en Gallimard (1972) en la 2ª edición de FCE, 1976. (Traducción de Juan José
Utrilla).
8
TRÍAS, E., “El loco tiene la palabra”, Destino, nº 1628, 14 de Diciembre, 1968, p. 66.
9
TRÍAS, E., “Presentación de la obra de Michel Foucault”, Convivium, nº 30, Febrero, 1969, pp. 55-
68, p. 55.
10
Sobre la teoría estructuralista véase DOSSE, F., Historia del estructuralismo, Madrid, Akal, 2004, 2
volúmenes. (Traducción de Mª del Mar Llinares).
11
TRÍAS, E., “Estructuralismo” en, QUINTANILLA, M.A. (compilador), Diccionario de Filosofía Con-
temporánea, Salamanca, Sígueme, 1976, pp. 136-145.
12
RUBIO CARRACEDO, J., “Estructuralismo histórico-cultural: Michel Foucault” en, ¿Qué es el hombre?
El desafío estructuralista, Madrid, Ricardo Aguilera, 1971, pp. 141-143. José Rubio Carracedo, en la
década de los años 70, ejerció la docencia como Profesor de Antropología en el Instituto Teológico
Agustiniano de Valladolid. En la actualidad es Catedrático de Ética y Filosofía Política de la Universidad
de Málaga y Vocal de la Asociación Andaluza de Filosofía en Málaga (A. A. F.).
13
FOUCAULT, M., Maladie mental et personnalité, París, Presses Universitaires de France (PUF), 1954.
En castellano, Enfermedad mental y personalidad, Buenos Aires, Paidós, 1961. (Traducción de Emma
Kestelboim).
14
FOUCAULT, M., Maladie mental et phichologie, París, Presses Universitaires de France (PUF), 1962.
(Reimpresa en 1966).
15
MOREY, M., “La pregunta por el saber”, Lectura de Foucault, Madrid, Taurus, 1983, pp. 15-36, p.
25. Para una reseña de esta obra véase, MAÍZ, R., “¿Una tan funesta epistemología?”, El País, Domingo, 4
de Marzo, 1984, Libros, p. V.
16
FOUCAULT, M., “El campo de los acontecimientos discursivos” en, VV. AA., Análisis de Michel
Foucault, Buenos Aires, Editorial Tiempo Moderno, 1970, pp. 227-240, pp. 237-238. También véase
FOUCAULT, M., “Repuesta al Círculo de Epistemología”, VV. AA., Ibid., pp. 221-270.
17
SERRANO GONZÁLEZ, A.B., “Una historia política de la verdad” en, Herculine Barbin llamada Alexina
B., Madrid, Editorial Revolución, 1985, pp. 159-181. (Prólogo de Michel Foucault). En la actualidad,
Antonio Bartolomé Serrano González es Profesor Titular de Filosofía del Derecho de la Universidad
Autónoma de Barcelona.
18
SERRANO GONZÁLEZ, A.B., “La obra de Michel Foucault: una historia de la verdad” en, Michel
Foucault. Sujeto, derecho, poder, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 1986, pp. 7-29, pp. 9-10.
19
FOUCAULT, M., “La folie, l’absence d’oeuvre”, La Table Ronde, nº 196, Mayo, 1964, pp. 11-21
Posteriormente apéndice de, Histoire de la folie à l’âge classique, op. cit., pp. 575-582. En catalán, “La
follia, la absència d’obra” en, CASANOVAS I ROMEU, P., L’ordre del discurs i altres escrits, Barcelona, Laia,
1982, pp. 35-50. (Edició a cura de Josep Ramoneda).
20
FOUCAULT, M., “Mons corps, ce papier, ce feu”, Paideia, nº 11, Febrero, 1972. (Polémica con Jacques
Derrida). Reeditado como apéndice en Histoire de la folie à l’âge classique, op. cit., pp. 583-603.
21
TRÍAS, E., “Presentación de la obra de Michel Foucault”, Convivium, nº 30, Febrero, 1969, pp.
55-68. Véase, “El loco tiene la palabra” en, Filosofía y Carnaval, Barcelona, Anagrama, 1970, pp. 11-
31. Posteriormente Eugenio Trías añadió algunos textos complementarios a la edición original, véase
Filosofía y Carnaval y otros textos afines, Barcelona, Anagrama, 1971. (3ª edición, ampliada, 1984).
22
TRÍAS, E., “La filosofía sin el hombre” en, La filosofía y su sombra, Barcelona, Seix Barral, 1968,
pp. 107-180, p. 103. (2ª edición corregida y revisada, 1983).
23
TRÍAS, E., “El loco tiene la palabra”, Destino, nº 1628, 14 de Diciembre, 1968, p. 66. Publicado como
una parte de “Presentación de la obra de Michel Foucault” en, Convivium (1969), y como un apartado de
Filosofía y Carnaval, op. cit., pp. 11-31. Reeditado en Filosofía y Carnaval y otros textos afines, op. cit.,
pp. 17-37.
24
BARTHES, R., “Por ambas partes”, Ensayos críticos, Barcelona, Seix Barral, 1967, pp. 201-210.
(Traducción de Carlos Pujol).
25
TRÍAS, E., “El retorno de las sombras” en, Filosofía y Carnaval, op. cit., pp. 56-60.
26
TRÍAS, E., “El loco tiene la palabra”, Ibid., pp. 11-31, p. 27.
27
La mención a la hipótesis del “grado cero de locura”, presente en el Prefacio de la primera edición
francesa, desapareció en ediciones posteriores. Esta hipótesis le mereció la crítica de “naturalismo” y
el calificativo -por parte de Bernard-Henry Lévy- de demasiado marxista al identificar el naturalismo
político con el marxismo. Véase MOREY, M.; SARRET, J., “De nuevo la filosofía” (Entrevista con B. H.
Lévy), El Viejo Topo, nº 16, Enero, 1978, pp. 25-29. Sobre esta problemática véase, FOUCAULT, M., “No al
sexo rey” (Entrevista por Bernard-Henry Lévy), Triunfo, nº 752, 25 de Junio, 1977, pp. 46-51. También
en, MOREY, M., (ed.), Sexo, Poder, Verdad. Conversaciones con Michel Foucault, Barcelona, Cuadernos
Materiales, 1978, pp. 239-260.
28
La tesis complementaria “La antropología de Kant” consistió en la traducción y notas de
Anthropologie in pragmatischer Hinsicht de E. Kant. Son dos volúmenes dactilografiados (París, Sorbona),
el segundo de los cuales consta de un pequeño prólogo de Foucault publicado con el título, Anthropologie
du point de vue pragmatique, París, Lib. Philosophique J. Vrin, 1964, (Reimpreso en 1970).
29
MOREY, M., “El solar y la grieta” en, Lectura de Foucault, op. cit., pp. 37-75.
30
FOUCAULT, M., Raymond Roussel, París, Gallimard, 1963. En castellano, Raymond Roussel, Buenos
Aires, Siglo XXI, 1973. (Traducción de Patricio Canto). Véase, “Archeology of a pasión”, postfacio a la
traducción inglesa de Raymond Roussel, (“Una entrevista a Michel Foucault” de Charles Ruas (1983)
en, Magazine Littéraire, nº 221, 7/8, 1985. Más tarde publicada “An interview with Michel Foucault” en,
Postcript, 1986). También véase SALA-SANAHUJA, J., “Raymond Roussel, explorador del límite”, El Viejo
Topo, nº 19, Abril, 1978, pp. 56-57.
31
FOUCAULT, M., Naissance de la clinique. Une archéologie du regard medical, París, Presses
Universitaires de France (P.U.F.), 1963. En castellano, El nacimiento de la clínica. Una arqueología de la
mirada médica, Méjico, Siglo XXI, 1966. (Traducción de Francisca Perujo).
32
FOUCAULT, M., “Prefacio”, Ibid., pp. 1-15, p. 1.
33
ÁLVAREZ URÍA, F.; VARELA, J., “Salud sin límites” en, Las redes de la psicología. Análisis sociológico
de los códigos médico-psicológicos, Madrid, Libertarias/Prodhufi, 1986, pp. 157-174, (2ª edición ampliada
y revisada, 1994). También véase ÁLVAREZ URÍA, F., Miserables y locos. Medicina mental y orden social en
la España del siglo XIX, Barcelona, Tusquets, 1983; SERRANO GONZÁLEZ, A.B., “Una historia política de la
verdad”, Herculine Barbin, llamada Alexina B. presentado por M. Foucault, op. cit., pp. 159-181.
34
ALTHUSSER, L., Lire le Capital, París, Maspero, 1965. En la segunda edición se excluyeron las
contribuciones de Rancière, Macherey y Establet. La edición en castellano se realizó a partir de la segunda
edición de 1968. Véase, Para leer <El Capital>, Madrid, Siglo XXI, 1969.
35
LACAN, J., Écrits, París, Seuil, 1966. En castellano, Escritos, Méjico, Siglo XXI (2 vols.), 1984.
36
RUBIO CARRACEDO, J., “El estructuralismo como anti-humanismo teórico” en, VVAA., El
neopositivismo, el estructuralismo y la psicología profunda: su carácter reduccionista en relación con el
materialismo, Madrid, Centro de Estudios Sociales del Valle de los Caídos, 1978, pp. 57-98. El Centro de
Estudios del Valle de los Caídos, regido por los Benedictinos, publicó Revista de Estudios Sociales. Del
mismo autor véase, “Introducción: La crisis del Humanismo”, Positivismo, Hermenéutica y Teoría crítica
en las ciencias sociales, Barcelona, Humanitas, 1984, pp. 163-209.
37
SARTRE, J. P., “¿Sartre ha sido superado?”, VVAA, Claves del estructuralismo, Buenos Aires,
Ediciones Calden, 1969, pp. 61-82, p. 61. Texto original, SARTRE, J-P, “Jean-Paul Sartre répond”, L’arc, nº
30, 1966, pp. 87-88.
barricada que la burguesía podía levantar contra Marx”38. Quizás el ataque de Sartre
supuso una interpretación acorde con la filosofía tradicional, es decir, un ejemplo
de la naturaleza mítica de la concepción de la historia, o más concretamente, una
respuesta existencialista. Años más tarde, Gabriel Albiac pretendió acercar a ambos
pensadores. El ex-althusseriano reconoció la figura de Sartre como la del intelectual
comprometido:
“el hombre aquel de la pasión desmesurada por lo humano que atravesara el siglo de la
mano de cuantas aventuras y naufragios (de la Resistencia a la guerra de Argelia, Cuba,
China, Vietnam..., también Budapest o Stammheim). A su vez, calificó al aparentemente
gélido Foucault de analista desapasionado, empeñado en dinamitar, desde el espacio cerrado
de la biblioteca, los fundamentos mismos de cada minúscula partícula constituyente de
esas secretas convicciones que componen la red del querido ensueño de identidad al que
llamamos yo y que él sabía no más que grávido fantasma de servidumbre y sumisión”39.
38
SARTRE, J. P., “¿Sartre ha sido superado?” en, VV. AA., Ibid., p. 61. Sobre J.-P. Sartre y M. Foucault
véase, POSTER, M., Foucault, marxismo e historia. Modo de producción versus modo de información,
Barcelona, Paidós, 1987 (Traducción de Ramón Alcalde). Edición original, Foucault, Marxism and
History, Oxford, Polito Press, 1984.
39
ALBIAC, G., “Stultifera navis”, Liberación, nº 6, 30 de Diciembre, 1984, pp. 17-18, p. 17. También
en Todos los héroes han muerto, Madrid, Libertarias/Prodhufi, 1986, 95-98.
40
Véase VVAA., Claves del estructuralismo, op. cit. Esta obra es una recopilación de los trabajos
publicados en Les lettres françaises y en L’arc por DAIX, P.; PIAGET, J.; ALTHUSSER, L.; SARTRE, J-P;
FOUCAULT, M.; BARTHES, R.; BENVENISTE, E.; LACAN, J.; WAHL, F., en los números 1226, 1227, 1238, 1239,
1168/69, 1243, 1242, 1159 y 1268, respectivamente. (Traducción de Julio Vera).
41
LEFÉBVRE, H., Las estructuras y los hombres, Barcelona, Ariel, 1968. Del mismo autor, “Claude
Lévi-Strauss y el nuevo eleatismo”, BONOMI, A.; GLUCKSMANN, A.; MOULOUD, N., PACI, E.; SERRES,
M., Estructuralismo y Filosofía, Buenos Aires, Nueva Visión, 1969, pp. 121-176. (Selección de José
Sazbón).
42
SARTRE, J. P., “¿Sartre ha sido superado?” en, VV. AA., Claves del estructuralismo, op. cit., pp. 61-
82, p. 61.
43
GARAUDY, R., “Estructuralismo y <muerte del hombre>” en, TRÍAS, MOULOUD, DUBOIS, COHEN,
PARAIN, JALLEY-CRAMPE, SÈVE, SURET-CANALE, GARAUDY, LABEYRIE, DESCHAMPS, PEROTTINO, BALLER, WEBER,
CHARLES, Estructuralismo y marxismo, Barcelona, Martínez Roca, 1969, pp. 169-193. (Traducción de
Antonio G. Valiente). En esta misma obra véase TRÍAS, E., “Luz roja al humanismo”, (Introducción y
Presentación), Ibid., pp. 9-21.
44
PIAGET, J., El estructuralismo, Buenos Aires, Proteo, 1968. Edición original, Le estructuralisme,
París, Presses Universitaire, 1968.
45
ÁLVAREZ, J., “Presentación”, KURWEIL, E., Michel Foucault: acabar la era del hombre, Valencia,
Cuadernos Teorema, 1979, p. 5. Edición original, “Michel Foucault: Ending the Era of Man”, Theory and
Society, vol. 4, nº 3, Países Bajos, 1977, pp. 395-420. El valor fundamental de Edith Kurzweil, profesora
del Departamento de Sociología del Montclaire State Collage, consistió en el esfuerzo por fijar un sistema
de herramientas analíticas, y de verdades funcionales que facilitaran la lectura comprensiva del arqueólogo
francés. Entre los colaboradores de la editorial Cuadernos Teorema, dependiente de la cátedra de Lógica y
Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Valencia, podemos citar a J. L. Blasco, J. Sanmartín, F. Vera,
M. A. Quintanilla y Montero Moliner, éste último cofundador y codirector.
46
En principio se propuso El orden de las cosas. Este título se rechazó porque ya estaba registrado en
Francia, aunque se conservó en la traducción inglesa, The order of Things, Tavistock, Londres/Pantheon,
Nueva York, 1970. Véase MOREY, M., “El orden de las cosas” en, Lectura de Foucault, op. cit., pp. 111-
177.
53
Sobre “la muerte del hombre” en Michel Foucault y Eugenio Trías véase NÚÑEZ LADEVÉZE, L., “Un
carnaval por la muerte del hombre”, Madrid, Nuevo Diario, 1970.
54
TRÍAS, E., “El mito del humanismo: la prueba de la peste”, Triunfo, nº 460, 27 de Marzo, 1971, pp.
54-55. Posteriormente en, Filosofía y Carnaval y otros textos afines, op. cit., pp. 96-107.
55
SAVATER, F., “Antiteodicea” en, Nihilismo y Acción, Madrid, Taurus, 1970, pp. 29-58, p. 57. Este
ensayo se publicó posteriormente como, La filosofía tachada precedida de nihilismo y acción, Madrid,
Taurus, 1978, (2ª edición aumentada). Véase, “Antiteodicea”, pp. 27-45, p. 45.
56
En la bibliografía de sus textos encontramos las siguientes obras y autores: DUFRENNE, M., “La
philosophie du néo-positivisme”, Esprit, nº 360, 1967, pp. 781-800; DUFRENNE, M., Pour l’homme,
París, Seuil, 1968; TRÍAS, E., “Presentación de la obra de Michel Foucault”, Convivium, nº 30, Febrero,
1969, pp. 55-68; TRÍAS, E., “Nietzsche, Freud, Marx: ¿revolución o reforma?”, FOUCAULT, M., Nietzsche,
Freud, Marx, Barcelona, Anagrama, 1970, pp. 7-20; CARUSO, P., Conversaciones con Lévi-Strauss,
Foucault y Lacan, Barcelona, Anagrama, 1969; KURZWEIL, E., Michel Foucault: acabar la era del hombre,
op. cit.; BRAUDILLARD, J., Olvidar a Foucault, Valencia, Pre-textos, 1978; JARAUTA, F., La filosofía y su otro
(Cavaillés, Bachelard, Canguilhem, Foucault), Valencia, Pre-textos, 1979; LECOURT, D., Para una crítica
de la epistemología, Méjico, Siglo XXI, 1973; MARIETTI, K., Michel Foucault, París, Seghers, 1974.
Pour l’homme, título que aludía a la obra de Althusser Pour Marx y a su presumible
antihumanismo, Dufrenne defendía que la eclosión estructuralista tuvo su origen en
la asociación de la teoría heideggeriana con el neopositivismo francés que subordinó,
respectivamente, el hombre al ser y renegó de éste para salvaguardar la pureza del
concepto. Bajo esta perspectiva el estructuralismo se indignó contra el hombre,
considerando a Foucault el principal motor de la muerte del hombre, en la que advirtió
una amalgama indigesta compuesta de “ser” (Heidegger), “concepto” (idealismo) y de
“violencia-locura” (Nietzsche)57. El antihumanismo foucaultiano sobresalió más por su
“retórica persuasiva que por su verdadera argumentación”. Según Rubio Carracedo el
pensador francés no distinguió entre el plano semiótico-sintáctico y el plano semántico,
ya que no admitió un sujeto personal que completase el proceso de significación.
Esta ausencia o confusión, propuestas al modo nietzscheano, condujeron a los excesos
estructuralistas58. Próxima a esta corriente fenomenológica-hermenéutica, María
Jesús Soler Ferrández concluía que “Las palabras y las cosas es el síntoma de una
crisis que se ha agudizado en nuestro tiempo debido al planteamiento moderno del
problema del lenguaje”59. Su Tesis Doctoral dirigida por Fernando Montero Moliner60,
“La crítica del humanismo por Michel Foucault”61, junto a las de Antonio Lamelas
Blanco62 y Miguel Morey63 fueron las primeras que se leyeron en nuestro país sobre el
pensamiento foucaultiano. El corpus principal de esta última se publicó como Lectura
de Foucault, texto que sin lugar a dudas es una referencia obligatoria en la recepción
y pensamiento de Foucault en España.
Todavía en 1976, en el Diccionario de Filosofía Contemporánea dirigido por Miguel
Ángel Quintanilla, se nos presentaba a un Foucault exclusivamente estructuralista:
57
RUBIO CARRACEDO, J., “El estructuralismo antropológico. Posiciones y problemas”, Arbor, nº
294, Junio, 1970, pp. 27-54. Del mismo autor, “El estructuralismo”, Pensamiento, nº 114-115, Abril-
Septiembre, 1973, pp. 149-174.
58
RUBIO CARRACEDO, J., “El estructuralismo como anti-humanismo teórico” en, VV. AA., El
neopositivismo, el estructuralismo y la psicología profunda: su carácter reduccionista en relación con el
materialismo, op. cit., pp. 57-98.
59
SOLER FERRÁNDEZ, Mª J., “Foucault, M.: Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias
humanas”, Teorema, nº 1, Marzo, 1971, pp. 157-158, p. 158.
60
Fernando Montero Moliner (1922-1995) se doctoró en Filosofía en 1952 por la Universidad de
Madrid, con una Tesis sobre “La teoría de la significación en Husserl y Heidegger”. En 1988 se constituyó
la “Sociedad Española de Fenomenología”, institución de la que fue su Presidente Honorífico. Durante
muchos años fue Catedrático de Filosofía en la Universidad de Valencia.
61
SOLER FERRÁNDEZ, Mª J. “La crítica del humanismo por Michel Foucault”, tesis leída en la Facultad
de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Valencia, en el curso académico 1979-
1980. Los miembros del tribunal fueron Fernando Montero Moliner (director de la Tesis), Manuel Garrido
Giménez, Pedro Cerezo Galán, Jesús Rodríguez Marín y José Luis Blasco Estelles.
62
LAMELAS BLANCO, A., “Filosofía y Antihumanismo en Michel Foucault”, defendida en el
Departamento de Ética y Sociología de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.
El tribunal estuvo constituido por el director de la Tesis, José Todoli Duque, Sergio Rábade Romeo, José
Luis Pinillos Díaz, Enrique López Castellón y José Luis Abellán García. (Año académico 1979-1980).
63
En el curso académico 1979-1980 Miguel Morey presentó su Tesis Doctoral, “Análisis de la
Institución en Michel Foucault”, en la Universidad de Barcelona. La Tesis fue dirigida por Francisco
Gomá, quien formó parte del tribunal junto a los profesores Jacobo Muñoz, Alejandro Sanvicens, Ramón
Valls y José María Valverde. En la actualidad, Miguel Morey es Catedrático de Antropología Filosófica de
la Universidad Autónoma de Barcelona.
64
FLÓREZ MIGUEL, C., “Foucault, Michel”, QUINTANILLA, M.A., (compilador), Diccionario de Filosofía
Contemporánea, op. cit., pp. 184-185, p. 184. Cirilo Flórez citaba, en este orden, las siguientes obras
de Foucault: Historia de la locura en la época clásica (1967), El nacimiento de la clínica (1966),
Raymond Roussel (1973), Las palabras y las cosas (1968), La arqueología del saber (1970), El orden del
discurso (1974), Nietzsche, Freud, Marx (1970), Theatrum Philosophicum (1972), Enfermedad mental
y personalidad (1961), “Respuesta al círculo de epistemología” en, Análisis de Michel Foucault (1970).
En estos años, Cirilo Flórez Miguel era Profesor Adjunto de Historia de la Filosofía de la Universidad de
Salamanca.
65
Cirilo Flórez ha dirigido la única Tesis Doctoral sobre Foucault presentada en la Universidad de
Salamanca hasta la actualidad. En el curso académico 2001-2001, Benjamín Gomes José defendió su
Tesis: “Ética y Medicina en Michel Foucault: la dimensión humanística de la Medicina a partir de una
genealogía de la moral”.
66
FLÓREZ MIGUEL, C., “Poder y Saber” en, “Actas del III Seminario de Historia de la Filosofía
Española”, Ediciones de la Universidad de Salamanca, 1983, pp. 15-29, pp. 25-26.
67
MACEIRAS FAFIÁN, M., “El formalismo lingüístico en la epistemología arqueológica de Foucault”,
Aporía, nº 3, Octubre, 1980, pp. 71-101. Este extenso artículo es un recorrido por la obra foucaultiana:
desde Enfermedad mental y psicología hasta La Voluntad de saber, incluido El orden del discurso, Vigilar
y Castigar, y Microfísica del poder. La publicación trimestral de Filosofía, Aporía: revista de actualidad
filosófica, se editó en Madrid entre los años 1964 y 1984. En la actualidad, Manuel Maceiras Fafián es
Catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.
Más relevante fue el caso del sociólogo Rodríguez Ibáñez, quien aproximó el
estructuralismo de Las palabras y las cosas a la teoría comunicativa habermasiana
en Conocimiento e interés. Ambos paradigmas convergían en el terreno común del
lenguaje, situado éste en el primer plano de las ciencias sociales, y que representaba
por sí mismo la incorporación de una razón moral, traducida en una “nueva apuesta”
por la libertad que recorría la lógica de las ciencias sociales71. El autor de Las
palabras y las cosas consideró el psicoanálisis como una autorreflexión crítica de
las ciencias sociales, terreno en el que las ambigüedades de las ciencias humanas se
hallaban enfrentadas a sí mismas. El psicoanálisis concibió al inconsciente como algo
articulado de por sí lingüísticamente, y al deseo como una instancia que nada podía
68
DARAKI, M., “Las Ciencias humanas después de la muerte del hombre. Salir del Estructuralismo”,
Diario Filosófico, nº 3, Septiembre-Diciembre, 1985, pp. 277-283. La revista cuatrimestral Diario
Filosófico, editada en Madrid desde 1985, incluía en sus páginas una selección de textos aparecidos en
revistas extranjeras, artículos de reflexión filosófica, una sección dedicada a la didáctica de la filosofía y
un apartado de información acerca de la actividad filosófica nacional.
69
RASSAM. J., Michel Foucault. Las palabras y las cosas, Magisterio Español, Madrid, 1978.
(Traducción de Manuel Olasagasti). J. Rassam, nació en Ourmiah, hoy Rezaieh (Persia), se trasladó en
1929 a Toulousse, donde presentó su Tesis Doctoral con el enigmático título “El silencio como introducción
a la metafísica” (1962), que se publicó posteriormente como La métaphysique de Saint Thomas.
70
GARCÍA SOTO, L., “A la orilla del mar un rostro de arena” en, MÁIZ, R. (compilador), Discurso, Poder,
Sujeto. Lecturas sobre Michel Foucault, Santiago, Universidad de Santiago, 1987, pp. 55-67, p. 56. Esta
obra es la recopilación de una serie de conferencias sobre el pensamiento foucaultiano, celebradas en la
Universidad de Santiago durante el curso académico 1985-1986.
71
RODRÍGUEZ IBÁÑEZ, J.E., “El decurso y los discursos: Dominación y lógica de las ciencias sociales”,
Theoría, nº 2, Julio-Septiembre, 1979, pp. 133-169. En la actualidad José Enrique Rodríguez Ibáñez es
Profesor de Sociología, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense
de Madrid.
72
Es obvio que José Enrique Rodríguez Ibáñez ignoró en su comparación la diferente visión del
psicoanálisis expuesta por Foucault en la conferencia “Nietzsche, Freud, Marx”, como también el prólogo
de TRÍAS, E., “Nietzsche, Freud, Marx: ¿revolución o reforma?”, FOUCAULT, M., Nietzsche, Freud, Marx,
op. cit., pp. 7-20.
73
HABERMAS, J., Conocimiento e interés, Madrid, Taurus, 1992. (Traducción de J. Jiménez y F. Ivars).
Edición original, Erkenntnis und Interesse, Frankfurt, 1968.
74
HABERMAS, J., “La Modernidad inconclusa”, El Viejo Topo, nº 62, Noviembre, 1981, pp. 45-50.
(Traducción de Luis Aguilar Villanueva). Texto publicado en su totalidad como “Modernidad versus
Postmodernidad” en, VV. AA., Modernidad y Postmodernidad, Madrid, Alianza Editorial, 1988, 1ª
reimpresión, 1992, pp. 87-102. (Prefacio, Introducción y Compilación de Josep Piló). Edición original,
“Modernity versus Post-Modernity”, New German Critique, nº 22, Winter, 1981.
75
Jürgen Habermas leyó el texto en la entrega del premio “Theodor W. Adorno”, concedido en
Frankfurt en Septiembre de 1983. Sobre dicho texto y la crisis de la Modernidad véase, SAUQUILLO, J.,
“Poder político y sociedad normalizada en Michel Foucault”, Revista de Estudios Políticos (Nueva Época),
nº 56, Abril-Junio, 1987, pp. 181-203.
mismos nos atrevíamos a plantear: <¿qué ha dicho?> (...) La gente se aburría. El filósofo
más representativo de los ochenta deja entre nosotros un gran vacío. Nadie le entendía.
Todo el Instituto Alemán se abría unánimemente ante el intelectual de izquierda, mostrando
sin pudor un gran bostezo. Pasaremos años maldiciendo nuestra suerte”76.
76
VELÁZQUEZ JORDANA, L., “Habermas y otras modernidades”, El Viejo Topo, nº 67, Abril, 1982, p.
51. También anotamos que Jürgen Habermas pronunció un discurso en el Congreso de los Diputados de
Madrid, el 26 de Noviembre de 1984.
77
HABERMAS, J., “Perfil filosófico-político. Entrevista con Jürgen Habermas” en, VV. AA., Materiales
de Sociología crítica, Madrid, La Piqueta, 1986, pp. 91-142. (Traducción de Carlos Prieto del Campo;
Edición y presentación de Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría). Texto original, “A Philosophico-Political
Profile”, New Left Review, nº 151, 1985, pp. 75-105.
78
HABERMAS, J., El discurso filosófico de la modernidad, Madrid, Taurus, 1989, p. 328. (Traducción
de M. Jiménez Redondo). Versión original, Der philosophische Diskurs der Moderne. Zwölf Vorlesungen,
Frankfurt, 1985.
79
Sobre el paralelismo entre la teoría crítica y la genealogía del poder, véase FOUCAULT, M.,
“Structuralism and post-structuralism: an interview with Michel Foucault”, Telos, nº 55, Primavera, 1983,
pp. 195-21. (Entrevista de Gérard Raulet). En castellano, “Estructuralismo y postestructuralismo” en,
FOUCAULT, M., Estética, Ética y Hermenéutica. Escritos esenciales III, Barcelona, Paidós, 1999, pp. 307-
334. (Traducción de Ángel Gabilondo).
80
HABERMAS, J., El discurso filosófico de la modernidad, op. cit., p. 351 y ss.
81
Para ampliar la crítica de Habermas al método genealógico, véase SERRANO GONZÁLEZ, A., “Poder
sub specie legis y poder pastoral” en, MÁIZ, R. (Compilador), Discurso, Poder, Sujeto. Lecturas sobre
Michel Foucault, op. cit., pp. 115-135.
87
SERRANO GONZÁLEZ, A.B., “Saber e Historia (I). El método” en, Michel Foucault. Sujeto, derecho,
poder, op. cit., pp. 31-51, pp. 32-34.
88
MACEY, D., Las vidas de Michel Foucault, Madrid, Cátedra, 1995. (Traducción de Carmen Martínez
Gimeno). En concreto, David Macey se refería a “Las cuatro similitudes”, primer apartado del capítulo
segundo “La prosa del mundo” de Las palabras y las cosas. Edición original, The lives of Michel Foucault,
London, Hutchinson, 1993.
89
MOREY, M., “El orden de las cosas” en, Lectura de Foucault, op. cit., pp. 111-177.
90
FOUCAULT, M., “Entrevista sobre la prisión: el libro y su método”, Microfísica del poder, Madrid,
La Piqueta, 1978, pp. 87-101. (Traducción de Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría). Edición original,
“Entretetien sur le prisión: le livre et sa methode”, Magazine Littéraire, nº 101, Junio, 1975, pp. 27-33.
En la entrevista con J. Brochier expresó su cautela hacia la concepción historicista de progreso, lo cual
agradeció a los historiadores de las ciencias. El mismo texto se publicó con el título “Les jeux de pouvoir”,
GRISONI, D.; CHATELET, F.; DERRIDA, J.; FOUCAULT, M.; LYOTARD, F.; SERRES, M., Politiques de la Philosophie,
París, Éditions Grasset & Fasquelle, 1976, pp. 157-174. En castellano, “Los juegos del poder”, Políticas
de la filosofía, Méjico, FCE, 1982, pp. 176-199 (Traducción de Oscar Barahona y Uxda Doyhamboure).
horizonte91. Estas nociones fueron utilizadas igualmente por los estructuralistas para
oponerse a los privilegios de la historia continuista en detrimento de los conceptos
temporales, más afines al historicismo idealista o a la tradición hegeliano-dialéctica.
Frente a la noción de progreso de la conciencia humanista, Foucault apostó por una
historia discontinuista que subrayaba las rupturas y saltos cronológicos, aunque a
veces no se encontrasen resultados satisfactorios92.
Al igual que las obras de Gaston Bachelard y Michel Foucault plantearon el
problema de la existencia de grandes discontinuidades en la evolución del saber
europeo occidental, de manera paralela otros trabajos propusieron la existencia de
rupturas en el desarrollo específico del pensamiento científico. En particular Thomas
Kuhn, en Las revoluciones científicas, interpretó la evolución científica basada en
los cambios de paradigmas. Como consecuencia de su imprecisión se equiparó el
concepto de episteme con el de paradigma kuhniano93. En nuestro caso, Francisco José
Martínez analizó estas dos concepciones discontinuistas de la Historia para establecer
una homología estructural entre ambos intelectuales, cuya epistemología francesa y
anglosajona se había distanciado paulatinamente con la llegada del neopositivismo.
Tanto Kuhn como Foucault no admitieron la existencia del progreso hacia la verdad,
si bien conviene diferenciar la presencia consciente del paradigma científico y por
otro lado, el mecanismo inconsciente de la episteme, o lo no pensado que posibilita el
pensar, característica última que le valió la acusación de irracionalismo94. La ruptura
epistemológica que marcó el tránsito de la episteme clásica a la moderna constituyó
un hito fundamental, coincidiendo con el nacimiento de la Geografía Humana como
ciencia moderna. Horacio Capel identificó los rasgos destacados por Foucault, como
características de la nueva episteme, con algunas de las peculiaridades que presentó la
geografía en el siglo XIX95.
91
LARRAURI GÓMEZ, M., “El hombre es una invención reciente” en, Conocer Foucault y su obra,
Barcelona, Dopesa, 1980, pp. 33-58. Esta monografía fue la primera obra de divulgación sobre del
pensamiento foucaultiano en España. Maite Larrauri defendió en 1978 su Memoria de Licenciatura “La
crítica del humanismo en Michel Foucault”, en la Universidad de Valencia. Años más tarde, en 1989, leyó
su Tesis Doctoral “Verdad y Racionalidad en Michel Foucault”.
92
RODRÍGUEZ PÉREZ, R.Mª., “Ordenaciones del discurso” en, Discurso/Poder, Madrid, Equipo de
Estudios Reunidos, 1984, pp. 75-102. Rosa María Magdalena Rodríguez Pérez defendió la Tesis Doctoral,
“El tratamiento del tema de lo femenino a partir de la filosofía de Michel Foucault” (1994). En la actualidad
es Directora Cultural de la Fundación Valenciana “Tercer Milenio” (UNESCO), Directora del “Aula de
Pensamiento” y de la publicación Debats.
93
PIAGET, J., El estructuralismo, op. cit., pp. 112 ss.
94
MARTÍNEZ, F.J., “Dos concepciones discontinuistas de la Historia: Kuhn y Foucault” en, Las
ontologías de Michel Foucault, Madrid, Fundación de Investigaciones Marxistas, 1994, pp. 55-72. El texto
original corresponde a una conferencia pronunciada en el ciclo dedicado a Thomas Kuhn, organizado por
la Fundación de Investigaciones Marxistas (F.I.M.), en el curso académico 1981-1982.
95
CAPEL SÁEZ, H., Filosofía y ciencia en la Geografía contemporánea. Una introducción a la Geografía,
Barcelona, Barcanova, 1981 (3ª edición, 1988). El texto tuvo su origen en la Memoria de Oposición (Mayo
de 1975) presentada para la Agregaduría de Geografía Humana (Universidad de Barcelona), con el título
“Ideología y Ciencia en las ciencias sociales: el caso de la geografía humana”. Véase especialmente el
capítulo IX: “Ruptura y continuidad en el pensamiento geográfico”, pp. 245-266, y el capítulo X: “El
positivismo y la geografía”, pp. 267-311.
96
Véase CERCLE D’EPISTEMOLOGIE, “Sur l’Archéologie des sciencies: A Michel Foucault”, Cahiers pour
l’analyse, nº 9, verano, 1968. En castellano, “Preguntas a Michel Foucault”, Círculo de Epistemología de
la Escuela Normal Superior, París, VVAA, Análisis de Michel Foucault, op. cit., pp. 216-220; FOUCAULT,
M., “Réponse au Cercle d’Epistémologie”, Cahiers pour l’analyse, nº 9, verano, 1968, pp. 9-40. En
castellano, “Respuesta al Círculo de Epistemología”, VVAA, Análisis de Michel Foucault, op. cit., pp.
221-270. En catalán, “Resposta al Cercle d’Epistemologia”, CASANOVAS I ROMEU, P., L’ordre del discurs i
altres escrits, op. cit., pp. 51-102. Véase también “Contestación al Círculo de Epistemología”, TERÁN, O.,
Michel Foucault. El discurso del poder, Méjico, Folios Ediciones, 1983, pp. 88-124.
97
FOUCAULT, M., “Réponse à une question”, Esprit, nº 371, Mayo, 1968, pp. 850-874. En castellano,
“Respuesta a una pregunta”, FOUCAULT, M.; HYPPOLITE, J.; KOSIK, K.; MARCUSE, H.; MONTERO, F.; SCHAFF,
A., Dialéctica y Libertad, Valencia, Editor F. Torres, 1976, pp. 11-48. Presentación de Fernando Montero
Moliner, pp. 7-9. (Selección y Traducción de Amparo Ariño Verdú). Los trabajos de este volumen son
ensayos desde diferentes corrientes heterogéneas, como el estructuralismo, el marxismo, la fenomenología
y el existencialismo, enfrentados con el fenómeno de la libertad. Aunque en el caso de Foucault y Schaff,
más que de la libertad misma, se ocupan de disipar prejuicios metodológicos que hubieran enturbiado
su estudio. También véase, “Respuesta a Esprit”, TERÁN, O., Michel Foucault. El discurso del poder, op.
cit., pp. 64-87. Posteriormente con el título “La función política del intelectual. Respuesta a una cuestión”,
FOUCAULT, M., Saber y Verdad, Madrid, La Piqueta, 1985, pp. 47-73. (Edición, traducción y prólogo de
Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría).
98
FOUCAULT, M., “La función política del intelectual. Respuesta a una cuestión” en, Saber y Verdad,
op. cit., pp. 47-73, p. 47.
99
Véase “Preguntas a Michel Foucault”, Círculo de Epistemología de la Escuela Normal Superior,
VVAA, Análisis de Michel Foucault, op. cit., pp. 216-220, p. 216.
100
FOUCAULT, M., L’archéologie du savoir, París, Gallimard, 1969. En castellano, La arqueología del
saber, México, Siglo XXI, 1970 (Traducción de Aurelio Garzón del Camino).
Michel Foucault. L’ordre del discurs i altres escrits101, como también la conferencia
“¿Qué es un autor?”102.
Frente al presupuesto antropológico de la historia tradicional basado en el binomio
sujeto-objeto, defendió una historia que hablaba por sí misma sin referencia al concepto
de hombre. El historiador se transformó en arqueólogo transformando sus anteriores
documentos históricos en monumentos, y devolviendo a los enunciados su carácter
de acontecimiento no precisamente para aislarlos, sino para relacionarlos con sucesos
de orden económico, político, social, prácticos, etc.: “el nuevo arqueólogo ya no es
el historiador de antes que, al manejar los documentos, hacía una labor interpretativa
del discurso: tenía que partir del axioma de que <allí no está dicho todo>. El discurso
vendría a estar afectado por una especie de pobreza esencial. Por el contrario, el
arqueólogo no tendría por qué ser codicioso: en vez de buscar tesoros que contienen
el oro falso de la teleología, intenta encontrar la propia <ley de pobreza> del discurso,
cayendo en la cuenta de que está tratando con un bien escaso, limitado, objeto de
apropiación y luchas políticas”103.
El historiador de la Antigüedad clásica José Bermejo se propuso la construcción
de un modelo metodológico que permitiese realizar un análisis sociológico e histórico
del mito griego. Se percató de que en la Historia de la locura, Las palabras y las cosas
y La arqueología del saber, su autor había demostrado la estrecha relación existente
entre la mentalidad y la sociedad en diversos niveles, tanto en el sentido social como
efectivo. En el mundo griego no se había realizado ningún estudio siguiendo la
metodología foucaultiana, por lo que no se podían adelantar falsas conclusiones. Sin
embargo, “dado que las ciencias a las que Foucault ha aplicado su método son de una
naturaleza similar a la griega, (...) podemos entonces indicar por anticipado que un
análisis de este tipo nos revelaría la constitución epistemológica de la ciencia griega,
101
Véase “La follia, l’absència d’obra”, pp. 37-49; “Resposta al cercle d’epistemologia”, pp. 53-101;
“L’ordre del discurs”, pp. 105-147; y “Nietzsche, la genealogía, la història”, pp. 151-179, CASANOVAS, I
ROMEU, P., L’ordre del discurs i altres escrits. op. cit. La “Introducción” está firmada por Josep Ramoneda,
pp. 11-28. La edición de esta obra estuvo dedicada a la memoria de Alfonso Comín, director literario de
Laia. La editorial Laia incluía en sus publicaciones una colección de textos básicos de Filosofía, dirigida por
J. Calsamiglia, P. L. Font y J. Ramoneda. Véase también CASANOVAS I ROMEU, P., “Notas sobre Pragmática
y metapragmática en el lenguaje literario de Michel Foucault”, MÁIZ, R. (compilador), Discurso, Poder,
Sujeto. Lecturas sobre Michel Foucault, op. cit., pp. 69-96. En este artículo Pompeu Casanovas explicita
las directrices que siguió en aquella traducción, desarrollando algunos rasgos del estilo literario revelantes
para la correcta comprensión de los textos foucaultianos.
102
FOUCAULT, M., “Qu’est-ce qu’un auteur?”, Bulletin de la Societé Française de Philosophie,
nº 64, Julio-Septiembre, 1969, pp. 73-104. (Conferencia pronunciada el 22 de Abril de 1969 ante la
“Societé Française de Philosophie”). En catalán, “Què és un autor”, Els Marges, nº 27-29, 1983, pp.
205-220. (Traducción de Pompeu Casanovas). Posteriormente en, Creación, nº 9, Octubre, 1993, pp.
42-68 (Presentación de Ángel Gabilondo, no hay indicación precisa sobre el traductor). Véase también,
CASANOVAS I ROMEU, P., “Per una memoria política de Michel Foucault”, La Vanguardia, 21 de Agosto,
1984, p. 23. Pompeu Casanovas defendió su Tesis Doctoral “La Estética del saber en Michel Foucault.
Génesis de una pragmática histórica idealista”, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
Autónoma de Barcelona (1986). En la actualidad es Profesor Titular de Filosofía del Derecho de la
Universidad Autónoma de Barcelona.
103
SERRANO GONZÁLEZ, A.B., “Michel Foucault: el derecho y los juegos de la verdad”, Anuario de
Filosofía del Derecho, Instituto Nacional de Estudios Jurídicos, 1984, pp. 331-343, p. 334.
tanto desde el punto de vista estrictamente intelectual como desde el punto de vista
social”104. El método arqueológico aplicado al discurso histórico se presentó como
una crítica corrosiva dirigida a la génesis de valores, en los que se sustentaron nuestras
leyes e instituciones. Rosario García del Pozo confrontó el estructuralismo y el
sistema arqueológico, clarificando ambas metodologías en su aplicación a las ciencias
humanas, como la penalidad, la locura o la sexualidad105. En sus investigaciones
aproximó la problemática foucaultiana a la de Marx y Nietzsche, interesándose por el
Marx antihegeliano que se preguntaba por el espíritu de una época que ponía en tela
de juicio cualquier tipo de causalidad fundadora o finalidad histórica. Y en cuanto a
Nietzsche, enlazó su pensamiento con el quehacer del arqueólogo, sobre todo en el
uso del lenguaje y de la historia106.
Por su parte, Serafín Vegas González respondió al reto lanzado por Foucault acerca
de la necesidad de “crear la historia”. La réplica anticontinuista se centraba en la
disfuncionalidad de aquellos conceptos que constituían el edificio tradicional de la
vieja historiografía. A su vez la historia arqueológica no contemplaba la acumulación
lineal y temporalmente homogénea de verdades, porque rechazaba un modelo uniforme
de temporalización y aplicaba un concepto de tiempo histórico, que caracterizado por
su oposición a la concepción ideológica mantenía la dialéctica hegeliana. En este
sentido, la concepción discontinuista de la historia no buscó una desconexión radical
de los diferentes niveles, ya que para Foucault la autonomía del discurso no implicaba
independencia histórica:
104
BERMEJO, J., “Límites y posibilidades del mito en la Grecia Antigua”, Introducción a la Sociología
del mito griego, Madrid, Akal Bolsillo, 1979, pp. 176-196, pp. 191-192. Véase también BERMEJO, J., “Ni
en Grecia ni en Roma. Michel Foucault y la Antigüedad clásica”, MÁIZ, R., (compilador), Discurso, poder,
Sujeto. Lecturas sobre Michel Foucault, op. cit., pp. 189-199.
105
Véase la Memoria de Licenciatura “El método arqueológico de Michel Foucault y su repercusión
en la tarea filosófica actual” (Universidad de Sevilla, 1978), leída en la sección de Historia de la Filosofía
y de la Ciencia de la Facultad de Filosofía y Letras. En 1986 defendió la Tesis Doctoral, “Estructuralismo
y Genealogía en la obra de Michel Foucault”, en la Universidad Hispalense. Véase GARCÍA DEL POZO,
R., Michel Foucault: un arqueólogo del humanismo, Sevilla, Publicaciones de la Universidad de Sevilla,
1988. En la actualidad Rosario García del Pozo es Profesora Titular de Filosofía de la Universidad de
Sevilla.
106
Destacamos los trabajos citados por R. García del Pozo en su Memoria de Licenciatura: BELLOUR,
R., “Entrevista con Michel Foucault”, El libro de los otros, Anagrama, Barcelona, 1973, pp. 7-16, (Edición
original, Le livre des autres, París, Éditions de l’Herne, 1971); BUGELIN, P., “La arqueología del saber”,
VVAA, Análisis de Michel Foucault, op. cit., pp. 9-33. (Edición original, “L’archéologie du savoir”, Esprit,
nº 5, Mayo, 1967, pp. 843-861); FOUCAULT, M., “Respuesta al Círculo de Epistemología”, VVAA, Análisis
de Michel Foucault, Ibid., pp. 221-270, (Edición original, “Répose au Cercle d’Epistémologie”, Cahiers
pour l’Analyse, nº 9, verano, 1968, pp. 9-40); AUZIAS, J.M., “El hombre ha muerto”, pp. 121-135, y “Para
(no) concluir: crítica y literatura”, pp. 165-175, El estructuralismo, Madrid, Alianza Editorial, 1969 (Título
original, Clefs pour le structuralisme, París, Seghers, 1967. Traducción de Santiago González Noriega);
LECOURT, D., Para una crítica de la epistemología, Méjico, Siglo XXI, 1973. (Edición original, “Sur
l’archéologie et le savoir” La pensée, Revue du rationalisme moderne, nº 151, Agosto, 1970, pp. 69-87.
Reimpreso con modificaciones en, Pour une critique de l’épistémologie, París et Montpellier, Maspero,
1972); BALAN, B.; DULAC, G.; MARCY, G.; PONTHUS, J.P., PROUST, J.; STEFANINI, J.; VERLEY, E., “Coloquio
sobre Las palabras y las cosas”, VVAA, Análisis de Michel Foucault, op. cit., pp. 148-215 (Edición
original, “Entretiens sur Foucault”, La Pensée, nº 137, Enero-Febrero, 1968, pp. 3-37).
107
VEGAS GONZÁLEZ, S., “Un papel para la Historia de la Filosofía”, Pensamiento, nº 147, Julio-
Septiembre, 1981, pp. 257-286, p. 266. Desde 1945 se edita la publicación trimestral Pensamiento, revista
de Investigación e Información Filosófica de las Facultades de la Compañía de Jesús. Presta atención a
la investigación filosófica en diferentes ámbitos, con cierta incidencia en la metafísica y la historia de la
filosofía, destacando su laboriosa información bibliográfica. En la actualidad, Serafín Vegas González es
Catedrático de Filosofía de la Universidad de Alcalá de Henares.
108
ALTHUSSER, L., Ideología y aparatos ideológicos del Estado, Buenos Aires, Nueva Visión, 1974
(también en Escritos, Barcelona, Laia, 1974) Edición original, “Idéologie et appareils idéologiques d’État.
(Notes pour une recherche), La Pensée, nº 151, Junio, 1970.
109
LECOURT, D., “Sobre la arqueología y el saber (con respecto a Michel Foucault)”, Para una crítica
de la epistemología, op. cit., pp. 97-130.
110
BUENO, R., “Lecourt, D.: Pour une critique de l’épistémologie” (Reseña), Teorema, nº 8, Diciembre,
1972, pp. 143-145, p. 144.
“no nos hagamos demasiadas ilusiones. Foucault nunca podrá desentrañar las cuestiones
que se plantea de una manera satisfactoria. Le falta algo sustancial: un punto de vista de
clase. La luz se hace de pronto y permite comprender hasta los últimos repliegues del
comportamiento de Foucault. Sabemos ahora por qué decidió resolver los problemas a
su manera y no utilizó los conceptos del materialismo histórico. Ahora se revela que su
impotencia teórica es la inevitable consecuencia de una opción política”111.
111
BUENO, R., Ibid., p. 145.
112
MOREY, M., “El recurso del método” en, Lectura de Foucault, op. cit., pp. 178-228; IBÁÑEZ, J.,
“Arqueología de las técnicas de investigación social: la encuesta, el examen y la confesión como
mecanismos de producción de verdad en las tres fases del proceso capitalista”, Más allá de la Sociología.
El grupo de discusión: técnica y crítica, Madrid, Siglo XXI, 1979, pp. 113-123.
113
LARRAURI, M., “Nuestro discurso responde a reglas de formación”, Conocer Foucault y su obra, op.
cit., pp. 59-78.
114
FOUCAULT, M., “Encierro, Psiquiatría, Prisión”, MOREY, M., (ed.), Sexo, Poder, Verdad..., op. cit., pp.
165-214. Edición original, “La folie encerclée: dialogue sur l’enferfement et la répression psychiatrique”,
Change, nº 32-33, Octubre, 1977, pp. 76-110. También en La quinzaine littéraire, nº 265, 16 de Mayo,
1977, pp. 17-20.
115
RODRÍGUEZ, R.Mª, “Régimen de materialidad del discurso: el poder”, Discurso/Poder, op. cit., pp.
103-140.
* * *
116
NÚÑEZ LADEVÉZE, L., “Para un estructuralismo jurídico”, HERNÁNDEZ GIL, A., Estructuralismo
y Derecho, Madrid, Alianza Universidad, 1973, pp. 53-107, pp. 89. En la misma obra véase, NÚÑEZ
LADEVÉZE, L., “Ideología y problemática”, pp. 213-241. El texto es un trabajo colectivo correspondiente
al Curso de Doctorado “Teoría estructural de la ciencia jurídica”, impartido en la Facultad de Derecho de
la Universidad Complutense de Madrid durante el curso académico 1971-1972, y dirigido por Antonio
Hernández Gil. En la actualidad, Luis Núñez Ladevéze es Catedrático de Ciencias de la Información de la
Universidad de San Pablo CEU (Madrid).
117
SERRANO GONZÁLEZ, A.B., “Introducción: La pregunta por la verdad y las respuestas del derecho”
en, Michel Foucault. Sujeto, Derecho, Poder, op. cit., pp. 1-5.
118
GÓMEZ TORRES, C., “Aportaciones y límites de la proyección del estructuralismo al Derecho”,
Sociología y Psicología Jurídicas, nº 8, 1981, pp. 7-18.
119
FOUCAULT, M., “Conclusión” en, La Arqueología del Saber, op. cit., pp. 333-355, p. 336.
que la obra de Habermas, muy comentada a comienzos de los años ochenta, contribuyó
a un cierto deslizamiento y cambio de coordenadas, inscribiéndose posteriormente la
disputa entre Modernidad y Postmodernidad.
“En mi casa, claro, yo tenía afortunadamente, entiendo, en la forma en que la tuve, una educación
religiosa. Yo sabía de los santos, yo rezaba, todo eso, pero aquel domingo en que me llevó, entonces
se decía “criada”, una criada, la Gregoria, me llevó ella sola por su cuenta, en medio de un vendaval,
al convento de San Juan de la Cruz que está fuera de la ciudad, propiamente, y fuimos andando y
entonces me llevó delante del mausoleo y me dijo que allí estaba el santo más grande de Castilla.
Y yo le pregunté ¿qué es un santo? Y ella me dijo: Alguien que está cerca de Dios y cerca de los
otros. ¿Y él está cerca?, le pregunté. Y ella me dijo: sí.
Y no me dijo que era poeta. Eso lo supe cuando llegué a casa y hablé…”
[Transcrito de unas declaraciones de María Zambrano]
En recuerdo de Gregoria García de Miguelsanz (Madrona, 1893). Fue criada de los Zambrano en
1915, el año en que María Zambrano ingresó en el Instituto de Segovia. Gregoria era hermana de mi
abuelo Antonio (José Luis Mora)
[Foto: Alberto Mora Sotomayor]
NOTAS
Cuando se cumplen setenta años del mayor exilio acontecido en España a lo largo de
su historia, son particularmente ricas y abundantes las aportaciones de su obra filosófica
que cabría significar. Trayectorias intelectuales como las de José Gaos, Eduardo Nicol,
Joaquín Xirau, María Zambrano, Eugenio Ímaz, Adolfo Sánchez Vázquez, Juan
David García Bacca o José Ferrater Mora, por citar solamente algunos de los nombres
más conocidos, dejaron tras de sí contribuciones notorias —y en algunas ocasiones,
sumamente originales— a ámbitos y debates del pensamiento contemporáneo bien
diversos. Entre otros, la problemática vigencia de la metafísica o las condiciones de
posibilidad de la filosofía como tal, suscitando desde lecturas singulares del método
fenomenológico hasta revisiones del logos occidental que se remontaban a sus mismos
orígenes; ligado a lo anterior, la recepción crítica de corrientes filosóficas como el
historicismo, la fenomenología, el vitalismo, el existencialismo o la filosofía analítica;
la fundamentación de la ciencia y el lúcido diagnóstico de sus derivas opresivas bajo
el predominio de la razón instrumental; un amplio pensamiento político que plantea
claves genealógicas del fascismo —ligadas, en ocasiones, a una penetrante lectura de
la secularización moderna y su nihilismo consecuente—, y recoge las posibilidades
actuales tanto del liberalismo —enraizado en la persona y la comunidad, antes que en
la economía y el poder— como del marxismo —bajo una acepción asimismo crítica,
tan distante del realismo socialista o del “anti-humanismo” althusseriano—. Todo ello
sin entrar en el amplísimo capítulo de las traducciones, algunas de las cuales siguen
siendo de referencia en la actualidad —por ejemplo, las que Eugenio Ímaz hiciera de
la obra de Dilthey—; o en la dilatada trayectoria docente de algunos de estos autores,
creando “escuela” en el sentido más noble del término —la proyección de Gaos en
México, por ejemplo, llega hasta nuestros días.
Pero hay además otra cuestión en la que algunos de estos autores repararon de
manera significativa, como es la singularidad de la filosofía en lengua española. Su
acervo humanista, tan ligado a la experiencia de América; su presunta condición
“asistemática” y su vinculación histórica con la educación; sus concomitancias con
otras formas expresivas tales como la poesía, la novela y la mística; sus carencias
y limitaciones, sus lagunas historiográficas y, al mismo tiempo, su potencial
hermenéutico-crítico y sus amplias expectativas futuras fueron motivos inspiradores
de una amplia y jugosa autorreflexión que, más allá del obvio interés de todo
pensador por conocer la tradición desde la que piensa, bien pudo encontrar en la
circunstancia del exilio una triple motivación:
En primer lugar, la preocupación por la supervivencia de las propias tradiciones de
pensamiento crítico tras el desenlace de la guerra civil y la expectativa de encontrar
en ellas una respuesta a la retórica hueca y grandilocuente de la hispanidad, y a todo
aquello a lo que ésta remite. Quizá con una cierta e inevitable tendencia a la idealización
algunas veces, se reivindican autores, episodios y momentos del propio pasado
filosófico, tanto lejanos como recientes, desde el humanismo incipiente de Lull hasta
el reformismo institucionista o la razón vital e histórica de Ortega —no olvidemos
que, a pesar de todo, el exilio fue uno de los primeros y principales receptáculos de
su obra—. Junto a un mayor o menor interés historiográfico se busca la actualidad
de un pasado que corre el peligro de ser ignorado, olvidado o tergiversado bajo
interpretaciones tradicionalistas o mistificaciones reaccionarias, y cuyos contenidos
se substancian precisamente en aquello que la indigencia del presente reclama:
tolerancia e ilustración, liberalismo y republicanismo, otras maneras de entender la
tradición y otras concepciones de la razón. La amplia reivindicación del “humanismo
hispánico” llevada a cabo por Joaquín Xirau en la década de los cuarenta, por ejemplo,
tiene esta connotación1.
En segundo lugar, y en el caso, sobre todo, del exilio en México, el contacto con las
tradiciones de pensamiento en lengua española de la otra orilla y cuyo conocimiento
en España no dejaba de ser precario2, pese a la labor americanista que unas décadas
antes había emprendido Altamira, entre otros. Gaos, especialmente, dio buena
cuenta de la autorreflexión que la filosofía iberoamericana en general y mexicana
en particular había alcanzado gracias a las aportaciones de Antonio Caso, José
Vasconcelos, Eduardo O’Gorman y, sobre todo, Samuel Ramos, quien habría hecho
1
“Con respecto al humanismo hispánico” —afirma Ramón Xirau en la “Nota preliminar” al tomo II
de las Obras completas de su padre— “es importante mencionar que, sobre todo en México, Joaquín Xirau
se dedicó a la urgente tarea de estudiar las fuentes históricas del humanismo hispánico con el propósito de
recuperar las bases espirituales que animaron los impulsos reformadores de la Segunda República y los
esfuerzos de muchos intelectuales españoles que se encontraban en el exilio. Con la conciencia de que el
exilio podría tener una duración indefinida y asumiendo la responsabilidad de librar una batalla intelectual
para mostrar al mundo, en particular a la América Latina, que la «otra» España no había muerto, Joaquín
Xirau se concentró en estudiar los ideales de los humanistas y de los reformadores de la cultura ibérica y
europea, tradición que se remonta hasta Ramón Lull y que incorpora a Vives, Vitoria o Las Casas y Vasco
de Quiroga. (…) Es en esta tradición donde Xirau encuentra el fundamento de sus ideas pedagógicas,
animadas en gran parte por el espíritu renovador de la Institución Libre de Enseñanza.” Cfr. J. Xirau,
Obras completas. II. Escritos sobre educación y sobre el humanismo hispánico, Edición de Ramón Xirau,
Anthropos-Fundación Cajamadrid, Barcelona-Madrid, 1999, pp. XIIs.
2
“La Revista de Occidente, por ejemplo, ¿no hubiera podido formar una colección de filosofía
hispánica en la que figurasen, entre otras tantas obras, La existencia como economía, como desinterés y
como caridad y El peligro del hombre, de Antonio Caso; la Estética general y la Estética aplicada, de
Déustua; la Libertad creadora y El concepto de la ciencia, de Korn; las Proyecciones de la intuición, de
Molina; O mundo interior, de Marias Brito; la Lógica viva, de Vaz Ferreira? Sí más no. España hubiera
podido ser informada por los viajeros, Ortega sobre todo, que tuvieron oportunidad de conocer algunos
de estos contemporáneos suyos cuando estaban en su madurez”, apuntaría en ese sentido Eduardo Nicol
(El problema de la filosofía hispánica, México, FCE, 1998, p. 116), a propósito del “redescubrimiento de
Europa a costa de la “pérdida de América” (p. 123) llevado a cabo bajo “La etapa orteguiana”.
6
Cfr, sobre todo, Obras completas VI, op.cit.; Obras completas VIII. Filosofía mexicana de nuestros
días. En torno a la filosofía mexicana. Sobre la filosofía y la cultura en México, Prólogo de Leopoldo Zea,
México, UNAM, 1996.
7
Obras completas VI, op.cit, pp. 87ss.
8
Cfr. Obras completas V. El pensamiento hispanoamericano. Antología del pensamiento de lengua
española en la edad contemporánea, Prólogo de Elsa Cecilia Frost, México, UNAM, 1993.
9
Obras completas II, op.cit., p. 536.
10
Cfr. su libro Vida y obra de Ramón Lull. Filosofía y mística (1946), Ibid., pp. 215-349.
11
Cfr. sus ensayos “Luis Vives y el humanismo (1940)” y “Prólogo a El pensamiento vivo de Jaun
Luis Vives (1942)”, Obras completas II, op.cit, pp. 505-529.
12
Ibid., pp. 534-551.
13
Manuel B. Cossío y la educación en España (1944), Ibid, pp. 3-214.
14
Ibid., pp. 78s.
15
No olvidemos que Zambrano expresó su primera formulación de la razón poética a propósito de
la complementariedad machadiana entre poesía y razón. Cfr. Los intelectuales en el drama de España y
escritos de la guerra civil, Presentación de Jesús Moreno Sanz, Madrid, Trotta, 1998, p. 177.
16
Pensamiento y poesía en la vida española, Ed. de Mercedes Gómez Blesa, Madrid, Biblioteca Nueva,
2004, p. 144. En dicho libro pueden encontrarse estos planteamientos elementales de Zambrano acerca del
pensamiento español. Cfr. también los textos seleccionados por Jesús Moreno Sanz en ZAMBRANO, M., La
razón en la sombra. Antología crítica, Madrid, Siruela, 2004, cap. VI.
17
Pensamiento y poesía en la vida española, op.cit., 129s.
18
La razón en la sombra, op.cit., p. 521.
19
Ibid., p. 516.
20
Pensamiento y poesía en la vida española, op.cit., p. 155.
21
Ibid., p. 115s.
22
Ibid., p. 161.
23
Cf. “Conciencia de España”, en La vocación humana, Presentación de Enrique Hülsz. México,
Lecturas mexicanas, 1997, p. 235.
24
Cfr. El problema de la filosofía hispánica, México, FCE, 1998, Tercera parte, “Ensayo sobre el
ensayo”.
25
Cfr. El problema de la filosofía hispánica, op.cit., Primera parte, III.
26
“Libertad y comunidad. La filosofía política de Francisco Suárez”, “Propiedad y comunidad. Suárez
frente a Locke y Marx” y “La rebelión del individuo”, La vocación humana, op.cit., pp. 246-292.
27
Cf. el cuadro comparativo entre dicha Declaración, el Ensayo sobre el gobierno civil (1690) de
Locke y el Tratado de las leyes (1612) de Suárez, “Libertad y comunidad. La filosofía política de Francisco
Suárez”, La vocación humana, pp. 253-263.
28
El problema de la filosofía hispánica, op.cit., p. 75.
29
Ibid., p. 112.
30
Cfr. sus libros El porvenir de la filosofía, México, FCE, 1972 y La reforma de la filosofía, México,
FCE, 1980.
de sí mismo encontraría así el genio hispánico toda una clave para educar al genio
tecno-científico que finalmente se ha impuesto en Occidente. En definitiva, para “una
rehumanización del hombre”31.
Baste este escueto y apresurado apunte para hacerse una idea de la aportación
filosófica del exilio a la reflexión sobre la filosofía hispánica o en lengua española
—o iberoamericana, como diríamos en la actualidad—. Gaos reconoció en esta
filosofía una manera legítima de pensar aun cuando no obedece a las supuestas
leyes inscritas en el lógos. Zambrano fue más lejos y apeló a su condición racio-
poética. Nicol, en cambio, advirtió los riesgos de esas maneras de pensar y recordó
la vocación “científica” o logocéntrica de la filosofía y el servicio que debe rendir a
la comunidad, más allá de toda inspiración singular. Xirau, en fin, aportó una visión
conciliadora e integradora. De una u otra manera, todos ellos repararon en el pasado
de la propia tradición y señalaron sus posibilidades de futuro en medio de un presente
convulso. Desde planteamientos unas veces cercanos, otras veces distantes y hasta
antagónicos, mostraron la complejidad, las constantes y las ricas contradicciones de la
filosofía iberoamericana, a la que tampoco fueron ajenos otros autores del exilio, aun
cuando repararan en ella de manera puntual y fragmentada. Un recorrido minucioso
por esta reflexión exiliada debería incorporar también multitud de fragmentos sobre
clásicos como Vives y contemporáneos como Machado, Unamuno, Ortega o Giner,
las antologías del pensamiento filosófico colombiano y venezolano de García Bacca,
las huellas humanistas y erasmistas en las topías y utopías de Eugenio Ímaz, el ensayo
de Luis Araquistáin sobre pensamiento español contemporáneo o el de Ferrater
Mora sobre España y Europa… El exilio del 39 supuso, entre otras muchas cosas, un
adentramiento en lo más auténtico de la filosofía en lengua española.
31
Ibid., p. 162s. “En efecto” —afirma, leemos en la p. 163— “si se logra educarlo, ese personalismo
indómito, soberanamente arbitrario y anárquico que adopta a veces nuestro genio puede modelarse y
convertirse en algo positivo: en una reivindicación de la persona humana frente al anonimato y la
neutralización que imponen las formas de vida actuales”.
Colección Colección
H e te ro c l á s i ca | P e n s a r e n E s p añ o l A n t r o po l o g í a
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F ilo s ofía B i b l i o t e ca d e l a C á t e d r a d e l E x i l io
RAFAEL CHABRÁN2
Whittier College (USA)
rchabran@whittier.edu
“Me parece que ya es hora, mi excelente amigo, de que conteste a todos los que con
usted contribuyeron en ese Copenhague –que tan vivo lo tengo sin conocerlo de vista– al
homenaje que se me otorgó…ahí en ese Copenhague que conozco a través de mis lecturas
danesas...no sé cuándo podré realizar mi viejo deseo de conocer de vista y toque esas tierras
escandinavas que tanto me han atraído desde hace años.”5
1
El presente ensayo se basa en un serie de conferencias, aún inéditas, presentadas en el Institut
for Engelsk, Germansk og Romansk (Spansk), Det Humanistiske, (Departamentos de español e inglés)
Fakultet Københavns niversitet, København durante el otoño de 2007. Agradezco muy sinceramente a
los profesores Charles Lock del Departamento de inglés y a Hans Julio Casado Jensen del Departamento
de Español y sus colegas la invitación y el trato muy ameno en esta Facultad, así como al Prof. K. Brian
Soderquist de DIS y de la Facultad de Teología y del Centro de Investigación Søren Kierkegaard por su
atención y apoyo.
2
En el otoño de 2007 fue Whittier College Resident Director y Visiting Faculty, DIS/Danish Institute
for Study Abroad, Copenhague, Dinamarca.
3
UNAMUNO, M. DE, “Carta a Clarín”. 3 de abril de 1900. Menéndez Pelayo, Unamuno, Palacio Valdés,
Epistolario a Clarín, Madrid, Ed. Escorial, 1941, pp. 74-83.
4
UNAMUNO, M. DE. La agonía del cristianismo (1924/1931), OCE, VII: p. 314.
5
UNAMUNO, M. DE, “Carta a Carl Bratli”. (23 de noviembre de 1934). Se refiere al Homenaje que la
Asociación Dano-Española le brindó a Unamuno en Copenhague ese miso año.
Como hemos dicho, desde hace tiempo muchos estudiosos y críticos se han dedicado
al interés que don Miguel mostró por las obras de Ibsen y Kierkegaard. Desde los años
treinta y cuarenta del siglo pasado los estudiosos del pensamiento unamuniano, así
como los críticos de su obra literaria, han indagado sobre la cuestión de cómo, cuándo
y por qué Unamuno llegó a conocer la obra de Kierkegaard y qué fue, en particular, lo
que el vasco aprendió de las obras literarias, filosóficas y teológicas del célebre danés.
Es decir, ¿qué fue lo que tanto le movió a prestar atención al pensamiento del famoso
teólogo solitario?
Tal vez uno de los primeros pensadores que se preocupó por la obra de Kierkegaard
y el pensamiento kierkegardiano fue el escritor Joan Estelrich i Artigues (1886-
1858) de Mallorca.6 Aunque muy poco se ha escrito sobre Estelrich es sumamente
importante recordarle en cuanto a la recepción del pensamiento escandinavo en España
y, particularmente, en Cataluña. Debemos recordar ahora que el pensador mallorquín
escribió sobre Kierkegaard entre 1919 y 1947 y que fue uno de los corresponsales de
don Miguel.7
Otro español, española en este caso, del siglo XX que mostró gran interés por
Kierkegaard fue María Zambrano (1904-1991), filósofa y ensayista malagueña,
estudiante tanto de Unamuno como de Ortega. Zambrano escribió sobre Kierkegaard
y Unamuno entre 1940 y 1942.8
6
Estelrich nace en Felanitx, Mallorca y muere en Paris. Fue uno de los más importantes escritores y
políticos catalanes. Fue influido por E. D’Ors, Joan Margall, G. Leopardi y Kierkegaard.
7
Ver “Kierkegaard en España” en Destino, Barcelona. (9 de agosto, 1947); “Kierkegaard dins del
pensament ynòrdic” en La revista, vol. 5, n. 81-83, Barcelona (1919), p. 68. Sobre Estelrich y sus lecturas
de Kierkegaard, ver PERARNAU VIDAL, D., “A Tribute to Joan Estelrich (1896-1958)”, Søren Kierkegaard
News Letter, n.. 49 (2005), en y “Joan Estelrich: l’oblidat precursor de l’estudi de Soren Kierkegaard”. El
Marges. n. 78 (2006): 37-54. En la Casa Museo hay tres cartas de Estelrich a Unamuno.
8
ZAMBRANO, M., Unamuno. Edición e introducción de M. GÓMEZ BLESA. Barcelona, Del Bosillo/
Ramdon House Monadori, 2004.
Adelantamos que pronto tendremos mucho más que decir sobre Brandes, Ibsen13
y cómo y cuándo Don Miguel aprendió danés. Aquí sólo queremos decir que Don
Miguel empezó a mencionar a Ibsen en su correspondencia, ya en 1893 en sus cartas
a Múgica.14
Recientemente el interés de Unamuno por Kierkegaard ha sido descrito como
“extraño” por la profesora Evans.15 Esta profesora, además, ha hablado del “encuentro
improbable” entre el danés y el vasco.16 Sin embargo, aunque las conexiones, afinidades
y las diferencias entre Kierkegaard y Unamuno se han estudiado detalladamente por
investigadores, la crítica decidido no prestar demasiada atención al gran cuerpo de
escritores que Unamuno había estudiado y leído, o bien hacia los daneses con quienes
Unamuno se escribió. Como nuestras investigaciones, aun en curso, han demostrado,
9
COLLADO, J.A., Kierkegaard y Unamuno. Madrid, Gredos, 1962.
10
ROBERTS, G., Unamuno: afinidades y coincidencias kierkegaardians. Boulder, Colorado, Society of
Spanish and Spanish American Studies/University of Colorado, 1986; J. Evans. Unamuno and Kierkegaard.
Paths to Selfhood in Fiction. Lanham, Lexington Books, 2005.
11
ORRINGER, N., Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos y Tratado del amor
de Dios. Madrid: Tecnos, 2005. Ver además, su excelente traducción al inglés de Tratado de Amor de Dios,
Treatise on Love of God con su muy útil aparato crítico y notas. Urabana, University of Illinois Press,
2007.
12
UNAMUNO, M. DE, “Ibsen y Kierkegaard” en OCE, vol. III: p. 289.
13
Del famoso crítico danés G. BRANDES (1842-1927) Unamuno conocía Henrick Ibsen. København:
Hegel, 1898 y Essais choisis. Renan, Taine, Nietzsche, Heine, Kielland. Trad. S. Garling. Paris: Mercure
de France, 1914. De Ibsen conocía Brand. Et Dramatish Digt. København: Gyldendalske Boghandel. 1898
y Peer Gynt. Et Dramatish Digt. København: Gyldendalske Boghandel, 1906.
14
Carta a Múgica. 28 de mayo de 1893. Cartas inéditas de Miguel de Unamuno (1972): p. 178.
15
EVANS, J., Unamuno and Kierkegaard. Paths to Selfhood in Fiction. Lanham: Lexington Books,
2005: p. 1.
16
EVANS, J., p. 1.
Unamuno leyó, utilizó y se escribió con muchos daneses. Este interés data desde la
época de su tesis doctoral en sus años madrileños hasta los años treinta, poco antes
de su muerte.
Una aproximación rápida a la biblioteca de don Miguel en la Casa Museo nos
muestra un número respetable de obras de escritores y pensadores daneses. Un examen
cuidadoso de la correspondencia unamuniana, por su parte, arrojará más luz sobre sus
amistades y relaciones con daneses entre 1905 hasta 1935. Toda esta información ha
escapado a la atención de la crítica. Con ello obtendremos una mejor contextualización
que nos ayude a entender mejor el pensamiento e interés de don Miguel por las obras
de Ibsen y Kierkegaard. Siguiendo estas pautas, según nuestra forma de pensar, la
atracción del vasco por los escritores escandinavos dejará de parecer improbable como
otros críticos han señalado.
Es más, hay que considerar, asimismo, los íntimos contactos que don Miguel tuvo
con otros españoles de su época que se interesaron por las letras escandinavas. Entre
los más importantes está, como ya hemos mencionado, la figura del ilustre granadino
Ángel Ganivet (1865-1898), el así llamado precursor de la Generación del 98, amigo y
corresponsal de Unamuno. Es sabido que Ganivet tenía unos conocimientos profundos
sobre las letras escandinavas y que, además, también conocía los países nórdicos de
“primera mano”. O sea, tuvo la experiencia de vivir y morir en tierras nórdicas. Las
obras de Ganivet, Cartas finlandesas y Hombres del Norte, excelentes trabajos escritos
por un español sobre las letras y costumbres de los países nórdicos.
Pues bien, sabemos que don Miguel se escribió o recibió cartas (cartas, tarjetas
postales, libros o folletos) —de mejor o peor grado— con doce o trece escandinavos.
De nuevo, la mayoría de estos son daneses y el resto suecos y noruegos.
Como hemos indicado más arriba esta correspondencia se llevó a cabo entre 1905
y 1935. Entre los daneses con quien Unamuno se carteó encontramos a Karl Larsen,
Carl Bratli, Kristoffer Nyrop, Hans Paludan y su traductor al danés el alemán Franz
Burchardt. De nuevo, desde el punto de vista puramente cuantitativo, lo más grueso de
esta correspondencia es la de Carl Bratli y Franz Burchardt. Por cuestiones de espacio
nos vamos a limitar a estos dos.
Sea como fuere, Unamuno conoció a Bratli cuando el joven danés era estudiante en
Salamanca. Mantuvo correspondencia con él desde 1908 hasta 1934. Como se sabe,
el hispanista danés, Carl Bratli nació en Odense en 1871 y murió en París en 1957.
En 1897 se licenció en la Universidad de Copenhague en la muy famosa Facultad
de Teología. En un momento dado, no sabemos exactamente en qué momento, se
puso a estudiar español, tanto literatura como historia. Esto le llevó a la Universidad
de Salamanca donde conoció a don Miguel, como hemos ya dicho. Al regresar a la
capital danesa y a su vieja universidad, se dedicó a estudiar filología con el reconocido
lingüista danés Kristoff Nyrop, también corresponsal de Unamuno.
A partir de 1906, Bratli se dedica a la traducción y a la historia española. No
cabe duda de que se le recuerda por su biografía sobre la vida y personalidad de
Felipe II, Filip II af Spainen, hans liv og personalighed (1909), obra que se menciona
frecuentemente en la correspondencia entre Unamuno y Bratli. La biografía de Bratli
de Felipe II es considerada una de las mejores, especialmente tomando en cuenta
la fecha. Recientemente ha sido alabada por historiadores tan reconocidos como G.
Parker y Henry Kamen quienes la han calificado como “la primera biografía puramente
biográfica”17. Se dice que esta obra fue la base para su elección como miembro de
la Real Academia Francesa de la Historia. Además, hay que decir que la fecha de
traducción de esta obra correspondió con el centenario del nacimiento de Felipe II y,
casi con seguridad, este hecho contribuyó a que fuera investido como doctor honoris
causa por la Universidad Central de Madrid18.
Sea como fuere, todos están de acuerdo de que Bratli fue uno de los hispanistas
más importantes del siglo XX. Durante toda su vida se dedicó a la enseñanza del
español en su país y a la lexicografía danesa-española. En su país sus diccionarios aún
son reconocidos y usados como los mejores, especialmente su Spansk-Dansk ordbog
17
PIERSON, P., “Reseña de H. Kamen, Phillip of Spain in Sixteenth Century Journal” Vol. 29, No. 1
(Spring 1998), p. 318.
18
MARCOS DEL RÍO, P. Y O.S. A., FRANCISCO., “El Felipe II de Bratli”, Ciudad de Dios, No. 150, 1927,
p. 406.
(1947-1951). Además, publicó libros sobre español para viajeros y guías sobre la
correspondencia en español. Más aun, como traductor se le recuerda por su traducción
al danés de El sombrero de tres picos (1912) de Pedro de Alarcón.
Ahora bien, pasemos a considerar su correspondencia con Unamuno aunque sea de
manera muy breve. La primera carta de Bratli está fechada el 19 de marzo de 1908.
En esta carta, escrita en español, le informa a don Miguel de la terminación de su
libro sobre Felipe II y le cuenta que está listo para publicación. Además, le comunica
sus deseos de publicar una versión francesa y otra en español. Le pide a don Miguel
su opinión sobre la obra y le dice que le va a enviar una versión manuscrita. También
le dice que quiere visitar Salamanca de nuevo. Pero, más interesante todavía, es que
le informa del envío de otros tres libros. Aun no menciona ni títulos ni autores, ni
podemos saberlo si bien podemos imaginarnos que estos tres tomos son obras danesas.
Por ello nos parece que Bratli fue una de las fuentes principales para la biblioteca
danesa de don Miguel.
La siguiente carta de Bratli a Unamuno es del 4 de mayo de 1909. Citamos
textualmente:
En esta carta Bratli le pide directamente a don Miguel que traduzca su obra sobre
Felipe II. Dicho sea de paso, esta petición se encuentra con frecuencia frecuentemente
en las cartas del danés al vasco. Como bien sabemos, Unamuno nunca tradujo la obra
de Bratli. En una de las últimas cartas que Bratli le escribió a Unamuno, la del 2 de
mayo de 193, escrita en español Bratli le dice lo siguiente:
“…se acordaría UD. como tuve el gusto de iniciarle en los misterios de mi idioma, uno de
los pocos germánicos que no poseía Ud. pero que aprendió para lograr a estudiar el gran S.
Kierkegaard en su original”.
En esta carta el danés le dice a Unamuno que lo había conocido desde hacía 31 años,
o sea, desde 1897-1898 cuando Bratli era estudiante en Salamanca. Curiosamente esta
carta lleva el membrete de la Asociación Dano-Española cuyo propósito era “fomentar
el intercambio entre Dinamarca y los países de habla hispana”.
Hay también correspondencia del propio Unamuno. Concretamente el 23
de noviembre de 1934, escrita dos años antes de su muerte, le dice Unamuno lo
siguiente:
“…en ese Copenhague que tan vivo lo tengo sin conocerlo de vista…ahí en ese Copenhague
que conozco a través de mis lecturas danesas: Kierkegaard, Jacobsen,…”
Y continúa:
“…no sé cuándo podré realizar mi viejo deseo de conocer de vista y toque esas tierras
escandinavas que tanto me han atraído desde hace años”.
Conclusión
literaria por medio de sus lecturas de Ibsen y Kierkegaard. Este interés se inició al
conocer la obra y pensamiento del noruego Ibsen y que este comenzó a partir de 1893,
según su correspondencia. Con toda certeza podemos afirmar que se preocupó por
el pensamiento escandinavo, o sea, el danés, el noruego y el sueco, durante toda su
vida y que tuvo una notable correspondencia con escandinavos desde 1900 hasta poco
antes de su muerte.
Sin embargo, su correspondencia con escandinavos no fue tan extensa como la que
mantuvo con los alemanes. Y en cuanto a sus conocimientos sobre la literatura danesa
y su correspondencia con daneses hay que decir que no fue tan extensa como con otros
intelectuales europeos de la época así como con el inglés Sir Edmund Gosse.
No obstante, no nos parece aventurado afirmar que con la excepción de Ángel
Ganivet no hubo muchos españoles de finales de siglo XIX y principios del XX que
tuvieran tantos conocimientos sobre la cultura nórdica como el propio Unamuno.
Sea como fuere, aun nos queda mucho por hacer en nuestras pesquisas. Tenemos
que continuar con nuestros estudios sobre las lecturas de autores y pensadores suecos
y noruegos, tanto sobre sus obras como sobre sus correspondencias con don Miguel.
Solamente por medio de estos trabajos bibliográficos y rigurosamente cronológicos
vamos a tener una mejor idea de los interesantes intercambios literarios y filosóficos
entre España y Escandinavia.
Anexo bibliográfico
UNAMUNO, M. Obras Completas. (OCE), Ed. García Blanco, M., 9 vols. Madrid,
Escelicer, 1966-1971.
UNAMUNO M. DE, Del sentimiento trágico de la vida y en los pueblos. Tratado del amor
de Dios. Edición y estudio de Nelson Orringer. Madrid, Tecnos, 2005.
UNAMUNO, M. DE, Den tragiske Livsfølelse hos Mennesker og Folkerslag. Pról. Miguel
de UNAMUNO, M. DE, Trad. de Franz Burghardt y Axel Thomsen. Københaven: P.
Haase & Sons Forlag, 1925.
III. Correspondencia
Corresponsales
TELLECHEA IDÍGORAS, J.I., “Con Felipe II al fondo: Carta de K. Bratli a Unamuno (1908-
1934)”. Cuadernos de la Cátedra Miguel de Unamuno. (1997), pp. 299-327.
Introducción
Ortega estuvo tres veces en la Argentina: en 1916, 1928 y entre 1939 y 1942, dictó
allí cursos y conferencias1 y compuso dos artículos sobre el paisaje argentino y el
modo de ser de los argentinos que suscitaron muchas reacciones2. No asombra por lo
tanto que se haya escrito mucho sobre la relación del maestro madrileño con dicho
país3.
En 1928 a propósito de su viaje a la Argentina Ortega visitó fugazmente Uruguay
y también Chile, donde asimismo dictó conferencias. En consecuencia, tampoco
sorprende que sobre todo en el segundo país se haya escrito posteriormente con
amplitud sobre el pensamiento del filósofo español, en especial tres libros con
posiciones adversas a Ortega procedentes de intelectuales católicos conservadores4.
El Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Mario de la
Cueva, invitó a Ortega a dictar conferencias en México cuando éste estaba a punto
de abandonar Argentina en 1941, pero prudentemente el filósofo contactó con la
Embajada española en Buenos Aires para “conocer la opinión del Gobierno de Madrid
sobre la oportunidad de este viaje”. El propio Ministro Ramón Serrano Súñer envió
entonces una nota al embajador español en Buenos Aires, Antonio Magaz, indicando
que el viaje procedía, pero que sería conveniente conocer el tema de las conferencias
y su fecha. En estas circunstancias, Ortega desistió de viajar a México embarcándose
directamente de Argentina a Portugal, con lo que se frustró su presencia en aquel
país5. Pero aunque así fue, los transterrados españoles radicados en México han escrito
también abundantemente sobre el autor6.
Hasta donde conocemos, Ortega no tuvo corresponsales peruanos —como sí
sucedió con Miguel de Unamuno—, no se advierte en su obra mayor interés por el
1
J. L. MOLINUEVO ha editado los cursos de 1916 y 1928 con el título de Meditación de nuestro tiempo.
Madrid: FCE, 1996.
2
Nos referimos a: “La pampa... promesas” y “El hombre a la defensiva” (1929).
3
Puede verse como introducción al tema el libro editado por J.L. Molinuevo Ortega y la Argentina.
Madrid: FCE, 1997.
4
Aludimos a los libros de LARRÁIN ACUÑA, HERNÁN, La génesis del pensamiento de Ortega, Buenos
Aires, Fabril, 1962; GAETE, ARTURO, El sistema maduro de Ortega, Buenos Aires, Fabril, 1963; y de LIRA,
OSVALDO, Ortega en su espíritu. Metafísica y Estética, Santiago de Chile, Pontificia Universidad Católica
de Chile, 1965, y Psicología – gnoseología – política, Santiago de Chile, Pontificia Universidad Católica
de Chile, 1967.
5
Lo muestra así GREGORIO MORÁN en su polémico libro El maestro en el erial. Ortega y Gasset y la
cultura del franquismo, Barcelona, Tusquets, 1998, p. 82.
6
Puede verse en el libro de MEDIN, TZVI, Ortega y Gasset en la cultura hispanoamericana, México,
FCE, 1994.
7
Apareció en Revista de Occidente, Madrid, n. 72, mayo de 1987. ARISTA lo ha reproducido en su
folleto José Ortega y Gasset: pensador de la crisis, Lima, Orellana & Orellana, 1991, pp. 90-102.
8
El argentino Francisco Romero afirmaba hacia los años 50 del siglo XX que el Perú era “uno de los
países iberoamericanos de vida más intensa y disciplinada (ROMERO, F., “Las corrientes filosóficas actuales”
[en América Latina], SCIACCA, M.F., Panorama del pensamiento contemporáneo, Madrid, Guadarrama,
1958; I, 148-149). El alemán Ivo Höllhuber reafirmaba que “Con México y Argentina podría pertenecer
el Perú a los países más maduros filosóficamente de América Latina” (Geschichte der Philosophie im
spanischen Kulturbereic, Munich, Reinhardt, 1967, p. 266). Y lo confirma ahora el español CARLOS
BEORLEGUI en su reciente Historia del pensamiento filosófico latinoamericano (Bilbao, Universidad de
Deusto, 2004) quien al lado del núcleo mexicano y argentino de filosofía, habla del peruano como uno de
los motores del pensamiento latinoamericano.
del siglo XX9, investigamos la recepción de Ortega en: 1. La época del 900, 2. La
época de los movimientos socialistas, 3. Los años 40, 4. Los años 60, 5. Los años 80, y
6. la influencia posterior de Ortega. Por último realizaremos una Consideración final.
La llamada en el Perú época del 900 está dominada por dos grupos que conforman
la reacción idealista contra el predominio del positivismo precedente. El primero
de ellos fue el de los “arielistas” liderados por José de la Riva Agüero e integrado
por los hermanos García Calderón, Víctor Andrés Belaunde, Oscar Miró Quesada
de la Guerra y Honorio Delgado, entre otros; y el segundo es el grupo bergsoniano
compuesto básicamente por Alejandro O. Deustua y Mariano Ibérico.
Probablemente la referencia más antigua al filósofo madrileño la hallemos en el
artículo de Ventura García Calderón Rey (1886-1959) “Ortega y Gasset y sus ‘jóvenes
españoles’” (mayo de 1915)10. Ventura fue un escritor y periodista peruano que en
este artículo saludaba en Ortega la aparición del filósofo que le había estado faltando
a España.
Mucho tiempo después, su hermano mayor, Francisco García Calderón Rey (1883-
1953), diplomático y asimismo escritor y periodista, publicó en la revista Variedades
(Lima, 11 de setiembre de 1929)11, el artículo “José Ortega y Gasset y nuestro tiempo”.
Manifiesta que hasta entonces Ortega se había dispersado en notas, meditaciones y
ensayos y folletos, pero que por aquella época se proponía construir su obra futura; y se
refería fugazmente a algunos de sus temas básicos: a las ideas de la razón vital, España
invertebrada, la ausencia de una minoría dirigente, etc. Y expresaba la esperanza de
que en su obra final el filósofo se reconciliara con el Mediterráneo y sus colores y
pusiera de manifiesto el señorío natural sobre los bienes secundarios.
Gonzalo Otero Lora publicó en 1930 una nota en la revista limeña Mercurio
Peruano dando cuenta de la segunda visita de Ortega a la Argentina12.
Víctor Andrés Belaunde (1883-1966) tuvo una personalidad múltiple: fue profesor
universitario, constituyente, político, diplomático y fundador de la revista Mercurio
Peruano en 1918. En abril y junio de 1924 publicó en ella dos artículos escritos por
Gregorio Berman y Félix C. Lizano sobre “Filosofía invertebrada” y “El Espectador.
José Ortega y Gasset”, en diciembre de 1955, escribió él mismo un obituario a propósito
del fallecimiento del filósofo español (N° 345: 839-845), y en 1960 prologó la tesis de
9
Cfr. nuestros trabajos: “1880-1980: 100 años de filosofía en el Perú” [1978], ahora en SOBREVILLA,
D. La filosofía contemporánea en el Perú, Lima, Carlos Matta, 1996, pp. 41-84; y SOBREVILLA, D. “Las
ideas en el Perú contemporáneo”, en SILVA SANTISTEBAN, F. (ED.), Historia del Perú. T. XI: Procesos e
instituciones, Lima, Mejía Baca, 1980; XI, pp. 113-415.
10
Ha sido reproducido en En la Verbena de Madrid, Madrid, América Latina, 1920, pp. 86-97; y en
V.G.C.R., Obras escogidas, Lima, Edubanco, 1966, pp. 253-259.
11
Ha sido reproducido en su libro Testimonios y comentarios, París, 1938, p. 64-67.
12
“Ortega en la pampa”, en Mercurio Peruano, Lima, n. 139-140, marzo-abril de 1930, pp. 139-140 y
233-234.
13
La ontología de Ortega y Gasset, Lima, Instituto Riva Agüero, 1960, pp. VII-XIII.
14
En su artículo “Tres lecciones de Ortega y Gasset en el Perú”, 1963; ahora en Ensayos de simpatía.
Sobre Ideas y Generaciones en el Perú del siglo XIX, Lima, Universidad del Pacífico, 1993, pp. 40-88.
15
En su artículo “Presencia y proyección de Ortega en el Perú”, en José Ortega y Gasset: pensador de
la crisis, pp. 90-102.
16
El discurso apareció en el libro de HAYA Por la emancipación de América Latina (1927); ahora en
HAYA DE LA TORRE, V. R., Obras Completas, Lima, Mejía Baca, 1977, 1, pp. 1-147. La cita exacta se la
encuentra en 1, p. 29.
17
La nueva cita de HAYA de El tema de nuestro tiempo se halla en Espacio-tiempo-histórico, en Obras
Completas., 1977, 4, pp. 488-489. Los párrafos citados por HAYA se hallan en ORTEGA Y GASSET, J., El tema
de nuestro tiempo, Madrid, Espasa-Calpe, 1961, pp. 148-149.
18
HAYA DE LA TORRE, V. R. Toynbee frente a los panoramas de la historia en Obras Completas, 1977,
7, 50.
19
HAYA DE LA TORRE, V. R. Toynbee frente a los panoramas de la historia, en Obras Completas, 1977,
7, p. 173.
20
ARISTA MONTOYA, LUIS, José Ortega y Gasset: pensador de la crisis, 95.
21
Se trata de las lecciones V a VIII del curso de 1933 En torno a Galileo. Dichas lecciones fueron
publicadas primeramente con el titulo de Esquema de las crisis.
22
Apareció en el N° 6 de Amauta (febrero de 1927); ahora en ORREGO, A., Obras Completas, Lima,
Pachacútec, 1995, I, pp. 273-275.
23
Fueron publicadas en el N° 20 de Amauta (enero de 1929); ahora en ORREGO, A., Obras Completas,
I, pp. 314-320.
24
En ORTEGA, J., Obras Completas, Madrid, Revista de Occidente, 1966, II, pp. 347-351.
25
Ortega y Gasset en la cultura hispanoamericana, 66-67.
26
ORTEGA, J., Meditaciones del Quijote, en Obras Completas. I: 322.
27
Hacia un humanismo americano, Lima, Mejía Baca, 1966, p. 181. Al reeditarse el libro de ORREGO
póstumamente en sus Obras Completas se ha vuelto al singular. Lima, Pachacútec, 1995, II, p. 127.
28
LUIS ARISTA MONTOYA menciona sus artículos “Clases y generación”, Caretas. Lima, n. 606, l7
de julio de 1980; y “Más sobre generaciones” Caretas, Lima, n. 608 del 21 de julio de 1980). También
publicó el artículo “Ortega y Gasset, el olvidado”, Caretas, Lima, n. 622, 3 de noviembre de 1980.
29
Testimonio personal, Lima, Villasan, I, 1969: p. 229; IV, 1976, p. 357.
representativa fue José Carlos Mariátegui (1894-1930), quien el año 1926 fundó su
revista Amauta, en 1928 el periódico Labor y el Partido Socialista Peruano y publicó
su seminal libro 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, y en 1929 fundó
la Confederación General de Trabajadores del Perú. A Mariátegui no le interesaron,
como es comprensible, las ideas filosóficas de Ortega, sino lo mismo que a Orrego
su juicio negativo sobre las revoluciones, su discurso sobre su “ocaso” en El tema de
nuestro tiempo (1923) y las consecuencias negativas que se derivaban del mismo. Mas
la que en realidad habría llegado a una situación de “ocaso” era según el revolucionario
peruano la civilización burguesa debido a la decadencia del racionalismo y a la ausencia
de un mito. Frente a esta ausencia, Mariátegui creía que en 1925 se podían adoptar dos
actitudes: la asumida por autores que, como Ortega, empezaron a hablar de un alma
“desencantada” por la falta de un mito; y la de escritores, como Romain Rolland, que
defendían un alma “encantada” —o, mejor: “reencantada”— por su adhesión al mito
revolucionario30. De aquí se derivaba una serie de consecuencias: una es la equivocada
actitud de Ortega —según Mariátegui— hacia el arte de su época, sosteniendo que se
ha deshumanizado y está en decadencia, sin comprender que, siendo la crisis del arte
tradicional innegable, ella incuba la génesis de un nuevo orden y de un nuevo arte:
la del orden y el arte revolucionarios31. Esta actitud ha traído en el mundo hispano
un grave equívoco —según Mariátegui— sobre el arte nuevo. Por ejemplo, Ortega
tenía, sin duda, razón al hablar de la decadencia de la novela por entonces actual;
pero no entendía que la novela habría de renacer como un arte realista en la sociedad
proletaria32. Otra consecuencia negativa era la actitud displicente adoptada por la
juventud española en 1929 frente a la revolución política siguiendo la asumida por
autores como Ortega y Gasset33. Por cierto, hay en la obra mariateguiana otras tesis
y observaciones más recogidas de los textos orteguianos como la aseveración de que
la juventud “pocas veces tiene razón en lo que niega, pero siempre tiene razón en lo
que afirma”34.
En el n. 21 de Amauta Mariátegui publicó el artículo del indigenista peruano Luis
E. Valcárcel (1891-1987) “Glosa de Ortega y Gasset, autor de Las Atlántidas”35. En
ella Valcárcel fijaba su atención en Ortega como simpatizante de las viejas culturas,
manifestando que Las Atlántidas contiene agudas sugerencias que podrían ser
aplicables al Perú prehispánico.
Otro autor cercano a Mariátegui que en la etapa final de su vida se hizo marxista
fue el gran poeta peruano César A. Vallejo (1892-1938). Vivió en Europa desde 1923
30
Cfr. el fundamental artículo de MARIÁTEGUI, a este respecto, “El hombre y el mito” (1925); ahora en
MARIÁTEGUI, J.C., Mariátegui total, Lima, Amauta, 1994, I, pp. 497-499.
31
Cfr. el artículo de MARIÁTEGUI, J. C., “Arte, revolución y decadencia” (1926); ahora en Mariátegui
total, I, pp. 553-554.
32
Cfr. su análisis de la evolución de la literatura peruana en sus 7 ensayos de interpretación de la
realidad peruana (1928), en Mariátegui total, I, p. 106.
33
Cfr. el artículo de Mariátegui “La nueva generación española y la política”, en Mariátegui total, I,
1260-1261.
34
Cfr. el texto mariateguiano, “Zinoviev y la Tercera Internacional”, en Mariátegui total, I, 971.
35
Amauta, Lima, n. 21, febrero-marzo de 1929, pp. 80-82.
3. Los años 40
41
Lecciones de Metafísica, Lima, San Marcos, 1970, p. 106-111.
42
Lima, San Marcos, 1963.
43
Apuntes, 189-190.
44
Apuntes, 193.
45
Lima, Ariel, 1992.
basaría en principios más sólidos que los de la razón pura. Miró Quesada sostiene
que desde sus primeros trabajos Ortega trató de reconciliar un nuevo fundamento de
la razón con la historicidad de todo conocimiento. Se trata de un programa original y
decisivo que Ortega habría legado a la filosofía futura.
El segundo artículo, “Razón e historia en Ortega y Gasset” (1992), continúa
el artículo anterior y es el último texto escrito por Miró Quesada sobre Ortega.
Comienza recordando que Ortega quería crear la historiología como una ciencia de
la historia que narra el transcurrir de la vida humana y busca comprenderlo. Para ello
es menester saber cómo funciona la razón histórica, de la que la razón pura es solo
una manifestación. La teoría de la historiología se centra en los conceptos de razón
narrativa y de razón histórica, y se conecta de manera muy profunda con el concepto
de razón vital. “Estas tres expresiones atributivas, constituyen el fundamento último
de la filosofía orteguiana del conocimiento. Y ello muestra, de manera reveladora, que
esta filosofía gira en torno a una teoría de la razón”46. La razón histórica es la que
se hace inteligible a sí misma mediante la narración: mediante la razón narrativa. La
razón vital es la vida misma que se estructura como razón para saber a qué atenerse.
La razón histórica es sólo una manifestación de la razón vital. Esta puede ser entendida
en dos vertientes: una, la vertiente originaria, en tanto que la razón como función
estructurante de la vida permite a los que viven en una determinada circunstancia
histórica comprender su mundo. Y la segunda es la vertiente epistémica que posibilita
a los hombres posteriores entender por qué los hombres del pasado comprendían
y cuál es el significado último de las creaciones culturales. Miró Quesada sostiene
que, pese a los esfuerzos desplegados por Ortega, le salieron al paso nuevos y graves
problemas para dar un mayor desarrollo a su teoría de la razón.
Juan Manuel Ugarte Elespuru (1911) fue un pintor culto y un hispanista apasionado.
El año 1983 organizó un Homenaje a Ortega y Gasset (Lima, Instituto Peruano de
Cultura Hispánica) en que publicó su propio artículo “Ortega desde dentro: el hombre
interesante”47. El Homenaje contiene además textos de Francisco Miró Quesada
Cantuarias y de César Pacheco Vélez.
Dos abogados de formación humanística de esta generación que dedicaron sendos
artículos a algunos aspectos de la obra de Ortega fueron Carlos Pareja Paz Soldán
(1914-1943)48 y Carlos Zuzunaga Flores (1920-1996)49.
4. Los años 60
46
Razón e Historia en Ortega y Gasset, Lima, Ariel, 1992, pp. 83-84.
47
Homenaje a Ortega y Gasset, Lima, Instituto Peruano de Cultura Hispánica, 1983, pp. 15-27.
48
“Esquema de la crisis de Ortega y Gasset”, Obra Completa, Lima, 1945, I, pp. 263-267.
49
“La concepción de la cultura en la obra de Ortega y Gasset”, Revista de la Universidad de Arequipa,
Arequipa, XVIII, n. 23, abril-junio, 1946, pp. 69-94.
50
Lo publicó en su libro Figuras y motivos de filosofía contemporánea, Lima, Sociedad Peruana de
Filosofía, 1960, pp. 74-82.
51
Mercurio Peruano, Lima, n. 456, julio-agosto, 1965, pp. 210-222.
52
Nueva Ciencia del Hombre, Lima, INC, 1986, pp. 211-218.
53
Identidad histórica de América Latina, Lima, 1990: 101-102.
54
Hombre y Mundo, Arequipa, II, 3, 1967, pp. 59-83.
55
V. sus “Explicaciones”, MACERA, P., Trabajos de historia. Lima, INC, 1977, I. pp. 30 ss.
56
Ensayos de simpatía. Sobre Ideas y Generaciones en el Perú del Siglo XX, Lima, Universidad del
Pacífico, 1993, p. 11.
57
Fue publicado inicialmente en Homenaje a Ortega y Gasset, Lima, Instituto Peruano de Cultura
Hispánica, 1983, pp. 43-95.
58
LUIS ARISTA MONTOYA recoge estos títulos: “La sociología peruana. Ortega y El hombre y la gente”,
La Prensa, Lima, 19 de enero, 1959, p. 12) y “Los libros inéditos de Ortega y Gasset”, op. cit. p. 116.
59
“Ortega. 25 años después. Resonancias de su obra en el Perú” Expreso, Lima, 16 de octubre de
1980. Referencia igualmente de Arista. Cánepa Sardón afirmaba haber asistido a los últimos cursos de
Ortega en Madrid.
5. Los años 80
60
Antes COBIÁN había publicado algunos artículos sobre el autor como: “Una obra inédita de Ortega.
Nota sobre ¿Qué es filosofía?”, Mercurio Peruano, Lima, n. 375, julio, 1958) y “La estructura del
mundo y el problema de la ontología de Ortega y Gasset”, Mercurio Peruano. Lima, n. 385, mayo, 1959.
Posteriormente, también se encuentran referencias a Ortega en la tesis de Bachiller en Derecho de COBIÁN
Justicia y Seguridad Jurídica, Supuestos del Derecho Positivo, Lima, PUC, 1861., pp. 9 ss.
61
Fue publicado inicialmente en Eco. Bogotá, N° 160, febrero de 1974: 386-403. Lo hemos recogido
en: SOBREVILLA, D., Escritos kantianos, Lima: Universidad Ricardo Palma, 2006: 235-250.
62
También hemos publicado algunos artículos periodísticos sobre Ortega como: “Un inédito
orteguiano”, El Comercio. Lima, 17 de octubre, 1982, p. 13); y “Ortega: méritos y deméritos”, “El Caballo
Rojo”, Suplemento cultural de Marka, Lima, 29 de mayo, 1983.
63
Cfr. su artículo “Ortega y Gasset y el novecentismo peruano”, Expreso. Lima, 5 de marzo, 1986.
Luis Arista Montoya (1947) ha reunido sus artículos sobre Ortega en su folleto
Ortega: pensador de la crisis64. La parte principal del texto se refiere a la teoría
orteguiana de las crisis históricas como consecuencia del cambio suscitado por el
relevo generacional.
Alberto Varillas Montenegro (1934) ha realizado una amplia investigación sobre
La literatura peruana del siglo XIX. Periodificación y caracterización65, en que utiliza
las ideas de Ortega y su discípulo Julián Marías sobre las generaciones, ideas a las
que primero examina (17-42) antes de aplicarlas para estudiar la literatura peruana
novecentista.
Finalmente, el famoso novelista peruano (y español) Mario Vargas Llosa (1937) ha
escrito un par de artículos fundamentales sobre Ortega. El primero, “El filósofo en la
sacristía”66, es una defensa del filósofo madrileño contra los cargos que Vargas Llosa
encuentra que le hace en parte injustamente la conocida investigación de Gregorio
Morán El maestro en el erial. Ortega y Gasset y la cultura del franquismo (1998).
Según el novelista, los errores políticos de Ortega no fueron los de un cobarde ni los de
un oportunista; a lo más, los de un ingenuo que se empeñó en encarnar una alternativa
moderada, civil y reformista. Una alternativa que hace unos años fue desdeñada por
fascistas y marxistas pero que hoy es la realidad viva y actualísima de la España libre
y plural del presente. La conclusión de Vargas Llosa es que “la historia contemporánea
ha confirmado a Ortega como el pensador de mayor irradiación y coherencia que ha
dado España a la cultura laica y democrática. Y, también, el que escribía mejor”. El
segundo, “La voluntad luciferina”67, caracteriza al filósofo español por el afán —según
la frase goethiana— de ir “desde lo oscuro hacia lo claro”; reivindica las cualidades
de su estilo y otra vez su pensamiento político. Vargas Llosa sostiene que por mucho
tiempo Ortega fue ninguneado por pertenecer a una cultura que no era admitida entre
las grandes culturas modernas. Pero encuentra que hoy, como las cosas han cambiado,
“Es hora de que la cultura de nuestro tiempo conozca y reconozca, por fin, a Ortega
y Gasset”.
6. Influencia posterior
64
Lima, Orellana & Orellana, 1991.
65
Lima, PUC, 1992.
66
Publicado en Caretas, Lima, 5 de marzo, 1998, pp. 42-43. También ha aparecido en muchas otras
publicaciones que reproducen los artículos quincenales de Vargas Llosa.
67
Caretas, Lima, 25 de enero de 2001, pp. 66-67.
68
El progresivo desinterés por la obra de Ortega en el mundo académico peruano se expresa en
distintos hechos: su obra no es estudiada en tesis universitarias y tampoco en los Congresos Nacionales de
Filosofía. De las dos revistas académicas de filosofía que más larga vida han tenido en el Perú, una, Aporía
(1976-1982), solo publicó un artículo, a saber, polémico contra Ortega del filósofo y crítico literario
colombiano Rafael Gutiérrez Girardot (Aporía, Lima, n. 8, 1982, pp. 13-17); y la otra, Areté (que aparece
desde 1989), ninguno.
XX. Que sepamos el único trabajo que está en curso actualmente sobre el pensador
madrileño es el del profesor peruano Angel Pérez Martínez sobre la metáfora en
Ortega y Gasset. Pérez Martínez estudió en la Universidad Complutense de Madrid y
actualmente enseña en la Universidad de Lima.
Consideración final
69
Cfr. su famoso libro Las Américas y la Civilización [1969], México, Extemporáneos, 1977. Ribeyro
designaba como “nuevos” en América Latina —entendiendo esta expresión en sentido amplio— a los
brasileños, venezolanos, colombianos, chilenos, paraguayos etc., y como “pueblos trasplantados” a los
argentinos y uruguayos.
70
Cfr. sus libros Ortega y Gasset en la cultura hispanoamericana, México, FCE, 1994 y Entre la
jerarquía y la liberación. Ortega y Gasset y Leopoldo Zea, México, FCE, 1998.
Hemos contado a lo largo de la historia con grandes pensadores que han contribuido
a la labor filosófica en los países latinoamericanos. Es necesario tomarlos en cuenta
(tanto a los latinoamericanos en general como a los venezolanos en particular) no
sólo por sus ideas sino por la importancia que tiene el hecho de ejercer la filosofía o
cualquier disciplina en nuestro idioma. El lenguaje de cada pueblo refleja su cultura, sus
costumbres, su imaginación, su ingenio, su historia, sus raíces. Tenemos la tendencia a
resaltar la importancia de autores extranjeros que se alejan de nosotros no sólo por el
contexto y la época sino (y básicamente) por el idioma y su uso. De esta manera me
parece pertinente aprovechar de estas filosofías extrañas lo que nos es útil (como bien
aconsejaba en uno de sus artículos Juan Nuño) para adoptarlas y adaptarlas a nuestra
realidad y crear, en base a ellas y en nuestro idioma, nuevas filosofías o corrientes de
pensamiento que nos reflejen mejor y que contribuyan a identificar con nombre propio
nuestras inquietudes y conflictos; podríamos pensar para este fin en la imagen que nos
ofrece Ludwig Wittgenstein en el Tractatus logico-philosophicus de lanzar la escalera
después de utilizarla.
Muchos han sido los autores que se han preocupado y ocupado del tema; García
Bacca, por ejemplo, ilustra esta misma idea afirmando que un lenguaje es un ámbito,
un espacio de problemas en el que se ejerce vida filosófica. Un lenguaje —sostiene—
es la consecuencia de un tipo de vida que permite analizar problemas teóricos con
incidencia filosófica. Propone entonces que para lograr filosofar en castellano, se
deben recoger las sugerencias y desarrollos de la literatura y del lenguaje ordinario.
Ha de realizarse —opina— una necesaria atención al lenguaje propio, que lleva a una
unidad entre el modo de vida castellano y la reflexión filosófica en castellano.
“El castellano no ha llegado a ser aún órgano vocal del filosofar; y debátase entre una
pretendida función de Altavoz —de traductor de originales—, y la exigida por la perfección
de una lengua materna que sabe hablar literalmente de todo —menos filosóficamente de
filosofía… ¿cuándo reclamaremos lo que hemos cedido sin más, y complacientemente
cedemos: la independencia de nuestro lenguaje filosófico frente a los filósofos extranjeros,
sean o no latinos?”1.
Álex Grijelmo, autor español algo más contemporáneo que García Bacca afirma,
defendiendo la misma idea:
1
BACCA, GARCÍA, J.,“Filosofía y lenguaje”, Ensayos, Barcelona, Península, 1966, p. 28.
cambio, nada que se diga en español, en efecto, puede resultarnos ajeno; y nada de lo que
construyamos sobre lo que ya es nuestra lengua debe vulnerar sus principios”2.
Un poco en base a esta idea general y con esta inquietud del lenguaje, de nuestro
lenguaje, intenté, a partir de un estudio comparativo realizado entre las filosofías de
dos pensadores, Ludwig Wittgenstein y Juan Nuño (que a primera vista no parecen
tener semejanzas evidentes por el tipo de propuestas que presenta cada uno y por la
importancia tan desigual que éstas han tenido) demostrar que Nuño estuvo influenciado
por el pensamiento de Wittgenstein y que, además, fue más allá de un mero influjo
ya que, a mi parecer, logró adaptarlo al entorno y a su trabajo de una manera propia.
A partir de esta comparación, realizada bajo tres tópicos: la filosofía, el lenguaje y el
sistema, que seguro podrían ampliarse, se presentan con mayor claridad y fundamento
las semejanzas que me parecen esenciales entre estos autores que he propuesto.
Me pareció atractivo estudiar y presentar desde este punto de vista a un
pensador venezolano tan polémico como es (y fue) Juan Nuño, ya que refleja en sus
escritos lo que considero la quintaesencia del pensamiento latinoamericano y sus
manifestaciones: una mezcla de todo un poco. No asumida como una mezcolanza
simple de elementos sino como una mixtura de componentes que van transformándose
al pasarlos por distintas instancias, como el humor o la imaginación (características
extraordinariamente relevantes del latinoamericano y del idioma español), y que da por
resultado influencias en nuestro pensamiento de lugares y personas que no hubiéramos
imaginado, ni en uno mismo ni en el otro; como tampoco hubiéramos imaginado la
manera de cómo eso se refleja en nuestro trabajo. Este confluir de influencias que
parecían inimaginables, fue lo que me permitió trazar los rasgos wittgensteinianos que
contiene la obra de Nuño.
Nuño defendió ideas que transmitía en artículos de prensa sobre diversos temas
enfocados en la crítica; esto le permitió difundir su pensamiento poniendo en práctica
lo que consideraba correcto y permitiéndonos entreleer su base teórica en algunos
temas específicos. Wittgenstein, por su parte, presentó sus propuestas principalmente
en dos libros: el Tractatus logico-philosophicus y Las Investigaciones Filosófìcas
(publicación póstuma) cada uno diverso en sus planteamientos.
Filosofía
2
GRIJELMO, A., Defensa apasionada del idioma español, México, D.F. Taurus, 2004, p. 116.
en el Tractatus; Nuño está de acuerdo con este enfoque, al punto que nunca presentó
propuestas filosóficas propias sistemáticas sino, como se dijo, hizo uso de sus artículos
regulares de prensa que luego fueron recopilados.
El quehacer filosófico latinoamericano fue siempre una preocupación particular
en Nuño. Pensó que esta tarea tenía enormes posibilidades de ser trabajada por vía
del análisis lingüístico que permitiera analizar y criticar el uso del lenguaje ampuloso
y vacío de significado que nos caracteriza, antes que formar grandes sistemas de
pensamiento que expliquen el mundo o tesis que nos guíen en la vida. Probablemente
Wittgenstein hubiera estado de acuerdo al respecto, sobre todo si hubiera conocido
nuestro idioma y la manera tan singular que tenemos de manejarlo y utilizarlo, ya que
su propuesta era principalmente, que se hiciera uso de la crítica del lenguaje a la hora
de abordar el pensamiento filosófico para evitar caer en sinsentidos.
En su artículo: “Wittgenstein: silencios y traiciones”, Nuño expone que los
silencios en Wittgenstein han sido importantes y determinantes, sin embargo, sean
cuales fueren los silencios, personales, en la manera de escribir, en la no publicación,
en el que haya cosas que no puedan ser dichas sino mostradas del Tractatus, lograron
transmitir para Nuño un mensaje claro.
El silencio puede considerarse una posibilidad del decir y del mostrar, como bien
afirmaba Wittgenstein; al existir en ciertas oportunidades o al no poder expresar algo
con palabras, el silencio nos permite reflexionar sobre el tema en cuestión y ahí, a
mi parecer, es donde radica su importancia. Ambos autores se permiten silencios
dejándole al lector la posibilidad de pensar, y Nuño incluso logró reflexionar en voz
alta a partir de los silencios de Wittgenstein.
Por otro lado, en el artículo “La superación de la filosofía”, Nuño sostiene que
toda filosofía que se respete en algún momento tiene que emprender la tarea de
liquidarse para que la nueva propuesta quede como la única posible. Wittgenstein no
es la excepción, con el Tractatus propone la liquidación de la filosofía solucionando
las dificultades que conforman los problemas filosóficos, y una vez resueltos ya no
tendría por qué seguir existiendo, pero de esta manera (quizás sin querer) propone una
nueva filosofía que trata de ser la única posible y la última, en vista que después de
ella, no podrían seguir existiendo las cuestiones filosóficas tal y como se entienden.
Wittgenstein limitó la tarea de la filosofía a esclarecer las proposiciones del lenguaje
y así eliminar los problemas sin sentido que son propiamente los de la metafísica; esto
lo llevó a cabo trazándole límites al lenguaje, ante lo cual Nuño señala:
3
NUÑO, J., “La superación de la filosofía”, en La superación de la filosofía y otros ensayos, Caracas,
Ediciones de la Biblioteca de la UCV, 1972, p. 13.
que llevó al máximo esta tarea fue Wittgenstein en el Tractatus; luego aplica esta noción
al marxismo y al empirismo lógico. Ahora, sin embargo, concluye que el resultado es
agregarle más capas a la filosofía cuando: “en definitiva: la faena altamente filosófica
de liquidar la filosofía sigue siendo un desideratum más que una cierta realidad. Para
unos, se tratará de batallar sin tregua el encantamiento de la razón por el lenguaje”4.
Igual que para Wittgenstein, y aunque tengan diferencias importantes en el
desarrollo del tema, convergen los autores en el mismo resultado: la filosofía
sirve para esclarecer el lenguaje. Nuño propone que las metafísicas (sobre todo el
marxismo) procuren analizar y aclarar su lenguaje para que no sigan produciendo
tantos sinsentidos, que aunque todavía posean una cierta atracción ya no tienen, sin
embargo, la importancia que tuvieron.
Nuño defiende con Wittgenstein que: “no puede formularse en el mismo lenguaje
la pregunta que cuestiona la totalidad de lo cubierto por ese lenguaje”5, ni formularse
la pregunta ni responderla en el lenguaje, ya que significaría salirse de los límites de
mi mundo6 y verlo desde afuera de este límite; sería, —afirma—, como la mirada de
Dios, “no es cosa de aceptar con humildad ‘el puesto del hombre en el cosmos’ ante
la omnisciencia divina, sino de desarmar tales bombas metafísicas (realidad, mundo,
Dios) traduciéndolas a un lenguaje significativo”7. Una vez más encontramos las ideas
de Wittgenstein en el relato de Nuño.
El lenguaje
4
Ibíd., p. 21.
5
NUÑO, J., “Compromisos y desviaciones”, Compromisos y desviaciones, Caracas, Ediciones de la
Biblioteca UCV, 1982, p. 144.
6
Cfr. WITTGENSTEIN, L., Tractatus logico-philosophicus, Madrid, Técnos, 2003.
7
NUÑO, J. ,“Compromisos y desviaciones”, op.cit., p. 144.
8
NUÑO, J., “La importancia de tener ideas”, en Compromisos y desviaciones, Caracas, Ediciones de
la Biblioteca UCV, 1982, p. 15.
9
WITTGENSTEIN, L., Tractatus logico-philosophicus, o.c. §7, p. 277.
Sistema
10
NUÑO, J., “El desconfiado y la Piara de Circe”, Compromisos y desviaciones, Caracas, Ediciones de
la Biblioteca UCV, 1982, p. 100.
“Así, ya no sé si tal idea que pienso, si tal razonamiento que hago, si tal ejemplo o expresión
de que me sirvo, lo he recibido de él, se me ocurrió al oírle o leerle a él, o se me ocurrió
aparte y después de la convivencia con él. Alguna vez me ha sucedido comprobar que tal
idea o expresión que consideraba como mía me la había apropiado de él, asimilándomela
hasta el punto de olvidar su origen”2.
Esta constatación, expresada en las palabras de Gaos, conlleva, por cierto, otro
riesgo. Y es que pudiéramos inopinadamente atribuirle a él ideas nuestras. ¡Tan
entrelazadas están, por momentos, nuestras reflexiones!
Sería muy difícil, si no francamente inviable, cumplir al pie de la letra y de
manera exhaustiva lo que indica el título de nuestra exposición. Con todo, hemos
querido mantenerlo con la intención de poder, quizá, sugerir algo de la riqueza del
pensamiento de nuestro homenajeado y, eso esperamos, brindar algunas pistas que
pudieran alimentar una lectura fecundante de sus obras. Insistimos, fecundante porque
se trata de colocarnos en la mejor posición asequible para quedar en condiciones de
aportar a las tareas comunes y colectivas pendientes en momentos tan álgidos como
los que (sobre) vivimos actualmente. Y lo hacemos a sabiendas de que siempre suelen
ser momentos así. Por lo tanto, la reflexión no puede quedar ni distraerse en meras
contemplaciones o admiraciones, con todo y lo relevante que sean estas dimensiones.
1
Intervención en el Coloquio Internacional “Repensando el siglo XIX desde América Latina y
Francia. Homenaje al filósofo Arturo Andrés Roig”, organizado por el Centro Franco Argentino de Altos
Estudios / INCIHUSA, CONICET y Facultad de Filosofía y Letras de la UNC, Mendoza, Argentina, 13-15
agosto 2008.
2
GAOS, J., Confesiones profesionales. México, FCE, [1ª ed. 1958], 1ª reimpresión 1979, pp. 74-75.
3
Un estudio del conjunto de su producción lo hemos efectuado en nuestro libro terminado en 2006,
el cual nos hubiera gustado presentar aquí, pero todavía se encuentra en trámites de edición: Filosofando
y con el mazo dando. Al él nos remitimos para referencias bibliográficas y exámenes pormenorizados
imposibles de efectuar en esta exposición.
y limitaciones. Pero, también, con todos sus aportes e intentos de avanzar hasta el día
de hoy en la consecución de una sociedad más digna y más humana. A lo cual se han
unido expresiones surgidas con posterioridad y que brindaron ocasión para definir con
más precisión posturas y enfoques. Se ha querido ver en esto, en no pocas ocasiones,
meramente manifestaciones polémicas producidas, casi por el mero gusto de polemizar
o de esgrimir ofensivos argumentos ad hominem. No ha sido así. O, al menos, no
ha sido así en todos los casos. La obra de Arturo, a la que nos circunscribimos en
esta ocasión, ha mostrado suficientemente lo fecundas que pueden ser esas polémicas
enfrentadas con rigor, respeto y pertinencia. Sin renunciar a ejercer la crítica y, sobre
todo, a la autocrítica. Lo cual no puede menos que redundar en creatividad, si se lo hace
con convicciones sólidas y arriesgando todo al poner sobre la mesa sin aspavientos y
con gran precisión los argumentos que sostienen las propias posiciones, al tiempo que
se examinan con todo cuidado los que soportan las posiciones contrarias.
Quisiéramos recordar a continuación, de modo muy apretado, algunas de estas
valiosas consideraciones que han ido surgiendo de estas diferencias argumentativas, sin
ningún afán conclusivo al respecto. Muchos de estos debates tuvieron que ver con las
respectivas modas que suelen asolar los ámbitos académicos y ya sabemos que las rutinas
academicistas suelen subordinarse, paradójicamente, a las modas, las cuales irrumpen
como oleadas tsunámicas (¡vaya terminajo!) dejando poco en pie. Pero, consolidando
rutinas repetitivas, poco creativas, consolidando la burocracia administrativa sobre la
actividad intelectual. Aunque, y mucho más importante, estos debates se produjeron
también, en no pocos casos, en medio de situaciones políticas abrumadoras: dictaduras,
consiguientes exilios, enfrentamientos de múltiples tipos con inimaginables desatinos
frente a la dignidad humana. Es en esos contextos donde se renovó la exigencia del
filosofar. No podemos detenernos a examinar aquí acontecimientos y contextos muy
importantes en relación con las experiencias en Quito, México, nuevamente Quito y,
finalmente, el retorno a Mendoza. Todas ellas dejaron huellas indelebles y específicas
en el pensamiento de Arturo, que sería imposible caracterizar acabadamente en esta
exposición. Con todo, no podemos menos que anotar algunos tópicos para ulterior
elaboración, sobre todo por su repercusión en estos debates. Nos referimos al estudio
de la obra de Antonio Caso y las nociones de bovarismo y yuxtaposición, durante la
estancia en México; la reformulación de la cuestión sobre la existencia de la filosofía
ecuatoriana, las características del humanismo en el período colonial y la historia de
las ideas sociales, durante la década quiteña y la reconsideración del pensamiento
provincial y de autores clásicos de la filosofía antigua y moderna durante el regreso y
la permanencia actual en Mendoza.
Frente a los heideggerismos ontologizantes exaltadores del Ser con todas sus
secuelas evasivas de la historicidad concreta, no hubo más que reivindicar a los entes,
de conformidad con una tradición bastante extensa de pensadores argentinos. Lo cual
no pudo menos que conducir a exacerbar valiosas dimensiones del platonismo y a
redundar en responsabilidad ante las coyunturas.
Frente a la descalificación de los relatos y a la pretensión de eliminarlos —¿in-
genuamente? o no tan ingenuamente— mediante otros relatos que supuestamente no
serían tales por no ser ‘grandes’, se trató de caer en la cuenta de que la narratividad
es parte inherente de nuestra reflexión sobre y desde la historia, lo cual condujo a la
necesidad de revalorar las voces; todas las voces todas, como dice la canción. En su
polisemia, en su polifonía, en sus discordancias, en sus niveles diversos de expresión,
en sus diferentes cargas axiológicas.
Frente al peso peyorativo de las yuxtaposiciones a que supuestamente nos
veríamos condenados, se impuso detectar a sus auténticos proponentes e identificar
sus posiciones ideológicas, las cuales dotaban de sentido (o de sinsentido) lo que
suponían o exponían como yuxtapuesto.
Frente a los etnocentrismos eurocéntricos (permítasenos la cuasi redundancia) no
quedó más que reconocer nuestro lugar en la historia como interlocutores de pleno
derecho. Además de abrirnos de veras a la búsqueda de antecedentes, que testimonian
que nunca hemos dejado de pensar desde aquí o, si se prefiere, que siempre lo hemos
intentado. Lo cual fue factible al colocar a la Filosofía de la Historia bajo la lente de
la Historia de las Ideas o, lo que es otro modo de expresarlo, al dejar de ejercer la
Filosofía de la Historia como si se pudiera hacerlo de un modo directo, despojado de
autocontroles categoriales.
Ante los absurdos teluristas, según los cuales el determinismo terreno sería
irremontable, hubo que procurar restaurar el auténtico carácter de los códigos
culturales. Ello ayudó a desmontar las articulaciones arbitrarias de estos irracionalismos
autodescritos y autocalificados como inexorables e insuperables.
Ante los culturalismos, que pretendieron zizaguear frente a los conflictos sociales
para invisibilizarlos mediante un reduccionismo de todo el posible quehacer humano
a un supuesto cambio de actitudes o de niveles de conciencia, se hizo menester
desinvisibilizar los sustratos antropológicos protagónicos que subyacen a toda
expresión cultural.
Ante la ethología de los ethólogos mixtificadores de la sabiduría popular y su
exacerbación de presuntos núcleos míticos inmodificables, bastó quizá recordar el
deplorable papel que cumplieron en las épocas de dictadura, procurando, sin lograrlo
por supuesto, convertirse nada menos que en intelectuales orgánicos de esos procesos
nefastos.
Ante la postulación dogmática de supuestos realismos, según los cuales a la realidad
se accedería de modo inmediato, no quedó más que reconocer las mediaciones como
el habitat sin el cual el pensar es impracticable. Mucho más si ese pensar se pretende
crítico y liberador o, mejor, coadyuvante en los procesos de liberación.
Frente a los petulantes que pretendieron constituirse en la voz de los supuestamente
sin voz, se impuso examinar críticamente el accionar de los caudillos populistas,
quienes se han sentido y se presentan siempre como los auténticos formuladores de lo
que en verdad re-formulan manipuladora y descaradamente.
Ante la pasajera moda (como todas las modas) de la sensibilidad postmoderna,
nada de dar lugar a desalientos, mientras se le prestó la máxima atención a la filosofía
de la historia que le subyace, oculta y, la mayoría de las veces, no explícita ni siquiera
para sus propios proponentes. Debemos advertir que en nombre de la teoría se
postulaba renunciar —en una especie de idiotismo— a la teoría para propiciar un
desarme sumiso e inercial ante la dominación.
Frente a la manipulación frecuente del mestizaje, no descuidar la articulación de
códigos culturales y el papel del lenguaje, de modo que afloraran las argucias de las
“... lo más importante son nuestras razones, razones que identificamos con las de los países
de escaso desarrollo, en su conjunto, motivo por el cual pretendemos darle valor de cierta
universalidad a nuestros planteamientos [...] Tenemos la obligación imperiosa de pensar,
¡imperiosa”! 4.
4
CHE GUEVARA, E., “La necesidad de este libro” y “Versión de acta inédita 2 de octubre de 1964”,
Apuntes críticos a la Economía Política, Melbourne, Australia, 2006, pp. 32 y 351, subrayado del Che,
cursivas nuestras.
Antonio Jiménez
c/ Urbano González Serrano
Nuevo Navalmoral de la Mata
Cáceres eterno
Casi me parece ocioso comenzar la carta como lo hacían nuestras abuelas: “Espero
que a la llegada de esta te encuentres bien...” pues esa es una de las pocas convicciones
que tengo. Estoy seguro de que te encuentras muy bien. También estoy convencido
de que habrás completado esa imagen patriarcal que se te estaba poniendo de tanto
leer a los krausistas y mira que te lo advertíamos: una cosa es leerlos y otra tener que
parecerse a ellos pues eran un poco decimonónicos y no estaban ahora estos tiempos
posmodernos para presentarse así.
Bueno, hubiera procedido, para ser en verdad posmoderno, enviarte un correo
electrónico o mejor haber celebrado contigo un chat pero he comprobado que aún
carecemos de cobertura con los que andáis por ahí arriba y por eso he preferido
refugiarme en este género tan del XVIII, a la manera de Montesquieu o Cadalso y
tan sólo coincidiendo con ellos en el uso de la primera persona del singular que es la
forma como uno se cuenta las cuitas y aquello que se desea quede a salvo de lecturas
indiscretas. De todas maneras ya vendrán los historiadores y contarán a otros lo que
ahora solo te quiero decir a ti. Es irremediable, lo doy por hecho y tan solo espero
que entonces hayan pasado los años que se fijan para abrir archivos personales y por
ahora quedemos a salvo. Poco le debe haber importado a mi buen amigo Benito Pérez
Galdós que hayamos descubierto que doña Emilia le llamaba “michito” y lindezas
semejantes y que ella firmara “tu Porcia” o “Ratona”. Cosas de la buena de doña
Emilia. Claro que los historiadores tenemos derecho a conocer cómo era el lenguaje
amatorio del siglo en que ellos vivían y no parece haber otra forma de enterarse que
meter las narices en el escritorio. Habremos, pues, de correr igual riesgo.
1
Esta carta fue escrita en México durante la celebración del Congreso que la UNAM organizó con
motivo del 70º aniversario del exilio de 1939. Pensaba ser leída en el homenaje que sus compañeros de la
Universidad Complutense de Madrid, la que fuera su universidad de toda la vida, habían pensado realizar
el pasado 12 de marzo en recuerdo al profesor y “amigo de verdad” Antonio Jiménez García. Las protestas
anti-Bolonia lo impidieron. Mas nunca nos faltará ese otro recuerdo del amigo que nos dejó y, menos aún,
el afecto que por él sentimos.
Tengo que comenzar regañándote un poco. ¿Tú sabes cómo dejaste el despacho?
¿Y a Tere que no sabe dónde colocar tanto libro? ¡Podías haberte llevado algunos!
Bueno, mejor no, pues te hubieras llevado todos y no habría forma de poder encontrarte
ahora igual que nos pasaba cuando entrábamos en tu despacho y había que ponerse de
puntillas para conseguir ver algo al otro lado del montón siempre que el ventilador no
estuviera en marcha. En este caso era más difícil aún. Sabes que te lo perdonábamos
casi todo y Tere también. Lo seguimos haciendo pero tenemos derecho a pedirte una
contrapartida. Fíjate que no he resistido mencionar a Galdós y apenas llevo unas pocas
líneas. Ahora no resisto a la tentación por segunda vez. ¿Recuerdas aquel personaje
maravilloso ideado por él, Benigna la Misericordiosa, que estaba dispuesta a soñar
lo que hiciera falta para haceros ver a los que estáis por ahí arriba lo mal que se pasa
cuando os vais y lo tengáis en cuenta pues no os falta poder para curar nuestras dolencias
y algunas calamidades? Me cuesta hablarte en estos términos querido Antonio pues
durante años y años éramos de los que soñábamos juntos aquí abajo y ahora soy solo
el que debe hacerlo para que tú no te olvides de que viejas luchas de treinta años atrás
no están terminadas. Y la verdad es que no hay razón, “histórica” la iba a llamar, para
que tal cosa sucediera, pero no quiero ponerme pedante porque es innecesario a estas
alturas en que ya todo lo sabes sin que ni siquiera hubiera pronunciado palabra alguna.
Mas los que por aquí abajo seguimos hemos de seguir soñando, no nos queda otro
remedio si queremos que las cosas caminen o, incluso, si queremos que haya otras
mejores. Fue otro gran poeta el que nos recordaba esto mismo, Santiago Ramón y
Cajal, aquel que en sus ratos libres ejercía de histólogo pues no otro fue quien decía
que nada importante se ha hecho en este mundo que previamente no hubiera sido
soñado. Y es que ya se sabe que no ha habido grandes científicos que no hayan sido
al tiempo grandes poetas. Traigo ahora este criterio de autoridad para evitar vanas
acusaciones y que se piense que sólo quienes nos dedicamos a Filosofía Española
hablamos de estas cosas.
Tampoco, claro está, aspiramos a ser una cumbre como lo era don Santiago. Pero
sí a compartir con él la capacidad de soñar. Por razones de edad, somos los más
contemporáneos de quienes nos iniciamos en la tarea de indagar en nuestra historia
filosófica de la mano de nuestros mayores. Somos, por ello, quienes más hemos
acompasado nuestros sueños. Pero descuida, que no voy a pedirte ningún milagro, tan
solo que ahora que eres receptor de lo que por aquí seguimos soñando no olvides lo
que a ti mismo te costaba que esos sueños se realizaran.
Como ves, todo este largo preámbulo no ha sido más que un pretexto para decirte
que te echamos de menos. Claro, primero Tere tu compañera de siempre, casi librera
profesional a la fuerza, suaves manos para unas encuadernaciones de lujo y sufridora
de la filosofía entre comida y cena. También tus compañeros de la Complutense que
habrás comprobado que no te olvidan a pesar de que llegaste a sospechar lo contrario.
Y Carmen tu secretaria que, a veces, no me lo niegues, tenía que soportarte un poco.
En todo caso pienso que hubieran sido desagradecidos de no hacerlo pues siempre
te presentaste como un Complutense “pata negra”, ya se sabe, la Madre de todas las
Universidades y bien sabes que no nos dolía a quienes habitamos los extrarradios y
no podemos presumir de tener la Biblia Políglota. Simplemente lo asumíamos por
aquello de aceptar el principio de realidad desde nuestro corazoncito de secano.
Sabes que también te recuerdan mucho Marta y Fernando, Pedro Ribas y Diego y los
amigos de esa Universidad del extrarradio que te obligaba a coger el tren camino de
Colmenar Viejo tantas veces como te lo pedíamos. Tribunales de tesis, comisiones de
contratación... Ahí ahora notamos el vacío pues ya nadie recuerda la falta de acentos
ni siquiera que a veces se pone bibliografía secundaria donde debieran ir las fuentes.
Sin embargo, los nuevos doctorandos no están tranquilos porque piensan que puedes
aparecer en cualquier momento y si te digo la verdad no creo que les importara
nada aunque tuvieran que corregir con rapidez algún desaguisado. Lo darían por
bien empleado. Yo también. Al menos nos quedamos en que nuestros sueños podrán
conseguir que no olvidemos algunas de esas lecciones necesarias para que un trabajo
cumpla los requisitos que debe tener.
Al dirigirte estas líneas me vienen a la mente muchos años de trabajo. Porque,
claro, además de soñar lo que hemos hecho realmente ha sido trabajar mucho. Desde
aquellas largas sesiones en el Instituto Fe y Secularidad en que estudiábamos nuestros
siglos XIX y XX en el Seminario que coordinaba Teresa Rodríguez de Lecea. Allí
conocimos a historiadores, a pensadores latinoamericanos a su paso por Madrid y aún
recuerdo el día que asistió Alicia, la esposa de Nicol a quien he tenido oportunidad
de volver a ver en los últimos viajes a México. Allí estaban Abellán, Diego, Pedro,
Juana, Eloísa, Luis y Ana Isabel Salguero quien por vez primera me nombró a Blas
Zambrano y comencé a saber que María Zambrano tenía padre. Casi es un privilegio
en los estudios filosóficos. Después vinieron años de buscar su obra y recopilarla. Al
final juntamos a dos extremeños ilustres y fue en la presentación de tu libro sobre
González Serrano cuando surgió la posibilidad de publicarlo en Badajoz. Luego estas
cosas a alguno le parecieron poco pero ya se sabe que hay ignorancias peligrosas.
Bien sabes que esto te lo cuento sólo a ti, lo mismo que te digo que he publicado
otra cosa en Bucknell University Press, para compensar, porque me han dicho que
si publicas en Badajoz eso no vale un pimiento, que tiene que ser en Badajoz City y
eso creo que está según se sale de Extremadura todo seguido hacia el Oeste. No sé si
esto vas a poder solucionarlo por más poder que tengas ahora y si vas a poder superar
algún costurón que por causas parecidas tu mismo padeciste. Claro que saber lo que
se ha hecho en Extremadura cuesta investigarlo y a veces eso es mucho y se prefiere
pensar que allí sólo ha habido tierra y sequedad. Pero, bien sabes que luego todo el
mundo quiere ver los almendros en flor. Así sigue la vida por aquí querido Antonio.
Bien conoces que a veces nos empeñamos en que las buenas mantas tienen que ser de
cualquier parte menos de Zamora. Y no por ser de Zamora sino porque son las mejores
y además… son de Zamora.
Cada vez que desde el verano vamos celebrando algo, recordamos que fuiste
miembro fundador del Seminario de Historia de la Filosofía Española e Iberoamericana
con Heredia y otros de nosotros; por entonces unos pocos amigos y que de eso ha hecho
ya treinta años y que pasamos nuestros días y noches en Anayita discutiendo cosas que
entonces apenas interesaban a cuatro gatos ¿Recuerdas? Bien digo lo de noches pues
las discusiones duraban hasta no sé si altas o bajas horas. Bueno, también disfrutamos
de la Torre del Clavero y luego hasta hemos estado en el Colegio Fonseca después
de colocar nuestros cuerpos en varias de las residencias de frailes en Salamanca. Ha
sido nuestro sino, Antonio. Parecernos y hasta casi sufrir las mismas desventuras de
quienes estudiábamos. No tendría por qué ser así pero no se cambia el destino en poco
tiempo. Como una vez me comentó Diego, cuando los pueblos se libran de su destino
negativo, es decir, del que algunos han proyectado para ellos, liberan tantas energías
que parecen otros. Y tenemos la satisfacción de que modestamente hemos contribuido
a ello.
El día 4 de octubre te recordamos junto con Luis. Allí estuvieron altas autoridades,
no creas, hablando de aquella docena de amigos que figuran en el Acta de aquella
reunión y que estuvimos en la fundación de la AHF. Fui secretario contigo no sé
ni cuantos años y ahora que eras vicepresidente has dimitido innecesariamente
pues sabes que hubiéramos continuado un periodo más. Juan Manuel Navarro nos
cedió amablemente esta gran sala como hacía cuando tú eras el mediador. Ahora
han entrado en la Junta directiva, junto a los amigos de siempre, Pedro Calafate de
Lisboa y Aureliano Ortega de la Universidad de Guanajuato. Como ves, Antonio,
abrimos mundos. Que no nos digan que nos hemos quedado bajo la primera encina
que encontramos aunque la sombra fuera frondosa. Ahora iremos a Santander a
celebrar las IX Jornadas. Ramón Emilio está echando el resto y tenemos un montón
de nuevos y veteranos investigadores del pensamiento español que nos han pedido
intervenir. Marta y los demás siguen trabajando para que tengan el nivel que a ti te
hubiera gustado. Por lo demás, allí sigue don Marcelino con su hábito pétreo y sonríe
zorreras pues bien sabemos que era un poco astuto. A tus krausistas, ya te encargabas
de recordarlo, no les apreciaba mucho pero es que disputaban los mismos puestos
de poder y ya sabes lo que eso es. Pero vamos, todos buenos chicos. Para el 2011, te
adelanto, tenemos ya una propuesta de José Luis Barreiro y pensamos aceptarla para
ir a ver al apóstol.
Esto se va alargando mucho Antonio. Debo terminar. He preferido escribirte desde
México. La UNAM ha celebrado un estupendo congreso sobre el exilio de 1939
al conmemorarse ahora los setenta años y los ochenta y cuatro de la refundación
moderna de la Facultad de Filosofía y Letras donde fueron los Gaos, Nicol, Xirau,
Sánchez Vázquez y no sé si Gallegos Rocafull. Este creo que fue a Derecho. He
coincidido con Abellán, maestro, como bien sabes, en la recuperación de todos estos
autores cuando ni apenas sabíamos que existían. Tú les dedicaste buenos trabajos
acerca de su labor como traductores y fuisteis pioneros, en la cátedra de Abellán,
en enseñar Pensamiento Latinoamericano. Tuve ocasión de ver en una estantería del
ateneo español de México cómo hay más de cuatrocientos títulos correspondientes a
esas traducciones. Otros han seguido esta senda y podéis estar satisfechos. No quería
que se me olvidara decirte que hicimos un homenaje a Carmen Rovira con motivo de
sus 45 años de docencia. Es un ejemplo de tesón y rigor.
Por aquí seguimos, Antonio. Tere tratando de poner orden en tus papeles y
recordándote; tus amigos de la Complutense bien sabes que te aprecian. Ya sabes
lo de las apariencias… que engañan y en este caso para bien. La Historia de la
Filosofía Española queda bastante bien en los nuevos planes y con ello estamos
convencidos que hacemos un buen servicio a la filosofía misma y a la sociedad a
la que pertenecemos, este terruño que llaman España y que no es sino una pequeña
parte de la humanidad misma. No tenemos otra manera de relacionarnos con otros
que hacerlo desde Extremadura, desde la ciudad universitaria o, si me lo permites,
incluso desde Cantoblanco. No son el Guadarrama u Ontígola pero estos son también
buenos lugares. Queda por hacer pero hay gente joven que se dispone a ello. Hemos
avanzado en esto, bien lo sabes. ¡Qué fracaso si después de lo que hemos soñado y
trabajado no hubiéramos avanzado! Ahí quedan tus trabajos sobre el krausismo y uno
que me pareció especialmente bueno sobre la recepción de Condillac en España que
he manejado mucho. También tus trabajos sobre el XVII de la mano de Luis Jiménez
y hasta en 2004 aquel que te obligué a hacer sobre Zambrano.
Te pido, ahora que ya no lo necesitas que dejes de ser ese poco de cascarrabias que
a veces eras. Ya ves que en la intimidad uno se atreve a decir casi todo. Preferimos
recordar tu sonrisa abierta, tus andares que ocupaban casi todo el pasillo, la pajarita un
poco retro, las tesis que dirigiste, los alumnos que mantienes y los amigos del alma.
Esto es lo único que no olvido, Antonio. Aquel libro al que pusiste esa dedicatoria:
“A José Luis, amigo de verdad”. De eso si que estoy orgulloso. Claro que esto no me
hace olvidar que, cuando para ahorrar en aquellos primeros años del Seminario en
Salamanca, compartíamos habitaciones, allí en el Clavero, respirabas un poco fuerte.
No era mucho. No creas que lo recuerdo ahora por esas pequeñas maldades en que
caemos los humanos. Sólo que, como ahora el tiempo será más largo, justo lo que
haya de durar la eternidad, la cosa puede tomar otro cariz y no sería deseable que nadie
se molestara por ahí.
Por lo demás, ando subido en la planta 25 de un hotel mexicano. He pensado
hacerlo desde aquí por si te veía. No lo he conseguido. Podría haber intentado hacerlo
subiéndome a una de las torres construidas por Florentino en la antigua ciudad deportiva
del Real Madrid. Pero bien sabes Antonio que eso no se hace a un atlético y yo en eso
he sido muy respetuoso. ¡Si no había krausista, regeneracionista o noventayochista
que no fuera del Atleti! Me temo que se te debieron resistir Ortega, Marañón y algún
otro, quizá Julián Marías. Pero sé que les apreciabas igual. En eso nuestras diferencias
no pasaron de ser un juego.
Hasta siempre Antonio. Cuídate y no pases frío. Será señal de que nosotros tampoco
lo pasaremos. Mejor estar calentitos, ¿no te parece?
VV.AA., Nuevos estudios sobre Historia del Pensamiento español. Ed. de Antonio
Jiménez. Madrid, Fundación Ignacio Larramendi, 2005, págs. 605.
ALBARES (P.O. DE FIRMA): PLA, R.; GONZÁLEZ, M.; GUADARRAMA, P.; CHABRÁN,
R.; JIMÉNEZ, A.; HERMIDA, F.; RIBAS, P., Pensamiento Español y latinoamericano
contemporáneo, Las Villas, Ed. Feijo, 2002.
Autores (p.o de firma): JIMÉNEZ GARCÍA, A.; MALUSA, L.; PIAIA, G.; STEINDLER,
L.; TORGOVA, M. Y WIMMER, F., ”Storia delle Storie generali della Filosofia. L’età
hegeliana. La storiografia filosofica nell’area neolatina, danubiana e russa” , Roma,
Editrice Antenore, 2004.
“Vida y obra de José Adolfo Arias Muñoz” en Anales del Seminario de Historia de
la Filosofía, 1996, pp. 41-50.
“La actualidad del krausismo” en Temas para el Debate, 1997, pp. 36-74.
“La labor traductora de José Gaos (1900-1969)”, Anales del Seminario de Historia
de la Filosofía, 2001, pp. 219-235.
“El padre Mindán cumple cien años. Crónica de un homenaje entrañable”, Isegoría,
2002, pp. 81-84.
“Persona y sociedad. Una lectura ética de “Los olvidados” de Luis Buñuel”, Boletín
de Estudios de Filosofía y Cultura Manuel Mindán, 2005, pp. 70-85.
ABELLÁN, JOSÉ LUIS, La filosofía como frente al protagonismo del tiempo que ha
producto mediterráneo, Valencia, sido, hasta ahora, la noción sobre la que
Institució Alfons el Magnànim, 2007, ha vivido instalada la cultura occidental.
197 págs. A través de esta reivindicación del espa-
cio, el profesor Abellán propone que la
El profesor Abellán, con el estilo claro historia de la filosofía europea debería
y ameno que le caracteriza, nos presenta re-escribirse desde una nueva óptica que
en esta obra una serie de ensayos y con- tuviera en cuenta la dialéctica periferia-
ferencias, escritos, la inmensa mayoría centro. Sólo así, señala el autor, “podría
de la década de los noventa, que ahora se reequilibrarse un diálogo Norte-Sur en el
presentan en forma de libro por invitación que la balanza se ha inclinado tradicio-
de la directora de la colección en que se nalmente de modo excesivo por el primer
publican. Todos estos escritos están agru- término de la ecuación”. El último de los
pados en torno a tres ejes temáticos: Me- ensayos de esta primera parte, que lleva
diterráneo, Iberoamérica y Modernismo. como título El significado de la idea de
Como el mismo autor indica, estos tres Europa en la política y en la historia de
temas no sólo guardan un profundo vín- España, está dedicado a hacer un clari-
culo entre sí, sino que en ellos se aprecia ficador análisis, desde el punto de vista
una exposición organizada de su propio histórico, de las complicadas relaciones
pensamiento, de la que el propio autor no entre España y Europa. El autor concluye
había sido consciente hasta el momento su estudio diciendo que España, gracias
de releerlos para su publicación. a sus características, puede contribuir
En la primera parte, titulada “Medite- muy positivamente a la construcción de
rráneo”, se agrupan cuatro ensayos. En el Europa, ya sea ayudando al proceso de
primero, La filosofía como producto me- integración de todos los países que geo-
diterráneo, el profesor Abellán defiende gráficamente constituyen el continente,
una sugestiva tesis: que “la filosofía no bien interviniendo en la distensión de las
sólo tuvo su origen histórico en un país relaciones internacionales y, en definiti-
del Mediterráneo sino que ella misma va, fomentando la construcción de una
es un producto propio del Mediterráneo nueva cultura planetaria, que permita a
y a él debe volver si quiere recuperar su los países conservar su identidad propia
sentido más profundo y humano”. En evitando imperialismos.
el segundo ensayo, Naturaleza, Cultu- La segunda parte se compone de seis
ra, Razón, el autor demuestra que en un ensayos que llevan como título “Ibero-
momento como el actual, de final de la américa”. En el primero de ellos, La uni-
crisis de la Edad Moderna, los problemas versidad iberoamericana a la luz de la
filosóficos básicos de nuestro tiempo en- historia de las ideas, Abellán hace una
cuentran más soluciones en tradiciones interesante exposición sobre la historia
filosóficas como la española, que entron- y el desarrollo de la Universidad Ibero-
can la razón con la cultura y con la vida, americana dentro del marco del modelo
a diferencia de otras tradiciones en las ibérico de colonización. El autor termina
que no se articulan sobre la concatena- su estudio alertándonos sobre la nece-
ción de estos tres conceptos. En La Espa- sidad de potenciar los vínculos cultura-
ña mediterránea: un espacio filosófico, les entre España e Iberoamérica puesto
se reivindica el protagonismo del espacio que, en su opinión, estos vínculos son,
a la larga, mucho más efectivos que los la conclusión de que Martí no es el “pre-
económicos, pues tienden a extenderse al cursor” de aquel movimiento cultural,
resto de las capas sociales. El segundo de como siempre se ha dicho, sino que, en
los artículos, La inspiración pictórica de realidad, es el “iniciador”. También seña-
una filosofía: Zuloaga y Ortega y Gas- la que se ha sobrevalorado a Rubén Darío
set, se dedica a analizar la admiración al considerarlo el “iniciador” del Moder-
que Ortega sentía por el pintor Zuloaga nismo. El segundo trabajo Ávila en el
cuya pintura, según señala Abellán, sig- modernismo filosófico de Santayana es
nificó para el filósofo madrileño un tema un interesante estudio sobre el filósofo-
privilegiado de meditación filosófica. El poeta Santayana, pensador modernista
papel de Unamuno en los orígenes de la que supo compaginar a la perfección la
conciencia hispanoamericana estudia la ciencia y la religión y a quien la ciudad
importante contribución del filósofo vas- de Ávila sirvió de inspiración para algu-
co en la forja del concepto de Hispanidad nas de sus mejores páginas. El ensayo
y en el acercamiento de los dos continen- siguiente lleva como título Una mani-
tes. En El Dios personal de Unamuno y festación del modernismo: la acepción
su fondo existencial trascendente el autor española de “raza”. Esta investigación
analiza el concepto de Dios en Unamuno. está dedicada a reflexionar sobre el con-
Abellán subraya, además, la necesidad de cepto raza, un vocablo que, en opinión
estudiar al filósofo español no como re- de Abellán, pone de manifiesto la singu-
presentante arquetípico del 98 sino como laridad del “modernismo hispánico”.El
cabecilla de los modernistas españoles y penúltimo de los trabajos, La guerra civil
protagonista de primer orden de la “crisis como categoría cultural, es una profunda
de fin de siglo”. En El hispanismo filo- meditación sobre la Guerra Civil Espa-
sófico como diálogo intercultural se nos ñola a la luz de la experiencia filosófica
revelan el origen y los objetivos del his- y existencial de Unamuno, en la que el
panismo filosófico, movimiento intelec- autor nos propone sustituir las “culturas
tual del que fue promotor el propio autor de frontera”, estimulantes de las guerras,
y cuya aportación máxima a la comuni- por las “culturas de integración”, capaces
dad filosófica, en opinión de Abellán, es de estimular la comunicación, la convi-
la de “pensar el ser desde la diferencia en vencia, el intercambio, etc. Por último,
contra del tradicional pensar el ser desde en Prisciliano y su significado intelec-
la identidad”. Por último, en La lengua tual, el autor nos acerca a una visión del
española como proyecto de pensamiento priscilianismo muy distinta de la nos han
intercultural el autor enfatiza la capaci- aportado los investigadores católicos y
dad de la Lengua española como vehícu- eclesiásticos y en la que se pretende su-
lo de comunicación intercultural. brayar la afinidad de esta doctrina con al-
El tercer bloque de artículos, que se gunas de las corrientes más permanentes
agrupan bajo el término “Modernismo” del pensamiento español.
se compone de cinco trabajos, dedica- Cabe decir, para finalizar, que estos
dos, la gran mayoría, a profundizar en el ensayos, a pesar de estar escritos hace
análisis del Modernismo hispánico. En más de una década cobran hoy día espe-
el primero, Tres pilares del modernismo: cial interés, pues la idea general que nos
Martí, Darío, Rodó, nuestro autor ahon- transmiten es que la vieja racionalidad, la
da en el estudio del Modernismo y llega a misma que marginó al pensamiento espa-
ñol y que nos ha conducido a un mundo antropología, indica el proceso que le lle-
más deshumanizado, necesita urgente- vó a emprender esta edición crítica, cu-
mente recuperar, como apunta el profe- yos detalles sería aquí demasiado prolijo
sor Abellán, el sentido mediterráneo de enumerar. Incluye una breve biografía de
la filosofía. No podemos negar que el Acosta, bibliografía y observaciones so-
pensamiento hispánico y su concepción bre el contenido de la obra y sobre los
humanista de la filosofía tiene mucho criterios que han guiado la edición. El
que aportar al nuevo paradigma que está libro, así editado, merece quedar en ade-
emergiendo, pues es evidente que algo lante como un texto de consulta impres-
está muriendo y algo está naciendo. cindible. Del Pino opina que Acosta no
es un autor imperialista e inquisitorial, a
Marta Nogueroles Jové diferencia de lo que afirman numerosos
analistas de su obra, por lo que insiste en
verlo como defensor de los indios, consi-
ACOSTA, JOSEF DE, Historia natural y derando que su glorificación de la corona
moral de las Indias. Edición crítica española y de la ortodoxia católica se de-
de Fermín del Pino. Madrid, Consejo ben a la búsqueda de un equilibrio que le
Superior de Investigaciones Científi- permitiera justamente sortear la censura
cas, 2008, 330 págs. inquisitorial.
Como indica el título, la obra se ha-
Estamos ante un libro tan cuidadosa y lla dividida en dos partes principales:
bellamente editado, que uno no se atreve historia natural e historia moral de las
a subrayarlo para no deslucir ninguna pá- Indias. La primera, dividida, a su vez,
gina. Las láminas finales (pp. 315-330) en cuatro libros, trata de los fenómenos
son una preciosidad y las reproducciones geográficos y de las características de la
de dibujos que jalonan algunos capítulos tierra, con sus minerales, sus plantas y
son igualmente de gran nitidez, aparte de sus animales. La segunda se ocupa de los
muy ilustrativos del texto escrito. habitantes del Nuevo Mundo, sus cos-
Acosta es un autor bien conocido tumbres, religión, organización social y
por historiadores y antropólogos, pero política. Téngase presente que Acosta no
este libro interesa igualmente a teólo- habla como “descubridor”, como relator
gos, lingüistas y, en general, a quienes de la experiencia que tuvieron los espa-
sienten curiosidad por las impresiones ñoles al desembarcar por primera vez en
que describe un europeo al pisar tierra América en 1492, sino que habla como
americana en castellano del siglo XVI. persona que describe una tierra ya domi-
Acosta escribe como hombre culto, con nada en buena parte por los españoles (él
abundancia de referencias a la literatura había llegado en 1572) e intenta mostrar
clásica griega y latina, a la patrística y a la diferencia de esa tierra y de sus gentes
textos bíblicos. respecto de Europa.
El editor, Fermín del Pino, escribe un Bajo el título “historia natural” reali-
“estudio introductorio” (pp. XVII-LVI) za todo un análisis de cuestiones físicas
en el que, además de señalar su larga en el que se percibe su curiosidad cien-
dedicación a la obra de Acosta y sus es- tífica y su fino sentido empírico. En los
fuerzos para que esta obra fuese recono- primeros capítulos aborda, de forma ge-
cida como importante contribución a la neral, los conocimientos que sobre la tie-
rra circulaban en la época. Acosta defien- rezcan del instrumental y de las guía que
de, todavía, una concepción tolemaica, hoy tenemos a mano. Acosta transmite
cuando la teoría heliocéntrica comenzaba con mucho respeto las explicaciones de
a discutirse. Llama la atención que, aun marineros y viajeros que conocen lo que
mostrando gran respeto por los clásicos él no ha podido experimentar directa-
griegos y latinos, mantenga una crítica mente. Lo cierto es que describe las cua-
distancia viendo que su propia experien- lidades de la tierra con verdadero dete-
cia de navegante y de observador del cielo nimiento, ocupándose de los metales, las
y la tierra de América contradice lo afir- minas, especialmente las de Potosí, pero
mado por Aristóteles, Platón, Lactancio o también los alimentos, que pinta con el
San Agustín, y lo hace, además, con argu- interés de alguien que aprecia los sabores
mentos empíricos tan contundentes como y matices del gusto y que quiere mostrar
sencillos, como se ve tratando de los su diferencia, riqueza y variedad respecto
antípodas o sobre la habitabilidad de las de los europeos. Y siempre lo hace con
zonas tórridas. El capítulo 6 del segundo un especial afecto hacia las cosas y las
libro lo titula Acosta “Que la Tórrida tie- gentes de América.
ne gran abundancia de aguas y pastos, por En el comienzo de la segunda par-
más que Aristóteles lo niegue”. Aristóte- te, historia moral de la Indias, advierte
les sostenía que el calor y la sequía hacían que si alguno “se maravillare de algunos
imposible la vida en esas zonas. Acosta ritos y costumbres de los indios, y los
escribe, rebatiéndole, que justamente ahí despreciare por insipientes y necios o
es donde hay más agua y más rica fauna los detestare por inhumanos y diabóli-
y flora, además de humanos que soportan cos, mire que en los griegos y romanos
perfectamente el clima. Igualmente se —que mandaron el mundo— se hallan o
extiende, con argumentos sacados de la los mismos u otros semejantes y a veces
observación de la naturaleza y de explica- peores.” (p. 151) Aquí se detiene en la
ciones racionales, sobre la forma en que idolatría con una minucia que del Pino
pudieron llegar a América sus primeros considera carnaza para la Inquisición,
pobladores, siempre manteniendo el prin- con el fin de poder hablar de las creen-
cipio bíblico y científico de la unidad de cias y ritos de los indios presentándolos
la especie humana. Acosta muestra una como obra del Diablo. Es muy plausi-
sorprendente capacidad de observación ble que fuera así, teniendo en cuenta los
y de conocimientos, lo que se comprueba rigores de la Inquisición en ese tiempo
con sus comparaciones de fenómenos na- de expansión del protestantismo y de
turales, en los que entra no sólo América, persecución implacable de toda prácti-
sino Europa, África y Asia (recuérdese ca religiosa no ortodoxa. El presentar
que los jesuitas se habían extendido ya como artimañas del Diablo los ritos
por todos esos continentes y que Acosta indios le permite a Acosta incluso des-
tiene amigos de la orden que le informan cribir el canibalismo como imitación de
de sus diversas experiencias). la comunión católica (véase cap. 24 del
Tanto sus observaciones sobre los ma- libro quinto), acusando así al demonio
res como sobre los vientos, los ríos, los de “usurpar el culto divino para sí” (p.
lagos, las plantas, los animales, demues- 187), o diciendo que Satanás estaba en
tran su gran espíritu científico, indepen- Cuzco y en México “como en su Roma o
dientemente de que sus conclusiones ca- Jerusalén, hasta que fue echado a su pe-
sar y en su lugar se colocó la santa cruz, bia y a Acosta, naturalmente, por un libro
y el reino de Cristo nuestro Dios ocupó que, pasados más de cuatro siglos, sigue
lo que el tirano tenía ocupado.” (p. 191) siendo una obra fresca, sin grandes pre-
Acosta intenta corregir la falsa opi- tensiones, con lenguaje franco y directo
nión que se tiene de los indios como sobre América, especialmente sobre Perú
“gente bruta y bestial sin entendimiento” y México, sus tierras y sus gentes.
(203), mostrando que había entre ellos
mucha cosas “dignas de admiración”. Pedro Ribas
Y aunque yo no veo en Acosta una cla-
ra condena de la violencia y el expolio
de los españoles (por ej., en el cap. 12 AGENJO BULLÓN, XAVIER, Bibliotecas
del libro quinto), es cierto que en el libro Virtuales. Madrid, Fundación Ignacio
sexto, capítulo 1, confiesa que “entramos Larramendi, 2008
por la espada sin oírles ni entenderles”.
(p. 203). “Sin oírles ni entenderles” es En este libro el Director de Proyectos
probablemente la más clara forma de de la Fundación Ignacio Larramendi re-
expresar la violencia y la falta de diá- úne y explica, mediante estudios escritos
logo en la evangelización de los indios. por especialistas, los últimos proyectos
En el capítulo séptimo del mismo libro, de Ignacio Hernando de Larramendi y
al describir la escritura jeroglífica de los Montiano (1921-2001), máximo res-
mejicanos, lamenta la quema de libros, ponsable de MAPFRE de 1955 a 1990
debida a “un celo necio” (p. 208). y creador de la Fundación Ignacio La-
La información que ofrece Acosta rramendi quien, desde los años ochenta,
de las costumbres y organización de las centró su labor de mecenazgo cultural en
diversas poblaciones es un documento poner las nuevas tecnologías al servicio
admirable, seguramente de los mejores de la cultura, destacando por su plantea-
que los españoles nos han dejado so- miento pionero de la edición científica en
bre la América de aquello momentos. soporte electrónico.
El carácter objetivo (dentro de muchas Editada por la Fundación Ignacio La-
limitaciones a las que el mismo Acosta rramendi, (en origen Fundación Hernando
estaba sometido) de su descripción y su de Larramendi, y de ahí las siglas FHL),
relato explica que este libro haya sido Bibliotecas Virtuales FHL explica cómo
objeto de tantas traducciones a distintas hacer más accesible y visible a través de
lenguas. La presente edición de Fermín las nuevas tecnologías relacionadas con
del Pino está hecha con un cuidado que Internet y los formatos digitales nuestro
sabrán apreciar los amantes de los libros importante patrimonio intelectual, no
bien terminados, con notas y referencias siempre bien conocido, y ofrece un am-
de todo tipo, bibliografía, glosario, dic- plio conjunto de normativas técnicas para
cionario de términos no castellanos, “Ta- la creación de Bibliotecas Virtuales y Di-
bla de las cosas más principales que se gitales (http://www.digibis.com) acerca
contienen en estos siete libros” (tomada de las cuales la Fundación Ignacio Larra-
de la edición príncipe de 1792), dibujos mendi tiene una amplia experiencia, ade-
(tomados de De Bry) y láminas de distin- más de contar con una empresa, Digibis
ta procedencia. Todo un lujo que hay que (http://www.digibis.com/inicio.htm), lí-
agradecer a Fermín del Pino por su acri- der de este sector en España. Bibliotecas
Virtuales FHL, que ha alcanzado en sus actualidad han ido creando nuestro sus-
ediciones anteriores una difusión superior trato intelectual y que, en algunos casos,
a la esperada, constituye por sí misma una han influido en el pensamiento de autores
obra de referencia. de otros países.
En el libro se presentan, bajo la de- Son numerosas las instituciones pú-
nominación de Biblioteca Virtual Igna- blicas y privadas que bien colaborando
cio Larramendi, amplias relaciones bio- con la Fundación Ignacio Larramendi,
bibliográficas de más de 700 pensadores bien trabajando directamente con Digi-
de España, Portugal, Hispanoamérica y bis, están contribuyendo a que sus fondos
Brasil, considerados como un todo, cu- bibliográficos, sus archivos o las obras de
yas obras se pretende digitalizar (o se han importantes autores que componen nues-
digitalizado ya) para lograr su máxima tro gran patrimonio intelectual estén cada
visibilidad en la Red, con el objetivo de día más cerca de todos. A todas ellas se
dar la mayor difusión internacional a la las nombra y se les agradece su labor en
aportación española e iberoamericana a este libro.
la historia de la ciencia y del pensamien- Hay dos capítulos dedicados a sendas
to, no sólo a partir de las grandes figuras Bibliotecas Virtuales. Una se refiere a
sino de la obra continuada y sistemática la inmensa e importante documentación
de un amplísimo conjunto de escritores e que se conserva en las catedrales e inclu-
investigadores. Tres son las colecciones ye un magnífico estudio de José Andrés
principales: Los polígrafos, Documen- Gallego, del Consejo Superior de Investi-
tación en Catedrales y comentaristas de gaciones Científicas, sobre la historia de
Aristóteles y Biblioteca Virtual de Pensa- las catedrales y el origen y alcance de sus
dores Tradicionalistas. archivos, tanto en España como en Amé-
Este apartado es el eje que estructu- rica y Filipinas.
ra tanto el libro como el propio proyec- El otro capítulo estudia a los comen-
to de la Fundación. En él se explica la taristas de Aristóteles, que contribuyeron
Biblioteca Virtual Ignacio Larramendi, decisivamente a desarrollar la tradición
que integra las colecciones de polígra- aristotélica en la cultura occidental, di-
fos españoles, hispanoamericanos, por- rigido por el profesor Salvador Rus. De
tugueses y brasileños. En estas colec- esta última Biblioteca Virtual se ha publi-
ciones se da una pequeña semblanza de cado recientemente la dedicada a los Co-
cada autor o polígrafo y una relación mentaristas de la Política. Este proyecto
de sus obras. ofrece, no sólo el acceso a la informa-
Lo que da su peculiaridad a esta rela- ción, sino a los textos de las impresiones
ción de más de 600 polígrafos es que en originales, en forma de facsímiles digi-
ella figuran filósofos, teólogos, matemá- tales, de los humanistas que estudiaron
ticos, botánicos, astrónomos, juristas..., esta obra fundamental.
conformando uno de los mosaicos más La Fundación Ignacio Larramendi
completos que se pueden encontrar de to- contribuye así a crear un diálogo fecundo
das aquellas personas (nacidas en la pe- que quiere poner de manifiesto de forma
nínsula ibérica o cuya labor se desarrolló indubitable la enorme influencia de las
fundamentalmente en los cuatro ámbitos obras de Aristóteles y en particular de la
geográficos ya descritos) que desde los Política en la construcción de las ideas
primeros siglos de nuestra era hasta la que configuran la modernidad.
En las 58 entradas que forman esta pítulo, de los ocho de que consta el libro
Biblioteca Virtual figuran, sobre todo, (a los que hay que añadir una introduc-
quienes han contribuido a forjar el pen- ción al problema en cuestión y un apar-
samiento tradicionalista en España, Por- tado final que sintetiza las ‘conclusiones’
tugal y América, pero también aparecen del trabajo), a la reconstrucción teórica
alguna publicación o hecho histórico de- de esa propuesta filosófica a la que Trías
finitorios de ese pensamiento. mismo denomina ‘filosofía del límite’. Y
Algunos de los autores de esta Biblio- es mérito indiscutible de Arjomandi lle-
teca, por su importancia, se integran tam- var a cabo esta reconstrucción con suma
bién en las colecciones de la Biblioteca claridad y rigor habilitando sugerentes
Virtual Ignacio Larramendi. estrategias hermenéuticas que ayudan a
la comprensión la complejidad del pen-
Patricia Juez samiento triasiano. Arjomandi recoge así
la tesis fundamental de la filosofía del lí-
mite, a saber, que el ser es ser del límite;
ARJOMANDI, ARASH, Razón y revelación. y, por tanto, que la condición de posibi-
La religión en el proyecto filosófico lidad de lo que hay está afectado por una
de Eugenio Trías, Barcelona, El Co- limitación fundacional, falta o cesura,
bre, 2008, 399 págs. que hace que la existencia sea concebida
como ser en exilio o éxodo con respecto
El joven filósofo de origen persa a sus causas primeras y últimas. Tal cesu-
Arash Arjomandi lleva a cabo en este vo- ra, para Trías, dimana del carácter mismo
lumen, resultado de una depuración tex- del ser del límite. De no existir tal cesura
tual de su tesis doctoral, un espléndido éste no se desplegaría en tres círculos: el
y concienzudo trabajo, a la vez analítico cerco fronterizo, el cerco del aparecer y
y hermenéutico, sobre la filosofía de la el cerco hermético. El ser mismo no se
religión de E. Trías. Con ello la recepción identificaría, según Trías, con la dimen-
crítica de la obra del pensador barcelonés sión fenoménica (el cerco del aparecer),
da el salto de los estudios generalistas ni con lo replegado en sí (el cerco her-
de su aventura intelectual, trabajos que mético), sino precisamente con el cerco
siempre son necesarios para comprender fronterizo, con el límite que une y escin-
el desarrollo argumental de un plantea- de ambos cercos o ambas dimensiones.
miento filosófico, al análisis crítico de Pues bien, del cerco hermético tene-
una de sus aspectos o recorridos esencia- mos noticia precisamente porque se re-
les; en el caso que nos ocupa, la filoso- vela. Y a esa revelación (indirecta, frag-
fía de la religión. Como señala de modo mentaria) del cerco hermético (lo sagra-
muy oportuno su autor, Trías aborda la do) lo llama Trías símbolo. El símbolo
religión fundamentalmente no por ra- es, en rigor, la forma lógico-lingüística
zones coyunturales o históricas, aunque desde la que se puede acoger aquello que
éstas hayan de ser tenidas ciertamente desborda toda comparecencia fenoméni-
en cuenta, sino por exigencias internas ca. Gracias a él puede tenderse un puente
de una reflexión filosófica que toma por hermenéutico entre el cerco hermético y
centro la idea de límite, entendida onto- el cerco del aparecer (en el límite). Ahora
lógicamente como ‘ser del límite’. No es bien, para Trías, hay que atreverse a pen-
de extrañar entonces que dedique un ca- sar el símbolo, no desde la semiótica o
la filosofía del lenguaje, sino ontológica- otra parte, alcanza con brillantez, es pre-
mente. Desde esta perspectiva, el símbo- cisamente analizar el sentido y el alcance
lo se realiza propiamente como símbolo de esa mutua remisión.
cuando se ‘lanzan conjuntamente’ las dos En efecto, en la filosofía del límite, la
partes que están escindidas con vistas a razón es una razón crítica que, al girar so-
una restitución o sutura final. Esta última bre sí misma ese su carácter crítico, se ve
sería, en consecuencia, efecto o producto en la situación de asumir, por coherencia
de un acontecer de naturaleza temporal con su carácter crítico, su incapacidad de
e histórica: de un acontecimiento ‘sim- inferir desde sí el dato inaugural a partir
bólico’. Y si el ser es límite, en el acon- del cual se genera como razón. Este dato,
tecimiento simbólico ese ser del límite más bien, se lo encuentra o le viene dado
adquiere significación y sentido. como dato empírico: la existencia (en exi-
En este cuadro teórico cada una de las lio y éxodo). Sólo que de esa existencia se
religiones históricas constituye una forma tiene experiencia, y en ello Trías sigue al
espiritual que se inscribe en el despliegue último Schelling, como revelación. Trías
histórico del acontecimiento simbólico retiene del filósofo alemán que la revela-
según un orden categorial articulado que ción de lo sagrado se adelanta siempre a
Arjomandi reconstruye con sumo rigor. la reflexión racional (la cual, sin embargo,
Ahora bien, este relato constituye la pri- es necesaria para llevar a culminación la
mera parte de ese texto complejo que propia revelación). Y Arjomandi nos en-
lleva por título “La edad del espíritu” y seña a leer, muy acertadamente, esta te-
da expresión a lo que se entiende normal- sis triasiana en un doble nivel presente en
mente por ‘filosofía de la religión’. Sin el texto del pensador barcelonés. De un
embargo, esta primera parte se prolon- lado, nos muestra cómo la racionalidad
ga en una teoría de la modernidad, en- constituye un elemento esencial en cada
tendida como edad de la razón. Señalar religión histórica como autorreflexión de
esto último es importante porque, como la propia revelación (momento necesario
insiste Arjomandi muy apropiadamente, para la culminación de ésta), lo cual lle-
el objetivo de Trías consiste en proponer va, a su vez, a entender cada una de estas
una superación del acontecimiento sim- revelaciones religiosas como la situación
bólico (la edad de las religiones históri- hermenéutica previamente dada en la que
cas) y de la modernidad (que conduce en se encuentra cualquier intelección y pen-
su despliegue histórico al nihilismo y al samiento filosófico. Debido a esta tesis,
vacío del sentido) en la figura del ‘espí- dicho sea de paso, Trías propone una no-
ritu’, entendida como mediación entre vedosa y sugerente teoría acerca del na-
simbolismo y razón (fronteriza), dando cimiento de la filosofía, refractaria a los
lugar a una tercera edad, propiamente la planteamientos tradicionales, y de la que
edad del espíritu, en la que es posible por sería muy fecundo ocuparse. El otro nivel
fin habitar en toda su complejidad el cer- de interpretación de la teoría de Trías re-
co fronterizo que el hombre es y encarna. mite a una teoría de la modernidad, según
Cabría concluir, así, que en la filosofía la cual, si la revelación es la revelación
del límite, razón y revelación se remiten de lo sagrado, y si esta revelación nunca
dialécticamente, en virtud del límite, una es directa, sino siempre simbólica y frag-
a la otra. Y el objetivo que se propone mentaria, se hace necesario un rodeo her-
Arjomandi en su libro, objetivo que, por menéutico por las formas religiosas que
continuación le siguen los siete capítulos rra el libro, como capítulo ocho (pp. 95-
restantes, obra del autor. En la “Introduc- 101), una bibliografía organizada en cua-
ción” (pp. 9-16), tras ofrecer una caracte- tro apartados que recogen sucesivamente
rización breve de lo que fue y significó el las obras y los expedientes personales de
movimiento krausista en España, presen- Tomás Tapia, la bibliografía específica
ta un estado de la cuestión de los estudios sobre él y la bibliografía complementaria
dedicados hasta la fecha a Tomás Tapia, utilizada para la confección de esta obra,
que da como resultado la inexistencia de escrita de una forma directa y clara, a la
una monografía sistemática, lo que pone vez que producto de una rigurosa y deta-
de manifiesto la necesidad del estudio llada investigación, y que viene a rellenar
sobre su figura y pensamiento realizado una laguna en el conocimiento que has-
por el autor. A continuación, en lo que ta presente se tenía de Tomás Tapia, del
constituye el capítulo tres (pp. 17-28), krausismo y del pensamiento español y
se presenta con cierto detalle, a partir su aportación castellano-manchega.
de los datos disponibles, una “biografía
intelectual de Tomás Tapia”, en la que Roberto Albares
además de fijar los principales hitos vi-
tales del filósofo, y de suministrar algu-
nos documentos que ponen de manifiesto AYALA, FRANCISCO, Los políticos. Edi-
su especial relación con Julián Sanz del ción a cargo de Pedro Cerezo Galán.
Río, discute y matiza Santiago Arroyo su Madrid: Biblioteca Nueva, 2008, 205
posición dentro del krausismo. En cuarto págs.
capítulo “Obras de Tomás Tapia y Vela”
(pp. 29-34) enumera y realiza un breve Corría el año 1944 cuando Francisco
resumen del contenido de su producción Ayala, desde su exilio latinoamericano,
filosófica, para pasar en el capítulo cinco editó un libro compuesto por una serie
(pp. 35-71), que constituye propiamente de pequeños ensayos que llevaba por tí-
el cuerpo central de la obra, a presentar tulo Los políticos. El texto, de naturale-
de una manera detallada y rigurosa las za abierta y fragmentaria, hacía posible
principales líneas del pensamiento de reunir bajo un mismo título un conjunto
Tomás Tapia acerca de la Metafísica, el de pequeños y variados textos acerca de
Conocimiento y la Ciencia (pp. 39-43); pensadores cuyo único nexo común fue
la Estética y teoría del arte (pp. 43-50); la preocupación, directa o derivada, por
la Religión (pp. 50-56), la Etica, Educa- la teoría política. Los políticos, por lo
ción y Política, con especial atención a la tanto, se editó como un compendio de
educación de la mujer (pp. 56-63) y final- textos de distinta naturaleza y extensión
mente, redondeando el sistema filosófi- reunidos en torno a un mismo propósi-
co, la Antropología. El capítulo seis (pp. to: la recuperación y capitalización de
73-91) es una Antología de cuatro textos autores pasados que, por analogía con la
de distintas obras de Tapia, concretamen- circunstancia crítica vivida por el propio
te de “La Religión en la conciencia y en Ayala, reivindicaban pertinentemente
la vida”, “El Genio y el gusto”, “Sistema su memoria. No alcanzamos a diagnos-
de la Filosofía” y “Sócrates”. El capítulo ticar el tiempo presente, si crítico o no,
siete es una tabla cronológica de los prin- pero parece que el proyecto encabezado
cipales hechos de la vida de Tapia. Cie- por Pedro Cerezo Galán de reeditar Los
con otros textos que nada desentonan con El hecho de que Mariátegui haya sen-
el tono general del libro. Por todo ello, tido admiración por autores como Geor-
Los políticos servirá con garantías tanto a ges Sorel, al que cita tantas veces, ha dado
los habituales lectores de Francisco Aya- motivo para hablar de la endeblez de su so-
la como a aquellos lectores ocasionales cialismo, sobre todo por la valoración del
que busquen aproximarse a uno de los mito. Bermejo también matiza la deuda
más ilustres pensadores de la tradición de Mariátegui con Sorel, mostrando, por
liberal española. ejemplo, que, más allá de la coincidencia
de ambos en la reclamación de espíritu
Diego S. Garrocho Salcedo revolucionario, se diferenciaban en la va-
loración del partido, ignorado por Sorel y
considerado básico por Mariátegui.
BERMEJO SANTOS, ANTONIO, José Carlos En todo caso, Bermejo señala oportu-
Mariátegui. Humanismo y contem- namente el acento subjetivista, en paralelo
poraneidad. Universidad de Panamá. con la línea de Bergson y de toda la re-
Cátedra de Pensamiento Latinoameri- acción antipositivista de finales del siglo
cano José Martí, 2006, 193 págs. XIX y principios del XX, que aflora en
la obra del peruano, siempre dispuesto a
Sobre Mariátegui existe ya una abun- simpatizar con aquellas orientaciones de
dante bibliografía. Como ha sido y es una pensamiento que destacan y valoran la vo-
figura controvertida, viene muy bien un luntad, el sentimiento, la energía anímica,
análisis serio de la dimensión filosófi- ya se manifiesten en la religión, el arte o
ca de su obra. Esta dimensión filosófica la filosofía. Quizá por eso se refiere tam-
es la que trata Bermejo Santos, aunque bién Bermejo a la presencia de Nietzsche
reconociendo explícitamente que Ma- en la obra de Mariátegui. No se ha podi-
riátegui no es ni filósofo profesional, ni do precisar en detalle esta presencia, que
académico que escribe para académicos, algunos han magnificado en exceso, pero
sino un intelectual autodidacta, de gran parece indudable que la pasión y el instin-
formación, que ha escrito sobre los temas to, así como el acento en la energía crea-
más variados con un bagaje cultural de tiva inherente en el hombre, son aspectos
gran altura, tanto en lo que se refiere a la que muy bien pudo Mariátegui encontrar
literatura y el arte como a la política, la resaltados en la obra de Nietzsche.
economía, la filosofía.. Bermejo realiza un estudio documen-
Tras señalar el rechazo mariateguiano tado y convincente del marxismo de Ma-
del positivismo cientificista de la II Inter- riátegui, caracterizado por su optimismo
nacional, destaca Bermejo las afinidades voluntarista, frente al pesimismo y deca-
entre Gramsci y el peruano, aunque sin dentismo de Spengler, dominante en los
caer en afirmaciones apresuradas acerca años de posguerra. Mariátegui basa su
de una posible influencia del primero so- optimismo en la esperanza que suscita la
bre el segundo. Se trataría, más que de revolución soviética, en la que ve surgir
influencia, de una confluencia de líneas la posibilidad de superar la opresión y
humanistas que protestan en términos servidumbre que imperan por doquier. El
filorrománticos frente al maquinismo y instrumento que él descubre y considera
frente a métodos de trabajo como el for- capaz de llevar a la emancipación de tal
dismo y el taylorismo. opresión y servidumbre es el marxismo,
pero no el marxismo dogmático, deter- nes. La obra está dividida en siete aparta-
minista y cientificista, sino el que reco- dos: I. El espacio geográfico y el sistema
noce y resalta la subjetividad, la voluntad político, principios y factores determi-
revolucionaria, el papel activo de masas nantes. II. El discurso pasado, nación y
y grupos y, por ello mismo, su capacidad problemática regional. III. Problemas y
de transformar sus condiciones de vida. retos. IV. Sobre los cambios en la socie-
Bermejo alude en este sentido a la im- dad. V. Política cultural y mediática. VI.
bricación de los planteamientos maria- Cine, teatro y literatura y VII. Un apéndi-
teguianos en las condiciones concretas ce documental.
del país andino que Mariátegui analiza Se trata de la 5ª edición de un pro-
en obras tan conocidas como 7 ensayos yecto iniciado el año 1991. Una ojeada
de interpretación de la realidad perua- a ésta y a las siguientes ediciones revela
na (1928). El papel de los indígenas, el carácter marcadamente novedoso de
los terratenientes, la religión, la cultura, la presente obra, que busca ofrecer una
todo es considerado en un planteamiento visión de plena actualidad con un máxi-
modélico, en el que Marx no le sirve a mo rigor científico. El contenido de nu-
Mariátegui para aplicar recetas, sino para merosos trabajos es totalmente nuevo
usarlo creativamente como instrumento con respecto a trabajos anteriores; en los
de análisis de la realidad peruana. Ma- casos en los que el autor vuelve a tratar
riátegui resulta así ser un marxista hereje un mismo tema, lo hace desde un prisma
en la medida en que estuvo muy lejos de actual, que abarca desde la finalización
seguir en su análisis del Perú las recetas del primer periodo legislativo de José
y consignas de ninguna dirección central, Luis Rodríguez Zapatero hasta nuestros
fuese de Moscú o de Buenos Aires. Este días. La correspondiente bibliografía ha
es otro motivo de que su marxismo sea sido completada con nuevos títulos (la
controvertido. Y de ahí también la utili- cronología abarca únicamente el periodo
dad de un libro como éste, documentado 2003-2008; la cronología correspondien-
y con rica bibliografía, para adentrarse en te a la época anterior está contenida en
la apasionante figura de Mariátegui, un las ediciones precedentes).
peruano siempre incitante y original. El primer apartado se inicia con un
análisis geográfico de Toni Breuer, “El
Pedro Ribas área geográfica: la elección de la actual
utilización y conflictos”, en el que se ex-
ponen sobre todo los aprovechamientos
BERNECKER, WALTHER L. (COORD.) & y conflictos desde el prisma geográfico,
CLEMENTINE KÜGLER (COLABORADO- lo que confiere a la geografía española
RA), Spanien heute. Politik, Wirts- de nuestros días un carácter marcada-
chaft und Kultur. Frankfurt am Main, mente dinámico. A continuación, Harald
Verwuert, 2008, 580 págs. Barrios en “Los fundamentos del siste-
ma político” describe su evolución más
Con este título España hoy, Política, reciente (aumento del grado de polariza-
Economía y Cultura el Prof. Bernecker ción, la importancia de los subsistemas
nos presenta una interesante panorámica regionales y la descentralización políti-
de la España de nuestros días, ofrecida ca), para finalizar señalando la creciente
por diversos autores españoles y alema- tensión que registra la vida política espa-
ñola desde el año 2004. De aquí parte el mía— en un problema interno del País
trabajo de W. Bernecker que cierra este Vasco. Se trata de un análisis que parte
apartado, “Una política entre el consenso de las raíces del problema en el s. XIX
y la confrontación: España en el s. XXI”, para concluir con la situación actual, con
en el que subraya la crispación política una especial atención al “nacionalismo
que caracteriza esta última etapa, contra- violento de ETA”.
ria al consenso que predominó durante Holm-Detlev Köhler, aborda el tercer
los años de la transición; se puede hablar apartado del libro: “Economía y trabajo
de una especie de movimiento pendular en la España del s. XXI”. Con respecto
político. a la economía considera como factores
El segundo apartado ofrece una am- determinantes la globalización, la expan-
plia panorámica del acontecer político sión hacia el Este de la Unión Europea y
durante este periodo. En un primer traba- la inmigración masiva, estando en la eta-
jo, “La vuelta del pasado: la guerra civil pa final de un ciclo de crecimiento; esta
y la dictadura en la polémica pública”, situación se refleja en el mercado laboral,
Sören Brinkmann aborda el espinoso que sufrirá las consecuencias de la persis-
tema de la Memoria Histórica y su po- tencia de los problemas estructurales. En
lémica implicación en la vida política el artículo “España como país de inmi-
diaria, así como el papel que desempeña gración: un balance tras dos decenios”,
en la clásica dualidad centro-periferia, en Axel Kreienbrink estudia la transforma-
especial en la que concierne a Cataluña y ción de España de un país de emigración
el País Vasco. A. Hildebrand Scheid, por al de mayor inmigración de la Unión Eu-
su parte, analiza desde el prisma políti- ropea, con el consiguiente incremento de
co-institucional en “El Estado de las Au- las tensiones racistas.
tonomías durante el gobierno del PSOE El aspecto social (cap. 4º) lo abre el
bajo José Luis Rodríguez Zapatero”, la trabajo de Fernando Vallespín “Los cam-
evolución del Estado de las Autonomías bios sociales de los últimos años”; algu-
durante el periodo 2004-2008, partiendo nos de los puntos tratados se solapan con
de los condicionantes políticos existentes temas expuestos en el artículo anterior.
al comienzo de esta etapa legislativa. El Destaca el autor la conversión de Espa-
autor subraya la consolidación y la acep- ña de exportador a importador de fuerza
tación por la mayoría de la población de laboral, así como el mayor rol social de
este Estado de las Autonomías. El título la mujer y la creciente secularización de
del siguiente trabajo, de W. Bernecker, es la sociedad. “España es un país católico,
de por sí bastante explícito, “Soberanía y pero no religioso”, afirma. La identidad
territorialidad: el “problema vasco” entre religiosa y su extremada modificación es
el pragmatismo, el etnonacionalismo y el el objeto del artículo de Carlos Collado
separatismo”. Para el autor, el ejemplo Seidel “El profundo cambio de la iden-
del País Vasco revela 1. el creciente pro- tidad religiosa en España”. Durante los
ceso de distanciamiento que tiene lugar últimos diez años se ha producido un
entre Madrid y las regiones periféricas. drástico alejamiento entre la población
2. El importante papel del nacionalis- (sobre todo los jóvenes) y la iglesia cató-
mo en la polémica con el centro y 3. La lica, pero sigue estando muy extendida la
conversión de este tema —a partir de la “religión popular”, con un fuerte conteni-
promulgación del Estatuto de Autono- do folclórico o pagano. Como fenómeno
este libro editado por Sandro Borzoni en aceptada como esencia de una fe agóni-
la prestigiosa casa piamontesa Aragno. ca, en constante lucha. En cambio, para
Un libro heterogéneo pero armónico, Boine, la desesperación constituye sólo
complejo y valiente. La diversidad de una fase de la vida religiosa, que debe ser
géneros, desde la recensión a la epístola superada a través de la fe. Las amigables
pasando por el ensayo, presente en este y a la vez tensas cartas que se suceden
breve volumen, lejos de confundir al entre 1907 y 1908 revelan otras discre-
lector, tienen la virtud de dar cuenta, de pancias de fondo, por ejemplo sobre la
manera concisa y precisa, de una relación manera de combatir el escolasticismo y
intelectual intensa entre los dos escrito- el inmovilismo de la Iglesia post-conci-
res. Boine, por aquél entonces jovencí- liar: Unamuno, que se declara cristiano
simo colaborador de la revista religiosa y por ello mismo no católico, pues “el
“Il Rinnovamento” y miembro destacado dogma mata la fe”, propugna una ruptura
del que se denominara movimiento “vo- con la Iglesia romana, una Reforma pro-
ciano”, escribe a Unamuno en 1907 para funda que no sea una mera traducción de
interesarse por sus obras, a raíz de una la alemana. Boine, mucho más apegado a
recensión que Giovanni Papini, nada me- la tradición católica (a pesar de que será
nos, había realizado sobre la Vida de Don excomulgado, junto con todos los miem-
Quijote y Sancho del Rector de la Uni- bros de la revista), se propone una reno-
versidad de Salamanca. Éste contesta al vación desde dentro. A través de este de-
impetuoso poeta milanés (de adopción), bate, los dos llegan a la comprensión de
al reconocer en él “el mismo estado de algo que probablemente siga teniendo vi-
ánimo” que le había embargado cuando gencia, si nos fijamos en acontecimientos
tenía 25 años; y esta intuición de una afi- recientes de la situación social, cultural
nidad espiritual se ve confirmada en la y política actual: la inconmensurabilidad
magnífica recensión que Boine escribe de la noción de “catolicismo” en España
de la Vida unamuniana, de la que reali- y en Italia, pues lo que para Unamuno
za una lectura existencial, enmarcada en se identificaba irremediablemente con la
el contexto de otras obras del pensador positividad, sensu hegeliano, del clero y
vasco, y por lo tanto superior a la inter- del aparato oficial, en Italia se presentaba
pretación pragmática y algo superficial como una categoría mucho más abierta a
de Papini. lo problemático, más relacionada con el
A partir de este punto de inflexión, sentimiento individual, de tal manera que
Unamuno decide escribir un texto expre- Boine puede escribir que “todo católico
samente para “Il Rinnovamento” y nace inteligente en Italia por lo menos desde
así Della disperazione religiosa moder- hace diez años siente como Usted”. Hoy
na, escrito cuya intensidad y carga polé- en día, bajo forma diferente y habiéndo-
mica sólo puede comprenderse del todo se colmado el retraso intelectual español,
si es leído paralelamente al debate teó- es posible que esta inconmensurabilidad
rico que el autor lleva a cabo con Boine persista.
en las misivas que cierran el volumen. El escrito Della disperazione religiosa
La desesperación unamuniana, nacida de es presentado en este volumen junto con
la fractura irreconciliable entre deseo de otro, que de hecho da nombre al libro, ti-
inmortalidad e imperfección del conoci- tulado Inteligencia y bondad, presentado
miento, debe ser vivida hasta el fondo, en versión bilingüe. Dos lazos unen en-
tre sí estos dos textos, además del dato a “Juan” Boine, como se empeña en lla-
meramente cronológico del mismo año marle. Y la última carta, como todo buen
de publicación. Por una parte, ambos ar- final, deja abierto un misterio, esto es, un
tículos han sufrido un curioso olvido (del ulterior acicate a la investigación: Una-
que Borzoni da cuenta en su clarificadora muno habla de un escrito sobre el estado
introducción) por parte de los editores de del clero en España que tiene intención
todas las versiones de Obras completas y de publicar en “Il Rinnovamento”; este
de Obras escogidas de Unamuno: por lo texto, según Borzoni, fue recibido por los
tanto, estos dos textos han sufrido el des- editores de la revista, quienes escribieron
tino común de no haber conocido ningu- que se publicaría y que se enviarían cin-
na reedición desde su primera aparición, cuenta copias al autor. Sin embargo, hasta
uno en Milán y otro en Madrid, en 1907. el momento no se ha encontrado ninguna
Por otra parte, los escritos fueron objeto copia del artículo, que queda envuelto en
de sendas recensiones por parte de Boi- la niebla, la misma que engulló a Boine,
ne en las páginas de “Il Rinnovamento”; víctima de la tuberculosis tan sólo diez
de la primera, que inicia la relación entre años después de su proficua correspon-
los dos intelectuales, ya se ha hablado. dencia con Unamuno.
También la segunda recensión de Boine
capta perfectamente el espíritu unamu- Valerio Rocco Lozano
niano, que en Inteligencia y bondad in-
tenta establecer un binomio indisoluble
entre ética y conocimiento a través de la CABALLERO BONO, JOSÉ LUIS (ED.), Ocho
temática cristiana del perdón. El autor de filósofos españoles contemporáneos,
Il peccato halla acertadamente la línea Editorial Diálogo Filosófico, Madrid,
medular del planteamiento de este escri- 2008, 452 págs.
to en el gesto poderoso de la inversión
del conocido aforismo “tout comprendre La revista Diálogo Filosófico celebra
c’est tout pardonner”. cada dos años unas Jornadas Filosófi-
Además de servir como clave inter- cas sobre temas de actualidad. Durante
pretativa de los dos textos y como ele- los años 2005 a 2007 organizó además
mento de reconstrucción de la relación un Foro interdisciplinar en torno a pen-
intelectual y psicológica entre Boine y sadores españoles vivos, fruto del cual
Unamuno, las cartas describen una cons- es el volumen que tenemos el gusto de
telación cultural mucho más amplia, en la presentar. Con él se pretende —escribe
que resuenan el catolicismo modernista el director- “tomar el pulso de la filoso-
de Towianski, los nombres de Raimundo fía de creación en España en el momento
Lulio, de Fogazzaro, de Loisy, de Kierke- actual”. Aquí no están todos los filóso-
gaard. Representan además el intento de fos españoles, sino únicamente aquellos
acercar dos países, España e Italia, her- que aceptaron la invitación para que su
manados para siempre por la contribu- obra filosófica pudiera ser expuesta y
ción de ésta última a la realización de los sometida a crítica por alguien que la ha
dos mayores logros de la aquélla, el des- estudiado en profundidad. No se trata,
cubrimiento de América y la escritura del pues, de hacer un balance de la filosofía
Quijote, como reconoce el Rector de Sa- en España a principio del siglo XXI, sino
lamanca en su primera, bellísima epístola de presentar una muestra de su pluralidad
“Federico II”. Los artículos que aparecen mos que este es el punto más importante
en este volumen, coordinado por tres re- y relevante de esta obra y la verdadera in-
conocidos autores de los estudios filosó- novación que puede traer en el panorama
ficos italianos, Cacciatore, Colonello y de los estudios hispánicos y del mundo de
Santasilia, se dirigen hacia direcciones la filosofía italiana.
diferentes, siempre presentando argu- Hasta ahora nos hemos limitado a
mentos distintos. En este sentido no es explicar la idea sugerida por la parte del
fácil intentar explicar en toda su comple- título que recita “tra Europa e America
jidad la importancia de un libro como este Latina”, es decir “entre Europa y Améri-
para los estudios filosóficos italianos en ca Latina”. Nos deja ver la parte restante,
general, y para los estudios del hispanis- es decir, ¿qué lugar encuentra el término
mo en particular. En efecto, lo que aquí “hermenéutica” en esta obra? En efecto,
presentamos es un libro que es el produc- todos los artículos aquí reunidos pueden
to de una compleja red de amistades y ser cogidos singularmente como particu-
colaboraciones entre estudiosos que per- lares estudios sobre una rama de la cien-
tenecen tanto a universidades de Europa cia filosófica llamada “Hermenéutica”.
como de América Latina. La obra refleja Es este el tema central de cada artículo,
así el gran dialogo entre voces europeas el hilo conductor entre ellos y el objeto
y americanas y abre la posibilidad de mismo que deja posible el diálogo entre
plantear la pregunta sobre el “otro” que los autores. A la hermenéutica se le re-
afecta a la conciencia filosófica europea, conoce como la autoridad de una cien-
donde con “otro” queremos referirnos a cia particular, con sus reglas y maneras
nuestros hermanos de América. En efec- de obrar. Como rama de la filosofía ha
to, una manera de abordar estos artículos encontrado un desarrollo muy amplio
es tener presente, cuando los leemos, la desde la segunda mitad del siglo XIX
idea de que son productos del encuentro hasta ahora y, sobre todo, con la obra
entre dos diferentes maneras de pensar, de autores como Hans Georg Gadamer
la americana y la europea, tan distantes y Paul Ricoeur este desarrollo sigue ha-
como cercanas. La posibilidad de enten- cia la consagración de la hermenéutica
der las raíces de esta paradoja, es decir, de como metodología fundamental para el
entender cómo es posible la convivencia planteamiento del discurso filosófico.
entre dos maneras tan diferentes de po- En este sentido se plantea la necesaria
nerse frente a un mismo problema, puede reflexión fenomenológica en todas sus
encontrarse sólo en el mismo proceso de partes y esta misma reflexión parece ser
diálogo entre esos diversos pensamientos. posible sólo como posible terreno de una
La obra en cuestión es, entonces, impor- acción lingüística y filosófica previa a
tante no sólo en su orientación explicativa toda hermenéutica. Así, los artículos que
si no también en cuanto se presenta como componen este libro van a confirmar su
terreno de efectivo diálogo entre estas dos importancia no sólo en el momento en
fuerzas opuestas y complementarias. En que plantean un acercamiento de Amé-
este sentido la obra es concebida como rica y Europa en el movimiento de sus
obra tanto in-formativa como formativa, respectivos pensamientos filosóficos, si
cuando en lugar del simple entendimiento no también, cuando van en la dirección
del tema lo que saca a la luz es el con- más propiamente explicativa, es decir,
fronte entre los estilos diferentes. Cree- cuando su intento es el de discutir acer-
ca del papel de la ciencia hermenéutica. la idea del dialogo entre América y Eu-
Como sugieren los coordinadores en la ropa; y una segunda, que sigue el objeto,
presentación, hay tres posibles líneas de el tema de la hermenéutica, que nos per-
interpretación de los artículos, según las mite entrar plenamente en el centro del
cuales podemos también colocar a cada diálogo mencionado antes. Sólo juntando
autor y su artículo. Una primera línea estas dos líneas interpretativas es posible
incluye todos los artículos que tratan de entender plenamente el contenido de este
la hermenéutica en general; en esta cla- libro, que por su dificultad de estilo y su
se podemos reunir los textos de Maria temática compleja está amenazada de no
Eugenia Borsani, Fabio Ciaramelli, Guy encontrar un público amplio sin una de-
Deniau y Carlos Gende. Son artículos que terminada forma de ser analizada.
se aproximan al tema en su generalidad e
intentan explicar una parte o varias de la Roberto Dalla Mora
ciencia hermenéutica sacando a la luz los
elementos innovadores frente a las ideas
antiguas. Una segunda línea de clasifica- CASTILLEJO, JOSÉ, Democracias destro-
ción de los artículos concierne a la idea nadas. Un estudio a la luz de la revo-
de aplicación de la hermenéutica a otras lución española 1823-1939, Madrid,
disciplinas; es el caso de los artículos de Siglo XXI, 2008, 285 págs.
Mauricio Beuchot, Giuseppe Cacciatore,
Victor Martin Fiorino, Elizabeth Padilla El presente libro, cuyo título original
y Aldo Trione. En estos casos se trata de fue Democracias Dethroned: A Study in
sacar a la luz los elementos prácticos de the Light of the Spanih Revolution, 1823-
la ciencia hermenéutica que pueden ser 1939, fue elaborado, según palabras de
útiles para una reelaboración conceptual Castillejo en la Nota preliminar del au-
en el campo de otra ciencia o discipli- tor, a partir de las anotaciones utilizadas
na. Finalmente, una ultima selección de para la impartición de unas conferencias
textos es la dedicada a la “hermenéutica en los años 38 y 39 del siglo pasado. Se
aplicada”. Recordamos aquí los artícu- trata de una continuación de sus anterio-
los de Giuseppe Cantillo, Pio Colonello, res obras publicadas.
Antonello Giuliano, Alejandro Gutiérrez Su traductora, Ana Clara Guerrero,
Robles, Mario Magallón Anaya, Gabriel nos cuenta en “El largo viaje de De-
Vargas Lozan, Stefano Santisilia, André mocracias destronadas” el viraje del
Stanguennec, Jorge Velázquez Delgado y borrador (guardado con otros escritos
Renata Viti Cavalieri. Se intenta en esos suyos en cajas de cereales) de más de
artículos analizar, con los instrumentos trescientas páginas en que, en principio,
hermenéuticos, las obras y los pensa- consistió este libro hasta su actual pu-
mientos de algunos autores de la historia blicación.
de la filosofía y mostrar la utilidad de la En el prólogo, Rafael Núñez Floren-
hermenéutica en estos estudios. cio nos aporta algunos datos sobre la bio-
Hemos visto, entonces, que es posible grafía y carácter del autor (destacando su
leer esta obra según dos modalidades: una discreción y austeridad) y sus principales
primera, que sigue al sujeto, los autores actividades (especialmente en el ámbito
de los ensayos y sus formaciones y ma- educativo, como Secretario de la Junta de
neras de proceder, que nos conduce hacia Ampliación de Estudios e Investigaciones
Científicas), que nos ayudan a compren- nuestro comportamiento futuro para que
der mejor el contenido del libro. Se des- no se repita (como ejemplifica el título de
tacan también en él los principales ejes su último capítulo “Responsabilidades y
del libro. Respecto al análisis que el autor lecciones”).
hace del panorama internacional, Núñez A pesar de algunos errores, entiendo
Florencio asegura que no hay “nadie me- que de traducción, el libro ofrece un am-
jor que él (Castillejo) para un examen de plio panorama de la situación española
esas coordenadas mundiales” (XXV). de aquellos años, no sólo en el terreno
Como antesala del libro hay un pre- político sino también en el económico,
facio del autor: De la ficción a la his- social, educativo... Completada con una
toria cuyo comienzo creo que es digno descripción del panorama democrático
de transcribir para hacernos una idea internacional.
de las líneas principales del libro: “Las Sorprende la distancia (no por ello
democracias están hundiéndose unas distorsión) y objetividad desde la que el
tras otras ¿Se debe a que sus principios autor aborda las cuestiones planteadas
fundamentales fueron un producto tem- en el libro. En algunos casos nos pueden
poral de las condiciones del siglo XIX, resultar obvios e incluso innecesarios
incompatible con los requerimientos de algunos acentos del libro, pero no pode-
las sociedades del siglo XX? ¿Se debe a mos olvidar que fue escrito en su etapa
que algunos países no están educados o de exilio (en consecuencia, pensado para
no son aptos para este tipo de gobierno? un público extranjero) y que su propósito
¿O a que la democracia fue resultado del principal fue “intentar explicar al mundo
capitalismo liberal y está siendo barrida el drama español y extraer lecciones para
por el crecimiento del socialismo, ya sea el futuro” (XIII). Esto no significa que no
en su versión comunista o en la fascis- tenga interés para nosotros, todo lo con-
ta?” (XXXI). Y, como afirma el autor y se trario, creo que a muchos jóvenes, y no
verá a lo largo del libro, para responderse tan jóvenes, nos puede resultar muy inte-
a estas preguntas toma como ejemplo el resante y enriquecedor poder disponer de
caso español. un análisis tan detallado de una etapa (o
Además de lo anterior, el libro se com- etapas) de nuestra historia tan compleja y
pone de siete capítulos (El marco histórico, decisiva. Su lectura es rápida y entreteni-
la Segunda República, Principales refor- da, no cae en el error de ser una continua
mas de la República, Revolución y Guerra enumeración de datos, pero tampoco se
Civil, La España Nacionalsindicalista, El limita a la exposición de ideas abstractas.
entramado internacional, Responsabilida- La escasez de obra escrita de José
des y lecciones) con varios subapartados Castllejo hace mucho más interesante y
cada uno. Resumir, ni siquiera bosquejar, fundamental este libro que “intenta esbo-
lo que Castillejo vierte a lo largo de estas zar una interpretación diferente vincula-
casi trescientas páginas es imposible. No da a la crisis política universal de nuestro
se trata de un libro de ideas, sino de un li- tiempo (XXXIV)”.
bro de hechos; lo que no significa que, ba- Además de lo expuesto anteriormen-
sándose en estos últimos, nuestro autor no te, el libro se completa con un útil índice
plantee ciertas conclusiones sobre lo ocu- analítico.
rrido y brinde algunas claves sobre cómo
se podría haber evitado o cómo debe ser Gemma Gordo Piñar
ferencia ofrecida por el pensador mexica- Castropol decide retirar la única ayuda
no José Vasconcelos, evento cultural que económica que recibía la BPCC y deter-
tuvo gran eco en los periódicos de Astu- mina desalojarla de su sede principal. En
rias. Gracias a la visita de Vasconcelos, la 1936, tras el golpe de estado militar en
BPCC entabló relaciones con bibliotecas contra de la II República, y la generali-
de varios países iberoamericanos. La ini- zación de la guerra civil, la institución
ciativa de establecer relaciones interbi- bibliotecaria se ve obligada a suspender,
bliotecarias fue una de las características definitivamente, la labor que llevaba rea-
de la Biblioteca de Castropol durante toda lizando durante más de catorce años a
su existencia. Otros rasgos significativos través de su red de bibliotecas rurales.
de esta institución fueron: la apertura de La Memoria de la Biblioteca Po-
quince sucursales en la comarca; la crea- pular Circulante de Castropol, es una
ción, dentro de la biblioteca central, de obra que cumple de manera excelente
módulos especializados dedicados a dife- su objetivo: “rescatar estos hechos del
rentes áreas que eran consideradas priori- olvido para transmitirlos y contribuir,
tarias, como la Biblioteca Infantil, otra de con su difusión, a que ocupen el lugar
carácter Agrario, Etnográfico, Musical, que les corresponde dentro de la historia
etc.; y la estrecha colaboración que man- cultural del siglo XX en Asturias”. En
tuvo con el Patronato de Misiones Peda- efecto, con esta investigación, el autor
gógicas, la Institución Libre de Enseñan- recupera una página velada durante los
za o la Junta de Intercambio y Ampliación años de dictadura que es fundamental
de Libros, como consecuencia de estos para la comprensión de la historia de las
lazos destacados personajes como Gar- bibliotecas populares en España duran-
cía Lorca, Luis Cernuda, Miguel Prieto, te el siglo pasado. El texto se acompaña
o Juan Vicéns pasaron por Castropol. Así de numerosas imágenes que aportan un
mismo, pensadores e intelectuales como elemento que hace de este libro de Xa-
Manuel B. Cossío, Homero Serís y María bier F. Coronado un trabajo completo e
Moliner, entre otros, resaltaron la impor- interesante.
tante labor que realizaba esta institución
asturiana. Liliana Santana Oseguera
La Biblioteca de Castropol fue reco-
nocida a nivel internacional cuando la
Sociedad de Naciones publicó, en 1933, GAMBIN, FELICE, Azabache. El debate so-
un amplio dossier sobre bibliotecas po- bre la melancolía en la España de los
pulares en el que se destacaba su trabajo. Siglos de Oro. Presentación de Au-
Así mismo, en 1935, Vicente Loriente rora Egido. Prólogo de Giula Poggi.
Cancio —principal fundador y alma de Madrid, Biblioteca Nueva, 2008, 279
esta institución bibliotecaria—, fue nom- págs.
brado Secretario del II Congreso Interna-
cional de Bibliotecas y Bibliografía cele- La teoría de la melancolía tiene en
brado en Madrid. las letras españolas un riquísimo venero
A raíz de la Revolución de 1934 en teórico y práctico cada vez mejor cono-
Asturias, y de las tensiones políticas ge- cido en el campo de la medicina y de las
neradas posteriormente tanto a nivel re- artes liberales, escribe la profesora Au-
gional como estatal, el Ayuntamiento de rora Egido en la Presentación de este li-
bro. Su autor, Felice Gambin, explora el médico Huarte de San Juan, la atra bilis
amplio y articulado debate que el tema es un azabache que brilla, “con el cual
suscitó entre los tratadistas españoles en resplandor da luz allá dentro en el cere-
el ámbito político, religioso y literario bro para que se vean bien las figuras”, lo
durante los siglos XVI y XVII. El propio que equivale a convertir la melancolía
autor expone el origen de este problema: en una nueva sindéresis que permite ver
“El éxito de la teoría humoral, consagra- con claridad las especies inteligibles. Así
da por Galeno y conservada sin apenas pues, este humor aparece a lo largo de los
alteración durante casi dos mil años, se siglos con dos caras: Eros y Thanatos; es
debe a la coherencia de un sistema que decir, como camino de perfección que
pone en relación los temperamentos fun- vuelve inteligente al más estulto, o como
damentales: sanguíneo, colérico, flemá- emblema de destrucción; como fuente
tico, melancólico, con los cuatro humo- de inspiración o como enfermedad que
res: sangre, flema, bilis amarilla y bilis hay que tratar; como demonio a combatir
negra, con las cualidades elementales: (padres de la Iglesia) o como símbolo de
caliente, frío, seco y húmedo, con el la genialidad (artistas y filósofos del re-
cambio estacional, con la edad del indi- nacimiento). En definitiva, la melancolía
viduo, con el flujo planetario, con el sig- pervive a lo largo de los siglos como ex-
no zodiacal. Hay salud cuando los cuatro trema proyección del incurable conflicto
humores están equilibrados y bien mez- entre lo psíquico y lo físico. De ahí la di-
clados, mientras que la sobreabundancia ficultad de definir esa frontera en la que
de uno respecto de otro genera el estado frecuentemente nos hallamos tristes pero
de enfermedad. La prevalencia de uno de sin razón.
los humores sobre los otros determina A lo largo de seis capítulos el autor
la existencia de cuatro temperamentos del libro muestra “cómo este humor ad-
fundamentales, con peculiares improntas quiere diversos semblantes en el curso de
caracteriológicas y comportamentales, los siglos XVI y XVII a tenor de las pers-
aunque con desarrollos distintos según pectivas ideológicas con que se los ana-
autores y épocas”. liza”, comenta la profesora Giulia Poggi.
El nombre de “melancolía”, o “bilis Así, el valenciano Furió Ceriol presenta
negra” (atra bilis) proviene del griego: al melancólico como un tipo de hombre
“mélan” (negro) y “jolen” (hiel). La me- que el Príncipe debe evitar debido a su
lancolía adquirió importancia al sospe- excesiva malicia y suspicacia. Según él,
char que está unida a la capacidad genera- es preferible el hombre de temperamento
dora de la mente humana. Este es el lado sanguíneo para los asuntos políticos. A
positivo de la melancolía. El verdadero continuación, Felice Gambín se detiene
melancólico es un enfermo que piensa; en los tratados de tres médicos: Pedro
lo que equivale a decir que su tristeza es Mercado, Alfonso de Santa Cruz y Huar-
fuente de conceptos e ideas producidas te de San Juan. El primer autor mezcla
por una mente ingeniosa que las destila lo teológico y astrológico con lo médico
como antídoto de su propia enfermedad. al explicar el “mal oscuro” que aqueja
La melancolía es como el negro y duro al melancólico. El segundo sustrae esta
lignito —azabache, en árabe—, que, al afección al determinismo astral y al dic-
pulirlo y trabajarlo con los instrumentos tamen de los confesores. El melancólico
del arte, se convierte en una joya. Para el ama la soledad. Por su parte, Juan Huarte
de San Juan considera que la melancolía hispanismo sin fronteras cada vez más
no es una enfermedad, sino un indicio del atento al estudio de la literatura y escri-
carácter de la persona; es una proyección to en español”. En parecidos términos se
del ingenio; una afirmación de ciertas expresa la profesora Gulia Poggi: “Leer
dotes al servicio de la comunidad. Esta las páginas recogidas en este volumen
tesis fue rebatida por el médico andaluz y compararlas con el rico repertorio de
Andrés Velázquez, primer tratadista es- imágenes (masculinas y femeninas, re-
pañol de la melancolía, volviendo a la ligiosas y profanas) que se ofrecen en
antigua concepción de la medicina y de apéndice significa reconstruir una de
la teología. La melancolía es sinónimo de las etapas fundadoras de tal conflicto y
frenesí, desviación irracional, sólo cura- captar, más allá de los destellos especial-
ble por el médico o por el confesor. Algu- mente hispánicos del azabache, ecos y re-
nos años más tarde, otro médico andaluz, flejos europeos”. Esta obra ayudará a los
Alfonso Freylas, se preguntó si el melan- estudiosos de la literatura, de la política,
cólico adivina el futuro con la fuerza de de la religión y de la filosofía a entender
su ingenio o soñando. Freylas relaciona mejor el fenómeno de la melancolía, tan
la melancolía con las dotes de gobierno, presente en la vida cotidiana del Siglo de
coincidiendo en esto con el médico Juan Oro.
Huarte de San Juan.
La melancolía ha sido tratada tam- Jorge M. Ayala
bién en numerosas imágenes pictóricas,
escultóricas y arquitectónicas a través
de los siglos. Felice Gambin incluye va- GARCÍA ÁLVAREZ, RAFAEL: Estudio sobre
rias imágenes de hombres melancólicos el transformismo. Precedido de una
al final de su libro. Asimismo, el autor Carta-Prólogo de Don José de Eche-
ofrece una amplia bibliografía sobre esta garay. Presentación de Leandro Se-
materia ordenada en apartados: 1) Reper- queiros. Granada, Imprenta de Ven-
torios, Catálogos bibliográficos y Diccio- tura Sabatel, 1883. Edición Facsímil
narios. 2) Textos: a) sobre la melancolía; del Instituto Padre Suárez de Granada
b) otras obras. 3) Obras críticas: a) sobre (2008).
la melancolía; b) sobre el contexto. La
presente obra de Felice Gambín es una Cuando Margarita Hernández, autora
traducción corregida y aumentada de la de una magnífica Tesis Doctoral (aún in-
que publicó en italiano, y ha sido realiza- édita) sobre El darwinismo en los libros
da por Pilar Sánchez Otín. de texto de la Restauración, preparaba
El hecho de que dos personalidades una Exposición sobre el mismo tema en
de la literatura hispánica: las profesoras la UNED el pasado año, me comentó en
Aurora Egido y Gulia Poggi hayan queri- varias ocasiones las dificultades que es-
do presentar y prologar, respectivamente, taba teniendo para encontrar los libros de
este estudio, es un reconocimiento explí- Rafael García Alvarez, uno de los más
cito de la originalidad que reconocen al tempranos difusores de las ideas de Da-
libro del profesor Felice Gambin. “Este rwin en España. Pues bien, el Director
libro, —escribe Aurora Egido—, supone del IES Padre Suárez (antiguo Instituto
un camino de ida y vuelta entre España e Provincial) de Granada y el Director de
Italia; siendo además un ejemplo de ese su Museo de Ciencias, D. Luis Caste-
llón, han tenido la feliz idea de sacar en ñol , de manera bastante pedagógica, las
edición facsímil la obra que reseñamos ideas de Darwin acerca de ambos temas.
con ocasión del segundo centenario del Al presentar en uno de estos artículos la
nacimiento de Darwin. Por cierto, en ese teoría de la descendencia como “una fase
Instituto de Enseñanza Secundaria fue de la ley universal de la evolución” (VI,
donde ejerció como profesor García Ál- 1876, pág. 128), suscitó las iras de un fa-
varez durante 43 años, siendo a la par el moso pensador y polemista neocatólico,
fundador del Museo. La edición cuenta Ortí y Lara, catedrático de Metafísica
además con una excelente y amplia Pre- en la Universidad Central, quien dedicó
sentación por parte de Leandro Sequei- a García Álvarez un artículo de su serie
ros, que acompaña al libro en forma de “El catecismo de los textos vivos” en la
separata. revista La Ciencia Cristiana. Ortí practi-
Conviene recordar que a García Ál- caba una particular ojeriza a todo lo que
varez le correspondió, en pleno sexenio oliera a monismo y panteísmo. Luego
revolucionario, leer el Discurso de aper- veremos el sentido de esta actitud en re-
tura del Curso académico 1872-73 del lación con el tema darwinista.
Instituto de Granada, en el que hizo una Anunciado en agosto de 1878 un cer-
sucinta exposición de la teoría darwinis- tamen científico y literario por el Ateneo
ta. Esta defensa del darwinismo provocó de Almería, entre los temas propuestos
en seguida una encendida polémica: de aparecía con el número 8 el siguiente:
un lado, el diario La Idea (3-10-1872), “Exposición y examen de la doctrina
órgano del republicanismo democrático trasformista, sus antecedentes y conse-
federal —partido al que García Álvarez cuencias”. García Álvarez, “alentado con
pertenecía—, elogió su discurso y lo es- los materiales que teníamos reunidos”,
timó “magnífico”; de otro, reunido el sí- como él mismo nos cuenta en la Intro-
nodo de la diócesis, hizo pública, el día ducción del presente libro, decide escri-
22 de Octubre, una “censura sinodal y bir una Memoria, a la que el Jurado cali-
condenación del discurso herético”, se- ficador otorgó por unanimidad el premio.
guida de una Pastoral del Arzobispo de Cinco años más tarde, en 1883, publica
Granada, D. Bienvenido Monzón Martín el texto de la citada Memoria, ampliado
y Puente, prohibiendo su lectura a los fie- en algunos puntos, especialmente en la
les. Pocos meses después, concretamente parte antropológica, bajo el rótulo Estu-
el 3 de Enero de 1873, Francisco de Asís dio sobre el transformismo, el libro edi-
Aguilar, profesor de Historia Natural en tado ahora en facsímil. Los móviles que
el Centro de Estudios Católicos, atacó impulsaron a nuestro autor a dar a la luz
asimismo el discurso en una ardorosa su trabajo fueron el de popularizar una
lección, que fue publicada luego en un doctrina científica que “ha cambiado por
folleto con el título El hombre, ¿es hijo completo la faz de las ciencias biológicas
del mono?. y que en nuestro país no es bien aprecia-
Más tarde, entre los años 1875 y 1877, da por muchos”. García Álvarez insiste
García Álvarez publicó en la Revista de también en que, a la hora de redactar el
Andalucía dos series de artículos sobre libro, “ha tenido presente lo que hasta el
“Darwin y la teoría de la descendencia” día se ha publicado más notable sobre el
y sobre “El instinto. Su naturaleza y ori- transformismo”. Y a fe que se nota. Uno
gen”, en los que expone al lector espa- de los aspectos más relevantes de la obra
a otro monismo que hacerlo a través de que se han editado estudios de esta ín-
otras instancias gnoseológicas. Esto se dole en inglés. En esta obra, estudiosos
puede comprobar claramente en los de- de esta rica temática ha indagado sobre
bates que tuvieron lugar en el Ateneo de la versiones tanto literarias como histó-
Madrid durante el curso 1875-76. Pero, ricas de esta compleja mujer. Los traba-
por otro lado, no es difícil deducir que jos reunidos en este libro se enfocan no
esta versión monista de las ideas evolu- sólo sobre los países de la recepción de
cionistas iba a suscitar en los sectores la figura de Juana, como España, Méxi-
conservadores mayor hostilidad y viru- co, la República Dominicana y Francia,
lencia polémica, como así ocurrió. sino también sobre los análisis de varios
Bienvenida sea, en suma, esta edición géneros: la narrativa, la poesía, el teatro,
facsímil, enormemente cuidada, del Es- el ensayo, etc.
tudio sobre el Transformismo de Rafael En cuanto a su estructura, el libro está
García Álvarez, que será sin duda de dividido en tres partes fundamentales: a)
gran utilidad para los estudiosos del da- sobre el contexto histórico (leyenda y fi-
rwinismo en España. gura histórica); b) la figura de Juana de
Castilla en la literatura española (M. Ta-
Diego Núñez Ruiz mayo y Baus, B. Pérez Galdós, R. Gómez
de la Serna y F. García Lorca); y, 3. las
representaciones de Juana en el extranje-
GÓMEZ, MARÍA ASUNCIÓN; NAVARRO, ro (Francia).
SANTIAGO JUAN Y ZATLIN, PHYLLIS Merece especial atención el excelente
(EDS.), Juana of Castile: History and ensayo de José Luis Mora García, profe-
Myth of the Mad Queen. Lewisbury, sor investigador de Pensamiento español
PA. Bucknell University Press, 2008, de la Universidad Autónoma de Madrid.
272 págs. Su trabajo “The Historical Truth and
Aesthetic Truth of Santa Juana de Casti-
La figura de Juana la Loca o Juana de lla by Benito Pérez Galdós” es una ver-
Castilla (1479-1555) siempre ha llamado sión abreviada de un estudio más extenso
la atención y hoy en día más que nunca. en castellano: “Verdad histórica y verdad
Recientemente ha salido a la luz una in- estética. Sobre el drama de Pérez Galdós,
teresante colección de ensayos dedicada Santa Juana de Castilla” (REYERO HER-
a la figura de la muy enigmática protago- MOSILLA, CARLOS; MARTÍNEZ MILLÁN, JOSÉ
nista castellana, también conocida como (COORD.).El Siglo de Carlos V y Felipe
Juana I, hija de Fernando e Isabel, ma- II. Construcción de los mitos en el Siglo
dre de Carlos V. El presente libro es una XIX. Congreso Internacional. Valladolid
colección de estudios interdisciplinarios (3-5 de noviembre de 1999). Valladolid.
que versa sobre la figura histórica, lite- Sociedad Estatal para la conmemoración
raria y mítica de Juana la Loca en sus re- de los centenarios de Felipe II y Carlos
presentaciones literarias, pictoricas, mu- V., 2 vols., 2000: pp.69-100.V. www.cer-
sicales y en la escena. Desde hace tiempo vantesvirtual.com)
los lectores de habla hispana han cono- El Prof. Mora dedica su estudio a
cido las múltiples y variadas representa- analizar la versión dramática de Juana de
ciones de Juana de Castilla, sin embargo Castilla de Galdós escrita alrededor de
—que sepamos— esta es la primera vez 1915 y llevada a la escena en 1918, es de-
cir, dos años antes de la muerte del autor les— se pueden estudiar desde un enfo-
canario. Al analizar la obra de Galdós, que interdisciplinario y en varios géneros
Mora sitúa la temática de Juana de Casti- y reencarnaciones para indagar acerca de
lla dentro del contexto histórico en que se las complicadas relaciones entre la histo-
escribió, así como dentro de la trayectoria ria, los hechos verdaderos, los mitos y la
de la obra galdosiana. O sea, ubica el tex- literatura.
to de Galdós dentro de las polémicas de-
cimonónicas de la España de fin del siglo Rafael Chabrán
XIX y principios del siglo XX, concre-
tamente los debates que surgieron en el
momento de la condena del catolicismo GÓMEZ BLESA, MERCEDES, La razón me-
liberal por parte del Vaticano, así como la diadora. Filosofía y piedad en María
recepción del krausismo. Según Mora, en Zambrano, Burgos, Editorial Gran
su obra Galdós utiliza la literatura como Vía, 2008, 350 págs.
“instrumento necesario para desentrañar
su sentido”. A nosotros nos parece suma- Mercedes Gómez Blesa es una reco-
mente esclarecedor cómo Mora subraya nocida especialista en el pensamiento de
la importancia de situar el personaje de María Zambrano, sobre la que ya había
Juana de Castilla en la obra de Galdós publicado en colaboración con Mª Fer-
dentro de la corriente erasmista, como el nanda Santiago Bolaños en 1992 otra
autor canario identificó la figura de Juana obra titulada María Zambrano: El canto
con Castilla. del laberinto. En aquella ocasión se tra-
Finalmente, nos es muy llamativo taba de una recopilación de trabajos de
cómo Mora, en el análisis de la obra de diferentes autores y una colección grá-
Galdos, hace hincapié en las lecturas que fica de pintores admiradores de María
el canario hizo del historiador alemán Zambrano.
Gustav Adolf Bergenroth (1813-1869) La magnífica monografía de Merce-
sobre la reina española y el modernis- des Gómez Blesa, que hoy reseñamos,
mo religioso tal como se estudió por la está dedicada a un tema especialmente
historiografía alemana. [Ver la obra de querido por María Zambrano: la piedad.
BERGENROTH, Calendar of Letters, Tenemos constancia, como atinadamente
Despatches, and State Papers, relating advierte la autora en el primer capítulo
to the negotiations between England de su obra, que la filósofa malagueña
and Spain, preserved in the Archives at pensaba elaborar un ensayo que quería
Simancas and elsewhere, 1862-1868. titular “La historia de la Piedad”, y que
Sobre este interesante personaje y su nunca realizó, pero que de alguna manera
obra ver también: William Cornwa- se nos muestra disperso en varias publi-
llis Cartwright., Gustave Bergenroth: a caciones: Para una historia de la piedad,
memorial sketch, Edmonston and Do- el capítulo segundo de El hombre y lo di-
uglas, 1870: http://books.google.com/ vino, Delirio de Antígona, Un descenso
books?id=Lu5kAAAAMAAJ]. a los infiernos y Carta abierta a Alfonso
Para concluir, con este libro el lector Reyes.
tendrá en sus manos un buen ejemplo de Es una idea obsesiva de Zambrano la
cómo los mitos —que empiezan por ser superación del Racionalismo, que consi-
españoles y luego pasan a ser universa- dera que adolece del defecto de un extre-
este desdeñar la fe, el amor”. Esto explica físicas de la tradición filosófica”, como
que María Zambrano se negara a la ree- la razón poética fue solución sintética de
dición de su primera obra Horizonte del Zambrano a la disyuntiva unamuniana
liberalismo, que sólo pudo ser publicada entre la “lógica” y la “cardíaca”.
tras su muerte autorizada por la Funda- No quisiera terminar sin destacar el
ción que ella misma creara. Como dice la estilo claro y brillante de la obra de Mer-
autora, “el objetivo que debía perseguir cedes Gómez Blesa, cumpliendo con ello
esa nueva filosofía que tanto se estaba la máxima de Ortega de que “la claridad
necesitando, objetivo que no era otro que es la cortesía del filósofo”.
aunar razón y sentimiento.”
María Zambrano, según nos hace ver Juan Fernando Ortega Muñoz
la autora, insiste en el realismo español
como contrapunto del idealismo europeo
y vía de acceso a la renovación de la filo- GOMIS BLANCO, ALBERTO & JOSA LLOR-
sofía. Nos habla además de la superación CA, JAUME, Bibliografía crítica ilus-
de la crisis que Europa ha sufrido —“la trada de las obras de Darwin en
agonía de Europa”— debida en gran me- España (1857-2008). 2ª ed. Madrid,
dida a su “inhibición religiosa”, dado CSIC, 2008, 489 págs.
que la filosofía griega y la religión judeo-
cristiana constituyen los dos elementos La reflexión histórica acerca de lo
integrales de la cultura europea. que han supuesto el pensamiento y la fi-
En la tercera parte de su obra habla gura de Charles Darwin en nuestro país
del “conflicto de la Filosofía y la piedad” comenzó a mediados de los setenta con
y establece la definición, historia y carac- El darwinismo en España (Núñez, 1977).
teres de esta última. Contrapone la “pie- Desde entonces el interés no ha cesado y
dad antigua” marcada por la aparición de es muy grato encontrar obras como esta
lo divino y la “nueva piedad” abierta a un bibliografía que ya cuenta con la segunda
espacio profano. edición actualizada, especialmente aho-
En el último capítulo, muy original y ra que se conmemora el aniversario del
sugerente, que titula “Lo otro: la esencial nacimiento de Charles Darwin y de la
heterogeneidad del ser”, la autora lo plan- publicación de El origen de las especies
tea como recapitulatorio o de conclusio- (Darwin, 1859).
nes. Sin embargo, tiene entidad propia: Hasta la fecha, para conocer las obras
el carácter “privilegiado de visión” o co- de Darwin editadas en España, se dispo-
nocimiento que tiene el elemento “páti- nía únicamente de las referencias biblio-
co” de la persona. “El sentimiento —nos gráficas citadas en los diferentes estudios
dice— … conlleva dos logros en el hom- sobre el tema y, salvo los índices publi-
bre: por un lado, crea su intimidad, (…) cados en las revistas Anthropos y Mundo
y por otro, logra su apertura al mundo. Científico en 1982 (año del centenario de
“A este sentimiento de comunión y par- la muerte de Darwin), toda su bibliogra-
ticipación del hombre con los diferentes fía se encontraba diseminada en un gran
planos de lo real es a lo que Zambrano número de artículos y obras de perspecti-
llama piedad”. Ésta es “la solución de vas y límites temporales diversos. Esto ya
Zambrano, en clave pneumática,, al viejo justifica la pertinencia de una obra como
dilema entre las dos concepciones meta- la que nos ocupa, pero hemos de decir
que su valor es muy superior al derivado Así, nos hemos visto gratamente sorpren-
de llenar un vacío bibliográfico. didos por la existencia de un trabajo de
Una de las razones de su importancia Darwin en España incluido en una obra
es el carácter de obra completa tanto en colectiva de 1857 (Manual de investiga-
estructura como en contenido. Así, en la ciones científicas; dispuesto para el uso
sección principal encontramos todas las de los Oficiales de la Armada y viajeros
ediciones realizadas en España de las en general), mucho antes del comienzo
obras del naturalista inglés o que inclu- de las primeras ediciones de su obra bio-
yen textos suyos, en cualquier lengua lógica en España (1872).
que hayan aparecido. En una segunda Otro ejemplo revelador del carácter
sección, las obras se ordenan por su año minucioso de la investigación es el caso
de edición, algo muy útil para apreciar no de una edición apenas conocida de El
sólo el interés editorial que han suscita- origen de las especies —no se cita en
do Darwin y su pensamiento en diversos las revisiones bibliográficas de 1982—,
momentos, sino también para observar que fue publicada en una fecha tan poco
los avatares históricos que han influido en propicia como 1950, con una pegatina
la publicación de estas obras en nuestro de Ediciones Ibéricas ocultando su ver-
país, destacando especialmente el vacío dadero origen: Ediciones Bergua. Gomis
que se produjo durante la Guerra Civil y Josa documentan la fecha de edición
y la posguerra. Aparte de estas dos sec- (agosto-septiembre de 1936), citan el
ciones complementarias, la obra cuenta posterior expolio de los talleres de la edi-
con índices de bibliotecas, catálogos y torial en Getafe y las peticiones de permi-
repertorios bibliográficos consultados, so de publicación del resto de la edición
cerrándose con un índice de editoriales a la Dirección General de Propaganda,
y otro biográfico de prologuistas, traduc- hasta su resolución favorable en 1950.
tores, editores e ilustradores de las obras Fue la única obra biológica de Darwin
de Darwin. que apareció en España en las primeras
Otra razón para destacar el valor de dos décadas del franquismo.
esta obra tiene que ver con la minucio- Por último, no podemos olvidar que
sidad de las descripciones bibliográficas, se trata de una bibliografía ilustrada, en la
las cuáles incluyen, aparte de los datos que se muestran fotografías de cubiertas,
esenciales, el número de cada edición, sobrecubiertas, portadas, contraportadas
ejemplares de la tirada, precio, dimen- y detalles de las ediciones mencionadas.
siones, información sobre la encuaderna- Ha de destacarse, en este sentido, la ex-
ción, etc. Además, debido a su carácter traordinaria calidad de estas imágenes en
de bibliografía crítica añade textos acla- la que los libros se presentan erguidos so-
ratorios sobre las diferencias entre las bre un fondo blanco, mostrando todo su
distintas ediciones de una misma obra volumen y características externas, algo
y cualquier dato relevante: correcciones que para un bibliófilo es lo más aproxi-
de errores de catálogos de bibliotecas, mado a su observación real.
errores de paginación, adiciones, supre- Queda así convertida esta bibliografía
siones, etc. en un maravilloso catálogo iconográfico
La exhaustiva labor de investigación del darwinismo en España a través de
que han desarrollado los autores queda las doscientas veintitrés obras citadas.
patente desde la primera obra que citan. Podrán disfrutar de ella por su utilidad
bibliográfica, rigor y belleza, tanto estu- relevantes. Ante este dilema, optaremos
diosos de las obras de Darwin como del por una vía intermedia, que va a hacer re-
mundo del libro. ferencia (1) a la trayectoria investigadora
del autor, (2) al significado y estructura,
Francisco Blázquez (3) a la metodología, (4) al contenido de
la misma obra, y (5) a sus aspectos más
significados, según nuestro entender.
GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, MARTÍN, El idio- Martín González Fernández es Pro-
ma de la razón. Ilustración e Inquisi- fesor Titular de Filosofía en el Departa-
ción en Galicia (1700-1808), Nigra- mento de Filosofía y Antropología Social
trea, Vigo, 2008, 766 págs. (Facultad de Filosofía) de la Universidad
de Santiago de Compostela. Su trayec-
Cuando la fortuna pone en las manos toria investigadora comienza con una
de un lector —como es mi caso— un li- Memoria de Licenciatura sobre Fran-
bro como el presente, generado y dado cisco Sánchez ‘o escéptico’, y remata
a luz en un país, en donde no abundan —siguiendo esta línea escéptica— con
publicaciones semejantes, uno no puede la presentación de su tesis de Doctorado
menos que experimentar una honda sa- (1990) sobre “Los avatares del escepticis-
tisfacción y rememorar aquellas palabras mo desde la época humanística hasta el
con las que Manuel de la Revilla —el Renacimiento. Bases para una lectura de
‘inmortal’ crítico (Sección crítica) de Montaigne”. En este largo trayecto verán
la Revista Contemporánea— saludaba la luz una serie de trabajos que, desde el
la aparición de las Discusiones sobre la escepticismo antiguo (Sexto Empírico, el
Metafísica (1878), de Indalecio Armesto: ideario pirrónico), llega hasta el mismo
“La publicación de un libro de filosofía Nietzsche, pasando por el escepticismo
es siempre en España un acontecimiento. en los medios culturales árabes y judíos
Aunque los partidarios del Antiguo Ré- en el medioevo, por la consideración de
gimen digan lo contrario, lo cierto es que determinados personajes renacentistas
la literatura filosófica en nuestro país es como Pico della Mirándola (1463-1494),
muy pobre (…) Por esta razón, cuando se Jean Bodin (1531-1596), M. Montaig-
publica algún trabajo filosófico de regu- ne (1533-1592), Pierre Charron (1541-
lar importancia, el crítico debe otorgarle 1603), el mismo Francisco Sánchez
mucha mayor importancia de la que se le (1551-1623), y por la función del escep-
concedería si entre nosotros abundaran ticismo en la filosofía francesa del Siglo
más producciones semejantes…(nº 15, XVIII. Entre todos ellos destacaríamos
1878, pp. 239-247). Salvando la distancia —por su densidad y por su formato de
cronológica —y minorando, obviamente, libro— O Labirinto de Minos: Francisco
la carencia referenciada—, la valoración Sánchez ‘O Escéptico’, un galego no Re-
de M. de la Revilla es aplicable a la obra nacemento (1991).
que Martín González Fernández acaba de Paralelamente —y con interferen-
publicar. cias— viene desenvolviendo otra fruc-
Una presentación adecuada de la mis- tífera línea de investigación —en la que
ma llenaría muchas páginas; por el con- se encuadra la presente obra— sobre las
trario, una simple recensión dejaría fuera luces y las sombras (más sombras que
de consideración cantidad de aspectos luces, hay que reconocerlo) de la Ilustra-
ción. Justo en esta dimensión —en labo- 1770, y del 1770 al 1808. Este juego dia-
res de coordinación, de colaboración y, léctico, teoría/praxis, podría dar la sen-
sobre todo, de autoría propia— se regis- sación de estar situando la teoría delante
tran otra serie de trabajos, que terminan de la praxis, pero no es así. En realidad,
—por ahora— en El idioma de la razón. la praxis analítica, los avatares múltiples
De este repertorio, realmente significati- de la Inquisición y de la Ilustración en
vo, merece ser subrayado: Heterodoxos Galicia durante el Siglo XVIII, preceden
e malditos. Lecturas prohibidas na Uni- a la teoría, de tal forma que esta obra, en
versidade de Santiago, en coautoría con su conjunto, viene a confirmar un memo-
Concha Varela Orol (2002). rable aserto de E. Husserl: siempre y en
Aproximándonos a la obra —objeto todo lugar la praxis precede a la teoría.
de comentario—, conviene indicar, en Pues bien, en este capítulo introductorio
primer lugar, el significado del título de figuran una serie de precisiones y referen-
la misma —El idioma de la razón—; tí- cias que es necesario resaltar: la actuali-
tulo inspirado en uno de los ‘Caprichos’ dad del tema (la Inquisición), incluso en
de Goya (caprichos por los que el Prof. nuestros días: “La censura —precisa el
González siente una especial devoción): autor— sigue existiendo, quizás más que
El sueño de la razón produce monstruos nunca, en los tiempos del despertar de la
(nº 43, esbozo del 1797), encabezado con ola del neoliberalismo globalizador que
el lema: “Ydioma universal”. Y precisa nos invade”. Y trae a colación una noti-
que Goya “…quería hacer oídos sordos cia del corresponsal en Nueva York, Eric
—sin dejar de denunciar y condenar— a Lipton, de la creación en los aeropuertos
los ‘mezquinos y pequeños monstruos’ americanos —inspirándose en los meca-
que siempre lo asediaron en vida, lo nismos de seguridad de los aeropuertos
acompañaron en su exilio y no dejaron israelíes— de un cuerpo de élite y de se-
de remover su féretro y tumba, una vez guridad, bautizado como “agentes de de-
muerto”. tección de comportamientos”. Su misión
El libro en sí aparece estructurado en consiste en el ejercicio de la sospecha,
dos Capítulos —“Auto de fe. Filosofía e más allá de lo razonable (se trata de una
Ilustración en Galicia, (1700-1770)”; e nueva policía del pensamiento; y cita al
“Idioma universal. Ilustración y Revo- respecto lo que John Mottley —The Rise
lución francesa: La censura inquisitorial of the Dutch Republic, London, 1855—
en Galicia, 1770-1808”—, precedidos pensaba en relación a la Inquisición es-
de una “Introducción. El territorio de lo pañola: “No condenaba hechos, sino
prohibido” (p.17-62)—, y seguidos de un pensamientos”). Determina, además, los
Apéndice documental y de una Biblio- ámbitos, límites y tiempos de su investi-
grafía especializada. gación inquisitorial, y finaliza esta pre-
Según nuestro entender, la Introduc- sentación estableciendo los momentos, o
ción responde a un verdadero Capítulo tiempos, para el abordaje de esta proble-
de fundamentación teórica y metodoló- mática: el primero, parte de un juego de
gica, al que siguen luego las dos partes interpretación-aproximación, de carác-
de aplicación práctica, confirmadas en el ter más narrativo que analítico, desde la
análisis concreto y pormenorizado de la lingüística y la semiología, de esquemas
Inquisición y de la Ilustración en Galicia muy elementales, con cuadros o sistema
en dos etapas cronológicas: del 1700 al de categorías como la distinción saus-
Han cambiado las categorías que sirven a simbólica que de oficio, se hará después
la formación del fenómeno en un lengua- de la abolición del Santo Oficio por las
je histórico. Y, sobre todo, se ha recreado Cortes de Cádiz, en 1813). A pesar de
la metodología analítica en el estudio de todo, durante el siglo XVIII continua-
la heterodoxia religiosa…”(“El priscilia- ron programándose actos de fe, de modo
nismo y Galicia”, en M. García Quintela regular, según la mecánica de delación,
—Coord.— Las religiones en la Historia instrucción de causas, interrogatorios,
de Galicia, 1996). cualificaciones, censuras, condenas, has-
Finalmente, apurando este método ta la ratificación y confirmación por el
analítico, en orden a elaborar una ‘onto- Consejo de la Suprema de la cualifica-
logía del presente’, el autor pretende ha- ción final del delito y la imposición de
cer converger dos nuevas caras de la úl- la pena.
tima analítica foucaultiana: la de Nietzs- Dentro de la espiritualidad barro-
che (de la Genealogía de la moral, y de ca (caracterizada por la contraposición
los Escritos intempestivos), y la de Kant entre el jansenismo —con su peculiar
(del Was ist Auflärung, y del Conflicto de doctrina de la gracia y su rigorismo mo-
las facultades), “…como una ‘ontología ral— y el quietismo molinosista —con
del presente’, una ‘ontología crítica de su invocación a la oración mental y a
nosotros mismos, o una ‘etnología inter- su invitación a la nuda y pura contem-
na de nuestra cultura y de nuestra racio- plación—) conviene resaltar el análi-
nalidad (…) En este sentido, nuestro tra- sis minucioso de la doctrina (¿heregía
bajo, siendo un estudio sobre el pasado, imaxinaria?, se pregunta) del aragonés
en esta disposición foucaultiana (dispo- Miguel de Molinos. Ambas doctrinas
sitivo-Nietzsche, dispositivo Kant), nace —jansenismo y molinosismo— tienen
también con la voluntad de hablar para cierta repercusión en Galicia. La Guía
nuestros tiempos”. Espiritual de Molinos fue condenada
El autor se sentiría satisfecho —con- por el Papa Inocencio XI; condena que
fiesa— si lograse recuperar en Galicia puede condensarse en tres núcleos te-
—aunque parcialmente— la memoria y máticos: vía interior y unión mística;
la palabra de una serie de personajes, de- oración de quietud y prácticas devotas;
safiantes, taimados, huidizos, atrevidos, y tentación, violencias diabólicas y au-
apocados, según los diversos casos y cir- toridad eclesiástica. “…lo que más inte-
cunstancias, pero que van dando vida al resa —advierte— de la condena roma-
relato histórico materializado en la pre- na, como siempre, no es tanto lo que se
sente obra. explicita, lo que nombra, cuanto aquello
Una vez formulada la propuesta me- que oculta, que no dice, que calla” (p.
todológica (de fundamentación teórica) 91). Y cita, respecto al pensamiento de
los capítulos siguientes responden a la Molinos, la opinión de dos expertos: F.
aplicación práctica de la teoría. En el pri- Trinidad Solano (para quién el espacio
mero (“Auto de fe. Filosofía e Inquisición litúrgico de la Guía Espiritual es el si-
en Galicia (1700-1770)” —p. 63-164—, lencio, la ausencia de discurso, la su-
después de indicar que las ‘hogueras de presión da palabra); y L Kolakowski,
la fe’ se apagaron en Galicia a finales del que considera que “…la estructura de la
siglo XVII (el último acto de fe penado religiosidad quietista es en realidad una
data del 1701, y la última hoguera, más ausencia de estructura”. Supresión da
pero denso, complejo y cargado de in- figuras burocráticas, las mismas prácti-
certidumbres, como la tímida apertura cas de intimidación, las mismas redes
de Carlos III a la tardía influencia de la de clientelismo…”(p.175). Así, la acti-
Ilustración europea; el modesto intento vidad inquisitorial va a comprender de-
de reforma de la Universidad; la expul- litos diversos: sexualidad, solicitación,
sión de los jesuítas; el ascenso al trono sátira anticlerical, magia y superstición,
de Carlos IV; la conmoción producida invocaciones y ‘esconxuros’ según el
por la Revolución francesa; los relevos libro de San Cipriano (El Ciprianillo);
de Floridablanca, Aranda, Urquijo; la en resumen, toda clase de proposiciones
figura estelar de Godoy; los conflictos heréticas, de las que no estaban exentos,
armados con Francia e Inglaterra; la o en las que podían recaer.
presencia intermitente del partido rega- También se le abre expediente a M.
lista —afín al jansenismo—; las malas Freire Castrillón, autor que bien podría
relaciones con Roma, etc. Hace referen- considerarse “emblema o metáfora de
cia, otra vez, al título —‘Ydioma de la época, de la Galicia y España del mo-
razón’ y reproduce algunos de los co- mento”: “libertino de ocasión y visceral
mentarios que sobre el mismo hiciera el (temperamental en su juventud), entona
propio Goya: “La fantasma abandonada luego la palinodia, el mea culpa, convir-
de la razón, produce monstruos impo- tiéndose en un furibundo antimoderno”
sibles: unida con ella, es madre de las (p. 219). Realmente Freire Castrillón
artes y origen de sus marabillas” (ejem- fue un personaje curioso, muy contro-
plar del Museo de Pontevedra). vertido, activista político, periodista,
En Galicia, concretamente, la Inqui- que en su juventud se había mostrado
sición (sobre la base del principio de crítico del sistema establecido y de la
la sospecha y del control ideológico) aristocracia —por su inutilidad social y
procura gestionar, de un modo un tan- por su holgazanería—, siendo censura-
to improvisado, la riada de novedades do dos veces (por leer a Febronio —que
que se extendían por su territorio. Uno era jansenista, episcopalista y discípulo
de los manifiestos más reaccionarios de Van Espen— y también por solicitar
del momento es la carta pastoral del al gobierno la inmediata reforma del
arzobispo de Santiago, Francisco Ale- Tribunal de la Inquisición). Pero, a par-
jandro Bocanegra, titulada “Declara- tir de 1808, se convierte en un absolutis-
ción oportuna contra el libertinaje del ta reaccionario (crítico de jansenistas y
tiempo” (1777), en vísperas revolucio- galicanistas, de la liberdad de imprenta,
narias. Los viejos fantasmas contra los informador de los libros publicados en
que había luchado duramente el Santo Santiago, delator contumaz de la Inqui-
Oficio (judaísmo y protestantismo) fue- sición, etc.). Freire Castrillón es el autor
ron desvaneciéndose; ahora aparecían de las Napoleacas y, posiblemente, tam-
otras nuevas ideas, pero la maquinaria bién de una curiosa obra atribuída a una
inquisitorial era la misma; “…seguía supuesta mujer (Agapita Clara) titulada
empleando los mismos procedimientos, La filósofa rancia y católica doctrina del
los mismos mecanismos y canales de in- Rev. Padre Rancio en su primera carta
formación, el mismo lenguaje, los mis- contra el Señor Argüelles, y hace ver
mos manuales interrogatorios, las mis- que el autor llamado filósofo cristiano,
mas reglas de expurgo (…), las mismas no rebate ni es capaz de rebatir, la doc-
trina del sabio a quién intenta impugnar El mismo autor, resume este esce-
(La Coruña, 1812). Repárese en que la nario del siglo XVIII, diseñado a través
fecha de edición es la misma en la que de los fondos del Archivo Histórico Na-
comienzan a publicarse las Cartas del cional, presentándonos “la cartografía
‘Filósofo Rancio’ (que no es otro que de un territorio de lo prohibido en el
el dominico Francisco Alvarado); Car- que vemos desfilar toda suerte de indi-
tas de mucha influencia, y con muchas viduos, blasfemos, molinosistas, jaco-
ediciones en España, que defienden y binos, curas solicitantes, pirronianos,
difunden las doctrinas reaccionarias del copernicanos, iusnaturalistas, ateos,
jesuíta Nonnote y del Abate Barruel (el materialistas, jansenistas, laxistas, lec-
autor anuncia también una investigación tores de libros, manuscritos o panfletos
más específica sobre Freire Castrillón). prohibidos (especialmente modernos,
Pero hay, sobre todo, dos personajes relacionados con las Luces o la Revo-
procesados a los que les presta una especial lución de 1789), sodomitas, visionarios
atención: a Vicente do Seixo (1747-1802), y lunáticos, volterianos, brujos, contrac-
por el ‘tolerantismo’ que, a su juicio, tuvo tualitas…, imaginarios o reales, por lo
la Iglesia de Roma con la Iglesia Griega; general soñadores, idealistas, espíritus
y a Cónsul Jove (1754-1810), asturiano de libres y fuertes, pero, en todo caso, au-
nacimiento, considerado como ‘el Pablo ténticos heterodoxos y malditos según
Olavide Gallego’ (procesado en dos oca- el criterio del Santo Tribunal. Todos
siones por materialista y ateo, y por practi- ellos deberían figurar en aquella Vida
car lecturas furtivas y peligrosas). Hay que de los hombres infames que proyectara
reconocer, no obstante, que sus doctrinas M. Foucault: “Todas estas vidas que es-
se enmarcan dentro del moderantismo, taban destinadas a transcurrir al margen
tono dominante de todos los ilustrados ga- de cualquier discurso y a desaparecer
llegos (y españoles). Considera también, sin que jamás fuesen mencionadas han
en un apartado específico, las secuelas de dejado trazos —breves, incisivos y con
la Revolución francesa en Galicia en di- frecuencia enigmáticos— gracias a su
versos ámbitos de manifestación: lecturas; instantáneo trato con el poder, de forma
aparición de la ‘segunda ola jansenista; el que resulta ya imposible reconstruirlas
‘Hermano Méndigo’ (Antonio de la Cruz) tal como pudieron ser ‘en estado libre’.
—el ‘profeta’, o ‘fuerte Jacob Varón Gue- Únicamente podemos llegar a ellas a
rrero de Dios’, ‘Profeta de Elías en Es- través de las declaraciones, las parcia-
píritu’—, que fue un singular personaje, lidades tácticas, las mentiras impuestas
prisionero en el castillo de San Antón (La que suponen los juegos del poder y las
Coruña) contra el que se abren investiga- relaciones del poder”.
ciones y diligencias. Entre sus profecías Un apartado final (p. 611-750) de
cualificadas como ‘ridículas y temerosas’ Apéndices —documentales— (´Institu-
hay una —la nº. 8— que llama la atención ciones y delictos de fe —1700-1770’;
por su tono independentista: “que los Tres ‘La Biblioteca prohibida. Inventario de
Reynos, de Galicia, Cataluña, y Navarra, Libros Prohibidos recogidos por el Tri-
van à arrancarse de la Península”. (Pero, bunal de Santiago, 1709’—; ‘Máquina
sería mucho, pensar y decir que se tratase indigesta de doctrinas relaxadas. —Pro-
—ya de aquella— de una proclama ‘inde- ceso a Andrés Nicolás Serantes de An-
pendentista’). drade, 1776’—; ‘Elogio de Carlos III’
sona e ideas. No es fácil separar ambos terra, con algún precedente, el pedagogo
supuestos, pues pueden coincidir, salvo Foster Watson hizo de Vives el tema de su
en los extremos —rigurosas investiga- vida, con diversas publicaciones y traduc-
ciones o torpes manipulaciones políti- ciones. Estuvo en contacto con España,
cas—. No obstante, los autores ponderan con el Institut d´estudis catalans, la Insti-
en todo momento el valor que atribuyen tución Libre de Enseñanza y la Universi-
a los trabajos. dad de Valencia, donde divulgó el interés
Ofrecen una visión de las principales por su pensamiento, lo que no logró en el
tradiciones desde las que se recuperó: área anglosajona. Incluso en Francia dejó
la tradición alemana que lo consideró algunas huellas entre los pedagogos... En
pedagogo y psicólogo, la española, que 1941, durante el gobierno de Pétain, Joan
desembocó en la reacción y la apología Estelrich, embajador de Franco, aprove-
desmesurada, y, por último, la belga, más chó para publicar sobre el humanista y or-
crítica, junto a otras menores. ganizar una ambiciosa exposición de más
En Alemania desde mediados del XIX de 500 obras de Vives. Aunque ya en 1937
se reivindicó su persona como fundador Marcel Bataillon con Érasme et Espagne
de la pedagogía, y esa valoración se ex- había situado en una nueva etapa los estu-
tendió por Europa, apoyada en las Opera dios sobre el Renacimiento hispano.
de Basilea o en las mayansianas. Tam- En España, a fines del XVIII apareció
bién se reeditaron y tradujeron sus libros, la notable edición de Mayans, cuando la
analizados desde este enfoque, en espe- Ilustración pretendía mejorar los estudios.
cial desde las universidades protestantes Es obra magna, todavía vigente, aunque
de Leipzig y Erlangen, luego siguieron existen mejores versiones de algunos
algunas católicas como la Friburgo. De escritos vivesianos. En los dos siglos
Alemania se irradió este nuevo interés posteriores se produjo una eclosión de
hacia otros países de Europa, incluso escritos e interés desde otras vías. Se re-
Finlandia, Hungría, Polonia... sucita pronto por su crítica de la escolás-
La tradiciones belga y holandesa de tica tradicional; los liberales moderados
estudios sobre Vives son antiguas. Ya se inspiraron en Condillac y luego en la
en 1841 Namèche escribió una valiosa psicología escocesa —Bacon y Vives es-
memoria y se presentaron algunas tesis tarían en el origen— y en el eclecticismo
doctorales, pero la corriente alemana fue de Cousin. En Cataluña, Martí d´Eixalà,
predominante. Hubo especial interés en Laverde y Lloréns Barba cultivaron esa
estudiar la vida de aquel desterrado, aco- vía, que aprendió bien Menéndez Pelayo,
gido en Brujas, o sus ideas sobre el pau- discípulo de Lloréns, quien la trasportó al
perismo que estaban referidas y dedicadas integrismo reaccionario en la polémica
a aquella la ciudad. En Lovaina, Henri de la ciencia española, contra Salmerón
de Vocht significó notable avance al es- y Revilla, cercanos a la Institución Libre
tudiar su estancia en Inglaterra, y con la de Enseñanza; luego, en los Heterodoxos
edición del epistolario del jurista holan- acuñó un vivismo conservador, españo-
dés Cranevelt, entre las que había 48 de lista, que llega a nuestros días. Aunque la
Vives; completada por su discípulo Jozef Institución también mostró su interés por
Ijsewijn, que junto a otros ha continuado un Vives más pedagogo y social... Cuan-
estas investigaciones de amplio alcance do Foster Watson llegó a España encontró
sobre el humanismo europeo. En Ingla- el terreno bien abonado para su cruzada.
el arte. “El ensayo del arte nuevo” (pp. como muestras del “modo clásico y razo-
80-95) se dedica al ensayo en la genera- nado del mejor ensayo contemporáneo” a
ción vanguardista, que hizo del análisis y Juan Benet, a Sánchez Ferlosio, a Savater
la crítica literaria asunto del ensayo y en y a Félix de Azúa. El ensayista conjuga
la que se estudia a Eduardo Gómez Ba- “reflexión y estilo, autobiografía y opi-
quero y a Bergamín entre otros; “Conti- nión, testimonio y valentía” y tiende a la
nuidades asimétricas” (pp. 95-101) y “La “manipulación artificiosa de la lengua y
quiebra liberal” (pp. 101-104) esbozan la la estructura de los ensayos” (p. 147). El
situación del ensayo en las dos Españas prólogo se cierra con el apartado titulado
que resultaron de la Guerra Civil; “Los “La crítica” (pp. 139-169), donde encon-
jóvenes maestros” (p. 104-114) se refiere tramos una valiosa recopilación crítica de
a la situación del ensayo en la España de la bibliografía existente sobre el tema.
la Posguerra, cuando a su juicio “hubo Esta Biografía sintética de un género
que improvisarlos”, y donde se signifi- literario… no abandona en ningún mo-
caron Dionisio Ridruejo, Laín Entralgo, mento la vía meramente expositiva, ba-
Aranguren, Julián Marías, Tierno Galván, sada en una escritura seductora y ayuna
etc.; “La decadencia del Franquismo y la de análisis y argumentación; ni siquie-
eclosión del ensayo” (pp. 114-130) atien- ra cuando confronta al lector con tesis
de de manera especial a las colecciones y generales más que discutibles, como al
revistas donde crece la actividad ensayís- afirmar en “El arte de la prosa” (pp. 44-
tica desde mediados de los años sesenta 47) que la moderna prosa ensayística
en España, pues “La proliferación del de la España contemporánea nace con
ensayo en el largo final del franquismo es el modernismo. Resultan difíciles de
paralela a la germinación de revistas que aceptar afirmaciones como ésta, cuan-
consolidan sus trayectorias entonces o do están publicadas las obras de Valera,
inician una andadura muy apreciable” (p. Pérez Galdós, Clarín, Pardo Bazán, etc.
121). Aquí aparecen observaciones sobre Sea académico o no, el ensayo histórico
profesores de filosofía de la Generación suele incurrir en “la irresponsabilidad y
de Posguerra, como Manuel Sacristán, la mediocridad de esas ocurrencias lla-
Carlos París, Sánchez Mazas, etc.; “La madas ‘subjetividad’” —por utilizar la
consagración del estilo” (pp. 136-159) cita de Musil (p. 172)— enseguida que
estudia el último período de nuestro en- descuida la consideración serena de la
sayo, desde mediados los años setenta base documental disponible. Sorprende,
hasta el presente, que coincide con “el en fin, que en este prólogo se haga un
momento en que el ensayo filosófico ini- uso positivo del término “ensayismo”,
cia una etapa especialmente fecunda en cuando en español está cargado del sen-
nuestras letras: una reconquista más fran- tido peyorativo que suele acompañar a
ca de la libertad expresiva, una vocación los “ismos” por su carácter reiterativo y
más paladinamente exploradora y una sus excesos.
suerte de resurrección del pensamiento La antología de ensayistas del siglo
por libre, incluso caprichoso en su sol- XX, recogida en la segunda parte del li-
vencia” (p. 137). bro (pp. 177-1005), no aprovecha las dis-
Se hacen referencias a algunos de los tinciones de tema y de estilo en la produc-
mejores ensayistas de la Generación de ción ensayística, ni el orden cronológico
Filósofos Jóvenes y sus cercanías, y cita y generacional, clarificados en el prólogo,
sino que se basa en los criterios estable- uno de los principales representantes
cidos en el apartado “Sobre esta antolo- españoles del Espiritualismo filosófico
gía” (pp. 169-174), donde se vuelve a la y, sin duda, el bejarano más célebre del
consideración del ensayo como un género siglo XIX. La presente obra quiere rom-
progresista y fluido en el que no hay más per el silencio con que, tanto en el ámbito
formas que el estilo irrepetible del crea- local, como en el de la historia de la filo-
dor. Así que, por una parte, se queda con sofía española, se ha celebrado la efemé-
“una idea del ensayo breve, fronterizo ride y, a la vez que homenajea al filósofo,
con el artículo [que no es ni artículo ni pone a disposición de cuantos estamos
trabajo especializado] como género con interesados en el conocimiento y difu-
alta penetración y eficacia cultural (dada sión del pensamiento filosófico español
su divulgación por vía de diarios, revistas, una serie de escritos breves y hoy difíci-
suplementos, en algún caso conferencias, les de localizar. Sin duda esto contribui-
etc.)” (p. 173). Además, ordena los ensa- rá a que la figura de Nicomedes Martín
yos por la fecha de su publicación, lo que Mateos pueda entrar en los circuitos do-
separa a los autores del orden cronológi- centes universitarios y anime a las nuevas
co establecido en el prólogo y puede dar generaciones a la realización de trabajos
lugar a alguna confusión. Y, en fin, toma de curso, trabajos de grado y doctorado
en consideración la extensión del ensayo, sobre nuestro autor. Confiemos en que
que suele oscilar entre las 5 y las 9 pági- así se libere del secular olvido. Es éste un
nas (el 67%), con algunos más breves que empeño del autor, José María Hernández
no llegan a las dos páginas (3,7%), y otros Díaz, Catedrático de Historia de la Edu-
más extensos que rebasan las 13 páginas cación en la Universidad de Salamanca,
(3,7%), entre los que se encuentran So- que ya viene de lejos, pues no en vano es
bre el lugar de la filosofía en los estudios el investigador que más estudios (un to-
superiores (1968) de Manuel Sacristán y tal de 17) ha dedicado a Martín Mateos y
El pesimismo ilustrado (1990) de Fernan- quien, en 1990, al cumplirse el centenario
do Savater. La antología está enriquecida de la muerte del filósofo, ya nos regaló la
con una presentación breve de cada uno excelente obra: Don Nicomedes Martín
de los ensayistas elegidos que introduce Mateos. Antología de Textos breves, que
en sus ensayos seleccionados e incluye incluía 20 textos de Martín Mateos pre-
una bibliografía básica de los estudios so- cedidos de un extenso estudio.
bre su obra. La presente obra consta de dos par-
tes. Una primera que responde al título
Gerardo Bolado del libro (pp. 7-84), y la segunda en que,
bajo el título «Escritos de Don Nico-
medes Martín Mateos» (pp. 87-173), se
HERNÁNDEZ DÍAZ, J.Mª., La educación recogen un total de ocho textos breves,
en la obra de Nicomedes Martín Ma- pero íntegros, del filósofo bejarano, com-
teos. Béjar (Salamanca): Fundación plementadas por un apartado de notas y
Premysa, 2007, 197 págs. una bibliografía.
En la primera, el autor presenta a lo
El día 15 de septiembre de 2006 se largo de 11 capítulos breves diversas fa-
cumplía el segundo centenario del naci- cetas del pensamiento y figura de Martín
miento de Nicomedes Martín Mateos, Mateos que ayudan a comprender al lec-
culos sobre Nicomedes Martín Mateos y najeado. Así pues, la estructura del volu-
su obra, que incluye más de medio cen- men queda del siguiente modo: cada uno
tenar de entradas, y dedicada la otra a la de los trece libros escritos por el profesor
difícil tarea de fijar la lista de las obras y sería tratado por un autor y se comple-
artículos de nuestro filósofo, con más de mentarían con tres o cuatro recensiones
ochenta títulos, completan esta obra, que que cada libro había tenido en la fecha de
se cierra con el obligado índice general. su publicación, añadiendo a todo ello una
En su conjunto, estamos ante una introducción temática realizada por los
obra clara, rigurosa, a la vez cercana y editores y una bibliografía final. De este
asequible al lector medio y que, sin duda, modo tenemos un texto muy bien estruc-
constituye, efectivamente, el mejor de los turado, con las líneas de fuerza del pen-
homenajes posibles a Nicomedes Martín samiento de Elías Díaz, lejos de esos “to-
Mateos, en el bicentenario de su naci- chos” heterogéneos donde —salvo en la
miento. Pues, ¡qué mejor homenaje, para introducción y algún artículo— se tratan
un filósofo, que su obra se publique para temas y cuestiones diversas, verdaderas
que se conozca, se lea, se medite y se cri- misceláneas, que la mayoría de las veces
tique, y de esta forma poder seguir dando son ajenas a la biografía intelectual y po-
que pensar! lítica del autor a quien se rinde tributo.
Tres intereses configuran la obra de
Roberto Albares Elías Díaz: el pensamiento español, la
teoría política y la filosofía del derecho:
“El filósofo del derecho que es Elías
HIERRO, LIBORIO; LAPORTA, FRANCISCO Díaz viaja con un equipaje de pensa-
J. Y RUIZ MIGUEL, ALFONSO (EDS.), miento político y con la brújula orienta-
Revisión de Elías Díaz: sus libros y da siempre en una perspectiva histórica.
sus críticos, Madrid, Centro de Es- El teórico político que es también Elías
tudios Políticos y Constitucionales, Díaz acostumbra a sustentar sus con-
2007, 463 págs. clusiones en reflexiones filosófico-ju-
rídicas guiadas por sus preocupaciones
Este libro homenaje al Catedrático de históricas, y el Elías Díaz historiador
Filosofía del Derecho de la Universidad del pensamiento, por su parte, observa
Autónoma de Madrid y maestro de ge- la circunstancia española con las lentes
neraciones de iusfilósofos, filósofos, po- que le suministran su filosofía del dere-
litólogos y profesionales de las ciencias cho y su pensamiento político”. De ahí
sociales es un libro que se aparta de los que no podamos distinguir etapas en su
cánones académicos al uso. Los editores obra sino una interrelación entre estos
—discípulos y amigos— nos lo hacen tres intereses que guían el conocimiento
saber en las primeras líneas: el profesor de su reflexión y un compromiso nada
Elías Díaz se negó a la iniciativa con ese complaciente —y siempre crítico— con
pudor y vértigo al protagonismo que lo el socialismo democrático.
hace tan atractivo; tras arduas conversa- Repasemos el índice donde, como se
ciones, pros y contras, matizaciones mil indica, cada una de las obras es tratada
y mucha discusión (así es nuestro prota- por un autor(es) y son los siguientes:
gonista) se reconvirtió el proyecto gracias Estado de Derecho y sociedad democrá-
a una propuesta crítica del propio home- tica, 1966 (RAÚL MORODO); Revisión de
más claro, llano y explícito que pueda lejos de ser tránsito a la vida eterna, es
imaginarse, para que el hipotético lector contemplada como frustración, como in-
más cerril, intransigente y potencialmen- justicia, sobre todo porque, como se lee
te delator pueda morder con gusto esos en uno de sus aforismos, “los que impor-
cebos y … desactivarse.” (p. 208). Así se tan menos viven más, y los que mucho
explicaría el sincretismo, la dualidad o valen viven menos” (p. 215)
la falta de unidad que tantos gracianistas En cuanto a su filosofía, no es en
han señalado en el aragonés. modo alguno la escolástica. Sus lecturas,
Jordá se ocupa también de Gracián analizables con precisión gracias a ha-
como crítico político de la España deca- berse inventariado su biblioteca, mues-
dente de Felipe IV, de la organización mi- tran su simpatía por los clásicos paganos
litar y del funcionamiento de la justicia. y los renacentistas italianos. Esto pone
Pero quizás es el capítulo 7, “Precisiones en evidencia su nula simpatía por la filo-
sobre el estilo moral”, donde mejor que- sofía oficial de la España barroca o por la
da reflejado el sentir político de Gracián, patrística. El suyo es un universo abierto,
que de nuevo tiene que cubrir su simpa- de sentido laico, sin presencia del peca-
tía por Maquiavelo con el tacitismo que do o de la salvación cristiana, algo tan
la crítica a la ortodoxia se vio obligada contrario al mundo oficial de la España
a adoptar en la España barroca. Por ello de entonces. Todo ello hace de Gracián
presenta Jordá el antimaquiavelisimo de una figura excepcional de su momento,
Gracián como una treta para pasar su ma- seguramente por ello tan valorado fuera
quiavelismo, aunque reconociendo que el de nuestras fronteras.
maquiavelismo gracianesco apunta, más Jordá dedica el capítulo 9 a glosar la
que a la vida colectiva, a lo que llama “el amistad en Gracián, mostrando la raíz
arte de prudencia”, que tiene sentido in- griega de su concepción y la conexión
dividual y que parte del supuesto de la que él establece entre ética y estética. En
malicia del hombre, por lo que la moral esta línea realiza un sugerente análisis de
del éxito que predica Gracián se conden- las figuras de Critilo y Andrenio, los dos
sa en aforismos como el que leemos en amigos protagonistas de El Criticón, se-
Oráculo manual: “Quando no puede uno ñalando el sentido de esta amistad “a la
vestirse la piel del León, vístase la de la griega” entre ambos hombres, así como
Vulpeja” La mezcla de Tácito, Maquia- el enaltecimiento de la belleza masculi-
velo y San Ignacio darían como resulta- na, un indicio más de la homosexualidad
do ese producto jesuítico de la intención de Gracián que Jordá desvela al hilo de
(“dirigir la intención”), que es una ma- los modelos masculinos admirados por el
nera de convertir el arte de prudencia en autor del Criticón y de sus escritores y
lo que haga falta para salir con buen pie poetas preferidos.
de cualquier trance: la ocultación, el disi- En definitiva, un libro polémico, a mi
mulo o el engaño. juicio muy innovador sobre el gran au-
Su cristianismo tampoco parece ser tor aragonés, quizá capaz de sacarlo de
propio de un jesuita ni de un creyente los estereotipos que han dominado sobre
convencido. Jordá señala que el “cielo” él. Sin duda es Gracián un escritor difícil
del que habla Gracián es el cielo físico, y de leer, pero la obra de Jordá es una guía
la inmortalidad es inmortalidad de fama. que puede animar a más de uno a desen-
De manera que la visión de la muerte, trañar la apasionante aventura intelectual
El libro está muy bien escrito y el escribió en los años 80 de algunos de los
lector se siente estimulado por los be- libros de Nietzsche publicados por la edi-
llos pensamientos que su autora pone torial “Poesía y Prosa Popular”. Además,
como frontispicios de los capítulos y, lo no quedándose aquí, también incorpora
que es más importante, la secuencia de los que faltaban, pues los capítulos que se
ordenación de las argumentaciones está refieren a las obras no prologadas en esos
muy bien construida. Tiene una apoyatu- años pueden adoptar a la perfección el pa-
ra erudita suficiente y en manera alguna pel de prólogos, hasta cubrir once obras
exagerada y se acompaña de una biblio- de Nietzsche, de las publicadas en vida o
grafía suficiente para un lector interesado dejadas por él preparadas para su publi-
por el pensamiento de María Zambrano cación. Es cierto que no están todas, que
que no ha de ser siempre un especialista. faltan las virulentas críticas a Wagner de
Si acaso me permitiría sugerir que no es 1888: El caso Wagner y Nietzsche contra
necesario escribir tan largo sobre Zambra- Wagner, y las cuatro Intempestivas, escri-
no. Hay quien ha llegado a hablar de esa tas entre 1873 y 1876, razón por la cual si
fascinación que ejerce sobre sus lectores algo se puede reprochar al autor de este
y estudiosos hasta hacer doloroso el final libro es el no haber dedicado algunas pá-
de las páginas. Posiblemente suceda esto. ginas al ciclo intempestivo que, sin duda,
También a Julieta Lizaola. lo merece, no así las diatribas contra Wag-
ner. En todo caso, un defecto menor que
José Luis Mora García no oscurece lo que nos ofrece este texto.
Nietzsche escribió cinco prólogos a
cinco libros no escritos, un manuscrito
LÓPEZ CASTELLÓN, ENRIQUE, Leyendo que enviaría, como presente navideño, a
a Nietzsche. Madrid, Ediciones Uni- Cósima y Richard Wagner a principios
versidad Autónoma de Madrid, 2008, de 1873. Ahora Enrique López Castellón
275 págs. nos ofrece un libro compuesto por once
prólogos de once obras de Nietzsche. En
Si, como F. Nietzsche escribe al final este sentido, Leyendo a Nietzsche vale
del Prólogo de La genealogía de la mo- perfectamente como una introducción
ral, necesita lectores que sepan “rumiar” al pensamiento de este filósofo o, mejor
sus textos, lectores-vaca que los asimilen dicho, como una guía que proporciona
con el tempo lento que demandan para su una orientación valiosa a aquellos que
legibilidad, entonces podemos decir que quieren adentrarse en el difícil territorio
Enrique López Castellón, con este libro, formado por sus libros, o a los que, una
es uno de esos lectores que solicitaba el vez iniciada la exploración del mismo, se
filósofo alemán. Y no es decir poco, pues han perdido en las numerosas encrucija-
alguien que lleva tanto tiempo leyendo a das y falsos atajos tejidos por su pensa-
Nietzsche, que no es, además, un “nie- miento. Pero no se agota aquí el valor del
tzscheano” (signifique esto lo que signi- trabajo de este catedrático de Ética de la
fique), seguro que lo que escriba sobre su Universidad Autónoma de Madrid. Tam-
obra merece la atención de todos los in- bién posee un valor añadido para los co-
teresados en su pensamiento. Y decimos nocedores o incluso “especialistas” en la
tanto tiempo porque este libro reúne, mo- obra de Nietzsche, pues el libro contiene
dificados y ampliados, los prólogos que numerosas observaciones, apreciaciones
y juicios sobre aspectos o ideas de este utiliza Nietzsche para apoyar los plan-
filósofo de indudable interés y destacada teamientos de este libro (pp. 190-193);
agudeza. Esto no significa que todo sea por último, y a propósito de El Anticristo
perfecto, pues no es así, y tal cosa, ade- (cap. X), tanto las influencias de la iz-
más, es imposible, sino que en muchas quierda hegeliana en su crítica al cristia-
ocasiones la presentación-interpretación nismo (pp. 240-242), como las críticas
de sus obras logra una profundidad muy en gran medida acertadas que el autor
distante de una mera introducción, bus- hace de este libro de Nietzsche, en tanto
cando iluminar zonas del pensamiento en cuanto ejemplifica mejor que ningún
Nietzsche que suelen aparecer acompa- otro defectos como la ambigüedad y la
ñadas por la penumbra. Y esto represen- simplificación excesiva en que incurre en
ta otro mérito de este libro: no busca el ocasiones el filósofo alemán.
autor mostrarnos su Nietzsche, algo por Para acabar. El autor de Leyendo a
desgracia demasiado habitual, sino con- Nietzsche nos ofrece dos juicios genera-
tribuir al esclarecimiento de las ideas del les, uno, en la Presentación, sobre la obra
filósofo alemán. Como botón de muestra de Nietzsche, el otro, en el último capítulo
de lo anterior, y sin intención de ser ex- dedicado a Ecce homo, sobre el hombre,
haustivo, me gustaría señalar los siguien- que son merecedores de ser resaltados,
tes logros de este texto: el análisis de las pues muestran una comprensión muy
influencias de moralistas y pensadores certera, en mi opinión, tanto de su pensa-
franceses de los siglos XVII y XVIII miento como de su vida. El primero utiliza
(Pascal, La Rochefoucauld, Fontenelle...) una analogía que tiene como fin hacer ver
en la “filosofía crítica o del desenmasca- al lector desde el principio la pluralidad
ramiento” desplegada por Nietzsche en de motivos y perspectivas que se mezclan
Humano, demasiado humano II (pp. 82- en el tratamiento por parte de Nietzsche
92), y, en términos generales, la exposi- de los problemas que afronta, y advertir-
ción de las características de su crítica a le, de paso, que debe evitar la tentación de
la filosofía, la religión, el arte y la moral cercenar dicha pluralidad quedándose con
en los dos libros de la obra citada y en sólo uno de los puntos de vista que nos
Aurora (caps. II, III y IV); la presenta- ofrece: así como la “mixtura” (kykeón)
ción de Así habló Zaratustra (cap. VI), que bebían los iniciados en los rituales de
un libro tan singular como difícil, y la in- los misterios de Eleusis, un brebaje com-
terpretación que el autor hace de sus mo- puesto por varias sustancias, parece ser
tivos filosóficos fundamentales, de sobra que alguna alucinógena, así se presenta
conocidos (pp. 158-171); la incisiva ex- la obra de Nietzsche, “ya que ésta es una
posición de los conceptos fundamentales mezcla de historia, psicología, filosofía,
de La genealogía de la moral (cap.VIII), crítica literaria y musical, trabada por una
sus apreciaciones sobre esta obra, en la penetrante capacidad de observación que
que Nietzsche alcanza su cima como crí- hace de sus libros un brebaje que a nadie
tico de la moral, de la civilización occi- dejará indiferente” (p. 9). Penetración psi-
dental y de la historia de la humanidad, cológica y perspectivismo, un cierto espí-
así como la breve exposición que hace de ritu enciclopedista que tiene aversión al
las obras científicas (biología, antropolo- sistema y a cualquier enfoque sistemático,
gía, historia y sociología) y de algunos así como un agudo olfato para descubrir
novelistas (Dostoyevski y Stendhal) que los motivos ocultos, afectados irremedia-
Se cierra esta primera parte con el es- dos décadas. La autora estudiará así la
tudio del desarrollo de la vanguardia en trayectoria estética de Alberti y su parti-
España, en la que se hace especial hinca- cular forma de entender su papel como
pié en la figura de José Ortega y Gasset. escritor y como hombre público.
Las diferencias en cuanto a la industriali- Como se desprende del trabajo, estos
zación de España con respecto al resto de tres autores entendieron la vanguardia
Europa, y el no haber sentido los efectos de manera diferente ya que el final de la
de la Primera Guerra Mundial, provoca- Guerra Civil, la tragedia y el desarraigo
ron que en España no hayamos tenido una los obligan a barajar y dar de nuevo y re-
crisis cultural profunda ni el espíritu re- tomar prácticas que habían sido relegadas
volucionario que se puede verificar en los o se daban por proscritas: con el destierro
países donde se gestaron las vanguardias. regresa la institución artística con todos
La autora aborda las vanguardias españo- sus fueros, promesas de redención y pla-
las integrando los distintos campos de la taforma de supervivencia. Los rumbos
cultura a partir de las claves textuales que de Alberti y Ayala marcan los cambios:
se establecen en las diferentes obras de Ayala acentúa la función educadora de la
cada autor determinado y los interrogan- literatura; la poesía de Alberti recompo-
tes y problemas que se derivan de ellas. ne lazos con el campo de la autonomía
Este estudio teórico en torno al com- y con las viejas funciones residuales del
promiso y a la autonomía del arte per- arte, de las que Ramón nunca se había
mite fijar las claves a partir de las cuales desprendido. Se observa una huída de los
conocer cómo entendieron Gómez de la extremos. A su vez, cada uno insistirá en
Serna, Ayala y Alberti la vanguardia y la la continuación de una praxis que estaba
función del arte, que será el tema de la ya delineada en la manera en que cada
segunda parte de este trabajo. El estudio autor entendió, asumió y vivió la van-
sobre Gómez de Serna, que introdujo guardia. Ayala retomará en las revistas
y anticipó las vanguardias en España, Sur y en Realidad, así como en distintas
se centra en su producción de los años universidades de Sud y Norteamérica, su
veinte, momento más sobresaliente de proyecto ilustrado. Alberti, por su parte,
las vanguardias históricas, en el que se volverá a escribir poemas volcados hacia
consolida el arte nuevo. El estudio que las reglas del arte pero mantendrá una
se hace de la producción de Francisco incalculable lealtad al Partido Comunista
Ayala, cuya concepción del arte y de y un vínculo estrecho con la poesía tes-
la literatura lo distancia de Gómez de timonial.
la Serna, parte del conjunto de relatos Si se me acepta la metáfora, barajar y
vanguardistas que escribió entre 1929 dar de nuevo en la circunstancia del exi-
y 1930, aunque no dejará de lado sus lio, diré que Ramón siguió jugando, en
primeros textos. Como se desprende del un tiempo equivocado, su eterno solitario
libro, de estos tres autores Ayala será el de vanguardista, nostálgico del arte por
que siga más fielmente las ideas de Or- el arte que le había dado cobijo. Juega un
tega y Gasset sobre el arte nuevo. Por su solitario sin fin. Y a veces se hace tram-
lado, la relación de Alberti con la van- pas. Paradójicamente, fue su exilio el
guardia será diferente, ya que los dis- menos plateado.
tintos ismos aparecen en sus poemarios Este final de Plata amargo, que en-
en una sucesión lógica que abarcará casi contró a estos tres autores exiliados en
cia para establecer una identidad unívoca provisional en una tierra desconocida a
que nos obliga a replantear la identidad la constitución de la identidad del exilia-
cultural”; y el lugar que ocupa cada uno do. Pasará de centrarse en los españoles
de los personajes históricos que aparecen como el foco de atención en sus prime-
en el texto, de tal manera que se cons- ros escritos, como “Teresita”, a la visión
truye una nueva identidad a partir de los del otro en “La verdadera historia de la
nuevos contextos a-históricos que otorga muerte de Francisco Franco”, donde cen-
a cada personaje. Así, “el fraile que re- tra la narración en un mexicano, Ignacio
coge un huérfano será pederasta para el Jurado, al que le molestan los exiliados
oblato, Diego Fajardo pervierte novicias, españoles que han ido a Méjico porque
la Niña Inmaculada que permanece pura son distintos.
para recibir visitas de la Virgen es, en Mónica Beatriz Musci prefiere hablar
realidad, una lesbiana homofóbica que de la visión de la Argentina de los años
no bien la descubren, huye a ocultarse en noventa a través de la mirada que ofrece
un harén”. La literatura se presenta, pues, Manuel Vázquez Montalbán en Quinteto
como discurso alternativo al hegemónico de Buenos Aires, donde plasma las ten-
y, en este sentido, nos recuerda que nues- siones de la sociedad argentina después
tro conocimiento del mundo es relativo. de la dictadura y “los intentos de unos
Juan Antonio Ennis, en el estudio que por olvidar el pasado reciente frente al
hace de la obra de Jorge Semprún, Le esfuerzo de otros por recordar y man-
mort qu’il faut, publicada en español con tener viva la memoria”. Así, este estu-
el título Viviré con su nombre, moriré con dio indaga la manera a través de la cual
el mío, versa acerca de cómo Semprún Montalbán reconstruye el imaginario de
plantea que la ficción, la literatura, es la una cultura, que sirve como marco para
única vía posible para tratar cabalmente la investigación de Carvalho.
la realidad si se hablamos de la experien- Facundo Vázquez, en “La mirada
cia de un campo de concentración. Así, otra de los niños en Si te dicen que caí
estudia la manera en la que “se construye de Juan Marsé”, tratará cómo la alteridad
y legitima la identidad del sujeto biográ- se construye en la novela a través de los
fico como enunciador de la narración de grupos juveniles, cuya indumentaria y
la historia del horror de los campos de costumbres representan el eje de distin-
concentración nazis, desde un discurso ción de las clases sociales, y del triunfo
literario” y cómo la alteridad entra en de la visión infantil, que muchas veces
juego a través del otro, como víctima que acaba siendo descarnada e incluso bru-
exige la recuperación de su voz para la tal. Los adultos interpretan la realidad a
narración de la historia, de tal manera través de la política, mientras que los ni-
que el superviviente puede narrar desde ños lo hacen a través de sus aventis, que
su doble papel de víctima y testigo. supone una narración ficcionalizada de
Federico Gerhardt estudia el trata- la realidad, la cual es tan terrible que no
miento que ofrece Max Aub del tema del puede asimilarse si no es a través de la
exilio y cómo el lenguaje manifiesta la ficción.
mezcla de la identidad con la alteridad Concluye el libro con el estudio de
en sus escritos. Expone que, con el tiem- conjunto que realizan Raquel Maciuc-
po, su forma de abordar el exilio cambia ci y Natalia Corbellini sobre la obra de
y pasa de concebirlo como un refugio Manuel Vicent “Del café Gijón a Ítaca”,
con una prosa ágil y clara, que facilita y pensamiento, la dolorosa pregunta por el
hace amena su lectura, ilustrada además destino misterioso de la existencia huma-
con imágenes que ponen el rostro de los na. Resulta difícil de entender este repro-
nombres propios de su vida y la portada che, sin embargo, cuando se aplica a un
de notables ediciones de sus principales católico de corazón, cuya labor intelec-
obras. Se incluyen también tres apéndi- tual estuvo consagrada a la historia de las
ces documentales entre los cuales se en- ideas y de las letras hispánicas. Bajo el
cuentra el “Discurso de acción de gracias epígrafe estética, que sería la cuarta clave
al pueblo de Santander”. de su pensamiento, encuentra el lector un
El estudio del profesor Morón Arro- apretado comentario de la Historia de las
yo, por su parte, pretende poner de mani- ideas estéticas en España, considerada
fiesto que Menéndez Pelayo es un clásico aquí como “el libro más perfecto y uni-
del pensamiento, cuya obra sigue tenien- versal del maestro” (p. 145). El profesor
do valor en la actualidad. Para ello co- Morón Arroyo concluye insistiendo en
menta con su habitual maestría las cuatro que la labor historiográfica de Menéndez
claves de su “sistema”, que se convierten Pelayo nada tiene que ver con su instru-
en apartados del trabajo: España, catoli- mentación menéndezpelayista, sino que
cismo, erudición y estética. “Todo con- más bien “soñó con aportar la base desde
siste, escribe, en definir su modo de pre- la cual hacer posible un pensamiento es-
sentar la historia y la realidad de España pañol original” (p. 152).
en su tiempo, la expresión de su catoli- Considero un acierto completar este
cismo, su tipo de erudición, y el papel de volumen con una reedición de la Biblio-
la estética en su pensamiento” (p. 130). grafía comentada de Menéndez Pelayo
Al comentar su españolismo, destaca su que Adolfo Bonilla San Martín añadió a
visión diversificada y descentralizada de la biografía de su maestro en 1914. De
nuestra realidad lingüístico-cultural y su esta manera se facilita el acceso de los
aportación a la historia de nuestro pen- investigadores a este magnífico estudio
samiento. Su apreciación del catolicismo bibliográfico, básico para reconstruir la
de Menéndez Pelayo como no sectario, ni historia editorial de las obras de Menén-
contrario a la razón y a los valores huma- dez Pelayo y para diferenciar la aporta-
nos, tal vez le pueda parecer discutible ción textual de sus primeras ediciones,
al lector que sólo tenga presente su ver- tareas ambas inevitables para abordar
sión invertida de la Historia de las ideas la necesaria revisión crítica de su obra.
religiosas en España como una Historia Además, el discípulo heredero tuvo una
de los heterodoxos…; si bien, parece per- visión clara de quién fue su maestro y de
fectamente defendible que su catolicismo la importancia de su obra, que no convie-
esencial no afectó de manera considera- ne olvidar: “Repasando el contenido de
ble al resto de su obra historiográfica, ni toda esta ciclópea producción —escribe
lastró su personalidad como universita- Bonilla y los subrayados son suyos—, fá-
rio, como historiador crítico de la estéti- cilmente se echa de ver su característica:
ca y de la literatura, o como bibliotecario. Menéndez y Pelayo fue un historiador
En cambio, el profesor Morón Arroyo se crítico de la Literatura y de la Filosofía
hace eco del reproche de Unamuno a la española; su educación fue principal-
erudición histórica del maestro, que le mente humanística; su espíritu, de poeta
habría servido para eludir el auténtico y de artista […] Pasarán muchos años
con Felipe II, emergieron con Felipe III. cia y relevancia política de la persona
Por consiguiente, la Casa de Borgoña en cuestión. Seguidamente, se ofrece
representó a la dinastía e impuso su so- un listado de los servidores ordenados
fisticada etiqueta, mientras que la Casa por oficios. A continuación, se presen-
de Castilla impuso su preeminencia de tan las nóminas de la Casa de Castilla,
reino principal y más poderoso de la para concluir con la relación de los ser-
monarquía. vidores de la Casa de la Reina Margarita
Desde el segundo capítulo hasta el de Austria, así como las Ordenanzas de
quinto se analizan las diferentes sec- dicha casa.
ciones de la Casa del Rey, comenzando El Volumen III, que lleva por sub-
por la Cámara, donde se distingue en- título La Corte, comienza con una in-
tre el servicio de la Casa de Castilla y troducción de J. Martínez Millán en la
la de Borgoña, para profundizar en el que formula los contenidos del presente
pormenorizado estudio de los cargos y volumen y del siguiente. Para ello re-
servidores del entorno más restringido y plantea la decadencia de la monarquía,
próximo al monarca. A continuación se vista tradicionalmente como consecuen-
estudian la caballeriza, la Junta de Obras cia de una crisis productiva, es decir,
y Bosques, como elemento central de la de factores meramente económicos. En
Casa de Castilla, para finalizar con los este sentido, a una crisis económica que
guardias palatinos. El capítulo VI, “La imposibilita mantener un extenso impe-
evolución de la Casa de la Reina y de los rio, le sobreviene una larga crisis polí-
miembros de la Familia Real hispana”, tica (marcada por el gobierno del vali-
se presta mayor atención a los oficios miento) que explicarían la decadencia
femeninos de las casas, así como dichas de la monarquía. Sin embargo, el autor
casas se convertían en otros centros de apunta que existen otros factores tam-
poder en la Corte. El capítulo séptimo bién determinantes que nos permiten
aborda las características del Aposenta- reformular la supuesta decadencia de la
dor y del personal del aposento, de gran monarquía. Dichos factores, que serían
relevancia en un reinado en el que el rey religiosos, culturales, teológicos e, in-
se encontraba gran parte del tiempo de cluso políticos, que explican, al unísono
Jornadas, sin dejar de tener presente el con la introducción primera, el paso de
propio traslado de la Corte a Valladolid. la monarquía hispánica de Felipe II a la
Para concluir el estudio de la Casa del Monarquía Católica de Felipe III. Por
Rey, se nos ofrece un minucioso estudio consiguiente, la supuesta paz propugna-
del “Gasto y financiación de las Casas da desde la monarquía, que sería el he-
Reales”. cho sustancial para marcar el inicio de
El segundo volumen, como ya se la prolongada decadencia, es vista por
ha señalado, está compuesto por unos J. Martínez Millán como una paz pro-
extensos y valiosos apéndices. Prime- movida desde Roma, pues vela por sus
ramente se nos brinda una lista alfabé- intereses.
tica de todos los servidores de la Casa Con estas premisas, este volumen
de Felipe III, complementada con una se estructura en torno a los canales de
biografía de los mismos. Obviamente, transmisión del poder y su flujo dentro
la extensión de dicha biografía se halla de la Corte. Así las cosas, se comienza
en dependencia directa de la importan- analizando la figura del monarca y la
reina, empezando por su educación, que nos a la política y gobierno del valimien-
en este caso, al igual que con Felipe II, to, a partir de las redes clientelares que
el rey recibió una educación castellana, estas mismas familias pudiesen extender.
al mismo tiempo que caballeresca, artís- Los siguientes capítulos, el V y el VI,
tica, literaria y lúdica. Seguidamente, en están dedicados al arte y a la literatura
el Capítulo II, “El favorito del Rey”, Pa- en el ámbito cortesano. Así las cosas,
trick Williams se centra en el estudio del Magdalena de Lapuerta centra su estudio
Duque de Lerma, centrándose en los orí- en la importancia de los objetos artísti-
genes del propio valido, sus acciones de cos como elementos e instrumentos de
gobierno, las redes que lo apoyaban, así las relaciones diplomáticas, forjándo-
como las severas críticas que recibió, que se el coleccionismo como una moda en
coadyuvaron a su caída, en un momento la Corte de Felipe III, que sus nobles y
en el que el valido ya estaba más preocu- otras cortes europeas fueron imitando. El
pado por su nuevo status eclesiástico: el estudio de la literatura presenta tres ver-
cardenalato. tientes diferentes. Por una parte, Antonio
“El sistema polisinodial” se titula el Rey Hazas describe el Madrid de princi-
capítulo III. En él se analiza la institu- pios del siglo XVII, donde convergieron
cionalización de las redes de poder que los mejores literatos de la época. Por otro
mantenían unida la monarquía. Partiendo lado, Jesús Bravo Lozano, estudia la re-
del análisis del Consejo Real, es decir, el lación entre el arbitrismo y la picaresca, a
principal consejo de gobierno y antiguo partir de un minucioso comentario de las
consejo de Castilla, se continúa estudian- obras más importante del período. Por úl-
do los diferentes consejos, comúnmente timo, Eduardo Torres Corominas, analiza
denominados temáticos. El estudio de el papel desempeñado por la novela mo-
los consejos territoriales corresponde a risca. Los dos últimos capítulos del Volu-
Manuel Rivero Rodríguez, quien apunta men III, están dedicados a la “Política y
que la Corte también era una proyección Finanzas” y al papel de los Arbitristas en
mundial de la extensión de la monarquía la monarquía de Felipe III.
(incluso algunos de ellos, como Aragón El extenso Volumen IV, Los Reinos,
o Italia, se presentaban como un micro- considero que no puede ser objeto de un
cosmos dentro del macrocosmos de la comentario tan detallado como los ante-
monarquía, dado que reflejaban el mismo riores debido a que requeriría un propio
esquema de agregación e integración de libro para ello. El primer capítulo del vo-
los diferentes reinos que los componían), lumen, “Una monarquía de Casa Reales
puesto que allí convergían los consejos y y Cortes virreinales”, es realmente una
embajadores de los distintos reinos. Así, introducción al mismo. En ella, M. Rive-
con el retorno de la Corte a Madrid, po- ro Rodríguez plantea que el enorme con-
demos hablar de un proceso de visibiliza- glomerado de reinos se articuló en torno
ción de la monarquía de las naciones me- a las Casas Reales, integrándose así en
diante el afloramiento de las fundaciones el todo de la monarquía. De esta manera,
de cada una de las naciones en la ciudad existían diversos poderes que confluían
Corte. En el capítulo IV, Santiago Martí- siempre en el monarca. Así, los Conse-
nez Hernández, estudia el contrapeso, en jos, que residían en la Corte, eran el pro-
términos de poder, que supusieron todas pio reino representado en Madrid. Por
las familias tituladas de los diferentes rei- otra parte, el poder de los virreyes fue en
de las disputas gremiales sobre la signifi- su experiencia con los grupos de discu-
cación de Ibáñez. Quizá esto introduzca sión frente a sus adversarios políticos e in-
un sesgo distinto, pues el análisis de Mo- telectuales (principalmente, la sociología
reno Pestaña nos presenta al Ibáñez más norteamericana). Para escapar así al mate-
filosófico, apoyándose, no obstante, en el rialismo marxista y a la tradición analítica
gusto de éste mismo por la especulación. anglosajona, Ibáñez acudiría, según nues-
El libro, en realidad, no aporta dema- tro autor, al postmodernismo francés. Su
siados detalles sobre la vida de Ibáñez y originalidad radica en que conectaría así
principalmente contrasta su propio testi- con la generación filosófica dominante en
monio de 1990 apoyándose en otras pu- nuestro país, recuperando, además, temas
blicaciones y en algunas entrevistas (se de su propia educación de postguerra. No
diría que pocas para la complejidad de la obstante, Ibáñez presentaría su crítica de
trayectoria de Ibáñez). La genealogía que la sociología cuantitativa apelando a la au-
ensaya Moreno Pestaña es fundamental- toridad de físicos y matemáticos, es decir,
mente intelectual: se estudia la gestación sin excluir su propia disciplina del ámbito
de su obra a partir de las instituciones y científico. Y todo ello sin renunciar ni a un
los autores que contribuyeron a alum- tono político subversivo ni a la posibilidad
brarla. Así, en los capítulos 2 y 3 recons- de seguir realizando estudios de mercado.
truye brevemente lo que se enseñaba y se La combinación de todas estas pers-
podía leer en la Universidad que frecuen- pectivas en los textos de Ibáñez produjo
tó Ibáñez y encuentra un antecedente in- resultados conceptualmente muy oscu-
sospechado de sus argumentos en el uso ros, pero su éxito, según Moreno Pestaña,
filosófico de la física que propone Zubiri. radicaba en que públicos muy diversos
Ibáñez continuaría aquí sus argumentos podían encontrar ecos satisfactorios de
(como también los de Ortega) sobre cuál sus propias ideas. Y apreciar, además, la
sea el alcance del conocimiento científico dimensión oracular que gradualmente fue
a la vista de resultados como los de Hei- adquiriendo el discurso de Ibáñez (caps.
senberg o Gödel. Aunque Ibáñez se apo- 12-13) al perder su contacto con la prácti-
yase en autores franceses, su conclusión ca sociológica y volcarse enteramente en
no sería muy distinta: si ni la matemática la especulación. Para nuestro autor, Ibáñez
ni la física pueden agotar cuantitativa- degeneró en un “importador de grandes
mente nuestro conocimiento de la reali- nombres” sin la originalidad creativa que
dad, mucho menos podrá la sociología. antes le daba a su pensamiento el trabajo
Tras repasar brevemente la evolución empírico y su propio nomadeo social.
política de los colegiales del César Car- Es muy probable que un uso más sis-
los, el paso de Ibáñez a la investigación temático de archivos y entrevistas matice
de mercados y cómo desarrolla los grupos muchos de los episodios de esta sociogéne-
de discusión (caps. 6-7), Moreno Pestaña sis que nos propone Moreno Pestaña, aun-
aborda la constitución del campo socioló- que no aporte novedades radicales (a juzgar
gico español (caps. 8-9). Como bien mues- por lo que se viene publicando, se diría que
tra el autor, Ibáñez tenía partidarios dentro Ibáñez ya lo contó todo y sólo queda in-
del gremio que finalmente aseguraron su terpretarlo). En cuanto a la valoración de
cooptación a una cátedra de métodos y su trabajo, todo dependerá, en realidad, de
técnicas de investigación. Pero Ibáñez si surgen discípulos con la envergadura
quiso contribuir elaborando teóricamente suficiente para poder recuperar algunas de
historia bajo el prisma de la justicia. A bor, ahí donde encontraron refugio. Cie-
través de tres pensadores emblemáticos rra este conjunto de artículos “La estela
del exilio como lo son Eugenio Ímaz, de Cajal en América” de Francisco Javier
María Zambrano y Adolfo Sánchez Váz- Dosil Mancilla quien nos muestra la pro-
quez, en tres momentos claves de aquella yección que tuvo la escuela histológica
memoria que se enfrentaba a su desapa- de Cajal en México, en especial el papel
rición, Sánchez Cuervo nos muestra esa que desempeñaron en su difusión y con-
promesa aún por realizar, que encierra la tinuidad en el país azteca, sus discípulos
ausencia de cada una de aquellas vidas. y seguidores.
Con este marco como fondo y dando Hay también espacio en este mono-
siempre valor a la historia oral, un grupo gráfico, para aquellas voces e historias
de artículos se centran en el quehacer in- de vida menos escuchadas: las de las mu-
telectual y científico de aquellos rostros jeres republicanas. “La actividad política
olvidados. “El Ateneo Español de Méxi- de las mujeres republicanas en México
co y el exilio intelectual republicano”, de (1940-1960)” de Pilar Domínguez Prats
José María López Sánchez, nos muestra da voz a la historia de las mujeres del
la historia de este importante centro del exilio que hicieron de la esfera privada
exilio español en México, desde su fun- lugar de resistencia que encontró, por
dación en 1949 hasta 1963, centrada en igual, un espacio en la esfera pública.
su lucha contra la dictadura franquista La creación en los años cuarenta de la
y la unidad de las fuerzas republicanas Unión de Mujeres Españolas es muestra
en el exilio. Por otro lado, “Los artistas de ello. Pero también, dentro del exilio,
españoles del éxodo y el llanto bajo el existen otras voces dormidas, marcadas
techo azteca” de Miguel Cabañas Bra- por geografías que abrían nuevas rela-
vo, se aproxima a las características que ciones entre los exiliados, los países de
rodearon y singularizaron a los artistas acogida y aquellos emigrantes españoles
españoles en México, desde los condi- de principios del siglo XX que habían
cionantes sociopolíticos del país que les llegado a América buscando el sueño de
recibió (el nacionalismo y el muralismo), una nueva tierra. A este grupo de artícu-
hasta las agrupaciones que formaron, los pertenecen los trabajos “De isla en
(galerías y talleres) que les acercaron isla: los españoles exiliados en Repú-
al grabado y la ilustración de revistas y blica Dominicana, Puerto Rico y Cuba”
libros. “Los frutos perdidos: los intelec- de Consuelo Naranjo Orovio y Miguel
tuales de la Residencia de Estudiantes en Ángel Puig-Samper, que nos muestra el
el exilio” de Álvaro Ribagorda sigue las exilio en aquellas islas, tan del gusto de
trayectorias vitales de algunos de los in- María Zambrano, que también forman
telectuales de aquella emblemática resi- una parte de aquella historia, quizás la
dencia, después de la Guerra Civil, desde menos conocida. Muchos exiliados des-
el Colegio de España en París, pasando embarcaron en la República Dominicana
por Oxford y Cambridge, hasta el destino donde las condiciones les fueron cada vez
americano en los Estados Unidos, Méxi- más adversas, por lo que posteriormente
co o Argentina, mostrando cómo las re- partieron a México o Puerto Rico (cuya
des de conocimiento fomentadas por la labor en el mundo universitario de aquel
Residencia en aquellos años permitieron país fue crucial) y a Cuba, en donde par-
a muchos exiliados continuar con su la- ticiparon, activamente, en la vida inte-
lectual y artística del país. Precisamente Karl von den Steinen en la región de las
sobre Cuba, el artículo “Itinerarios cu- fuentes del Xingú (1883-1887) y su sig-
banos del exilio gallego” de Pilar Cagiao nificado para el americanismo alemán
Vila y Nancy Pérez Rey, analiza la rela- del siglo XIX” y de Rafael E. Tarragó
ción de Galicia con la Isla, la cual fue, “La Guerra de 1895 en Cuba y sus con-
detrás de Argentina y México, el lugar secuencias”, se cierra este número que
de refugio para muchos exiliados. Cuba deja el sabor de encontrarnos ante el re-
fue un lugar clave donde la emigración planteamiento de nuestra propia historia,
gallega creó redes sociales que sirvieron una tarea que nuestra memoria no puede
de soporte para el posterior exilio de la esperar, a 70 años, precisamente, de ha-
Guerra Civil. De esta manera, “Transte- ber comenzado.
rrados y emigrados: una interpretación
sociopolítica del exilio gallego en 1936” Andrea Luquín Calvo
de Xosé Núñez Seixas y Ruy Farías, se
adentra en las particularidades del exilio
gallego, principalmente en sus dinámicas NOVELLA SUÁREZ, JORGE, El pensamien-
de integración e interacción tanto entre to reaccionario español (1812-1975),
emigrantes y exiliados como en los pro- Madrid, Biblioteca Nueva, 2007, 274
pios países que les acogieron. Cierra este págs.
monográfico “Nos asedian con el silen-
cio, reflexiones de José Cuatrecasas Aru- El hispanismo filosófico tiene en la
mí (1903-1996) en torno a la República heterodoxia su principal motivo investi-
española desde su exilio norteamerica- gador. Hacer emerger la tradición per-
no” de Antonio González Bueno, para sistentemente velada significa reescribir
mostrarnos una más de aquellas histo- la historia de nuestro pensamiento a fin
rias de vida desconocidas. A través de la de que la ciencia y la filosofía españolas
correspondencia entre José Cuatrecasas, contemporáneas no sientan la zozobra
quien fuera director del Jardín Botánico que implica el saberse, precisamente,
de Madrid, con José Asencio y Fernan- extrañas, heterodoxas en su propio ho-
do Valera, se nos muestra el intento del gar. No es contra intuitivo ubicar en este
exilio español en los Estados Unidos por ideal de investigación una obra como la
defender la legalidad republicana en los de Jorge Novella, dedicada al análisis
difíciles años cincuentas que marcaron de la triunfal ortodoxia reaccionaria y
la incorporación del régimen a los foros tradicionalista: habrá de señalar la refe-
internacionales y la ayuda norteamerica- rencia negativa que permita orientarnos
na a la España franquista. plenamente en esta labor reconstructiva
El apartado Biología e historia con y dar pleno sentido a los fenómenos po-
que finaliza este número de Arbor, se líticos contemporáneos.
mantiene fiel al espíritu del monográfico Desde su apertura misma, este estu-
por buscar otra manera de entender nues- dio manifiesta un inequívoco rigor filo-
tros discursos. Con los trabajos de Emi- sófico: siendo su objeto material una de-
lio Cervantes, “Una princesa medieval y terminada tradición cuyo rasgo específi-
otras cuestiones de biología”, de Sandra co consiste en hacer descansar la verdad
Rebok, “Entre la tradición y la innova- en la tradición, a saber, el tradicionalis-
ción: la investigación antropológica de mo, la obra comienza por el esclareci-
por una especie de “superficie” litera- en voz baja ya, cuando lleguen a España.
ria: el estilo orteguiano es muy rico en Nos comunicamos a través de paisajes
metáforas, y sobre todo sus palabras se lejanos, hablamos en idiomas remotos y
llenan de vida y frescor gracias a una nuestras palabras se oyen por el murmu-
clase de presencia personal inalcanzable. llo de parajes distantes —si escuchamos
La pecularidad esencial de los escritos bien. “Cada lengua es una ecuación di-
de José Ortega y Gasset es posiblemente ferente entre manifestaciones y silencios.
su presencia permanente y muy personal Cada pueblo calla unas cosas para poder
en sus ensayos, como él mismo acentuó decir otras. (…) De aquí la enorme difi-
en su Prólogo para alemanes: “que, si se cultad de la traducción: en ella se trata de
pone el dedo sobre cualquiera de mis pá- decir en un idioma precisamente lo que
ginas, se siente el latido de mi corazón”. este idioma tiende a silenciar. Pero, a la
Ortega se dirige a su lector, el que “per- vez, se entrevé lo que traducir puede te-
cibe como si de entre las líneas saliese ner de magnífica empresa…” —escribe
una mano ectoplasmática pero auténtica, Ortega en su ensayo intitulado Miseria
que palpa su persona”. Debo admitir que y esplendor de la traducción. Al hilo de
leyendo el libro con las nuevas traduccio- este pensamiento se me plantea una cues-
nes Ortega me ha seducido. Como si hu- tión: ¿qué es lo que nosotros, los húnga-
biésemos vagado juntos por los paisajes ros silenciamos? ¿Qué es lo que —por el
de Castilla y Asturias, y como si el empu- contrario— enunciamos? ¿Y qué puede
je para nuestro viaje se hubiera originado ser aquel significado, que únicamente se
en la mirada táctil de la pupila castellana, nos revela por el hispanismo —a la vez
la que no sólo se posa en los elementos modesto y orgulloso— de José Ortega y
del paisaje, sino tomando impulso a la Gassset? ¿Acaso existe una especie de
vez, se lanza de nuevo. Como si la flecha “destino verbal” de nuestra lengua mater-
visual reanimada por las palabras se hu- na? Y si lo hay, ¿cuál nos toca? A raíz de
biese disparado hacia tiempos y espacios esto me viene a la memoria una anécdota.
aparentemente infinitos, deslizándose En 1974, con motivo del 85 cumpleaños
por encima de la Meseta, a través de la de Martin Heidegger, los colaboradores
Cordillera Cantábrica, hasta volver para de la revista húngara Mérleg [Balanza]
descansar aquí conmigo, en casa. Espa- saludaron al filósofo. Heidegger apro-
cialidad existencial de principios de los vechó la ocasión para preguntar por los
años 1920. problemas relacionados con la traducción
“Caza de paisajes” —en esta expre- de sus escritos al húngaro. Al enterarse de
sión condensa Ortega el propósito de que nuestro idioma ofrecía la posibilidad
nuestro viaje imaginario, y nuestro mayor de la derivación directa del verbo “gon-
“botín” son los castillos y las catedrales. dolkodni” [pensar / Denken] desde la raíz
Aunque estén en ruinas, todavía son in- verbal “gond” [cuidado / Sorge], anotaba
destructibles— así me los imagino, como inmediatamente esta “interdependencia”
fondos intrépidos del pasado heroico de interesante de palabras húngaras en su
pueblos. Me son familiares. Castillos des- libreta, pues tenía la convicción de que
coloridos por el sol, “trivios o cuadrivios”, había ciertas “palabras fundamentales”,
que en Hungría tampoco nos han faltado capaces de sintetizar la filosofía, la forma
nunca, aun cuando en el babel de voces de pensar, o la mentalidad de un pueblo
nuestras palabras suenen de lejos y quizás entero. Por consiguiente, nosotros, los
te, sino que radica también en aquella ne- ser no reiterable e insustituible. Y no ol-
gligencia que no presta atención al curso videmos: “Hegel encontró una idea que
de cómo nuestras palabras van perdiendo refleja muy lindamente nuestra difícil si-
su significado despojadas de seriedad, de tuación, un imperativo que nos propone
sus veras, de fuerza vital — se está se- mezclar acertadamente la modestia y el
cando el arraigo verbal de la Realidad. orgullo: Tened —dice— el valor de equi-
Las palabras vacías que nos quedan son vocaros.”
como conchas sin vida: esplendorosas
por fuera pero vacías por dentro — si la Petra Horváth
Realidad fuera un océano, flotarían in-
grávidas sobre las profundidades de su
lecho enturbiando el agua en su alrede- PARDO TOMÁS, JOSÉ, El médico en la
dor. Hoy se oye tal disfonía que aquello palestra. Diego Mateo Zapata (1664-
ya se precipita en el silencio propio. No 1745) y la ciencia moderna en Espa-
es que acallemos o retengamos las pa- ña. Salamanca, Junta de Castilla y
labras, sino que más bien abusamos de León/Caja Duero, 2004, 456 págs.
ellas con frecuencia. Pero aún así el Si-
lencio entraña las posibilidades infinitas El motivo primordial de esta reseña
de la pronunciación de la Verdad. Tal vez no es otro que realizar un resumen y co-
sea esta la razón por la que los ensayos de mentario sobre el bellísimo y excelente
Ortega están entretejidos de metáforas. estudio de José Pardo Tomás sobre la
Ortega ejemplifica la intuición. Enseña a vida y obra del Dr. Diego Mateo Zapa-
pensar. A través de la palabra el sonido ta (1664-1745), ilustre médico murciano
se hace visible: vemos cómo se plasma que vivió en la primera parte del siglo
el sentido. Vemos cómo las palabras van XVIII. Este libro es el fruto de una larga
cobrando vida en pos de su pluma. Lo y detenida investigación llevada a cabo
intuido atrae el hombre por el lenguaje dentro del Proyecto Zapata del Depar-
intermediario del pensamiento y lo con- tamento de Historia de la Ciencia de la
templado finalmente se puede materiali- Institución Milá y Fontanals (C.S.I.C.) a
zar en su cuerpo sonoro. “Cada hombre lo largo de los años 1992-2003. Es par-
tiene una misión de verdad. (…) lo que te de un proyecto de investigación sobre
de la realidad ve mi pupila no lo ve otra. la elaboración de biografías de médicos
Somos insustituibles, somos necesarios. cortesanos españoles en los siglos XVII
(…) Voy, pues, a describir la vertiente y XVIII. Ver: José Pardo Tomás y Alvar
que hacia mí envía la realidad. Si no es Martínez Vidal. “Presencias y silencios.
la más pintoresca ¿tengo yo la culpa?”. Biografías de médicos en el Antiguo Ré-
A la cuestión tiene que contestar cada gimen”. Asclepio. Vol. LVII-1-2005, pp.
uno por sí mismo, mientras emprenda la 55-66.
misión heredada: inclinar “el oído pura En esta obra, el autor sitúa la vida y la
y fielmente a los rumores de nuestro co- obra del Dr. Zapata dentro del contexto
razón”, reanimar la fuerza creadora del de final del siglo XVII y principios del
Silencio, y ante todo respetar la estructu- XVIII subrayando aspectos que la histo-
ra intrínseca de la Realidad circundante: riografía ha señalado como de especial
el paisaje que nos rodea, el Otro que nos importancia para la medicina y la ciencia
abrazara —con aceptación y alegría, por española.
Por lo tanto, en este libro nos brinda PLA BRUGAT, DOLORES (COORD.), Pan,
una magnífica biografía de un médico que trabajo y hogar. El exilio republicano
irónicamente pasó su vida de ser acusado español en América Latina. Prólogo
de judaizante a ser médico de gran presti- de Nicolás Sánchez Albornoz, Méxi-
gio profesional en la Corte de Carlos II. co D.F., Instituto Nacional de Migra-
Este estudio, como los anteriores de ción, Centro de Estudios Migratorios,
Pardo, por ejemplo, Ciencia y censura. La Instituto Nacional de Antropología e
Inquisición Española y los libros científi- Historia, DGE Ediciones, 2007, 643
cos en los siglos XVI y XVII y sus excelen- págs.
tes trabajos sobre la difusión en Europa de
la materia médica, la vida y obra del Dr. Hablamos de un libro, fruto de am-
Francisco Hernández, así como sus traba- plias investigaciones sobre el exilio re-
jos sobre los nuevos alimentos elaborados publicano español en América Latina.
en colaboración con López Piñero y Ló- Con un título sugerente tomado de los
pez Terrada son ejemplos de los más se- Epigramas americanos (1945) de Enri-
rios trabajos de investigación en el campo que Díez-Canedo: “Lo que una vez me
de la historia de la medicina en España. arrebató la vida, pan, trabajo y hogar, tú
En definitiva, el lector tendrá en sus ma- me lo has dado...”, analiza la llegada y
nos un cuidadoso libro que nos permitirá establecimiento de los exiliados a tierras
ahondar aun más y mayor sobre la imagen americanas.
olvidada pero imprescindible del Dr. Die- No es fácil resumir en breves páginas
go Zapata y el contexto histórico y social el exilio de 1939. Y menos si se trata de
en que se desarrolló su vida. un libro que ha conseguido aunar, aparte
Como colofón, vale la pena subrayar del prólogo de Nicolás Sánchez Albornoz
el gran esfuerzo que ha hecho la Junta de y la introducción de Dolores Pla Brugat
Castilla y León/Consejería de Cultura y —que ponen de manifiesto la importan-
Turismo en su labor editorial con la serie cia de América Latina en la recepción
Estudios de Historia de la Ciencia y de de exiliados—, ocho artículos sobre el
Técnica de la cual este trabajo forma par- exilio en México, Argentina, Venezuela,
te. Dentro de esta serie tenemos los exce- República Dominicana, Chile, Colombia
lentes estudios sobre Andrés Laguna de y Puerto Rico, en unas condensadas seis-
González Manjarrés (2000), los ensayos cientas cuarenta y tres páginas.
sobre Laguna, Humanismo, ciencia y po- Es un libro dedicado a un público ma-
lítica en la Europa Renacentista (2001), yoritario, tanto para lectores especializa-
así como las magníficas ediciones del dos como para los no conocedores, donde
manuscrito de Recchi (Hernández), De se parte de unos puntos en común —pues-
materia médica Novae Hispaniae de la tos de relieve en la introducción— que
Dra. Raquel Álvarez y la edición de la dan unidad a la obra. Se analiza la pos-
Descripción de algunas plantas raras en- tura del país receptor, las fechas y vías a
contradas en España y Portugal (2005) través de las cuales llegan los refugiados,
de Clusio, trabajo llevado a cabo por Luís su estimación numérica y composición,
Ramón-Laca Menéndez de Luarca y Ra- características de la sociedad de acogida,
món Morales Valverde. vínculos con los gobiernos latinoameri-
canos, organización de los exiliados, ám-
Rafael Chabrán bitos en los que colaboraron —políticos,
El arribo de los españoles no tuvo las intermedia, afirmando los vínculos entre
características de conflicto de otros paí- España y América Latina, ambas con his-
ses. Estos intelectuales habían preparado torias paralelas.
bien la recepción. La profesora Consuelo En suma, se trata de una obra bien tra-
Naranjo profundiza en estas biografías y bajada que resume años de investigación,
nos proporciona datos de sumo interés de contacto con los exiliados y su histo-
a través del Archivo Federico de Onís ria. Un texto de obligada referencia.
(AFO), y Archivo Central de la Univer-
sidad de Puerto Rico (ACUPR) de Pedro Yolanda Blasco Gil
Salinas, Vicente Llorens Castillo, Segun-
do Serrano Poncela, Manuel García Pe-
layo, Francisco Ayala, Luis de Zulueta... PONS, ARNAU Y SKRANEC, SIMONA (EDS.),
Por último, el exilio de los artistas. Carrers de frontera. Passatges de la
Y acaba con un epílogo sobre los pro- cultura alemanya a la cultura catala-
yectos de los intelectuales que salieron na. Vol. II., Barcelona, Institut Ramón
de España como una vía de continuidad Llull, 2007, 487 págs.
de su tarea y de colaboración entre los
refugiados... Concluye que será nece- Es el segundo volumen (véase la re-
sario estudiar las redes culturales que seña del primero en el número anterior)
existían en cada país antes de la guerra dedicado a las relaciones entre la cul-
y ver cómo sirvieron para la llegada e tura alemana y la catalana, en este caso
incorporación al mundo laboral de los centradas en la presencia de Cataluña en
exiliados... “En el exilio —afirma— se Alemania. Como recuerda Josep Buga-
trasplantaron modelos de organización lló, director del Instituto Ramón Llull,
científica que ya existían en España y la obra llegó a tiempo para estar presen-
se vincularon grupos de trabajo que, a te en la Feria Internacional del Libro de
pesar de estar en distintos países, logra- Frankfurt 2007, en la que la cultura ca-
ron formar redes, perpetuando escuelas, talana era invitada especial. Aquí queda
métodos y proyectos de investigación atinadamente reflejada la apertura de esta
nacidos en España”. Si bien me atrevería cultura hacia otras, en esta ocasión la ale-
a señalar que cabría analizar cómo se cu- mana. No en vano fue el impresor Johan
brieron los puestos que dejaron vacantes Rosenbach, nacido en Heidelberg, quien,
en sus lugares de origen —universitarios, instalado en Barcelona, escribió en 1502
profesionales, obreros cualificados...—, un Vocabulari molt profitós per aprendre
de los que se vieron forzados a huir. De lo catalan alemany y lo alemany catalan,
esta manera podríamos contraponer el primera muestra bibliográfica de enlace
caudal científico y profesional que reci- entre las dos culturas.
bió el país de acogida y el que se perdió El mismo título del libro, de resonan-
en España. cias benjaminianas, es interesante. Nor-
Pero, sin duda, en esta búsqueda for- malmente se entienden las lenguas como
zosa de “Pan, trabajo y hogar” ambas fronteras, es decir, como límites que indi-
partes ganaron, los refugiados y los paí- can un espacio de comprensión entre los
ses que los recibieron. La ruptura de la hablantes que ocupan tal espacio, tras el
guerra y el exilio dará lugar a la forma- cual vienen otros hablantes que forman
ción de nuevas identidades, una identidad un espacio cultural no comprensible des-
de el primero. Este libro muestra preci- de éste, en Wagner. Pero quizá una de las
samente que tal visión de la frontera es partes más interesantes del libro es la re-
sólo una parte de ella, ya que la frontera lativa al estudio de la lengua y literatura
es también paso. Gracias a la traducción catalanas en Alemania. La romanística
el texto se hace accesible al lector de otra alemana nace siguiendo el modelo de
lengua. De ahí la importancia de las tra- germanística iniciado por Jacob Grimm
ducciones. El titulo “carrers de frontera”, (1785-1863); Friedrich Diez (1794-1876)
calles de frontera, indica el paso de una escribe una Grammatik der romanischen
cultura a otra. Y que este paso se tran- Sprachen (1836-1842); en su 2ª edición,
sita efectivamente se muestra con los 53 1856, deja establecido el catalán como
títulos catalanes traducidos al alemán en lengua; Karl Lenz, por su parte, traduce
2007, una cifra considerable para una en 1842 la obra de Ramón Muntaner Cró-
lengua que no es la de ninguna potencia nica; Viktor M. O. Denk publica en 1893
mundial, sino la de un espacio mediterrá- Einführung in die Geschichte der altca-
neo que cuida su tradición cultural como talanischen Literatur von deren Anfän-
expresión de un bien que enriquece a gen bis zum 18. Jahrhundert; Johannes
España, a Europa y al mundo entero. La Fastenraht publica en 1890 Catalinische
lengua catalana tiene bastante soporte en Troubadoure der Gegenwart; el Archidu-
Alemania, donde cuenta con más univer- que Luis Salvador publica en 7 volúme-
sidades que la enseñan que cualquier otro nes, en Leipzig, Die Balearen: Geschich-
país del mundo, 26. Títulos como El llibre te im Wort und Bild (1869-1891); Gustav
de merevelles, de Llull, Tirant lo Blanc, de Gröber dirige el colectivo Grundriss der
Joanot Martorell, Vida privada, de Josep romanischen Philologie (1888), en el que
M. Segarra, El quadern gris, de Josep Pla, Morel Fatio escribe el artículo sobre el
Quanta, quanta guerra, de Mercè Rodo- catalán; Bernhard Schädel publica en
reda, y tantos otros son parte de ellos. 1904 Untersuchungen zur katalanischen
El volumen contiene al comienzo Literaturentwicklung. Eberhard Vogel,
datos sobre la misma lengua catalana y además de traducir obras catalanas, es-
de la lengua alemana en Cataluña. El ex- cribe en 1911 Taschenwörterbuch der
presidente Jordi Pujol escribe un texto katalanischen und deutschen Sprache
(extraído de sus memorias) sobre su ex- (la parte de alemán-catalán, apareció en
periencia como alumno del Colegio Ale- 1916). Son ejemplos de algunos hitos de
mán de Barcelona. Además, se incluyen la extensa relación mediante la cual se va
otros textos sobre la Escuela Suiza y so- transitando este “carrer de fronteres”.
bre el Goethe Institut de Barcelona. El libro ofrece también información
En 1880 Wilhelm von Humboldt es- sobre instituciones tan importantes para
tuvo en Montserrat y escribió Der Mont- las relaciones entre Cataluña y Alemania
serrat bei Barcelona en forma de carta como el Raimundus-Lullus-Institut, de
a Goethe, al que dice cómo la soledad la Universidad de Friburgo de Brisgovia,
imponente de esa montaña le hace revi- que cuenta con unos tres mil microfilmes
vir lo escrito por éste en su poema Die de los manuscritos de Llull en latín y ca-
Geheimnisse (1784). También Herder y talán, dispersos por diversas bibliotecas.
Schiller evocaron este escrito de Hum- Ivo Salzinger había editado en Magun-
boldt, que halló posteriores resonancias cia 8 volúmenes de Beati Raimundi Lu-
en Wolfram von Eschenbach y, a través lli Opera, que no comprendían más que
Rescatar este eslabón perdido es la ta- desde una perspectiva política que re-
rea del capítulo séptimo: “Kant y el pro- tiene los vínculos con las obras ante-
blema de la metapolítica”, donde se pone riores de las que ya se ha hablado. El
sobre la mesa una serie de cuestiones re- capítulo es valioso por lo que tiene de
levantes. En primer lugar, la relectura a tour de force entre ambos contendien-
la que Heidegger somete a Kant con el tes: el intérprete de Heidegger se pelea
propósito de fundar ontológicamente la no sólo con el propio Heidegger, sino
razón humana, es decir, de desmontar la consigo mismo y su deseo de perderse
pregunta kantiana por la naturaleza hu- en el juego etimológico planteado por
mana (antropología) y de reformularla en el filósofo. El combate de interpreta-
los términos de la relación entre el ser y ciones tiene lugar alrededor de la pre-
el tiempo. Ya no se trataría, entonces, de gunta por el ser (y no más bien la nada)
la razón humana, puesto que ya no existe que Heidegger lanza a sus alumnos en
“el hombre”, sino de una razón anclada 1935, año de las Leyes de Nüremberg:
histórico-existencialmente que le perte- la metafísica, preguntando por el ser,
nece al pueblo (Volk), cargado por siglos conduce (hineinführen, verbo donde re-
de pre-comprensiones y pre-juicios hasta suenan notablemente la “dirección” y el
llegar a “lo previo a cualquier argumento” “liderazgo”) a los filósofos potenciales
(p. 175). A la luz de lo que ha averiguado hacia el pensamiento de la tierra; sólo
en el capítulo anterior sobre la historici- que aquí pensar no significa contemplar
dad, Quesada desgrana las consecuencias la tierra, sino dominarla espiritualmente
políticas de este ataque a la razón del frente a aquéllos que no están capacita-
sujeto moderno, porque “las cuestiones dos —existencialmente— para hacerlo.
puramente epistemológicas son propias Nos encontramos, entonces, de vuel-
del desarraigo al que ha llegado la propia ta en la tecnociencia nazi: geopolítica y
forma de hacer filosofía” (p. 165). Es de- tecnociencia, sí, pero no con los medios
cir, en este sentido, la epistemología no técnicos de Occidente, sino mediante la
es inocente, pero no lo es sobre todo para técnica alemana que arraiga en su suelo y
la ontología heideggeriana; lo que se pre- que se dedica a cultivarlo. Quesada vuel-
senta como una crítica de la razón pura ve así al punto de partida, descubriendo
kantiana es en realidad un ataque desde en la “resistencia espiritual” del filó-
el suelo alemán a la razón desarraigada, sofo Heidegger, a partir de su dimisión
abstracta, exiliada que ha invadido la fi- como Rector, una lucha interna dentro
losofía en Occidente, de la cual Kant se- del nacional-racismo entre dos de sus
ría sólo el ejemplar más excelso. vertientes: la científico-técnica que imita
“La pregunta por el ser tiene su y quiere superar a Occidente, y la eco-
geopolítica: Grecia y Alemania como lógico-técnica que cuida de la existencia
pueblos espirituales y guardianes del propiamente alemana en su singularidad
ser” (p. 171). Lo que afirma Quesada va metafísica, y que desde allí la “irradia”
a ser demostrado en el capítulo climáti- al resto de Europa; una diferencia que,
co del libro, el octavo: “La Metafísica en último término, parece de matiz, pero
como “conducción” de la geopolítica que no afecta desde luego a la legislación
mundial: Alemania y el destino nacio- racial, como tampoco a la creencia en la
nalsocialista de Occidente”, donde se superioridad moral de Alemania. La úl-
investiga Introducción a la metafísica tima vertiente proporciona una siniestra
coartada a aquellos que consideran que la nada que nos amenaza, equivale en
Heidegger en realidad se opuso al na- términos políticos y jurídicos a decidir
zismo, coartada que este libro consigue quién es el enemigo al que debemos
desmontar casi por completo. La única erradicar para seguir viviendo. Puesto
manera de saber cuáles son las caracte- que tanto Heidegger como Schmitt dieron
rísticas del pueblo metafísico, ecológico su aprobación explícita a las medidas de
y agricultor defendido por Heidegger protección de la sangre alemana (1935),
consiste en averiguar con qué actos y pa- no cabe duda acerca de cuáles eran los
labras respaldaba sus afirmaciones, des- enemigos de esta existencia alemana
tinadas a la educación del pueblo y de sus que se empeñaba no ya en persistir
élites. El autor de Heidegger de camino (históricamente), sino en ser más alemana
al Holocausto hila muy fino porque así lo que nunca. De este modo brillante, que se
comprende: cursos, conferencias públi- atreve a discutir la relación entre filosofía
cas ante auditorios escogidos, palabras, y política sin velos mixtificadores,
lecturas y silencios, todo ello sirve para Heidegger de camino al Holocausto
establecer lo que ratificaba ónticamente deja de ser un lema provocador para
Heidegger cuando se refería a la existen- convertirse en un argumento fundado,
cia alemana entre 1922 y 1936. discutible en muchos de sus puntos, pero
El libro alcanza sus cotas más altas sumamente necesario sobre todo para
durante el análisis, pausado e incisivo, aquellos que quieren pensar el ser sin
de Introducción a la metafísica, que pisar nunca las calles en las que viven sus
se extiende a lo largo de los últimos conciudadanos.
capítulos: el noveno examina “la La obra termina con un contrapun-
esencialización del Ser y los “informes” to sobre Paul Valéry y Jacques Derrida,
sobre la “procedencia” (Herkunft)”, escrito con la intención de “volver al
procedencia que no puede ser otra Mediterráneo, al Sur y al latín” (p. 297)
cosa que étnica; mientras el décimo se contra el modelo ario. Este final enlaza
dedica a la tarea de “delimitación” del con gran parte de las preocupaciones
ser, en concreto a las “refundaciones previas del autor —la poesía, la novela,
nazifascistas de “logos” y “percepción”, la traducción— que han servido de trans-
“justicia” y “polis”, donde la apropiación fondo en su tour de force con Heidegger.
racial y cultural de Grecia —con su También a éste le preocupaban la poesía,
filosofía y su política— es articulada la novela y la traducción —el lenguaje,
con gran precisión. En este contexto, al fin y al cabo— de una manera harto
uno de los grandes hallazgos de Quesada diferente. Quesada quiere, pues, rescatar
consiste en iluminar el vínculo entre la el lenguaje de la filosofía de Heidegger
pregunta metafísica por el ser frente a la y devolverlo a su ámbito de discusión y
nada, que lleva a cabo Heidegger, y la de coro de individualidades; a su espacio
distinción clara y concreta del enemigo político democrático y liberal, entonces.
existencial, introducida por Carl Schmitt Es esta una de las preocupaciones persis-
en 1927 y refinada en 1935 con arreglo a tentes del autor, y la principal motivación
la fundación de un Derecho nazi. Desde que subyace a la escritura de este libro a
este punto de vista, Quesada deja claro la vez apasionado y apasionante.
que inquirir sobre el ser que somos en
un momento histórico concreto, contra Lucía Fernández-Flórez
REQUENO VIVES, VICENTE, Escritos filo- co mil—, se desconoce casi todo. Los
sóficos. Edición de Antonio Astorga- historiadores han puesto el énfasis en el
no Abajo. Prensas Universitarias de descubrimiento de los posibles motivos
Zaragoza / Instituto de Estudios Al- de la expulsión, pero se han olvidado de
toaragoneses / Instituto de Estudios indagar la tragedia humana que sufrieron
Turolenses / Gobierno de Aragón. Za- estos compatriotas nuestros que se vieron
ragoza, 2008. 716 págs. obligados a abandonar sus residencias,
sus pertenencias y sus trabajos, y que
Vicente Requeno Vives pertene- durante años vagaron por tierras italianas
cía a la Compañía de Jesús cuando sus en busca de alguien que se apiadase de
miembros fueron expulsados de España ellos.
y sus Territorios de Ultramar por orden La presente obra está centrada en el
del rey Carlos III, según un Decreto de jesuita aragonés Vicente Requeno Vives,
1767. Esta Orden religiosa representaba natural de Calatorao (Zaragoza), el cual
en aquel momento la minoría culta más sufrió la expulsión a los 24 años de edad,
importante de España. Pero, mientras siendo aún estudiante de Teología. Los
en el plano filosófico daban muestras de jesuitas aragoneses fueron conducidos al
apertura a algunas novedades filosóficas, puerto de Salou para su embarque, cami-
como se puede apreciar en los profeso- no del puerto pontificio de Civittavechia.
res de la Universidad cervariense, por el Al llegar aquí, les prohibieron desembar-
contrario, en el plano político-religioso car en los Estados Pontificios. Por este
los jesuitas seguían aferrados a prácticas motivo se dirigió el barco a la isla de Cór-
propias del Antiguo Régimen. cega. Aquí pasaron más de un año como
Los historiadores que han estudiado si se tratase de unos apestados. Al final,
la expulsión de los jesuitas decretada por se compadecieron de ellos y les permitie-
Carlos III han centrado su atención, casi ron establecer su residencia en el estado
exclusivamente, en los jesuitas de mayor pontificio de Ferrara, pero dispersados en
trascendencia cultural, como Francis- sus ciudades y pueblos. Cada uno debía
co Javier Llampillas (1731-1810), que buscarse la vida como pudiera.
defendió con ardor la originalidad de la El joven Vicente Requeno se adaptó
literatura española frente a los ataques de pronto y bien a la nueva circunstancia
algunos escritores italianos, y en Lorenzo que le tocó vivir. Aprendió la lengua, has-
Hervás y Panduro (1735-1809), uno de ta llegar a escribir en italiano mejor que
los más altos exponentes de la ciencia es- en español. Tuvo la suerte de encontrar
pañola de ese siglo. Igualmente, resaltan un mecenas que le introdujo en los cír-
obra escrita en 7 volúmenes (1782-1799) culos intelectuales italianos, a través de
sobre literatura, del jesuita expulso Juan los cuales conoció a fondo las ideas del
Andrés, así como los escritos de estética movimiento ilustrado. Leyó directamen-
de Estaban Arteaga (1747-1799), en es- te las obras de los principales ilustrados
pecial su obra La belleza ideal. A juicio europeos. Requeno pasó de la España
de Menéndez Pelayo, Farinelli y Batllori, pre-ilustrada a la Italia ilustrada.
Esteban Arteaga fue un filósofo original Sus primeros escritos versaron so-
que intuyó ideas propias del siglo XIX. bre temas de historia antigua de Italia.
Del resto de jesuitas diseminados Su obra más original en esta cuestión es
por los Estados Pontificios —unos cin- un estudio sobre la técnica del encausto
—tinta roja de las pinturas— y sobre las guna de dos obras alcanzó los honores
medallas. Se conservan bastantes manus- de la impresión, ni en Italia ni en Es-
critos inéditos suyos que tratan sobre elo- paña. A su juicio, en el caso de España
cuencia, retórica y lógica o arte de pen- se debía a la falta de “ilustración” de
sar. Más tarde entró en el debate “Ilustra- sus compatriotas. «Las escasas luces de
ción — Cristianismo”. Fruto del mismo filosofía en España sería causa de que
es su ensayo filosófico titulado: Sobre los no se apreciasen, si ahora se publicasen
caracteres personales dignos del hombre estas mis invenciones; mas, quién sabe
en sociedad. El tema de los caracteres no si, en lo porvenir, cambiándose el gus-
era nuevo. Sobre él habían escrito antes to, no habrá mayores luces para que se
Teofrasto, Ibn Gabirol, Baltasar Gracián, haga de mis ideas el caso que ellas se
Monteigne, Pascal, La Bruyère, La Ro- merecen».
chefoucauld, entre otros. Requeno no se La presente edición de estas dos obras
propuso crear un modelo de hombre para ha corrido a cargo del profesor Antonio
su tiempo, al estilo de los autores antes Astorgano, quien las ha anotado con pro-
señalados, sino reivindicar la vigencia fusión, y ha incluido una Introducción
del modelo tradicional cristiano frente al esclarecedora sobre aquel momento his-
que habían creado los Ilustrados. Reque- tórico. La valoración de Antonio Astor-
no advierte en este escrito que se propone gano sobre estas dos obras filosóficas,
frenar la fuerza desbordante que estaban se resumen así: 1) El jesuita Requeno
tomando las ideas ilustradas entre la ju- poseía una información filosófica de pri-
ventud. Redactó la obra en lengua italia- mera mano. 2) Requeno conoció hasta el
na, pero la tradujo al español durante el fondo el pensamiento de los Ilustrados:
paréntesis de tres años que pasó con su ingleses, franceses, italianos, principal-
familia en Zaragoza a su vuelta de Italia mente. 3) Requeno mantuvo las convic-
(1798-1801). Parece ser que, al quedar el ciones religiosas, morales y políticas que
Estado de Ferrara bajo el dominio fran- se trajo de España. «Busqué encauzar
cés, los jesuitas se sintieron liberados de el río abundante de la Ilustración», es-
la condición de desterrados, y algunos cribe el jesuita aragonés. En la presente
de ellos volvieron a su lugar de origen. edición se incluyen las dos redacciones
Requeno fue uno de éstos. Pero de nue- (italiana y española) de la obra: Sobre los
vo fue expulsado de España y se volvió caracteres personales dignos del hombre
a Italia. en sociedad. La redacción italiana Del
Otra obra, que también tradujo al es- origen de las sensaciones humanas, no
pañol durante la breve estancia en Za- se ha conservado.
ragoza, fue Las sensaciones humanas y El profesor Antonio Astorgano está
sus órganos, su obra más filosófica. En contribuyendo con sus trabajos sobre los
ella explica el origen del conocimiento jesuitas expulsos del siglo XVIII a supe-
humano, rebatiendo especialmente la rar las lagunas existentes sobre aquel he-
explicación sensista y materialista del cho dramático para las personas y para la
barón de Holbach. «Para no dar en estos cultura de España, preludio de la cadena
ruinosos sistemas filosóficos, es nece- de destierros y de incomprensiones —de
saria otra doctrina de la que Locke nos uno y otro signo— que ha continuado a
dejó sobre el origen de las ideas y de las lo largo de dos siglos en nuestra patria.
sensaciones que nos las excitan». Nin- Los estudiosos de las Reales Academias
de Amigos del País encontrarán en esta yecto personal. Aspecto que considero
obra información de primera mano. importante, ya que, de haber ido destina-
do a la publicación, seguramente tendrían
Jorge M. Ayala otro carácter. En su análisis del Diario la
autora destaca una contraposición entre
norte-sur que ella cree determinante y
RODRÍGUEZ BARRAZA, ADRIANA, Identi- que no sé si el lector entenderá bien, pues
dad lingüística y nación cultural en J. hay textos (como el de la página 59: “otra
G. Herder, Madrid, Biblioteca Nueva/ corriente que va desde el norte hacia Eu-
Ediciones de la Universidad Autóno- ropa”) en que no queda claro qué es el
ma de Madrid, 2008, 265 págs. norte, qué es el sur y dónde está Europa.
Lo que sí queda claro es que Herder es
Un libro sobre Herder escrito en espa- deudor de la cultura ilustrada de la épo-
ñol es un acontecimiento cultural, dada la ca, en la que las cuestiones del medio (el
escasez de bibliografía española sobre él. lugar, el clima, los hábitos, etc.) tuvieron
La autora trata los temas más relevantes gran importancia a la hora de estudiar
de la obra herderiana, la cual se caracteri- las distintas civilizaciones. Igualmente
za por una gran amplitud de perspectivas, atiende la autora a lo que en realidad es
pero girando siempre alrededor de algu- el tema central y destacado por Herder
nos núcleos principales, como la lengua, en el Diario: su preocupación pedagó-
la historia, el arte, la literatura. Cuando gica. Rodríguez Barraza ha visto muy
Herder aborda específicamente uno de bien que la preocupación y los proyectos
estos núcleos suele conectarlo con todos pedagógicos de Herder son críticos con
los demás, sin que por ello resulte repeti- la Ilustración. Quizá se podría matizar la
tivo, sino siempre novedoso, fresco, ofre- posición herderiana general respecto de
ciendo de continuo visiones originales. esa crítica a la Ilustración y, concreta-
Rodríguez Barraza se enfrenta con mente, a la Ilustración francesa, ya que el
maestría a las consideraciones sobre el Diario es más un borrador de proyectos y
arte en que Herder compara las posicio- opiniones de un joven de 25 años que una
nes de Winckelmann y de Lessing, co- obra destinada a exponer para el público
mentando uno de los primeros escritos posiciones consolidadas.
herderianos, la primera Silva crítica. El Si comentando el Diario alude la au-
lector obtiene en este comentario opor- tora a cuestiones de identidad, tema que
tunas ampliaciones que ayudan a situarse destaca mucho en términos actuales, en
en el contexto y a identificar los nombres, su tratamiento de Ensayo sobre el origen
especialmente de los mismos Winkel- del lenguaje (la principal obra de Herder
mann y Lessing, así como a entender la sobre la lengua) la identidad adquiere un
discusión sobre la famosa escultura del relieve especial y polémico. No puedo en-
Laocoonte y sobre la expresión del dolor trar aquí en detalles sobre el rico y apasio-
en el arte. nante análisis de este capítulo. Me limito
El Diario es otra obra del Herder ju- a señalar que la autora no ha optado por
venil al que este libro dedica un capítulo un examen erudito (ni aquí ni en ningún
extenso, en el que se analizan de forma capítulo del libro), sino por una incesante
polémica algunos desarrollos que él no cascada de temas, a menudo llevados a
redactó para la imprenta, sino como pro- terrenos que sin duda arrancan de la obra
el homo loquens. Y probablemente este actos de dar el ser y dar-se el ser; son
acontecimiento sea un genuino rostro de los espacios de la intimidad cultural. Se-
la formación humana, de la idea del hom- gún Arturo Aguirre, siguiendo a Nicol,
bre. Dice Nicol, recuerda Horneffer “El la imposibilidad de estas acciones y la
hombre es la voz del Ser. Su presencia en carencia de estos espacios devienen en
el universo significa que el Ser, por razo- deshumanización en “nueva barbarie”.
nes ignoradas, toma la palabra momen- Ésta es una manera de morir de las for-
táneamente, para volver después de ese mas de vida que la comunidad había ge-
lapso a la eternidad de su silencio”. Tal nerado y consideraba valiosas. Trastocar
vez por eso el silencio sea la fuente de la intimidad cultural, es perturbar el ser
la cual se nutre el sonido y, por ende, la mismo. Este crítico estado del ser puede
palabra. La fuerza del silencio procura en resultar ineludible para re-formar y re-or-
los sonidos la mayor sutileza y, al mismo denar lo humano. Siguiendo a Heráclito
tiempo, la mayor profundidad. de Éfeso, si bien hay un cosmos eterno,
Recuperar la sorpresa del nombrar existe un cosmos destructible que resul-
tal vez sólo sea posible en la recupera- ta del diakósmesis, conflagración que
ción del silencio, afirma Ricardo Pinilla, produce ordenamiento universal, el cual
porque quizás sólo en él, en el silencio, es un modo de ser de aquel. Desde esta
puede haber un auténtico acto mayéutico. perspectiva la evidente barbarie es un
Es decir, en la ausencia de sonido, de las llamado para reordenar la vida, para re-
profundidades del silencio emerge la voz inventarse. Si bien es cierto, como indica
que nombra. Parir el logos, es una ma- Aguirre, en la barbarie es difícil señalar
nera de situarse en el mundo, es un acto hacia dónde deben dirigirse las aspiracio-
de transmisión del ser, donde se dona nes formativas, en ella hay emergencia
y se acoge el ser. Así, aquel aprender a de creación y posibilidad de metabolizar
ver supone aprender a callar, a guardar al ser humano, en palabras de Nicol, hay
silencio. Re-conquistar el silencio es re- urgencia de novedad que estriba en una
cuperar la sorpresa del acto de nombrar. conversión del hombre. Así, porque el
¿Acaso no es sorprenderte que en la pro- hombre falla en sí mismo y se falla a sí
fundidad del silencio se gesten esos pecu- mismo en estado bárbaro, es inevitable
liares sonidos llamados palabras y que en aprender a trans-formar lo humano que,
su alumbramiento nos den la posibilidad como cambio que atañe a la forma, es li-
de situarnos en el mundo? Encontrarse berar una nueva forma de ser; es re-ani-
con esta sorpresa, como acto, produjo mar, y con ello re-crear, los valores que
en Nicol el placer por la palabra en su sostienen y ordenan el sensus communis
misteriosa vocación originaria. Aprender de una sociedad.
a sorprendernos en y del dia-logo, es una Si el diá-logo, como momento en el
manera de ser y estar en el mundo. Y más que se da y se recibe lo evidente, el logos
aún, particularmente el logos poyético, poético, como una bella manera de ha-
entendido aquí como la palabra poética blar, tienen la facultad para metabolizar
que hace sonar musicalmente las pala- la forma del hombre, indudable oportu-
bras, tiene la fuerza para transformar tal nidad tenida en la barbarie, puede com-
mundo al crear la formar de ser humano. prenderse la apuesta de Nicol, de acuer-
Aprender a ver, aprender a guardar do con Antolín Sánchez, por la condición
silencio y aprender a sorprendernos, son expresiva del logos. Aprender a trans-for-
Hacia 1939, el territorio español se con- el camino hacia los extremos fronterizos
virtió en una tierra sin alma, quiero decir: en el oscuro año del 39 fue una patria
una tierra des-almada. Y es que no creo desgarrada, un ser español lastimado en
que sólo se trate de las cifras, es decir, cada cual a dentelladas de plomo, de fas-
del camino hacia exilio que tomaron los cismo... en suma, de barbarie fiera.
vencidos y rendidos, aquel medio millón A su tiempo, el territorio español lle-
de ciudadanos españoles cargados de es- gó a ser una demarcación geográfica en-
peranzas fallidas, de repúblicas frente a tre Portugal y Francia, es decir, ese lugar
tiranías; en fin, el problema se complica que deja de ser “tierra” para devenir otra
porque se trata de un asunto cualitativo y cosa y otro nombre, “país”, “bandera”,
no sólo cuantitativo, pues en el exilio no “Estado”, “progreso”, pero como se le
importan cuántos se queden ni cuántos llame, cada nombre enuncia esa geo-me-
se vayan: enigma éste en que el exiliado tría encharcada de sangre y acallamiento
deja algo de sí en su tierra, pero se lle- a punta de fusil y adoctrinamiento. Esto
va toda su tierra consigo. El problema es ya no es la tierra, espacio vital del des-
que todos pierden, los que se van, los que pliegue del alma, no, ya no puede serlo
se quedan, los que han muerto, los que ahí en donde se agostan las ideas en trán-
nacerán, y la tierra misma en perdición. sito, la dynamis de creatividad, en suma,
Cínico juego éste —el de la omnívora la libertad y priva, en todas sus latitudes
pérdida— que se hace presente en las de esa materia inerte, el poder burdo,
guerras y los exilios. tosco y febril. Algo late verdaderamen-
En este sentido, la secuencia temporal te cuando el exiliado habla siempre de
que va de 1936 hasta 1939 es la continui- “allá”, porque el aquí, el aquí del exilio
dad de este constante alejamiento entre es un aquí sin tierra, un alma sin suelo,
el hombre y su tierra, entre la tierra y su sin centro, cultura errante y acogida, y
alma, esta caída interminable que va de finalmente muerte sin tierra.
la guerra fraticida al “exilio republicano Y es que el exilio transmuta, pues ya
del 39”. sea el “exilio externo”. el de el-sin-tie-
Después, a lo largo de casi cuatro rra; el “exilio interno” que padecieron
décadas, España acusará las secuelas no aquellos que dentro del estado franquista
sólo de la pérdida sino a la par del senti- intentaron resistir, subvertir u oponerse;
miento de pérdida. Perder y sentirse per- ya sea el “exilio íntimo”: el de la palabra,
dido: ser herido y dolerse en el ser de la que padecieron los ciudadanos españoles
herida y por la herida. cuya lengua materna no era el castellano
Y quizá se trate de que el hombre —como mi querido Eduardo Nicol—; ya
busque decir su vida, expresarla con pa- sea el “exilio privado”: aquel que se pa-
labras que no sólo manifiesten la sono- deció en silencio y del que a veces no se
ridad sino la resonancia interna. El eco soportó el peso de la decepción y la trai-
es más intenso y más amplio cuando hay ción de su tiempo; entre todo esto el pun-
más vacío, ¿quién lo negaría? Ya sea la to medular —según lo comprendo— es
España peregrina o España desterrada, la gravedad del exilio, el exilio en sus di-
exiliada, extranjera, extraña o expatriada; mensiones más radicales, y más humanas
ya se trate de España inmigrante, refu- por ello mismo. Todo hombre sin tierra,
giada, transterrada o errante, lo cierto es toda tierra sin alma nos compromete tan-
que la España en cada hombre que tomó to como nos conmueve porque ¿qué ho-
do Roig están planteando. Se critica aquí recorre las posturas del debate: desde la
el recurso y las limitaciones de la ética confirmación de esa misma tesis por Sala-
comunicativa, y se destaca el esfuerzo de zar Bondy, pasando por la ampliación de
Roig en la fundamentación de una mo- la dialéctica hegeliana de Leopoldo Zea
ral emergente y la convergencia de esta hasta la superación desde una filosofía
ética con la lucha por el reconocimiento de la alteridad por Enrique Dussel. Entre
de Honneth en poner como fundamento ellas se subraya el planteamiento crítico
de la moral la dignidad expresada en el de Roig, en su opinión capaz de neutra-
respeto mutuo, donde la deuda ya no es lizar el veredicto de Hegel sobre Améri-
con Hegel sino con Kant. La segunda ca y convertirse con ello en una auténtica
propuesta estriba en plantear esa misma filosofía de la liberación. No en vano, el
lucha como futura reinterpretación del autor tomará este enfoque base en su crí-
pensamiento latinoamericano frente a tica al plan de enseñanza de la Filosofía
los modelos de Devés, de Roig y de Zea, en Ecuador que figura en esta antología.
en aras a facilitar una alianza de las filo- Culmina esta parte con unos textos en tor-
sofías críticas occidentales en su lucha no a las luchas de los pueblos indígenas de
contra las ideologías dominantes, en la América Latina por el derecho a su auto-
medida en que el reclamo de la libera- determinación, que el autor interpreta en
ción, en el que estos autores coinciden, términos de lucha por el reconocimiento,
se puede comprender como una lucha y como colofón su trabajo “Políticas y Es-
por el reconocimiento: la libertad no pue- téticas en el México Colonial”, cuyo inte-
de existir sin reconocimiento recíproco. rés esencialmente estético no impide ver
A continuación, se ponen algunos ejem- en él la propuesta emancipadora del re-
plos de aplicación de estas ideas como conocimiento de lo bello latinoamericano
la Carta de Jamaica de Simón Bolívar colonial como auténtico, y no como eco y
y Nuestra América de José Martí, obras reflejo del viejo mundo europeo.
que cristalizan el ideario del Pensamiento Finalmente, Sauerwald documenta,
latinoamericano. Cierran esta parte dos en la cuarta parte, algunas voces críticas
textos: la pregunta de Juan Luis Segun- a lo publicado; la quinta, por su parte,
do ¿Qué quedará, de aquí a un tiempo, es un apéndice de dos publicaciones en
de la Teología de la liberación?, y una lengua alemana: “Leopoldo Zea und die
respuesta al ensayo de Mauricio Langon Philosophie der Befreiung”, con un resu-
sobre Filosofar con Pobres. men en español; y la otra en inglés: “Po-
La tercera parte recopila artículos que verty in Germany. Challenge to Social
el autor ha considerado oportunos para la Philosophy”.
comprensión del contexto de esta teoría Queda a juicio del lector valorar el
que aúna Reconocimiento y Liberación, empeño de Sauerwald en acercar el Sur
destacándose el texto en el que se refiere a y el Norte en la lucha contra las ideolo-
la polémica recepción de la tesis hegelia- gías dominantes, que siguen manifestán-
na de la enajenación de América por ser dose en nuestro mundo globalizado. Su
eco y reflejo de Europa, y su superación propuesta de tender un puente a partir
en la filosofía latinoamericana, tesis que, de la lucha por el reconocimiento es ella
a su vez, ha dado lugar a un amplio de- misma un acto de liberación y supera-
bate sobre la existencia o no de una filo- ción. Liberación de un universalismo que
sofía latinoamericana auténtica. El autor aplasta lo particular y de un esencialismo
el núcleo más relevante del pensamiento ambigüedad: queda claro que nos remite
gaosiano es aquel que conforma su per- a la dimensión técnica y dominadora del
sonal elaboración de la fenomenología; homo faber, cuyas consecuencias últimas
sin embargo, la alusión en el título del li- no son otras que la ceguera teórica, el ad-
bro a Gaos como “transterrado” crea qui- venimiento de un mundo sin idea de sí, la
zá la expectativa de encontrar una mayor tecnocracia y la generación tecnológica
abundancia de trabajos sobre su reflexión de falsas satisfacciones permanentemen-
en torno al pensamiento de lengua espa- te insatisfechas. Pero, al mismo tiempo,
ñola, pues no olvidemos que su empleo puede significar también la rectificación
del término “transtierro” remite directa- de un mundo eidético agotado, que cede
mente a esta problemática. bajo el lastre de sus propias objetivacio-
El “afán de saber acerca de José Gaos” nes conceptuales, en definitiva alienantes,
que se plasma en este libro es, en cualquier abriendo al sujeto a nuevas posibilidades
caso, fructífero. El primer grupo de traba- de expresividad y conocimiento, de convi-
jos despliega una amplia y densa —en al- vencia y de una experiencia que no es sólo
gún momento quizá un poco espesa, debi- superficialidad sino también profundidad
do probablemente a la propia espesura de o aprehensión de realidades intangibles.
Gaos— panorámica sobre su pensamiento Los dos trabajos siguientes muestran
“posmetafísico”. Empleo este término en cómo el interés gaosiano por el pensa-
la medida en que, al hilo de estos trabajos, miento de lengua española en general y
Gaos permanecería en la estela de la me- mexicano en particular, lejos de resumir-
tafísica en tanto que saber constituyente se en una especie de “apéndice” de su
de lo humano, desprendiéndose al mismo reflexión sobre la filosofía como tal, es
tiempo de sus grandes certidumbres obje- resultado de y al mismo tiempo incita-
tivas a medida que se deja interpelar por ción a la misma. El capítulo de Salvador
las preguntas del historicismo, desahoga Feliú recorre en este sentido las tensiones
una singular vocación hermenéutica, ela- gaosianas entre la inmanencia circuns-
bora sus propias objeciones a la fenome- tancial y el imperativo universal, entre el
nología husserliana, dialoga críticamente carácter nacional y la condición apátrida
con Heidegger, asume con gran autenti- del logos, incidiendo en las aportaciones
cidad los envites del escepticismo y colo- de dicho pensamiento. Esas mismas ten-
ca en el centro de su reflexión al hombre siones fueron asimiladas y desarrolladas
concreto. Se va así despejando su “filoso- por Leopoldo Zea cuando entiende la fi-
fía de la filosofía” —según su conocida losofía americana como una filosofía sin
expresión, que da nombre a uno de sus más, tal y como muestra el capítulo de
libros más ambiciosos y “sistemáticos” Giuseppe Cacciatore. Cerrando este se-
junto con Del hombre—, que también es, gundo bloque aunque ajeno a la proble-
como argumentan algunos de los autores, mática de los dos anteriores, el trabajo de
una antropología filosófica. Todo ello da Joan Sanz resulta, en su brevedad, relati-
para mucho y no faltan cotejos con el pen- vamente novedoso, pues gira en torno a
samiento de Hans Blumenberg, de Gar- un texto menos conocido de Gaos. Con-
cía Bacca y hasta de un cierto Goethe. Y cretamente, una lección de 1939 sobre
mención aparte merecen algunos comen- los orígenes de la historia y la filosofía en
tarios sobre su fenomenología del tacto y Heródoto, a propósito de la cual se dis-
la caricia, la cual no deja de arrojar cierta tingue la noción gaosiana de soberbia.
tigación sobre la Corte que, desde hace señala el propio autor, esta adscripción
años, viene desarrollando el Profesor a un grupo cortesano, determinó la es-
Martínez Millán y su equipo de investi- critura del poeta Antonio Villegas, cuyo
gación, del que forma parte el doctor Co- Inventario sólo puede ser comprendido
rominas. Gracias a ello, el autor explica, cuando se explica adecuadamente la red
de manera coherente, las causas por las de facciones cortesanas y sus pugnas por
que se escribió tan controvertida novela, el poder. Reflejo de ello son los versos
como es El Abencerraje, que los grandes de Villegas —alejado ya de la Corte, y
maestros de la literatura española no la asentado en Medina en el negocio del
han hecho satisfactoriamente. Este libro, vino— en los que alabó las virtudes de la
nos deleita con un total de 760 páginas, princesa doña Juana de Austria, o los que
en las que se presenta junto a la primera dedicó al duque de Sessa, que confirman
novela morisca, El Abencerraje, la edi- su adhesión a la facción cortesana más
ción crítica de esta obra y de otros textos tolerante, la ebolista.
que configuran el Inventario del novelis- Con el convencimiento de que el In-
ta Villegas. ventario, impreso en 1565, no fue sino
La obra se compone de tres partes de- producto cultural de su tiempo, da co-
finidas por su autor en capítulos: mienzo el segundo capítulo de este li-
El primero de ellos está, dedicado a la bro, que aborda de manera detallada, el
inexplorada figura de Antonio de Villegas recorrido editorial del Inventario desde
(1522-post. 1578). De manera sutil se re- sus orígenes en 1551 hasta 1578, hacien-
construye la historia del linaje judeocon- do hincapié en las dos ediciones conser-
verso de los Villegas, como miembros de vadas. Pero antes, y con gran acierto, el
la oligarquía local burgalesa que se dedi- autor se interesa por analizar detallada-
caban al comercio, cuya oportunidad de mente el devenir histórico del negocio
marchar a la Corte les vino cuando los editorial creado en Medina del Campo y
Reyes Católicos reclamaron a su lado la el destacado papel que jugó la imprenta
presencia de contadores o letrados acos- en dicha ciudad burgalesa durante el si-
tumbrados a ejercer oficios relacionados glo XVI.
con la administración. Fueron cristianos A continuación, el doctor Torres Co-
nuevos, por tanto, los Villegas, que ri- rominas centra su atención en la interpre-
valizaron en la Corte de finales del XV tación literaria de todos los escritos que
y principios del XVI con la nobleza de componen el Inventario, y que define
cristianos viejos. Partidarios de las nue- como una antología de poemas amoro-
vas ideologías llegadas de Flandes con la sos, un cancionero, al que se añadieron
coronación de Carlos V, los Villegas fue- dos textos narrativos de diversa índole
ron finalmente desplazados de la Corte como son Ausencia y soledad de amor y
al igual que la facción cortesana menos El Abencerraje. Lejos de la Corte, y con
intransigente a la que eran afectos, cuyos ello, de los círculos intelectuales, Anto-
miembros eran defensores de la intro- nio de Villegas reflejó en sus escritos un
ducción en el reino hispano de un tipo momento de transición a caballo entre
de espiritualidad recogida, heredera de la la literatura medieval y el preludio de la
devotio moderna llegada del norte de Eu- influencia renacentista llegada de Italia.
ropa y de un modo de gobernar más to- Vinculado a un tipo de poética más cer-
lerante con las minorías sociales. Como cana al Cancionero General y al amor
cortés típico de la tradición castellana, el nueva publicación las más recientes con-
medinense se interesó por las nuevas for- tribuciones krausológicas de los miem-
mas italianas, a las que accedería a través bros de ese grupo de investigación y de
de las ediciones impresas que circulaban otros dos investigadores (Leticia Sán-
por el reino hispano durante el siglo XVI, chez de Andrés y Antolín C. Sánchez
y que no supo asimilar del todo, pero que Cuervo), en el marco del programa de
tienen reflejo en la poética de su obra. investigación “Filosofía del Derecho y
Como cierre del libro, y a modo de Sociología en los escritos de Giner de los
apéndice, aparece la edición crítica del Ríos y Joaquín Costa” del Plan Nacional
Inventario de Antonio Villegas, perfec- del MICINN, que José Manuel Vázquez-
tamente preparada para el lector actual, Romero, coordinador del libro, también
en la que tras las composiciones poéticas dirige y promueve.
que lo integran, se nos presenta la que es Este libro recopila cinco estudios
considerada la primera novela morisca originales que tratan con gran rigor de
de la literatura española, El Abencerraje diversos aspectos del semblante intelec-
(págs. 641-661), que dio fama a Villegas tual de Francisco Giner de los Ríos. Al
y le coloca entre los primeros autores del tiempo que arroja nueva luz sobre las in-
humanismo español, y cuya temática y vestigaciones realizadas en esta materia
moral —coexistencia pacífica entre ci- hasta el día de hoy, ofrece al lector un
vilizaciones, respeto a la libertad, etc.— enfoque multidisciplinar sustancial y do-
continúan siendo problemas vigentes en cumentado de la obra de Francisco Giner
nuestra sociedad. y del Krausismo. Los núcleos temáticos
Literatura y facciones cortesanas en que aborda se ocupan tanto de cuestio-
la España del siglo XVI es, por tanto, un nes jurídicas, filosóficas o sociológicas,
gran libro por su calidad de contenidos como de aspectos relativos a la estética y
e interpretaciones, su rigor en las fuen- la musicología, sin olvidar las cuestiones
tes utilizadas, y especialmente, por la relativas a la vertiente americanista del
innovadora metodología interdisciplinar pensamiento de Giner. Asimismo, el li-
aplicada, que constituye el objetivo de la bro cuenta con un prólogo del subdirector
investigación del Instituto Universitario del ILKM, Pedro Álvarez Lázaro, quien
La corte en Europa de la Universidad expone los precedentes y el contexto aca-
Autónoma de Madrid. démico que han hecho posible esta nueva
obra del grupo de investigación.
Esther Jiménez Pablos El primer estudio, cuyo artífice es José
Manuel Vázquez-Romero, trata sobre
“El concepto de estado individual y su
VÁZQUEZ-ROMERO, J. M. (COORD.), Fran- relevancia biopolítica”. En él se estudian
cisco Giner de los Ríos. Actualidad de las categorías fundamentales del discur-
un pensador krausista. Madrid, Mar- so filosófico y jurídico gineriano, véanse,
cial Pons Historia, 2009, 309 págs. por ejemplo, los conceptos de estado, so-
beranía, representación,… cuyo análisis
El Instituto de Investigación sobre puede proporcionar valiosas claves para
Liberalismo, Krausismo y Masonería una lectura actual de este problema.
(ILKM) de la Universidad Pontificia de El segundo artículo, “Sociedad, eco-
Comillas de Madrid nos ofrece en esta nomía y educación en K.C.F. Krause,
figurar en las páginas de las revistas in- no se limita a su obra filosófica. Menos
ternacionales más exigentes, con que sus conocida, pero igualmente importante, es
compañeros y amigos han homenajeado su labor como ensayista y como poeta.
a Miguel Beltrán, que comenzó su carre- Adolfo Sánchez Vázquez, nacido en
ra como Ayudante, primero en la Univer- Algeciras el 17 de septiembre de 1915, es
sidad de Granada y luego en la Complu- una figura de prestigio internacional en el
tense, siguió de Profesor Adjunto en la ámbito de la estética, la ética, la filosofía
Autónoma de Madrid y en la UNED, y contemporánea y la revisión crítica del
volvió a la Autónoma en 1982 como Ca- marxismo a partir de sus fuentes.
tedrático de Sociología, donde se jubiló Tras la guerra civil, formó parte del
en el año 2006. contingente de refugiados que se embar-
có en el Sinaia y fue acogido en Méxi-
Carlos Jesús Fernández Rodríguez co. Allí orientó sus pasos en la dirección
política y cultural. Participó en la redac-
ción de Romance, España Peregrina y
VELASCO GÓMEZ, AMBROSIO (COORD.), Ultramar, y fue responsable del Boletín
Vida y obra. Homenaje a Adolfo Sán- de Información de la Unión de Intelec-
chez Vázquez. México, Colección tuales en México. Reanudó sus estudios,
Nuestros Maestros, Facultad de Filo- acabó la Maestría en Letras Españolas
sofía y Letras, UNAM, 2009. y obtuvo el doctorado en Filosofía. Ha
recibido, entre otros reconocimientos,
La Universidad Nacional Autónoma la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio
de México, a través de su Facultad de (1988), el Premio Nacional de Historia,
Filosofía y Letras, organizó en octubre Ciencias Sociales y Filosofía de México
de 2005 un merecido homenaje al Dr. (2002), el Premio María Zambrano de la
Adolfo Sánchez Vázquez con motivo de Junta de Andalucía (2005) y posee doce
su noventa cumpleaños. En los actos par- doctorados Honoris Causa por distintas
ticiparon colegas, alumnos y amigos del universidades españolas e hispanoame-
maestro. El libro que reseñamos recoge ricanas.
los trabajos escritos para la ocasión, ha Las diferentes secciones del volumen,
sido editado y presentado en el marco del coordinado por el Dr. Ambrosio Velasco
“Congreso Internacional 70 años del Exi- Gómez, corresponden a los distintos as-
lio Español en México”, celebrado del 16 pectos o facetas de la vida y obra de Adol-
al 20 de febrero del 2009 y coorganizado fo Sánchez Vázquez y reflejan el conteni-
por la Facultad de Filosofía y Letras de do de las diferentes mesas que se suce-
la UNAM y la Embajada de España en dieron a lo largo del emotivo homenaje.
México. De esta forma, los primeros capítulos
Adolfo Sánchez Vázquez representa recogen el recuerdo del maestro conser-
una de las cumbres del pensamiento fi- vado por sus antiguos alumnos, Fernan-
losófico del siglo XX. Desde su cátedra do Belauzarán, Diana Fuentes, Griselda
de la Universidad Nacional Autónoma de Gutiérrez y José Ignacio Palencia. El
México, Sánchez Vázquez ha contribui- segundo bloque de colaboraciones trata
do de forma decisiva a la renovación de la del exilio, e incluye las intervenciones de
filosofía marxista desde sus propias fuen- Federico Álvarez, Anamari Gomis y José
tes. Pero la figura de Sánchez Vázquez Antonio Matesanz. La tercera parte trata
universales que son por sí de los que son relación de la esencia, y de la distinción
por accidente: por sí, es decir, por ser entre las cosas naturales y las artificia-
por capacidad propia, son el género, la les. El libro termina con un capítulo de-
diferencia y lo propio, y por otro, por ser dicado al concepto de lo necesario, que
por capacidad ajena, es el accidente. El es definido como aquello “que no puede
noveno se dedica a explicar la distinción acontecer de otra manera” (p. 146).
entre naturaleza e hipóstasis, distinción El libro III se ocupa de tres grandes
más importante por motivos teológicos temas: el accidente y lo contingente, la
que filosóficos; Zúñiga, tras criticar las capacidad/potencia y el acto, y lo idén-
posiciones de filósofos anteriores, sos- tico, lo diverso y lo opuesto. En el capí-
tiene que la naturaleza es la esencia de tulo primero se trata de lo que es por ac-
algo en cuanto separada de la sustan- cidente, es decir, de aquello que es por
cia en la que es esencia, mientras que capacidad ajena. En el segundo, sobre
la hipóstasis o persona es la esencia de las causas por accidente, que no sólo lo
la sustancia individual que se da en ella puede ser la causa eficiente, como sos-
misma, incluyendo, por tanto, todos sus tenía Aristóteles, sino también, según
accidentes. La diferencia es la misma Zúñiga, la causa material y la causa for-
que se da entre humanidad y hombre, o mal. Zúñiga también se ocupa en este
entre coseidad y cosa. El capítulo déci- capítulo de otras causas por accidente
mo trata de la unidad en las cosas entre como la fortuna, el destino, la ocasión y
género y diferencia, que es como la que la casualidad, así como de la diferencia
se produce entre la materia y la forma. entre la fortuna y el arte. En el tercero,
El undécimo expone la relación entre se define lo contingente como aquello
el todo y las partes respecto tanto de la que puede ser y no ser, pues nace de
materia, de la forma y del compuesto, una causa libre con relación a ambos
como del género y las diferencias. El aspectos de la oposición. En el cuarto,
duodécimo se ocupa de las causas, de su se tratan aquellos accidentes cuyo cono-
noción, de los cuatro géneros de causa: cimiento sirve al dialéctico para disertar
material, formal, eficiente y final, de sus de manera probable sobre algún asunto,
relaciones y efectos, y de otros tipos de es decir, las circunstancias que acom-
causa, como la causa por sí y la causa pañan a alguien o a algo, que son seis:
por accidente, la causa propia y la causa las referidas a la persona (el quién), a la
común y la causa en acto y la causa en naturaleza del asunto (el qué), al lugar
potencia. El decimotercero distingue la donde se desarrolló el asunto (el dón-
noción de principio de la de elemento: de), a la causa del asunto (el por qué), al
principio es definido como lo primero ánimo en que fue hecho (el cómo) y al
desde lo que la cosa es, o se hace, o se tiempo idóneo para hacerlo (el cuándo).
conoce, de donde son principio las cua- Los capítulos 5 a 11 se dedican al estu-
tro causas; elemento es aquello de lo que dio de la capacidad o potencia y el acto,
se compone primero la materia y en lo siguiendo en su desarrollo la exposición
que se divide la cosa sin ser él mismo que sobre la cuestión hace Aristóteles en
dividido. El decimocuarto se ocupa de la los libros V y IX de la Metafísica. En
noción de naturaleza, que se define como el capítulo quinto se define la capacidad
“aquello que residiendo por sí en la cosa, y la incapacidad o privación. En el sex-
la sostiene para que sea” (p. 143), de su to, se distingue entre la capacidad y el
acto, refutándose con ello la posición de va fuera padecido por esa misma capaci-
algunos filósofos, como Zenón de Elea, dad en tanto que activa. En el undécimo,
que sólo admite la capacidad cuando va se defiende y argumenta la anterioridad
unida al acto, negando por tanto la posi- del acto respecto de la potencia. El trata-
bilidad de ser o actuar cuando no se es o miento del acto y la potencia termina en
se actúa, y como Averroes, que niega la el capítulo 12, en el que se habla de las
posibilidad de los hechos contrafácticos. capacidades de cambio que sólo pueden
En el séptimo, se dividen las capacida- darse por obra de otro. El libro termina
des, siguiendo el libro IX de la Metafísi- con tres capítulos dedicados al estudio
ca aristotélica, entre la capacidad activa, de lo idéntico y lo diverso (cap. 13), de
que es el principio del cambio en otro los opuestos como aquellos en los que
en tanto que otro, y la capacidad pasiva, se da en grado máximo la diversidad y
que es el principio del cambio en uno de sus tipos (cap. 14), con atención es-
mismo por otro en tanto que otro. En el pecial a los opuestos uno y muchos, ver-
octavo, la división es entre la capacidad dadero y falso, bueno y malo e igual y
dotada de razón, es decir, la que es diri- desigual (cap. 15).
gida por la razón y se halla en un sujeto Finalmente, el libro IV trata de los
dotado de razón, como las ciencias y las diez géneros o categorías de la realidad
artes, y la capacidad carente de razón, y de las artes y ciencias que se ocupan
que es la que “no obra por la razón, sino de ellos, dado que en función de ellos
por cierto impulso o ímpetu” (p. 162). se dividen las quince disciplinas de la
Zúñiga distingue también entre capaci- enciclopedia filosófica. En el capítu-
dades que son perfectas por naturaleza, lo primero, Zúñiga justifica la división
como los sentidos, y las que necesitan aristotélica de las cosas en diez géne-
perfeccionarse por el uso y la práctica, ros como el mejor modo de conocer la
como la memoria o la razón, y también naturaleza de éstas, acepta la primacía
entre capacidades próximas, que no tie- del género “sustancia” respecto de los
nen ningún impedimento para la con- demás géneros, que no son sino afeccio-
secución del acto, y las remotas, que nes de ésta, y defiende que el estudio de
necesitan sucesivas mediaciones para la estos géneros, por ser de cosas reales,
consecución del acto. En el noveno, se corresponde mejor a la metafísica que a
define el acto como el término y fin de la la dialéctica, ya que esta última trata de
potencia y se exponen algunas modali- nociones, no de cosas, aunque no niega
dades de relación entre acto y potencia o la competencia también de ésta sobre
capacidad. En el décimo, Zúñiga se opo- ellos respecto de su uso como categorías
ne a la distinción entre acto inmanente de predicación. En el capítulo segundo
(insidens) y acto transeúnte (transiens), se trata de la sustancia, categoría que
es decir, entre acto intrínseco al sujeto Zúñiga aplica, también, frente a Aristó-
del que procede y acto que pertenece a teles, al universal, porque las cosas co-
otra cosa, porque es absurdo el concep- munes se hallan de un modo inseparable
to de acto intrínseco a aquello de lo que en las singulares, de modo que si un sin-
procede, pues supone identificar la ca- gular es sustancia, el universal que se da
pacidad de realizar un acto con la capa- en ese singular también lo es. También
cidad de padecer ese mismo acto, como se habla de la división de la sustancia
si el acto que produce la capacidad acti- en corpórea e incorpórea y de las cien-
cias que se ocupan de una y de otra: la muy útil sobre los temas clásicos de la
física, la medicina y la que “conjetura disciplina, que son tratados con orden,
las afecciones del alma por los signos claridad y concisión, además de repre-
externos del cuerpo” tratan de la pri- sentativo de una época en la que la filo-
mera, la teología natural, de la segunda. sofía hispana alcanzaba una de las cotas
Los cinco siguientes capítulos tratan de más altas de su historia.
forma pormenorizada cada uno de los
restantes géneros o categorías de la rea- Carlos Megino Rodríguez
lidad: la cantidad (cap. 3), la cualidad
(cap. 4), la relación (cap. 5), la acción y
la pasión (cap. 6), y el cuándo, el dónde, Escritura e imagen, Publicaciones Uni-
la situación y el hábito (cap. 7), que se versidad Complutense de Madrid,
tratan juntos por ser todos relativos, y Madrid, Vol. 4, 2008, 322 págs.
por tener en común el recibir contrarios
y diferencias de grado. La obra acaba Creo que como revista debemos dar a
con un capítulo, el octavo, dedicado a conocer a nuestros socios y demás lecto-
exponer las categorías que pertenecen res las producciones que se llevan a cabo
a varias disciplinas: anterior-posterior, por otros grupos y en otros ámbitos de
extremo y simultáneo. investigación. En esta ocasión lo hace-
La cuidada traducción de la obra se mos con una revista que nació en 2005
completa con una introducción en la y que no sólo se dedica al ámbito del
que, tras una breve biografía de Zúñi- pensamiento sino al de la imagen, de ahí
ga, se expone su concepción de la en- su título. Su periodicidad es anual. Aquí
ciclopedia de las ciencias y las artes y presentamos el Vol. 4, perteneciente al
la posición de la metafísica en ella, así pasado año.
como un resumen del contenido de la Dicho número, dirigido por Ana Ma-
obra. La introducción se completa con ría Leyra Soriano, se compone de doce
dos anexos: el primero incluye un ex- artículos (“Leer de otro modo. Sineste-
tracto del tratado de Zúñiga Sobre el sia y diagramaticalidad de la escritura”
género óptimo (De optimo genere), en de Gaetano Chiurazzi, “Cautivos de
el que éste trata de su concepción de la imágenes. Un ejemplo de filosofía tera-
metafísica como ciencia; y el segundo péutica” de José María Ariso, “La reso-
un esquema de las ciencias que compo- lución en el cine: el ejemplo de la doble
nen su enciclopedia filosófica. Se añade identidad” de Pilar Andrade, “Escritura
también una útil bibliografía tanto de e imagen en Suppots et suppliciations
fuentes como de literatura secundaria, de A. Artaud” de Jean-Claude Léveque,
no sólo sobre Zúñiga, sino también so- “Las tiranías del placer y del dolor. Dos
bre autores relacionados, así como, al visiones literarias del poder totalitario”
final del volumen, un índice de autores de Luis Felipe Jiménez , “La imagen
citados, un índice de términos traduci- del sonido y la escritura espectral” de
dos y una tabla de materias. Antonio Lai, “Quien danza, ¿qué alcan-
Se trata, en suma, de una edición za?” de Lilian Wurzba, “Mucho más que
bienvenida, escrita por un especialista en buena letra. Escritura, arte caligráfico y
la obra de Zúñiga, y que pone en manos civilización en Montevideo durante el
del estudioso de la metafísica un manual siglo XIX” de Ernesto Beretta García,
“El texto como síntoma: una imagen de y disciplinas pero todas en torno a un
la escritura de Odiseas Elitis” de Álvaro mismo denominador común: el pensa-
García Marín, “Al horitaña de la monta- miento y la imagen de éste (entendida
zonte. Procedimientos cubistas en Alta- esta última no “como imagen pictórica,
zor de Vicente Huidobro” de Óscar Cu- sino la manifestación externa visualiza-
rieses, “The Killing Machina. Huellas da en el espacio, el tiempo, el modo, la
de la tecnología en el arte” de Pol Cap- forma (la conducta, el comportamiento)
devila, “¿Quién necesita hacer trampa? de lo interno (sentimiento, ideas); el re-
Al filo de Besinnung” de Sergio Espi- corrido, en definitiva, de la idea hasta lo
nosa), dos apartados denominados Cua- superficial”, (p. 314-315).
dernos de imágenes (el primero com- Sin perder el enfoque filosófico y el
puesto por doce imágenes de Fernando rigor académico se unen a la perfección
Silva, “Posos de palabras”, y el segundo las producciones artísticas, otorgándole
por tres esmaltes sobre grabado al ácido a la revista varias de las características
de César Delgado), dos entrevistas (una fundamentales que Cicerón (como apa-
al artista visual Daniel Canogar, donde rece en una de las reseñas del volumen)
se aborda la cuestión del compromiso atribuía al texto: el eclecticismo o va-
del arte, la interacción entre el espacio riedad, la frescura, el saber transmitir
artístico y el espectador, la ética de la sentimientos al espectador, el equilibrio
imagen y la inteligencia visual, la hiper- entre libertad y adecuación a la norma...
visibilidad de nuestra cultura, la rela- ¿Qué más se le puede pedir?
ción entre arte y ciencia, el atrofiamien-
to de nuestra memoria por la tecnología, Gemma Gordo Piñar
la relación entre una teoría y una obra
de arte: ¿quién apoya a quién?... La otra
entrevista es a Robert Lepage, director L’Espill, Una Revista Cultural Valencia-
de cine y teatro, quien nos comenta la na, número 29, otoño 2008.
especial relación entre estos en Canadá,
la imposibilidad de que un texto teatral La idea de crear la revista L’Espill
esté cerrado antes de la representación, se debe a Joan Fuster. El intelectual va-
la relación entre creatividad, libertad y lenciano vio la necesidad de poner en
universalidad, la imbricación entre la marcha una publicación de gran calidad
ciencia y la poesía...) y cuatro interesan- cultural que, aun estando en el más com-
tes reseñas (Una caja de resonancia, li- pleto descuerdo con la autoridad políti-
bro de Navarro Baldeweg, De Cervantes ca del momento —comenzando ya por
a Dalí: escritura, imagen y paranoia, la lengua en que se escribe y publica—
escrito por Ana Maria Leyra, Cicerón y pudiera ofrecer artículos y reflexiones
la cultura artística del Renacimiento, de de un alto nivel intelectual. Era una ur-
Carlos Montes Serrano, y El color del gencia para el País Valenciano, sumido
silencio. Diccionario biográfico inter- entonces en la batalla de los símbolos
nacional de artistas sordos, de Fiorella identitarios. La revista comenzó a publi-
Bassan). carse el año 1979. No se trataba tanto
Como podemos comprobar por lo de lanzar una revista erudita cuanto más
arriba expuesto, la revista comprende bien de una publicación de pensamiento
las producciones de diferentes áreas y de crítica que estuviera al alcance de
tura, que insinúa, que muestra vivencias tor muestra cómo se han influido y han
particulares... Ahora bien, nuestra vida, colaborado las dos sin perder sus notas
la de cada persona, corta y limitada en consustanciales. Son disciplinas en las
experiencias, se enriquece y proyecta a que el lenguaje, de manera esencial, es
través de la literatura. La obra literaria la herramienta fundamental y donde la
nos hace pensar situaciones inimagina- vida se piensa.
bles, juzgar hechos que nunca nos pa- La reflexión filosófica en L’Espill
sarían, comprender conductas que no también se nos ofrece desde los clásicos.
hubiéramos tenido jamás la oportunidad En este número Gustau Muñoz traduce el
de someter a examen. No será el discur- “Discours sur les motifs qui doivent nous
so el que llevará al lector a establecer es- encourager aux sciencies”, de Montes-
tos juicios, sino las sugerencias, los pai- quieu. Una oportunidad más de disfrute
sajes, incluso los detalles. Grimaltos no para el lector.
mezcla las dos disciplinas, ni propone
tampoco ningún tipo “híbrido”. El au- Sílvia Gómez Soler
¿No estaba muerto el marxismo? ¿No SUÁREZ, JUAN LUIS, Herederos de Proteo.
cayeron con el muro todos los sueños so- Una teoría del humanismo español,
bre la construcción de una sociedad so- Universidad de Huelva, 2008, 233
cialista? Néstor Kohan, el autor de Marx pág.
en su (tercer) mundo, nos trae aquí un
conjunto de ensayos en los que no sólo “El humanismo español se puede pen-
reivindica un marxismo latinoamerica- sar, entonces, como un proyecto cultural
no, sino que lo hace con esa osadía in- de pretensiones universalistas, puesto
telectual que le caracteriza y que consi- que ha de servir para justificar y solu-
gue combinar en un mismo libro el rigor cionar los problemas de cualquier hom-
académico con el espíritu combativo más bre que viva políticamente dentro del
políticamente incorrecto. imperio, y aspiraciones globales, ya que
la extensión del ámbito geográfico de la
SOLÓRZANO Y PEREIRA, JUAN DE, Pensar comunidad política se justifica mediante
la colonia desde la colonia. Edición el requisito ideológico del universalismo
de Diana Bonett y Felipe Castañeda. y el económico del capitalismo” ( p. 29).
Bogotá, Universidad de los Andes, A probar este propósito están dedicados
2006, 270 págs. los 11 capítulos de este libro divididos en
sus tres partes. Sin duda alguna, habla-
Solórzano (1575-1655), jurista, fun- mos de una cuestión central en la historia
cionario de la corona española, con larga de nuestro pensamiento político, moral y
experiencia en América, escribió nume- filosófico que no siempre ha sabido verse
rosas obras sobre la condición jurídica de con la claridad necesaria.
la Colonia y su relación con la metrópoli.
El libro contiene una serie de clarifica- VITORIA, FRANCISCO DE, Relección sobre
dores ensayos sobre el pensamiento de la templanza o del uso de las comi-
Solórzano, que es analizado como defen- das. Fragmento sobre si es lícito gue-
sa de una dependencia jerárquica entre rrear a los pueblos que comen carnes
gobernantes y gobernados. En el ensayo humanas o que utilizan víctimas hu-
de Martha Herrera, “Los pies de la repú- manas en los sacrificios. Edición de
blica cristiana: la posición del indígena Felipe Castañeda. Bogotá, Univer-
americano en Solórzano y Pereira”, los sidad de los Andes, 2007, 338 págs.
pies son los indígenas, una analogía en la Incluye facsímil del texto latino de
que el gobierno constituye la cabeza del Vitoria, Relectio de temperantia.
cuerpo político, mientras los gobernados
están ahí para sustentarlo con su trabajo. ¿Es obligatorio alimentarse? ¿Puede
La obra de Solórzano es estudiada desde uno someterse a un régimen alimenticio
perspectivas antropológicas, económi- que atente contra la salud? La ley natural,
cas, políticas y filosóficas, desde todas el deus ex machina de los escolásticos, es
las cuales se examina la justificación que el criterio para señalar lo que es lícito o
él propone del dominio del Nuevo Mun- ilícito en la conducta ¿Y la antropofagia?
do. Es uno más entre una serie de inte- Vitoria no estuvo en Yucatán, pero a su
resantes estudios que está publicando la convento llegaron noticias de ceremonias
Universidad de los Andes, de Bogotá. inauditas en el Nuevo Mundo. Él no sólo
atiende a la antropofagia, sino a la licitud
de guerrear contra los pueblos que practi- Contienen más de cuarenta y seis ponen-
quen esa barbarie. Entren y vean a dónde cias presentadas en el V Congreso Inter-
puede conducir una cosa aparentemente nacional sobre la Vida y Obra de María
tan inocente como alimentarse. Zambrano, celebrado en la misma ciudad
del 22 al 25 de abril de 2008. El tema
Antígona, nº 3 y 4, Revista de la Funda- “Europa, sueño y verdad” parafraseando
ción María Zambrano, Vélez-Málaga, el título que Zambrano dedicó a España
primavera de 2009. fue de lo más oportuno pues ha sido, qui-
zá, la reflexión sobre Europa tratada con
Estos dos números de la revista An- sordina cuando fue esta filósofa la que
tígona fueron presentados el día 24 de escribió, junto con Ferrater Mora, con
abril en la sede del Centro del Exilio de más profundidad sobre la idea de Euro-
la Fundación María Zambrano en Vélez- pa. Se trata de un tema que tiene no sólo
Málaga, precisamente coincidiendo con interés historiográfico sino que permane-
la conmemoración de su nacimiento. ce nutrido de gran actualidad.
damentales del programa batllista (v. gr.: sufragio femenino; f) legislación penal y
concepción del Estado interventor, laici- humanitarista, que incluyó la supresión
zación de las instituciones, consideración de eventos tales como las corridas de to-
de la “cuestión social”, difusión de la ros, las peleas de ratas, pero cuya mayor
educación y humanitarismo) se hallaban expresión fue la abolición de la pena de
presentes en las mismas, como producto muerte.
de la influencia de las fuentes constitu-
cionalistas (Lieber, Grimke, González,
Bluntschli) y de filósofos del Derecho MARÍA CRISTINA CONFORTI ROJAS
de diversas corrientes (Krause, Ahrens,
Tiberghien, Lastarria, Posadas, Spencer, HACER HOMBRES. LA ALIANZA
George, Bourgeois, etc.). Una mención DE LA HUMANIDAD EN EL
especial merece el influjo constatado de PENSAMIENTO EDUCATIVO DE
pensadores y obras krausistas españolas GINER DE LOS RÍOS
en la conformación del programa políti-
co batllista uruguayo. Director: Fernando Cardona
Asimismo pudimos constatar el abso- (2008)
luto predominio de las ideas de los egre-
sados de la Facultad de Derecho en al- Esta investigación es un estudio y
gunos campos específicos de las políticas reflexión acerca de la obra de Francis-
públicas; a saber: a) política educacional, co Giner de los Ríos (1839-1915) y la
concretada en casos como la creación de fuente principal que modeló su pensa-
los liceos departamentales, la gratuidad miento, el idealista alemán Karl Krause
de la enseñanza y la laicización de la (1781-1832), en particular su obra Ideal
educación pública; b) laicización políti- de la humanidad para la vida (KRAUSE,
co-social, visible en la legislación civil KARL, El “Ideal de la humanidad”, de
(divorcio, investigación de paternidad, Sanz del Río y su original alemán, ME-
etc.); c) funciones estatales, manifestada NÉNDEZ UREÑA ENRIQUE; FERNÁNDEZ, JOSÉ
en el desarrollo de los fines secundarios LUIS, SEIDEL, JOHANNES (EDS.), Madrid,
del Estado en actividades empresariales Publicaciones de la Universidad Ponti-
públicas, monopolios estatales, nacio- ficia Comillas1997), la cual constituye
nalizaciones de empresas; d) políticas un tratado de sociabilidad porque, en
sociales expresadas en el desarrollo de ella, Krause concibe el múltiple cuerpo u
la legislación laboral y previsional (caja organismo social, conformado por dife-
de jubilaciones, seguro de retiro, de en- rentes instituciones que deben caminar y
fermedad, de accidentes de trabajo); e) avanzar juntas para el mejoramiento de la
extensión de las prácticas democráticas sociedad; para Giner, las instituciones de
realizada a través de la integración de la sociedad están llamadas a mejorarse,
sujetos que se hallaban al margen del a reorganizarse. El mejoramiento de las
sistema institucional como, por ejem- instituciones humanas es posible por el
plo, la mujer, para la cual, en el campo despliegue de la humanidad en el hom-
educacional, se creó la Universidad de bre, por la fe en la razón y la integración
Mujeres, en el campo laboral, se instru- entre el conocimiento y la vida.
mentó su integración al empleo público Giner como su maestro, creyó que la
y, en el campo político, se promovió el humanidad en el hombre había que edu-
carla y para ello instó a las instituciones en medio de enconadas luchas entre in-
de la sociedad, al estado, a la religión y novadores y tradicionales, el centro del
demás, para que cooperaran para la for- enfrentamiento, la secularización de las
mación y despliegue de los valores hu- instituciones de enseñanza, para unos de-
manos. bía ser confesional, para los otros libre
Estructuramos el trabajo en cuatro porque las religiones positivas dividen a
capítulos, a saber, el primero, la unidad los hombres. Presentamos, además de la
de la ciencia, en el que situamos los concepción teórica de Giner acerca de la
escritos de Giner sobre la ciencia en la educación, su innovación en torno al mé-
senda marcada por Kant, el optimismo todo el cual coincidía con el movimiento
de la Ilustración y su enorme esperan- de escuela nueva europeo y norteameri-
za de unir, articular, ciencia y vida; ar- cano, que al poner al niño en el centro
ticulación que Krause lleva más allá de del aprendizaje, lo ponía también en el
principios epistemológicos al pretender centro de la reflexión, de la investiga-
superar la división del mundo, leyes de la ción, de la formación del intelecto, pero,
naturaleza y leyes de la libertad a través también, a la vez, de las emociones, del
de la búsqueda del principio de la ciencia sentimiento.
o de la filosofía. En el cuarto capítulo, un espacio para
En el segundo capítulo, la unidad hacer hombres, presentamos circunstan-
del hombre, presentamos la antropolo- cias históricas que llevaron a Giner al
gía gineriana, la cual contiene un visión confinamiento en Cádiz, al retiro de su
integral del hombre, desarrolla la idea cátedra universitaria y a la fundación de
gineriana de persona y personalidad; Gi- la ILE como escuela privada en la que
ner estudia la psicología imperante en el aplicó los nuevos métodos de educación,
siglo XIX, a la que denomina ciencia de y en la que empezó la forja de hombres
la experiencia interna, pero que él quiere tolerantes y abiertos. La ILE surge den-
llevar más lejos en su estudio filosófico tro del regeneracionismo español y cuen-
buscando entender cuál es la posición del ta con antecedentes en la Universidad Li-
hombre ante la naturaleza y ante la divi- bre de Bruselas y la Universidad Libre de
nidad. Londres, surge como respuesta a dos pro-
En el tercer capítulo, la formación: el blemas, la reforma educativa que no se
dinamismo de la unidad, presentamos la inicia con Giner, sino en el siglo XVIII;
concepción moderna de la formación que y el problema religioso, la no aceptación
pone al sujeto en el centro de la reflexión de una autoridad distinta a la razón, sea
y no el mundo ni otra cosa. El despertar ésta de carácter religioso o no.
a los valores del mundo moderno lleva a Esta investigación finaliza con un bre-
Giner a criticar la pereza intelectual de su ve anexo sobre Agustín Nieto Caballero,
época, a luchar por la emancipación de la un institucionista colombiano. En él mos-
educación de la influencia del estado, así tramos la influencia de Giner de los Ríos,
como de la religión, y a buscar la libertad de los institucionistas, de la misma ILE,
de cátedra cuya responsabilidad de la en- en el educador y humanista colombiano
señanza debía recaer en la conciencia de Agustín Nieto Caballero. Resaltamos que
los profesores. Animado por este espíritu tanto Nieto como Giner respondieron a
funda en Madrid, en 1876, la Institución un desafió cultural en el propio país; la
Libre de Enseñanza (ILE), la cual nace intervención de Nieto en la educación co-
reforzado por la vinculación del Surrea- En otros países fueron más bien mé-
lismo al Psicoanálisis. dicos o psiquiatras quienes se interesaron
El artista con las inclinaciones psicoa- por el psicoanálisis para integrar sus mé-
nalíticas más profundas es Salvador Dalí. todos, como por ejemplo Karl Abraham
El efecto que tenía la lectura de Freud en en Alemania o Ernest Jones en Inglaterra.
él no se refleja sólo en sus cuadros, que Incluso podemos constatar un desarrollo
parecen ilustraciones del quehacer del en sentido contrario en España ya que la
inconsciente, sino también en sus escri- influencia del psicoanálisis en las áreas
tos respecto al método paranoico-crítico de la filosofía, la literatura, la lingüísti-
como en la película Un perro andaluz ca o la pedagogía se produjo en general
(1929) que Dalí y Buñuel realizaron jun- tras su repercusión en el campo clínico.
tos. Por fin, en el año 1938 Dalí realiza Así pues, las figuras introductorias, en la
su deseo y conoce personalmente a Freud mayoría de los países, fueron los médicos
(justo un año antes de su muerte) en Lon- que se dedicaron a la institucionalización
dres, lugar de exilio del psicoanalista. del psicoanálisis. Es cierto que también en
Federico García Lorca se atribuye a sí España hubo médicos y psiquiatras dentro
mismo un “complejo agrario”, mientras del variado conjunto de personas intere-
que en la poesía de Emilio Prados se hace sadas en el psicoanálisis, entre ellos, José
difuso el límite entre su mundo interior M. Sacristán, Gonzalo Rodríguez Lafora
y la realidad. Siguiendo el consejo de su y José Sanchís Banús dan cuenta de ello.
hermano mayor, Emilio Prados había leí- Pero, a pesar de aplicar técnicas psicoa-
do parte de las obras de Freud en francés, nalíticas no mostraron interés en hacerse
antes de su traducción al castellano. A psicoanalistas en el sentido ortodoxo que
su hermano, el psiquiatra Miguel Prados exige un análisis didáctico y una forma-
el exilio lo trasladará a Canadá donde se ción definida. El primer médico español
hará cofundador de la Sociedad Psicoa- con formación psicoanalítica fue Ángel
nalítica Canadiense en el año 1952. Garma, discípulo de Gregorio Marañón
En el ámbito teatral, artístico o lite- y colaborador de José M. Sacristán en el
rario el psicoanálisis dejó huellas pro- Hospital Psiquiátrico de Ciempozuelos.
fundas, tan curiosas como en las piezas Viviendo en la Residencia de Estudiantes,
teatrales Las adelfas (1928) de los her- Garma coincidió con varios miembros de
manos Machado o La Sinrazón (1927) la Generación del 27. Como tantos médi-
del dramaturgo-torero Ignacio Sánchez cos de la época, Garma marchó en el año
Mejías. A través de protagonistas como 1927 a Alemania para completar su for-
el médico psicoanalista Carlos y el psi- mación psiquiátrica. En Berlín entró en
quiatra Ballina, estas obras trasladaron contacto con el Instituto Psicoanalítico y
el concepto freudiano del inconsciente se decidió a empezar un análisis didácti-
al escenario. También en Tararí (1929) co con Theodor Reik. En el año 1931 fue
de Valentín Andrés Álvarez se mezcla aceptado como miembro de la Sociedad
la normalidad con la locura mientras Psicoanalítica Alemana (Deutsche Psy-
que la novela La túnica de Neso (1929) choanalytische Gesellschaft). Tras su
de Juan José Domenchina, es un viaje al regreso a Madrid intentó crear un movi-
interior de su protagonista, el neurasté- miento ortodoxo psicoanalítico. Él podría
nico Arturo que se autoanaliza perma- haber sido el primero en asumir la tarea
nentemente. de la institucionalización del psicoanálisis
razón o ciencia, y como filosofía desnu- sistema e historia. Todas las notas de la
da, sin más; adentrándose finalmente en idea de filosofía se encuentran en el se-
dos temas íntimamente relacionados con gundo período fenomenológico, Todas,
ella: la filosofía como sociedad y como excepto una: la “filosofía como saber a
lenguaje. qué atenerse”, es decir, la justificación de
Después de un capítulo introductorio, la filosofía. Es en ese período cuando el
en que se examina el carácter sistemáti- filósofo español, aun sabiendo qué es la
co de la filosofía de Ortega, junto con las filosofía, todavía no sabe por qué filosofa
etapas e influencias, la tesis se centra en el hombre. Las nueve respuestas restan-
el contexto histórico, socio-cultural y fi- tes —el hombre filosofa por naturaleza,
losófico de su idea de filosofía, esto es, amor, asombro, curiosidad, placer, feli-
de su relación con España, con Europa, cidad, certeza, juego y evasión— pue-
la crisis de fin de siglo y la posmoder- den integrarse y adquieren una nueva
nidad. Así, revela que la crisis de fin de significación en función de la respuesta
siglo abre una nueva época en que la filo- fundamental de la filosofía como ciencia
sofía ya no es exclusiva del norte de Eu- de quehacer. Es por lo que pueden dis-
ropa, sino que los países mediterráneos, tinguirse tres etapas en la evolución de
apartados de ella durante la edad moder- Ortega: neokantiana, fenomenológica y
na, por falta de sintonía con su sensibi- existencialista; respectivamente, bajo las
lidad, tienen ahora su oportunidad. La influencias fundamentales del neokantis-
idea de filosofía en Ortega y Gasset tiene mo, Husserl y Heidegger. La tercera, una
su reflejo político en los Estados Uni- superación de la segunda; mientras que
dos de Europa de cuya mano el filósofo entre ésta y la primera habría una fractu-
madrileño profetizó la resurrección del ra, un hiato: nada menos que el paso de la
poder social de la filosofía, posibilitan- modernidad a la posmodernidad.
do la fundamentación de unas ciencias Es cierto que en varias ocasiones Or-
humanas capaces de solucionar los pro- tega nos dice que la filosofía no es una
blemas de la humanidad. El filósofo, es ciencia, sobre todo cuando la contrapo-
cierto, no debe gobernar pero sí cumplir ne a la física, que en su desarrollo ha
su vocación pedagógica a través de su degenerado en mero simbolismo pro-
intermediario, el político. Ortega reivin- bable y artificio útil, algo que a juicio
dicó la necesidad y la importancia de la de Ortega no se puede considerar ya
filosofía en un momento en que estaba de conocimiento; pero, en general, es claro
capa caída —momento que sigue siendo que en Ortega la filosofía es ciencia. Por
el nuestro—, y puede decirse que toda eso, si como pensamiento nos presenta
su obra constituye un gran esfuerzo por su cara más existencialista, como razón
poner la filosofía al servicio del hombre: o ciencia nos ofrece la más fenomeno-
primero de los españoles, más tarde de lógica. Su objeto: el ser; si bien no el
los europeos, y, a través de ellos, de toda parmenídeo, ya caduco, sino el heraclí-
la humanidad. teo: perspectivista, circunstancial e his-
Seguidamente, la tesis investiga las tórico. Ortega lleva a cabo una reforma
características que la filosofía como pen- de la idea de ser, tornándolo en relativo,
samiento comparte con la religión, el arte plural y cambiante, para poder salvar así
y la experiencia de la vida, aquellas que el conocimiento absoluto, uno e inmu-
son quehacer: imaginación, juego, fe, table.
chos de ellos sino por dar esa expresión tre 1942-1949, etapa en la que el bilbaí-
filosófica a lo que sus contemporáneos no Juan Larrea fue su secretario y alma
estaban elaborando en sus obras y llevar- mater. Una de las hipótesis de trabajo fue
la a la cuestión de los fundamentos gno- su pertenencia o no (durante esos ocho
seológicos de la filosofía tradicional. años) a lo que denominamos prensa del
Bajo este horizonte de interpretación exilio de la Guerra Civil. Para obtener
del pensamiento de María Zambrano re- respuesta se procedió a la búsqueda y
sultaba muy significativa la relación de catalogación de 811 publicaciones con-
auténtica afinidad que se podía estable- feccionadas en la diáspora, con el fin de
cer entre su obra y la del poeta Emilio conocer sus características, tipología y
Prados, una obra que, por sí sola, tiene evolución además de relacionar cómo las
un alto grado filosófico. Así, en la tercera revistas del exilio ven la luz coincidiendo
y última parte de nuestro estudio se pre- con las oleadas de salida de los republi-
senta, en primer lugar, la figura y la obra canos conforme avanzan las tropas fran-
de Emilio Prados desde un sesgo filosó- quistas. Con esta intención final se diseñó
fico, tanto en lo referente a las constantes una ficha con las siguientes entradas: tí-
lecturas del poeta como a los elementos tulo, subtítulo, formato, lugar de edición,
de reflexión constantes en su poesía. En fecha de inicio y desaparición, épocas,
segundo lugar, se examinan todos los do- periodicidad, números que salieron al
cumentos existentes que nos permiten, mercado (incluidos extraordinarios), pá-
en este apartado, hacer una lectura de ginas, tirada, editor, director, miembros
la razón poética como afinidad entre el de la redacción, colaboradores, lengua,
poeta y la pensadora. De entre esos docu- secciones, contenidos principales, sede,
mentos, que incluyen cartas, testimonios precio, imprenta y en qué servicios de in-
o artículos de María Zambrano sobre el formación (archivos, bibliotecas, centros
poeta, cabe destacar el examen de los li- de documentación, etc.) se guardan esas
bros que Zambrano tenía de Emilio Pra- cabeceras de nuestros desterrados.
dos (conservados en la Fundación María Se ofrece también un panorama gene-
Zambrano), donde se encuentran marcas ral de lo que fue la prensa de los emigran-
de lectura en más de 70 poemas, y que se tes políticos españoles, dejando al margen
presentan como un mapa que nos permite aquella otra en la que colaboraron, pero
recorrer esos elementos afines al filósofo que se puede evaluar como perteneciente
y a la pensadora. a los países en los cuales se refugiaron.
Asimismo se deja constancia en la tesis
de la influencia de sus experiencias pe-
ANA GONZÁLEZ NEIRA riodísticas de 1920-30 (Revista de Occi-
dente, Litoral, La Gaceta Literaria, Cruz
CUADERNOS AMERICANOS Y LA y Raya, etc.) ya que muchos de sus im-
HEMEROGRAFÍA DEL EXILIO pulsores y colaboradores fueron los mis-
mos que en la “España errante” pusieron
Director: José Díaz Nieva en marcha o participaron en otras nuevas
Universidad San Pablo CEU (2008) (Altolaguirre, Bergamín, Sánchez Bar-
budo, Lorenzo Varela, Rejano, Giménez
La presente tesis doctoral se centra en Siles, Seoane, Zambrano, Díez Canedo,
el análisis de Cuadernos Americanos en- Moreno Villa o Ímaz etc.).
desde el matiz que identifica a cada uno, mento último, posibilitante e impelente,
la riqueza de la filosofía española del “religado” a esa realidad. Esta religación
siglo XX de influencia orteguiana, bien es la única manera posible de demostrar,
por su discipulado o bien por estar en el mejor mostrar la realidad de Dios. Pri-
contexto más próximo del raciovitalismo. mer momento.
Nombres como Zubiri, Laín, Aranguren, El problema filosófico de la historia
Rodríguez Huéscar o, de una manera de las religiones es el segundo. La reli-
más indirecta, Ferrater Mora, se tienen gación se concreta en religión que, a su
en cuenta en esta investigación pues la fi- vez, tiene muy diversas concreciones en
losofía que, como nos dirá Marías, es “un la historia. Por ello, se estudian su histo-
quehacer del hombre que se encuentra ricidad, su evolución y sus fundamentos.
perdido para lograr una certidumbre ra- Las “religiones” como concreción, insti-
dical que le permita saber a qué atenerse tucionalización de la religación a la reali-
en su vida” es una reflexión compartida dad. Es el segundo momento.
sobre la realidad radical que es mi vivir Finalmente, El problema teologal del
y de la que tengo que dar cuenta y razón, hombre: Cristianismo es el intento de
sobre todo ante el horizonte de la muerte, analizar lo “específico” del Cristianismo
si quiero vivirla con sentido. desde el punto de vista filosófico. El au-
tor lo llama “deiformidad”: el hombre es
un ser dei-forme, Dios está en nosotros,
JOSÉ Mª MELERO MARTÍNEZ somos hijos de Dios, hemos sido con-
formados, formados desde la imagen del
RESUMEN DE LA TESIS: EL Hijo. Tercer momento.
PROBLEMA TEOLOGAL DEL Así pues, a través de estos tres es-
HOMBRE EN XAVIER ZUBIRI tadios se concreta el estudio en los tres
conceptos fundamentales de la “teología
Director: José Luis Villacañas zubiriana: religación, religión, deiforma-
Universidad de Murcia. 2009 ción.
por oposición a la canónica, son las de en una narración folletinesca que actúa
mercantilización, anti-artisticidad y con- como cauce de un sinfín de informacio-
formismo ideológico. nes y enseñanzas.
La investigación evidencia el reduc- El hibridismo de las novelas de Tresse-
cionismo e inexactitud de estos juicios rra responde a su adscripción a la peculiar
respecto a una buena porción de la no- trayectoria tomada por la novela española
velística popular del XIX. Para ello nos desde la década de 1840. Tres parecen ser
hemos fijado en el contexto histórico, los rasgos característicos de nuestra lite-
político, sociológico y cultural en el que ratura social: el tratamiento de la realidad
se ha ido fraguando este modelo crítico. en las distintas esferas de la sociedad, la
Así, tratamos de articular un nuevo mar- vocación de convertirse en plataforma de
co desde el que enfocar la literatura de propaganda ideológica e instrumento de
folletín del XIX. El eje de la exposición educación para los ciudadanos y, por úl-
lo ha constituido uno de los factores que timo, la mezcolanza desacomplejada de
consideramos cardinales de una buena géneros dispares de escritura. Rasgos que
parte de esta novelística: su didactismo. se complementan con la versión españo-
Y ello porque la narrativa de Tresserra la del catálogo de personajes, escenas,
es una muestra inmejorable de cómo ambientes y temáticas que los novelistas
muchas novelas de literatura popular se franceses habían popularizado entre el
configuraban ante todo como instrumen- público de nuestro país.
tos de educación de la ciudadanía en los Junto con Tresserra varios autores
valores democráticos. carismáticos de la narrativa social es-
Tresserra acuñó un modelo narrativo pañola del siglo XIX, como Ayguals de
original que denominó “Novela filosófi- Izco, Tresserra, López Bago y Blasco
co-social”. El rasgo más característico Ibáñez, trazan la columna vertebral de lo
de esta tipología es el cóctel de géneros que parece haber sido un sólido y heteró-
de escritura que hallamos en ellas. Los clito corpus narrativo, que abarca como
artículos periodísticos, cuadros costum- mínimo siete décadas, y cuyas variantes,
bristas, ensayos políticos, científicos o ramificaciones y modelos se hallan a la
filosóficos aparecen entrelazados, in- espera de ser estudiados con profundidad
tercalados o injertos improvisadamente desde una óptica renovada.
rescatar, especialmente hoy, cercanos a a cargo del doctor Luis Enrique Nieto,
la celebración del Bicentenario de la fun- Secretario General de la Universidad del
dación de la mayoría de las Repúblicas Rosario y del Profesor Mauricio Restre-
latinoamericanas. po. En su discurso, el doctor Nieto recor-
dó la honda y valiosa huella hispánica de
Dante Ramaglia la Universidad del Rosario y la razón de
ser del congreso puesto que, según sus
palabras, “la hispanidad, como lo advier-
CONGRESO INTERNACIONAL te de entrada el nombre de este Congre-
“MÚLTIPLES FORMAS DE LA so, es un hecho cultural que se refiere a
HISPANIDAD” distintos tiempos y a distintos espacios
(del Mediterráneo al Caribe, de la civili-
Bogotá. Universidad de Rosario. zación grecorromana a los pueblos semi-
Octubre de 2008 tas o amerindios), y por cuya naturaleza
corren asuntos capitales de la historia de
El pasado mes de Octubre de 2008 se Occidente que han ocupado, e incluso
realizó en la Universidad del Rosario en determinado, algunos de los debates más
Bogotá el Congreso Internacional “Múl- fértiles no sólo de la historia sino tam-
tiples Formas de la Hispanidad”, organi- bién de la sociología, la antropología y
zado por el Centro de Estudios Políticos la filosofía modernas. Olvidamos muy
de las Facultades de Ciencia Política y fácilmente que el espíritu hispánico es
Gobierno y de Relaciones Internaciona- uno de los fundamentos (no el único pero
les de la misma universidad. Con este tampoco el menos importante) de nuestra
congreso se abrió un espacio para pro- personalidad histórica, y así nos hemos
fundizar en la investigación y la reflexión acostumbrado a menospreciarlo como
interdisciplinaria sobre las variadas ma- objeto de estudio, reduciéndolo siempre
neras como históricamente pueblos di- a esa caricatura en que desde hace años,
versos hemos vivido nuestra condición casi siglos, lo tienen atrapado tanto sus
hispánica, haciendo una invitación a asu- enemigos como sus defensores de oficio.
mir la hispanidad como un objeto de es- O el horror o la santidad: de esos ex-
tudio diverso y multifacético. El evento tremos poéticos no han podido salir los
contó con la participación de profesores estudios hispánicos, cuya denominación
e investigadores de diversas disciplinas misma ha sido degradada por razones po-
vinculados a universidades y centros de líticas que pocas veces se enteran de la
investigación de Colombia, España y Ve- historia y de la lucidez. Pero lo que busca
nezuela, y con la presencia de rectores y este Congreso es precisamente eso: va-
directores de institutos de investigación lidar desde la academia, es decir, desde
de amplio reconocimiento internacional, la crítica y el rigor, desde la vocación in-
que nutrieron el debate académico con terdisciplinaria, los distintos significados
su experiencia y conocimiento acerca de que ofrece la Hispanidad como problema
variados temas relacionados con la histo- y como herencia cultural. Un problema
ria, la política, la literatura y la vida del que cobra cada día más vigencia (pues
mundo hispánico. no en vano los países de Hispanoaméri-
El 23 de Octubre, en la primera jor- ca empezarán muy pronto a conmemorar
nada del Congreso, la instalación estuvo otro centenario más de sus respectivas
catálogo de 767 páginas con numerosas Como acto inicial el Rector y el Emba-
y valiosas ilustraciones, acompañado de jador descubrieron una placa en honor
un emotivo documental de una hora y al Dr. Adolfo Sánchez Vázquez, figura
cuarto de duración titulado “Luces de la emblemática del Exilio Republicano en
enseñanza 1933. La Facultad de Filosofía la Universidad y en México, quien a sus
y Letras de Madrid” y la reconstrucción 95 años de vida sigue siendo uno los
de la vidriera Art Decó que decoraba el humanistas más importantes del mun-
vestíbulo principal de la Facultad de Fi- do iberoamericano. Por ello, el Consejo
losofía y Letras de la Ciudad Universita- Técnico de la Facultad de Filosofía y Le-
ria y que fue destruida durante la Gue- tras acordó ponerle a su Salón de Actos
rra Civil. Con todos estos eventos se ha el nombre de Adolfo Sánchez Vázquez.
puesto de manifiesto la importancia del En el Acto se leyeron unas palabras de
revolucionario proyecto arquitectónico agradecimiento del Dr. Sánchez Vázquez
y educativo de la Facultad de Filosofía y recordando que gracias a los principios
Letras, punta de lanza de la renovación de libertad de cátedra y pensamiento de
pedagógica impulsada por la Segunda la Universidad Nacional ha podido desa-
República. La Guerra Civil y la posterior rrollar su obra como humanista social-
depuración emprendida por los vencedo- mente comprometido en la Facultad de
res cortaron de raíz las iniciativas enca- Filosofía y Letras de la UNAM durante
minadas a la modernización cultural que más de 55 años. El Embajador Carmelo
el país necesitaba. Angulo Barturen, reconoció y agradeció
la solidaridad de la nación mexicana y de
Jesús Rodríguez Hernández su Universidad con los exiliados españo-
les que tuvieron que abandonar su país
hace 70 años, conformado por lo más
70 AÑOS DEL EXILIO granado de la docencia y la investigación
REPUBLICANO ESPAÑOL EN en ciencias y humanidades, el mundo
MÉXICO editorial y muchas otras profesiones. Por
su parte el Rector de la UNAM aseguró
Universidad Nacional Autónoma de que la Universidad no sería la misma, ni
México. 13-15 de febrero, 2009 mejor, si no se hubiera visto beneficiada
con la participación del Exilio Español.
Para celebrar los 70 años del Exilo Es- Su presencia aún hoy en México sigue
pañol en México, la Facultad de Filosofía siendo un ejemplo de fidelidad a los prin-
y Letras de la UNAM y la Embajada de cipios, de solidaridad y la mejor forma de
España en México organizaron un Con- recordar el legado de ese acontecimien-
greso Internacional donde participaron to. Rendirles homenaje a los exiliados a
académicos de diversas universidades través de un acto académico de reflexión
de México y España. El Congreso fue sobre ese momento trascendental para el
inaugurado el 16 de febrero por el Rec- país y para la Universidad forma parte de
tor de la UNAM, Dr. José Narro Robles, un acto de justicia histórica.
por el Embajador de España en México, En su intervención, el Dr. Ambrosio
Sr. Don Carmelo Angulo, y por el Direc- Velasco Gómez subrayó que, después de
tor (Decano) de la Facultad de Filosofía la destrucción de la supresión militar de
y Letras, Dr. Ambrosio Velasco Gómez. la Segunda República Española, decenas
de miles de hombres y mujeres que ha- nando Gamboa. Entre los maestros del
bían defendido los valores e ideales re- Exilio Español que participaron, estu-
publicanos con las letras e, inclusive, con vieron Adolfo Sánchez Vázquez, Ramón
las armas, se vieron obligados a abando- Xirau, Arturo Souto y Federico Álvarez.
nar su patria, no sólo para sobrevivir sino Aunque el Dr. Sánchez Vázquez no pudo
también para desarrollarse plenamente asistir personalmente, por motivos de
en nuevas tierras y contribuir así también salud, se leyó su texto “Del destierro al
al mejoramiento de sus nuevas patrias. Y Transtierro”, donde expone sus diferen-
fue precisamente México, y en especial cias con José Gaos respecto a la forma
su Universidad Nacional, donde muchos de vivir y sentir el exilio. Para Sánchez
de ellos encontraron el terreno propicio Vázquez el Exilio comenzó como un do-
para crear, enseñar y difundir sus sabe- loroso destierro y, en la medida en que
res en el campo de las humanidades, las la posibilidad de regresar a la “patria de
artes y la ciencia. De una manera espe- origen” se alejaba y al mismo tiempo se
cial, la Facultad de Filosofía y Letras echaban raíces afectivas, académicas, in-
constituyó un espacio privilegiado para telectuales, laborales en el país de asilo,
que los más grandes humanistas españo- México se convirtió en la segunda “patria
les pudieran crear desde la Facultad una de destino” y el destierro en transtierro:
obra de trascendencia en el pensamiento
iberoamericano, juntamente con colegas “El exilio duró casi 40 años, tiempo más
mexicanos. que suficiente para enterrar a casi todos los
La significación cultural del Exilio exiliados, sino también para acabar en los
Español en la Universidad Nacional Au- que sobrevivían con la perspectiva siempre
anhelada de la vuelta. La posibilidad real
tónoma de México, especialmente en el
de volver llegaba demasiado tarde. Con el
campo de las humanidades, ha sido de- tiempo el desarraigo había dejado paso a
terminante para el fortalecimiento del nuevas raíces, a la integración del exiliado
mundo iberoamericano, razón por la cual en la tierra que lo acogió, compartiendo
el Embajador Carmelo Angulo anunció en ella las alegrías y sufrimientos de su
en este acto inaugural en la Facultad de pueblo, sin renunciar por ello a los ideales
Filosofía y Letras la postulación de la por los que un día se vio arrojado al
UNAM para el premio Príncipe Asturias exilio. En suma, el destierro se convierte,
2009 en el campo de Humanidades y Co- sin de dejar de ser totalmente tal, en
municación. transtierro.”
El congreso se desarrolló del 16 al 20
de febrero a través de 11 mesas sobre una En esa misma mesa, moderada por
diversidad de tópicos relacionados con el Dolores Ríos, Ministra Consejera de Cul-
Exilio, como filosofía, literatura, histo- tura de la Embajada de España, José Luis
ria, política, producción editorial y otros Abellán Profesor emérito de la Universi-
temas. También hubo presentaciones de dad Complutense de Madrid y Presidente
libros recientes sobre el Exilio, en es- del Ateneo de la misma ciudad, presentó
pecial de libros de homenaje a maestros el trabajo “Las causas de la Guerra Civil
del exilio español, como Adolfo Sán- (análisis de una distorsión historiográfi-
chez Vázquez y Ramón Xirau. En total ca)” donde refuta la falsa reconstrucción
se presentaron 44 ponencias, 6 libros y de la guerra civil que hicieron los vence-
documentales de la colección de Fer- dores para desprestigiar a los republica-
nos y abundó sobre las influencias fas- como español y se consolide una etapa
cistas de Alemania sobre el franquismo. de recepción desde la normalización.
Asimismo resaltó la fidelidad de México Ambrosio Velasco, por su parte, abordó
a la República Española antes, durante y un tema central en la filosofía iberoame-
después de la Guerra Civil, pues nunca ricana que se ha desarrollado desde tiem-
tuvo relaciones diplomáticas con la dicta- pos de la conquista hasta nuestros días:
dura franquista. Esta misma temática fue el humanismo republicano. Los maestros
abordada por Federico Álvarez de la Fa- del exilio español se identificaban plena-
cultad de Filosofía y Letras de la UNAM. mente con esta tradición que enriquecie-
Señaló que, no obstante el profundo an- ron y ampliaron
helo de retorno a la patria originaria, po- Entre los filósofos más ampliamente
sibilidad que se alejaba conforme pasaba tratados destacan José Gaos, Adolfo Sán-
el tiempo, el exilio lo fue sin retorno y chez Vázquez, Joaquín Xirau y Eduardo
cuando, finalmente, algunos pudieron Nicol.
regresar lo hicieron como derrotados. El Sobre José Gaos, la doctora Carmen
Dr. Álvarez enfatizó que ya es tiempo de Rovira, profesora de la facultad de Filo-
hacer una reivindicación política del exi- sofía y Letras y directora del Seminario
lio republicano y no sólo una valoración de Filosofía Mexicana de la propia Fa-
académica y cultural. cultad, se refirió al impulso que dio José
En las mesas dedicadas al pensamien- Gaos, su maestro, al estudio de la filo-
to filosófico de los exiliados se trataron sofía en México, especialmente a través
tanto a diferentes autores como Sán- de sus seminarios en los que participaban
chez Vázquez, Joaquín y Ramón Xirau, como alumnos ella misma, Luis Villoro,
Eduardo Nicol, José Gaos, José M. Ga- Ricardo Guerra, Leopoldo Zea, Joaquín
llegos Rocafull como temas filosóficos Sánchez MacGregor y otros filósofos
fundamentales. Así, el desarrollado por mexicanos. Sobre José Gaos también
el Dr. José Luis Mora, Profesor Titular presentaron interesantes ponencias varios
de la Universidad Autónoma de Madrid investigadores eméritos de la UNAM y
y uno de los más destacados impulsores discípulos de José Gaos como el propio
del pensamiento filosófico hispanoameri- Luis Villoro, quien subrayó la contribu-
cano. En su ponencia titulada “La recep- ción de Gaos a la profesionalización de
ción del pensamiento filosófico del exilio la Filosofía en México; Álvaro Matute
en España a partir de 1980”, deja ver que con la ponencia “El Exilio y la filosofía
la difusión de este pensamiento es tardía de la historia”, y Miguel León Portilla.
e insuficiente, pues no empieza a tener Ramón Xirau y Guillermo Hurtado
fluidez como otras tradiciones y perspec- del Instituto de Investigaciones Filosófi-
tivas filosóficas sino hasta el año 1999, cas de la UNAM analizaron la originali-
cuando se conmemora el 60 aniversario dad de la obra filosófica de Joaquín Xirau
del exilio. Destacó que, si bien los últi- quien, no obstante su corta vida, es una
mos 10 años se ha valorado más en Es- de las figuras más importantes del exilio.
paña las contribuciones de los filósofos Así como José Gaos era considerado el
del exilio, aún es necesario fortalecer los representante más destacado de la llama-
lazos de comunicación entre México y da “Escuela de Madrid”, Joaquín Xirau
España, para que el pensamiento de los lo fue de la “Escuela de Barcelona”, a la
maestros del exilio sea tan mexicano que también pertenecía Eduardo Nicol,
quien llegó a a ser, al igual que Gaos, samente a esta última escritora dedicó
Roces y Sánchez Vázquez profesor emé- Julieta Lizaola su intervención en la que
rito de la Facultad de Filosofía y Letras analizó la integración de filosofía y lite-
de la UNAM. Finalmente, en el apartado ratura con especial referencia a sus traba-
dedicado a la Filosofía Juliana González, jos de la época mexicana.
también profesora emérita, dedico su po- Otro de las grandes temas que se ana-
nencia al pensamiento filosófico de Ni- lizaron en el congreso fue la relación en-
col, Joaquín Xirau, Gaos y Adolfo Sán- tre historia y exilio. Aquí se tuvieron en
chez Vázquez. cuenta las contribuciones de figuras del
En la mesa sobre literatura y exilio, exilio a la historia y la historiografía: Ál-
presidida por Gonzalo Celorio, se pre- varo Matute trató, como ya se mencionó,
sentaron diversas ponencias: Anamari la filosofía de la historia de José Gaos;
Gomís analizó la experiencia del des- Alicia Alted analizó a Ramón Iglesia y
arraigo en la literatura del exilio; Aurora Mariano Pesset. Y también se discutieron
Díez-Cañedo se refirió a la obra de En- diversos temas propiamente historiográ-
rique Díez-Canedo; María de Lourdes ficos: Patricia Gamboa habló sobre el
Pastor presentó la ponencia “Juan de compromiso con el exilio de Fernando
Mairena de Antonio Machado; James Gamboa; Dolores Pla presentó un amplio
Valender analizó la recepción de la de- panorama de la historiografía del exilio
cepción de la quimera de Luis Cernuda español en México; Enriqueta Tuñón se
y Vicente Quirarte presentó la ponencia refirió a la importancia de la historia oral
“La esfinge mestiza de Juan Rejano”. El en la investigación sobre el exilio; Salva-
tema literario también fue objeto de re- dor Albiñana a la historia de España des-
flexión en ponencias de otras mesas. Así, de el exilio mexicano. Vinculado a este
la ponencia de María Dolores Gutiérrez tema de la historiografía se organizaron
Navas “Málaga y el Exilio: la memoria otras mesas sobre “Huellas del Exilio”
recíproca”, donde se muestra la obra lite- y “Geografías del Exilio”. En la prime-
raria de Adolfo Sánchez Vázquez, en su ra participaron con valiosos trabajos que
mayoría escrita en tiempos de la guerra; rescatan diferentes archivos, documentos
Pablo Mora habló del destierro poético y memorias donde diferentes experien-
de Gerardo Deniz; Liliana Weinberg so- cias y manifestaciones del exilio se han
bre “Exilio y ensayo”, donde también se guardado. María Fernanda Mancebo y
tuvieron en cuenta las contribuciones de Yolanda Blasco de la Universidad de
Gaos sobre este género literario. Valencia han trabajado en archivos uni-
Es importante señalar que la literatura versitarios para comprobar cómo se pro-
y la filosofía son dos dimensiones inse- dujo la provisión de la plazas en España
parables en muchas de las grandes figu- para cubrir las vacantes de los profesores
ras del exilio español y, más aún, como exiliados, evidenciando el drástico em-
el mismo Gaos lo señala, el cuidado por pobrecimiento académico que contrasta
la expresión literaria es una característica con el enriquecimiento de las universida-
del pensamiento iberoamericano. Entre des en América y en particular en Méxi-
los exiliados consideremos a este respec- co. Así lo puso de manifiesto el trabajo
to las figuras de García Bacca, Ramón “El Exilio Tesoro andante” de Ascensión
Xirau, Adolfo Sánchez Vázquez, Fede- Hernández Treviño, del Instituto de In-
rico Álvarez y María Zambrano. Preci- vestigaciones Históricas de la UNAM.
los como ejemplos de escasa utilidad de del latín)? ¿Cómo explicar la abundancia
esas lenguas para la filosofía. Tal fue la del género ensayístico en nuestra litera-
posición predominante a este respecto, tura filosófica? ¿Es el ensayo una forma
con dos advertencias: una opción por el más adecuada que otras para acceder a
castellano frente al catalán, el euskera o un saber filosófico de lo singular? ¿Hay
el gallego como lenguas filosóficas, y la elementos constitutivos del carácter his-
casi nula mención del euskera, limitado pánico que configuren, por ejemplo, una
a un par de recordatorios a propósito de forma peninsular del estoicismo? Estos
reflexiones de Miguel de Unamuno. interrogantes, y otros similares, se formu-
Cada lengua expresa un universo laron al hilo del pensamiento de filósofos
cultural con sus especificidades, cada ibéricos, y las respuestas a los mismos
lengua tiene tonos y acentos diferentes; llevaron una buena parte del contenido de
cualquier lengua, pues, ha de realizar las Jornadas. Y aún podría añadirse otro
un peculiar ejercicio de adaptación para nivel del planteamiento de las “modalida-
expresar lo universal. Un síntoma de la des”: el que se formula desde la concien-
necesidad de ese ejercicio es la dificultad cia de las mismas y propone sus ventajas
que plantea la traducción de determina- o inconvenientes, o mejor, el que no pue-
dos matices —¿cómo traducir “sauda- de ver las modalidades como neutrales,
de”?— de unas lenguas a otras, dificultad sino sólo como ventajas o inconvenientes.
que se acrecienta si la expresión de esos Circunstancialismo, viveza, oportunidad
matices aspira a la universalidad; pero histórica, sesgo estético, pueden ser otras
no está decidido que esa dificultad haya tantas aportaciones insustituibles del pen-
de considerarse imposibilidad a priori. samiento ibérico. O lo contrario: esteti-
Más bien se trata de asumirla como un cismo, circunstancialismo o ensayismo
desafío, ya que no estamos hablando de se ven como desviaciones de la intención
una limitación de la filosofía, sino de un filosófica de pensar rigurosamente, in-
problema inherente a la misma. ¿No nos tención ejemplificada en Vives, Suárez o
encontramos en uno de los núcleos de la Vitoria, y que es producto de una preocu-
filosofía, el de la problemática del con- pación comunitaria, universalista, frente a
cepto? ¿No serán las diferentes lenguas un enfoque mucho más egológico, como
ibéricas otras tantas “circunstancias” de podría ser el de Ortega.
la filosofía? Y, visto así, ¿dónde quedan Un modo de reconsiderar los proble-
las sospechas de una pretendida incapa- mas de la relación entre las lenguas ibéri-
cidad filosófica de estas lenguas? cas y la filosofía es por vía de introducir
Cuestión aparte son las modalidades un tercer factor: el de los países ameri-
del pensamiento ibérico, tan conectadas canos y las cuestiones que los lenguajes
con las circunstancias como con sus ex- indígenas plantean a la lengua de la me-
presiones lingüísticas; distintos estilos de trópoli. Son cuestiones ejemplificadas,
filosofar, preferencia por ciertos temas o por ejemplo, en la relación del portugués
por determinados enfoques. ¿En qué con- con las lenguas indígenas brasileñas. O
siste el “realismo español”? ¿Por qué la el de la mención de un cuarto factor: la
presencia se Séneca en la tradición del hipótesis de un lenguaje universal, que
pensamiento español (y portugués: curio- sustituiría ventajosamente a las lenguas
samente Séneca fue traducido al portugués particulares. En ambos casos, la fijación
en un intento de independizar esta lengua cerrada, acomplejada o triunfalista, ha de
nes entre filosofía y religión y la apuesta que significaba en Vaz esta expresión. A
laicista”; el profesor Gerardo Bolado del su vez, el Decano de la FHCE Dr. José
IES Peñacastillo, con la ponencia “La re- Seoane agradeció los esfuerzos realiza-
construcción de una disciplina clásica: dos por el Ministerio e invitó a todos los
la Teoría de la Argumentación”; y el pro- participantes a revivir el pensamiento de
fesor Ramón Emilio Mandado de la Uni- Vaz durante este Seminario, el cual lleva-
versidad Complutense, con la ponencia ba por título “Vaz Ferreira a 50 años de
“Dialéctica y escepticismo (o de cómo sus reflexiones. Perspectivas filosóficas
Sexto Empírico renació en la Filosofía y sobre su obra”.
el Silencio)”. El ciclo concluirá el 12 de A continuación tuvo lugar la primera
mayo del 2009 con la Mesa redonda titu- ponencia, que estuvo a cargo del Dr. Juan
lada “Filosofar en Cantabria hoy”, en la Fló, profesor de la referida FHCE, quien
que intervendrán los profesores Manuel se ocupó de una genuina aportación de
Abascal, Carlos Nieto, Gerardo Bolado y Vaz a los problemas del arte en un estu-
Alberto Santamaría. dio sobre la percepción métrica, apare-
G. B. cido en fecha tan temprana como 1905,
donde afirmaba que dicha percepción
está en gran medida condicionada por la
SEMINARIO SOBRE VAZ actitud “pisco-lógica” del oyente, el cual
FERREIRA EN MONTEVIDEO organiza los ritmos del verso de manera
que no siempre sigue las normas de la ló-
Montevideo, 25 de septiembre-2 de oc- gica. El ponente lamentó, sin embargo,
tubre de 2008 que Vaz no hubiera proseguido con esa
“milagrosa” anticipación a la entonces
Durante los días 25, 26, 29, 30 de naciente teoría de la Gestalt.
septiembre, 1 y 2 de octubre de 2008 se El viernes 26 de septiembre, el pro-
celebró en el anfiteatro “Artigas” del Mi- fesor de la Universidad Nacional Autó-
nisterio de Relaciones Exteriores, situa- noma de México Carlos Pereda, expuso
do en el centro de la capital de la Repú- las dos lecciones (una formal y otra ma-
blica Oriental del Uruguay, un Seminario terial) que un pensador como Vaz Ferrei-
en homenaje al filósofo uruguayo Carlos ra nos puede dar hoy. La lección formal
Vaz Ferreira (1872-1958) al cumplirse consiste en rechazar el modo absoluto
los cincuenta años de su muerte. de creer, de esperar o de ser partidario
El acto estuvo organizado por el Mi- que no admite dudas ni distinciones de
nisterio de Educación y Cultura (MEC) y aspectos, para aceptar el modo matizado
por la Facultad de Humanidades y Cien- de creer, de esperar o de ser partidario,
cias de la Educación (FHCE) de la Uni- pues el primer modo desencadena un
versidad de la República, cuyas autorida- movimiento pendular de enfrentamiento,
des lo inauguraron la tarde del día 25. El mientras que el segundo enseña a “gra-
Lic. Daniel Loustaunau habló en nombre duar” las creencias y las expectativas. La
del Director de Cultura Prof. Mardones, lección material consistió en analizar los
y explicó los motivos que llevaron a esa errores de falsa oposición a la luz de la
Dirección a mancomunar esfuerzos con la ya indicada lección formal.
FHCE para la realización este Seminario, Por su parte, el profesor de la FHCE
aspirando a que fuera todo lo “fermental” Miguel Andreoli se ocupó de cuestiones
centrales que ocupan hoy a la filosofía Por su parte, el Dr. Óscar Sarlo, profe-
política, tomado como punto de partida sor de Filosofía del Derecho en la Univer-
la prioridad ontológica y axiológica que sidad de la República, se preguntó por las
Vaz le otorga a la interioridad del indi- razones personales, políticas y sociales
viduo inmerso en el ámbito de lo social, que pudo haber tenido Carlos Vaz Ferrei-
junto a su compromiso ante las polari- ra para no estar de acuerdo con las posi-
dades del tipo individuo —sociedad o ciones entonces de moda en la Filosofía
libertad— igualdad. En consecuencia, el del Derecho (Hans Kelsen), reflexionan-
ponente valoró con Vaz el papel del inte- do sobre las posibles aportaciones positi-
lectual que se muestra respetuoso con la vistas y kantianas de dicha Filosofía fren-
sobreabundancia de su propia interiori- te a la más tradicional defendida por el
dad porque eso le vuelve reflexivo, críti- filósofo uruguayo, quien había señalado
co y sensible, frente al hombre de acción ya la inmoralidad intrínseca de algunas
o al hombre práctico que parece afectado prácticas jurídicas, por ejemplo la oculta-
por una especie de ceguera que le vuel- ción de pruebas, como puede leerse en su
ve incapaz de percibir la pluralidad de Moral para intelectuales.
valores puesta en juego en toda acción. En la tarde del martes día 30, el Dr.
El referido compromiso de Vaz le lleva a Carlos Caorsi, profesor de la FHCE, pre-
asegurar siempre algo al individuo y a la sentó una reflexión acerca de la distancia
libertad, pero deja entre ambas un gran existente entre el lenguaje y la realidad
espacio a la buena voluntad. de las cosas, desarrollando la prevención
En su intervención del lunes día 29, que mostró Vaz a la tesis de la “trascen-
el profesor Eduardo Piacenza de las uni- dentalización” que establecía una corres-
versidades Simón Bolívar y Andrés Be- pondencia casi exacta entre el lenguaje
llo de Caracas, propuso una lectura de y la realidad, llegando hasta el extremo
Lógica Viva desde la perspectiva de una de trasladar a las cosas mismas la con-
particular teoría pragma-dialéctica de la tradicción que pueda haber en nuestro
argumentación. Desde ella, Vaz entusias- lenguaje. Frente a esa trascendentaliza-
ma porque se ocupa no sólo de describir, ción o transporte, tan propio de las gene-
sino de evaluar argumentos y discusio- ralizaciones que eliminan las diferencias
nes, privilegia los argumentos no inventa- existentes en toda realidad, el Dr. Caorsi
dos con fines pedagógicos y no identifica contrapuso con Vaz el modo analítico de
los argumentos con su expresión verbal. pensar que descubre las diferencias, de-
Aunque también decepciona, porque no fendiendo con él un escepticismo fluido
se plantea el problema de la evaluación que nos aleja de cualquier tipo de dog-
no-intuitiva de los argumentos, adopta matismo.
una actitud francamente anti-teórica, y Por su parte, el autor de estas líneas
asume el supuesto de que los argumentos expuso al público uruguayo la génesis de
son fenómenos de conciencia. Sin em- su acercamiento desde España a la obra
bargo, también se confirma la impresión del filósofo uruguayo homenajeado, que
de tantos lectores. Más allá de sus limita- tuvo su origen en la preparación del Vº
ciones, los textos de Vaz siempre parecen Centenario del Descubrimiento de Amé-
prometer valiosas sugerencias a quien rica, y su desarrollo en la elaboración de
haga el esfuerzo por repensarlos a la luz la tesis doctoral que llevó por título “Fi-
de sus propios problemas. losofía y Ciencia en Carlos Vaz Ferreira”,
dad Española de Historia de las Ciencias aparece reflejado en este bloque de inter-
y de las Técnicas (1977-2007). venciones.
La perspectiva histórica vino de la La segunda parte de la mañana contó
mano de Pablo García Castillo y Rafael con las intervenciones de Jorge M. Ayala,
Ramón Guerrero con Filosofía y Ciencia Ciencia y Creencia, ejes de la vida de Pe-
en San Isidoro de Sevilla, y Filosofía y dro Laín Entralgo, José Arturo Lorenzo-
Ciencia en la España musulmana: Ibn Cáceres, Ciencia y Filosofía en Laín En-
Hazm de Córdoba y el valor de las cien- tralgo, y Juana Sánchez-Gey, Filosofía y
cias, respectivamente. Ciencias Humanas: La teoría política de
Por la tarde el Seminario continuó en María Zambrano.
el aula Francisco de Vitoria, donde Ci- La sesión de clausura corrió a cargo
rilo Flórez nos ofreció su trabajo sobre de Miguel Ángel Quintanilla, ¿Ciencia
El Humanismo científico: Nebrija y su para qué? Una cuestión Filosófica, y
círculo; le siguió José Luis Fuertes con Víctor Navarro Brotons, La historiogra-
la intervención Filosofía y Ciencia en el fía de la Ciencia en España: notas, cues-
Barroco e Ilustración hispánica. tiones y perspectivas. Para finalizar se
A continuación intervino Amable nos convocó para el próximo Seminario
Fernández Sanz con Filosofía y Ciencia y se hizo entrega a los asistentes de sus
en Jovellanos: Una propuesta educati- títulos acreditativos.
va ilustrada. La última palabra del día Fue un paso más en una ya larga tra-
la tuvo Fernando Hermida de Blas, La yectoria de treinta años que viene com-
Polémica de la Ciencia Española: Me- pletándose por este grupo salmantino que
néndez Pelayo y Manuel de la Revilla en ha cubierto un periodo intenso de estudio
perspectiva fue su elaborada aportación. desde la aprobación de la Constitución
Con Histología y epigénesis en San- que nació el mismo año en que lo hizo el
tiago Ramón y Cajal de Francisco José Seminario. Este lleva su impronta. Esta
Hernández Rubio comenzó la mañana reunión bianual permite profundizar y
del último día; le siguió Antonio Notario exponer cuestiones de la vida filosófica
Ruiz con una aportación sobre la Esté- española e iberoamericana, dialogar e
tica desde la Ciencia: Santiago Ramón intercambiar conocimientos y poner en
y Cajal, y Dezso Csejtei, Ciencia y Uni- contacto a profesores e investigadores de
versidad en la obra de Ortega y Gasset diferentes niveles y países.
y Heidegger. Quiero destacar el espacio
y el peso, merecido, que tuvo la figura Gemma Gordo Piñar
de Ramón y Cajal en el Seminario, como
Mito y Azar
(A mi hermano Antonio: in memoriam)
Los textos se enviarán al Consejo de Redacción por uno de los dos medios siguientes: 1) correo
postal, a nombre del Director o del Secretario de la Revista: Departamento de Antropología Social y
Pensamiento Filosófico Español, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Autónoma de Madrid,
Campus, Cantoblanco, 28049 MADRID; 2) correo electrónico a la dirección secretariorevista@ahf-
filosofia.es. Se utilizará preferentemente este segundo medio.
BOLETÍN DE INSCRIPCIÓN
EN LA ASOCIACIÓN DE HISPANISMO FILOSÓFICO
secretario@ahf-filosofia.es www.ahf-filosofia.es
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