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Persistente memeria, _ en er a Nossa (Villapinzon-Cundinamares abril de 1912, Bogoti, 26 de abril de 1982). mornista, historiador, escritor y politico, que ae eter uN ese tt Rte tcc Re eae sie Par Pian cere re manece casi desconocida en el pais, ere mr een ate eee a Peace Cc Prec mecennt et eae Sper eee Meee eer Coen oos Peet er ceaert ccc Weer ern ke oie ce Pe ee cas cece) del Instituto de Economia, dependiente de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia, base de la actual Facultad de Ciencias Econémicas, Biren a Pr eRe ent Gene ence Rees one! pron Peer oie eee oi cence cena Pe presicencia de su amigo hotiviano Hernan Siles ‘Zuazo, pasando por el presidente socialista, el militar periano Juan Velasco Alvarado, hasta el socialista Sree eee neck enna Perereem re eta ecm ce eter otha América Latina, desde Argentina hasta México ere a tr agian aD La uae race eC eg Rea cane tee y andlisis integral de la personalidad social, politica y de Jorge Eli¢cer Gaitan, identificado como el “hombre nece- reget btTt abet aoe pee coee mar eect ena eee tie gralmente, a profiindidad, por Antonio Garcia Nossa, en el contexto pena Oras ans Clic soi oat ene etistrserts EOC Sa mere ey am Clear nrc ie| Problema de la revolucién colombiana, interpretada y analizada ea Race ect te eater ina ©omo pensamiento y accién, coma teoria y como practica, orientada a superar los conilictos y el atraso de la sociedad colombiana Subseries on a sus potencialidades, en el horizonte de construir una sociedad Car SM iam lies sett id er aveetTT Sem Bec ialto(ohri inated Waaten CG ett te a portunidades, donde la vida y la felicidad sean los Lira eee Y BOAR noite eae aLe Os Sce ee te eet en Cu UNELa Cerrone od Luis Emiro Valencia ISBN 978.958.806.001 HIS9 388 6001 Ediciones PTT Ce ET G ny el problema de la revolucién colombiana Bogota, DC, Colombia ~ Junio de 2015 Ediciones Desde Abajo wwwadesdeabajo.info ISBN: 978-958-8926-00-1 Disento y diagramecién: Difundir Lida ‘Transv. 22 A ‘N° 531-42. Int. 192, telf.: 345 18.08, 217 89 92 Bogotd, D.C. Colombia El conocimiento es un bien de 1a humanidad. “Todos tos seres humanos deben acceder al saber, caltivarlo es responsabilidad de todos. Se permite fa copia, de uno o ms artigulos completes de esta obra del conju d edisién, en cualquier formato, mecanico © digital, siempre y cuando no se modi cl contenido de Tos textos, se respete S ‘qutoria y esta nota Se mantenga Indice Gaitin, producto de su pueblo ....-,... Gaitan, un “hombre histéricamente ihecesario” ,, Gaitan, un producto de su época .. Estilo y personalidad de las generaciones colombianas . Gaitan y su generacién frustrada ... Diagnéstico gaitanista sobre la generacién del 20... La tradicién de las luchas sociales en Colombia. “Bl pueblo es superior a sus dirigentes” .. Tradicion y drama de las ideas sociales ... El pensamiento social en nuestra historia contemporanea . El problema de la revalucién en el pensamiento gaitanista .... Los falsos conceptos de revolucién..... El problema de la propiedad y la democracia econdmica .......+-.+2:+++-+ 109 El problema de la igualdad y 1a democracia social 5 El problema de la libextad y de la democracia politica .. Pan y libertad El concepto de la revolucién agraria .. Filosofia revolucionaria y tactica reformista . La reforma como tactica y como fraude... El ciclo histérico de nuestro presente Tres etapas de la historia contempordnea... Mensaje final ... Gaitan, producto de su pueblo Hay quienes creen que Gaitan fue s6lo una pasién disparatada al azar, sin destino y sin rumbo. O que fue la encarnacion simple del instinto rebelde de un pueblo que ha ido buscando a tientas su revolucién, aplazada desde la época de las Guerras Libertadoras, O que fue la creacién fortuita, circuns- tancial, episédica, de la crisis suftida por el sistema tradicional de vida, cuando se produjo el desplome del falso andamio republicano ~Estado sin pueblo consciente, sin libertadores, sin derechos humanos~ y cuando naufragaron Jos valores que habian mantenido la escayola de nuestra Republica. O que fue una nueva y poderosa manifestacién del viejo fendmeno del caudillismo, por medio del cual una voluntad absorbe y suplanta el pensamiento y la voluntad del pueblo, perpetuando su servidumbre intelectual y politica. O que fue el mas afortunado demagogo de los nuevos tiempos, alinderados entre dos guerras universales, dos grandes crisis y wr cielo completo de historia colombiana, E| andlisis de la filosofia social de Gaitan, que alentd su pensamiento y sus luchas, sus programas y sus sentencias politicas, nos demostraran objetivamente dos cosas: la primera, que el desarrollo del pensamiento gaitanista es una parabola, cuya unidad no se rompe por el hecho de aplicar diversas tdcticas a diversas situaciones potiticas; la segunda, que Gaitan no era una pasion desbordada y erratica, sino una voluntad puesta al servicio de un pensamiento socialista y de un anhelo revolucionario de transformacién del pueblo colombiano. Gaitan no s6lo queria, sino sabia qué queria. Desde 1920 se esboza el “programa de su vida”, la ruta que ha de seguir en 25 afios de luchas y de inmersién en las corrientes oscuras, cargadas de humus, sin Claridad politica, del pueblo colombiano, El hecho de que Gaitan se man- tuviera leal ¢ incorruptiblemente adicto a una filosofia liberal -en 25 afios de luchas, con tacticas certeras o cquivocadas- demuestra que era un politico de principios, no un oportunista; que peleaba por unos grandes objetivos y no por pequefias maniobras, La politica colombiana no ha tenido grandeza, porque ni sus clases altas son espiritualmente grandes, nisu politica ha sido otra cosa que maniobra tactica, arte menor de administrar el poder y manejar los resortes de los Antonio Gareia Nossa = 3 é a é 2 & % z § a 7 a mercadas electorales, no politica de principios. Por eso la ley de hierro de nuestro sistema de representacién electoral es la corrupcién de los partidos que ejercen su turno de gobierno, ya que ese sistema no persigue expresar auténticamente una voluntad del pueblo, sino suplantarla. Suplantarla im- pidiendo que el pueblo tenga conciencia de su poder, de sus derechos, de su papel republicano y manteniéndolo como “una polvareda de hombres”: Ja misma montonera, heroica pero ingenua, que transita el camino de las guerras civiles @ de las Luchas electorales. Silos partidos han conservado el pueblo como una montonera incons- ciente, ;como puede expresarse una voluntad consciente? Si los partidos le han negado al pueblo el derecho al ejercicio consciente de la libertad y de la soberania, por qué no afirmar la doctrina constitucional de que el voto no constituye “mandato?”. Si todo el juego democratico se reduce a que Jos mandos oligdrquicos de los partidos se turnan la representaci6n de la misma “multitud” que oprimen, {por qué no consagran la norma consti- tucional de la irresponsabilidad parlamentaria por la cual los “representantes profesionales del pueblo” se eximen de responder de sus actos? Si la poli- tica se ha simplificado a la administracién electoral de estas montoneras pobres y a la administracién econémica de la patria como la hacienda de una minoria privilegiada de “grandes familias”, fa politica no tiene ni necesita principios: es un arte de maniobrar, en la oposicién o en el gobierno. Un arte de emplear el oro, la trampa o el hierro o sea, la corrupcion,-el fraude y la violencia. Esta ausencia de principios de la politica tradicional es lo que hace tan sinuoso, contradictorio y oscuro el proceso de su desarrollo -ya que la tactica es de sorpresa, como la que rige en la selva—y lo que impide laexistencia de un “juego limpio” entre los partidos, para la alternabilidad, para la conservacion del poder o para la oposicién. % Nuestra politica se limita a resolver problemas de poder y para conquis- $ tarlo o para conservarlo nohay reglas, ni moral, nijuego limpio: a este vulgar i imperio de la “ley de la selva” -escondida detras de los mascarones de proa 42 dellegalismo alaespafiola—han llamado los hombres de la Generacién del = Centenario “tradicion juridica de Colombia”. i 2 sta nocion barbara y cortesana de la politica -como maniobra sin hori- § ? zontey sin principios—ha impedido que se tenga una perspectiva adecuada para juzgar historicamente a Gaitén. Los conservadores lo sefialan como un Eenseovamaces reg RTAO £3 Yen, £3868 Genntionsey é Owe Ltbeones 9 6y Na ae MI4A EY CRuptiiy Newete, Gaitan y el problema de 1a revolucién colombiana £! (omenwene We D Garten come Poseste- simple aunque afortunado demagogo que desaté los resentimientos de las “masas”. Los liberales lo creen un caudillo que se encontré casualmente con el pueblo ala vuelta de la esquinay que dividid al partido liberal, haciéndole perder el gobierno. Los comunistas ~que le acusaron implacablemente de fascista, como el lopismo mas abyectolo exhiben ahora como uno de sus _ = méirtires, no sin negar a Gaitan toda capacidad doctrinaria, porque no era © ¢ marxista, ni tenia mentalidad proletaria, ni creia en la manoseada tesis de ee m Ja revolucién democratico-burguesa, ni esperaba que la revolucién viniese $2.3 de arriba o de afuera, de las clases altas o de las potencias revolucionarias, = a! Todos estos puntos de vista no indican sino una generalizada ignoran- 49 3 cia sobre la historia social colombiana y sobre el proceso politico de Gattcn, © = a iniciado en el decenio revolucionario de 1920-30 y rematado en cl decenio B& contra-revolucionario de 1943.53. Este proceso no es solo tebrico ni s6lo Practico, sino teérico y practico, de pensamiento y de luchas. A pesar de sus variantes tacticas y de sus plataformas reformistas, Gaitan fue un revo- lucionario a quien no puede juzgarse sino tomando la totalidad de su vida. su militancia, de su pensamiento y de su accién. CY cual fue el balance desu vida? No podriamos afirmar ahora—como lo ha hecho cierto profesor Comunista—! que no se sabe por qué vivio-y murid Gaitén, porque su lucha fue desorbitada y fortuita, indoctrinaria y sin direccién, y porque no estaba armado de una filosofia revolucionaria. Error de principio: porque a pesar de las fallas que encontramos en el pensamiento de Gaitan y del desarrollo Zigzagueante de sus tacticas —dentro fuera del partido liberal~Gaitan tuvo un programa de su vida, una concepeién socialista de los problemas © = del mundo y de su patria, una nocién revolucionaria de la politica y des- = & zc emipend un papel revolucionario en Ia historia colombiana. Lo que hay es © que debemos buscar la perspectiva adecuada para descubrir Ja unidad de ese pensamiento y de esas luchas; esa perspectiva tiene que ser su época, ‘su patria, su pueblo y la totalidad indivisible de su vida. No podemos cometer hoy la simpleza comunista de negar a Gaitén el caracter de revolucionario porque hablé de reforma, de convivencia pacifica entre el capital y el trabajo y porque se dejé seducir por la supersticién santanderista —que, por lo demas, no es sino una supersticién propia de los abogados hechos en Ia atmésfera de la Colonia Espafiola— de esperar una 1 Pérez, Luis Carlos, ca Pusaro 7 La Obiearaued Antonio Garcia Nossa victoria electoral dentro dela ley y de creet que las grandes transformaciones se efectian dentro de un cauce juridico, cuando se han roto y no existen esos cauces juridicos Pero esa superstici6n legalista no era todo Gaitan: ella le impidi6 hacer la revolucion colombiana, pero no le impidié desempefiar un papel revo- Jucionario, Esc es el balance que estamos obligados a hacer, ya que todas Jas revoluciones en la historia no se han hecho experimentando en cabeza ajena sino en cabeza propia. El papel revolucionario de Gaitan se determina en el objetivo tltima de sus luchas y de su pensamiento la transformacién revolucionaria de la sociedad colombiana, en su cuerpo y en su espiritu-¥ ened hecho d¢ la movilizacion del pueblo liberal y conservador, enfrentan- dolo a las oligarquias, rompiendo la dindmica pasional de los dos partidos y substituyéndola por una dindmica incipiente de intereses de clase, Gaitan partié en dos la historia colombiana, como no logré siquiera hacerlo la Revolucién de las Sociedades Democraticas en 1850-54: al suspender la dindmica pasional de los partides ~que ha mantenido divi- dida verticalmente la nacién en un pais conservador y un pais liberal la reemplazé por una dinamica de clases, que reagrupaba la nacién en dos “fronts sociales, el pueblo, como suma inorgénica de clases trabajadoras, ¥ las oligarquias, como castas gobernantes en la economia y la politica. Es claro que en los planteamientos wltimos de Gaitan no operaba un clasismo ortodoxo, por la sencilla razn de que ni las masas trabajadoras colombianas tienen conciencia de clase ~de los antagonismos y de los derechos— ni su campaifia politica se enderezaba contra todas las clases capitalistas, sino contra los sectores de esas clases convertidos en castas cemadas, impermeables, gredosas, herméticas, alimentadas con el privilegio. Lo que desaté Gaitan no fue, estrictamente hablando, una “lucha de clases” —no habia conciencia ni érganos populares para romper el antago- nismo social— sino una lucha nacional contra ¢l sistema de castas, dominantes dentro de la vida econdmica, dentro de los partidos y el Estado. Pero esa lucha era revolucionaria porque se enfrentaba al sistema tradicional de vida, a la economia de privilegio, al Estado de faccién.o de casta, a la cultura reducida al ambito de las minorias ricas, gastadas y ociosas. Desde sus comienzos, Gaitan aspir6 a remover este viejo pais amasado desde la Colonia Espafiola y trasplantado a la repiiblica, substituyendo 10 Con § Zu Gaitin y el problema de la revolucién colombiana el Estado de casta por un Estado popular y nacionalista. Ya veremos como los Sconceptos de nacién y de pueblo estaban intimamente entrelazados en la $ filosofia gaitanista, no s6lo por la conviccién democritica de que el pueblo £ es el factor condicionante de la nacién —el qué y el para qué— sino por el presentimiento de que al pueblo correspondia la tarea histérica de construir una verdadera nacién colombiana, una comunidad solidaria de pérdidas y ganancias que no fuese un juguete en manos de las oligarquias colombianas 0 de las grandes potencias que se disputan el dominio del mundo, Este papel historico de Gaitdn se hace dificil de analizay, por el hecho de que existe un evidente distanciamiento -en los tltimos periodos de su vida— entre los objerivos revolucionaries y las técticas reformistas, entre los fines que rebasan el estancado orden social y el cinturén de defensas legales y los medias legalistas; entre el anhelo de transformacién revolucionaria de la sociedad colombiana en todos sus aspectos y el concepto ortodoxamente Juridico respecto al cémo hacer, al procedimiento de la revolucién y de la reforma. Ese distanciamiento entre el objetivo y la tactica, entre los fines ¥ los medios, llega a adquirir la naturaleza de una contradiccin, la que se pone de relieve cuando el lider esta dentro del pucblo, agitando revoluciona- rlamente sus problemas y expresando sus mas intimos anhelos de justicia como el mas sensible médium, y cuando vesuelve acerca de los caminos que deben tomarse, fuera del calor pasional de las multitudes, como un abogado de Ia politica Ni siquiera Gaitan, en el que se proyectan tan poderosamente los instin- tos revolucionarios de nuestro pueblo —engafiado tantas veces en tan poco tiempo histérico puede librarse de la supersticiOn centenarista del Iegalis- mo, de la idolatria santanderista por Ia ley concebida como una realidad en sy no como una simple posibilidad de hacer o de no hacer. Lo extraordinario es que en un pais en el que no han dominado las normas sino las personas; en el que no se aplican las mismas zeglas a las Clases y partidos dominantes y a las clases y partidos dominados; en el que toda la vida del Estado se realiza a través de las discriminaciones sociales, politicas, religiosas~ y en el que los gobiernos han substituido el “orden de derecho” por Ia “arbitrariedad con leyes”, una mentalidad revolucionaria como la de Gaitan se dejase seducir por los mitos republicanos y los pre- juicios legalistas de la Generacién del Centenario. ul We Hen AraHENRS. VE euccornes « Se 4s pequcte BM Antonio Garcia Nossa Pero, desde luego, Gaitan es el producto de su pais y de su tiempo: toma del pueblo y de su época el impulso revolucionario, el anhelo de justicia, la fe en el sentido popular de la nueva era, pero no puede sustraerse al lega- do de las viejas generaciones, especialmente de aquella que senté cétedra republicana desde 1910. A Gaitan debemos juzgarlo dentro de ese marco de circunstancias, desde esa perspectiva; porque no ¢s un ser firera de fa historia, ni una realizacion pura y abstracta de esos arquetipos revolucionarios que ha acuftado el mar- xismo. Gaitin es un revolucionario de nuestro pais y en nuestro pueblo: en él se funden nuestra corriente interna, la que se ha ido abriendo paso en nuestra historia desde la Insurreccién de los Comuneros (1781), y la gran corriente que perfora y agrieta el suelo y el subsuelo dela historia mundial del siglo XX. No podemos admitir la grosera dialéctica de que Gaitén no era revolucionario porque no fue como Lenin, ni como Robespierre, ni como Mao Tse Tung. No podemos admitirla porque no hay arquetipos, muestras ideales, moldes fijos para determinar quién es revolucionario y quién no: basta saber que Gaitan no es producto de la revolucién francesa, ni de Ia Tusa, ni de la china, Por la sencilla razin de que era un producto auténtico, de su pais y de su pueblo. La autenticidad va hasta el punto de que en Gaitan se proyectan y sobreaguan los mitos, las supersticiones, los prejuicios, las fallas, las idealizaciones misticas que le han impedido al pueblo crearse una repiblica suyay darse una patria. Gaitin fue el producto auténtico, como también una conciencia desu tiempo y el “hombre necesario” del pueblo en su momento de pedir justicia, 12 TEesta Pel How! DEE eics, to ean eo mentente> extn) lon. 8S Ode APNG AUT. Gaitan, un “hombre hist6ricamente necesario” “Hombre necesario” es el que crea el instinto de conservacién de las sociedades, para romper el represamiento —no existe el estancamiento en la historia—o para encauzarel desbordamiento de las fuerzas en que se compone ¥ se descomapone la vida social. Su aparicion es casual, de la misma manera que lo es la aparicién de ciertas estrellas, mientras no conacemos las leyes a que se sujeta su movimiento. Esta concepcién histérica del “hombre nece- sario” nada tiene de comin con la nocién Providencialista del “‘ser” Hegado “mesidnicamente” o con la doctrina de Carlyle sobre los héroes que crean, individual y solidariamente, la historia. La teoria de! hombre necesario no niega que la historia la hacen todos los hombres, sometidos a unas circunstancias de tiempo y espacio, sino que en los momentos criticos—en el punto muerto de las sociedades viejas o en el Punto rojo de las sociedades en proceso revolucionario de deshielo— la propia sociedad, violentamente emulsionada 0. ‘violentamente rota, crea los hombres que sintetizan una direccién de fa historia. ‘Todo hombre necesario es un conductor, en el sentido mas trascendental- mente historico de la palabra: no solo sobreagua ~como los corchos, en las mareas de la historia sino que conduce, guia, abre el cauce para que fluyan Jas corrientes represadas de la vida social o estrecha el cauce para impedir el desbordamiento, No conociendo todas las leyes de la causalidad social -ya due el hombre apenas se asoma a las cozrientes profundas de su propia vida— lamamos casual la insurgencia, la revelacién, el afloramiento, del hombre nectsario: pero semejante calificacién no hace sino encubrir el problema, ya que la casafidad no es -histéricamente-sino una manifestacion de una cau- salidad que nos es desconocida, que esta fuera de nuestra actual capacidad de penctracién en las corrientes sociales. Si concebimos de esta manera la presencia del hombre necesario—tensién del instinto de las sociedades semejante ala tensidn bioldgica que se produce en los momentos de la crisis entende- Temos, por lo menos, por qué ese tipo de personaje no llega sino a cierta hora, ‘Cada hombre necesario flega a su hora, pot la sencilla razén de que cada hora histérica produce su hombre necesario, el que la proyecta, el que ¢s su sintesis, el que muestra su direcci6n. Robespierre llega a tiempo, cuando debe Antonio Garcia Nossa, apelarse al terror para consolidar las conquistas de una revolucién vigorosa pero vacilante. Napoleén surge en su hora, para volcar la dinamica de la revolucién francesa sobre el viejo y anquilosado mundo europeo. Cromwell surge en su hora, cuando los principios republicanos hacen en Inglaterra su primera salida y su bautismo de sangre, para dar evasidn a un represamiento de las nuevas fuerzas sociales incapaces de ser contenidas en los cauces de la “vieja monarquia”’: la accién de Cromwell no sirve histéricamente para destruir la monarquia, pero si sus principios absolutistas y unipersonales, haciendo posible la conciliacién inglesa de ciertas formas monarquicas con las principios de la republica representativa, A su hore ega José Antonio Galan, la mas enérgica sintesis del pueblo mestizo alzado contra los conquistadores espafioles: su nacimiento, su for- macion militar en los cuarteles cartageneros, su inmersién en los pueblos indios o en las aldeas mestizas de la Provincia del Socorro, no son sino parte de esta preparacion inconsistente para fa misién asignada en la historia. {Qué otra misién podia asignar la época de la Insurreccién de los Comuneros? ‘A sit hora aparece el General Simén Bolivar, peleando al lado de Miranda por la Independencia de Venezuela, apoyandose en tropas de Cartagena para crearle un piso militar al Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, apoyandose luego en el Congreso de las Provincias Unidas para libertar a Venezuela, y apoyandose —por tltime—en este poder coaligado — sumado por la accién revolucionaria de la lucha— para realizar la campajia definitiva de liberacién de la Nueva Granada, de Quito y del Peri. Bolivar fue el hombre necesario para transformar las luchas locales por la Independencia en una insurreccién general contra el dominio colonialista de Espafia y para desdoblar las guerras hechas por la aristocracia criolla en una revolucion social. Por eso, con el general Bolivar aparece la dinamica de la revolucién, la que desborda los cauces viejos, la que todo lo arrasa implacablemente, hasta /ograr suis objctivos revolucionarios. {Una vez desatadas esas poderosas fuerzas —de aplastamiento, mientras existia poder Real en América 0 de conservacién del poder, una vez desaparecido ese resorte de incitacién a la lucha~ pudo Bolivar detenerse? No: no estaba sujeto a si voluntad, sino a las leyes de la historia que lo habia creado y que estaba, violentamente, creando. También en sw hora surge Gaitan: no es la Hora de hacer justicia, sino de _pedirla. No expresa una insubordinacién de la conciencia social del eon Fe New ep ACA Cee Suscretss Parser) Reveacén 9s \ cone egpe: Gaitin y el problema de la revolucién colombiana Pueblo, sino una sebelién instinriva, contra Ia injusticia acumulada en siglos de siglos. Pero la rebelidn instintiva es el preambulo de la insurreccion revolucionaria. Aun cuando Gaitén tuviese una coneiencia de su papel y de la historia contemporanea, lo que encarnaba era instintos. Frente a la vieja indmica pasional de los partidos ~y a su verdad social, como sistema de conservacién de intereses de grupos privilegiados- Gaitdn orca una nueva dindmica pasional accionada por el resorte psicold anhelo de justicia y su anverso, el resentimiento frente a la perpetuacion de la injusticia. Su pensamiento, sus métodos, su lenguaje, estan impregnados de este humus pasional que hallamos en las montoneras insurrectas de 1781, en los movimientos campesinos de liberacion o protesta, en la atmésfera caldeada de las Sociedades Democraticas de 1850 0 en las primeras manifestaciones insurgentes del proletariado. La inmersién del “hombre necesario” en el pueblo que expresa -a lo largo de un cuarto de siglo de tensién y de luchas- va hasta la identificacién psicoldgica Gaitan es el médium de esos anhelos, intimos, enterrados debajo dela eonciencia, borrosos, huidizos, que han movido historieamente el corazén de nuestro pueblo: el de hoy, el de ayer y el de antes de ayer. El lenguaje de este lider que proyecta brutalmente las corrientes emocionales del pucblo -del pueblo entendido tal como existe en nuestra historia, como montonera, como multitud arenosa, como horda que sélo se une ante las grandes catastrofes o las grandes emociones~ nada tiene de racionalista, de “culto”, de sometido a disciplina académica: lo menos es la voluntad tactica del lider, lo mas, lo decisivo, la incontrastable, es la influencia del pucblo elemental cuyo pulso, cuyas esperanzas, cuya célera, cuyos resentimientos sociales, esta revelanda. Esta es la expresién exacta: reve- Jacién. Lo que hacia Gaitan era revelar, proyectar sobre Ja historia, sacat a flote, los grandes resentimientos sociales de un pueblo oprimido y la gran demanda de justi Estos son los dos elementos polares de la dinamica pasional que desata Gaitan: uno negativo, el resersimiento; otro positivo, la esperanza. {Por qué el resentimiento? Esta es la pregunta que todavia se hacen quienes entienden Jos movimientos de los pueblos como si fuesen wna representaciéin, esto es, Ja exhibicién consciente de algo que se ha presemtado 0 vivido con ante. Elgmentes poaces Pe Dinamua pasion) Restomonento F Eom 434 i6e PEE Conctendtd DF OASE €/ puegid Be + @ fl Hower Pe Ceseeie mS Enre> Antonio Garcia Nossa rioridad. Las revoluciones no son saltos al vacio desde ¢l momento en que se parte de algo, hacia algo— pero los desbordamientos instintivos, los estados pre-revolucionarios, no estan sujetos a ninguna norma. {Por qué el resorte de los movimientos populares con los que se iden- tified politica y espiritualmente Gaitin es el resentimiento social y no la conciencia de clase? Por una razén, la mas simple y cortada a pico: porque nuestro pueblo -sin conciencia politica ni social para enfocar hicidamente el problema de los antagonismos de clase o el problema de la ciudadania Sel problema de la formacién por la vida nacional— sdlo ha podido ex- piesar, primitivamente, por medio del resentimiento, su protesta contra lainjusticia y su esperanza de justicia. El olmo no da peras, ni el pucblo puede tener una conciencia que los partidos no tienen, ni le han dado. He ahi, por eso, el tinico ingrediente de los grandes levantamientos sociales efectuados en nuestra historia: el resentimiento social. La accién de los indios y los negros en las Guerras Libertadoras en contra de todo Jo que fuese un simbolo o una encarnacion de aristocracia opresora —del lado del Rey pero también del lado de la Repoblica— era una cruel accion de resentidos. Lo que mas indigna a las aristocracias conservadoras, de ambos partidos, por 1854, no es tanto Ia ideologia revolucionaria del artesanado (organizado politicamente cn Sociedades Democraticas y smilitarmente en Cuardias Nacionales), sino las manifestaciones externas desu resentimiento, Las guerras civiles, Ia lucha sorda contra el Estado ontra-revolucionario y confesional iniciado en 1886, el fraude constante a Ia esperanza del pueblo en una vida mejor-tierra y libertad~ la presencia beligerante de partidos que se mantienen, como los bandos medievales, por odios y por cuentas de sangze, son la levadura de estos resentimientos sociales. En esta “hora de resentimientos” —célera y anhelo de justicia~ llega Gaitan. Veinticinco afios de pensamiento y de accién, de impresion de los hechos sobre la conciencia y de descarga de la conciencia sobre los hechos, logran soldar a Gaitan con “su” pueblo: no el suyo, en el sentido posesivo de los caudillos hispano-americanos, sino del pueblo que expresa, del que es sintesis ¢ imagen. Sintesis no quiere decir encarnacién sublimada de todas las yirtudes, sino unién contradictoria y viva, en un solo ser, de la sombra y la Juz, Ja oscuridad o la clarividencia que hay en el alma de los pueblos, Los éervaa ES Srowesis € Tewacen Gaitin y cl problema dela revolueién colombiana anhelos larvados, el amor y el odio, la grandeza y pequefiez, la amargura que retrae y la esperanza que excita, el metal més noble o la peor escoria, tienen que resumirse en estos hombres, guias, antenas, profetas, conquistadores 0 i libertadores. “El dirigente de los grandes movimientos populares —decia Gaitan de- MS mmostrando la més clara conciencia de su papel es aquel que posee una ., Sensibilidad, una capacidad plastica para captar y resumir en un momento 'g dado el impulso que labora en el agitado subfondo del alma colectiva”. Si {A escrutamos la linea de los grandes conductores ~de Galan Uribe y Herrera-, && no hallamos ninguno tan acondicionado come Gaitan para resumir, plastica mente, esas corrientes que laboran en el agitado subfondo de nuestra alma colectiva. Es alaluz de esa capacidad plastica de expresin -y no de las doctrinas puras que se agitan- que podemos y debemos medir la influencia, la raigambre, Ia profundidad de calado del Tider. EL9 de abril no fue una revolucién social, como muchos neciamente lo afirman: fue el sismo de un pueblo conmovido | por el asesinato de su propia voz, de su imagen, de su anhelo justiciero, ge Dev eerye Perris PF nan 2 Gaitin, Jonge Eligeet, Discurso - Programa, (edicién sin fecha), Bogotd, p. 5. 17 Gaitan, un producto de su época El meridiano historico de Gaitan es la lucha, la guerra, la crisis, la revolu- ci6n y la contra-revolucién, Desde su aparecimiento politico hasta su muerte, su horizonte esta lleno de los mejores y los peores presagios: dos guerras universales, dos crisis de la economia mundial, la victoria y la derrota del ‘totalitarismo —si bien su espiritu ha terminado Por ganar politicamente la paz—el florecimiento crepuscular y el desplome de los valores occidentales, larevolucién rusa, la revolucion china, el socialismo inglés, la insurrecci6n de as naciones oprimidas. Siempre el mundo partido en dos grandes mundos: uno que lucha por nacer y otro que lucha por no mori. En este momento de trdusito, en esta época de confusién en la que todo se incorpora a la enorme contienda, los grandes temas de la filosofia, de la literatura, del arte, de la politica, tienen que ser Ja lucha, la voluntad, la vida, la muerte, la nada, el renunciamiento, el “ya no hay salvacién” 6 el “ya el hombre esta en los umbrales de su salvacién”. La afirmacién de la voluntad, el voluntarismo, es el producto directo de este impcrio de la lucha én la historia contemporanea, asi como el anonadamiento, la pérdida de toda voluntad de salvacidn, la conversion de la conciencia es un foso de angustia, es el subproducto de esa lucha, Dialécticamente, voluntarismo y anonadamiento, afirmacion yabando- Ro, son producto de esa lucha darwinista por la vida que envuelve naciones, razas, clases y hombres, De ese vortice sale la voluntad de Lenin ~el mas grande estratega de la revolucién mundial-o se plasma la voluntad de Hitler, el mas grande y cinico demagogo de la contra-revolucién. De ese horno sale todo: Mussolini y el fascismo o la voluntad de super- vivencia de un mundo que se niega a ser enterrade sin luchas: la experiencia inglesa de insertar “tramos socialistas” en la economia del capitalismo inglés © la experiencia roosveltiana de dirigir estatalmente la economia capitalista en épocas de crisis, para evitar su hundimiento; la filosofia pesimista de Spengler, la filosofia de la violencia de Sorel, la filosofia iluminista de Lenin, a filosofia pragmatica de Dewey, la filosofia existencialista de la Nada, la angustia metafisica y la soledad humana 19 El eeFlesc Pi Here Comemporaneo \ \ Antonio Gareia Nossa Este es el reflejo del mundo contempordneo; yenetacién dela violencia, exéeesis desvergonzada del crimen politico, ortodoxia revolucionaria, ilumi- 3 nacién de los hombres que ereen llegar a las fronteras de la Tierra Prometida, reduccion de todos los problemas de la cultura a problemas.té , despertar y agonia, fe y absoluta desesperanza, De la lucha darwinista por la vida—amparada ideologicamente en la doctrina de la competencia— sale la {filosofia del poder que ha de alimentar las més brutales corrientes del totalita- rismo. La consigna es ganar, es aplastar a los adversarios, ¢s llevar la lucha a todos los rincones de la actividad humana. Lucha total: en la politica, en Lo ultimo y lo primero es la guerra, adquiriendo ésta las mas sutiles 0 Jas més aplastantes formas: guerras que se conocen cuando han terminado, aplastamientos sibitos, victorias militares sin disparar un tiro, extension de los frentes de batalla a todas partes, desde la primera trinchera hasta el liltimo espirita, La guerra total no solo lo es por su dimensidn geografica, por su capacidad de arrastre de todos los pueblos y todos los hombres, sino por su naturaleza ubicua y delicuescente de atmosfera que invade toda la vida del hombre. El totalitarismo de la guerra es, sobre todo, facultad demoniaca de tomar acaparar la vida integra de los hombres. Los campos de concentracion, elbombardco de ciudades abiertas, la tortura, racionalizada para ablandar y.quebrar la resistencia humana, la deformacién de la cultura, la persecur Cidn a toda inteligencia libre, son cortinas densas y oscuras que ocultan Ja revolucién que estamos viviendo. El héroe de la hora de sransicién que algunos hacen aparecer como “La hora veinticinco”, una hora después de toda posibilidad de salvarse—no es un simbolo de victoria, sino una encarnacién del derrotismo burgués, como aquel Traian Koruga, el escritor rumano que vierte la posicién espiritual de Virgil Gheorghiu, que en la hora de la catastrofe no sélo pierde la voluntad de resistencia, sino la gana, toda gana de vida. Enel vasto pero empequefiecido escenario de la tierra, las naciones lu- chan unas contra otras las grandes potencias que se disputan el dominio del mundo y las pequefias naciones que son arrastradas como peones de guerra de las grandes potencias~ lo mismo que las clases, las razas y los hombres. Unos y otros estan empujados por la dindmica del pader y de la 4 la minedia vA ROVER: = Ceungrrenc bucerO —Tora\ 20 Econemea, $9 Ceneracren Sra Agortstrca Gaitén y el problema de la revolucién eolombiana Competencia. Esa misma competencia sublimada hace un siglo por el libe- Talismo idealista de Smith, Say y Bastiat, esla que esta destruyendo toda posibilidad contemporanea de convivencia: porque la compet en.cl-enfientamiento y el enfrentamiento se basa en el poder

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