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Amigo distante,

Amigo sembrador de amplios campos,

Amigo que me honras con tu amor,

Tu que llenas de alegría mi templo,

Das el alimento a mi cuerpo,

Amigo querido,

Tú que pagaste con sangre,

Por el pecado del hombre,

Amigo eterno,

Pastor de hombres,

Caminante del valle,

Sobre tus hombros la culpa del hombre,

Y de ti el mundo se burló,

Mas tu inocencia se transformó,

Nos llamó y hoy amigo,

Te doy las gracias.

Y acordes acompañan plegarias,

Y bajo techos humildes se enaltece la palabra.

Tus alegrías son pequeñas,

En los detalles nos amas,

Una simple brisa,

O el sonar de un cristal,

Una puesta de sol,

O al abrazo de un ser querido,

El amor en cada lugar,

Entregado a buenos y malos,

Caminantes del sendero,


Contempladores de la creación,

Un día frio puede ser la bendición,

Porque el precio fue alto,

Por nuestra libertad,

Por no imponer,

No buscamos imponer,

No buscamos señalar o juzgar,

Nuestra puerta está abierta,

Trabajamos en lugares distintos,

Peregrinos,

Portadores de la flama sagrada,

Servimos dichosos,

Nuestra riqueza es su presencia,

Nuestra mayor posesión,

Su nombre.

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