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Contenido

PrC"ioCnlación 9

l'rtllogo O.:rtth<» Hul'lll100!. en ·11empo:. de Gucna}


Globali7ac1ón
Duna G'wnc1 ~;avas 11

PAR 1 •; t. DERE( tlOS tlLMA.~OS EN LA GLOll,\Ul.A( IÓ-'- 19


Derecho> humanos y teoría critica de In sociedad
/\le 1u nd ro Soltonov1ch _··-··---·--·· .... l l

Derechos humanos y democracia en 1iempos de globn lizac1ón


l\1n1la Jll'5é Fonl\.n.s Dulce··-·······-··- .. 39

Economin Polflica de los derechos humunos en tiempos y


c>pac1os de la globaluacióo
~la.nucl llumheno Rcsln:po Dommgua. 53

Nuc•O'> derechos y dtfcrenc1a cultural en uempo> de


globalización
.\m U'lda Romtfo \tedlm n
PAR 1E2. ('0LO~IBIA. T l l':,\11'0 DE DERt.C-110!> \
Nl:Ol'ARA \llLI IARJS~IO--··--····----······---······--········-- 103
La rac1onahdad de la Ley de Víc\Jmas y Rc>t11uc16n de
fierras en Colombia
Caflo\ I nnqucAnganra Sarmicnlo.. 105

Colombia: economía polilica del derecho humuno 11 In


ul1n1c111nción
l 11'1Brdll S..1rm1ent0Aru:ol'1.. - ...,.._ 127

Bandas Criminales (Bacrim) y neoparnm1hturismo en


Colombia
t'arkll \lcdrig G.l.Ucgo ~ 151
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Derechos Humanos I

EN TIEMPOS DE GLOBALIZACION
Y NEOPARAMILITARISMO EN COLOMBIA
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1>olcncinh/ar e l carácter e manc ipotorio de los derecho> en las


condiciones presentes.

Derechos humanos, neoliberalismo y ¡:lobalizncióo

Pcrry Anderson señala que el oeohbernl1smo nace en


Europa Occidemal y América del Norte inmcdiatamemc
despu.:S de que finaliza la Segunda Guerra Mundial como
una reacción a la inLe!"ención estatal basada en la equidad
y la JUSllclD d1smbuuva que fundamentaban los Estados
soc1alc> de la Europa de la posguerra (Ande™>n, 2001 l De
esta manera, en plena Guerra Fría emerge una propuesta
que pretendía catapultar al modelo económico cap1tahsta,
buscando con In liberación plena de las fucr¿as del mercado,
conducirlo a unn nueva fase e n la que los procesos de
producción , dis tribución y consumo ni ser cx trniuos de
cuulquier regulación favorecieran una mayor ucu11111lnción
de capital. Esta corrieme de pensamiento ncolibcrnl
necesariamente supuso reacciones en lomo al papel del
Estudo como garante de las condiciones sociales de vid3
de sus hnb11unics y en tomo a las premisas de sol idnridad y
fraternidad como baluartes de las relac10aes de los individuos
en la suciedad Todo lo cual, implicó romper con los va:.os
capilares entre la política y la economía que las democrnc1as
occidcnmlcs habían fabricado para conciliar ni capirnlismo
de mercado con los derechos económicos y sociales en el
plano de las disputas de la Guerra Fria.

Con J3 calda del denominado "socialismo real" duramc


la última década del siglo XX. el acolibcralismo se impone
a plenitud . reconfigurando el orden mundial, que dejó de
leerse a partir de la oposición entre los modelos polilicos
y económicos del este y e l oeste, para abrirle el paso a la
af1rn1ación de las relaciones asimétricas entre el norte y el sur
en virtud del supuesto triunfo del capitalismo como el modelo
ccon6111ico propio de las democracias libcrah:s Justamente,
en el a1'o de 1989 surge el llamado Consenso de Jlasl1111g10n.
como un cumulo de orieatacioaes que debian seguir tanto
los paisc> en 'ías de desarrollo, como lo> orgamsmos
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Derechos Humanos
EN TIEMPOS DE GLOBALIZACIÓN
Y NEOPARAMILITARISMO EN COLOMBIA

Autores/as
Alejandro Gabriel Soltonovich
Maria JOS.: Fanilas Dulce
Manuel Resnepo DommgucL
Amanda Romero Mcdma
Carlos Enrique Angarits Sanmen10
L1brudo Sam11cn10 Anl<>la
Carlos Mcdma Gallego
Diana Gómez Na\'as (Prólogo)

Director

Manuel Restrepo Dominguez


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l)fl'n'•fl' ttum•110' r11 Timapcit: dt GI00.11li:t.adOn y '1ror•r•nilll111ñ,11m tn


C"cilombl• . Otrl!l.:W 7'otANl fFI llt'7'ot BERTO RESTRI PO 1:>0~1JN(j' ll./ t i
al , I Ull¡JI, IJPTC, 2011 lll pbginas. ¡\IH'!IÑ 1:'• dtrrdm\ •11m•l'IU\,
''º" 9711.·)~ fl.qQ7l\O-S...>
1 lkn:\.00.. hlm'l"lllntM 2 Tcotl.a Cntic:a de dcm:lu hum~ 1
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~VI A~1ARflA\...>\R.\UESTO.Catb. Vll SAR.\tllltlOM/(ll.A
Liblr_., \111 ~ltl>l'-AGALI.EGO. ew-.

01:'rttho' l lunu1no11 r-n lit:mpo11 dt Clob•li7.ación


) .!\1l'01,•l'1ln1ílll•ri\"nH1 rn ( "nlomhi•
ISDN: 978·9SH·99160·9·8

CI f\1:inucl l luinhcno Mcslrcpo Dumi.nlo'llez, Director


CI l'lc cudli capitulo su nu1or
C> ~1.1~1rla en do:r\.'\:hn"í humnoos

Grupo dt- ln\t'-li¡:~cl6'1 T«1rl• y Pra."ds d(! /D:l iluttlfoJ llu1ttt1n;n..


l•ro, ttto dt '·" ' ""'i~n. lttl:an. Critia dt durdaift b u.ma•O'I
ll'TC. 01' : '>CI: 1110, ?01?

.\l11atna eo• dfl'"tdlO\ hum.Off


hn1lllld d< llfrttho >C1todas Sodal<>
l n.htnHJMI P.ct9*1no >Tt<IM>M:ico d< C.iontblo

111ll"'h ....lil.."1
Salaln1M11.in Cirupn CrcaU\O SAS
C11l1: 17 No ll·Sl. lun1a Colomhta
\\ " ""' aivr11.~l~1Mndr.1 oom
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PRESENTACIÓN

Nuc\'amcme desde la Maestria en derechos humanos


de In Unl\ers1dad Pedagógica y Tecnológica de Colombia,
el equipo profesora!, presenta otro resultado de >u proceso
mvesugam o, que ocurre al intenor del grupo de mvcsngac1ón
en Tcoria y Praxis de los derechos bwnano>, oncnlado por una
perspecuvn de pensamiento cnnco, que le pennue observar lo
que ocurre, desde afuera de las clásicas poo1ums líbcralcs de
nsum 1r a los derechos como facultades o como s11nples ideales
crcudos de unn vez y pera siempre, cs1álicos e 111scrv1blcs. El
pro1>6s110 de esle hbro colectivo es el de continuar la larca de
buscar el 1msfondo, lo que subyace en las reul1dudes que tienen
que ver con los derechos humanos, poner en duda aquello que
suele ser presentado como invanable, como tcnnmndo.

l:.ste hbro sigue la linea de invest1gac1ón de U.-ctumscnucas


sobre dcn.'Chos humanos, que 1ienc ya como antcccdemes
colcctl\'OS los hbros de Teoría Critico de los derechas
humanos y; lectura crieico de los derechos humanas -o
20 mios de la Conscirudón colombiano-, resultantes de la
renexión profesora! y la publicación espec1ah1,¡¡da en Teoría
y Pmxis de los derechos humanos que ya complc10 su sex10
volumen rcsullado de la refleiuón es1udmnt1L Es1a vez la
invcs1igación se centró en el objetivo de ahondar desde la
Econo111in, la Filosofia, el Derecho y la ll1stona el es1ud10
de los derechos humanos en Tiempos de Globali1ación, para
desm11ificar lns abstracciones liberales que 1111ponc11 unn falsa
idea de la realidad, modelada con la retorica del individunhsmo,
de In compelcncia, del uso del terror. dcutis de la cual se
ocuhan las carencias que vive la gente en lo profundo de su
co1ulianidad, a la vez que se justifican lo:. éxi1os basados en el
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despojo y las exclusiones. Adentro de este morco de análisis,


ocurre tn111b1en la búsqueda de imcrprcwción del fonómeno
del Ncoparamilitarismo, en Colombin. visto a través de lo
concreto ahí en lo local, en la región, donde las gentes comunes
y corrientes padecen el miedo constituido como cstrotegin de
dominio y explotación

Esta vez, otra panc del col~'Cllvo profc:.oral abordó la


temáuca de esrudio con la com 1cc1ón profunda de colocar a
los dcrccbos humanos en el lugar que les corresponde tanto en
su teoria como en su prncuca, ruslándolos de las pretensiones
univcrsalistas carentes de sentido, o del papel salvador en que
el mismo poder que los mega e mvahda quiere colocarlos a
su serv1c10, para convertulos solo en una cancatura que ser
invocado, pero carente de capacidad para no dejar de luchar.

MI IRD. Director.
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PROLOGO
DERECHOS HUMANOS EN TI El\1POS
DE GUERRA Y GLOBALIZACIÓN

El potencial emancipatorio de los derechos humanos


suele obscurecerse cuando se lo piensa en ucm1>os de guerra
y globalizac ión, y no porque su discurso haya ílaqueado,
sino porque aún hoy mostrando arduos desarrollos que lo
mucstmn de manera posicionada en muchos contextos,
son más recurrentes los actos, las políticas, las medidas
y los escenarios que se configuran a lo largo del tcmtono
global para socavarlos. Esta contradicción entre un discurso
íucnc y consolidado en tomo a los derechos humanos y un
escenario global que al erigirse impide su rcah.aición. pone
en entredicho las supuestas relaciones univocas entre los
dcn..-chos humanos y la democracia, y entre lo> den..-chos
humanos y el cap11ahsmo, las cuales se presentaron tnunfantes
en pleno nacimiento del siglo XXJ.

Reflexionaren tomo a ello no pretende plantear escena nos


desalentadores que mengüen el potcncml de los derechos en
la v111d1c11c1ón y conquista de cond1c1ones de vida digna para
los seres humanos; pretende más bien :avizorar puntos de
comprensión ele cienos fenómenos actualc~ pum repensar y

1 1 h:\!~Lkb tn C1'-'"Ctol.i Soaaks. ~t~er en Ctcn<1a PolilK:.l Ploít.--wni J~ la


llru .. crudad Dlun11.J fr:mcrsco Josr de Cakbs.
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l'rologo • 13

mul1 ila1cra lcs ílnnncicros, para lograr un supuesto escenario


de crccim1cn10 y estabilidad económica basado en un modelo
libcrn li1ado.
Esta nueva realidad significó en el plano económico
mundial la emergencia de dinámicas de trnn~nacionnhLación
de los mercados, que afectan los procews de producción,
dbtnbuc1ón y consumo e imponen al cnp11nl financiero
como su pnnc1pal baluane. Así. las dmarn1cas ;:(:0J1Óm1cas
tran~nac1onales extienden sus cf;:(:tOS al plano de la política
de lo social y de lo cultural Entonces, lo que conocernos
como globalilllción no es más que la capacidad que estas
d1n:lm1cas transnaciooales le arrogan a cienos procesos o
v1s1ones para imponerse eo el mundo de manera hegemónica
(cjr De Sousa Santos, 1998).
En cs1e panorama, el potencial cmnnciplllorio de
los derechos humanos se enfrenta u recios obstúculos.
Por un lado, a los embates que el modelo ncoliooml y las
dinámicas tmnsnacionales le bao hecho al Estndo Socml de
Derecho. lo cual ha impJjcado el dcsman1clnmicmo de las
polr1ic11s sociales y de ajuste económico por panc de cs1e, en
dcmmen10 de los derechos económicos y sociales y en favor
del libre desarrollo económico y la propk'<lnd pnvada, que
da paso a un Estndo de De=ho con economia hbcrali1.ada
que se configura como su garante e instrumento m~utucional
Por otro lado. al resquebrajruruento que el modelo neohberal
y los procesos de globalización le hacen n la ciudadanía
social, la cual al ser sustraída de las condiciones sociales
de bienestar que ella misma significa, vuelve a convertirse
en un mero esm1us que no equipara y le gara11ti1a nada a
m1dic (cfr. Marshall y Bottomore. 1998). En med io de este
csccnnrio, mientras las dinámicas cconómicns capita listas
y los mercados se transnacionaliwn, ul 1111s1110 Jicmpo la
unulación de los derechos de las personas se cons1iwye en un
fenómeno con un carácter local muy fuerte.
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Derechos humanos, guerrn )' globali.tnción

Con la caidn del Muro de Berlín y el cese del socialismo


en Europa del Este, el capitalismo euro1>eo y estadounidense
procl1un6 los valores de las democracias hbemles como la
antltesis de los regímenes 101ali1arios y autoritarios que
hablan gobernado al mundo hasta ese enlonces a t.m•és del
e:.lahnismo, de gobiernos rascistas y de dictaduras de distinto
orden La democracia liberal se eqwparó con los derechos
humanos como presupuestos éticos. y con ello se impuso
la ncc~'!>1dad de su uni' ersalización. aunque aquellos que
los proclamaban los hubieran obviado s1stemáucamente en
tiempo> de guerra

De csm manera, los derechos humanos son convcr1 idos


por el capital en un elemento mas de la poliuca in1emacionnl
que imponen las potencias capital istas en el mundo J\sl,
el potencial emancipatorio de los derechos humanos,
nuevamente se ve confrontado por las d111án11cus de la
globn li~ación, pues a través de esta se universaliza un discurso
de los derechos plegado a un régimen democrát1co propio
de un Esmdo de derecho liberal, lo que al mismo tiempo
relauvua sus pos1bihdades de realización. De igual forma,
el nuevo orden mundial que se gesta. afirma el cnn\ctcr local
de los conflictos y las guerras. obviando de manero solapada
cualquier relación o incidencia de terceros en ellos \-lás aún,
esta pretendida um,·ersalización de los derechos humanos
como una política hegemónica, ha llevado a que su d1scur.;o
se revista de tintes de dominación y exclusión de pueblos,
culturas y poblaciones que se encueolmn sumidos y que
alimemnn sus conflictos sociales, políticos y ccon61111cos que
muchas veces asumen expresiones annadas.

Este escenario de guerra y globafüación conlrovierte


el potencial cmnncipatorio de los derechos humanos frente
al papel de los Estados como principales garantes de los
mismos, y frente al papel de la comurudad internacional
como eme solidario y subsidiario de los mismos Por un lado,
las d111ám1cas de la globahzación han mvest1do a los E::stados
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l'rologo - 15

como los agen1cs propulsores de la apertura económ ica de


sus fronteras y del favorecin11ento de extrntcrrilorialidades
que se gesmn para la ubicacióa de enclaves de mercado, Jo
que al tiempo ha incrementado una porosidad de las fronlcras
favorable para fenómenos de delincuencia que se hacen o se
an rmansobre Ja vulnerocióndc los derechos de las poblaciones,
es el caso del tráfico de personas, de la m1groc16n forzada, de
la cxplmaeión laboral >sexual, entre otros. que se encuentran
conecwdos con el desarrollo de conflictos sociales y armados
con arraigo local, pero aprovechados por el accionar de las
mafias ) las dehncuenc1as de carácter transnac1onal ante la
cesión tcmtorial que han terminado haciendo los Estados en
es1as dm:im1cas de apertura Por otro lado, las dmám1cas de la
global1/ae1ón sumadas a las dinámicas de guerra o violencia
sistcmtlucu de arraigo local, ciiicn a los 1crr11orios y a las
poblac1011es que los habitan a contextos donde convergen
iodo 1ipo de fenómenos de orden dclincucncin l capaces
de imponer escenanos de excepcionalidad que ponen en
cuestión el papel de la comunidad internaciona l frente n su
capacidad de arb1tno en vinud de la garantía de los derechos
de las poblaciones'
Asi, en uempos de guerra y globahmc16n el papel de
los Esmdo;, ) de Ja comunidad internacional en relación
con el disfrute y garantía de los derechos de las personas se
enfrenta a mulliples cuestionamientos En unos caso> frente
a la relac16n os1métrica norte-sur de los paises y la falsa
cqu1d1stancia que aparentemente cubre a lo:. pai,L'S adheridos
a los valores de la democracia hberal, pues por un Indo c1enas
politicus se globalian y fácilmenlc se adoptan por panc de
los p11lses en vias de desarrollo, y por el otro los conllic10s
y las violencias se reafirman con asuntos exclus1va mente
locales, riese a que como se ha dicho en ellos converjan las
dehncucncias trnnsnacionalizadas. En olros casos frente a
la porosidad que generan las dinámicas de In globaliznción
en las li'ontcras nacionales y al nusmo L1empo frcme a

2 P;ini a.mplw ...a tumo :t CSlti d&..""'USIOntS ~ puc(k rnt~r ~1 t~\ltt ~ '
(iómcJ'. (~0 10)
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16 - Dcnx:has l luma"°" en riempos de GlobaluaclOn y N001ian11111hw1<mo

lu reníl rmación del carácter nacional y lu emergencia de


expresiones nacionalistas al interior de los Estados ante los
fonómcnos como la migración forzada y lus reivindicaciones
por lo 111ult1cuhural y pluriétnico que nos obliga u pensar In
ciudadanía en 1ém1inos cosmopolitas o globales'

Prcc1snmentc, en tomo a estas discusiones, desde el plano


de lo global y ubicando algunas de ellas en nuestro con1c\lo
nacional. gira el libro Derechos lluma11os e11 /tempos de
globuh:ac1611_r11eoparamililarismo en Colombia. trabajo que
se cons111uyc en uno más de los resultados que se desprenden
de la rcílc,ión, el análisis y la investigación con>Jantc del
grupo de profesores de la Maeslria en Derechos 11 umanos de
In Un1vcrs1dad Pedagógica y Tccnológicn de Colombm

El libro cuenta con dos apnrtados. El primero, con la


participación de los profesores de In macs1rln Alejandro
Solionovích de Argent111a y Maria Jose Far1ñas de España,
Munuel Restrepo Dom inguez y Amandn Romero Medina,
propone reflexiones alrededor de la relación globa li711c1ón
y derechos humanos, a partir de Ja cual surgen varias
d1scus1oncs: en pnmer lugar, sobre el carácter retórico del
discurso de los derechos que pareciera encerrar en si mismo
unas pr.\e1icas sociales dignifican1es del ser humano que
no obstan1e son sistemáticamente obstaculizadas por el
poder del capital. impidiendo que se materialicen. y que
problematJ7.an, desde una perspecllva crinca, la C\1Stenc1a
misma de los discursos de los derechos humanos. en segundo
lugar, sobre la relación entre democracia y derechos humanos
que en 11cmpos de globalización se cierne sobre las escisiones
soc10-cconóm1cas y socio-culturales que alentan contra los
d~rechos socia les, económicos y culturales de lus personas,
al 1icmpo que desmantelan los ideales democrt\1icru. que
penm1e11 soportarlos; en tercer lugar, sobre los nociones
ele igualdad. equidad y no discriminación que implican la
apertura de cscenanos para la vmdicac1ón de los derechos de

3 S4.~~C'!ol i: ti:ma '-<~ R\ 1Slr k>s lntos AJll'!hiatl'm). , u..0.lumC l'J99>.


Gomu !Wlll
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l'rologo • 17

los géneros. de las minorias émicas, cullurnles. lmgllislicas


y nuc1onalcs, de Jos niños y adolescentes y lus personas con
discapacidad.

El segundo apanado lrne para In discusión temas que


e.tundo conl'Ctados con las reflexiones globales en materia
de derechos, requieren de análms propios cuando se los lee
en el comc.xlO de lo nacional. De esta manera. el profesor
Carlos Anganta Sarmiento, a propósito de los debates sobre
la Jus1ic1a 1ransicional y los derechos a la verdad. la justicia y
la reparación de las victimas, elabora una rcílcx1ón en 1omo a
la racionalidad de la Ley de Victimas y Rc:.utución de Tierras
y la forma como a través de sus postulados se desd1bupn las
condiciones ma1eriales del desarrollo del coníliclo am1ado
en el país, así como la relación entre goce efectivo de los
derechos y d1g11idad humana de las vícti mas. Por su parte,
el profesor Libardo Sarmiemo Anzola, elabora una discusión
en relación con el derecho hwnano u la ulimcntación, la
cual partiendo del análisis ele las vnrinbles económicas
globales que se ciernen sobre la malu d1stnbuc1ón del
ingreso y la riqucZll. mucslra paro el caso colombmno la
manera como la mseguridad ahmeatana se desprende de
dichas desigualdades económtcas y sociales, y a la vez las
alimenta. eslo en un escenario global en el que la producción
agricoln crece a mayor ntmo que la población finalmcn1e,
el profesor Carlos Medina Gallego presenta en el marco de
su trabnJO 1m·estiganvo sobre derechos humanos en el ámbno
de la guerra y la barbarie. una aproximación al fenómeno
del Neopara1111hlansmo en Colombia a panir de un es1ud10
regiona l. a través del cual se aportan elementos 1111ponan1cs
para In comprensión de la fomia como se ha reconfigurado y
se red1mensiona hoy el parami litansmo en el pals luego de los
procesos de negociación y dcs111oviliLnci611 de estos grupos,
usi como su incidencia en el desarrollo del conflicto armado y
en la nfccrnción de derechos de las poblaciones, todo lo cual
llama la atenc ión sobre las salidas al conflicto annado que
deben pensarse y la forma de garamiz¡¡r los derechos de las
vlcumas. en un escenario de guerra que se compleJiza por la
convergencia de delincuencias de distinta e~urpc
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Parn cerrar esta introducción, es necesario anotar que


1>am la Macstrio en Derechos Humanos el dcsnrrol lo de
estas rcllcx1oncs y discusiones significa avanzar en la
construcción de un enfoque que permita comprender. estudiar
e invc;tigar los derechos humanos más allá de las entelequias
discursivas que los refieren a marcos Jurídicos. normativos
o éticos que dificilmentc en las condiciones actuales vemos
matenafünrse. Su pnncipal apuesta es pensnrlos desde su
potcncml emancipatorio a fin de avaruar en la coru.trucción
de otras n:ahdades.

ANDERSON, Perry. 200 l. "Historia y lecciones del


ncohbcmli,mo" En: Houtan F. y Polet F (Eds) El otro
Dai·os. Globali:ación de resistencias )' de luclras . Bogotá,
Plaza y Jonés.
/\l'l'MIA, Kwamc. 1999. "Patriotas cosmopolitas" En: los
límues del parnotismo. ldemídad, pene11e11cía y cí11dada11ia
m1111dil1/. Barcelona, Ed1c1ones l'aidós.
DE SO USA SANTOS, Boaventura. 1998. De la mtmo de
Alicia. lo social y lo político en la postmoder111dad. Bogotá,
Ediciones Uniandcs
GÓ'AEZ. Diana 2011 " De las ciudadanías t~'mtonahL:Jdas
a los temtorios descmdadanizados. Una breve mirada al
desarraigo en la era de la migración fortada" En Cátedra
Democracia y Cwdad011ia. Temtorras y desarraigos. Bogo!á.
Fondo de Publicaciones de laUnivcrsidad Distrital FJC
MARSllALL. T. H y BOTTOMORE, Tom 1998 C111dada11ia
y clase ~ocrol. Madnd, Editorial Alianza.
NUSSB/\UM, Man.ha. 1999. Los limites del parl'/011'.rnro.
Identidad, pertenencia y ci11dada11ia 1111111dwl. Barcelona,
Ediciones Paidós.
SERNA. Adrnln y GÓMEZ, Diana (Comp). 2010.
Del111c11errcit1s globales, canjlictas mmados )' den.'C!ros
!rumanos. Bogot:i. Fondo de Pubhcac1ones Universidad
Distntal rJC
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PARTE 1
DERECHOS HUMANOS EN LA
GLOBALIZACIÓN
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DERECHOS HUMANOS Y TEORÍA


CRÍTICA DE LA SOCIEDAD
o de por qué deberíamos sentir vergüenza
por la existencia de los derechos humanos
Alejand ro !>ollonm ich'

"si algruetf roba conuda y dcspu6 ,Ja /u 1·1dn. ,que hacer?


,hasta dónde dcbcnto} prat'ttcar lo.\ ',·nJades? ·•
S1/\'io Rodriga1r.

De los muchos presupuestos inválidos que rodean el


concepto y la tcorla de los derechos humanos, uno de los más
extendidos y significniivos es la doble dc:>eripc16n de estos
como elementos Jurid1co-poliucos socialmente progresivos
y mornlmcntc positivos', pues cada uno de estos atributos
repercute en la leg11unación del otro, y, de hecho, suelen
imphcar..c de forma tácita y reciproca (Foucauh. 1992) En
este scnudo, suele darse por sentado, erróneamente, que
cualquier defensa de los derechos humanos determina unas
pnicucas sociales que mejoran las cond1c1ones de vida de
las poblaciones y las personas en las que estas pnicncas se
a1Jlican La propia matriz histórica de los derechos humanos.
que vienen a continuar y a profund1wr el desarrollo de
los derechos c ivi les. políticos y procesa les, defondidos y
extendidos dentro y desde los Estados burgueses a tmvés de

l ~oc1ólogo, l'h U en Derccho!I Humanos y en Soc1ologhl. PmlC,.Or L'n1\·erud.1d


di! 0\Kf\ll .. Airt"J.. l'\fB\!nllna.
l Ouc algo que prog:rcm es mtnnsecamcnlt bueno y que ul;o bueno
nr:taiaruamen.tc debe pro~ consbtuyc la t:mc 1dcukJM1o1,:01 de: l(M; cucuu~ Clt00o-
""'''11J"~ de la moJ"·rrudad) el ci¡p1ultsmo. se aphe1akiJi.•1•1' 6mh110& lk la' tJa
qui: d poJcr ~ w lort"13 ba}O Sil gcmOn.
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lu 111odcrn1dnd (Rabossi, 1997/98). aparenta conllevar estos


efectos beneficiosos de manera inherente, ya que arnreccn
en un momento en el cual la bw11a11idad - que como objeto
discursivo es aqul una metonimia de los sectores dom inantes
occidenta les para los cuales aquellos derechos se habían
desarrol lado en el contexto de las sociedades capitalistas-
babia alcan1ado sus mayores cotas de au1odestn1cc1ón
aparente

Digo apare/lle no porque no fuera real, sino porque,


etnocentnsmo mediante, no se consideró el constante proceso
de destrucción de ouas sociedades y culturas que se desarrolló
durante siglos de expansión cap1tahsta'. CI ciclo de las
guerras mundinles (con todos sus horrorosos adllamcntos),
a l que se s umaron los problemas devenidos del proceso
de dcscolomzac1ón, dejó tales hendas en In conciencia
polltica de las sociedades más desarrolladas (en términos
de produc11v1dnd media) que la Declaración Universal de
los Derechos Humanos (DUDH) intentó instituirse como un
ltito a partir del cual determinadas formas de vio lencia social
quedarinn c1cluidas de toda posibilidad de ser convohdadas
o lcg111madas en términos politicos,juridicos o d1plom:\ticos
No es que desaparecieran, ni mucho menos, pero al menos
quedaban relegadas al rechazo internacional o. en su defecto,
a la "cifra negra" de las prácticas estatales

También la Organización de Naciones Unidas se


presentó como un instrumento destinado a prevenir que los
conflictos armados den varan en un colapso de la c1V1lizac1ón,
pues quiere, antes que ninguna otra cosa, "prescn'OI· a la.r
ge11ert1cio11cs 1•enideras del flagelo de la guerra que dos
1•eces d11ra111e 1111es1ra l'ida ha infligido c1 la l/11111t111idt1d
s1ifri111ie11ws indecibles·•. Este contexto de mcclimlos del

J A lodos 101 efectos prfu.:ucos., d socu»hsmo Je C!ltudo {el ..segundo mundo'•


~..pu¡...¡ d\!I capu.1lhffk) d~rrol111do de los pal.ses ccnU11i1..,> ,~.,ultt~ un ..péf!J11.:.:
nW de la CXl'IQn,\IÓin h3Clll el -Tercer ~1undo. de l.u MJl.:labda bia"lld.J' en ln
pcrpc:ru..c1tm de: hl c,;tens..-in de tu. dt\lts1on cid tnlOO.ro )' el cuho 11 Qumcnto de Ll
pnxiu.;ll\ 1Jo.J
4 'UDl.:.-1 ~--me b.-t.\Ltl'ltc. p.-ua ma gUSID, que C5la idcl de la rcl.Jc1C)rl en~ 1.4
.••
.••

Derechos hum3DOs y 1eoria cnuca de la ~1edad • 13

siglo XX pem1itc comprender muchns de las cnracterlsticas de


puruda de los derechos humanos.

Por otra parte, la matriz ideológica de esios derechos


proclamados "universales" (a pesar de que m siquiera la noción
mlmma de "derecho" es universal. sino histórica e id•'Ológica)
e:>lá signada por un fuerte pos1tw1smo social que preveía un
aumento de In racionalidad !al que cualquier problema socio-
poliuco podría ser superado (Weber, 1992). yn fuera mediante
una profundiación de los 'a lores de la modernidad -es10
es, ''mculados al cap1ial1smo y sus relaciones de producción
b:ls1ca, como sistema IX:Onómico pr.'<lominante- o mediame
su superación revolucionaria'. Así, esta matnz s1gn1ficame
también 1mp1de, s1 no exisle un pensamiento critico que
lu annlicc, considerar la posibilidad de que los derechos
humanos encierren algo más que una cslralcgin progresiva
de posilivación jurid ica de valores "universales", cs10 es,
un1vcrsa lmcnle aceptable•, que defendiera u individuos y
colcc1ivos de algo que no alcaJUa a definirse sino como sus
propios tendencias agresivas', para uu hzar la clósica imagen
frcudinna (Freud, 1966). En tomo a la figurn predominante del
Esmdo nacional, la ONU y la DUDH vcndrfan a cs1ablcccr
una úlumn defensa, una Linea Magmol de pnnc1p1os y
garantfa~ conlrn esas tendencias'.

hum11udad' 11gwmC''(clu)t1 la m&}« pan~ de ta hian.ntdld 1 ~111 pM1t dt


,\inca. a la rm,« p:ute de Asa. a ~ a da:u. 'IUC fiC preocupa de la
humanidad comprcndtdli en la mumb C'UfO-CCDtruU dd c.apll.allJllW> c:'<p111HJ.'\ o En
NI t1tr'I pa.nc dd mundo la 'guara munchal- contulUll 11 ffte1lt.1\ h.1u. la J«:adl dt
los ochcntll dc:I siglo u:
$ l.Jtc ctenc•a..~ MKutlcs, logicrunentc. no escaparon, a f*t" de Stun1 Simón y
Conuo f"'111Jel1tnte. de CSl11. 1endeoe1.:i 1dcológ.ica @Crw:ral
6 1o cu.11 ~U1\·aJc prlkticamcn1e n c1«1r que son nuto\·áhdt'! )' n1'10dlct1cos.. al
1gu.'ll tlUC: ocurre: con un tc:<to c:onstdcrudo SDgmdo (lo cual 1nch11ri1 oqui ll huma
panc de lns lectu111s d< Kanlj
7 1u mug~n nus1na de In hu111an1d('ld ílagcladJ 11or IJ gu"-rrn, que llfllll\:C.J en el
fr11¡pnc:nto c111~0. hace apam:a In contJc003 be.ltcu COPIO un1 ~· e: de luen:a
n111u1'11I o dc:vc:tud;i de fuc:mu 1oconsc:1cnte5, y no como el rcllUlll.cl" de la:i tcn!iionies
<t~•31'-'S dt lai "-"'.:11.odad~ humanll.
l'i Aunl¡ue: no es un ho:ho n•Wcntc:, tambtCn la unpo!111,;ton del l .~do n:scwn:tl
y del ,,,~de dcrcchn'i para 111 defensa ck lai \..Son:s unl\cnllC'I die l11 OUOt-1
i..'\.'91:,lllU)c un .:w J~ 1mpo:s;.ctón Kko~) polllM..'a.. llilC louarm (k.'fm.llr.fk_nl~fMftlie
Jos dir:R-choi humanos. meloso CU3Ddo estos sean dcfmJ..Ju. curur9 la ettlOn C$W:.\l.
.••
.••

No es 1m intención aquí vaciar de contenido csms


mam ccs, ni mostrar un panorama en el cua 1 todas las
presuntas condic iones progresivas de los derechos humanos
y los instrumentos j urídico-políticos que de e llos se nutren
(y que en la práctica los sostienen) carezcan de significación
y raciona lidad, ni que sean asi simplemente otra máscara
del caprtahsmo. Es muy amplia y persistente la acción de
organi¿aciones de todo tipo que mediante ~te m>trumcnto
han mtcntado. y en ocasiones logrado. el meJoram1cnto de
la> cond1c1oncs de vida de personas y poblac1on~-s. a través
de la acción directa o de la lucha por detenmnados cambios
en las políticas públicas vinculadas con la rcaht:1c1ón de los
derechos y sus comemdos materiales anexos. Sm embargo,
uno observación científica no debe detenerse en la mmcdiatCL
de detcnrnnados resultados y limitar a ellos la apreciación de
un lenómcno de gran escala, ni mucho menos puede obvrnr
u obliterar In observación de las practicas q ue con1rndignn,
siquiera potcncinlmente, las pretensiones de val idez de un
d iscurso polltico o jurld ico cualquiera.

Porque la primera advenencia que debe hacerse en


cuanto se refiere a los derechos humanos es que se trata de
"un.. discurso de leg1umación y matenalmtc16n de valores.
) no de "el.. discurso, en este sentido, la connotnción del
termino discurso atenúa en gran medJ<la el aspecto de verdad
mtrin~>ea que una mirada carente de critica de los derechos
humanos pueda sostener. Mucho se ha dicho ya acerca de los
problemas que acarrea la aceptación de un discun;o único,
y no se t111ta de una d1scus1ón que, a m1 entender. merezca
siquiera la pena, e l discutir la existencia o no de una única
verdad universal.

A nesgo de ser excesivamente taxativo e n el j uicio de


valor (lo cual es siempre deplorable en a lguna medida), para
Ju cp1stcmologio desarrollada en el campo cicntllico durante

pol"\j\K 'lU l(lfm4 de IN!CIOn VJlo puede: pracbCIU'SC' C'D rc.lcrcni.:.&a • l;u. HblltUCIOl'ICS
JurlJ•~ ) dro.1rihuU\l~fqlftsl\¡¡5 de un cstldo natklnlll ""'mpk}O N\l ll) dudt <I
la:1or- 11 rch::rc:nco a la Uno ~t~ cstlÍ oupJa de amvp uun~
.••
.••

Derechos hunumos y 1eoria cnuca de la ~1edad · 25

los últ imos dos siglos no parece aceptable la noción de una


ún1cu verdad (en este caso, la de los derechos humanos
como herrnmicnlll de superación de los confl ictos humanos
u esenia interpersonal y colectiva)º. Cierto es que desde un
punto de vista politico puede defenderse el discurso de los
derechos humanos sosteniendo que nunca se ha profundiLado
suflc1entcmente en su aplicac1ón efecllvn paro que el mundo
se beneficiara de su auténtica entrada en vigor o que, en última
IJ\Stanc111, se trata de los mejores ,·al ores que tenemos a nuestra
d1spos1ción para defender el bienestar. ni mucho menos la
¡usuc1a, para su¡etos y poblaciones concretas (aunque, aun
así, ello no probaría que sean la mejor hcrrnm1enta, ni que no
oculten otras d1mens1ones).

Sin embargo, que un proc..--so no se haya convenido en


una constante universal o que no exista ulgo meJor para
reempln1.nrlo no lo inhibe de ser objeto del pensamiento
critico y, de hecho, cuanto mayor sea su importancia relativa
se hará más urgente su anál isis critico. Este es el elemento
principal del presente articulo, pues considcmré aquí dos
premisas· en primer lugar, que los derechos humanos
constituyen un elemento relevante para el desarrollo de las
sociedades contemporáneas y, en segundo lugar. que deben
ser anahtados utili.aindo las mejores herramientas teóricas
y pnlcucns que la ciencia social pueda aportar. entre las
cuales se hnbnl de contar a la denominada "tcoria critica"
(l lorkhc1mer, 1003).

Se trata sunplemente de admlllr, en pnmcra instancia, la


posibilidad de que en el discurso y el decurso de los derechos
humanos existan dimensiones que no se adecúcn n su

q l•!ih.' <..-1'ln11>0 cun1pan~ con los dcnxhos hunuukl$ el 1.:onttJ\Co dé Ji:<tarrollo. lo


c:u11I sugten: que es 11xluvill mlis 1mponnntc atender n la; • im1h1udC1 y d1'lCtcp.-incut..\
qU< cnnc umhoo; putd11n npreci11rsc, pue_t¡ runb<ls acr1ln :U$n1fic1111\ll'I ....por qué el
dch.~ho 111.:1ua.I no co.-nrxute las mismas regla.-, de .. al1W..:1ón qu-: la e'"""'ª 1erua1-r·.
por etcmpto. n urt.'l ~unta mtc:ttsantr que la M:ll.:tttl{)¡;.f.l dcd~ ul C'ltucho de
IOI t.:arnp.K 1Jcol0g1CO"o ddx: responder. )' p;ara lo cu..! cucnl.:l con hcmt.m1a1w
1mp.irlllnk.'S \ 1l'k.--ullllbs lll a.n.al&Sdcl control soc:.al. el d~tplll\llmk.TilO, ll 1J.."Ologfa
.,-el pockr
.••
.••

objetivo general y declarado, y que, incluso, lo comrnd igan.


Por supuesto, esta admisión de pan1da conllcvn una
responsabi lidad consecuente: poner a prueba esta conjetura
(no hablemos todavía de hipótesis), lo cual obligará a
construir los derechos humanos como objeto de cs111dio. Para
ello existen muchas posibilidades que darán lugar a diversas
estrategias, y. también, una pluralidad de dcfin1c1oncs del
propio objeto.

Una posibilidad es la de analizar los derechos humanos


en el contexto social en el cual aparecen, se desarrollan, se
aniculan e imbrican con 01ros discursos y. finalmente. se
aplican. l:n este aspecto serán las ciencias sociales, ames que
las Jurld1cas, las má.~ indicadas para llevar adelante la critica
del discurso. lnmediammente debo decir que entenderé aqul
por "c1enerns sociales" a aquellas prácucas de producción de
conocimicnms y discursos sobre las sociedades humanas y
su func1l1nam1ento que en alguna medida utilicen las reglas
de construcción de problemas y los métodos de invest igación
carncterlstieos de las ciencias positivas. pues de otra fom1a
serta imposible distinguirlas de las diversas ramas de la
filosolla socrnl, política o jurldicn, que tienen sus propias
reglas antcmas de validación, en las cuale> basan unas
pretensiones de validez, y que por lo regular se d1>tmguen
claramente de los discursos científicos. ya que no suelen
construir dentro de sus esquemas teóricos hipótesis que luego
deban ponerse a prueba en témunos empincos ( llabennas,
2000 y Popper, 1962) [véase nom anterior]

l:n este sentido, un discurso elaborado sin sostenerse


en una base que implique el eontcxto histórico efectivo. en
unus vius de descripción empíricas y en una base teórica que
oricn1c la construcción del problema, el objeto y los medios
de lu investigación no debería ser considerado como este
1ipo par11culur lle discursos que componen el uni verso de
la ciencia social (Babbie, 2000). Ahora bien. considerando
lu escala de observación temporal-espacial en la que se
desenvuelven los derechos humanos, una parte considerable
.••
.••

Derechos hunumos y 1eoria cnuca de la ~1edad · 11

de los problemas sociales vinculados con e llos cubn\ en el


terreno del cual suele e ncargarse la teoría y In invcsrigac1ón
sociológica, y e llo supone la necesidad de considerar algunos
elementos particulares.

Aunque iodo esto pare¿ca alejamos de lo; problemas


~reales" que acompañan por Jo general a los defensores y
acu' isrns de los derechos humano., me gustaría scnalur que
el papel pnict1co de Ja cieocm es. con toda probab1hdad,
contnbmrn mejorar las pnic1icas humanas en general (como la
quim1ca es únl para mejorar la farmacéuuca. o Ja fis1ca es únl
para mejorar la producción de ma1cñalcs. con independencia
de la evaluación moral del resultado de estas meJoras); de
tal manera que Ja reflexión sobre estos aspectos debería
redundar en un mejoramiento ultimo de las actividades de
estos defensores de Jos derechos humanos, a menos que
en sus prácticas predominen Ja hipocrcsfn y el egoísmo de
apañencia altruista. en cuyo caso nada de estas reílcx.iones
teóricas s irve lle uti lidad'º· Por mi panc, ni menos. situado
en m1 contexto y en mi espacio de formación 1dcol6gico-
polftica. considero e l ejercicio teórico e 111vcs11ga1ivo como
una panc relevante de la defensa de los intereses y el bienestar
de la humanidad (de !oda ella), y considero 1mponnn1c que
para ello. y con estas herramientas, tcngamo~ la voluntad y
senmos capaces de poner a prueba a los propios derechos
humano5, ya que de poco sirve seguir pn.'OCup¡mdonos por
los derechos si olvidamos a Jos humanos involucrados.

Para complicar aún más e l panorama Uno de los


problemas que enfrenta cotidianamente la soc1ologin es un
a51>cc10 de su práctica que es paniculurmemc imponantc
se~alur cn este caso. A diferencia de los objetos de otras ramas
de lu c iencia, toda persona involucrada en un proceso social
debe tener una detcmtinada conc ienc iu y una determinada
forma de apreciar dicho proceso, pues de otm munem no sen\
capaz de llevar adelante las relacmnes y acciones sociales

10 lk "'~~la pDcuca eSlaS "MJ<bdes cncub1crtil't, ClMTIO fl'I~ 11~r que~


ua11 de u.,. ~ y no de asas iusbWs.
.••
.••

28 - Dci\1dlas l lun"'""" en riempos de Globaluacl()n y N""llW1lll11hun<mo

que reprodu1can e l proceso y el aspecto parcia l de In sociedad


en é l im1>hcado". Para simplificar esta cuestión 1mdemos dar
un ejemplo sencillo: toda persona puede vivir e i11tcrac1uar
socialmente. ser únl y eficiente en la reproducción social,
sin ser consciente de la manera en que la bioquimiea de su
propio híg¡¡do funciona, ni siquiera es indispensable que sepa
que su higado existe; sm embargo, para desarrollar su vida en
sociedad hay muchos asp..>ctos que debe conocer y con lo> que
debe interactuar de mnnera consciente y. en alguna medida.
racional, aun cuando el resullJldo de la acción colccuva no
sea el esperado por cada actor part1c1pante"

De es1a manera. toda mterpre1J1c1ón soc1ol6g1ca, que


mirará los procesos sociales desde otra perspecuva (o se
enganaró a si misma al considerarse c iencia social). parecerá
corregir o criucar las prácticas de los sujetos, al menos en
In mcdidn en que colisionará con esta autoperccpción de las
prácticas socia les. Por esta razón la sociologin, como dccia
Bourd icu, es siempre una c iencia que produce incomodidod,
ya sea porque e l socíólogo de tumo juzgue "buenas" o
"malas" las prácticas de los actores socialc>. o simplemente
porque no dir:I de ellas lo que los actores piensan de ellas. y a
traves de las cuales se representan a si mismos Por otra pane.
1..-,.to no s1gmfico, de ninguna manera. que toda apro,imación
teoria o de mvesugación desde la soc1ologia sea "critica"
de las pn!cucas sociales. Siempre sera di fcrcntc. pero puede
ser profündamente conservadora o reaccmnana en su base
1dcológ1ca (Horkhcimer, 2003).

La incomodidad que produce e l discurso soc1ológ1co


y su curáe1cr crliico (o acritico), en especial en e l aspccm
de lu formación y aplicación del discurso teórico. son do~
cucs1ioncs nniculadas, pero diferenciadas. Es el peor de los

l 1 L\ I C ~'l . ll\1n~1n1'"1'lt'. d es~ic'o mon\.'flal y concreto, m c1KnllJ..,~1n1n1.xhato.


de la alu~uón 1dc'Orlóg;iC11., ~ntc en todo acto s1yn601t1,·o. tOl'n4> wn Ll.' ~es
proJ.ui.:uvu dC' cunlqu1~ tipo y l:ts acciones comurucau,·ou
12 Lucwl a•n:\l1lU)'< el cnHrodd problema \\tMwlodd catokl-."T rk.'\:~Ram<ni..
nll.'.kJR.11 de la kC'kln 'klCW \'et \\cbcr ( 199°1) ~-. DO O ca.\uai ll<wUlcllTlc:I' ( l97))
.••
.••

Derechos hunumos y 1eoria cnuca de la ~1edad · 19

mundos posibles para un discurso: sera siempre incómodo y


d11ic1I de uceptar (en la medida en que encontrarÍI rcs1stcnc1as
en los actores involucrados o aludidos), y, al mismo tiempo,
no siempre tendrá relación con una posible moclifieación,
progresiva o no, de las prácticas sociales, de tal manera
que siempre deberá legitimar el esfuerlo invcnido en su
producción y el contenido ideológico que de este esfuerzo
rc~ulta Por 01ra panc, el pensamiento de sentido común,
cargado generalmente de ideología conservadora, suele
dc>prcciar la rcílexión sociológica como lo ..e, idcnte".
lo "ya sabido" e incluso algo "retorcido", en el scnudo de
expresar de manera "dificil" lo que el propio 'enudo comun
parece decir en fonna simple. Este es precisamente el t:ipo
de resistencias que la ideología propone siempre a In ciencia
social. incluso sin considerar que el propio cientlfico social
es siempre mmbién un actor social y, por ello mismo, un
actor ideológico (Horkheimcr, 2003).

De esta manera, es responsabilidad de los propios


científicos sociales realizar una autocritica previa a
todo trab:úo. relacionada precisamente con sus propios
presupuestos y objeuvaciones de lo social y de sus procesos.
Es esta una segunda gran dificultad del pensamiento criuco en
soc1ologia, pues con írecuencia ohida. en su afon analítico,
la nCi:esana vocación autocriuca que debe acompailar el
planteamiento de sus problemas y la sclccc16n o construcción
de sus objetos de estudio. Si bay algún aspecto de lo social
en el cual este funcionamiento es especialmente 1mponante
será en aquel que más se aproxime a los valores básicos y
universales contenidos en iodo modo de comprender la vida
social. /\si. los derechos humanos constituyen parn la ciencia
social un problema pnncipal y una oponunidad casi única
para 1>oner en práctica sus capacidades anallticas. pues los
d~sallos que enfrenta son siempre enormes: la resistencia
externa, tanto de los actores criticados como de los actores
criucos, y las propias condiciones 1deol6g1cas latentes en las
teorías y discursos interpretativos de la realidad social
.••
.••

Pero. por otra panc, existe un clcmcmo que facilita In


cuestión, y es que no resulta necesario mantener la pl'etcns1ón
ele neutrn lidad va lorntiva: el rigor critico y metodológico es
el lhmtc de "objchvidnd" que puede buscarse en este sentido,
pues una critica de los valores implica la admisión previa de
In existencia de dichos valores. El diálogo de la ciencia social
con los derechos humanos. si se realiza seriamente y no se
dejan contenidos librados al sentido común. ser:\ siempre
también el diálogo del científico social con sus propios
valorl.'S

En este contexto vendrá a jugar un papel principal una


disllnc1ón desarrollada en la soc1ologia hacia mediados del
siglo XX (co111c1d1endo con la proclamnc1ón de la DUDl l y
la formación de la ONU); se trata de la separación concc1itual
emre la teoría tradicional y la teoría critica de la sociedad
(l lork hcimcr, 2003). Si bien se trata de uno discusión filosófica
y epistemológica de mayor calado y de fronteras 111ás amplias
de las que se delincan aqul. el punto que me interesa dl.'Stacar
ahora es precisamente el de la valoración prevm que se hace
del discurso 1eórico con el que se trabajarán los problemas
socmlóg1cos. ya que esta valoración dependerá de los
resultados que se espera encontrar luego de la aphcnc16n de
una dc1errn111nda 1coria para la producción de conoc1m1ento

l'\o se trarn de evaluar la separación entre tcorias


conservadoras o progresistas o entte pensamientos de
dcrl.-chas o de i1quicrdas políticas, sino de las expectativas
contemdas en un determmado discurso de mterprciac16n de
la vida social Tampoco se trata simplemente de In lógica
interna del campo cicntlfico, en la cual una nueva teoría o un
nuevo parad igma pujan por reemplazar a otros que presentan
excesivos problemas o anomalías (ya que en las ciencias
sociales la lógica es particular y los diversos parndigmas
conviven halii1ua lmcnte, incluso cuando los operadores en
la producción del saber no son conscientes de esta suuación).
Se trata pnncipnlmcnte del resultado de la K'Orla aplicada
a In 1111crpretación de la vida social, pero onentaoo n la
.••
.••

Derechos hunumos y 1eoria cnuca de la ~1edad · 31

configurnción de la actividad sociopolilica, lo cual se verifica


en las dos principales fomms clásicas ele comprender la
articul oción de las relaciones sociales: la organitación y la
estructura.

Rc1111crprctando la reflexión de Mor"hc1mcr (2003) al


respecto. la leoría social de canicter trad1c1onal , en donde
cnbn!n au1ores desde Durkheim y Weber hasln Pars<>ns (junio
con pnicucameme toda la socio logia aplicada con1cmponinea ),
se ocupan! de encontrar en la organización social aquellos
elemen1os que atenten contra el funcionam1cn10 de una
sociedad considerada normal o supucstameme normal.
m1en1rns que la teoría crítica atender.i, mas bien. las tensiones
inherentes a su estructura, que habriin de de1erm111ar su
muiación his1órica". Soy (im)perfccta111cn1e conscicnle de
que con csla aproximación, algo más próxima a la praxis
sociológica, me alejo de la propia dcscri1JCión de la Escuela
de Frankfurt sobre esta cuesuón. Pero pura cswdiar aquella
descri1JCión la referencia bibliográfica es directa y clara.
y no co1lSidero que su reproducción aqui (remtcrprctada
pobremcnle, además) aporte nada ú1il. incluso sin considerar
que ello demandaría una ex1cnsión excesiva para cs1e
articulo"

S1 una regla debe segmr emonces un espacio d1scurs1\'0


con scmido cri1ico, como el que se discu1c aquí, esto cs. una
teoría críuca de la sociedad y del derecho. es la vocación
por buscar, identificar e in1crprc1ar aquellas 1cnsiones y
conftic1os que derivarán en una mutnc1ón h1stónca de la
sociedad, considerando al mismo tiempo su propio rol en este
proceso Es10 será panicu larmenlc cs1imulan1c cuando se
trole de valores universales, dado que la propia definición de
universalidad atenta, al menos parcialmente, con el scmido
l11s1órico que necesariamente conlleva In perspectiva critica.
Porque lu historicidad implica la tcnclcncia 11 la obsolescencia,

13 l.I muuc1"" de b cstructtltll soctal pc:ru tunbH:n 1.1 de ~ pmpu leona


K~1ok1&k::l
14 Pan profundu;u po<d< 1......,umbim. a lkl<l tl'l'IOJ o aJ>) tlY7~J
.••
.••

12 - Dci\1dlas l lun"'""" en riempos de GlobaluaclOn y N001lOn11111hw1<mo

lu cnducidnd. In versaiilidad y la mutabilidad de lns relaciones


socmlcs y los vínculos humanos en general, usí como de las
cons1111ccioncs ideológicas que pretendan gc>Jionnrlas. como
es el cuso de los derechos.

La teoría crítica, a diferencia de la Lrndicional. siempre


encontrar:i en los derechos y en las pr:ict1cas Jurídicas las
gnctns que le permitan reconocer las tendencias 1deológ1cas
consen adoras que encubren In confhcuv1dad cStru(:tural
de las relaciones sociales que intentan ges11onar S1 esta
coníl1cU'1dad no ex1s11era. las tnSIJtuc1ones de regulación
no aparecerían. o serían ya obsoletas. En es1e scnudo. ini
mas all:i de una idea de regulación est:iuca. más allá del
manten1m1ento de un orden, más alla de la adm1s1ón de una
dis1inc16n en1re practicas normales o accidentales. legales
o ilegales. El conlrol social derivado de la aplicación del
derecho. como rnmbién de sus demás funciones ch\sicamcntc
definidas. tendrá para In teoría crítica unu relación más omplia
que In meru regulación de los conílietos ocasionnlcs, porque
deberá atender también a la perpetuación de los conílictos
estructurales que persistan en la sociedad".

Es esta una trad1c1ón analitica que. en m1 opm1ón y


comc1d1cndo con Habennas. debe conservarse. aunque
mdudablcmente introduce un arnpho margen de 1nccmdumhre.
En este se nudo. mucho mós cómoda es la 1coría 1111d1c1onal. que
establece regularidades evidentes y permite hacer evidentes
e inmL'tlintas también las fronteras entre lo bueno y lo malo.
El discurso habitual de los derechos bwnanos ser:i siempre
también más compauble con la teoría social tmdicional, porque
en el co111cxlo de csia su uni versalidad puede 110 ser pucs10 en
dudo, mientras que In teoría crítica siempre debería preguntarse
hasta qué punio o en qué sentido esta prclcnsión tic va lide?
universal se i111bncn con discursos socialmente conservadores
y dcfonsorcs de un estado de diferencias socia les que. por una

l!i t:_,y n una l1m1ia..1ón unponant< de Algunos. es1uchus ~-."'"JurkJ1~ll'\ 'illtlrC' b


,,.....,_ t• Anwwd lt Fmiln t 1996), y fcn>n ¡ 1989)
.••
.••

Derechos hunumos y 1eoria cnuca de la ~1edad · 33

parte, pueden ser moralmente dcbntiblcs, y, por otra. al ser


h1stóri~~1s
no son indefinidamente sustentables.

Incluso para una teoría crítica que (como es la que uulizo


en mi cnso) contemple elementos en los dcrL-chos humanos
que trn.sciendcn las limitaciones del derecho convencional,
porque panic1pan en esta categoría actores sociales diferentes
a los operadores jurídicos y políticos ordmanoo y legiumado:.
por el poder estatal, hay mucho en los derechos humanos y
sus circunstnncias hiSJóricas concretas para mamcncr en
la mira de la críuca. Como ocurre con la idea y la pnicuca
predominante en la vida jurídica. la teoría tradic1onal puede
pcm11tirsc trabajar en un determinado orden social, pcñccublc,
pero eswble; seni un discurso mcómndo, pero tolerable. Por el
contrario. In teorla criúca conlleva In necesidad de enfrentar a
los actores con In incomodidad, pero también con In caducidad
de sus próct icas. Si la teoría critica busco medir su impacto
social u partir de In conciencia de su imbricación histórica en
un contexto social, es lógico que dcbn plantearse su propia
caducidad en el proceso de superación que acontece a todo
momento histórico, y las formas que este momento histórico
tenga de pensarse a si mismo.

La teoria criúca orientada a los derL"'ChOS humanos debe


plantearse, JUnto con el bien que estos pueden hacer, el mal
que contribuyen a sostener en la medida en que son C\presión
de valores con pretensiones de "ahdez universales que
omucn In observación de las tensiones Cl>tructuralcs básicas e
h1stóncamcnte determinadas en el desarrollo de In modernidad
capitalista. indicando. además, que no existe, quil'il, ningún
discurso mejor en este sentido, es decir, que exprese más
ncabudnmcnte la existencia de tensiones básicas subyacentes.
¿Por qu6 ocurre esto? La explicación que puedo dur aqui es
sociol6g1ca y estructural, y, dado el espacio dispo111blc, apenas
se describirá como algo más que una conjetura

El mantenimiento de los sistemas juridico-politicos


representa paro cualquier sociedad compleja un gasto
.••
.••

considerable de trabajo humano y energla su1ilc111cnmrill. Si


se verifica que una sociedad mantiene un extenso sistema
jurldico. ello implica que el gasto de Lrabajo social inwrtido
en él es necesario, de lo cual se deduce la existencia de una
amplia garnn de conHictos estructurales más o menos intensos.
De esta manera, por muy perfecto que sea el s1s1e111a lcgnl, su
mera existencia indica la presencia de una alta conll1ct1v1dad,
pues de otro modo su creación y desarrollo oo hub1cmn sido
ncc~>sanos (Soltono,ich. 2006). En este sentido. en ve1 de
c:.tar orgullo.os por la existencia de lo:. dcn.""Chos humanos,
la m~'l'll conciencia de su necesidad deberla haccmo~ S<.'llllr
'crgOc1ua por la situación de la conciencia colectiva de
la humanidad que estos derechos deberían encamar. En
otros palabra.~. como sociedad (la sociedad de las personas
mtegrndas en el capitalismo globaliz.ado) no debemos scnur
ningún orgullo por haberlos creado. smo una profunda pena
por hacerlos socialmente necesarios, ya que 111dicnn el grado
de conílictividad subyacente en nuestra civilización.

La Carta de la ONU y la DUDM son docw11entos que


saben a lo que se enfrentan, pues su coaU!.•to de producción
y la experiencia de sus productores concretos ha sido la
ex¡x.'licncin de un ciclo de catástrofes sociales (1>4!1icas y
económica.>) de cnonne magnitud. pero. al mismo ucmpo. su
C\ olución histórica. especialmente a pamr de la decadencia
definitiva del socialismo de Estado (que puede situarse
retros¡x.'Ctivamcntc a mediados de la década de los scscma),
ba terminado por encubnr las bases ideológicas y materiales
de las estructuras sociales predommanles, de tal manera que la
teorla crlt1cn no puede pennitirse el lujo de dejar n los derechos
humanos indemnes en su mirada, pues toda scpurac16n de un
discur..o de su contexto esm1ctural y conflictivo supondrla una
traición inwlcctuol a sus propios princi1iios b.1sicos.

El Estado y las estructuras jundicopoliucus que lo


sost~ngan jamás pueden verse libres de la mtrnda critica.
No obsmnic. el discurso de los derechos humanos muchas
\<.'CL'S ~-s utili.rodo e implementado socialmente fu~.,.a del
.••
.••

Derechos hunumos y 1eoria cnuca de la ~1edad · 35

contexto normativo-estallll, de tal mnncm que sus "usuarios"


y desarrolladores suelen presuponer que con dio el discurso
queda li bre de la critica teórica. Lejos de ello, si el discurso
de los derechos humanos se plantea cambiar ese contexto
norrna11vo-esmtal. con mucha más razón debe hacer uso de
las herramientas de una teoría crítica, y con mucha más mLón
debe analizar sus propias irnplicancias y consecuencias. La
teoría > ln pra.xis críticas. a diferencia de lns tmdicionnles,
no liOIO deben preocuparse por los cambio:. sociales que se
imponen y los medios para consegwrlos, smo mmb1~n, y muy
profundamente, por las consecuencias sociak~ de' enidas de
su propio éxno (que nunca está asegurado, n11entras que la
resistencia siempre lo estará).

La tcoria crítica no solo asegura la caducidad de su


propia visión del mundo, sino que reclama uno pcm1ancnte
humlidnd para los juicios de valor que onentan nl c1cmifico
en su producción de temas, problemas y objetos. 1>ucs lada
aseveración que no se considere a si 111 isma producto de su
contexto social y con una subsistencia que, como mucho,
ncompallanl n la de este contexto, se ncganl o si misma como
panc del pensrumento cribco.

Una probable consecuencia de eslll actnud es cicm


poSI\ 1dad polinca poco compauble con los derechos humanos,
que reclaman una permanente atención pnlcuca y una notable
comJ><.'llCtración ideológica. No obstante. esto es solo una
apnncncia, porque el uso de los derechos humanos en los
espacios sociales concretos sigue un curso similaral de la teoria
trud1c1onal freme a la teoria críúca (y viceversa). Tamb1cn en
este sentido hay un uso "tradicional" de los dcr<.'Chos humanos,
en el cual 1ircdominn In atención por sus nspectosjurídicos, y un
uso "critico", en donde predomma el trabajo con sus aspectos
sociopolilicos y sociocconómicos. Otra cosu es el uso polilico
conservador que pueda hacerse del discurso de los derechos
humano, dc;.dc los sectores socialmente prcdommunte> Pero
~~to r~')ln.'SCnln simplemente la pnlct1ca común para todo
.••
.••

discurso. desde el fi losófico hasUI el pmg111tl11co. sujclll n un


comcxlo socia l especifico.

Las cosas no son fáciles, en esta perspectiva, pero es


nccc-;;ario unotur wmbifo que loda facilidad que 0111110 c:.las
co111plicac1011cs corre el riesgo de reconvertir el discurso de
los derechos humanos en parte mtegraote de la cstn1ctura
de poder que reproduce pcrmanentcmcnlc las condiciones
de 111equ1dad e lllJUSUctn que sosuenen su hegemonia en las
pnicucas Jurídicas y políúcas de las soci~'dadcs complejas
contemporáneas.

BIBLI OGRAFÍA

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Incluye Teoría tradicional y 1eoría critica ( 1937)
.••
.••

DERECHOS HUMANOS Y
DEMOCRACIA EN TIEMPOS DE
GLOBALIZACIÓN
'.\1arí• Josf Fariña< Oukr'

lnlroducci6n

Malos ucmpos para los derechos humanos. No son


los gobiernos o los Es1ados, ni siquiera los mercados, los
que los violan; no son entes abstraclos. son empresarios
1ran~nucionolcs. élilcs financieras, milirnrcs, banqueros.
especu ladores, rcnListas, depredadores económicos disfrazados
de liberales. <1uc tienen nombres y apell idos. y. frccucn1c111en1c,
cuenlM con el respaldo lácilo o explicllo de aquellos. Los
derechos humanos nacieron his16ricamen1e en el comienzo de
la Modernidad capi1alis1a como limilcs al poder polluco, pero
hoy más que nunca deberían plantearse 1Umb1én como límnes
al poder L-conómico privado uansnacional

La doc1rina política neoliberal que ha conirolado el ac1wil


proceso de globahzac160 desde hace más de IJ'CS décadas,
JUnlO con la cnsJS económico-financ1era a la que ella nos
ha conducido, ha provocado en las sociedades ac1unlcs dos
tipos de escisiones: la socio-econónuca y la socio-cultural
Dcs1gw1ldud y conílicto social, por una parte. y conílic1os
idcn1itunos y cullllrales, junto con la cruninahwc16n o
infcri\1ri1ución de algunas idenlidadcs, por 0 1111. Ambas
reílejan las dos caras del mismo problema: el conílic10 entre

1 Abopdll, Ph D en Dctccho. Cu:tc:dratlCa acrcdd.oido. de l·1kKOlla del Derecho.


Un,..,...i..i C11klo 111 de \loJnd. Espd:l
.••
.••

los ganadores y los perdedores del proceso de la globa li?ación


neolibcrnl del mercado.

Como consecuencia, el debate político y socml se ha vucllo


irreconocible y ha hecho ininteligible parn la muyorla de la
poblución lo;. nuevos problemas y desafio;. planteados por la
sociedad y la economía globales. Lo cieno es que as1sumos
a unn metcla de insatisfacción y temor ante una pcr..¡x.><:ll\ a
social. labora~ económica. energética y chmáuca cada ,.ez
m:\l. insegura, y de frustración de las legitimas ambiciones
de ascenso social de la población (las clases medias y bajas),
ahora bruscamente detenidas. pero que durante décadas fueron
el enganche legmmador del capiralismo del b1e11esrar con Ja
clase trabajadora. La desindustriahzac1ón a la que han asistido
la mayorla de los países occidemalcs ha provocado una
fragmcnwc1ón en Jos valores solidanos de la clase trabajadora
frcnlc al indi vidua lismo neoliberal impcmnlc.

Escisión socio-económica

La escisión socio-económica se produce en el seno del


propio sistema capi1alisia y conduce a una ruptura entre
el actor social y el sistema o entre el ciudadano y las élnes
económicos y. en definitiva, entre la sociedad y la cconomla.
con el tnun fo de la segunda sobre la pnmeru. En los úlnmos
JO a~os se han ido produciendo transformaciom.'S su>tancialcs,
casi fündac1onnles, en el ámbito soc1oeconóm1co. cuyo
elemento comun es la aparición de di fercnlc> rcahdadcs y
actol\."S globales, todavía sin fonnahz.ar y, por lo umlo, sm
regular JUrid1camente. Me refiero:

J>rimero, al dominio de los sistemas financieros sobre In


cconomfa real, propiciado por la revolución infon111\1ica, y,
espcdalmcnlc, n su actuación abusiva y descontrolada, que
hu dado lugar a una espiral de especulación sin prt..'Ccdcmcs
del dinero a pamr del dinero. Esta es la consecuencia de un
plan 1dcol6g1co de dcsrcgulación to1al de la t..'Conomfa con
camctcr "hbcnario". basado en la falsa premisa de que todos
.••
.••

LA:rcchos humanos y democracia en uempo& de globah1tM:1ón • 41

somos iguales y lcncmos las mismas capacidades parn actuar


en el libre mercado autorregulado. Esta 1111shílcac1ón del
mcrcndo ha conducido, además, a justiricar las dcs1guuldndes
soc1occonó1111cas y la pobreza como algo nalurul e incvi1able.

Segundo, n las sucesivas oleadas de cxicmul i1,aciones


laborales (las tndusmales, ya consolidadas, y las de serv1c1os,
ahora en proceso) hacia países donde la mano de obra es más
bar.lla y la cond1c1ón laboral esti menos o nada pro1cg1da
juridicamen1e El grueso de la producción mdu~nal se trasladará
a los paises emergentes o en vías de desarrollo y desaparecerá
prác11camen1e de las cconomlas avanzadas. donde está por
ver s1 surguán nuevos modelos de negocio y de tmbaJO. Es1e
es un hecho demasiado poderoso de la globalizac1ón, por el
que mi les de IJ'3bajadores de los paises indusLrm lc.'S han vis10 y
verán amenazndo su puesto de trabajo, pero que paralelamente
hn generado riquc¿a para otras personas y 01ros (>:lfses más
pobres.

Tercero, n la asimetría entre trabajos cuuli ficndos con un


mvcl de formación muy elevado, repartidos entre una clase
chusm, individualista y reducida de personas, la cual se mueve
entre una vcmtena de cmdades d1Stnbu1das por todo el mundo
(la denominada ..clase creativa". descrita por Richard Florida
como un "nuevo estrato-soc1oeconóm1co"'l. y trobaJOS no
cualificados, realizados, principalmcnlc. por los mmigrantes
económicos o desplazados forzosos que mtcntan entrar de
cualquier manera posible a los paises o regiones de progreso
o de paz.

Cunno, al incrc111cn10 de la concentración económica y de


la desigualdad socioecoaómica y lerritonal en lodo el planeta
por ejemplo, apenas 25 megarrcgioncs urbanas en el mundo

? Richard l lond11 (la e/as~ Cffllli\.'O. lu.f trtu1:ifu1·nuu:ru1rt'.'t de la c11/1uro tfe/


trrJ/i.JJd ,. ti rH-10 rn el siglo \'.YJ. &n:eloCQ.. PaKlós. 2010J utim111 qu" )11 no es el
c.ip1ual. 111 la cm~ 5100 la cn::tt1-..'tcbd humatliíl. el m:uoo ct.:onontM.'\l dctinu1-.,"'ll
'°"
Sin cmbar¡o. factores ec:onóauc:os pcU1C.1p.i.lcs (talento. 1nno\·a.;.on v c:~llll\1dad)
no C>Un d1"1'!bü11.kK ~ ""1Mf'I llftlformc: en ~ «oooml• skibdl 1, <:w.I ~naa
Jfande1 p...;(tl!I de~~ t" mcstlab1ltdad
.••
.••

42 - Dcs""""5 1lun"'"°" en riempos de Globalaacl()n y Neopanun1hun<mo

acogen al 16% de la población mundial, pero generan el 66%


de la ac1iv1dnd económica y hasta el 86% de las pn1en1cs
registradas-. y a lo progresiva ampliación de mercados y
consumidores (en el eje Sur-Sur, en el sun:stc us1ático ... ),
asf como a la aparición de nuevos patrones de consumo, pero
con el mismo objetivo básico de la concentración de riqucLas
en pocas manos n costa de la pobreza de muchos.

Quinto, n los cambios demográficos mundmlcs y sus


consecuencias: por ejemplo. el progresivo cmcJccimicnto
de la población en los paises más desarrollados pro\'ocnrá
unn necesidad creciente de recursos sociales y médicos
(¿quu!n se ocupará de su JUb1lac1ón. de su salud y sus
depcndcncms?), ni uempo que la población en edad laboral
dismmuiul La existencia de muchos mil lones de pcnsionis1as
y de unos sistemas sanitarios progresivamente más caros
debido a los grandes avances en la biotccnologin y en la
mdustria farmacéutica, no solo puede provocar una subida
espectacular de la carga impositiva y, por lo 1an10, una lema
asfixia del sistema económico de los paises industrializados,
sino 1llmb1én la degeneración de su competitividad, al 1ener
que enfrentarse con la situación de una población activa cada
vez más reducida.

Como contrapunto a todos estos elementos todav1a


sin regular, el imico instrumento que hn adquindo hasta el
momento una d1mens1ón global fonnahzada JUrid1camcnte es
el fcuertlo .robre los aspectos de los dcrt!clros de propied11d
111111/ecrual relocionodos con el comercio. que es el regulador
del régimen actual de libre comercio a nivel global'.

estamos en una situación en la que el pacm socia l emre


capi1ul y 1rnbajo, entre economía y sociedad o c111rc mercado
y democrucm, que ha Fw1cionado durante los ultimos 70 años,

J lln buc:n llnlih'l-h pormcnorccdo de cstllS y ooas b1&11)funnai.:KJne> 1.1 10001~


pur:dc cncorun.anc en S:askm Sas.seo. Tuntorlo. nutor,JoJ l dcrtehnJ A: /01
ctt"4J1'f1'il.J1n ""1l1n11J-._, a lw ~mbla;a globo/a. Buc"'lS A1~. Kal/ FJ1h.lfo.
2010
.••
.••

LA:rcchos humanos y democracia en uempo~ de globah1tM:1ón • 43

el denominado pacto "keynesiano" o "socioldcmócrota", que


pem1it1ó la integración de la clase trabajadora en e l sistema
mediante lo progresiva adquisición de derechos a cambio de
su renuncia a la revolución, se ha roto; y se ha roto por In
fuer¿n compulsiva de los hechos, de los hechos impuestos
uni lotcrnlmcntc por las élites económicas, empresariales y
poliucns'. Ln ruptura ha conducido a la expansión mundial
de un sistema capitalista global. que ha conseguido,
por una pane, la exmencia de un unpcno financiero
monopólico, ), por otra, una reserva mundial de mano de
obra barata. que ha facilitado r.ip1damente las succsi,·as
oleadas de c:1.tcmali¿ación laboral. llevadas a cabo por las
empresas transnac1onales, hacia paises con grandes déficns
democráticos y de protección de derechos El pacto social
ha sido s uperado por e l triunfo de un capllalismo ttllloritario
(el dcnommndo "capitalismo de valores as1áhcos") sobre los
derechos humanos, las decisiones dcmocr:lticas, los espacios
públicos de convivencia y los mecumsmos de cohesión e
integración sociales, como son los denominados derechos
econó1111cos, socia les y culturales. Todo esto h(l pasado a un
segundo plano frente a las exigencias acumulacioni:.tas de un
capualtsmo salvaje que ha vuelto a domrnar e l mundo.

Asisumos al triunfo de los "derechos del mercado y


compaubles con el mercado" (la segundad. la hbenad
contractual y la propiedad pri,ada) frente a los dcn.>chos
de los seres humanos concretos (los derechos que uenen
que ver con la defensa de la vivienda, la educación, la
sanidad, el trabajo y sus condicmnes, la seguridad social, el
mcd1oambicn1e. el desarrollo humano, el reparto solidario, la
vida digna ... ) e, incluso, fremc a las estructuras democráticas
de las soc iedades. Hasta tal punto que el actual dinamismo
y la eficacia del "capitalismo c hino" (pero rnmbión el
indio, e l ruso ... ) están poniendo en tela de ju1c10 el dogma

4 (hl\'ilOJ1hcr 1asch. /." rt'behón de fas ~llttJ .• lo 1rr11ddn u 111 Jt•m()(·rdt:ft1,


U11n:clQN Pltdo!I 1996, uttlu.:a ti termmo de ..ln C'llWl\'.lp¡k.100 de l;,'Mcines" pma
docritur cómn h:ri ,.:uqudo una cinc gJoOO.l .sm fronlaa!l.. \&n KlcologU. )' :nn conlllCIO
.., .. l.t c1u&.J.:.nb, y que h.l row im1b.tcr1lmmre el ~l ~-.:iJ.l quiC eu~b con tSlll
ul•-
.••
.••

liberal según e l cual el desarrollo económico capiinlism


conduce necesariamente a la implantación de la democracia.
/\.1 contrario. se están consolidando diferentes versiones
nacionales. n menudo antidemocráticas o autárqu1cas. del
capituhsmo Frecuentemente se produce esto en países
emergentes con procesos democráticos que se encuentran
todavía en uans1c1ón. pero se esuin dando rnsgos también en
paísc~ con democracias consolidadas. que estén sufriendo
una regresión en sus fundamentos básicos

Se rompe la ~uac1ón cap1tahsmoldemocrac13. y se


intenta consolidar un modelo de cap11a/is1110 a111ontario
y ai111democrá11co, como modelo ~onóm1co global sm
ahemauva prev1s1ble. La democracia aparece cada vez más
dcbihmda. CSJ>Ccialmente en su dimensión pun1cipativa e
1guul1taria. El ncohberalis mo del tercer n11len10 está acabando
con el vnlor de la solidaridad social, y asesl!lndo un golpe
mortal u las estructuras de la democracia parlamcntarin. las
cuales han constituido las bases de los Estados de Bienestar
de lns sociedades occidentales. Desde que el ncohbcmlismo
se ha impuesto. In política y la economia son cada ve/ menos
democról1cas y menos re.~peruosas con la garantía de los
derechos humanos.

La escisión soc1o-cultural afecta a Jos seres humanos Las


cuc;11oncs socio-culturales y de idcnudad rchgio:.a o ~tmca
están tomando cada vez más protagonismo en el discurso
J>Olfllco, enfrentando electoralmente a derecha e 1zqu1erda,
y en la opinión pública. que se encuentra dividida en tomo
u la cuestión re lig iosa (fundamentalmente en relación con el
islam) como cuest ión idcntitaria de los inmigrnntcs

La escisión socio-cu ltural pone en tela de juicio Jos


víncu los sociales de integración que hasta ahora han gurndo
Ja; soc1edade> occidentales y que afectan d1rcetarncntc el
dcsarrolfu de los derechos económicos. socialc> y culturales
.••
.••

LA:rcchos humlloos y democmc1a en uempos. de globah1ac1ón · 45

Cuando a los ciudadanos se les conduce al enfrentamiento


entre si (especialmente entre inmigrantes y nacionales, o entre
desplazados o no) en la competencia por recursos. es decir. en
la competencia IXlr derechos sanitarios, educutivos o sociales,
se cMá 1miducicndo una regresión en In protección t.le estos,
y su reivindicación se hace cada ve¿ m6s t.lilicil, ya que la
fragmentación social impide una acción unnana de lucha de
clase por la emancipación de todos lo~ seres humanos, sean
de aquí o de allá. Se rompe la solu!andad de grupo, abocando
a los ciudadanos a desarrollarse como indl\ 1duos aislados y
enfrentados entre sí, a los que se les pnva cada vc1 en mayor
medida de vínculos culturales y sociales para desarrollarse
a si mismos e integrarse en la sociedad. Finalmente, la
competencia entre personas o grupos diferentes por derechos
y servicios sociales acaba generando frag111c11rnc1611 social y,
consecuentemente, socavando la lucha de clases.

Tras todo esto se ha consolidado un peligroso proceso de


descstructumción individualista, en el cuol los tradicionales
estructuras sociales de seguridad (derechos jurid1comente
garanti1ados y servicios públicos. rundamentalmcntc) hacen
dejación de su función y el 10c1Jv1dun pierde la estabilidad de
sos puntos de referencia y cae en la lógica neomd1' 1dual1sta
del mlb fucnc y del sáhese quien pueda Al md1v1dualismo
posesivo clásico del liberalismo. que s1rv1ó de base para
el de,arrollo del capitalismo moderno. se une ahora el
md1v1duahsmo de la udesposes1ón,, } de la ''desprotecc16n",
que se est6 constituyendo en la base del n~"Ohbcralismo del
siglo x.x1 y s11V1endo de caldo de culuvo para los mtcgnsmos
y fundamcmalismos étnicos o religiosos'

La acumulación de pérdidas de derechos, de incremento


ele lns desigualdades (enriqueci miento de una minoría a costa
del cmpobrccimiemo de mucbos), de insatisfocción social
por una situae1611 vital cada vez más incicrt:r e i11>cgurn y
la atomización de los ciudadanos como seres aislados y

~ t 'lt.tl kl~ ~ putdcn Cfta'lft"11" m.ts amphaIDi.onh: IJt:Q1rolJ"1b tn J J T.:una~o


.,- ~1 • )(lk lanfta., Dnltt CWDuas )' rcbponcs en ch.tk"tgo P..1.adnJ Sinle'fh 2007.
.••
.••

a larmados. es e l ambiente propicio para e l desarrollo de un


fi1sc1s1110 socio/ de carácter difuso que ya estú haciendo mella
en lu convivencia democrática de nuestras socicdnclcs. Es1c
nuevo modelo de fascismo se manifiesta, por ejemplo, cuando
se alicnln sin complejos la figura del inmigruntc. del pobre o
del "dcspln/ado" como "chivo expiatorio" de todos los males
de nuestras sociedades; cuando se canaliza la msa11sfacc1ón
social hacia un odio cultural o religioso. cuando se acepta
sm ambages la reducción de derechos y libertades, en unos
casos, y su violación. en otros. o, finalmcn1e. cuando se
pohc1alizan los conflictos sociales en aras de un concepto
rc;1ric11vo de la seguridad nacional la seguridad reducida
al poder represivo y punitivo del Estado. excluyendo otras
dimensiones de ella, como la seguridad social, económica,
loboru l, cducmiva. cultural o urbanistica El triunfo de un 1i1>0
de Estado mimmo, privatizado, pw1itivo y pohcml

Pero, con frecuencia, los confl ictos ident1tunos derivados


de In inmigración, de la religión, de los desphvamicntos
forLOsos, del enfrentamiento entre minarlas étnicas o
sexuales ocuhnn problemas de desigualdad soc1occonómica
Se trata de una conH1ctivídad puntual y esporádica y, por
cons1gu1cnu:, pretende esconder la lucha de clases y el
coníltc10 cn1rc capital ) trabajo• Contra esto es contra lo
que hay que luchar. Gestionar las desigualdades sociales,
económicas. culturales y territoriales constttU)C, a mi juicio,
el mayor rc10 poliuco de nuesrra era.

En este contexto prohferan los mensajes polil1cos


1>0puhsms, cansmáttcos y aulomanos. propon iendo
soluciones pragmáticas, no ideológicas. y cortoplncistas,
1>ero s m nbordar e l debate socioeconómico de fondo en
In discusión política, especialmente el ncccsnrio dcba1c
sobre lu igua ldad, las capacidades y la red1slribución de
In riqucr.11 Buscan e l voto a cualquier precio, incluso

tt P1cuu l.btcclkwa (P01rmodunidad }' cotrum1dad ~1 n":lt'.n'JO u~ la u1t.r.ulac10n


J(i(hJ/ ~1..JnJ Írtllca.,
1992) apdnll qut CSliC tipo de confhcCJ\.u.d () t.:un~"'\:lk.'nl.:I.\
de L1 pcrJM!a dd c:.3riclcr cmtnal dd confbcto entre ca:p1&al )" trabl,o
.••
.••

LA:rcchos humlloos y democmc1a en uempos de globa111ac1ón • 47

incardinando un cierto tipo de conservadurismo de In clase


tmbaJadnra (aquella satisfecha con lns logros alcunz.udos eo
el caplwlismo del bienestar) frente a los cl'cctos negativos
de lo globnlizac1ón, con un conservadurismo de dcl'c chas
nutoritnrio, xenófobo y elitista contm una sociedad
cnmc1cri1adn por una diversidad creciente, que ni entienden
m aceptan. Se busca el voto de una c1udadania pre,inmente
alarmada, precarizada y desconcertada. el vo10 d~I miedo.
que. de alguna manera. legitima la uUILll1c1ón de la gesnón
del miedo y la ansiedad de los ciudadano~. como 1écnica
políuca de gobierno para alcanzar ona ciudadanía conforme.
Se 1mrn de un enfoque provinciano y con~"ador basado
en la regresión hacia valores tradJc1onales vinculados a la
ley y el orden, que impulsa a los ciudadanos a refugiarse en
posiciones ideológicas radicalizadas, reduciendo cada vez
más In posibilidades de un adecuado debate polí11co.

Rccupcrnción de la democracia frente al cnpitalis mo


1111torl1ario

El ncolibemlismo del tercer mi lenio cMlt dando al traste


con el valor de la solidaridad, nsl como con las in>utueiones
y derechos del Estado Social europeo. inspirados en ella.
La m1stificaci6n del mercado ) el auge de un emergente
"capnaltsmo au1ontano" de valores asiá11cos conduce a la
jusuficación de la desigualdad sociocconóm1ca y atenta
d1rcc1ameme contra la estructuración dcmocrállca de las
sociedades El neoliberalismo pretende sus1c111nr ahora una
democracia sin sohdandad, sin los vínculos trad1c1onales de
In cohesión social'; una especie de sociedad pospoli11ca. Tras
cs1c proceso. se ha ins1alado una nueva versión de a1aque
oligárquico a los ideales democráticos' y a los derechos

7 Un dc11anollo mlis amplio de esta tdca puede .,crie en Mnriia Jn<1C Funftas
l>ult,;c 1tlt•rc11do fin cutdadanf.a. Las fa.l.oc1a:1 dC' Ju ¡,:lu"'1h:ncltHt 11ool1~ro/
ri.1.1Jrld 01hho1~ca Nue1va. 2006
l'i Sotn la tl.l..lwtl -o(c:nsn'Ol oJigirqwca.. • Ll dc~"Tilll.:IJ en nomhtc de 111
pnip~ pnviatb y del eoblCUIO de W é!Jles c:mpcoariaJa y CCOl'll)mH:&.'1. -.cast:
c:I hh1d lk Gtta,rJ,o PtsareUo l'n Jo.rgo
an1.J.-11tOCrrJ1"·0. ti.lldnd Tmtt2. 2011
'""''"°" /11 u4·rtH\V Jd l'tHt.1/1/10t.-kHW/umo
.••
.••

humanos, que los está minando desde dentro y volviéndolos


irreconocibles. El ideario neoliberal está consolidnndo un
tipo de poder cada vez más desigual, violento e injusto. con
demasiadas "zonas grises" entre autoritarismo y democracia.

La cuestión en este momento es saber cuñlci. serán los


mstrumcntos organizativos para mtegrnr al 111d1nduo en la
sociedad A íalta de trabajo y de der.."'Chos económicos y
sociales, fundamentalmente los derechos emanc1patonos de
la educación, In salud, la cultura y los derechos laborales. '°'º
quedaria el consumo. El neo!Jberaltsmo actual ya no necesna
al ciudadano-trabajador, sino al ciudadano-consumidor o al
cliente. Luego la 111d1v1duahsta solvencm económica para
consumir se convierte en el único mstrumento de 1111cgrac16n
o de exclusión en el mercado global. La lógica del beneficio
sm limite destruye las bases de la solidaridad social y del
orden 111orol, y sin este las personas 110 pueden comportarse
como ciudadanos. Pero una acción pública pura reconstruir
el orucn social requiere ciudadanos, 110 personas cuyo
111d1vidunhsmo 11nplica un rechazo de la pollt1ca como tnrea
colccuvn

Creo que es preciso recuperar In d1mens1ón ética y


e~t~tica de la acción política. así como la democracia
mclusl\a e 1guahtana y la defensa del mterés general, volver
a afrontar polit1camcnte las cuestiones económicas. filiClllcs
e msutuc1onalcs fuertes, que en las últtmas décadas han sido
un coto •cdado, recuperando a la ve¿ el control nom1ativo
de In pollucn democnitJca, que parece estar secuestrada por
un parlamento virtual de inversores y prestamistas que ha
conseguido controlar desde dentro y fuera los programas
gubernamentales. Las decisiones pollticas se encuentran
co11dicionoclas por cqui 1ibrios macrocco116m icos y finnncieros
que re11rcscn1nn, más que un mero indicador, un verdadero
principio nom1ntivo responsable de In fij:ición de rigurosos
límites a las 1ntervenc1ones reguladoras.
.••
.••

LA:rcchos humanos y democracia en uempo~ de glohah1ac1ón · 49

Sen\ csm la única manera de aniculor un discurso


sociocconóm1co alternativo, superador n Ju vez de la
escisión sociocultural, que permita e l eficaz avance de una
dcmocracm, no solo política (que muchas veces se reducen
implementar el derecho de sufrngio y una mcm gestión de
cosas y personas), sino también una democracia económica,
red1stnbuuva y social todavía pendiente. Será, quizás, el
pnmcr paso para revenir la deriva actual del proceso de
globahzac1ón neohberal de la economia. voh 1endo a suuar la
poliuca democrática y la ética pública por encuna de aquella
Y para ello, es urgente e 1mprescmdJble mverur en educación
publica (como mecanismo de emancipación de la~ clases
baJaS y populares) e investigación (como mecanismo de
desarrollo social y económico) No en vano la educación y la
democracia surgen en e l mismo contexto histórico. lo Grecia
cl/ts1ca. Tenemos e l compromiso et1co de hacer que ambas
sigan avanzado y sorteando los fon tas mas dcri vados de los
mercados financieros y de la doctnna poli t1cu ncol1bcrnl que
los sustentan.

Pom alcan.wr todo esto se necesitan instrumemos


Jurídicos y políticos nuevos que adapten nuestros sociedades
a los cambios tan radicales producidos en las úlumas
décadas, p.:ro también unos valores convergentes para la
tranSformac1ón fundacional de las sociedades globales a la
que ~tamos asistiendo. Un nuevo pacto :.acial de carácter
global mediante el cual, además de consensuar valores
comunes, se busquen instrumentos eficaces para afrontar
problemas mmmcntes, como la pobre1..n y las desigualdades,
el desempleo, los desequilibrios demográficos, los conflictos
bélicos, e l posible terrorismo nuclear, e l acceso universal a
los derechos o In destrucción de l med1oambicmc y e l cambio
climático.

La polilica democrática no deberlo converger hacia los


cntcnos del "capitalismo automano" Esto si supondría
el "fin de la historia", porque a la democracia y a los
derechos humanos les han surgido compeudorcs nuevos.
.••
.••

SO - Dcs""""5 1lun"'"°" en r...mpos de Globalaacl()n y Noopanun1hun<mo

i\ I co111mno, deberla buscar nuevas formas 1>0ll1 icas


honzo111nlcs, 1nlo m1ales y altemuuvas, en dcf'cnsa de los
valores panicipnlivos de la organización social. Deberla
también -como propone Boaventurn de Sousn Santos-
"dcsmcrcami li1arse" y "dcmocroti¿arsc" internamente",
para frenar la deriva mercantilista y CS!l<-'Culadom de las
ulhmas décadas, en la que una reducida éhte económica y
empr~-sanal ha nsesmdo un duro golpe al contenido normativo
de los derechos sociales, econóD11cos. poliucos. c1v1les y
mcd1oambicntales de todos los se~-s humano~

Lo d1fic1I es saber cómo se puede mantener ahora el apo)O


popular a ese modelo de capitalismo global, cuando en muchos
paises desarrollados se destruye empleo constante111en1c, se
rcbajun lossalarios, se pierden derechos y prcswcioncs públicas,
pero se incrementan los precios en necesidades básicas como
In sanidad, la educación, las medicinas, los servicios sociales
o las 111fmestnictums. Cómo conseguir el apoyo de amplios
sce1orcs de la ¡>Oblación cuando ven reducido su nivel de
vidn y frustmdas sus aspiraciones de mejora socinl. Muchos
pals~ desarrollados siguen teniendo y. sin dudn, 1cndrán
fuenes n:s1s1enc1as sociales, que derivanin en problemas
políucos. paro adaptarse a las aue\'as estructuras de expansión
) repliegue generadas por la globalización ncohbcrnl

Frente a csw realidad es urgente construir políucamcntc


nue'1IS utoplas emancipadoras, capaces de generar esperanzas
de futuro para la ciudadanía; este cs. sin duda. el gran rclo de
la poliuca actual. Para ello, comparto con el filósofo esloveno
SluvOJ Zizek'º la propuesta de rescatar de las experiencias

9 IX S1>0'1 ~11n1ns Uo11\•cnlurLL ··Ocn1ocrohznr. dan1crc11nhl1~11, ck'iCOlon1111r"


lln ti Jt/11111/0. 0¡11n1d11. 12 d~ abol d\: 2012. "desrncrc11n11li1;;1r ~1g1utit111no:1 11~r que
U!t111nos. 1>coduc11nos e 11ncr~unbi>1mos 1new.inclas. 1:icro que no lk)n1os fll('f1.111nclas
na oecpuun()'I n:lac1nnarnCK con los 01.tm y con la n3tu.ralcLll como iu luC'll:fl Utl;.'I
mtt('lnckl 1nM $.imos c1ud.1d!ino."i antes de 5CS cmprcndt:durctt o cC1n~um1dcun y,
pan.11.1u\'. '" k.--amu-.. es u11p.:rat1\0 qu¡: n11000 se con1prc nJ ludo!!..: \·..:nJil. que hayi'I
bH:nd publico~ y b1cnd comunco; como el agua. La salud. la alu1.1t1.:tvn..
10 ('fr Sl;.,,·a1 la:tek, f:n d~Joua de las cou:1n ¡wnJJJ.u. ~1.adr1d AknJ 2011
ta w,1s ba.'''°.. ~ n1c libro, dimso) compkJo. es que el r~~, h•''hlfi-oo J-.: kli
pro')·cclUf moh.acknlt105 cm;map.ldorcs (la Rn·ohx:IOlll rua.a. ll RC\olutkln
.••
.••

LA:rcchos humanos y democracia en uempo~ de globah1ac1ón · 51

revolucionarias pasadas la idea de que es necesanocl esfucrlo


colectivo consciente para gobernar la soc iedad, en contra de
lu propuesta liberal de dejar que sea el mcrcudo (también
una construcción social) el que nos gufe ciegamente hacia In
catástrofe ecológica y mantenga la explotación dd hombre
por el hombre Uno de los éxitos del capitalismo, resultado
también de los fracasos revolucionanos. es la condena, como
totahtoria, de toda acción colectiva consciente, cuyo objetivo
sea imponer cierto control social. Ha ganado la ' 1S1ón liberal
de que es mejor construir socialmente un mccamsmo (el
mercado) y deJarlo operar ciegamente, aunque nos lleve a
la cat;btrofe ecológica, a la pérdida de derechos adquiridos
o a cns1s financieras cíclicas. Para que esto no suceda,
necesitamos recuperar esa dimensión colectiva y unitaria
de los proyectos revolucionarios emancipadores La salida
por lo ianto, no puede ser la búsqueda de solidandades
rrngmcnrndas y privatizadas, basadas en criterios emot ivos y,
u veces, contradictonos entre si. Las respuestas runtuales, ror
fuertes e impetuosas que sean, no son ca1>:1ccs de articular un
movmucnto social y político que genere conc1enern sohdana
de Utudad y de emancipación ciudadana La politico ha de ser
una tan:a colccuva donde estemos implicados todos.

BIBLIOG RAFÍA

B \Rll 11 o~~. Pietro. Postmodemidady co11111111datl El regreso


de la n11cu/acíón social. Madrid: Trotta. 1992.
OL Sot SA SAx1us, Boaveatura. "Dcmocrauzar,
dí..-smcrcantilizar, descolonizar". Página 11, S<.'CCión El Mundo,
Opinión, 12 de abnl de 2012. Disponible en línea en: www.
pagina 12.com ar/diario/elmundo/4- 191658-2012-04-12.htmI

cultuntJ m;iol~u. . b Re-.'Oluctón mmi de t979 o la q:ioca del 1Cfrot de la R.:\oloctón


fran..:da) 1mp1dc que "c:u:nos has u.portM;~ pm•ll"u de )U-" rcla~o<e Oc ~
c\p..n~1;H k' pu<ek ~~r un PfU@nlnl dt l«1Ól1 raJ.....al) ~m.Jfk:IP~" para el
rrncnic. que no cometll los fallos llnknOn:s
.••
.••

ECONOMÍA POLÍTICA DE LOS


DERECHOS HUMANOS EN TIEl\1POS
Y ES PACIOS DE LA GLOBALIZACIÓN
\lanuel Hum~no R<11tn-po Domín1t11cz1

Los derechos humanos en el tiempo y el ~11ncio de la


econo mia

l lncc poco tiempo parecía que los derechos humanos eran


un concepto terminado, una idea remota fch1111en1c acabada
por unos dismmcs pensadores que la hablan creado y pm.'Sto a
discusión con otros sectores para sellar el paso de la sociedad
del viejo régimen de la monarquía foudal al nuevo r.)g1mcn
de la democracia y del Estado moderno. y que. 1>or tal raLÓn.
eran una mcm por alcanzar. Sin embargo. luego del fin de la ll
Guerra Mundial, cuando loseJérc1tos al serv1c10 del capital y de
una idea de pureza humillaron al ser humano hasta el máximo
de postración, cobró un especial sentido obscnnr hacia el
fondo de lo:. derechos, su significado, su contenido, su papel,
el objeto de su existencia. La pregwua respecto a qué quieren
decir los derechos retomó al seno de los grupos sociales. se
apostó en las tensiones polilicas por el poder, circuló en las
luchas msurgcntes, se hizo presente en las re' uchns populares
y en las actuaciones del Estado.

Volver 11 preguntar qué queremos decir cuando decimos


derechos, y qué entendemos ¡>or un ser humano 11:$uhó ser un
asunto nu\s complejo de lo acostumbrndo1. Las comunidades

1 J·clf.1fltlffl1,ut.. Ph O at 0..""fl.'(hos HU1mnos PJ0(\.....__,, 111ul.1r J~ 1., Un1\(f'Sld;1J


Pc~l¡;1ai y 1r:cnnlóga de Colombi:a. Oam:tor de la /'.tllCiollb en Ocrc:..:tia.: l lurrutn05.
2 l n 1&\'ll'l(c de c,tc: csttJdw fue.o prcsc:nw.do en d lc:rcct (;Qn~ Ar¡cnhno-
l•lln...,,'i.'.'naino de Oi.-recbos Humanos' P\'llutQS PuhlK<b, l·n1\tf\Kild l\'.Jetunal
JcR~.Arpum..noyo~ll ·
.••
.••

indigenns incorporaron otros elementos, como sabiduría


ancestral, derechos milenarios, derechos patrimoniales y
derechos de los colectivos; los mmigrantes convirtieron
la globali7.nción en fuente de inquietud por la 111clus1ón, el
tmbnJO, la marginación; los sobrevivientes de las guerras,
convenidos en victimas, insistieron en la importancia del
lugar, pusieron en relación el campo donde se llevó a cabo
la mñs absoluta cond1c1ón mhumana (cond1110 111/1111110110, que
refiere Agamben) Todos estos elemcn10> han enriquecido
las n:alid.1dcs, pero lllmbién han puesto en cues11ón las
concepc1ooes de mmovilidad propuestas desde ieorias
liberales sostenidas por autores como Bobb10, en su necesidad
de rcali.rarlos abandonando su fundamentación. Mnb.:rmas,
en su idea de llenar las cárceles con excluidos. Popper, en
su unolcraneia con los intolerantes; Rawls, en su JUSlicrn
distribut ivn entre pocos, o Arcndt, en su derecho a los derechos.

Lo que 1)arccia defimtivo en un momento en el que el saber


cm incuestionable, colapsó con esta cm del poder, en que los
que los negados se visibilizan y los silenciados consm1yero11 su
propia vo7_ Los mterrogantes críticos no logran ser cxpl icndos
ni resueltos con lns mismas berram1entas del modo de pensar
liberal, que encerró los derechos en unn jaula de hierro, de In que
habla Hmkclamcn, que los inmoviliza, los uta a las estructuras
del capital y los deJa mertes ame las agresiones del mercado.
El pensamiento liberal no resulta hoy adecuado para resolver
las necesidades de los seres humanos. al contmno, tiende a
ocultar la barbarie producida por el capitalismo y a justificar
sus pen ers1oncs.Justific.a la primacia de la mercancía sobre el
ser humano y lumia las posibilidades de consolidar un modo
de pensar por cuenta propia. autónomo frcnle a las reglas del
capital

L•>s derechos creados por los pueblos, usurp11doo¡ por


lns tcorfns llbern lcs

En el tiempo y en el espacio1 de los den..'Chos humanos,


a 200 ailos de las llamadas independencias en Aménca

J ("Ir lbumon. LYJmmtt. lfod.,.,,;Jod hq1111lo llucnM Arres 1 U., 2010 l'I'
.••
.••

Ecooomia Poliuca de los dl•h."ChOS hu1nanC>$ · 55

l, u1 inn. las fechas de 1789, 1948 y 1989 sc~alnn los hitos mAs
1111portan1cs, ta1110 por el impacto en lus teorlus que permiten
lu explicación de los derechos, como por In fucrLa de los
ucontcco micntos. Los resultados acumul ados de luchas,
algunas iniciadas desde el siglo IX, otras en los siglos XII y
XV. se cncomrnron en el tiempo de 1789 y en el espacio de las
calles de París, sellando el primer pacto que convertiría los
derechos en la base de las sociedades modernas Lo moderno
se refería a la capacidad de haber concrellldo una idea de ser
humano au1ónomo, soberano para definir su propio deslino.
ya no sujeto a los dioses. ni opnm1do por otros hombres. Los
dcn.-chos se fueron constituyendo como 1alcs en virtud de los
avances y acumulados de luchas de seres hw11anos negados.
que desde geogratias distintas y distan1cs. muchas veces
mcomumeudas, buscaban respuestas a problemas similares
causados por su no reconocimiento, que impedia lo elcmenrnl
libertad de ser vis10 como ser humano.

/1 semejanza de una carrera de relevos, el testigo• de


los derechos se fue pasando de un lugar a olro, de un grupo
social ni siguicmc, de una generación a la otra. con cada
luchu ganada, con cada victoria ob1cnida y con In experiencia
de 1115 derrotas sufndas. De cada lucha quedaba un símbolo,
una acción. un hecho relevante sobre d cual se fueron
consolidando valores, normas. unagmanos e 1ns11tuc1ones
que plasmaban los logros de los pueblos. El tcsugo, el
bandenn. pasó por las manos de los esclavos, que rompieron
sus cadenas, luego de varios siglos en los que fueron tratados
como ammales de trabajo, vendidos en los mercados de los
pucnos sin que jamás les fuera reconocida su condición de
seres humanos' -los esclavos eran vistos como yeguas con

14 y '4'4 l·n In cMl'tJ)Ct6n qlN: sel'lala Baun,:1.n. el hcn1p11 ~11 l.1 mo~m1dad 1lcne
h111torin gn1c1:i\ n liU cnr1.1c1d:ad de contención, y x m111crii'l1.tii con la \'tloc1dad del
11lovun1enfl) t1 lrlh'~'i del csp.1c10 Que }a no es n\Js \!I asp¡..~10 ..~11dl) e 1n\_'ftl.1
4 11 hanJcrfn t1i..: el pruncr al)(lil entrega 1J .sc@unJo y llll hlhllll culminar una
cO'llfcni de n:lc-.os. <k colcct:r\'O
S Ln Amiet1ta, d pnmcr pueblo llbrc m:ado por ocla\ut t¡uc cnuan.'n en rdlchon
) \11: ~\a<l.1rttlfl
Je (W lupm di: esclJ\;1wd se lllma f'\'11~~1.h'.' . ctr'.:i ~Ca~
en el (.'anbc coknbl4100, fur ando c:a d s. '\'por Denlos BKIM
.••
.••

habla, dccla Marx, se les alimentaba para que rccu1>cmmn


fuerws, no se les hablaba, se les 1mpedla el hublu-: pasó a
lus luchas por la reivindicación de los cuerpos de las mujeres
quemadas en la hoguera de la inquis1c1ón acusadas de brujas,
de creadoras del mal, herederas de Eva, quien rompió el
de;tino del paraíso, fue a los conventos y a las abadías,
escondido en hbros que solo leían mooJes o monJaS: a lomo
de caballo pisó las inhóspitas tierras del des(e11)c11bn111ie1110,
marcado por el genocidio sobre la Amén ca abongcn'. y,
finalmente, llegó, en 1789, hasta las calle:. de Paris, donde
encontró un nicho en la modernidad. que las d1solv1ó las
luchas en las anes, las letraS, la filosofia, la política y el
humamsmo, que contribuyeron a darle vida. a convenir las
luchas ya ganadas en derechos. Pocos allos utnls, en 1776,
otras rutas de luchas similares habían alcan¿ado las calles de
Américo, convirtiéndose en la Declnrac16n Americana.

Paris, en 1789, fue e l escenano de encuentro de lo que


la últ ima generación Lraía en s u memoria, resultado de cada
unn de las generaciones anteriores: era el lugar de encuentro
de múltiples culturas y religiones, de diversas m~as humanas
y modos de pensamiento. En 1789 se encontraron en las
mismas calles las dos históricas clases sociales antagómcas.
) . a cambio de destruirse mutuamente. sellaron dtn. pactos
esenciales'. El pnmero para entrar en relacuin. a pesar del
antagomsmo, y declararse mutuamente n.'Conoc1doi. como
seres humanos. El segundo, compuesto de dos panes: una
para declarar que por mutuo acuerdo de voluntades entre
clases se creaba el Estado como mstrumento de equ1hbno
y garantía objc1iva de control del poder, y otra para raulicar
la cana común de derechos, como e l mapa de comprensión
del ser humano como hbre, con igual reconocimiento y con
capacidad de actuar con los otros, sin considerac iones de
clase socwl, pensamiento, concienc ia o raza. A través de la

6 1 n 1.:1nc h.ty un.111nrortun1e realllac-ión qut.! ilustra 50bfi: ~'''-''11i:n1.b ~ fKk.'kn


dot-.:..u nak~ ~to aJ comerclo de escla-,,·m~ G1ordano llruno de G1ul1.;mo
\lunlalO<> 1~71 Apio. de Akjlllldro A..,...b;ar Z009
7 (fr Rnirrpo D. ~1Mlucl EC01tomla _.. ~lk>J ltMllf~'' J~l liÑmlo#NJ uJ
na>l1"1mlllfrrt0. 1!ptt. 1unp, 2010
.••
.••

Ecooomia Poliuca de los dl•h."ChOS hu1nanC>$ · 51

declaración de los derechos del hombre y del ci11dtulc1110, se


reconocía que, además de los nobles, todos los seres de la
es1>cCic humana debian ser trnLados como humanos: esa ern
la esencia de la declaración: reconocer lu condic16n de ser
hu111u110, solo eso, rec.o nocer al ser humano en cuanto tal,
reconocer al colectivo social. al ethos md1v1dual convenido
al todos, aceptar de común acuerdo. entre los desiguales de
antes, que csia era una avanzada del yo al 11osotro.r Todos,
en adelante, deberían ser vistos, reconocido:. y tratados como
seres humanos i\ partir de ese momento nmgim ser humano
podria volver a ser encadenado, mutilado, asesmado,
compmdo, 'cndido o sometido a vcjacionco n1 en el nombre
de dios, n1 en el nombre del soberano. m en el nombre de
la voluntad del otro, ni en su propio nombre l .a base de
este acuerdo entre clases sociales estuvo en destacar que el
hombre, hasta ahora en masculin o, era hbre, tenia autonomía
paro construir por cuenta propia su destino, podría separase
del dcsig1110 de dios y crearse como ser soc1ul. como sujeto,
convenirse en si mismo por cucnia propin .

El pensamiento liberal contribuye a mantener la


vigencia de un imaginario que socaba la capacidad de los
derechos. al convocar a verlos con la idea de derechos
nntumle>. rc.ultantes de feoómcnos moml1.'> y de derechos
como creaciones jurid!cas. que 1D1p1den saber de las cosas
y del ~iado de las cosas en su contc~to. en cada momento
detenmnado, después de los hechos, no por fuera de ellos o
antes de que ocurran.

rrlmer hito: La declaración negada y d pact o social


"'"lrndo por el Cllpita l

En el cspiri lu del texto de In declaración de derechos del


hombre y del ciudada110, la nobleza (hoy reencarnada en la
nueva clase socia l capita lista) dejó para s í su capncidnd pnrn
interpretarse ella misma como ciudadana, en hnb11an1c de la
ciudad (había abandonado el campo para separase del feudo
y luchar contra los señores), y heredera legitima del contrato,
.••
.••

que serla la herramienta de sujeción del modelo ele propiedad


privada, que la convertía, por derecho natuml (?), en duc1ia
de los medio> de producción. El nuevo ciudadano. insmlndo
en el control de los mstrumentos de acción de las técnicas
del poder, empeló la relación de dominación imponiendo el
co111ra10 entre hombres libres, mediante el cual compra el
uempo del otro y SUJeta su libertad por medio del salano. en
cambio de las cadenas que amban lisicamcntc al hombre a la
voluntad de otro hombre.

La fuet7.a de trabajo quedaba relegada o, más bien, era


delegada como herramienta vital de los excluidos del >IStema
del capllal. El m1bajO llevado a esfuerzo lis1co y creación
de objetos se conv1rt1ó en la fueme de nqueza humana con
pleno reconocimiento social. De ella dcpenderia rnmbicn la
acumulación de capital convertido en hermm1entn de poder
de los ciudadanos y mecanismos de sostenimiento del Estado.
Lu lógica medieval obligó al siervo a dividir lo producido en
unu 1iarcela de tres campos: de dios, del seílor y del siervo; en
adelante, con In lógica capital ista harla lo mismo, pero ahora
m~'diante contrato para el Estado (tributo), el ciudadano
(propictano) y él mismo (trabajador). Se entró a un modo
de VI\ 1r con derechos y garantías para seres humanos y se
produjo la m~mlación del saber en la comprensión del mundo,
que presentó sus nuevas hemuruentas para la reconfiguración
conceptual y práctica del modo de vivir

El mercado constituyó la mejor invención, alll cualquier


ser humano, en ma..o;culino, podría ser y estar libremente
como 1rabajndor, productor o consumidor El mercado serla
el escenario de cncucmro de gentes libres, yn no cm el
foro, n la manera de la antigua Atenas; el resultado de ese
encuentro era la igualdad. Las mercanclas producto ele dicha
relación tendrían la capacidad de servir como valor de uso,
ser objetos útiles para satisfacer las nccesidudcs humanas,
en las que todos podrlan considerarse iguales: pero n la vez
representaban el valor de cambio, en donde el yo personal
de una sola de las dos clases socmles podria aproprnrse de
.••
.••

Ecooomia Poliuca de los dl•h."ChOS hu1nanC>$ · 59

lo producido'. Asi, la forma relativa del valor se convicr1e


en In suma de expres10nes o igualdades rclauvus y s1m11les
de valor La igualdad a la que babria que llegar no era la
que hoy conocemos como "el reconocimiento público de
las diferencias"'. s ino la de ser propietario pum cambiar
la posición en Ju sociedad, y de esa manera acceder a otra
escala supenor de dominio. en la que se podrinn alcanzar
los derechos La igualdad carccia de un discurso de
reconoc1m1cnto de derechos para la mJtad de la población (la
no hombre. la que no era de varones)) tampoco había lugar
a las diversidades que esruvieron presentes en la historia y
n.>corricndo con banderas y proclama> de ltb<!nad las calles
de París. Era una construcción en medio de la homogeneidad.
y Ju mejor manera de sellarla era reconociendo la capacidad
simbólica y material de la mcrcancia como d1sposi1ivo
que pemiilin igualar y borrar d1fercncms: se creaba como
mecanis mo igua lador un artificio que esrnria 1>or fuera de la
estera de las clases sociales, en particular de unn clo.se socml
de propieta rios responsables de desigualar.

La mercancía se incrustó en el sistema social como el


arbitro de In igualdad, que por relaciones de ofena y demanda
permitía acceder a la riqueza particular o saltr del sistema del
capital y del mercado La mercancia revela la cxi.tcncrn social
de objetos de valor que solo pueden expresarse mediante su
relación social necesariamente con todo> lo; demás y ser
una forma que "Jª socialmente. Asl, baJO la forma de que
todo puede llevarse a una condición de igual a tra,és de un
líen.lo, todas las mercancías se revelan ahora, no solo como
foctorcs cualitativamente iguales, como valores en general,
sino tnmbién como magnitudes de va lor cuanti1ntiva111cntc
comparables e ntre s í. "Al rellejar s us magnnudcs de valor en

M Karl Man lit c:apual. T. J ~l é:uco: FCL, 1984 pp 2li y ~s .. él producto


del 1mh1110 ~ ohJdO de u.c;o en todos los bpos de ~uc1cchkl, 11010 en unn époc11
h1~h:tr1~.1rncn1c Jlkl;, dt Pfllgf'C'SO. ~uclla que"~ ~n 1:1 u1h01JU ln\cnidi.1 par;, ('!roJuctr
un ob1cci0 de u:w» uro propiecbd ""Dlllt~da dC' otc obrch>. o w:a c;u "-alor. se
con\'tcnc el ptPducto de tmhaJO en mm:.ancia
9 Jt"Dqu1n 1k-rrna flotts De ltabl1uc101WJ /N'vpun i c1tl'\.it «"'J".".""' •~g..jw,
lldNo l nnerndmd de lkusut. :?005, pp S7 y g
.••
.••

el mismo malerial , en el lienzo, estas magnitudes de valor se


rclfoJun también recíprocamente las unas a las otras"'º· Las
herramienrns de la igualdad fueron poc-0 a poco llevadas hacia
la ideu de encontrar una fomm de equ1valcncm. que rucrn
In expresión y rcsuliado de la forma relativa del valor Las
mercancías encontraban su equivalencia en la forma general
del valor convertido a dinero, y los humanos la encontraban
en el acc<.'SO a la propiedad de medios de producción como
equo\'alcntc general. A mayor canudad de propiedades,
mayor fac1hdad de incorporación en los distmtos ámbuos de
mundo de las mercancías y de acceso al eJen:1c10 real de las
libertades sco\3ladas en el acuerdo de reconoc1m1cnto mutuo
de humanos.

1 as mercancías aparecen, a primera vista, como objetos


evidentes y triviales, pero al analizarlas se tornan en objclos
muy intrinendos, llenos de sutil ezas mctaflsicas y de resabios
teol6g1cos. En las mercancías, la igualdad de los 1rnbnjos
humanos asume la forma material de una objetivación
igual de valor de los productos de trabajo que ponen a unos
y a otros en relación de iguales. Lo que hace iguales a los
hombres es, entonces, el tiempo de trabajo que invierten en
el proceso producuvo, creador de men:ancías, lo que lleva a
que los dcrt.'Chos del hombre se traduLcan en las capacidades
de libertad a las que es posible acceder seglin su trabajo. para
una cla;c social, y para la otra, según su po:.ición económica,
que además se hereda (traspasa, transfiere) de una generación
a otra Cada cla;c social trae, con respecto a la otra, una brecha
histórica profünda que dificulta observar w1as cond1c1ones
similares. asl. mienirns los propietarios ya lo eran desde hacía
vanos siglos. los irabajadores apenas empietan a ser libres de
sus ataduras y a descubrir que su única propiedad es su cuerpo,
el cuerpo como fábrica, el sujeto-cuc11JO capa¿ de prolluci1 y
consumir incluso antes de ser libre, los cuerpos responden
a la verdad fisiológica de que todas sus actividudcs son la
respuesta de su orgamsmo humano, cada una de las cuales,
con independencia de su contenido y forma. representa un

IO M.,,. Op en , p J2
.••
.••

Ecooomia Poliuca de los dl•h."ChOS hu1nanC>$ • 61

gnslo esencial de cerebro, de nervios, músculos, sc111idos 11 •


La magnitud del valor de lo que se reahcc la íljn el tiempo de
trnbnjo socinhne111c necesario para producir los mcrcnncias,
que es asumo común para todos, propietarms y trubajndorcs.
Las vcn1ajas comienzan cuando solo los propic1arios 1ienc11
In copaeidnd de fijar las condiciones de los mercados y de
controlar las reglas que hacen posible obtener nueva riqueza
y propiedades

A pan ir de este primer momento de los den.-..:ho:.. en el que


aparece el reconoc1m1ento mutuo de iguales y hbres. In mayor
v1olac1ón de ellos seria volver al trabajador a la condición
de esclavo, de cosa. de herram1eota, de besua con habla que
sirve para cumplir una función ajena a su propio deseo; la
mayor v1olnción seria usar el cuerpo de un ser humano como
objeto de riqueza de otro, llevarlo a la cond1c1ón de medio de
producción o de recurso productivo en el nivel de lo tierra o
el capiwl, volverle a imponer un destino, encadenarlo.

A pesar del gran salto que dio la humanidad, en pan1culnr


Occ1dcntc, con la formulación de este pacto de rcconocimicnto
del ser humano, lns conquistas quedaron inconclusas, con
demasiadas deudas aún vigentes, que los autores l1bernles
tratan de seguir llevando a futuro con la idea de que la
modernidad ya alcanzó el fin de la h1stona. de la democracia
como modo de gobierno perfecto paro las hbcnack.'S. y del
mercado como mecanismo ideal de las igualdades. Solo tres
año~ después de creado el pac10 entre clases nn1agónicas.
que contenía lo más dificil de Uevnr a cabo, que ern entender
Sllcialmenlc que cada uno podría vivir a plcnllud la libcnad
que cabín en su cuerpo conforme con su propio destino, la
el use que tomó para si la idea de ciudndru1ia asaltó el control
pollt ico del Eswdo y cometió dos alteraciones sustanciales
en el pacto: primero, suprimió el texto de garantfa rcs1>ecto
u que los pueblos podrían levamarsc en rebelión cuando el
gobierno se convirtiera en tiranía y por esa via desconoc1era

11 lblJ...-m. p 36 El carkti.'f misuco de las mcrca.nctm no bfl~ d~ ,.u \llOI' Je UiO,


pero"""'°'º·del torllcrtKlo de sus dclam.uaclODC'S de,,.
.••
.••

lo pactado, y segundo, dejó una huella ele barbarie ni llevar al


cad¡1lso a Olimpie de Gouges, quien proclamó la v111d1cac16n
del espacio para ingresar como mujeres ni mundo de los
derechos hasia ahora reservado a los varones.

Segundo hito: La com·ersión del ber hunrnno 11


mercancía e inicio~ de nueva dignidad

El segundo hno importante en la construcción social de


los derechos humanos lo representa el tiempo de 1948, en
el esp;ic10 de la Europ;i destruida por la segunda guerra, en
la que >C puso a prueba la máquina más cruel, degradada
y racional de someúmiento del ser hun1ano que haya
conocido la humamdad, sostenida por la mtegruc1ón de la
acumulación ele capital y de la dominación y control absoluto
sobre In poblac ión; había pasado solo un siglo y medio de
cstublccidt\ el reconocimiento del hombre como ser humano,
hipotéticamente más allá ele su lugar de clase social, y de
que lu lucha social hubiera iniciado la construcción de una
idea renovadn de dignidad para todos los seres humanos, que
por primera ve1 parcela completar a la cspcc1c, incluyendo a
hombre• y mujeres. Las luchas que permitieron nlcan1ar la
declamc16n de 1948 procedían de confrontac1ones entre las
1mpos1c1ones que pretendían darse en nombre del capital y
la busqucda de las mayorías en defensa de lo alcanzado en
1789

A diferencia de 1789, esta vez Fue la Comunidad


de Naciones la que decidió renovar la afin11ac1ón por el
reconocimiento del ser humano, y no los pueblos en las calles
gritando nuevas libenades. El pueblo es supluntado por la
Nación, y más adelante esta será suplantada por el Estado.
El acumulado de luchas que dio lugar a 1948 se gestó en
las fábncns de mediados del siglo XVII, res1sttcndo a la
vorncidnd de sus propietarios, que se apartaron del pacto
de hbenades, igualdades y fraternidades y pretendieron
rccsclav11.ar cs¡x.'Cinlmcote a las trabajadoras. como ya
lo habían hecho siglos atrás con la raza negra En algunas
.••
.••

Ecooomia Poliuca de los dl•h."ChOS hu1nanC>$ • 63

ocasiones las fábricas eran convertidas en campos de


enc ierro, a semejanza de la sujeción en lus antiguos villas.
Otras luchas iniciaron en las ca ll es, desde donde las
mujeres reclamaban su reconocimiento pura hacer parte de
la comunidad polflica y de la construcción polflica de sus
sociedades En otros lugares las luchas se dieron en los
campos de batalla de las guerras de dom1mo tcrrnonnl, en
el seno de los partidos obreros. en los nacientes partidos
soc1ahstas y hgns de trabajadores, en las mo\lhwc1ones
contra las 1iranias imperiales y en las mo' ih1.acioncs contra
las guerras, que habían puesto al descubierto que el soldado
era com cmdo en cosa sin babia, sin capacidad de decir, de
interpretar sus acciones, sm autonomía. sm capacidad para
pensar y actuar por cuenta propia, y cuya vida de baJO precio
se p0dría reemplazar por una descolorido bnndcra impucs1a
en el funeral.

Las Nociones suplantaron a los pueblos humillados, e


in1cntaro11 poner al día la nueva dccluración de derechos,
incluyendo el fin la colonización. del somchmien10 de
unos pueblos por otros y la recuperación de un sentido de
d1gmdad. Las Naciones fueron el mslrumento políuco
para mtcnmr sacar al ser hnmano de la derro1.a tangible en
los cuerpos de las victimas de los horrores de la barbarie
nan y fasc1sia. de la que el modo de pensamiento liberal
no tomó distancia. Lo in1cstimoniable recibió el nombre
úergn en el campo de concentrac1ón) de der musulmán, ~el
musulmán", aquel que no poseía estado de conocimicn10 que
le pcrm111cra comparar entre bien y el mal, noblc1.a y baJeza.
cs1¡iritualidad y no cspirirualidad. Era un cadáver ambulante,
un hal de funciones lisicas en agonla". La barbarie de este
dcsbordo1111ento de una fom1a m1stcnosa de In mercancía
conven ida a fe1ichc de poder rompió todo co111un1caci611 entre
lo humano y lo inhumano; rompió la con1inu1dnd del pacto
establecido en 1789 y fundó un estado de excepción para
perm1hr In degradación, someter al silencio y apropiarse de

1i Ci1~q:t0 Apmbtn. lo q11e qu<J11 fk ~wrlth•JC \·aJ~ni.:13 Pr~l\'.\hl:\. 2009. rP


·11 )' 1'\
.••
.••

64 - 0cs\1dl(i5 l lun"'"°" en riempos de Globalaacl()n y Neopanun1hun<mo

todo lo construido por el destino propio de l otro. Ln burbaric


1>erm11i6 el tránsito de la vida y la muerte sin solución de
con1inuidad: alll 1odo fue desbordado. fue el triunfo del dallo,
del mal, de In mentira, del odio, la conJuguc16n de todas
lus atroeidndcs posibles para destruir el cuerpo ya ganado
del hombre libre. fue la arremetida de la vcjnción sobre el
cerebro y el músculo que buscaba la igualdad a través de su
trabajo. de su relación social forjada por las mcrcanclas Los
g11e1os se convirtu:ron en la nueva ,.,ua. la nucrn fábnca,
la rcprc:.cntación del lugar de intereses mu1uos guiados por
la oferta y la demanda entre vicumas y v1cumanos Lo que
estaba en Juego en la situación extrema era seguir siendo un
ser humano, converurse o no en un musulmán, "se trataba,
en consecuencia. de lograr conservar la dignidad y el respem
de si • si se quería sobrevivir como hombre, envilecido y
degradado, pero, a pesar de todo, humano, y no convertirse
en un eadtlvcr ambulanle, era necesario, sobre iodo, tomar
conc1cncm del punto de no retorno individual, 1111is all á del
cual no se debía ceder frcnlc al opresor a ningún precio,
ni siqu iera s1 se ponía en nesgo la vida"". Establecer qué
signilicuba ser hombre, ser humano, fue tarea de los aliados
ganadores de esa etapa de barbarie.

1<J.18 dejó en el imaginario un hongo gigante, producido


por la fuw;i atómica de los vencedores de la conuenda. más
fu1.'111.~ aun que los más barl>aros: más barbaro> nún que los
más fuencs El hongo en el viento suplantó la bandera mJa de
libcnad que habia ondeado por las calles de París, pn.-scntc
en la pintura de la comurm. Los vencedores aunaron con sus
bombas n1ómicas sobre miles de cuerpos; no se supo si las
vic1i111ns eran los victimarios o apenas inocent1.-s. inmpoco es
1>0s1ble precisar s1 fueron las últimas víctimas de la crn de la
burburie nazi o las primeros de la era de la nueva humnni1aci6n.
Lo que hubiu quedado en los campos de concen1ruc1ó11 era
una reivindicación cuasi-biológica de pertenencia u In especie
humana, el sen11mien10 último de pertenecer a una especie''. y

13 lbkkm. p ~7
l~ Apmllcn Op C•L, p 511 La . . _ de i. cuahJ.ld de i.imtw.: pnwoa
.••
.••

Ecooomia Poliuca de los dl•h."ChOS hu1nanC>$ · 65

lo que había quedado bajo el terror de las bombas. del pcquei\o


ni~o a1óm1co" lanzado contra 1lirosh111111, eran Lrozos de
cuerpos mu1ilados. carnes derretidas y l>ubca111es. cabellos
sin piel, OJOS in flamados, piel desprendida de los huesos,
1odas lns humillaciones en un solo instante que anunciaba
muer1e. solo muerte en el insU111te. y 1error en el día siguiente.
Espacio y tiempo confundidos ea una 1mugen de dolor. de
dcsesp.:rarva Los sobreviviemes de los campos. de las
tnncheras, del ex1ho, fueron los más adaptables, quizá para
escapar tuvieron que traicionar a la masa de los humillados
o ser sobrevl\·1entes de una soledad de muertos en vida,
rc1rn1ados en el film El pianista. de Román Polansl.i. en el
que los dedos eran músic.-a antes que especie: sobrevivieron
sus dedos, la música, su cuerpo fue fragmen10 de muerte La
gucrrn dejó la imagen del ser humano sin nombre, reducido a
un cuerpo degradado producido por la infamia. Fue el tri unfo
del cnpirn l en su lucha por la sujeción.

Solo al rinal de la ll Guerra Mund ial llegó el espirilu


de libertad instaurado en el pacto de hombres libres y
ciudadanos. Solo quedaron en el pacto. después de la guerra.
los ciudadanos. la otra clase salió. fue borrada del pac10 y
el Estado empezó a asumir injerencias no pac1ndas, suplantó
tambicn a la Nación. Los ciudadanos no quedan como
supervivientes, si no como prop1etanos. son los pamc1pantes
implícuo.. unas veces, otras explícito> en los h<.>ehos y
man1fcstacmnes s1mbóhcas de la barbane en la que tnunfa
a111c la muerte lenta de los campos, la muerte mcqul\ oca de
la bomha. La 1ms111a Francia que vm nacer la declaración
de hombres libres y ciudadanos, en 1915 abrió el camino
parn negar el 1!1ulo de ciudadanos a los excluidos por via
de declaraciones con respecto a los nutural11..udos de ongen
enemigo: en 1922 Bélgica siguió el ejemplo; en 1926 el

ul\l1 l'C1vtrldu:oc1nn cu:u.1 b10Jógic11 de pencncncw a l.n c:.11pc\:1c: hu1n11nJ Na C$ un11


d4.!tl111-.i..: 1\\n lk d1antJ3d. no un asunto ml)r.JJ o poli tic:" t•.1ua In~ ~S ~n1n ci.:rJos.
no h('lm~ VCIL'>C l tumc. O:i.-..id. bn-atJ.,ac1ón robn- ,J '"'""d1m1e1110 humano,
Norma. Ho~tA. 199:? sección Vlll, sobre La hbcrLtid) a. nct<i1Jad y IX 'Wbrc la
llllÓ'1 tn I~ WHm:IJ~
1S U punc:ra hamhil lltOmsca IJcvo c:l nmntn de hui~-.
.••
.••

régimen fascism ita liano también lo hizo: en 1933. Ausirin, y


en 1935 las leyes de Núremberg d iv1d1eron u los ciudadanos
alemuncs en c iudadanos de pleno derecho y ciududunos sin
derechos poliucos 1•. Los campos arrasaron con la posibilidad
de ser ciudadanos a quienes no estaban adentro del régimen
en su pensnr liberal y su acruar del capital Fue el sisierna
mercancía el que dio e l impulso vital para que millones
murieran y no quedara lestimonio del campo

La Declaración Universal de Derechos Humanos. de


1948". se conviene en el punto de llegada del pnmcr hno
de lo> derechos. y en el espacio-tiempo de nac11111cn10 del
segundo hilo, e l de la universalidad. La declaración toma
como base el pacto de 1879, baJO la cond1c1ón, ya fol)ada
por los pueblos y estllblccida en el miclco de reconocimiento
de la condición humana, de que los derechos yu ganados no
prescriben: es el triunfo de las victimas, de los humi llados,
e l cual se levanta para avanzar sobre lo que venia. Se
fortalecen los derechos alcanzados, pero no se reescriben,
ai se anulan; se toman inderogables, pero no nbsolutos;
lllmpoco se presentan como ideales por conquistar, se dan
por conquistados. Como ocurre ea un teJ ido, cndn puntllda
es umca. y una vez entra a hacer pane del entramado no
puede ser suprimida, ella cobra sentido colect1vo sin perder
su esencia md1v1dual. Así, sobre el teJido de los derechos
de todos los hombres se avanzó hacia la edificación de los
derechos de los humanos. de todos los humanos, ahora si,
por' CL primera. en masculino y en femenino. en e>pcc1c. con
dos cons1dcmc1oncs relevantes: la pnmera. que desaparece
la idea anterior del ciudadano, en tanto quedaba claro que

lti Asa111hcn, lat<ng10 Alrdios strifin, noW sobre la poht1cia. 1u-c1cxloll, "11lcncl1l
2010. llfl 23 y 'i~ llay nqul un lhLn1ado 11 ..abandonar sm 1csc1v111t los c:unccp1os
IUOOi1n1cn1ah.-. eon l1h que hasta ahora hí.:-1nos rc1noscn~1do '°'
SUJCIO:t lle líl 11oll11co
(el ho1nbrc y el c1udaJaoo con SU!I den:cbos, pc:ro también el l)Uchlo sohcrnno,
d lnabia¡;ldor etc r· y a rcconstnur L:t 6.JosoR11 polh1C4l 1t. pan1r de 1;, fi~urn del
u!rugi.1do
17 R~ucpo O. ~1imucl Eeonomla y dencllos /rumanos. d.-1 /1~'1ft_rmo u/
nrol1Ñru/innn. t pu:. TunJll, 2010, pp 75 y S!'l La da:L.a.n111;10n ¡ahrt t1 pucrt11
aJ ro.:'-,.-.~1n1h:nhl ~ un mundo Kli:ol6g)cament~ d1\klJJo qlk' p.llld M.iih.iMr o
prvfUnd1.1..ar 14 br«~ que m&mo medmmc tnll:l"\"CDCklDO n.-unom~•
.••
.••

Ecooomia Poliuca de los dl•h."ChOS hu1nanC>$ • 67

no hubo un sujeto de derechos completos, salvo si se hacia


parte de los propósicos del capital, y, segundo, se otorga un
c11rác1er de uni versa l al nuevo pacto. con el cnccndido de que
humanos son codos aquellos que pertenecen u lu especie,
con indcpcndcncia de sus condiciones. ~can merumcncc
biológicas o constituyan un ser humano integrado de cerebro,
de cuerpo, de deseos.

Los derechos de 19-18 son la actual17.3c1ón de siglo y


medio de nue' as conquistas producidas en el marco del pacco
antenor, y, a la vez, los depos11anos de las nuevas reglas
de encendimiento de lo que en adelante se va a definir por
ser humano con capacidad de ejercer y reclamar garnntias
para realizar los derechos h1stóncamence construidos. La
declaración busca restaurar las capacidudes del hombre
hu1mllado, y devolverlo a su posición de SUJeto de la
historia, a la vez que reconocer su existencia en e l colcccivo
llamudo pueblo; a los dos, al individuo, que ahora incorpora
una comprensión asexuada de mascul ino o femenino, y
al pueblo. como responsable de la sobcranla, los faculta
con las posibi lidades de autonomla pam el primero y de
autodc1ermmac1ón para el segundo. Estas condiciones
amplian el s1gmficado del ser humano reducido, resultado de
la dcgmdnción y del colecti•o social, excluido por la voluntad
de gobernantes que ostentaron el poder y rcd1sei\aron a
su \'Oluntlld la,, estructuras del Estado sin salarse de los
limues posibles del capitalismo hbcml unpemncc y de las
ideas poliucas liberales que legitimaron dicha> prácucas.
La nueva dcclarac1ón mvoca los derechos del 111d1v1duo
universal y destllcn que el contcxco de la culturo determina
n seres humanos concretos y conicxtualiwdos en sus deseos,
sus luchas y modos de vivir. Sin e mbargo, lo dcclarac16n
muncicnc intacms las estructuras de dominoc16n, a 1ruvés de
los modos de acción del capital.

Las formas que convierten los productos del trabajo


en mercanclns, y presuponen In circulución de estas como
formas naturales de la vida social no sufneron mod1ficac16n
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alguna. dejando ab1ena la po.ib1hdad de que, más allá de las


expos1c1ones nonnall\·as. lo que ha ocumdo podrá rnlver
a ocurrir Se mamicne la forma acabada del mundo de las
mercancins (dinero), que lCJOS de revelar el carácter socml de
los trabajos y de las relaciones sociales entre los productores
lo que hace es encubrirlo'' Ma quedado evidencia de que
aún no se ha develado adónde fueron a parar los bienes
de millones de victimas, y, también, que en medio de la
degradación co1idmna los hombres fueron convertidos en
objetos. que podínn ser vio lados. usados. asesinados. como
muestran a lgunas escenas de la lísra de Sc/1111dler. de Steven
Spielberg. Las formas mcmolcs nccp1adns por la sociedad
hbernl, en las que se expresan las condiciones de producción
del régimen social de producción cap11ulis1a, que son las de
la merconcia, no fueron objeto de discL11.i6n poliliea ni de
tralam1enio para abohr de rnil las causas de la destrucción
del ser humano. la cua l venia en cons1rucció11. No habla
hombre 111dcpcndicn1e en lu Edad Medrn, la sujeción
personal cnrac1eriz6 esta época; In modcm idad , iniciada con
1789, liberó n csie hombre de la s ujeción, pero lo sometió al
régimen de exploiación. de producción de mercancias. que
desencadenó en los campos de concen1rac16n y los trabajos
forzados. Se esperaba que 1948 uiern paso u la liberación del
hombre en 1oda s u plcni1ud, habiendo dcsenlrnílado el análisis
de la mercancia y. más espec1alme11te, del valor de esta. de
la forma del valor que la conviene en \alor de cambio. El
hombre se convin 1ó ahora en ser humano con derecbos
asociados a la per.ona humana, en tamo la mercancía
s1gu1ó ocupando s u lugar social dotada de v1nudes sociales
maravillosas, con capacidad parn transformar lo más intimo
de un ser humano gracias a ser co nvenida en el atribulo de

18 \t:n: Op c11 . pp -1~1 (.'tr lhnkt.ncn. frat. ~la rcmmbwcm


dtl pm.sanuenro Cflhcu... Poln , lnl\.:rs1dld lk!oh\oJIWIA dt Clule, \(!I 7. n!Mnero
21. ?Oíllf. pp Jb7.J9S Pira que C"lQ.) ~ fmr:n;:.aa,;W• se ttboonm lumas con
bs otras romo rnat"JID(i~ n nttC'Wl'kl quc w. pardailfle1 x n:br.::toncn entre' si
romo pmt'f'U'io CU)H , ,lfuntadc\ mnnn en eqiatlk-s llfltclos. de tal modo que-cada
~ d< uru meran.:.. oolo pu<d< •p.>Jcnrx d< la d< otro por •olwibd d< <>t<
)T dcsprend:i~t'ldM.: de b 'lU)'la pn.tpu. ~ da:u por ma bo de u.a ltldo de ,,_,.untad
comun 1 mn~ f~ Dtt.:~no. rxw- \:''" "1au1~n1c. q!.M! amro_., pc:rsonob !lt reconozcan
como rropl4'ln0$ ptr~

<I o o
.••
.••

Ecooomia Poliuca de los d1:n."ChOS hu1nanC>$ • 71

de ser humanos, ins1ituye imegraciones aprovechadas por


lu mercuncin que multiplica sus capacidades e 1nvoluera un
mundo vinuul paralelo al mundo malerinl Se reproduce la
uccptución n gran escala del ser 111dividuul, se destruye el
colcci ivo creador de derechos, se acepliln con indiferencia
los utribuios negativos del capilal productor de "formas
extremas de violencia colectiva, sobre iodo las que combinan
11.>c:.inn1os a gran escala con di' ersos modos de degradación
premcduada de la dignidad y del cuerpo humanos"". que
rc.:1bcn las consecuencias de la imposición de los grandes
mercados ab1enos de carácter global y la hbrc circulación
del capual financiero, que abre pucnas y borra las huellas
del espacio real de los pueblos que padecen la exploiac1ón
y circulnc1ón de capitales. A las personas, u no 1odas, solo
a la c lase por fuera del poder, a l pueblo, se les cielTlln las
fronteras que se abren a las mercanclas. Los hechos del
mercado se ensañan sobre el cuerpo de los débiles. La
violencia u gran escala se presenta acompañ11du de Llll exceso
de irn. de un plus de odio, que produce lon11as nunca vistas de
dcgrudnc1ón y vejación en el cuerpo y en el propio ser de las
vicumas cuerpos tonurados y muiilados. personas quemadas
y violadas, mujeres destripadas, mños con miembros conados
y amputados, y humillaciones sexuales de lodo upo".

Colombia merece campo especial de la nue' a b1opoliuca


basada en equilibrios de poder cnlrc la 1nlogia de las
clases poliuca-económ1ca-milttar, que ha pueslo a prueba
todas las fo1T11as inimaginables de degradación, no bas1a
la destrucción, hay que degradar, crear 1error: asesmatos
sclcclivos, masacres, niños mu1ilados por pammi liiares -que
les obligan a colocar sus manos sobre un troto de madera
para conárselas con machele y después deleitarse Jugando
a la pclo1a-, mujeres destrozadas en sus vicnircs pum sacar
ul feto y tirárselo a los perros, hombres que cortan 1rozos de

21 ApplNlum1 Ariun._ f./ 1tt/Ja:.o de Jm minoriu..r. Ban:c1un1 1usqt.l(:IJ.. 2001. pp


14 Se ~ntt la violcocm 11 gran cscab cuJturalmcntc müll\"lkb de c.<iü tpocli
l.'\,_Jffk) un pa.w ~I ...1nOlí:1J t0 11 Mfeotw,bo
22 Appa..tarat Op cu.. pp 2-1 y ss..
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carne de c uerpos humanos y los comen para deshumanilltrse,


hornos crcmn1orios para Lirar a sus víctmms. l:I Esiado lo
sabe, el Estado par1icipa, el Estado niega, el Estado produce
1error, existe gracias a é l y se reclama, y asi es reconocido,
Estado socia l de derecho, un Estado liberal, con la
democracia mi\s solida de América del Sur, que no padeeió las
dictaduras de la guerra fria. Un Estado donde los pensadores
liberales guardan silencio y liberan sus culpas acudiendo a
llabcrmas para perfeccionar un silencio de dchbcrac iones
no iniciadas, de diálogos imposibles. amparados en Adorno
y sus rcnc~1ones de abommacióo a los est1gmati1ados de
intolerantes, refugiados en Locke para cubnr de moc~'llcia a
los conquistadores.

Pasamos del modo liberal al modo neolibcral"; de la


imagen de la liíbnca que ataba a las mujeres a sus máquinas
de coser, cuando los hombres, en mascu lino. ya csrnban
desntudos de sus cadenas de humillación y esclavitud, a los
cam1>os de concentración donde hombres y mujeres fueron
convertidos en cerdos sin habla y sin alma, sometidos
al arburio del f11rlrer Y cuando todo parcela abolido, la
bruwhdad, degradación y deshumani¿ación se muluplican
con los éxitos del capital globalizado. que muestra la
fortuna de unos pocos'', agrupados en algunas decenas de
trasnac1onalcs que muestran incalculables fortunas a costa
de miles de nuevos esclavos que tranSitan los mares metidos
en harcos-fübnca a cambio de co011da o de la esperanza de
evadirse en algün puerto; de los miles de exploindos de las
maquilas: de los millones de hambneotos que recorren en
faodo de una frontera a otra, bien como dc.pla1ados por
lu guerra o desterrados por e l hambre; de los millones de
excluidos que ponen en venta su cuerpo, su sexo, sus órganos,
sus vidas. a cambio de dinero para comprar pan. El mercado
1>erm11i6 que el dinero como tal, e l papel llsico o solo los

2J Cfr MC"\ltq)O O ~'l11nucl f.conomia y dertthru luunonu1, cl.-1 l111Cr11h.fnJo al


nt'U/1/xruhom, llptc. TunJJ., 2010
2J ~ c••kubquc no~~ del 3'• dcpoblatk.ines J.'!f\!Pk."1.Mla IX m.h J..:I ~. !.k
i.'""'°" m.tcnal del pbn<ta.
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Ecooomia Poliuca de los d1:n."ChOS hu1nanC>$ • 73

datos contabl es que lo anuncian, tambi6n se conviniera en


una mcrcancia con valor propio que puede ser compradn'-\ lo
que amplió las 1>0sibilidades del odio, de la munipulnción del
poder de compra del dinero para ejercer poder sobre otros,
para convenir a 01tos en sus propias mercancías. moldear
el yo del otro, crear otras identidades. inclusive". bien por
conlt3to. bien por controles a sus necesidades v1Ullcs''.

Con el llamado fin de la guerra fria se n.'<11señó el


imaginario. La humanidad pasó del hongo en el viento al
denumbc del sóhdo muro que d1\•1dia politn:amente a Este de
O.:ste, y el nue\O plano seria un circulo de labre círculac16n de
mercancías y hegemonía del None sobre el Sur. Las barreras
de la política dieron paso a la armonía del capital, sellando
su segundo triunfo ante el ser humano, cada dla v1nualmentc
más l1brc, pero realmente más sujetado. Se potenciaron las
ca1>ncidndes de las mercancías y del si:.tcnrn del capilnl,
protegido 1>or el sistema político libera l, que sirvió de apoyo
para la apropiación de las estructuras ele 11utodctcm1inaci6n
de los pueblos y de autonomía de las naciones, por pane de
los dueftos del capital, convenidos a corpornc1ones globales
que ponen precio a todo lo imaginable. lo evidente, lo
material, lo mmatenal y lo inimagmable. Los derechos fueron
fraccionados en su imegralidad y son presentados como panes
sueltas de un rompecabezas que puede ser desnrt1culado y
rcarrn:ido de multiples maneras. con lo cual los derechos,

2~ \1~n 1nunt1.a que et1 1346 m un qtn1 del derecho H•tu•ncl que ti C1npmu:lor
d1X1i:U1ha t:I \'tlor ck-1 du~ro y dedJBba que L"SIC no pcxll.'I '1.:1 oon"~n1do en
men:;ani;ln l I nenhbcralmno lleoc romo uno de "u~ p1IJtrcl. prcc1u:mentc, lll
c,,,n l.'•' •Óft del d1nero en mncantl1. y su \>"3Jor kl i.k"l:1..:l1 el nu"'''" 1mptn0, el
Jlr« 1n del dólar 511.' fiJA por acciOn del gobierno 11.1ncncn.no.A 2010. In!! 1.mns1CC1ones
nn111nc:1er1l'i rr1plu:11tun el cos.10 real de lus bu:nci m11lcti1ki. e11 Jec11, que una
"ª'º'
1ncrc~11u:i11 \.~U1h1t sobr~"ul oruda por el 1riplc d~.su 1c1tl
26 Cll· B..1un1nn.7ygn1un1 lidtt,/eco;o"mo BucnosAirCJ fCl'.,20 10 V~selo
1cl111vll 1 urui cuhurzi consum1sus, pp. l IS y S5 Cfr Fn.t1AM. Marlíl Jo\< ,\/erra,/o
,1u11.:u"l°'l"nlt1 ~1ndrid Bibbotcca Nueva., 200S. pp 161 )' ñ
°'
27 1 e<;eoh.b de c;:ip1u1hstas, banqueros y gohcmant~!J. n-...-J13n 1~ c.•ül\Htuo. san
1.-ompru.Jvs para cx-pontt sus vacbs 11 cambio de Y. ,.,da del prop1cuar10, 'lU lurrm
de tn:iN,o e. w vub mLvn::t.. tocb,. sin hora.no. s.1n tedw.,,. 'l" lupr ddcmunado.
~n "-lhtn:Mlnn y~ no 9.tS músculo:!> 01 su cerd:lro. ''·"°
w prvp1• po!'o1b1hJaJ Je
~'tft ((llM seres huna.nos &crn:m.lcs. Su dauna lo nn t:I dud'tn del dinero
.••
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suti lmente, tienden a ir desapareciendo, primero. ni q uitarles


s u memon u de tiem1>0-espacio, y, después, su cfoct1vidnd,
sin que pierdan su aceptab ilidad social, en cuunto cada ser
humano tiene contacto material al menos con a lguno solo de
ellos. lo que le hace pensar que as! los rcalim

Creemos que el planeta le pertenece a la humanidad, pero


poco 1mpona el ser humano concreto, el que sufren nuestro
lado o es \ ulnerado en sus mimmos deseos de ser tratado
0

como ser humano Retoman desde el seno del Estodo el


cuerpo del pamota, del mártir. del sacnficado, pero también
del clnico. del ji1rher acogido por las democracias liberales
que fehc11an la planeac1ón de sus crimenes; retoma Francia
cerrando sus ojos ante el genoc1d10 en Kosovo; retoma
US/\ invadiendo pueblos y asesinando inocentes o c reando
campos de tonura y muene en nombre de la dcmocracm
(lmk, /\fganis1án, /\bu Grahim, Gunntánamo), retorna llulin
con s us mafias incrustadas e n e l poder; retorna Colombia con
prácticas crimi nales de desaparición fomtda, de 1ortura, de
ejecuc iones extrajudiciales, de espionaje polltico: retoma el
Reino Umdo reinventando monarquías. retoman los aliados
de In era atómica para cobrar venganza sobre los pueblos y
gobernantes que quieren escapar de las reglas del mercado
global Se crean derechos. pero el capital 1mp¡.'<11rá su
CJCCUClÓn

Despu¿s de 1989, a la declaración de derechos se


antepuso el Co11senso de Washi11g1011, que para impedirlos
impone polillcas de sostenibilidad fiscal y cstnb1hdad
financiera El mercado es e l regulador de la democracia, y
e l Estado, un conductor de guerra que protege los negocios
y controlu los derechos, insta a la desaparición del colectivo
y a l ndvcnimicnto del individuo cl iente, cons umidor o
productor El Estado aparece en e l siglo XXI como un actor
sccundano que convirtió los derechos en sus enemigos. El
Estado provoca el vaciamiento sociohistónco de los derechos
y abandona lus rBLones del común acuerdo producto del pacto
ongmnl de 1789 y la ratificación de 1948.
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Ecooomia Poliuca de los dl..-..."ChOS hu1n:tnC>$ · 75

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