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522 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA ALEJANDRA MARTINEZ ve ENRIQUEZ RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos propios. Cuestiones no federales. Sen- tencias arbitrarias. Procedencia del recurso. Son susceptibles de recurso extraordinario, fundado en la arbitrariedad, las sentencias que omiten el examen y decisién de alguna cuestién oportunamente Propuesta —en el caso, la declaracién del nico testigo del hecho—, siempre que tal decisién afecte de manera sustancial el derecho del impugnante y sea condueente para la solucién de la causa (1). S.A. FRIGORIFICO YAGUANE, C.LF.A. ABASTECIMIENTO. El cardcter temporario o excepcional del régimen penal establecido por el decreto-ley 19.095/71 —xéimen de veda al consumo intemo de carne vacu- na— constituye un obstaculo cierto a la operatividad del principio de la ley penal mas benigna (art. 2° del Cédigo Penal). Las disposiciones protectoras —sancionarias— de dicho régimen coyuntural de regulacién econémica, no pueden ser entendidas sino gozando de una verdadera ultraactividad in re ipsa, DictaMEN DEL Procurapor GENERAL Suprema Corte: En esta causa, la apelante fue sancionada por la Junta Nacional de Carnes, de acuerdo a las facultades que le acordaba el decreto-ley 19,095/ 71, por infraccién a las condiciones que el Poder Ejecutivo, en virtud de las atribuciones que le conferia el art. 3° del decreto-ley citado, habia impuesto para la aplicacién de la veda al consumo de carne vacuna; en el caso, violacién del horario establecido para el faenamiento que s6lo podia comenzar a las 20 horas del dia de veda, mientras que la imputada, tal como surge del acta de fs. 1 y de sus propias declaraciones, inicid esas labores a las 18, (@) 2 de diciembre. Fallos: 285:55. bp JUSTICIA DE LA NACION 523 En su descargo, alegé la recurrente que tal infraccién obedecid a lo exiguo del lapso comprendido entre el comienzo de la matanza y la hora en que podian los matarifes comenzar la distribucién, pues aquellos a quienes correspondian los ultimos turnos realizaron una insostenible presién ante el temor de no poder completar la faena antes de la hora indicada para lanzar Ja carne al mercado (las 24 del ultimo dia de veda), y perder clientcla frente a los colegas que a esa hora habjan terminado - cémodamente por haberles sido adjudicados turnos anteriores. Estas mismas circunstancias determinaron a la Junta Nacional de Cares a moditicar el horario anterior por resolucién J. 16 del 26 de enero de 1972, es decir poco mas de dos meses después del hecho que da lugar a esta causa, autorizando la faena desde Ja hora 15. (La recu- trente cita también la resolucién J. 377 del 3 de mayo de 1972, que mo- difica el horario para los frigorificos que siguen el ritual “kescher”, pero, segtin mi opinién, esta norma no modifica las circunstancias del caso, tanto por no encontrarse acreditado que las reses faenadas anticipada- mente estuvieran destinadas a ser sacrificadas por ese procedimiento, cuanto porque la resolucién J. 16, anterior, de considerarse aplicable, produciria ya los efectos que aquél pretende). Sobre la base de los hechos expuestos, el recurrente plantea en este recurso la aplicabilidad del principio de retroactividad de Ja ley mds benigna establecido por el art. 2° del Cédigo Penal. Para resolver cl tema debe determinarse, previamente, la aplica- bilidad de los principios generales del Cédigo Penal, en virtud de lo que dispone su art. 4°, a la legislacién econémica que establece sanciones del tipo’ de Ja aplicada en este caso. Sobre el punto —que a su vez implica pronunciarse sobre la proce- dencia formal del recurso, ya que supone determinar si esos principios se han incorporado a leyes federales y por ello pueden ser objeto de in- terpretacién en esta instancia extraordinaria— me inclino por la afirma- tiva sobre la base de la doctrina expresamente reafirmada por el tribunal en las sentencias dictadas el 18 de octubre de 1973, en la causa “Gui- lermo Mirds S:A.C.LF. c/. Aduana”, el 29 de octubre préximo pasado en la causa “Bigio, Alberto c/. Aduana de la Nacién” y el 9 de noviembre de este mismo afio en la causa “Linch, Mauricio s/. recurso de apelacién”. Claro estd que afirmar por via de principio la aplicabilidad de esas disposiciones generales no significa, sin mAs, admitir que sea aplicable a la legislacién represivo-econémica y a las lamadas “leyes penales en 524 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA blanco” el principio que en concreto el apelante invoca, esto es el de la retroactividad de la Jey més benigna. Buena parte de la doctrina (Manznt, “Tratado de Derecho Penal”, T. T*, p, 428; Berane, “Esquema de Derecho Penal”, pag, 187; y los auto. res que cita Mezcen en su “Tratado de Derecho Penal’, T. 1°, pag, 115 y siguientes) asi como la jurisprudencia de esta Corte, en especial Ja ~ sentencia registrada en Fallos: 211:1657 con meduloso dictamen de mi antecesor en este cargo Dr. Carlos Delfino, se pronuncia en contra de la aplicacién retroactiva de Ja ley penal en blanco més benigna cuando ésta resulta serlo no como consecuencia de variaciones de la norma penal que establece la sancién, sino por la modificacién del precepto extra- penal que le sirve de complemento, Comparto ese criterio en cuanto al principio general que sienta, pero considero que, sin mengua de las razones que lo fundan, admite algunas excepeiones dentro de las que puede caber el caso que me ocupa. El principio de la retroactividad de la ley penal més benigna surge como consecuencia de la idea de defensa social que sirve de base a la legislacién punitiva; tal idea importa admitir que toda modificacién de estas normas obedeceré a que el legislador ha encontrado un desajus- te entre las leyes anteriores y los fines que perseguia al dictarlas, esto €s, que la nueva disposicién sirve mejor a los intereses que se buscaba tutelar y, por ello, debe ser esta ultima la que se aplique a los hechos que hayan de juzgarse después de su sancién. Pero en esta rama del ordenamiento juridico, obsta a la aplicacién de ese criterio otro principio fundamental recogido por el art. 18 de nuestra Constitucién, condensado en la expresién de Feversace “nullum crimen, nulla poena sine previa lege” y, en consecuencia, aquel criterio que postula la retroactividad de toda ley nueva queda reducido al de la “minima suficiencia de la represién”, 0 sea, que sélo se aplicardn retro- activamente las leyes nuevas que sean mas beneficiosas para el pro- cesado, Teniendo presente asi el sustracto del Principio en cuestién, se ad- vierte con claridad el motivo por el que debe considerarselo ajeno, como regla, a la materia penal econémica, Ia cual normalmente legisla sobre situaciones que varian en lapsos mds breves que los que requiere Ja aplicacién de la ley a los hechos que cacn dentro de sus preceptos. En tales casos, la modificacién o supresién de la ley no responde a una distinta valoracién de la realidad que se regula, sino que, manteniéndose DE JUSTICIA DE LA NACION 525 idénticos los criterios valorativos, la rapida mutacién de las circunstancias que condicionen los hechos a que la ley se refiere hace necesario modi- ficarla para que la regulacién se mantenga acorde con aquellas pautas invariadas. Es decir, que cada hecho debe juzgarse, para que no resulte distorsionada la justicia de la solucién a que se arribe, con la ley que regia en el momento de su comisién porque ésta, y no la que la sucede, es la que fue dictada teniendo en cuenta las circunstancias en que el acto se produjo, Otro excelente ejemplo, referido a las leyes que poseen simulténca- mente ambas caracteristicas, lo brinda la ley 12.830 de represién del agio, pues en un proceso inflacionario es natural que el precio cuya per- cepeién fuera delictiva en un momento, sea el autorizado poco tiempo después. Admitir aqui que la variacién de las disposiciones adminis- trativas que establecen las listas de precios pueda producir el efecto de suprimir la pena para los infractores a la lista anterior equivaldria, en Jos términos del citado dictamen de Fallos: 211:1657 a que el propio ordenamiento juridico declare, a priori, la absoluta ineficacia de estas leyes. No es extrafio entonces que Ja regla general que excluye del 4m- bito del art. 2° del Cédigo Penal a las leyes penal-econémicas y en blanco haya sido establecida, principalmente, en decisiones de V.E. que versaban sobre la ‘citada ley 12.830. Pero en casos como el presente, en que la mutacién de la norma extrapenal complementaria no se debe a un cambio previsible en la situacién regulada sino, como surge de los fundamentos de la resolucién J. 16 de la Junta Nacional de Carnes que luce a fs. 41, a que el érgano competente para su dictado advierte que la disposicién anterior no sirve adecuadamente al interés que determiné su sancién y por el con- trario produce “situaciones de privilegio” en el proceso de comerciali- zacién que se busca regular con justicia, considero que las razones que fundaban Ja no aplicacién del principio de retroactividad de la ley mds benigna han desaparecido y, en cambio, aparecen evidentes las que determinan que se lo considere aplicable. En esta causa debe, a mi juicio, observarse que la resolucién J. 16 se dicts muy poco después de dos meses de ocurrido el hecho que motiva este proceso y fue adoptada en un’ expediente originado en 1971. Todo ello hace suponer que de haber advertido el organismo competente para fijar el horario, ab initio, las consecuencias nocivas que la aplicacién de la anterior producirfa, habria adoptado desde entonces aquél dentro del cual el obrar de la imputada hubiera resultado licito. 526 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA. A mérito de lo expuesto, estimo que, si bien debe, como regla, ex- cluirse del art. 2° del Cédigo Penal a las leyes penal-econdmicas y “en blanco”, cuando el cambio de éstas proviene no de la norma que esta- blece Ja sancién, sino de la que completa su precepto, media en casos como el presente razones que justifican una excepcién a dicho principio. En consecuencia, opino que debe revocarse la sentencia apelada. Buenos Aires, 13 de diciembre de 1974. Enrique C. Petracchi. FALLO DE LA CORTE SUPREMA Buenos Aires, 4 de diciembre de 1975. Vistos los autos: “Frigorifico Yaguané S.A.C.LF.A. s/. apelacién multa”. Considerando: 1°) Que contra la sentencia del Juzgado Federal de Ira. Instancia a? 2 de San Martin, Provincia de Buenos Aires (fs. 70) —confirmatoria de la resolucién de la Junta Nacional de Cames (fs. 20) que consideré responsable al Frigorifico Yaguané S.A. de la infraccién prevista por el art, 3, inc. a), del decreto 1999/71, bien que reduciendo el monto de la multa impuesta, en $ 30.000,-, la empresa condenada articula recurso extraordinario (fs. 73/78), concedido (fs. 78) y formalmente procedente con el alcance que da cuenta el dictamen del sefior Procurador General (fs. 90/92), que en este aspecto se comparte, 2°) Que en el sub lite la recurrente transgredié el régimen de veda al consumo interno de carne vacuna (decreto-ley 19.095/71) al faenar “ganado vacuno con destino al consumo” (decreto n? 1999/71, art. 3, inc. a) fuera del horario autorizado. Ello asi, si se tiene en cuenta que la contravencién de que se trata, por lo demas de indole formal y predomi- nantemente objetiva, se produjo el 21-11-71 siendo las 18 y 50 hs, (ver acta de infraccién de fs. 1), no obstante que el art. 2 del decreto 2885/71 autorizaba la matanza recién a partir de las 20 hs. Empero, como la Resolucién n? J. 16 de la Junta Nacional de Carnes del 26-1-72, autorizs iar la faena a partir de las 15 hs., la apelante aduce que esta tiltima modificacién la libera de multa, por aplicacién del principio de la ley penal més benigna (art. 2, Cédigo Penal). : 3°) Que dicha disposicién general del Cédigo citado resulta. ina- plicable en la especie. En efecto, es dable advertir, por una parte, que el cardcter temporario 0 excepcional del régimen penal especial esta- DE JUSTICIA DE LA NACION 527 blecido por el decreto-ley 19.095/71 constituye un obstaculo cierto a su operatividad. Nétese que: a) los arts. 2 y 3 de dicho texto legal facultan al Poder Ejecutivo “para disponer Ja aplicacién de veda al consumo interno de carne vacuna cuando el mtimero de cabezas de ganado bovino que arribe al Mercado Nacional de Hacienda de Liniers durante el lapso que establezca el Poder Ejecutivo fuese inferior a las cantidades que éste determine” (art. 2), asi como para “establecer las condiciones y jurisdicciones de aplicacién de la veda a que se refiere el articulo prece- dente, y también a modificarlas cuando las circunstancias porque atra- viese el comercio de ganado y carnes asi lo hagan aconsejable” (art. 3); b) que el decreto 1999/71 reglamenté su aplicacién “por periodos se- manales alternados” a partir del 5-7-71 en tanto que reimplantada por el decreto 2885, del 5-8-71, el n? 5944/71, del 15-12-71, dispuso levan- tarla hasta el 10-1-72 (art. 1°). Por manera que las disposiciones pro- tectoras —sancionatorias— de dicho régimen coyuntural de regulacién econémica del comercio de carnes vacunas no pueden ser entendidas sino gozando de una verdadera ultraactividad in re ipsa. Porque, cabe afiadir, resulta dificil aceptar que el legislador haya querido privar de una real eficacia a medidas excepcionales tomadas en momentos de emergencia econémica; por el contrario dicha ultraactividad viene im- puesta por el debido y necesario resguardo —implicito en raz6n de la especificidad de Ja materia— del orden publico econdmico y su consi- guiente incolumidad. 4°) Que, finalmente, en orden a Ia mayor 0 menor equidad, con- veniencia o acierto de las normas que fijaron uno u otro horario, cons- tituyen cuestiones ajenas a la consideracién del Tribunal (Fallos: 198:78, en especial p4g. 86, sus citas y otros), tanto mds en el subexamine en que, en el escrito de interposicién del recurso extraordinario, que limita la jurisdiccién de esta Corte, no se ha tachado de inconstitucional el decreto que fijé el horario vigente a la fecha de comisién de la infraccién, lo que obsta a su conocimiento y decisién ex oficio (sentencia del 28-6-74, causa L, 434. XVI, sus citas y otros). Por ello, y, en lo concordante, fundamvntos del dictamen del Sr. Procurador General, se confirma la sentencia apelada en cuanto pudo ser materia de recurso extraordinario. Micver Ancet Bergarrz — Acusrin’ Diaz Brater — Hiicron Masnatra — Ricanpo Levene (h) — Paso A, RaMea.

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